Resumen Psicología UBA XXI 2019
Resumen Psicología UBA XXI 2019
Resumen Psicología UBA XXI 2019
Ernest Cassirer
Antropología Filosófica
El biólogo Uexhull señala que representaría una especie verdaderamente ingenua de dogmatismo
suponer que existe una realidad absoluta de cosas que fuera la misma para todos los seres vivientes. La realidad no es una cosa única y homogénea
se halla inmensamente diversificada, poseyendo tantos esquemas y patrones diferentes cuantos diferentes organismos hay. Cada organismo es un
ser monádico. Posee un mundo propio, por lo mismo que posee una experiencia peculiar. Los fenómenos que encontramos en la vida de una
determinada especia biológica no son transferibles a otras especies (en el mundo de una mosca encontramos solo “cosas de mosca”)
Anatomía comparada: si conocemos la estructura anatómica de una especie animal estamos en posesión de todos los datos necesarios para
reconstruir su modo especial de experiencias. Un estudio de la estructura proporciona una imagen perfecta del mundo interno y externo del
organismo.
Cada organismo se haya adaptado y enteramente coordinado con su ambiente. Se dice que cada organismo posee un sistema “receptor” (recibe
los estímulos externos) y un sistema “efector” (reacciona ante los mismos). El organismo no podría sobrevivir sin la cooperación y equilibrio de
estos dos sistemas, denominados círculo funcional.
En el mundo humano encontramos una característica nueva que parece constituir la marca distintiva de la vida del hombre. Su círculo funcional no
sólo se ha ampliado cuantitativamente y cualitativamente. Entre el sistema receptor y el efector hallamos en él como eslabón intermedio el sistema
simbólico.
En el caso de los animales y su círculo funcional, una respuesta directa e inmediata sigue al estímulo externo, en el caso humano, la respuesta es
demorada, es interrumpida y retardada por un proceso lento y complicado de pensamiento. El hombre ya no vive solamente en un puro universo
físico sino en un universo simbólico (una nueva dimensión de la realidad). El lenguaje, el mito, el arte y la religión constituyen partes de este
universo. El hombre no puede enfrentarse ya con la realidad de un modo inmediato.
La definición de hombre ha cambiado: aunque la racionalidad es un rasgo inherente a todas las actividades humanas, la razón es un término
verdaderamente inadecuado para abarcar las formas de la vida cultural humana en toda su riqueza y diversidad; en lugar de definir al hombre
como un animal racional lo definiremos como un animal simbólico.
El hombre es un ser biológico al par que un individuo social. Entre las respuestas que da a las excitaciones externas o internas, algunas
corresponden íntegramente a su naturaleza y otras a su situación. A veces los estímulos psicobiológicos y el estímulo psicosocial provocan
reacciones del mismo tipo (ej: ¿el miedo del niño en la oscuridad se explica cómo manifestación de su naturaleza animal o como resultado de los
cuentos?). La respuesta del sujeto constituye una verdadera integración de las fuentes biológicas y sociales de su comportamiento.
Efectuar el análisis: esta dificultad es doble; por una parte se puede intentar definir, para cada actitud, una causa de orden biológico o de orden
social; por otra, buscar el mecanismo que permite que actitudes de origen cultural se injerten en comportamientos que son, en sí mismos, de
naturaleza biológica.
El único medio para eliminar estas incertidumbres seria prolongar la observación del individuo en situación de aislamiento desde su nacimiento
durante algunos meses o incluso años, pero entonces nos encontraremos con dificultades insolubles, ya que el ambiente que pudiera satisfacer las
condiciones rigurosas de aislamiento exigidas por la experiencia no es menos artificial que el ambiente cultural al que se pretende sustituir.
El ser humano nace en una situación de indefendencia, pues sólo moriría. Además le cuesta años independizarse logrando el desarrollo de sus
facultades superiores. En cambio, los animales no (ej. nacen ya pueden erguirse y caminar por sus propios medios).
No se puede encontrar en el hombre, a diferencia del animal (uno doméstico que es quitado del ambiente social humano), un comportamiento de
carácter precultural (aunque se encuentre solo durante años).
En el mundo natural hay ausencia de reglas, en el animal no hay reglas; el mundo humano es un conjunto de reglas, como la regla que caracteriza a
la cultura (en todas y en todos los tiempos) es la prohibición del incesto => regla universal.
LEY DE PROHICIÓN DEL INCESTO: es una ley que organiza la sociedad y posibilita la exogamia. Es el “núcleo relacional latente” articulador
de toda organización humana. No está presente en las organizaciones de las demás especies.
NÚCLEO RELACIONAL LATENTE
Sostiene que es necesario encontrar en las civilizaciones aquel núcleo que pueda dar sentido a la civilización como
totalidad.
Encuentra este núcleo en diferentes sistemas de reglas y prohibiciones del matrimonio, ya que esto obliga los hombres a comunicar e intercambiar
con otros grupos (exogamia), formando así nuevas alianzas.
La cultura se fundamenta en reglas que son particulares y sociales de cada cultura. Estas se transmiten degeneración en generación. Lo particular
caracteriza a la cultura y lo universal a lo natural.
La única ley universal en las sociedades humanas es la Ley de Prohibición del Incesto (toda cultura posee esta ley, aunque con distintos contenidos).
Todo lo que es universal en el hombre corresponde al orden de la naturaleza y se caracteriza por la espontaneidad, mientras que todo lo que está
sujeto a una norma pertenece a la cultura y presenta los atributos de lo relativo y de lo particular.
Lenguaje propositivo
Lenguaje simbólico
Sujeto a leyes
Bleger
Psicología de la Conducta
Enfoque de la psicología
La psicología llega muy tarde a estructurarse
como campo científico; el término psicología data del siglo XVI, pero aun en el XVIII era muy raro su empleo; adoptado por Kant, se
difundió posteriormente.
Freud señaló las tres heridas al narcisismo humano:
1. El planeta no es el centro del universo, sino uno de los tantos, entre los que no ocupa ningún puesto de privilegio;
3. No somos seres íntegramente racionales, sino que buena parte de nuestra conducta es desconocida por nosotros mismos.
El desarrollo de la ciencia se halla muy vinculado al desarrollo de la sociedad humana y a la de sus necesidades técnicas o, en otros términos, a la
necesidad de supervivencia de la especie. Cabe preguntarse si el ser humano necesita de la psicología para su supervivencia; en qué términos
aporta respuestas para que se genere tal supervivencia.
La psicología y su objeto de estudio
Estudia a los seres humanos, al igual que otras tantas disciplinas. Considerar que cada una de ellas toma una
parte del objeto para su estudio, o bien que cada una de ellas enfoca de una manera exclusiva y privativa el mismo fenómeno. Falacias han
conducido a la psicología a
definir su objeto de estudio como el alma, la conciencia, la mente o el psiquismo, olvidando que estas son entidades abstractas con las cuales se
reemplazan los fenómenos concretos.
Bleger critica tres mitos: el mito del hombre natural, del hombre aislado y del hombre abstracto.
Se postula la existencia de un estado originario del ser humano, que se ha corrompido por la influencia de la civilización, en pugna con lo
socialmente adquirido que constituye lo artificial, el estado natural del hombre es sustentado como genuino o ideal. Se ha inferido que el camino
correcto es el de la “vuelta a la naturaleza”, el retorno al estado originario, natural, desechando o apartando todo lo culturalmente adquirido y
condicionado en el ser humano. Implica que el hombre natural es bueno y tiene cualidades que se perturban por la influencia de la organización
social.
El desarrollo de la cultura da un barniz superficial al ser humano que recubre su naturaleza originaria (inamovible y fija) que puede ser
reencontrada o puesta nuevamente en primer término.
Rousseau sostiene que las artes y las ciencias han producido una decadencia del ser
primitivo, esencialmente bueno, que así se ha corrompido por la influencia cultural (antinatural). Klages habla sobre una oposición entre alma (en
relación directa e inmediata con la naturaleza) y espíritu (la esfera racional, la fuerza lógica que destruye progresivamente el alma).
Bidney supone el estado natural de un hombre originario universal, por el cual el mismo es, en todos los lugares y en todos los tiempos, el mismo.
Crítica de Bleger (caída del mito): considera que esta teoría como una prolongación de una fantasía de carácter religioso. No existe un “hombre
natural”: en el origen, el hombre no es bueno ni malo. Se ha demostrado que los individuos de culturas primitivas tampoco son seres naturales y
que su personalidad está funcionalmente correlacionada con la estructura total de su respectiva organización social que es altamente compleja.
Plantea que el hombre mismo es un producto de un desarrollo histórico y deviene una nueva naturaleza: la humana.
2) Mito del hombre aislado
Afirma que el ser humano es, tanto individual como socialmente, originariamente un ser aislado no social, que
asimilación esfuerzo y gradualmente la necesidad de relacionarse con otros individuos. De esta manera, un problema que se planteaba la Psicología
era el de investigar cómo los seres humanos entran en relación los unos con los otros.
Crítica de Bleger (caída del mito): Ligada a la idea del "hombre natural” ambas pasan por alto el hecho de que el hombre sólo es tal en función de
ser social y que, el alto grado de individualidad es también producto social (“uno existe en cuanto al otro”). El hombre es en sí un producto social
(por naturaleza) y que lo que se debe investigar es cómo el ser humano en tanto integrante de una cultura, llega a formarse como sujeto aislado.
Consiste en estudiar al ser humano como determinado, aislado de las situaciones reales, históricas y presentes. Cuanto más abstracto es el hombre
que se estudia más idénticas resultan todas sus características y más fijas e inmutables.
Crítica de Bleger (caída del mito): lo critica porque junto con los otros dos mitos conduce a descartar las variables sociales y culturales,
considerados simplemente como un agregado de la vida del hombre y no como variables sustanciales. La psicología moderna tiende a considerar
todos los fenómenos psicológicos como derivados de determinadas relaciones interacciones concretas del ser humano, como ser social.
