HISTORIA y FILOSOFIA DE LA ENFERMERIA
HISTORIA y FILOSOFIA DE LA ENFERMERIA
HISTORIA y FILOSOFIA DE LA ENFERMERIA
Primeros tiempos
Los enfermeros profesionales son un campo exclusivamente dominado por hombres
durante gran parte de la historia de la humanidad. Cuando la primera escuela de
enfermería del mundo fue abierta en India en el 250 a. C., debido a creencias religiosas,
solo los hombres fueron considerados lo suficientemente "puros" para ser enfermeros.
La enfermería fue principalmente ejercida por hombres durante el Imperio bizantino. En
la antigua Roma el término "nosocomial" significaba "hospital en sí", procedente de
nosocomi, el hombre que proporcionaba cuidados enfermeros en la antigua Roma y
diagnosticaba enfermedades a sus pacientes.
Según indica Colliere, el origen de las prácticas de cuidados está ligado a las
intervenciones maternales que aseguraban la continuidad de la vida y de la especie. La
alimentación, como necesidad básica que implica suplencia y ayuda (por parte de la
madre o sustituta) en los primeros estadios evolutivos del hombre, es considerada como
la práctica de cuidados más antigua.
Desde la época de Homero y de Sócrates existe constancia de que se tenía en cuenta
que el hecho de autocuidarse desde la perspectiva de la limpieza mantendría la vida y
la prosperidad en una persona.
Febe (60 d. C.) es la única mujer a la que se cita como diaconisa en el Nuevo
Testamento (Romanos, 16, 1-2). Atendía a los pobres en sus hogares y con el tiempo
se convirtió esta labor en parte primordial del trabajo de las diaconisas. No obstante, no
se la relaciona con la enfermería.
Edad media
El cristianismo y su organización tuvo vínculos históricos importantes con las prácticas
de cuidados de enfermería desde los monasterios a través de las órdenes religiosas,
así como desde la conquista de Tierra Santa, con las cruzadas. Como consecuencia del
pensamiento medieval relacionado con la Reconquista de Santos Lugares, surgió un
movimiento organizado, que cristalizó con el fenómeno histórico de las cruzadas, las
cuales dieron lugar a la aparición de tres tipos de figuras: el guerrero, el religioso y el
enfermero. La demanda de hospitales y sanitarios en las rutas seguidas por los cruzados
propició la aparición de las Órdenes Militares dedicadas a la enfermería: los caballeros
de la Orden de San Juan de Jerusalén, los caballeros Teutónicos y los caballeros de la
Orden de San Lázaro de Jerusalén. En España, la primera institución destinada a
acoger enfermos fue el Hospital del Obispo Masona, en Mérida, en el siglo VI,
según Domínguez Alcón y el Diccionario Eclesiástico de España.
Entre los hospitales medievales donde se desarrollaban actividades de enfermería, se
encuentran El Hôtel-Dieu de París y Lyon, el Santo Spirito de Roma, el Hospital de la
Seo de Tortosa, el Hospital de Mérida, y el Hospital d'en Clapers de Valencia, de los
cuales, según datos recogidos por Domínguez Alcón, los dos primeros perduran en la
actualidad.
El llamado movimiento Beguino, constituido por «mujeres santas» que cuidaban
enfermos, se diferencia dentro del entramado histórico-cristiano-caritativo ligado a los
cuidados de enfermería fundamentalmente en que no asume los votos preceptivos de
las órdenes religiosas.
Las denominaciones de las personas encargadas de proporcionar cuidados de
enfermería han variado a lo largo de la historia en función de la época y el contexto
donde estos se desarrollaban (hospitales, leproserías, órdenes militares, órdenes
religiosas y ámbitos
domésticos): macipa, mossa, clavera, donado, donada, hospitaler, hospitaleray enferm
ero.
Según la historiografía estudiada hasta ahora, los administradores o procuradores de
los hospitales eran varones, salvo en el Hospital del Rey de Burgos.
Edad Moderna
Hasta el año 1500, la escasa atención en cuanto a la reglamentación de los cuidados
de enfermería, practicados en ámbitos domésticos, propició una variedad de grupos que
ejercían estas actividades fuera de los ámbitos
institucionales: nodrizas (didas), parteras o comadronas, grupos dedicados al cuidado a
domicilio y grupos dedicados a otras prácticas sanadoras.
