Fundacion de Ciudades
Fundacion de Ciudades
Fundacion de Ciudades
El cuzco, la capital histórica del Perú, está ubicada en el valle del rio Huatanay, en la sierra
sur del Perú, a 3339 metros de altitud. Es una de las ciudades más antiguas del continente.
Su expansión urbana más representativa fue la ciudad inca, concebida por Pachacútec en el
siglo XV como la capital del imperio del Tahuantinsuyo. La ciudad fue trazada en forma de
un puma enorme, símbolo del poder político, religioso y militar de los incas (el cuerpo
del puma contuvo los palacios más importantes, los templos y los edificios
gubernamentales, mientras que la fortaleza justa fuera de la ciudad, conocida como
Sacsayhuamán , formó la cabeza de este animal sagrado. El cuadrado entre las piernas
del puma es la plaza de Armas).
Los trujillanos sienten orgullo de su histórica y señorial ciudad, puesto que son muy
pocas las que conservan su ubicación fundacional, siendo Trujillo, Lima y el Callao
las únicas urbes amuralladas. Pero Lima sí tiene la certeza de celebrar con toda base
documental su fecha de fundación, mientras que los hijos de Trujillo no. Actualmente
los trujillanos celebran con indisoluble solemnidad el aniversario de su ciudad el 5
de marzo con una recargada y cultural “Semana Jubilar”; pero no se trata realmente
de una fecha fundacional, sino del funcionamiento del Cabildo (municipalidad). La
imposibilidad de celebrar su fundación ocurre a causa de la desaparición del Libro
N° 1 de Cabildo con posterioridad al año 1811.
Por otro lado, ordinariamente se afirma que Francisco Pizarro realizó una
segunda fundación en 1535, que vendría a revalidar la hecha por Diego de
Almagro en 1534. Pero, ¿es lógico volver a fundar una ciudad ya poblada? Esta
incógnita ha conllevado a un intenso debate historiográfico en torno a estos
dos personajes, la reivindicación de un tercero y la importancia fundacional
de ciudades dentro del contexto por legitimar la Conquista, discusiones que
sobreviven en la actualidad.
Con el objetivo de comprender lo anteriormente expuesto y la complejidad de las
fuentes, a continuación, se realiza un balance historiográfico que permitirá justificar
el aniversario de la ciudad de Trujillo del Perú.
Primer arribo al «valle del Chimo»
Las primeras noticias del descubrimiento de Perú lo sabemos
gracias a las crónicas de versados españoles quienes sufrieron
los avatares de la Conquista y la instauración del virreinato.
Luego del infierno que vivieron en puerto del “Hambre y pueblo
“Quemado” (Colombia), Francisco Pizarro y sus hombres
intentaron una segunda expedición en enero de 1526, donde
lograron corroborar el testimonio de Pascual de Andagoya, Francisco Pizarro recorrió
sobre la existencia de un reino poderoso y, sobre todo, rico entre 1526-1528 la costa de
en oro. Después de que los “13 de la isla del Gallo” cruzaran la Perú hasta el valle de Santa,
línea trazada por Pizarro, su secretario, Francisco de Jerez debiendo avizorar Chan-Chan.
(1534), afirmó que cinco meses después fueron cien leguas más
adelante y hallaron muchas poblaciones y tesoros. Asimismo, el contador Agustín de
Zárate (1555), señala que llegaron hasta una provincia llamada Motupe
(Lambayeque) y luego partieron a Panamá. Sin embargo, el príncipe de los
cronistas, Pedro Cieza de León (1553), anota que llegaron más lejos:
[...] el capitán navegó por su caminoc descubriendo hasta que llegó a lo de Santa con
gran deseo de ver si podía descubrir la ҫiudad de Chincha, de quien contavan los indios
grandes cosas; mas como llegase donde digo, los mismos españoles le hablaron para
que bolviese a Panamá para buscar más jente con que pudiesen poblar y señorear la
tierra, de la qual no avía que pensar sino que hera la mejor del mundo y más rica, según
lo vían por la muestra (Cieza 1998: 68).
