Medidas de Minimizacion de Impactos
Medidas de Minimizacion de Impactos
Medidas de Minimizacion de Impactos
Las regulaciones y legislaciones sobre el medio ambiente, de cada país o región, por lo
general exigen que si durante las etapas de establecimiento u operación de una
determinada actividad (como por ejemplo: una fábrica, una carretera, un aeropuerto)
pueden producir efectos ambientales con consecuencias negativas (como por ejemplo:
perturbación de hábitats, generación de polvo, liberación de residuos sólidos, líquidos o
gaseosos, degradación del paisaje), el estudio de impacto ambiental debe identificar las
diversas medidas y planes que deben ser implementadas para mitigar estos efectos
negativos.
Las medidas correctoras dependen del tipo de obra o de la acción que se tenga
planificado llevar a cabo
Ante el creciente y preocupante incremento del impacto al medio ambiente por al accionar
de la humanidad, se hace indispensable la realización de construcciones civiles
sustentables para garantizar el desarrollo social y económico de los países
Cada vez cobra mayor importancia y se manifiesta una mayor necesidad del cuidado del
medio ambiente natural y construido.
Existe una contradicción evidente entre el desarrollo y el medio ambiente, pues para
desarrollarse generalmente hay que impactar varios o todos los factores que conforman el
medio ambiente (la atmósfera, el agua, los suelos, la vegetación, la fauna, el paisaje, el
hábitat y las costumbres de pobladores autóctonos de una región o zona.
2.- Impulso a la energía solar: Los tejados de nuestras ciudades son excelentes
lugares para la ubicación a gran escala de centrales de energía solar fotovoltaica para
producir electricidad y captadores solares térmicos para producir agua caliente. Deben
generalizarse las ordenanzas solares que hagan obligatorios estos dispositivos.
3.- Construcción sostenible: El diseño de los barrios debe tener en cuenta el entorno.
Debe potenciarse la utilización de materiales en cuya extracción no se haya producido un
deterioro del medio ambiente, como la madera certificada FSC.
4.- Menos agua, ríos más limpios: El problema no es la sequía, es el aumento sin
límites del consumo de agua. Por ello debe detenerse la promoción de actividades muy
intensivas en el uso del agua y promoverse un uso mucho más racional de este recurso
basándose en el ahorro, la eficiencia y la reutilización.
6.- Menos basura: Casi tres cuartas partes de lo consumido por la sociedad industrial
tarda menos de un año en convertirse directamente en residuo. Hay que impulsar
definitivamente la recuperación de los materiales que hoy se convierten en basura a
través de medidas que impulsen las tres erres: reducción, reutilización y reciclaje.
7.- Compostaje: La materia orgánica debe volver a la tierra para evitar su progresivo
empobrecimiento y el uso de abonos artificiales. Por ello la parte orgánica de nuestras
basuras puede recuperarse a través de un impulso al compostaje.
8.- Transporte: Greenpeace propone una limitación del uso del coche en las ciudades
y que se promueva de manera preferente al peatón, el uso de la bicicleta y el transporte
público. En la actualidad la mitad de los desplazamientos en coche se realizan a menos
de 3 km. de distancia, y un 10% son para trayectos de menos de 500 metros.
En esta segunda etapa, cada una de las alternativas generadas en la primera, se las evalúa
y se efectúa una jerarquización de las mismas, de la mejor a la peor en función de algún
indicador. No debemos perder de vista, que para poder efectuar esta etapa
adecuadamente, las alternativas a ser evaluadas deben ser comparables, es decir deben
brindar a los usuarios del proyecto, el mismo nivel de satisfacción. Así, por ejemplo, si el
proceso tecnológico en una de las alternativas (alternativa A), impacta negativamente al
medio ambiente, frente a otras que no lo hacen (alternativas B y C), para hacer comparables
las tres, será necesario proponer medidas de mitigación para la alternativa A, e incorporar
dichas medidas, en el costo ya sea de inversión u operación de dicha alternativa. En lo
posible, la evaluación de las alternativas deberá efectuarse a través del Análisis Costo
Eficiencia (ACE), o Análisis Costo Beneficio (ACB), siempre y cuando se puedan cuantificar
los costos para el primer indicador, y costos y beneficios para el segundo. Estos coeficientes
se utilizan principalmente para evaluar alternativas tecnológicas; lo cual conduce en el
primer caso, al denominado Análisis de Mínimo Costo.
La valoración de los costos y beneficios para la evaluación de las alternativas en el caso de
Proyectos de Desarrollo Local, deberá efectuarse siempre a precios sociales, en el caso de
proyectos del sector privado (evaluación financiera), se utilizarán precios de mercado. Sin
embargo, las alternativas de localización y de impacto ambiental, podrán evaluarse
utilizando, La jerarquización de las alternativas y posterior elección de la alternativa óptima,
deberá tomar en consideración la evaluación de las diferentes alternativas, en cuanto a
localización, tecnología e impacto ambiental, principalmente.