Catecismo 331 – 336 CREO EN DIOS PADRE –CREADOR El cielo y la tierra.

Cristo con todos sus ángeles

Catecismo 331 – 336 CREO EN DIOS PADRE –CREADOR

El cielo y la tierra. Cristo "con todos sus ángeles"

2011

Mons. JOSE IGNACIO MUNILLA

Un cordial saludo a todos los oyentes de Radio María. Un dia más, con la Gracia del Señor,
proseguimos el comentario del catecismo de nuestra madre la Iglesia.

Cristo "con todos sus ángeles"

Punto 331:
Cristo es el centro del mundo de los ángeles. Los ángeles le pertenecen:
"Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus
ángeles..." (Mt 25, 31). Le pertenecen porque fueron creados por y para Él:
"Porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las
visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las
Potestades: todo fue creado por Él y para Él" (Col 1, 16). Le pertenecen más
aún porque los ha hecho mensajeros de su designio de salvación: "¿Es que no
son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de
heredar la salvación?" (Hb 1, 14).

Monseñor recuerda que en programa anterior se habló ya de los ángeles explicando quiénes son,
definiéndolos como “espíritus puros que son enviados de Dios, servidores suyos”.

Ahora se hace una afirmación añadida, diciendo que nunca están al margen de Cristo. Son creados por y
para Él. Sería una desequilibrada “angeleología” o espiritualidad con respecto a nuestra fe en los ángeles,
aquella que les diese un culto al margen de Jesucristo. Es verdad que hay fiestas litúrgicas de ángeles (San
Miguel, San Gabriel...) al igual que de santos. Pero siempre teniendo presente que cuando se venera a un
santo (o a un ángel), se ensalza aún más la realeza de Jesucristo. Ensalzar más al “Santo, que les hizo
santos”. Jesucristo. El culto que dirigimos a los ángeles, no hace sino ensalzar el Cristocentrismo.

Monseñor comenta como en esos retablos barrocos adornados con “angelillos o angelotes, muy
simpáticos ellos, rollizos o gorditos...” alguno puede pensar que son elementos decorativos. Pero no. Es
un error. Son mucho más. Es un marco que resulta la imagen de lo expuesto en el punto: Cristo es el
centro del mundo de los ángeles. En la escena del Juicio final de la capilla Sixtina, el marco son los
ángeles. Que Cristo sea el centro del Universo, del espacio y del tiempo, incluye a los ángeles.

Mateo 25,31
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31 «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se
sentará en su trono de gloria.

Obispo comenta que podría venir escrito “de todos los ángeles”, pero viene “de todos sus ángeles”, como
recalcando que son de Jesucristo.

Hebreos 1,14
14 ¿Es que no son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar
la salvación?

Estamos llamados a heredar la Salvación, y los ángeles son servidores para dicha meta. Obispo reflexiona
que a veces nos despistamos y obsesionarnos (hipoteca, relaciones...) que nos absorben como si fuera el
fin de nuestra vida. Los ángeles tienen la encomienda de Dios de conducirnos a la meta principal, que es
la salvación. El resto de preocupaciones, aquí se va a quedar y luego serán insignificantes y anecdóticas.

Dios pone “sus escoltas” a nuestro servicio, para recibir la heredad de salvación, y no nos distraigamos
por el camino.

Punto 332:
Desde la creación (cf Jb 38, 7, donde los ángeles son llamados "hijos de
Dios") y a lo largo de toda la historia de la salvación, los encontramos,
anunciando de lejos o de cerca, esa salvación y sirviendo al designio divino de
su realización: cierran el paraíso terrenal (cf Gn 3, 24), protegen a Lot (cf
Gn 19), salvan a Agar y a su hijo (cf Gn 21, 17), detienen la mano de
Abraham (cf Gn 22, 11), la ley es comunicada por su ministerio (cf Hch
7,53), conducen el pueblo de Dios (cf Ex 23, 20-23), anuncian nacimientos
(cf Jc 13) y vocaciones (cf Jc 6, 11-24; Is 6, 6), asisten a los profetas (cf
1 R 19, 5), por no citar más que algunos ejemplos. Finalmente, el ángel
Gabriel anuncia el nacimiento del Precursor y el del mismo Jesús (cf Lc 1,
11.26).

Comienza Monseñor comentando el punto, indicando que la expresión “hijos de Dios” tiene varias
acepciones. En el sentido pleno, entendemos que es a través de la gracia del sacramento del bautismo. En
un sentido más “lato” (y sigue siendo verdad), todos los hombres son hijos de Dios, y también los
ángeles.

Éxodo 1,14
20 He aquí que yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te
conduzca al lugar que te tengo preparado.
21 Pórtate bien en su presencia y escucha su voz; no le seas rebelde, que no perdonará vuestras
transgresiones, pues en él está mi Nombre.
22 Si escuchas atentamente su voz y haces todo lo que yo diga, tus enemigos serán mis enemigos
y tus adversarios mis adversarios.
23 Mi ángel caminará delante de ti y te introducirá en el país de los amorreos, de los hititas, de los
perizitas, de los cananeos, de los jivitas y de los jebuseos; y yo los exterminaré.

Mostrando que es un anticipo de la doctrina del ángel de la guarda que cuida de cada uno de nosotros, que
la Iglesia católica enseñó.
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Lo propio de una espiritualidad equilibrada de nuestra fe en los ángeles, es que seamos dóciles como los
ángeles a la acción de Dios, no rebeldes. Prontos a seguir la intuiciones que la gracia de Dios siembra en
nosotros.

Cómo asisten:

1 Reyes 19, 5-8

5 Se acostó y se durmió bajo una retama, pero un ángel le tocó y le dijo: «Levántate y come.»
6 Miró y vio a su cabecera una torta cocida sobre piedras calientes y un jarro de agua. Comió y
bebió y se volvió a acostar.
7 Volvió segunda vez el ángel de Yahveh, le tocó y le dijo: «Levántate y come, porque el camino
es demasiado largo para ti.»
8 Se levantó, comió y bebió, y con la fuerza de aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta
noches hasta el monte de Dios, el Horeb.

Esa imagen de Elías asistido por el ángel pasando el desierto, es imagen de cada uno de nosotros que
también tenemos que pasar el desierto de esta vida, pues la vida tiene algo de desierto. Y de oasis.

Es una pedagogía de cómo actúan los ángeles en nosotros.

Punto 333:
De la Encarnación a la Ascensión, la vida del Verbo encarnado está rodeada
de la adoración y del servicio de los ángeles. Cuando Dios introduce «a su
Primogénito en el mundo, dice: "adórenle todos los ángeles de Dios"» (Hb 1,
6). Su cántico de alabanza en el nacimiento de Cristo no ha cesado de
resonar en la alabanza de la Iglesia: "Gloria a Dios..." (Lc 2, 14). Protegen
la infancia de Jesús (cf Mt 1, 20; 2, 13.19), le sirven en el desierto (cf Mc
1, 12; Mt 4, 11), lo reconfortan en la agonía (cf Lc 22, 43), cuando Él
habría podido ser salvado por ellos de la mano de sus enemigos (cf Mt 26,
53) como en otro tiempo Israel (cf 2 M 10, 29-30; 11,8). Son también los
ángeles quienes "evangelizan" (Lc 2, 10) anunciando la Buena Nueva de la
Encarnación (cf Lc 2, 8-14), y de la Resurrección (cf Mc 16, 5-7) de Cristo.
Con ocasión de la segunda venida de Cristo, anunciada por los ángeles (cf Hb
1, 10-11), éstos estarán presentes al servicio del juicio del Señor (cf Mt
13, 41; 25, 31 ; Lc 12, 8-9).

Comenta Monseñor, que aunque Gabriel tuvo el privilegio de dar el Anuncio, eran multitud los que
alababan y cantaban la venida del Señor.