En el siglo XVI, la Reforma Protestante tuvo graves consecuencias para los cuidados
de salud, debido a la supresión de las instituciones de caridad. La filosofía protestante
indica que «no son necesarias las obras de caridad para obtener la salvación». Esto se
traduce en un abandono de la consideración del cuidado de enfermería que continuaba
existiendo en el ámbito católico.
Entre los años 1500 y 1860, la enfermería tuvo su peor momento, debido a que la idea
predominante era que la enfermería constituía más una ocupación religiosa que
intelectual, por lo que su progreso científico se consideraba innecesario. Además, tras
la Reforma Protestante se produjo una desmotivación religiosa para dedicarse al
cuidado de enfermos entre las personas laicas y una relegación a antiguas pacientes,
presas y otras personas de los estratos más bajos de la sociedad de la actividad de
aplicar cuidados. M. Patricia Donahue denominó a este período la «época oscura de la
enfermería».
Los avances en otras ciencias, como el invento del microscopio, proporcionaron a todas
las hoy llamadas ciencias de la salud, incluida la enfermería, la posibilidad de procurar
a las personas un mayor nivel de bienestar.
El Instituto de Diaconisas de Kaiserwerth, creado en 1836 por el pastor
protestante Theodor Fliedner (1800-1864), supuso para la enfermería el inicio de una
formación reglada, para enfermeras. Este hecho, acaecido en el ámbito protestante,
puede suponer en un análisis superficial una contradicción; sin embargo, el propio caos
y desorganización de los cuidados de enfermería protestantes fue lo que exigió una
reglamentación formal y específica para ejercer la profesión.
Edad Contemporánea
Un póster de la Cruz Roja para reclutar enfermeras durante la primera guerra mundial
Epistemología
Intereses del conocimiento científico en enfermería
El positivismo y del pospositivismo en el siglo XX determinó el sentido de la filosofía de
la ciencia, como reflexión de los propios científicos de distintas disciplinas,
principalmente de las matemáticas y la física, tal como lo hicieron los integrantes del
Círculo de Viena. Como reacción a esta corriente, denominada postura empírico
analítica por Habermas, desde la fenomenología surgió otra postura,
denominada postura fenomenológico hermenéutica, concebida para dar cabida a la
subjetividad del ser humano en la construcción del conocimiento científico. Asimismo,
Habermas describe una tercera tendencia denominada sociocrítica, emparentada con
la escuela de Frankfurt y el marxismo. Cada una de estas tres perspectivas tiene un
cierto tipo de interés respecto del conocimiento, a saber:
la empírico analítica tiene un interés técnico, al explicar los hechos para controlarlos
y manipularlos técnicamente
la fenomenológico hermenéutica tiene un interés práctico, orientado hacia la
comprensión del ser humano, su sentido ético y relacional
la sociocrítica tiene interés transformador y emancipador, ya que se enfoca en el
conocimiento teórico y práctico que permita la liberación del ser humano de las
condiciones de opresión en que vive
De estas tres corrientes sobre los intereses de la cienciaa, dependen a su vez las teorías
de enfermería, como formas de concebir y generar conocimiento.
Paradigmas de enfermería
Según Kerouac, las teorías de enfermería se clasifican en tres tipos de perspectivas.
Para ella, un paradigma es una forma de entender y producir conocimiento de acuerdo
a una cultura y época determinada. En este sentido, un paradigma en enfermería es el
modo, culturalmente mediado, de producir conocimiento científico en la disciplina
Del paradigma racional, basado en el positivismo y el pospositivismo, se derivó el
paradigma de categorización en enfermería, cuya representante, en el siglo XIX,
fue Florence Nightingale. A partir del paradigma sociocrítico, basado en la filosofía critica
de la Escuela de Frankfurt, se derivó el paradigma en enfermería de la integración, con
varias escuelas de pensamiento, como son la de las necesidades (Henderson), el
autocuidado (Orem), entre otras. Del paradigma hermenéutico, basado en la
fenomenología, se originó el paradigma de la transformación, cuya principal
representante es Jean Watson con su teoría del cuidado humanizado y (Leininger) con
su teoría del Sol Naciente, o del cuidado transcultural. Todas estas teorías van a
enfatizar en algún grado en particular, ya sea el cuidado en sí mismo, la noción de
persona, el entorno y la noción de salud. A estos conceptos se les llama núcleos
básicos y a su conjunto metaparadigma de la enfermería. Cada teoría de enfermería
depende del desarrollo de la ciencia y la tecnología y de las necesidades sociales y
culturales de su tiempo y que estos desarrollos y fenómenos culturales se reflejaron a
su vez en una forma particular de escuela filosófica. Por otra parte, el conocimiento en
enfermería, como se observa en las teorías de enfermería, no solo depende de su época
y cultura, sino que también, a diferencia del conocimiento en las ciencias físicas y
naturales y en las ciencias sociales, no se deriva de la experimentación en laboratorios
o de teorías previas, sino que más bien surge como una reflexión sobre la práctica o
praxis del cuidado. Por tanto, la enfermería es una disciplina básicamente práxica, que
genera conocimiento teórico, basándose en el pragmatismo, como escuela filosófica y
en la praxis, concebida como una transformación de la realidad mediante su reflexión
crítica.