ANTINOMIAS/Contradicciones
Bleger cuestiona dos antinomias (aquellas afirmaciones opuestas que se prueban con la misma necesidad):
1) La antinomia Individuo-sociedad:
Supone que el individuo está limitado, distorsionado o coaccionado por la organización social. Se relaciona muy estrechamente con la concepción
del hombre aislado, en cuanto supone que para lograr los beneficios de la vida social, los seres humanos hemos tenido y tenemos que sacrificar la
satisfacción de tendencias individuales que son incompatibles con las normales sociales y la organización cultural en general.
Se trata de salvar la sociedad atribuyéndole al hombre, malo y animal, todos los desajustes de nuestra organización.
Crítica de Bleger: Bleger afirma que hay una permanente y estrecha relación entre individuo y sociedad y solo se puede comprender el uno por el
otro; como seres humanos, dependemos en un alto grado de la naturaleza, de nuestros semejantes y de la organización social para satisfacer
necesidades.
2) La antinomia Innato-adquirido
Consiste en bien suponer que la naturaleza y la sociedad son fijas (“fijismo”) e inmutables, hechas de una vez y para siempre; o bien suponer que el
aprendizaje, lo adquirido y el cambio es lo único que dirige el desarrollo.
Crítica de Bleger: lo critica porque supone falta de comprensión intelectual, ideológica y social del proceso dialéctico en el desarrollo del ser
humano.
El ser humano
Pierden vigencia las discusiones e investigaciones que aíslan al ser humano, o tratan en forma abstracta una parte de sus
manifestaciones, sin conexión con la naturaleza y su medio social. El mismo puede ser caracterizado por:
Pertenecer a una naturaleza peculiar: la humana. La sociedad no es un factor superficial, sino que cambia profunda y sustancialmente la primitiva
condición de ser natural.
Es concreto: pertenece a una determinada cultura, clase social, grupo étnico, religioso, de forma no casual o aleatoria. No se debe estudiar la
conciencia, sino la conducta concreta del ser humano, en contexto.
Es social: las experiencias con los demás individuos lo constituyen como tal (“uno existe en cuanto al otro”)
Es histórico: es el producto de un desarrollo dialéctico entre la naturaleza y lo social; y no se da una vez y para siempre.
El ser humano vive en un
ambiente social que es una fuente de estímulos para la organización de sus cualidades psicológicas.
No puede conocerse la condición del ser
humano por pura reflexión
Es el único ser vivo que vive en la naturaleza pero también puede independizarse de ella: puede producir sus propios medios de subsistencia:
pensarse a sí mismo, crear un lenguaje, planificar su acción, usar instrumentos y técnicas que modifican su propia naturaleza.
Tiene la fuente de producción para todas las relaciones humanas en esos medios de subsistencia.
José Topf
Desarrollos en el estudio de la conducta humana
Ruptura con la psicología de la conciencia y el método de la introspección
Hacia fines del siglo XIX ese cuerpo teórico se hallaba abocado al estudio
de los fenómenos de conciencia en cuanto a su objeto, implementando la introspección en lo que se refiere a método.
El periodo de estudio de lo que se dio en llamar lenguaje, las funciones psicológicas (sensaciones, percepción, memoria, pensamiento, voluntad),
en la suposición de que estos eran los elementos básicos del comportamiento y de que estos darían cuenta del modo de ser de las personas.
Concepciones posteriores nos permiten entender que la conducta es una unidad en sí, producto de una persona única e irrepetible. Si bien de esos
comportamientos singulares podemos encontrar modos constantes de conducta para todas las personas en determinados grupos socioculturales.
Solo por medio de un proceso intelectual podemos recortar de esas constantes del comportamiento al reconocimiento del mundo y de sí mismo y
llamar a ello percepción; o recortar los aspectos que hacen a la resolución de problemas y llamar a ello inteligencia; o recortar los aspectos que
hacen al recuerdo de hechos sucedidos y llamarlo memoria.
En la misma época surgen en Europa el Psicoanálisis y en los EEUU el Conductismo. Este último se propone construir una psicología como ciencia
natural. Es decir, una ciencia no basada en especulaciones teóricas o en la introspección sino en la observación de los hechos. En aquel entonces
una psicología basada en la observación de unidades de conducta presuntamente medibles, verificables por un observador externo y capaces de
ser repetidas experimentalmente parecía ser el desiderátum de lo que debía ser una psicología científica.
John Watson => Conductismo => Psicología de la conducta => Escuela objetiva de la psicología
Su “Manifiesto Conductista”, se postula como posición esencialmente científica y objetiva (entendida en el contexto del concepto de ciencia de
aquel entonces y no en el actual).
El conductismo formula:
La psicología ha de ser científica, y para ello ha de ajustarse a los criterios y métodos
de las ciencias biológicas y de las
físico-químicas.
Su objeto, para que sea medible, observable y verificable ha de ser un objeto ajeno al
informe introspectivo de los sujetos
El objeto de estudio =>la conducta; el método de estudio =>la observación
El auge de una teoría en determinado medio
cultural se debe a una suma de factores que hacen a sus condiciones socioeconómicas y culturales, a la idiosincrasia y al pensamiento de
un pueblo, a algún hecho azaroso, pero por sobre todo a la permeabilidad que esa comunidad tiene hacia determinada cosmovisión.
Dos periodos del conductismo:
Conceptos teóricos fundantes de una psicología de la conducta humana
La psicología como el estudio de la conducta humana tiene cuatro líneas
fundantes:
1. Brentano (1889) planteó que para diferenciar los fenómenos de los fenómenos físicos era importante destacar que los primeros siempre están
referidos a un objeto. Es decir que se caracterizan por su intencionalidad. El objeto bien puede ser el pensamiento mismo, pero de todos
modos no hay pensamiento en sí, sentimiento en sí, deseo en sí, sino que todos los procesos psicológicos están referidos a algo que está
afuera, tienden a algo. Este es concepto de intencionalidad (toda concepción conlleva una personalidad).
2. William James (estadounidense) sostuvo que la conciencia está caracterizada por un fluir constante, por un continuo cambio. “La verdadera
cualidad de la conciencia es similar al vuelo del pájaro y no a los momentos en que el pájaro se detiene”. De aquí parten los conceptos de
unidad de la conducta y de dinámica (movimiento) del psiquismo. En 1890 fue el iniciador de una escuela denominada Funcionalismo, el
cual se interesó en los estados de conciencia y sus relaciones de un modo estatice; se centró en las funciones, en tanto actividad
constante del psiquismo. Angell(funcionalista) reemplaza los estados de conciencia por procesos (ciencia objetiva). Dijo que aunque el
concepto de conciencia parece ser un término más científico que el de alma, ambos aluden a entidades semejantes en cuanto a su
indefinición, por lo que propuso centrarse en el estudio de la conducta, aplicando el mismo método que había resultado eficaz en el
estudio del comportamiento animal (antecedente de los postulados watsonianos).
3. Sigmund Freud, creador del psicoanálisis, tuvo la concepción de que la gran parte de los procesos psicológicos son inconcientes. Invalida la
pretensión de un conocimiento absolutamente objetivo y válido por medio de la introspección. Su método es la asociación libre, que
implica por definición un informe verbal del sujeto acerca de sus ideas, el método reclama de otro capaz de hallar el nexo entre esas
ideas así informadas. La concepción del psiquismo fundado en la interrelación humana.
4. John Watson, lanza su Manifiesto Conductista
en 1913. Fue un psicólogo orientado a convertir la psicología en una ciencia según el modelo de las ciencias físico-químicas y de las
ciencias biológicas, que tomaban a aquellas como base de su razonamiento. Se interesó por crear una psicología humana objetiva
(psicología experimental).
Considera a la experiencia como base del conocimiento. No solo desde el punto de vista de la ciencia, sino que
todo acto de conciencia (el pensamiento, la reflexión humana) se lo considera basado en los datos suministrados por la experiencia
sensible.
La conducta como unidad de análisis y el método objetivo: observación, medición, reproductividad y predictibilidad
Esbozo de las corrientes
objetivas en psicología
Pavlov
Fisiólogo ruso que investigó el arco reflejo y las formas de condicionamiento. Uno de sus mayores descubrimientos es el de un instrumento: la
fístula estomacal o salival que puede ser conectada mediante un tubo de goma a un platillo y así no solamente pesar la saliva segregada por un
animal, sino también medir los intervalos en los cuales éste saliva. A través de esto pudo observarse que un animal también segrega saliva cuando
no tiene el alimento en la boca, o cuando no lo ve; son las llamadas secreciones psíquicas. Un estímulo originario se había asociado a un estímulo
posterior.
Trabajó con este instrumento para entender la discriminación de estímulos. Es muy difícil investigarlo en un animal; en un ser humano también es
difícil hacerlo de un modo preciso, per a un animal no podemos preguntarle cuándo percibe dos estímulos más o menos parecidos de un modo
diferenciado, y a un hombre sí.
Ejemplo: se condicionó a un animal para que segregara saliva frente a una nota, un sonido de determinadas vibraciones por segundo, y que no
segregara saliva frente a otro sonido de vibraciones diferentes. La cantidad de saliva segregada al alejarse de la nota que producía la salivación iba
descendiendo. A su vez crecía la cantidad de saliva segregada cuando se alejaba de la nota que no producía salivación. Había un momento en que
se producía la misma cantidad de saliva. El espacio entre ambos sonidos corresponde a lo que se llama umbral de discriminación.
La explicación del fenómeno estudiado debía poder basarse en el concepto de condicionamiento, pues un alimento sabroso podría no provocar
saliva si se lo condicionaba para eso.
Pavlov siempre rechazó toda tentativa para formular sus ideas en términos psicológicos. La neurofisiología era su interés. El Conductismo y la
Reflexología se basaron en sus estudios.
Bechterev
Trabajó sobre el pensamiento y el aprendizaje. En 1917 usó el término Reflexología para nombrar a esa Piscología Objetiva que había
creado. Sostuvo que así como era posible pensar en una reflexología de los procesos individuales era dable pensar en una psicología colectiva que
explicase con las mismas leyes y criterios los procesos sociales. Su sistema se puede definir como un sistema monista, puesto que postula una sola
realidad, en la que los procesos complejos se los supone basados en fenómenos simples, como son los reflejos condicionados (de lo micro a lo
macro)
Watson
Admitió la posibilidad de su existencia (la mente), pero sostuvo que la ciencia no podía ocuparse de ella, dado que no es algo que se pueda conocer
de un modo objetivo; por lo tanto es tema de la filosofía. Más adelante afirmó que la mente no existe.
Si bien Watson no fue reflexólogo, ni Pavlov un psicólogo monista, ni Bechterev un conductista, hay una conexión teórica entre ellos.
Antecedentes del conductismo en el desarrollo de la biología
El nacimiento del conductismo se basó en su crítica al método y al objeto de la
psicología anterior (psicología del primer laboratorio experimental => introspección). Otros antecedentes vinculados a la biología se enfrentaban
dos corrientes contrapuestas:
1. Fiscialista: planteaban que la vida es producto de la combinación física que se expresa en niveles cada vez más desarrollados de partículas
materiales. Es causalista y materialista.
2. Vitalista: sostenía que este desarrollo persigue alguna finalidad de perfeccionamiento creciente. Es de carácter teleológica en tanto plantea que
la vida ha de ser explicada por causas finales de orden sobrenatural o bien por fines hacia los cuales tiende la organización creciente de la
materia viva.
Este fue solamente un triunfo de una posición científica sobre otra, sino también el triunfo de la ciencia sobre la religión, que entonces sostenía el
enfoque finalista o vitalista.
Von Helmholtz
Este biólogo impulsó el “juramento materialista de Helmholtz”; el cual significó el compromiso de oponerse a toda idea dualista y restringirse a las
explicaciones pura y exclusivamente físicas, materiales y mecánicas. Esto lleva, hacia fines del siglo XIX, incluso a proponer auna psicología que
fuese entendida como una fisiología cerebral. Dicho juramento llevó a los pensadores racionalistas comprometidos en hallar explicaciones
observables y racionales a los hechos humanos.
Loeb
Este biólogo introdujo el concepto de tropismo. El mismo es un concepto que pretende explicar la orientación y la forma como crecen las
plantas, el cual remite a causas físico- químicas. De la misma manera como se intentó explicar el comportamiento de una planta, se acuñaron
conceptos similares (el de instinto, por ejemplo) para explicar la organización de conductas complejas en animales y en humanos. Se trataba de
explicar los fenómenos de la vida sobre la base de causas, descartando toda interpretación finalista: o hay un para qué, sino un por qué, y esos por
qué se los suponía tan de naturaleza físico-química.
Antecedentes próximos del conductismo en la psicología animal
La psicología animal surgió a fines del siglo pasado como un derivado directo de
las teorías de la evolución. Darwin había planteado una continuidad entre las especies vivas; continuidad, además, de carácter mental de las
especies. Esto despertó el interés por el estudio de la piscología animal y por los estudios comparados en cuanto a difrencias y similitudes en el
comportamiento animal y el humano. Se llamó etología a dicha psicología animal.
Lloyd Morgan postuló el “Principio de Parsimonia”, que sostiene que los hechos han de explicarse por las leyes más simples que puedan explicarlos.
Estos postulados impulsan una psicología animal que se centra más en comportamientos susceptibles de ser comprendidos sin acudir al concepto
de mente. Se prefirió el estudio de la formación de hábitos, el ensayar distintas respuestas (conductas de ensayo y error) y el incorporar algunas
respuestas antes que otras, o sea el problema de aprendizaje.
En 1900 se diseñó en la Universidad de Clark (EEUU) el primer laberinto para estudiar la conducta de las ratas. Esto sirvió para comprender cómo
aprende un individuo y cómo hacer para que lo haga de mejor manera y/o distinta. La evidencia de que hay pensamiento sin imágenes impicó
también una crítica a Wundt.
En el mismo año se publicó en Francia la primera revista de Psicología Animal. Cuatro o cinco años más tarde apareció la primera revista de
Psicología Humana, fundada por Binet; conocido por ser el creador, junto con Simón, del primer testo o prueba de inteligencia.
2. Conducta (1914): una introducción a la psicología comparada; siguiendo la intención de la psicología animal.
La conciencia es un mero supuesto, con tan pocas posibilidades de ser probado como el de alma, y un supuesto que no puede ser probado es un
supuesto no científico. Ninguna ciencia puede construirse sobre la base de ideas si éstas no pueden ser verificadas.
Si la psicología quiere convertirse en ciencia no le basta con sostener el método experimental sino que debe emplear conceptos respecto de los
cuales puedan hacerse observaciones directas. El alma, la conciencia o la mente, son para él conceptos intangibles, que además necesariamente
suponen por definición la introspección como método.
La introspección implica la no existencia de controles experimentales. Que el conocimiento a que se llega no es verificable, por lo que
necesariamente pensar sobre el alma o sobre la mente lleva al pensamiento especulativo y no a la ciencia.
El método de la introspección empleó sujetos especialmente entrenados, por entender que si a cualquier persona se le preguntara qué le había
sucedido cuando había pensado, por ejemplo, o cuándo había resuelto un problema, o cuándo había experimentado un sentimiento, no sabría
aportar excesivos datos sobre su vivencia. Para poder hacer una labor de introspección era necesario estar entrenado. Esto hace que sus
conclusiones estén basadas en procesos mentales relatados por personas de características muy particulares, y por lo tanto no legítimamente
atribuibles a la población en general. Estos informes no son verificables.
Watson entiende por conducta aquello que un organismo hace en forma de comportamiento externo, visible. Incluso el hablar es considerado una
conducta de este tipo.
Formula tres problemas:
1. Dada una respuesta, una conducta, ver cuál fue el estímulo que la provocó.
El tema del aprendizaje de las conductas no heredadas lo hace tributario de la reflexología, de donde toma los conceptos de arco reflejo y de
condicionamiento.
Cuando la respuesta no ha sido aprendida, al estímulo se lo domina estímulo incondicionado, de respuesta incondicionada. Es decir, que un estímulo
incondicionado es aquel que puede provocar una respuesta sin que haya habido un aprendizaje previo. En tanto que un estímulo condicionado es
aquel capaz de suscitar una respuesta cuando ha habido previamente aprendizaje (respuesta condicionada).
Esta manera de explicar los hechos implica el riesgo de un reduccionismo. En la ciencia se llama así al error de explicar los hechos complejos por
leyes que corresponden a niveles de organización más simples, desconociendo sus características específicas.
“Para explicar las conductas no necesitamos más que las leyes ordinarias de la física y de la química”
¿Cómo define entonces a la psicología? Como una rama objetiva y experimental de la ciencia natural, cuyo objeto es la conducta humana (la
psicología así concebida no tendría ningún problema en definirse como ciencia, porque simplemente es una rama de las ciencias naturales).
1. Toda conducta se compone de respuestas objetivamente analizables, por lo que una conducta humana compleja puede ser analizada en
unidades de respuesta simples, cada una de ellas objeto de un análisis en términos de estímulo-respuesta,
incondicionados y
condicionados.
2. La conducta siempre se compone de movimientos musculares y secreciones
glandulares, es decir que en última instancia la conducta puede ser
entendida como procesos físico-químicos.
3. El estricto determinismo de las respuestas o de las conductas: a todo estímulo sigue una respuesta y toda respuesta es respuesta a un estímulo,
de modo tal que pueden establecerse relaciones causales casi mecánicas entre estímulos y respuestas.
4. Los procesos de conciencia no son susceptibles de ser estudiados científicamente. Esta posición, como ya vimos, se vincula con el problema de
las relaciones entre mente y cuerpo.
Al respecto, el conductismo watsoniano adopta sucesivamente dos posiciones: a) la epifenoménica (sostiene que la mente puede existir pero que
no tiene eficacia causal sobre el cuerpo (conductismo metodológico); b) deriva en un monismo fisicalista en el llamado conductismo radical.
A la idea de que la introspección, con todas sus falencias, permite conocer algo diferente de los comportamientos visibles por otros, sostiene que lo
que de ese modo percibimos son comportamientos previamente aprendidos, interiorizados, y que cuando pensamos, lo que estamos haciendo en
realidad es hablar pero de un modo inaudible, subvocal. Ante la idea de que es evidente que los estados mentales determinan el comportamiento,
sostiene que para que una idea determine un comportamiento debe ser capaz de producir trabajo, por lo tanto esa idea ha de tener energía. Si las
ideas tienen energía, y ese es un argumento para decir que la mente existe, esa mente es entonces de naturaleza física. Porque suponer que una
idea puede producir un comportamiento negando que esa idea tenga energía se opone a un principio de la física, el de la conservación de la
energía.
Los hallazgos en el campo de la física de las leyes de la termodinámica, de la ley de conservación de la energía, primero y de la ley de entropía,
luego, tuvieron honda gravitación en los sistemas psicológicos. En la misma época Freud supone, que así como hay distintos tipos de energía en la
naturaleza (térmica, luminosa, etc.) y una se transforma en otra, hay también una energía vital que se transforma en energías psíquicas de diversa
naturaleza: la energía libidinal.
La psicología no puede aún explicar cómo la energía vital se convierte en energía psíquica. En lo referente al tema de la relación posible entre
mente y cuerpo otra posición es la paralelista, que sostiene la existencia de ambos procesos, pero sin interactuar entre sí. Si se acepta que no
interactúan entre sí, cabe preguntarse acerca de cómo podemos conocer algo con lo cuál no hay interacción y cómo es que hay una correlación
entre el mundo mental y el mundo corporal.
También se ha sostenido que percibimos la existencia de nuestra mente porque si bien el desarrollo de ambas formas son paralelas hay momentos
en que ellas se cruzan. Esta conjetura se llamó ocasionalismo (Spinoza).