Mateo 2,13
13 Después que ellos se retiraron, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
«Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga.
Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.»

¿Quién nos dice a nosotros que no estamos siendo continuamente protegidos y asistidos por ángeles? Se
pregunta el Obispo. Tenemos que creerlo en la fe. No es sano espiritualmente que intentemos
“materializar” el efecto de los ángeles en visualizaciones etc.

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En el momento tan duro de la agonía de Jesucristo, cuando “asustaba” verlo tan débil, un ángel le
reconfortó y le consolaba.

Lucas 22,43
43 Entonces, se le apareció un ángel venido del cielo que le confortaba.

En nuestra vida diaria, la forma en la que la gracia de Dios se presenta, es mucho más lo que no vemos
que lo que vemos. Algún día nos maravillaremos de cómo fuimos guardados y asistidos, aun siendo
inconscientes y desagradecidos. Cómo el ángel de la guarda vela, aunque nunca hayamos hablado con él.

Los ángeles proclaman la gloria de Dios, y lo habitual es que lo hagan a través nuestro.
En la Segunda venida, la Parusía de la Venida gloriosa, en muchos pasajes se subraya la presencia de los
ángeles

Lucas 12,8-9
8 «Yo os digo: Por todo el que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se
declarará por él ante los ángeles de Dios.
9 Pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.

Los ángeles en la vida de la Iglesia

Punto 334:
De aquí que toda la vida de la Iglesia se beneficie de la ayuda misteriosa y
poderosa de los ángeles (cf Hch 5, 18-20; 8, 26-29; 10, 3-8; 12, 6-11;
27, 23-25).

La Iglesia es el cuerpo místico, del que Cristo es la cabeza. A Él le asisten, y a la iglesia también. Por lo
que como un cuerpo, que es asistido completamente en sus partes, a la Iglesia le asisten los ángeles.

Hechos 5,18-20
18 echaron mano a los apóstoles y les metieron en la cárcel pública.
19 Pero el Ángel del Señor, por la noche, abrió las puertas de la prisión, les sacó y les dijo:
20 «Id, presentaos en el Templo y decid al pueblo todo lo referente a esta Vida.»

Hechos 8,26-29
26 El Ángel del Señor habló a Felipe diciendo: «Levántate y marcha hacia el mediodía por el
camino que baja de Jerusalén a Gaza. Es desierto.»
27 Se levantó y partió. Y he aquí que un etíope eunuco, alto funcionario de Candace, reina de los
etíopes, que estaba a cargo de todos sus tesoros, y había venido a adorar en Jerusalén,
28 regresaba sentado en su carro, leyendo al profeta Isaías.
29 El Espíritu dijo a Felipe: «Acércate y ponte junto a ese carro.»

Monseñor comenta que puede haber quien considere este asunto de los ángeles demasiado “desencarnado,
fuera de la realidad”, pero responde que hablamos desde la fe, y desde la revelación de la Sagrada
Escritura, lo cual da un conocimiento de la realidad mucho más profundo que el que podemos tener
únicamente a través de unos juicios racionales. Esto no es irracional, es suprarracional.

Punto 335:

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En su liturgia, la Iglesia se une a los ángeles para adorar al Dios tres veces
santo (cf Misal Romano, "Sanctus"); invoca su asistencia (así en el «Supplices
te rogamus...» [«Te pedimos humildemente...»] del Canon romano o el «In
Paradisum deducant te angeli...» [«Al Paraíso te lleven los ángeles...»] de la
liturgia de difuntos, o también en el "himno querúbico" de la liturgia
bizantina) y celebra más particularmente la memoria de ciertos ángeles (san
Miguel, san Gabriel, san Rafael, los ángeles custodios).

Monseñor comenta que en ese primer Canon que se llama el Canon Romano, hay una expresión que dice:
“Que este sacrificio sea llevado por tus ángeles ante Tu presencia”, y que en San Sebastián hay una
iglesia que en el altar, en vez de haber unas columnas, hay unos ángeles que son los pivotes que sostienen
el altar, lo cual es una evocación maravillosa. Los ángeles son como la patena de la Iglesia que eleva el
sacrificio de Cristo y lo ofrece al Padre.