Existe diferencia entre los cuidados de sobrevivencia (Care) y los cuidados. Centrados
en la enfermedad (Cure).
Permitir que busquen la forma de suplir física, afectiva y socialmente lo que le quita la
enfermedad
DIMENSIÓN ONTOLÓGICA
Para cada grupo cultural que asume como propios los diferentes modos de vivir,
enfermar y morir, existe un mundo
de SÍMBOLOS Y SENTIDOS QUE DEBEMOS CONOCER – COMPRENDER Y
RESPETAR
Estos significados pueden interactuar positiva o negativamente y pueden facilitar y
obstaculizar la búsqueda de calidad de vida o la aceptación de una muerte inminente.
Permite que la persona cuidada se apropie de la situación para vencer los obstáculos
que le impiden vivir o hacer frente a la enfermedad.
Se trata de dominar métodos, técnicas y procedimientos como una ayuda para brindar
un cuidado eficaz.
Cuidar solo puede tener sentido si el uso de las técnicas esta integrado al proceso de
interacción.
Comprende los valores que sustentan el cuidado. Focalizan el cuidado como el ideal
moral de la profesión.
Convertir las acciones del cuidado en un bien, para las personas y comunidades.
Legitima socialmente el ejercicio de la profesión, porque demuestra que es posible
transformar la realidad y transformarse a sí mismo. Mantiene la calidad de vida
Ayuda a disminuir o eliminar los riesgos de enfermar Ayuda a recuperar la capacidad
de auto cuidado.
LAS ACCIONES DE CUIDADO TRANSMITEN PODER
Premisa 1.
Premisa 2.
Jean Watson
Persona.
Medio ambiente.
Es la realidad objetiva y externa además del marco de referencia subjetivo del individuo.
El campo fenomenológico, o realidad subjetiva, incluye la percepción de sí mismo,
creencias, expectativas e historicidad (pasado, presente y futuro imaginado).(8)
Salud.
De acuerdo con Watson, la salud tiene que ver con la “unidad y armonía entre mente,
cuerpo y alma (espíritu)”. Está asociada con el grado de coherencia entre el yo percibido
y el yo experimentado” (8)
Enfermería.
Watson define la enfermería como ciencia humana y arte que estudia la experiencia
salud – enfermedad mediante una relación profesional, personal, científica, estética y
ética. Las metas de la enfermería están asociadas con el crecimiento espiritual de las
personas. El cual surge de la interacción, la búsqueda del significado de las experiencias
de cada uno, el descubrimiento del poder interno, la trascendencia y la autocuración.(7)
Campo fenomenológico
El cuidado transpersonal es una unión espiritual entre dos personas que trasciende
“persona, tiempo, espacio e historia de vida de cada uno”.(13) Esta trascendencia
permite a ambos el paciente y la enfermera entrar en el campo fenomenológico del otro.
Esta relación describe cómo la enfermera va más allá de una evaluación objetiva.
Mostrando preocupación (interés) hacia el significado subjetivo y más profundo de la
persona en cuanto a su propia situación de salud.
La teoría de Watson proyecta una reverencia por las maravillas y misterios de la vida.
Un reconocimiento de la dimensión de la vida espiritual, y una fundamental creencia en
el poder interno de los procesos de cuidado humano para producir crecimiento y cambio.
Watson destaca el acto de ayuda de las personas para conseguir más
autoconocimiento, autocontrol y disposición para la autocuración independientemente
de la condición externa de salud.(8)
Momento de cuidado
En su primer libro Nursing: The philosophy and science of Caring, Watson expone los
supuestos principales de la ciencia del cuidado de enfermería: