Las 9 Principales Teorías de La Motivación Laboral
Las 9 Principales Teorías de La Motivación Laboral
Las 9 Principales Teorías de La Motivación Laboral
Nuestra vida está integrada por una gran cantidad de ámbitos, todos ellos de gran importancia
para nuestro desarrollo y ajuste a la sociedad. Uno de ellos es el laboral, a través del cual
desarrollamos una ocupación y un conjunto de actividades que nos ayudan a organizar nuestra
vida y a generar o llevar a cabo algún tipo de servicio para la sociedad.
El trabajo, cuando se ejerce en lo que se desea, no es solo un mero medio para poder
subsistir sino que puede llegar a suponer una fuente de satisfacción (o insatisfacción). Pero para
ello es necesario que nuestra ocupación suponga una fuente de motivación, gracias a la cual
podemos llegar a implicarnos con nuestras tareas, aumentar nuestro rendimiento y sentirnos
satisfechos con lo que hacemos.
A lo largo de la historia, han sido muchos los autores que han investigado este tema y las
necesidades y elementos que se asocian a la motivación del trabajador. Dichas investigaciones
han dado como resultado un gran número de teorías de la motivación laboral, de las cuales
vamos a citar algunas de las principales a lo largo de este artículo.
Antes de entrar a valorar las diferentes teorías existentes respecto a la motivación laboral, cabe
comentar en primer lugar el propio concepto en el cual se basan. Se entiende como motivación
laboral a la fuerza o impulso interno que nos mueve a realizar y/o mantener una determinada
tarea, ocupando de forma voluntaria y deseada nuestros recursos físicos o mentales para
acometerla.
Dicho impulso tiene una dirección determinada, la de aplicar nuestros recursos para alcanzar la
meta deseada, e implica el hecho de que vamos a persistir y perseverar en la realización de un
esfuerzo concreto con una intensidad determinada. A mayor motivación para realizarla, mayor la
intensidad y la perseverancia que estamos dispuestos a mantener.
Y las consecuencias de la motivación laboral son muy positivas: facilita la satisfacción con la
propia tarea y capacidades, fomenta el rendimiento, la productividad y la competitividad,
mejora el clima laboral y potencia la autonomía y la autorrealización personal. Se trata pues de
algo muy favorecedor tanto para el trabajador como para su empleador.
Sin embargo, esta motivación no surge de la nada: la tarea, sus resultados o el propio esfuerzo
realizado deben resultarnos apetitivos con tal de que nazca. Y es la búsqueda de cómo y qué
hace que la motivación laboral aumente lo que ha generado una gran diversidad de teorías,
las cuales tradicionalmente se han dividido en teorías vinculadas a qué hace que nos motivemos
(o teorías centradas en el contenido) y en el proceso que seguimos hasta lograr motivarnos (o
teorías centradas en el proceso).
A continuación vamos a citar algunas de las principales teorías que trabajan en base a explorar
qué genera la motivación, es decir que elementos del trabajo nos permiten la aparición del impulso
o deseo de actuación. Principalmente se considera ello es debido a que nos permite satisfacer una
serie de necesidades, las cuales han sido trabajadas por diferentes autores.
1. Teoría de las necesidades aprendidas de McClelland
Una de las primeras y más relevantes teorías respecto a la motivación laboral fue la realizada por
McClelland, el cual en base a estudios previos sobre necesidades humanas llevadas por otros
autores (especialmente Murray) y mediante la comparación entre diferentes ejecutivos de diversos
tipos de empresas llegó a la conclusión de que existen tres grandes necesidades que destacan
a la hora de motivarnos en el trabajo.
Concretamente expuso como principales fuentes de motivación laboral la necesidad de logro, la
cual se entiende como el deseo de mejorar la propia actuación y ser eficiente en ella como
elemento de satisfacción y que se basa en un buen equilibrio entre probabilidad de éxito y
desafío, la necesidad de poder o deseo de influencia y reconocimiento y la necesidad de afiliación
o de pertenencia, asociación y contacto cercano para con otros.
Todas estas necesidades tienen un equilibrio que puede variar dependiendo de la personalidad y
el entorno laboral, algo que puede generar diferentes perfiles, conductas y niveles de motivación
en el trabajo.
Probablemente una de las teorías psicológicas más conocidas en cuanto a necesidades se refiere,
la teoría de la jerarquía de las necesidades de Maslow propone que la conducta humana
(inicialmente su teoría no estaba centrada en el ámbito laboral) se explica por la presencia de
necesidades básicas nacidas de la privación, y que se organizan en una jerarquía (en forma
de pirámide) en la que una vez suplidas las más básicas pasamos a centrarnos en las más
superiores, pasando de necesidades biológicas a sociales y de autorrealización.
En este sentido el autor propone la existencia, de más básicas a más complejas, de las siguientes:
necesidades fisiológicas (comida, agua, refugio), necesidades de seguridad, necesidades
sociales, necesidad de estimación y finalmente necesidad de autorrealización.
En parte semejante a la anterior pero mucho más centrado en lo puramente laboral, Herzberg
realizó la teoría de los dos factores o la teoría de los factores de higiene y motivación. Este autor
consideraba relevante valorar qué es lo que las personas desean o consideran satisfactorio de su
trabajo, llegando a la conclusión de que el hecho de eliminar elementos que generan
insatisfacción no es suficiente para que el trabajo pase a ser considerado satisfactorio.
En base a ello, el autor generó dos tipos principales de factores, que dan nombre a su teoría:
factores de higiene y de motivación. Los factores de higiene son todos aquellos cuya existencia
impiden que el trabajo sea insatisfactorio (pero que no por ello hacen que el trabajo sea motivador)
y que incluyen elementos como las relaciones personales, la supervisión, la estabilidad o el salario.
Por otro lado, los factores de motivación incluirían entre otros la responsabilidad, la progresión
laboral, la posición y reconocimiento, el desarrollo o la realización y harían referencia a los
elementos que sí implican la aparición de motivación y satisfacción laboral.
4. Teorías X e Y de McGregor
Otro modelo relevante basado en el de Maslow es el modelo jerárquico de Alderfer, el cual genera
un total de tres tipos de necesidades, en las que a menor satisfacción existente mayor el deseo
de suplirla. Concretamente valora la existencia de necesidades de existencia (las básicas),
necesidades de relación interpersonal y necesidades de crecimiento o desarrollo personal las
cuales nos generan motivación de cara a lograr su satisfacción.
Según el proceso
Otro tipo de teorías es la que tiene que ver no tanto con el qué sino con el cómo nos motivamos.
Es decir, con la manera o el proceso que seguimos para que surja la motivación laboral. En este
sentido son varias las teorías relevantes, entre las que destacan las siguientes.
Esta teoría parte de la valoración de que el nivel de esfuerzo del empleado depende de dos
elementos principales, los cuales pueden estar mediados por la presencia de necesidades.
La primera de ellas es la valencia de los resultados, es decir la consideración de que los resultados
obtenidos con la tarea a realizar tienen un valor concreto para el sujeto (pudiendo ser positivo
si se considera valioso o negativo si es considerado perjudicial, o incluso neutro cuando es
indiferente). El segundo es la expectativa de que el esfuerzo realizado va a generar dichos
resultados, y está mediada por diferentes factores como la creencia en la propia autoeficacia.
Posteriormente este modelo sería retomado por otros autores como Porter y Lawler, quienes
introdujeron el concepto de instrumentalidad o grado en que el esfuerzo o rendimiento va a
generar determinado premio o reconocimiento como variable, además de las dos anteriores
propuestas por Vroom, como principales elementos que predicen la motivación y la realización de
un esfuerzo.
Otra teoría de gran relevancia es la llamada teoría de la equidad de Adams, la cual parte de la
idea de que la motivación laboral parte de cómo valore el empleado su tarea y la compensación
que recibe a cambio, la cual será comparada con la recibida por los demás trabajadores.
Dependiendo del resultado de dicha comparación el sujeto llevará a cabo diferentes acciones y se
verá más o menos motivado: si se considera menos valorado o compensado y tratado con
inequidad reducirá su motivación y puede optar por reducir el propio esfuerzo, irse o cambiar la
implicación y la percepción de su tarea o compensación. Si la percepción es de que se le está
compensado más de lo que debería, por el contrario, tenderá a aumentar su implicación.
Así, es el hecho de sentirse justamente tratado lo que genera satisfacción y puede influir por tanto
en la motivación laboral.
Referencias bibliográficas
Huilcapi-Masacon, M.R., Castro-López, G.A. y Jácome-Lara, G.A. (2017). Motivación: las teorías
y su relación en el ámbito empresarial. Revista Científica Dominio de las Ciencias, 3 (2): pp. 311 -
333.
Rivas, M.E. y López, M. (2012). Psicología Social y de las Organizaciones. Manual CEDE de
Preparación PIR, 11. CEDE: Madrid.