El problema de las emociones
Watson sostiene que en el momento de nacer existen tres emociones básicas que son respuestas incondicionadas,
cada una suscitada por estímulos específicos, expresada también a través de respuestas específicas. Son el amor, el miedo y la cólera.
El amor es suscitado en un bebé por las caricias, y se manifiesta porque la piel se vuelve rosada, el bebé se relaja, se
tranquiliza.
El miedo es suscitado por la pérdida brusca de la base de sustentación, que produce contracciones corporales, gritos y el
enrojecimiento de la piel.
La cólera es suscitada por la sujeción del bebé, imposibilitándole moverse, lo que le produce también contracturas, gritos,
enrojecimiento de la piel y la alteración de procesos viscerales.
Todas las emociones o los sentimientos posteriores son entendidos
como condicionamientos a partir de estas emociones básicas. Así, por ejemplo, el miedo que se puede tener a un animal se debe a la
asociación que el niño haga de ese animal y una situación dada donde se suscitó la respuesta incondicionada de miedo.
Para curarle
ese miedo, habría que descondicionar el estímulo que produce miedo al animal, y condicionarlo respecto de conductas de amor,
exponiéndolo cada vez más de cerca de él y reforzando las respuestas positivas.
El Neoconductismo
Conductismo molar o
intencional
Tolman (continuador de Watson) condujo el conductismo molar o intencional, basado en el análisis molecular de las
conductas (relaciones entre estímulos y respuestas fisiológicas).
Watson distingue entre conducta y actos (“grupos totales de
respuestas que se integran de tal manera que el individuo hace algo para lo cual tiene modelos habituales de cómo hacerlo”). De esta
manera entendía que las conductas humanas son actos, integraciones de respuestas simples. El acto fue pensado como algo más que la
suma de respuestas particulares.
Tolman plantea que el objeto de la psicología son los actos, las conductas como un todo. Plantea
cualidades:
1. Los actos siempre tienden a y provienen de. Los actos siempre tienden hacia objetos, finalidades, y siempre provienen de
situaciones:
2. El tender a o el provenir de no está dado solo por el carácter de los objetos desde los cuales o hacia los cuales se dirige el
acto, sino que además siempre nos muestran cierto patrón específico de interacción del sujeto, tanto con objetos fines como con objetos
medios
3. El sujeto tiene la posibilidad de seleccionar ciertos comportamientos antes que otros, lo que significa que el determinismo
no es absoluto
El papel del significado y de la intención en la valoración de los estímulos y de las respuestas
Se pregunta cómo se
explica que todo acto tienda a y provenga de; cómo se explica el empleo de objetos medios para alcanzar objetos fines; cómo se explica la
selección de los objetos medios posibles. Este tender a nos muestra cierta intención por parte del organismo, razón por la que a este
conductismo también se lo ha llamado conductismo intencional. Pero no hay intención sin cognición, o sea sin algún nivel de
conocimiento.
El organismo es intencional respecto de su meta; el organismo reconoce la meta como algo a alcanzar, a la vez que
conoce los medios para llegar a la misma.
Intención y cognición. Los determinantes de la conducta no son los estímulos, sino las cogniciones y las intenciones (determinantes inmanentes de la
conducta) que son interiores al organismo. El concepto de respuesta es reemplazado por el concepto de acto.
“Hay intención cuando una respuesta muestra docilidad (tendencia a producirse) con relación a algún fin, o siempre que una respuesta esté lista
para transformarse o el organismo esté dispuesto para elegir, gradual o súbitamente, ciertas conductas antes que otras”.
La intencionalidad se convierte en un dato observable porque siempre que observamos en las conductas selecciones o privilegios de ciertos
caminos antes que otros o la mera capacidad o posibilidad de aprender, nos estamos enfrentando a algo que podemos observar directamente y
que llamamos intención.
Un acto no solo se caracteriza por su carácter intencional sino por sus componentes cognitivos, por suponer que los organismos “conocen” los
objetos-fin hacia los cuales se dirigen. Los organismos no desarrollarían actos si no reconociesen cuál es la posición inicial de estos objetos en
cuanto a dirección y distancia respecto de donde está el organismo.
La conducta implica la respuesta del organismo como un todo. Como organización frente a la situación estímulo.
Los determinantes inmanentes pueden ser causados tanto por estímulos del medio como por estímulos del propio cuerpo. Es decir que las
cogniciones o las intenciones pueden ser desencadenadas por estímulos externos o estímulos vitales. Los desencadenantes de las conductas no son
los estímulos sino por los determinantes inmanentes por ellos suscitados, a diferencia de Watson que decía que solo los estímulos son las causas de
las respuestas.
A los estímulos internos o externos se los llama cusas iniciadoras. Los determinantes inmanentes, responsables de la ejecución de la conducta,
revelan tanto capacidades propias de la especie como capacidades propias de ese organismo particular. El ajuste a la situación específica, su
coherencia, la adaptación del organismo al medio dependerán de estas capacidades.
En un ser humano estos sucesos internos son los pensamientos, conceptos, símbolos. Las cogniciones y la intencionalidad determinan las
respuestas que en realidad son actos.
Conceptos fundamentales:
1. Agente estimulante: son las causas independientes, iniciadoras de los fenómenos de
conducta total.
2. Indicio para la conducta: los estímulos se convierten en indicios. El indicio es definido
como “la semejanza o diferencia entre estímulos, de
modo que permitan una conducta discriminativa”. El pasaje del estímulo al indicio ya supone cierta actividad por parte del organismo,
puesto que los estímulos existen en el medio, pero los indicios suponen cierta discriminación por parte del sujeto la integración de
diversos indicios configura el objeto de la conducta, que está determinado por el significado conductual de
distintos indicios de un objeto cualquiera, en el que se recortan, de la totalidad de estímulos, algunos indicios y se los relaciona entre sí. Un objeto
de conducta puede ser definido de un modo conductista no fisiologista, diciendo que está determinado por el grupo de conductas a las que ese
objeto pueda dar lugar.
3. Acto de conducta y las cualidades del acto: los problemas que plantea el acto son:
a. Dados los agentes estimulantes determinar cuáles son los indicios de la conducta. De qué manera el organismo establece indicios a partir de los
agentes
estimulantes.
c. Dado el objeto determinante de la conducta ver cuál es el acto de conducta del
organismo, tanto si la estudiamos en un ser humano como en
un animal.
Conceptos conductistas del aprendizaje
Los reflejos condicionados son la base del aprendizaje para estas corrientes (Conductismo y
Neoconductismo). Los mismos no son estáticos sino que evolucionan y pueden hacerlo hacia la:
1. Extinción: la presentación de un estímulo condicionado aislado, sin ser seguido de un estímulo incondicionado (refuerzo) durante un cierto
número de veces, provoca el debilitamiento y luego la extinción de la respuesta condicionada (si se utiliza un refuerzo sistemático, el
establecimiento de la respuesta condicionada es relativamente rápido, pero las pocas veces que el refuerzo no es presentado, la
respuesta debilita y se extingue. A la inversa, cuando se utiliza la forma aleatoria, tarda más en establecerse la respuesta y también tarda
más en desaparecer cuando deja de presentarse el refuerzo).
2. Generalización: una respuesta condicionada, establecida por un determinado estímulo condicionado, es evocada de forma atenuada por
estímulos vecinos, conexos, próximos, similares (ej. sonidos similares).
3. Discriminación: los estímulos conexos se transforman en estímulos negativos si no se los refuerza jamás. Si se refuerza específicamente un
sonido determinado y no ningún otro, la discriminación es cada vez mayor, más fina y la respuesta se produce a ese estímulo reforzado y
no se generaliza.
Todas las teorías que, de alguna manera, se relacionan con el principio de estímulo-respuesta, ya sean aquellas que se refieran al aprendizaje como
mera actividad fisiológica y muscular u otras en que la respuesta está mediatizada por las propias conductas del individuo o por el contexto social,
llevan el nombre genérico de teorías de tradición conexionista.
Teorías centradas en la Contigüidad
La noción de asociación (entre el estímulo y la respuesta) para el establecimiento del condicionamiento, es de
fundamental importancia.
Por asociacionismo se entiende “un sistema filosófico que explica por asociación de ideas todas las operaciones intelectuales, los principios de la
razón e incluso el conjunto completo de la vida intelectual”. Se distinguen tres leyes, sobre las cuales se producen las asociaciones: la ley de
semejanza, la de contraste (o diferencia) y la de contigüidad.
Pavlov sugirió que la mayor parte de la conducta consiste en reflejos (dependen de mecanismos cerebrales más que de la voluntad); estos reflejos
pueden ser incondicionados o condicionados. Los primeros son preconectados o innatos; los segundos son consecuencia de estímulos asociados a
los primeros.
Watson elaboró la conducta (y la conducta es aprendizaje) basada en Pavlov. Fundamenta el aprendizaje en el asociacionismo y enuncia dos
principios que explican su concepción del aprendizaje:
1. Frecuencia: cuanto más frecuentemente se produce una respuesta a un estímulo dado, tanto más probable es que vuelva a producirse ante ese
estímulo.
2. Proximidad o recencia: cuanto más próxima o reciente es una respuesta a un estímulo dado, mayor posibilidad tiene de repetirse.
El aprendizaje está en relación estrecha a la contigüidad entre estímulos y respuestas (esto es lo que fundamenta la enseñanza mediante la
repetición de memoria mecánica).
Las conductas tienen en su base respuestas musculares simples, a las que se denominó conductas moleculares. El aprendizaje depende solo de la
contigüidad del estímulo y la respuesta, es decir, del hecho que se produzcan juntos (la práctica otorga perfección). La noción de refuerzo, no fue
tomada por Watson.
Teorías centradas en el Refuerzo
Influencia de la reflexología y el conductismo. La simple contigüidad entre el estímulo y respuesta no era
suficiente para explicar el aprendizaje y pusieron el énfasis en las consecuencias que la respuesta produce. Las consecuencias agradables
proporcionan las condiciones ideales para el establecimiento del vínculo entre un estímulo y una respuesta.
