Este documento habla sobre la disciplina que Dios provee a sus hijos para ayudarlos a mejorar y corregirlos cuando es necesario. La Biblia enseña que todos cometemos errores y necesitamos esta disciplina para llegar a ser mejores personas. Aunque a veces es dolorosa, la disciplina produce frutos de justicia si la aceptamos con humildad.
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Este documento habla sobre la disciplina que Dios provee a sus hijos para ayudarlos a mejorar y corregirlos cuando es necesario. La Biblia enseña que todos cometemos errores y necesitamos esta disciplina para llegar a ser mejores personas. Aunque a veces es dolorosa, la disciplina produce frutos de justicia si la aceptamos con humildad.
Este documento habla sobre la disciplina que Dios provee a sus hijos para ayudarlos a mejorar y corregirlos cuando es necesario. La Biblia enseña que todos cometemos errores y necesitamos esta disciplina para llegar a ser mejores personas. Aunque a veces es dolorosa, la disciplina produce frutos de justicia si la aceptamos con humildad.
Este documento habla sobre la disciplina que Dios provee a sus hijos para ayudarlos a mejorar y corregirlos cuando es necesario. La Biblia enseña que todos cometemos errores y necesitamos esta disciplina para llegar a ser mejores personas. Aunque a veces es dolorosa, la disciplina produce frutos de justicia si la aceptamos con humildad.
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PROBABLEMENTE USTED CONOZCA A ALGUIEN
QUIZÁS UN FAMILIAR O UN COMPAÑERO DE TRABAJO O VECINO O
UN AMIGO QUE NUNCA ADMITE QUE HA COMETIDO UN ERROR O SE HA EQUIVOCADO ¿Qué piensa de una persona como esa? ¿mejoraría o empeoraría tu opinión sobre el sí cierto día te confiesa con toda franqueza “lo siento mucho veo que me equivoque? En realidad, todos cometemos errores ¿verdad? Ninguno de nosotros es perfecto y sin tacha, la biblia nos dice eso y también nos dice cual es origen de la desobediencia y esta se remonta al pasado con nuestros primeros padres que desobedecieron a jehová por eso jehová hoy día se preocupa mucho por nosotros y como un padre amoroso nos disciplina para nuestro bien Hebreos 12:5. Y se han olvidado por completo del consejoa que se les dirige a ustedes como si fueran hijos: “Hijo mío, no menosprecies la disciplina de Jehováb ni te rindas cuando él te corrija, ¿Recibimos en el pasado alguna disciplina o consejo firme? Seguir mirando atrás con resentimiento no solo es doloroso, sino que puede desmoralizarnos Sea que despreciemos de entrada el consejo, o sea que nos demos por vencidos después de aceptarlo, el resultado será el mismo: no dejaremos que nos beneficie y nos refine. Es mucho mejor seguir esta exhortación de Salomón: (Pro. 4:13) “Ásete de la disciplina; no la sueltes. Salvaguárdala, pues ella misma es tu vida” Debemos hacer lo mismo que los buenos conductores al ver una señal en la carretera: aceptar la indicación, aplicarla y seguir adelante ¿Pero que se nos disciplina jehová? Hebreos 12:6, 7 6 porque Jehováa disciplina a quienes ama. De hecho, castigab a todo el que recibe como hijo”.g 7 Como parte de su disciplina,a ustedes necesitan aguantar. Dios los trata como a hijos.h ¿Y qué hijo no es disciplinado por su padre?i
Un buen padre se preocupa por la clase de adultos que
llegarán a ser sus hijos, y por eso los disciplina nuestro Padre celestial a veces ve necesario disciplinarnos. Ahora bien, lejos de maltratarnos, siempre nos corrige con amor. Al igual que su Padre, Jesús nunca trató con aspereza a sus discípulos, ni siquiera cuando, tras haberlos corregido con justa razón, tardaban en acatar la disciplina
Dios nos corrige cuando lo necesitamos y en ocasiones nos
enseña para que seamos mejores personas. La Biblia habla, por ejemplo, de las situaciones tan difíciles que vivieron siervos cómo José, Moisés y David. Además, cuenta cómo los ayudó Jehová. Cuando estos siervos de Dios recibieron mayores responsabilidades, las cosas que habían aprendido les fueron muy útiles. Estos y otros emocionantes relatos nos ayudan a sentirnos más queridos por Jehová
Hebreos 12:11. 11 Es cierto que en el momento ninguna disciplina resulta agradable, sino que duele.a Pero después produce en los que han sido entrenados por ella el fruto pacífico de la justicia.
Es cierto que la disciplina puede ser dolorosa, pero rechazarla
puede ser aún más doloroso (Heb. 12:11). Veamos dos ejemplos: el de Caín y el del rey Sedequías. Cuando Dios vio que Caín sentía odio por su hermano y quería matarlo, le dijo: “¿Por qué estás enardecido de cólera, y por qué se te ha decaído el semblante? Si te diriges a hacer lo bueno, ¿no habrá ensalzamiento? Pero si no te diriges a hacer lo bueno, hay pecado agazapado a la entrada, y su deseo vehemente es por ti; y tú, por tu parte, ¿lograrás el dominio sobre él?” (Gén. 4:6, 7). Por desgracia, Caín no hizo caso a Jehová. Mató a su hermano y tuvo que sufrir las terribles consecuencias por el resto de su vida (Gén. 4:11, 12). Si Caín hubiera aceptado la corrección de Jehová, se habría evitado mucho dolor. ¿De qué maneras recibimos disciplina? • Mediante la lectura de la Biblia, el estudio personal, la asistencia a las reuniones y la meditación. • Mediante los consejos que nos dan otros cristianos. • Al sufrir las consecuencias de nuestros errores. • Mediante la censura judicial o la expulsión. • Mediante las pruebas o la persecución que Jehová permite que afrontemos
La persecución que Jehová permite que sus siervos sufran
puede servirles de disciplina o de preparación, y producir en ellos el deseable fruto de la justicia, del que disfrutarán en paz cuando la prueba haya terminado. (Heb 12:4-11.) Hasta se preparó al Hijo de Dios para que fuese un sumo sacerdote compasivo y misericordioso mediante las pruebas que su Padre permitió que sufriese.
Sea que nos toque enfrentar cualquier clase de disciplina por
parte de jehová dejemos que esta nos moldee para que seamos declarados justos delante de él y recibamos sus bendiciones futuras vida eterna en un paraíso