Si los osados españoles navegaron hasta la desembocadura del río Santa, deja
suponer que posiblemente descubrieron Chan Chan o el valle del señorío
Chimú (conocido como valle del Chimo), reino de gran influencia y grandes
riquezas en la costa norte como para no pasar desapercibido, conociendo la avidez
de Pizarro. Asimismo, uno de los “13 de la fama”, Juan de la Torre, en una relación
hecha en 1544 ante el corregidor de Arequipa, ratificó que: «descubrimos la costa
toda hasta la provincia del Chimo que es donde ahora está poblado el pueblo
que dicen la ciudad de Trujillo». Siglos más tarde el historiador norteamericano
William Prescott también afirmaría tal arribo. Además, varios cronistas aseveran
que los hispanos regresaron a Panamá portando grandes tesoros, lo que infiere la
interacción con reinos muy ricos como lo fue el señorío Chimú, el cual sería una de
las etnias que colaboraron en la conquista de los incas.
Todo esto indica que Pizarro quedó fascinado con la idea de fundar
posteriormente una ciudad en tan ricas tierras, encandilado en convertirla en
su Trujillo de Extremadura, ejecución que sería encargada a Diego de
Almagro, quien para finales de 1527 se encontraba en Panamá.
Antes de cumplirse los tres lustros de este acontecimiento el cronista Pedro
Cieza de León describe así:
¨En el valle de Chimo está fundada la ciudad de Trujillo, cerca de un rio algo grande y
hermoso, del cual sacan acequias, con el cual los españoles riegan sus huertas y
vergeles, el agua dellas pasa por todas las casas desta ciudad, y siempre están verdes
y floridas. Esta ciudad de Trujillo esta situada en tierra que se tienen por sana, y a
todas partes cercada de muchos heredamientos, que en España llaman granjas o
cortijos, en donde tienen los vecinos sus ganados y sementeras. Y como todo ello se
riega, hay por todas partes muchas viñas y granados y higueras, y otras frutas de
España, y gran cantidad de trigo y muchos naranjales, de los cuales es cosa hermosa
ver el azahar que sacan. También hay cidras, toronjas, limas, limones. Frutas de las
naturales hay muchas y muy buenas. Sin esto se crían aves, gallinas, capones. De
manera que se podrá hacer que los españoles vecinos de esta ciudad son todo
proveídos, por tener tan abundancia de cosas ya contadas; y no falta de pescado, pues
tienen la mar a media legua. Esta ciudad esta asentada en un llano que hace el valle
en medio de sus frescuras y arboleda, cerca de unas sierras de rocas y secadales, bien
trazada y edificada, y las calles muy anchas y la plaza grande. Los indios serranos
abajan de sus provincias a servir a los españoles que sobre ellos tienen encomienda, y
proveen la ciudad de las cosas que ellos tienen en sus pueblos de aquí sacan navíos
cargados de ropa de algodón hecha por los indios, para vender en otras partes¨
El contexto de la fundación de Trujillo
Es en el tercer viaje de Pizarro, ya con los títulos de Gobernador y Capitán general
prometidos en la capitulación de Toledo (1529), en que se fundan las primeras
ciudades cristianas en Perú, siendo la primera San Miguel de Piura, cuya fecha —
también difusa— fue, probablemente, el 15 de agosto de 1532. Un año más tarde,
transcurrida la ocupación de Cajamarca y ejecución de Atahualpa (1533), Pizarro
decidió explorar la serranía de Cajamarca y Huamachuco con dirección al sur,
primero a Jauja, donde fue bien recibido, y después hacia Cuzco, donde entró
azarosamente para desvalijarla y fundarla como ciudad hispana el 23 de marzo de
1534. Posteriormente, regresó al valle del Mantaro, donde terminó de fundar la
ciudad de Jauja, el 25 de abril del mismo año.
El secretario Pedro Sancho de la Hoz (1534) relató que Pizarro
comisionó a Almagro «visitar los caciques y señores de la comarca
de Chincha y Pachacama, y otros que tienen sus tierras y viven en
las costas del mar». Estando el tuerto en “Cena” (Saña) fue
anoticiado de la expedición del Adelantado Pedro de Alvarado,
conquistador de Guatemala, quien venía con 250 hombres, con las
intenciones de probar fortuna en Sudamérica. Viendo amenazada
su empresa, Pizarro decidió enviar al Mariscal Diego de Almagro a Diego de Almagro fue
Riobamba (Ecuador) para detener al Adelantado. Luego de fundar comisionado por Pizarro para
Santiago de Quito, Almagro negoció con Alvarado la compra de su fundar una ciudad en el valle
ejército y le solicitó una entrevista con Pizarro. El conquistador, del Chimo. A su vez, aquél
dejó la distribución urbana a
expresando su poder ante Alvarado y para acortar su estancia,
Martín de Estete.
también ordenó a Almagro adjudicar el dominio del norte con
la fundación de una villa que lleve el nombre de su ciudad natal extremeña, la
cual tenía que ubicarse en una zona fructífera y estratégica: ser un centro
político-administrativo de los tributos, producción y recursos indígenas,
poseer grandes tesoros que explotar y contar con el apoyo chimú para
dominar a los incas. El “valle del Chimo”, en un lugar denominado “Canda”, fue
la mejor opción para controlar el Norte.
Agustín de Zárate anota que fue en el trayecto donde Almagro (a finales de 1534) «a
la passada dexó poblando la ciudad de Truxillo al capitán Martín Astete, como
el Governador don Francisco Piçarro lo havia mandado» (1995: 94). Adiciona
Cieza que también se hizo la traza urbana dejando a Estete con algunos españoles.
Finalmente, al llegar Almagro y Alvarado a Pachacámac, donde Pizarro —según
Gonzalo Fernández de Oviedo (1557)— se le dio al Adelantado la suma de 100 mil
pesos de oro para que dejase sus navíos, pertrechos y su gente y luego se regresara
a Guatemala.
Celebrada la fundación de Lima (1535), Pizarro y su séquito parten (en febrero)
rumbo al “Chimu” —como señaló Zárate (1555)— «el Governador baxo a Trujillo
a reformar la población y a repartir la tierra».
Por lo visto, despejar la incógnita de la fecha fundacional de Trujillo resulta
complicado si los primeros cronistas no han comprendido su importancia
cronológica. Sin embargo, lo que la gran mayoría de cronistas deja en claro es que
Francisco Pizarro fue el fundador de la villa de Trujillo.
A través de una prolija confrontación de datos, especialmente de las cartas de
Almagro y Pizarro y de las referencias de las Actas de Cabildo se puede datar una
fecha aproximada que tal vez sea la correcta, así como descubrir al verdadero
fundador. Pero estos testimonios personales no aparecieron sino después de un
encendido debate que es necesario anteponer.
El concurso del IV Centenario y la propuesta de Raúl Porras
Durante siglos, la omisión cronológica de la fundación de Trujillo intrigó tanto a
historiadores, literatos y otros investigadores, al punto de incurrir en la epifanía o
fantasía para dilucidar el enigma. Pero la historia frenó la especulación y presentó
los documentos que aproximan su datación y reivindican a su verdadero fundador.
En 1934, la Junta del IV Centenario de la Fundación de Trujillo, presidida por el Dr.
Alfredo Scheelje, formó una Comisión que convocara a diversos investigadores a un
concurso con el objetivo de fijar la fecha exacta de la fundación de la ciudad, para
disponer el programa oficial de su celebración. El
concurso finalizó el 31 de agosto del mismo año y se
pusieron en discusión los trabajos históricos
presentados, pero ninguno pudo cumplir con el
objetivo esperado de la comisión: esto es, señalar
una fecha de forma precisa e inobjetable. Sin
embargo, la comisión consideró como ganador
al trabajo presentado por “Don Dimas de
Tijereta”, seudónimo adoptado por Raúl Porras Raúl Porras sostuvo que Almagro
Barrenechea, que reveló una acusada erudición pobló Trujillo y luego ésta fue
histórica y un notable aporte a los datos fundada por Francisco Pizarro, quien
documentales, inteligentemente concertados, era el único facultado legalmente.
en labor de ardua dedicación, por las numerosas citas de obras y documentos
consultados.
El extenso y contundente trabajo presentado por Raúl Porras consta de dos
partes, en la primera describe varios antecedentes de Pizarro y los conquistadores
antes de dar origen a Trujillo. Hace una notable divergencia entre “poblar” y
“fundar”, indicando que los españoles primero poblaron territorios, pero no todas
llegaron a fundarse y tuvieron que ser abandonadas. Asimismo, argumenta que el
único conquistador que estaba facultado para fundar ciudades en nombre del rey,
era Francisco Pizarro, debido a los privilegios otorgados en la Capitulación de
Toledo (1529), demostrando así que Diego de Almagro carecía de mencionada
potestad y, por ende, no podría ser considerado fundador.