Desde un punto de vista pedagógico, la actividad se desplazó de la insistencia en la repetición, de memoria o mecánica, a los aspectos del refuerzo
de las conductas en las situaciones escolares.
Pavlov concibió el refuerzo como la confirmación de un estímulo condicionado por un estímulo incondicionado. El concepto se refiere a una
relación entre diferentes señales o estímulos. El concepto de los teóricos del refuerzo se refiere a los efectos, a las consecuencias que tiene la
respuesta sobre el individuo.
El placer y el dolor son determinantes importantes de la conducta. Jeremy Bentham (1748- 1832), fundador del utilitarismo, estableció como
primera ley de la ética el principio del interés, donde el hombre se rige siempre por sus propios intereses, los cuales se manifiestan por la búsqueda
del placer y la evitación del dolor. Esto constituye la base de la teoría del hedonismo social (o colectivo).
Thorndike (1874-1949), contemporáneo a Pavlov y de Watson, habló sobre la teoría del aprendizaje diciendo que la vida es adaptación y el camino
principal de la adaptación pasa por el aprendizaje. Este es el objeto de la psicología. Sus trabajos están centrados en estudios sobre inteligencia
animal.
Creó las cajas problemas. En este dispositivo era encerrado un animal, el cual solo podía salir realizando una acción determinada (apretar un botón,
accionar una palanca, etc.) de manera fortuita, a través de diferentes intentos. Es por ello que se llamó a esto aprendizaje por ensayo y error. Una
vez producida con éxito la acción fortuita, el animal era liberado y recibía automáticamente una recompensa (alimento).
Introduce el concepto de satisfacción (placer) como también de la necesidad de contigüidad entre estímulos y respuestas del conductismo. No es la
práctica la que conduce al aprendizaje (leyes de proximidad (o recencia) y de frecuencia; asociacionismo).
1. Ley del efecto: la fijación de las conexiones estímulo respuesta dependen, no
simplemente del hecho que el estímulo y la respuesta se
presenten juntos, sino de los efectos que siguen a la respuesta; de un estado de satisfacción del organismo, la fuerza de la conexión
aumenta. Cuando en lugar de recompensa hay castigo, la conexión es débil o no se produce.
2. Ley del ejercicio: la conexión entre una situación y una respuesta es aumentada o disminuida en proporción directa al número de respuesta a
un estímulo dado; y es eficaz solo en la medida en que esté acompañada por las características de la ley del efecto.
Skinner (1904-1990) coincide con Thorndike: propone al refuerzo como un factor fundamental del aprendizaje; se interesa a los problemas
educacionales y le da poca importancia a la teoría. La diferencia más importante es que él reconoce dos tipos de aprendizaje y cada uno responde a
un tipo diferente de conducta:
1. Conducta respondiente: producida por estímulos específicos; dado un estímulo, la conducta es producida automáticamente (relación de causa-
efecto entre estímulo- respuesta). En este caso el organismo no actúa sino que está sometido a la reacción, no puede substraerse a ella.
Las conductas están formadas por las conexiones específicas del estímulo respuesta.
2. Conducta operante: opera sobre el medio ambiente. No hay ningún estímulo particular que produzca una respuesta operante, la cual es emitida
por el organismo más que producida por estímulos. El organismo al actuar y la respuesta que da, desencadena el refuerzo. Una respuesta
puede formularse a raíz de diversos estímulos (la respuesta al ejemplo comida, no es producida simplemente por la vista del alimento;
depende también del hambre, de las circunstancias sociales y de otras series de condiciones de estímulos).
La educación programada es la idea más importante suya. Esta consiste en un aprendizaje sistemático a través de un encadenamiento lógico de
ítems (unidades de información) presentados por intermedio de un libro o de un aparato, permitiendo a un alumno aprender solo, según una
programación bien definida. Si las respuestas son correctas, el procedimiento continúa. La misma respuesta, al ser correcta, funciona como
reforzadora. Las unidades de información son de una graduación de complejidad pequeña, es decir, poca información en cada unidad para
asegurar el éxito de la respuesta y que funcione así el principio reforzador.
Principios:
1. De la respuesta activa: el individuo debe responder a un estímulo por una respuesta
activa construida (y no por la elección en una serie; y esto
por dos razones: a) la buena respuesta consiste en recordar y no solo en reconocerla entre otras; b) evita el riesgo de reforzar las malas
respuestas).
2. De la respuesta correcta y verificación inmediata – Principio del refuerzo: la motivación disminuye cuando la dificultad es muy grande y acarrea
muchos errores. La respuesta correcta produce refuerzo.
4. Del fraccionamiento del aprendizaje: la materia es dividida en pequeñas unidades de información, que el autor denomina ítems, con la finalidad
de fragmentar las dificultades y de esta manera unir estrechamente los estímulos a las respuestas exitosas. El fraccionamiento es
pequeño con la finalidad de asegurar un reforzamiento
inmediato.
Enseñar seria entonces, disponer las condiciones de refuerzo en las cuales los alumnos aprenden.
Él continúa próximo de Watson por la utilización de la metodología científica objetiva y por el rechazo a estudiar los posibles agentes internos. Por
otra parte, se aleja de Watson ya que acepta el pensamiento y otras conductas privadas en la medida en que se revelan en respuestas objetivas.
Unidad y pluralidad fenoménica de la conducta
Toda la persona piensa en mente-cuerpo, y no solo con la mente. Unidad psicofísica.
La unidad de
análisis pasaría a ser una unidad individuo-medio ambiente, donde en el concepto de individuo se subsuman sus aspectos psíquicos y físicos, así
como en el concepto medio ambiente quedan incluidos el medio ambiente físico y el medio ambiente social y cultural, las internalizaciones en el
sistema psíquico de este sistema social y externo.
James arroja la idea de la unidad de conciencia. La conciencia como un fluir constante.
La unidad, que incluye el conflicto, entre los hechos
inconcientes y los preconcientes- concientes. Entre las percepciones a través de los sentidos y las percepciones intuitivas, entre los fenómenos
físicos del comportamiento claramente perceptibles y los que se producen imperceptiblemente.
La existencia de un fluir constante, un continuo
comportarse, y que es función también del entorno en que nos hallamos y de la internalización que de él podamos tener. En esa existencia
hallamos aspectos diferenciados (lo psíquico y lo corporal) pero que hacen a una unidad sustancial (unidad de la conducta).
Una somera revisión de los comportamientos que hacemos a diario nos permite ver que en ellos se da simultáneamente un acto que se nos aparece
como corporal, un correlato mental de dicho acto y una acción sobre el mundo externo. Siempre se dan estas tres modalidades.
El problema de que la conducta, que es unitaria, aparece fenoménicamente de modos diversos. Diversos en su forma de expresión y diversos en
cuanto a los contenidos que expresa.
La conducta es un hecho fenoménicamente observable. Estas conductas son las formas de expresión de un sistema interno al que se llamó
personalidad.
Se supone la personalidad como una hipotética estructura integrada por factores heredados, congénitos; por experiencias infantiles
(los primeros vínculos) y experiencias y procesos posteriores. Esta estructura se expresa en sus conductas. Como la personalidad, siendo unitaria es
también dinámica y multifacética, las conductas a que da lugar son también dinámicas (cambiantes) y diversas. Como la conducta es un hecho
fenoménico y observable, la personalidad es un concepto construido, un constructo teórico, puesto que nadie puede observar personalidades. Lo
que sí se puede observar son modos de comportarse, y de estos diversos modos de comportarse se infiere el tipo de personalidad, sus estructuras
básicas y sus rasgos predominantes.
Bleger imaginó tres círculos en su conjunto corresponden a un análisis psicológico del comportamiento; en tres áreas:
Si bien la conducta es unitaria y siempre se expresa simultáneamente en las tres áreas, hay conductas marcadamente expresadas en un área y
escasamente en las otras, y que los conflictos o contradicciones de las personas aparecen graficados aquí como contradicciones en las áreas.
El predominio de un área sobre las otras puede deberse, en primer lugar, a la naturaleza de la conducta (hay conductas que reclaman una
particular manera de expresarse) y en segundo lugar, a la idiosincrasia de las personas; las personas tenemos preferencia por uno y otro modo de
expresión. La conducta muestra un estilo de personalidad, un modo de ser, las áreas de expresión de las conductas permiten también observar el
tipo de personalidad predominante, puesto que hay personas que tienen un modo preferentemente mental de expresarse, otras preferentemente
corporal y otras preferentemente de acción.
Si las formas de comportarse son también maneras de comunicarse con los otros, está claro entonces el tipo de dificultades y de distorsiones en la
comunicación que implica la relación entre personas que tienen estilos preferentes de expresión en áreas diferentes.
Las áreas son coexistentes,
hay un predominio de una de ellas, que puede ser circunstancial pero también ser un estilo personal, y que a veces pueden ser contradictorias.
Para Kohler, la psicología de la Forma supone referido frecuentemente no a una parte de la psicología general, sino más bien a una escuela
particular, o, quizá, a una secta dentro de esta ciencia.
Cuando la psicología empezó a desarrollarse como una ciencia nueva, fue la percepción, naturalmente, la materia más asequible. Los psicólogos de
la forma empezaron a trabajar en ese campo, investigaron la percepción. Sus estudios tomaron un sesgo con el que la mayoría de los psicólogos de
aquel tiempo no estaban de acuerdo. La manera como procedían los psicólogos de la forma les parecía a los otros incompatible con los principios
básicos de la ciencia. Se creía que una ciencia joven debía considerar primero los hechos más sencillos dentro de su campo, y solo después el
científico puede dedicarse a materias más complejas. Al investigar la percepción uno tiene que examinar primero los hechos locales más simples
que forman el campo perceptivo, como por ejemplo, el campo visual, e ignorar o eliminar todos los ingredientes y perturbaciones secundarias.