Hay también en el punto una referencia muy hermosa a la liturgia de los difuntos: “Al Paraíso te lleven
los ángeles...” Así como todos los ángeles acompañaban al Señor en su ascensión, podemos pensar que al
partir de esta vida cada uno y presentarnos delante de Dios, no nos presentamos solos. Cristo nos envía
sus ángeles. ¡Qué importante que crezcamos en sensibilidad!, exclama el Obispo.

Uno de nuestros problemas principales es el del materialismo, que es una gran tentación para hacernos
ateos, por lo menos incrédulos, muy reticentes a lo sobrenatural. “Hay que pedir la gracia a nuestros
ángeles, para que nos sanen de la herida del materialismo” Hoy día, el materialismo reduce los ángeles a
una creación propia, una mitificación de la propia espiritualidad. Como un recurso en el que proyectamos.
Son seres creados por Dios, con una entidad tan real como la nuestra.

En la liturgia, los ángeles son adoradores del Cordero, y nos enseñan a adorar. Comenta Monseñor, que
los niños de Fátima, antes de las apariciones, tenían la visita de un ángel que les preparaba para adorar a
Dios. Les preparaba para tener esa presencia ante María. No para adorarla –puntualiza - pero para ver ese
rostro de María que es reflejo de la gloria del Padre.

La liturgia es una escuela de “angeleología”.

Punto 336:
Desde su comienzo (cf Mt 18, 10) hasta la muerte (cf Lc 16, 22), la vida
humana está rodeada de su custodia (cf Sal 34, 8; 91, 10-13) y de su
intercesión (cf Jb 33, 23-24; Za 1,12; Tb 12, 12). "Nadie podrá negar que
cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducir su
vida" (San Basilio Magno, Adversus Eunomium, 3, 1: PG 29, 656B). Desde
esta tierra, la vida cristiana participa, por la fe, en la sociedad
bienaventurada de los ángeles y de los hombres, unidos en Dios.

Cada uno de nosotros tiene un ángel protector, un ángel custodio. Es verdad que no tiene el mismo grado
de definición dogmática afirmar la existencia de los ángeles, que decir que cada persona tiene un
custodio, dentro de la jerarquía de las verdades de fe de la iglesia. Pero la iglesia católica afirma la
existencia de un ángel custodio para cada uno, desde la infancia hasta la muerte.

Mateo 18,10
10 «Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los
cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos.
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Reflexiona Monseñor estas palabras con respecto al aborto. Si pensáramos en este pasaje, la concepción
del aborto cambiaría mucho.

Lucas 16,22
22 Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió
también el rico y fue sepultado.

Es el relato de Lázaro (el pobre) y Epulón (el rico). La fe católica tiene firmes bases bíblicas afirma
Monseñor. A veces se ha acusado “ridículamente” de que el dogma católico está al margen de la Biblia.
El Catecismo está totalmente fundamentado en la Biblia.

Job 33,23-24
23 Si hay entonces junto a él un Ángel, un Mediador escogido entre mil, que declare al hombre su
deber,
24 que de él se apiade y diga: «Líbrale de bajar a la fosa, yo he encontrado el rescate de su alma»,

El ángel como mediador, intercesor.

Monseñor concluye el punto diciendo que al leer la vida de los santos, impresiona ver la intimidad con la
que se relacionaban con sus ángeles de la guarda. Algunos santos han tenido hasta el atrevimiento de
poner nombre a su ángel custodio. Recuerda la vida de la niña Alexia, cómo ella hablaba con su ángel
personalmente. El materialismo y racionalismo en el que estamos imbuidos, nos aleja de esto,
“comenzando por el que habla”. Debemos hacer examen de conciencia, y recuperar de manera
equilibrada –recordando que la devoción a los ángeles no está desligada del Cristocentrismo- nuestra fe
en los ángeles.

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