En la segunda parte, Porras aclara que Diego de Almagro llegó al “valle del Chimo”
para poblar un asentamiento o iniciar los preparativos para su posterior fundación.
Esto ocurrió en los primeros días de diciembre de 1534; pero critica severamente la
versión de la carta de Pizarro al Rey (1535) publicada por Marco Aurelio Cabero,
donde se dice que: «la villa la fundó el Adelantado don Diego de Almagro el
miércoles 6 de diciembre de 1534», arguyendo que se trata de una adulteración.
Por otro lado, establece que Almagro, sólo estuvo poco tiempo en el “valle del
Chimo”, puesto que tenía que retirarse a Pachacámac, por lo que encargó el proceso
de población a Martín de Estete, considerando a este último como el “pre-fundador”
de la ciudad y que además hizo el trazo urbano.
Finalmente, fiándose en la documentación que vieron el mencionado M. A. Cabero y
Enrique Torres Saldamando, perteneciente a la Colección del Gral. Juan Buendía,
enfatiza que la fundación de Trujillo empezaría el 3 de febrero de 1535 con la
instalación del Cabildo y juramentación de alcaldes y regidores (Cabero) y se
terminó el 1 de marzo con la distribución de encomiendas (Torres). Con esto,
Raúl Porras concluye que Trujillo debe celebrar su fundación el 3 de febrero.
(Porras 1935: 36-87).
Sin embargo, las premisas de su conclusión son de fuentes indirectas, es decir,
basadas en testimonios ajenos que aseguran haber visto los documentos que aluden,
lo cual invita a cierta suspicacia.
Poco antes de realizar la premiación, la Comisión decidió consultar al entonces
Instituto Histórico del Perú sobre el aludido hecho histórico. El instituto respondió
con un informe elaborado por el Dr. Carlos A. Romero, miembro N° 1 de la entidad
y, por entonces, director de la Biblioteca Nacional. Romero llegó a las mismas
conclusiones que Raúl Porras; asimismo, calificó de apócrifos los documentos
presentados por M. A. Cabero. Agrega que Almagro pudo poblar la ciudad en los
primeros días de diciembre de 1534
Ratifica Romero que entre la documentación de la colección Buendía, del cual él
mismo logró ver una copia del testimonio que alude Torres Saldamando, se señala
que la fundación de Trujillo «se terminó el 1° de Marzo de 1535, cuyo día, instalado
el cabildo, procedió a distribuir a los naturales en encomienda entre los capitulares».
Finalmente, concluye que, siguiendo el precedente de la celebración fundacional de
Cuzco, debe celebrarse como fecha oficial de la fundación de Trujillo el día de la
instalación del Cabildo: el 1 de marzo de 1535 (Romero 1935: 14-26).
Frente a estas conclusiones, el 18 de octubre de 1934, la Comisión resolvió
proponer como fecha de la fundación de Trujillo el 1 de marzo de 1535, día en
que se culminó y el Gobernador Francisco Pizarro instaló el Cabildo, según la
cita de Torres Saldamando y que fue validada por el Instituto Histórico del
Perú.
La institución del Cabildo
No tardó mucho tiempo para que otra investigación
erudita cuestionara una vez más la fecha de fundación
de la ciudad de Trujillo, pero esta vez con concluyente
base documental. En 1936, el sacerdote y prolífero
historiador Rubén Vargas Ugarte S.J. publicó en la
revista Histórica el auto fundacional, transcrito del
Primer Libro de Cabildo por el escribano Andrés de
Obregón, el 17 de abril de 1610, que encontró en el
Rubén Vargas Ugarte S.J. Archivo del General Juan Buendía. El documento
publicó una transcripción alude a la designación de autoridades edilicias por
donde Pizarro reconoció parte de Francisco Pizarro el 5 de marzo de 1535:
la fundación de Almagro.