Los primeros psicólogos de la forma ignoraron este regla, no les interesaba los “elementos simples”, las llamadas sensaciones locales. Primero
tenían que examinar con total imparcialidad situaciones perceptivas e intentar encontrar en ellas aquellos hechos que se aparecen como más
importantes, explicar su naturaleza, si es posible; compararla con la naturaleza de otros hechos de interés y ver si se puede deducir una regla
general que sea válida para explicar muchos fenómenos. En este programa no se mencionaba nunca los elementos simples locales o sensaciones.
Por esta y otras razones, los psicólogos de la forma fueron acusados de misticismo.
El primer psicólogo de la forma fue Max Wertheirmer, encontró interesante el fenómeno llamado estroboscopico/movimiento aparente. El
fenómeno se muestra por unos instantes en un lugar, un objeto visual. Por ej. Una línea, e inmediatamente después aparece un segundo objeto o
línea en un segundo lugar, no muy distante, un observador no ve dos objetos que aparecen en sucesión rápida en dos lugares distintos, sino que ve
un objeto que se desplaza velozmente, desde el primer lugar al segundo, como un flash. No se produce ningún movimiento físico de un lugar a
otro. De hecho se verá que una sombra se mueve de un lado a otro de la pantalla. Wetheimer investigo bajo qué condiciones aparece este
fenómeno, otros creyeron que el movimiento estroboscopico no era más que una ilusión.
Significaba que el movimiento aparente no era acertado, de ninguna manera, como un hecho perceptivo, se consideraba que era un error
producido en el juicio del observador. Dos hechos perceptivos idénticos vistos en sucesión tan rápida, decían, son identificados equivocadamente
por el observador y esto lleva a la ilusión de que un objeto único se mueva de un lado a otro. (Observación perturbadora)
Cuando un movimiento real ocurre repetidas veces en una parte dada del campo visual, una persona que haya observado durante algún tiempo los
repetidos desplazamientos y después mire a cualquier escena visual que este físicamente quieta ve inmediatamente en esta escena un movimiento
que se desplaza en dirección opuesta al observado. A esto se le llama imagen posterior o post-imagen negativa del movimiento antes visto.
Wertheimer y el fisiólogo exner
vio en condiciones óptimas el movimiento real parecen exactamente iguales. Cuando los dos movimientos ocurren juntos no se puede decir cuál es
el movimiento “aparente” y cuál es el “real” por consiguiente un movimiento aparente puede ser seguidas de una post imagen negativa. Según
esta prueba, el movimiento aparente es, como hecho perceptivo, tan real como el movimiento “real” ej. Las imágenes que vemos en el cine nunca
se mueven al ser proyectadas las distintas fotografías en la pantalla. Una fotografía es sustituida por otra, durante el cambio no se proyecta luz en
la pantalla, una película consiste en una secuencia de distintas fotografías en reposo. Los movimientos que el público ve son todos movimientos
aparentes. Si el movimiento aparente (fenómeno phi) es perceptivamente real, entonces esto prueba que, cuando estímulos locales ocurren en
distintos sitios, bajo ciertas condiciones temporales los correspondientes procesos visuales no son de absoluto hechos locales independientes. Más
bien estos procesos se interaccionan y así el axioma tradicional de que tienen que ser hechos locales independientes debe desecharse. Ej. Si bien
en el cine se ve una secesión de imágenes sobre c/u de esas pierde su carácter independiente, para interaccionar entre su y formas una sola que es
percibido con un movimiento.
Un experimento en el laboratorio de Kurt Koffka se refiere a un nuevo enigma: movimiento gamma. Cuando un objeto aparece de repente en el
campo visual, este objeto se agranda rápidamente y cuando el objeto de pronto desaparece, disminuye de tamaño. De igual manera, cuando no un
objeto, sino un grupo de objetos se presentan repentinamente, los miembros del grupo se alejan unos de otros de tal forma que todo el grupo se
agranda. Es una interacción, pero conlleva una acción reciproca que tiene el carácter de una repulsión mutua de las figuras individuales.
La visión del color, por ej. La percepción de los colores dependiendo de la luz aplicada. Por más que eran bien conocidos los ejemplos del brillo
simultaneo y contraste de color, a menudo fueron “evasivamente justificados” (como movimiento aparente) como meras consecuencias de un
juicio equivocado.
Ilusiones geométricas:(figura 3) consiste materialmente en cierto número de círculos concéntricos, tiene el aspecto de una espiral. Estas ilusiones
geométricas son una excelente demostración de que cuando ciertas formas aparecen juntas en el campo visual, su percepción puede deformarse
por fuertes interacciones. Cuando el psicólogo intenta entender lo que pasa en la percepción, sus observaciones deben referirse, desde el principio,
a conjuntos considerablemente grandes, dentro de los cuales operan las interacciones deformantes. Estas formas pueden reducirse o aumentarse
de tamaño, pueden mostrarse en cualquier parte del campo visual y también puede cambiárseles de color, todas estas variaciones apenas afectan
el carácter perceptivo de las formas como tales (siempre que la relación espacial entre las partes permanezca inalterada) la palabra alemana para
forma es Gestalt, Von Ehrenfels introdujo el termino cualidades de la forma.
Lo que la gente menciona cuando se refiere a los contenidos de su campo visual son, principalmente, objetivos visuales: vasos, platos, mesas, sillas,
casa, arboles, otras personas, etc. Lejos de ser elementos minúsculos, la mayor parte de ellos son individualidades bastante grandes. En un primer
intento de estudiar la percepción, ¿no sería un procedimiento más empírico empezar por estos hechos visuales evidentes, más bien que por
mosaico hipotético de las sensaciones locales? Desde la primera infancia el ser humano advierte el hecho de que ciertas regiones del mosaico
perceptivo se mueven juntas, se las puede manejar como unidades y en ese sentido práctico se compartan como si fuesen entidades unitarias.
Estas experiencias prácticas se imprimen en la memoria del niño, por consiguiente, cuando aparecen de nuevo las mismas regiones del mosaico se
rememoran las experiencias tempranas de su comportamiento unitario y como resultado, esas regiones aparecen ahora como si fuesen unidades
perceptivas molares. Wertheimer afirma que experiencias previas influyen en la forma de presentársenos una escena visual.
A menudo vemos entidades visuales con las que no estamos familiarizados, a las que no reconocemos y a las que no hemos podido aprender a
considerar como tales entidades unitarias. Esto sucede, por ej., cuando nos encontramos en una habitación o ante un paisaje escasamente
iluminados.
Las causas que realmente establecen unidades visuales pueden operar de una manera que hagan desaparecer objetos muy conocidos, porque no
están visualmente separados de entidades mayores, totalmente desconocidas, que nosotros si vemos.
Objetos muy conocidos no se reconocen porque los procesos verdaderamente activos en la formación de entidades visuales, con frecuencia,
operan a menudo en contra de la apariencia y de los objetos que no son familiares. Los objetos aparecen en el campo visual solo si sus límites son
conservados visualmente. Los procesos que hacen emerger los objetivos en el campo visual son precisamente los que establecen ciertas
separaciones, separaciones de unidades visuales, puesto que son procesos que hacen los objetos entidades unitarias: “organización perceptivas”
Objetos unitarios individuales forman parte, con frecuencia, de unidades perceptivas mayores a las que se las llama comúnmente “grupos”. Dentro
del grupo, ciertos elementos adquieren además “cualidades parciales dependientes” del grupo cuadrado.
Wertheimer formuló los principios descriptivos que gobiernan el agrupamiento de los objetos segregados.
1. Primer principio: el agrupamiento se facilita cuando la distancia es menor. Todavía más, cuando un numero de objetos individuales están más
cerca entre sí de lo que están de otros objetos a su alrededor, entonces tiende a formarse dos grupos.
2. Segundo principio: semejanzas tales como forma, color o las dos facilitan entre los objetos su aparición como grupo. Pero ocurre que cuando
algunos de los objetos individuales tienen propiedades similares o iguales, mientras que otros objetos a su vez similares o iguales entre sí,
tienen otras formas o colores. Todo el conjunto tiende a dividirse.
3. Tercer principio: cuando objetos individuales forman grupos tienden a establecerse como son, quo grupos, especialmente simples, simétricos y
uniformes.
Antes, la Psicología guardaba un enfoque biológico, ya que los psicólogos parecían verse obligados a subrayar el carácter biológico del individuo, a
creer en la realidad de los procesos físicos y fisiológicos, pero más bien a sospechar de las categorías sociales, y a considerar como místicos a
quienes afirmaban que los hechos sociales eran tan reales como los físicos. Otros consideran que los hechos sociales son tanto o más importantes
para la psicología que los llamados “hechos fisiológicos”. Desde su primer día de vida el niño es objetivamente parte de un escenario social y que
moriría en pocos días si fuera sacado de él. El llamado mundo psicológico “subjetivo” del individuo, su espacio vital, está influido por los hechos
sociales y las relaciones sociales. A los pocos meses, el niño parece ya reaccionar, ante la sonrisa de otra persona de un modo específico antes de
que pueda distinguir el patrón de líneas físicas en un rostro.
El comportamiento del niño es moldeado en todo sentido por una situación social. Su moral, su religión y valores políticos están determinados por
su participación en la sociedad en que vive. Las influencias sociales intervienen en toda acción del individuo, aun en aquellas que parecen no tener
nada que ver con la sociedad (concepto: uno existe en cuanto al otro). El comportamiento humano es o una acción dirigida o una expresión
emocional. La proposición de metas depende de ciertas metas ideales, de lo que los sociólogos llaman la “ideología” de una persona. La
antropología cultural prueba que estas ideologías varían extremadamente en diferentes culturas. En cuanto a la expresión emocional, la reacción
emocional ante el fracaso puede ser modificada en una gran proporción como resultado de un elogio oportuno o un cambio en la atmosfera social.
El manejo de las tensiones por parte del individuo depende de su particular marco cultural y social.
La psicología experimental es el instrumento de los sociólogos a la demostración del efecto fundamental, directo y vasto de los hechos sociales
sobre el comportamiento.
La psicología y aun la psicología social, no pueden satisfacerse con “generalidades” tiene que juzgar los conceptos de
una manera suficiente especifica.
PSICOLOGÍA SOCIAL: depende de la superación de ciertas dificultades
a. La integración de vastas áreas de hechos y aspectos muy
divergentes: el desarrollo de un lenguaje científico (conceptos) que sea adecuado para tratar hechos culturales, históricos, sociológicos,
psicológicos y físicos sobre un fundamento común.
b. El tratamiento de esos hechos sobre la base de su interdependencia.
c. El manejo de
problemas tanto históricos como sistemáticos.
d. El manejo de problemas relaciones tanto con los grupos como con los individuos.
e. El manejo
de objetos o pautas de cualquier “dimensión” problemas de una nación, como los de un grupo de juego de tres niños
f. Problemas de “atmósfera”
(como la amistad, presiones, etc.)
g. La psicología social experimental tendrá que encontrar el modo de ubicar las pautas de grandes dimensiones
dentro de un marco lo suficientemente pequeño como para hacer posibles las técnicas de experimentación.
La psicología social incluye “valores” religiosas y morales, “ideologías” “el estilo de vivir y pensar” y otros hechos “culturales” problemas
psicológicos, hechos fisiológicos, hechos físicos. La explicación de los procesos psicosociales por medio de conceptos y leyes de física o fisiología. No
es un programa realista de investigación que permita hacer frente a los problemas psicosociales de hoy.
PROBLEMA DE LA ADOLESCENCIA La teoría del campo intenta ser un vehículo práctico de investigación. Como ocurre con todo
instrumento, sus características pueden ser completamente entendidas solo mediante su uso en la investigación concreta. Lewin escoge el
problema de la adolescencia para aplicar la teoría del campo porque los cambios en el comportamiento característico de este período parecen a
primera vista, dar excelente respaldo al enfoque biológico en sociología. Entiende que es un período de transición que implica transformaciones
más rápidas o profundas que el periodo precedente
a. Puede considerarse a la adolescencia como un cambio en la pertenencia a un grupo. El individuo se ha considerado a sí mismo y ha sido
considerado por los demás como un niño. No desea ser tratado como tal. Este tipo de cambio es una “locomoción social”, esto es, cambia
la posición de la persona en cuestión. El comportamiento de una persona depende por sobre todo de su posición momentánea. A
menudo, el mundo aparece muy diferente antes y después de un acontecimiento que cambia la región en la que una persona está
ubicada. Regiones diferentes son ahora vecinas y tal vez se han vuelto accesibles otras nuevas. El ingreso en el grupo de los adultos, por
ej., hace posible ciertas actividades que antes estaban prohibidas, pero que ahora son socialmente permitidas y viceversa.
b. El cambio desde el grupo de niños al de adultos es un desplazamiento a una posición más o menos desconocida. La no familiar puede ser
representada psicológicamente como una región cognitivamente inestructurada. Esto significa que no está diferenciado en partes
claramente distinguibles. No es claro, por consiguiente, adonde conduciré una acción y en qué dirección debe uno moverse para
aproximarse a una determinada meta. “Incertidumbre de comportamiento” los estudios sobre la presión social y sobre el
comportamiento dominante y sumiso indican claramente que un individuo en un medio no familiar esta menos dispuesto a hacer frente
a una agresión o mostrar un comportamiento dominante. Un medio no familiar es equivalente, desde e punto de vista dinámico a un
terreno blando. Es probable que la carencia de una estructura cognitivamente clara transforma toda la acción en una acción conflictual. El
individuo al no saber si la acción lo acercara o lo alejara de su meta, esta necesariamente indeciso acerca de si debe emprenderla o no. El
desarrollo del niño conduce naturalmente al descubrimiento de nuevas regiones desconocidas. Introducirse en un nuevo grupo social
puede significar algo muy similar a ser arrojado dentro de un campo cognitivamente inestructurado, verse forzado a pisar tierra que no es
firme y no saber si se está haciendo lo que “debe hacerse”
c. Una región particularmente cercana e importante para el individuo es su propio cuerpo. El individuo “conoce” su cuerpo. La época de la
madurez sexual trae consigo cambios que hacen que el individuo se desconcierte con su propio cuerpo.
Experiencias orgánicas, más o menos extrañas y nuevas, surgen y hacen que esta parte del espacio vital, le resulta extraña y desconocida. Además,
una región que previamente parecía ser bien conocida y segura, se vuelve desconocida e incierta. Dado que la región del cuerpo es tan importante
y central para todo individuo, ese dudar puede ser de fundamental importancia. Podría aumentar, por una parte, la inseguridad del
comportamiento y provocar conflictos. Podría conducir, por otra parte a la agresividad propia de ciertas reacciones adolescentes.
d. “Radicalismo” extremos en muchos juicios. Clave de la teoría de campo, consiste en esta fórmula: comportamiento = función de la persona y el
ambiente = función del espacio vital. La inestabilidad del ambiente psicológico conduce a una mayor inestabilidad de la persona. “Estar
establecido” significa tener una posición bien definida y relaciones definidas con las numerosas regiones de un espacio altamente
diferenciado. En tales circunstancias un cambio de importancia implica un gran número de etapas y una transformación de las
interrelaciones. En una situación nueva e inestable, el campo no está muy diferenciado y cualquier diferenciación que se produzca no es
muy firme (el individuo se desplaza desde una situación inicial, un campo de acción conocido/establecido a una distante que es un campo
nuevo, desconocido/inestable).
e. La ampliación del espacio vital hacia regiones desconocidas abarca no solamente ambientes geográficos y ambientes sociales sino también la
dimensión temporal del espacio vital. Personas de todas las edades son influidas por la manera en que ven el futuro, esto es, por sus
expectaciones, temores y esperanzas. La dimensión del tiempo futuro que influye en el comportamiento presente debe ser considerada
como una parte del espacio vital presente, aumenta durante todo el desarrollo. La adolescencia parece ser un periodo de cambio
particularmente profundo en lo que atañe a la perspectiva temporal. En lugar de días, semanas o meses, ahora son los años futuros los
que se tienen en cuenta al elaborar ciertos objetivos. Un niño posee sus “metas ideales” para el futuro de una forma distante. No se
distinguen de las metas reales y ese futuro posee el carácter fluido del nivel de irrealidad.
En la adolescencia, dentro de las partes del
espacio vital que representa el futuro, los niveles de realidad e irrealidad se van diferenciando gradualmente. La situación del
adolescente es, en este sentido, peculiar, solo en tanto debe formar la perspectiva temporal con respecto a un campo que le resulta
particularmente grande y desconocido. Lo que aprende en los libros y los consejos de los adultos acerca de lo que un individuo debe
realizar está lleno de contradicciones, los adultos alaban al héroe que ha realizado lo que parecía imposible y al mismo tiempo predican la
moral de “estar con los dos pies en la tierra”. El adolescente encuentra en los adultos (el grupo en el que va a entrar) múltiples
contradicciones. El carácter incierto de sus ideas y valores mantiene al adolescente en un estado de conflicto y tensión. El anhelo de
estructurar estos campos de un modo definido (y de esta manera resolver el conflicto) parece ser una de las razones que explican la
disposición del adolescente a seguir a cualquiera que le ofrezca un patrón definido de calores.
f. La transición de la infancia a la adultez puede ser un cambio más bien rápido o puede producirse gradualmente. Prevalece a menudo una
tercer categoría: niños y adultos constituyen grupos claramente definidos, el adolescente no desea pertenecer más al
grupo infantil y sabe al mismo tiempo que no es realmente aceptado en el mundo de los adultos (hombre marginal). El hombre marginal es aquel
que se encuentra en el límite, entre dos grupos A y B. No pertenece a ninguno de los dos, al menos no está seguro a cual pertenece. Hay una fuerte
tendencia en los miembros de un grupo minoritario no privilegiado a romper estos vínculos e intentar entrar en el grupo mayoritario. Si la persona
obtiene un éxito parcial al establecer relaciones con el grupo privilegiado sin ser aceptada por completo, se convierte en un hombre marginal,
perteneciente en parte a ambos grupos, pero a ninguno de ellos enteramente. Síntomas característicos del comportamiento del hombre marginal
son la inestabilidad emocional y la sensibilidad. El hombre marginal muestra una típica aversión hacia los miembros menos privilegiados de su
propio grupo.
El adolescente, también es hiper sensitivo. Cambia fácilmente de un extremo a otro y es particularmente sensible a los defectos de sus compañeros
más jóvenes. No desea pertenecer por más tiempo a un grupo que es, después de todo, menos privilegiado que el grupo de adultos, pero al mismo
tiempo sabe que no es completamente aceptado por los adultos.
La definición del concepto “grupo” uno de los principales puntos en discusión era si el grupo posee o una mente de grupo y si, por consiguiente
constituye una entidad supraindividual. Costó mucho tiempo descubrir que un todo dinámico posee propiedades diferentes de las propiedades de
sus partes o de la suma de sus partes. El todo es diferente de la suma de sus partes. En otras palabras, no existe una superioridad de valor del todo.
Ambos, el todo y las partes son igualmente reales. Por otro lado, el todo posee propiedades definidas propias. Existen “todos” con distintos grados
de unidad dinámica: existen agregados de objetos independientes, todos cuyo grado de unidad es muy pequeño, otros de un grado medio de
unidad, otros con un grado muy elevado de unidad, finalmente, todos de tal grado de unidad que resulta inadecuado hablar de partes
La concepción del grupo como todo dinámico debe incluir una definición del grupo que se base en la interdependencia de los miembros (o mejor,
de las subpartes del grupo). Muchas definiciones del grupo toman como factor constituyente la similitud de los miembros del grupo más que su
interdependencia dinámica. Las mujeres, los trabajadores o granjeros pueden presentar una cierta cantidad de similitudes.
Un grupo, por otra parte, no está necesariamente constituido por miembros que presentan gran similitud. Es válido para los grupos sociales.