En la villa de Trugillo de la nueva Castilla cinco dias del
mes de marzo año del nazimiento de muestro salvador Jesuxpto. de myll e quinientos e
treynta e cinco años el muy magnifico señor Comendador don Francisco Pizarro
Adelantado Governador e Capitan General en estos dhos. reynos por Su Mag. dixo que
por cuanto el Mariscal don Diego de Almagro en nombre de su Real Mag. e suyo en su
rreal nombre fundo [en] este assiento de la provincia de Chimo esta villa a la qual pusso
por nombre Trugillo e dio poder a Martin Estete en nombre de Su Mag. e de su señoria
para que ussase de theniente de capitán e justigia en ella e hiziese alcaldes e regidores
a las personas que le pareciesse que mas conviniesse […] los dhos. vezinos que
nuevamente se han asentado a quien su señoria [Pizarro] a dado yndios en depossito,
que hazia e hizo nombramiento de las personas en quien le a parecido que combiene
que sean alcaldes e regidores e mayordomo e procurador de consejo e mayordomo de
la yglessia desta dha. villa en la forma siguiente:
Rodrigo Lozano por Alcalde
Blas de Atienza por Alcalde
Alonso de Alvarado por Regidor
García de Contreras por Regidor
Diego Verdejo por Regidor
A Pedro Mato por Regidor
A Pedro de Villafranca por Regidor
Vitores de Alvarado
Diego de Vega Procurador e mayordomo del cabildo e mayordomo del
concejo
[…] el dho. señor Governador les fuere fecha dixeron que si juravan e asi jurado el dho.
sr. Governador dio y entrego a los dhos. Blas de Atienza e Rodrigo Lozano las baras de
justicia que antes tenían de los dichos officios y se las dio de nuevo para que ussasen
dellas por alcaldes ordinarios este presente año de quinientos e treinta e cinco años e
los dhos. regidores de suso nombrados les mando que ussen los dichos oficios segun lo
... jurado e que si necessario hera en nombre de Su Mag. les daria poder para lo ussar
y exercer cuanto de derecho avia lugar, a lo qual fueron presentes por testigos Martin
Estete e Antonio Picado vezinos en esta dha. villa. Francisco Pizarro (Vargas 1936:
236-237).
En anuencia con Raúl Porras, Vargas Ugarte asevera que Pizarro realizó una segunda
fundación con la erección del Cabildo que empezó a funcionar a partir del 5 de
marzo. Pero el documento parece señalar lo contrario.
Este documento se convirtió en la carta magna para devolverle el crédito a Diego de
Almagro como el fundador material de Trujillo. Al iniciar el texto, Francisco Pizarro
menciona que Diego de Almagro fundó y pobló la villa en nombre del rey y, como
tenía que regresar lo más pronto, dio poder a Martín de Estete como teniente de
capitán para la designación de alcaldes provisorios. Esto deja a entender que Trujillo
era concebida como asentamiento por sus nuevos vecinos antes del arribo de
Pizarro. Entonces no habría necesidad de realizar una segunda fundación como
asevera Raúl Porras, puesto que el Gobernador la encontró con población y trazo
urbano.
Los méritos de Almagro, Estete y Pizarro
La erección de la villa de Trujillo no la realizó un solo hombre, debemos reconocer
la magna y acertada labor a tres personajes importantes: Almagro, Estete y Pizarro.
Llevando órdenes expresas de fundar una villa, don Diego de Almagro eligió el punto
para clavar la picota y erigir la nueva urbe a finales de 1534, convirtiéndose en el
fundador material; pero por su itinerario no pudo quedarse lo suficiente para las
demás formalidades, así que delegó a Estete la distribución poblacional. Don Martín
de Estete fue el ejecutor del nuevo asentamiento, puesto que realizó el primer
trazado urbano, concertó su distribución y nombró a las primeras autoridades; pero
carecía de potestad para erigir instituciones sin consultar al gobernador. Ante la
despoblación, don Francisco Pizarro (después de fundar la Ciudad de los Reyes)
pasó a la villa de Trujillo en marzo de 1535 para repartir las encomiendas a los 31
vecinos «que nuevamente se han asentado» y el día 5 legitimó el Cabildo con la
investidura de autoridades respectivas, dejando consumado el nacimiento de la
nueva urbe. Esto se puede resumir fácilmente en pocas palabras: Almagro fundó,
Estete distribuyó y Pizarro instituyó. Pero sólo uno dirigió todo.
Si bien es cierto que Diego de Almagro es el fundador material de Trujillo, sin duda,
Francisco Pizarro es el autor intelectual de tan magna proeza. Fue éste quien,
impresionado en 1527 por las riquezas del “valle del Chimo”, encargó a Almagro
fundar la villa de Trujillo en 1534 y al año siguiente personalmente oficializó las
principales instituciones de una urbe, reservándose un solar propio, puesto que se
había adjudicado en la capitulación de Toledo 200 leguas desde Tenumpuela hasta
Chincha y, entonces, Almagro tendría que buscar fortuna en el sur. Por ello, con
justicia se puede decir que la paternidad fundacional de Trujillo la tiene Francisco
Pizarro, puesto que si no hubiera sido por su iniciativa, nada de esto hubiera
ocurrido, y además así lo constan copias transcritas del Primer Libro de Cabildo y
las crónicas.
Ahora, si Almagro fundó la villa de Trujillo a finales de 1534, por orden de Pizarro,
¿por qué habría necesidad de hacer una segunda fundación, como sostuvo
tajantemente Raúl Porras con su binomio poblar-fundar? La respuesta se puede
deducir de la visión centralista de la historiografía limeña, Raúl Porras se ofuscó al
negar la facultad de fundar ciudades al pobre Almagro para no admitir que Trujillo
se antepuso a Lima en términos fundacionales, basándose en vocablos ambiguos y
sin comprender el contexto.
La contribución de Jorge Zevallos Quiñones
El último gran historiador que ha contribuido notablemente a la historia del Trujillo
virreinal fue el lambayecano Dr. Jorge Zevallos Quiñones (1914-1997), quien
también destacó en la arqueología, paleolingüística y genealogía del Norte peruano.
En un seguimiento al itinerario de los conquistadores, Zevallos infirió que Diego de
Almagro se encontraba realizando un estudio sobre las encomiendas de la costa
norte para ser repartidas, por orden de Pizarro, y, cuando le llegó la noticia en Saña
sobre la invasión de Pedro de Alvarado, avisó a su socio y luego se fue a Quito. Así
sostiene que, si está comprobado que todos se encontraban en Pachacámac a finales
de diciembre de 1534, y la distancia entre Piura y Lima es de 23 tambos, es de
suponer que Almagro arribó al valle del Chimo a mediados de noviembre. Entonces
debió fundar Trujillo en la última semana de noviembre (aprox. día 28) y arribar a
Pachacámac a mediados de diciembre.
Sin embargo, el mes de diciembre como antes se suponía ni está del todo descartado,
puesto que sabe que la primera cofradía fundada en Trujillo fue advocada a “Nuestra
Señora de la Concepción”, cuya fiesta es el 8 de diciembre (Actas de Cabildo 1969 I:
394). Si tenemos en cuenta que los españoles cuando fundaban ciudades solían
invocar el nombre de algún santo —como en el caso de Lima “Ciudad de los Reyes”
por la fiesta de los reyes magos (6 de enero)— es probable que su fundación haya
sido también en la primera semana de diciembre. Por lo tanto, el intervalo de la
fundación de Trujillo es de finales de noviembre y principios de diciembre de 1534.
Ante la falta de pruebas inobjetables de la fecha fundacional de Trujillo, la
Municipalidad optó por celebrar su onomástico en la única data documentada
que figura en la transcripción fragmentaria del Primer Libro de Cabildo: el 5
de marzo de 1535, fecha en que Pizarro legitimó el poder edil —el cual
funcionó en casas privadas—. En consecuencia, la fecha que celebramos los
trujillanos no es el día de la fundación, sino el día del cabildo o municipalidad,
que viene a ser la consumación del acto fundacional.
Conclusiones
Debido a la inexistencia del acta, no se puede dar una fecha exacta e
inobjetable sobre la fundación de Trujillo.
La fundación de la villa de Trujillo la realizó Diego de Almagro (fundador
material) por orden de Francisco Pizarro (fundador intelectual) entre finales
de noviembre y principios de diciembre de 1534 en el “valle del Chimo”, en
un paraje denominado “Canda”, en el trayecto de retorno a Pachacámac.
La fundación de Trujillo obedeció a tres razones principales: 1. ser un centro
político-administrativo de los tributos, producción y recursos indígenas, 2.
poseer diversas huacas con tesoros que explotar, 3. contar con el apoyo
chimú para combatir a los incas.
No hubo una segunda fundación, sino una complementación cívica: Diego de
Almagro fundó la villa, Martín de Estete trazo y distribuyó los solares (finales
de 1534) y Francisco Pizarro instituyó las encomiendas y las funciones del
cabildo (marzo de 1535).
El 5 de marzo se conmemora el aniversario de la municipalidad y no de la
fundación de la villa, por ser la única fecha documentada.
La ciudad representativa del Norte
El colofón del reconocimiento legal de Trujillo se dio el 23 de noviembre y 7 de
diciembre de 1537, cuando la Corona le concede el título de Ciudad y el Escudo de
Armas, respectivamente. De esta manera Trujillo fue la única ciudad que por su
tituló gozó ser la capital metropolitana del norte en el virreinato peruano. Antes
como capital mochica-chimú y desde su fundación hispana, Trujillo ha sabido
conservar su estatus político-económico-cultural dando importantes
contribuciones a la nación peruana.
Su reconocimiento como Capital de la Libertad, de la Primavera, de la Marinera y lo
que otrora fue capital de la Cultura, así como su Reserva Mundial del Surfing en
Huanchaco, la convierten en un destino obligatorio para cualquier turista peruano o
extranjero que se maravilla con este país. Después de Lima, sólo Arequipa rivaliza
con el estatus que posee nuestra ciudad, una antípoda histórica del Norte vs. el Sur.
El escudo
Por Real Privilegio, otorgado en Valladolid el 7 de diciembre de
diciembre de 1537, la ciudad de Trujillo alcanzo¨ un escudo dentro del
cual están dos columnas sobre aguas azules y blancas y encima
dellas una corona de rrei de oro cercada de perlas y piedras con
dos bastones que abarcan las dichas dos columnas y salgan arriba
por dentro de dicha ciudad corona y en medio de las dichas
columnas este una K de oro que es la primera letra del nombre de
su majestad en campo azul y por timbre encima del escudo un grifo
que mire a la mano derecha y abrase a dicho escudo¨.
Trascripción de La Real Cédula de otorgamiento del Escudo de Armas de
Trujillo.
en agora e de qui adelante la dicha ciudad de trugillo tenga por sus armas conocidas
un escudo dentro del qual esten dos columnas sobre aguas azules y blancas y encima
de ellas una corona del rey de oro cercada de perlas y piedras preciosas con dos
blasones que abracen las dichas dos columnas y salgan arriba por dentro de dicha
corona y en medio de las dichas columnas este una ca de oro. K. q’ es la primera letra
del nombre propio de mi el Rey. En campo azul y por timbre encima del escudo un grifo
que mire a la mano derecha y abrace el dicho escudo según que aquí van figuradas y
pintadas las quales dhas armas valla a la dicha ciudad de trugillo por sus armas
Real Cédula
Nota: Las dos columnas representan las Columnas de Hércules. Según la mitología
romana, Hércules había puesto dos pilares en el Estrecho de Gibraltar, y se creía que
eran el límite del mundo, la última frontera para los navegantes del Mediterráneo.
Era el Non Terrae Plus Ultra (No existe tierra más allá). Plus Ultra (Más allá), desde
1515, ha sido el lema nacional de España, el lema viene escrito alrededor de las dos
Columnas de Hércules.
Los dos bastones representan la Cruz de Borgoña o "Aspa de Borgoña" que es una
representación de la Cruz de San Andrés en la que los troncos que forman la cruz
aparecen con sus nudos en los lugares donde se cortaron las ramas. Este emblema
ha sido incluido en los escudos de armas y en las banderas de España, tanto de tierra
como de mar, desde 1506, época de su introducción con la Guardia Borgoñona de
Felipe el Hermoso, hasta nuestros días, donde todavía es un elemento importante
en el Escudo de Armas del Rey de España, y en su estandarte, así como en los
estandartes, banderas, banderines, guiones, pendones y confalones de las Fuerzas
Armadas de España. La cruz de San Andrés es representación de humildad y
sufrimiento y en heráldica simboliza al caudillo invicto en combate. Una variante de
la cruz de San Andrés es la Cruz de Borgoña, de manera que, hoy en día muchas
banderas americanas recuerdan en su diseño la Cruz de Borgoña y su pasado
español.
Bibliografía
CONCEJO PROVINCIAL DE TRUJILLO. Actas del Cabildo de Trujillo, 1549-1560.
Tomo I. Lima, 1969-1970.
PORRAS BARRENECHEA, Raúl. “La fundación de Trujillo”. En Junta del IV
Centenario de la Fundación de Trujillo. Apuntes y estudios históricos sobre la fecha
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VARGAS UGARTE, Rubén S.J. “La fecha de la fundación de Trujillo”. Revista Histórica.
Lima, año X, 1936, pp. 299-239.
ROMERO, Carlos. “Informe del Instituto Histórico del Perú sobre la Fundación de
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