Pueden contener partes muy disimiles, incluir una variedad de miembros distintos y con diferentes funciones dentro del todo. No es similitud, sino
una cierta interdependencia de los miembros lo que constituye un grupo. Es preciso comprender que una definición del grupo basada en la
igualdad de los objetivos es también una definición por similitud. Sin embargo, tal igualdad, constituye también una interdependencia.
El problema de la pertenencia al grupo debemos poder percibir la diferencia entre conceptos basados en la interdependencia (que incluye la
similitud de interdependencia) y aquellos que se fundan en la similitud sin interdependencia.
- Es posible vincular de manera definida una variedad de hechos pertenecientes a la psicología individual y social que, desde un
punto de vista clasificatorio parecen tener muy poco en común
- El empleo de construcciones que caracterizan objetos y acontecimientos en términos de interdependencia más que de
similitud o disimilitud fenotípica
La transición a construcciones que expresan interdependencia incluyen:
- La sistematización de los hechos mediante “clasificación” debe ser sustituida, gradualmente por un ordenamiento basado en
la “construcción” “deducción” y “axiomatización” de leyes.
- Es posible tomar en cuenta las tendencias generales así también como las más específicas. La teoría del campo es un método
de “aproximación gradual” por medio de una ordenada y creciente especificidad. Tomar hechos aislados dentro de una situación puede
conducirnos fácilmente a elaborar una imagen enteramente distorsionada.
- El que se produzca o no un determinado tipo de conducta depende de la constelación (estructura y fuerzas) del campo, las
diferentes partes del campo son mutuamente interdependientes
- La representación de hechos psicológicos. Sociales por medio de construcciones dinámicas, permite deducir las condiciones
que influyen sobre el comportamiento en una dirección o en otra y las condiciones bajo las cuales pueden esperarse
“excepciones”
abarca tanto al caso común como el excepcional
- Es verdad que todas las construcciones en psicología y sociología deben ser
operacionales, esto es, debe ser posible vincular
con c/u de ellos hechos o procedimientos observables
Geometrías
La psicología tiene que ocuparse de una multitud de hechos
coexistentes que están interrelacionados y en una posición relativa uno respecto de otro, tiene que ocuparse de un “espacio” es una
cuestión empírica averiguar qué clase de geometría es la más adecuada para representar la interdependencia dinámica del campo de
hechos tratados por la ciencia particular. La “topología” puede ser empleada satisfactoriamente para tratar problemas de estructura y
posición en el campo psicológico. Este espacio permite la representación de la posición dentro y fuera de cierta región, la relación entre
las partes y el todo y un gran número de características estructurales. No presupone la determinación cuantitativa de la dimensión. El
espacio topológico es demasiado “general” para la representación de aquellos problemas psicológico- dinámicos que incluyen conceptos
de dirección, distancia o fuerza. Esos pueden ser tratados mediante una geometría más específica “espacio hodologico”. Este espacio nos
permite hablar de una manera matemáticamente precisa sobre igualdad y diferencias de dirección y sobre cambios en la distancia. La
sociología también se ocupa de una “multitud” de hechos coexistentes interdependientes (de un espacio empírico) el espacio empírico
no es más que una multitud de hechos existentes en un momento dado y que muestran un cierto tipo de interdependencia. Un mejor
conocimiento del significado del espacio en matemáticas y en física a entender que el campo social es concretamente un espacio
empírico tan “real” como físico. Los espacios topológicos y hodológicos son aplicables en sociología propiamente dicha, tanto como en
psicología social. Porque tanto en sociología como en psicología es posible a menudo determinar relaciones de partes y todo y cambio de
distancias y dirección sin que pueda determinarse las relaciones cuantitativas de tamaño y distancia o ángulo. Además, estas geometrías
parecen ser esencialmente aptas para representar la peculiar combinación de factores “cognitivos” y “dinámicos”
La teoría del campo no puede dejar de tener en cuenta el carácter histórico de cada hecho y su específico marco histórico. Los problemas
sistemáticos de interdependencia son distintos de los problemas históricos de origen. La cuestión de la “naturaleza” y condiciones de un proceso
social (causa y efecto) es una cuestión sistemática tanto en psicología como en sociología. La primera y principal tarea de la teoría del campo puede
ser caracterizada como la determinación de “qué situaciones son empíricamente posibles y qué situaciones no lo son” lo cual no es otra cosa que la
tarea de descubrir leyes.
La validez de los experimentos psicológicos-sociales deber ser juzgada no por las propiedades de acontecimientos o individuos aislados dentro del
campo, sino principalmente por el grado de adecuación de la representación de las propiedades del grupo social o la situación social como
totalidad. La búsqueda de hechos y la observación en psicología social debe proporcionar ante todo datos acerca de las propiedades del campo
como totalidad. Cualquier observación implica necesariamente selección. El observador, ante la tarea de observar a un individuo, seleccionará
aquellos hechos que son importantes para el individuo aunque no lo sean para el grupo. Simplemente no verá los hechos importantes para el
grupo como totalidad. En el mejor de los casos, los datos reunidos acerca de las propiedades del grupo sobre la base de biografías individuales, son
“reconstruidos indirectamente”. No pueden tener el valor que tienen las observaciones directas. Sin embargo, es posible realizar observaciones
directas acerca de las propiedades del grupo como totalidad. La observación del grupo proporcionará más y mejor material para la caracterización
de la posición y el papel del individuo dentro del grupo, determinará por consiguiente, el significado de su conducta, con mayor precisión de la que
se conseguirá observándolo más o menos como una entidad separada.
Psicología introspectista (WILLIAM JAMES- TITCHNER) los dos eran de origen germánico. Ambos proclamaban que es la conciencia la materia de
estudio de la psicología. El conductismo sostiene, por el contrario, que es la conducta del ser humano el objeto de la psicología. Afirma que el
concepto de conciencia no es preciso, ni siquiera utilizable. La creencia de que existe conciencia remontase a los antiguos días de la superstición y
la magia. Fuerte crítica a los hacedores de rituales budistas, hechicería e inclusive religiosos. Todos son tratados de promulgadores de la magia,
contaminando, por lo tanto, el desarrollo de la psicología científica. Ej. El individuo posee alma, separada y distinta del cuerpo (vieja doctrina del
dualismo). Nadie ha palpado nunca un alma, o la ha visto en un tubo de ensayo o la entrada de alguna manera en relación con ella, como puede
hacerlo con los otros objetos de su experiencia diaria. A pesar de esto, dudar de su existencia involucra convertirse en hereje. En 1879 Wundt
quería una psicología científica. Se desenvolvió en medio de una filosofía dualista. Su psicología es necesariamente de transacción. Sustituyó el
término alma por el de conciencia. La conciencia no es tan completamente inobservable como el alma, la observamos al atisbarla de improviso y
como quien diría, al sorprenderla desprevenida (introspección). William james: la psicología es la descripción y explicación de los estados de
conciencia en cuando a tales.
Los restantes cultores de la introspección son igualmente ilógicos. No nos dicen qué es la conciencia, simplemente comienzan por introducir cosas
en ella en calidad de supuestos y naturalmente, al analizarla luego, encuentran lo que en ella pusieron. En los análisis de la conciencia hallamos
elementos tales como las sensaciones y sus fantasmas, las imágenes, elementos afectivos, la voluntad (designado elemento de conativo de la
conciencia). La cosa que llamamos conciencia únicamente puede examinarse por introspección: una ojeada a lo que ofrece nuestro interior y
encontramos tantos análisis como psicólogos. No existe modo de atacar experimentalmente, resolver los problemas psicológicos y establecer
métodos normativos.
En 1912 los psicólogos objetivistas arribaron a la conclusión de que ya no podía satisfacerlos seguir trabajando con la fórmula de Wundt. Habían
probado terminantemente que la llamada psicología introspectista de Alemania se fundaba sobre hipótesis falsas, que ninguna psicología que
incluyese el problema religioso mente-cuerpo, podría alcanzar jamás resultados verificables. Era preciso renunciar a la psicología o bien
transformarla en una ciencia natural. Veían cómo sus colegas científicos progresaban en la medicina, en la química, física. Cada nuevo elemento
que se lograba aislar en un laboratorio podía serlo asimismo en otro. Como conductista comenzó por plantear el problema de la psicología,
desterrando de su vocabulario científico todo los términos subjetivos como sensación, percepción, imagen, deseo, intención e inclusive
pensamiento y emoción según los define el subjetivismo.
El conductista dice: limitémonos a lo observable y formulemos leyes solo relativas a estas cosas. Podemos observar la conducta, lo que el
organismo hace o dice. Hablar es hacer, esto es comportarse. La regla que el conductista jamás pierde de vista es: ¿puedo describir la conducta que
veo, en términos de “estímulo y respuesta”? Su único objeto es reunir hechos tocantes a la conducta, someterlos al examen de la lógica y la
matemática. Ej. Llevar al recién nacido a su mersi experimental y empieza a plantear problemas: ¿Qué hace ahora el niño? ¿Cuál es el estímulo que
lo induce a comportarse así? El estímulo de los cosquilleos en la mejilla provoca la respuesta de hacerle volver la boca hacia el lado estimulado. El
estímulo del pezón, la succión, etc.
Existen, al nacer, dos estímulos que indefectiblemente promueven la respuesta de miedo: un sonido fuerte y la pérdida de base de sustentación.
Ej. En el momento en que se le enseña al animal y justamente cuando empieza a aproximarse, golpéese de nuevo la barra del mismo modo
produciendo ruido. Repítase el experimento tres o cuatro veces. Se manifestará un cambio novedoso e importante: ahora el animal provoca la
misma respuesta que la barra de acero, una respuesta de miedo. En el conductismo denominamos este hecho respuesta emocional condicionada
de forma de reflejo condicionado. La vida está colmada de dichos reflejos condicionados cuyas raíces refieren en la infancia.
El conductista tiene asimismo sus problemas en lo tocante al adulto. ¿Qué métodos condicionan al adulto? ¿Por ejemplo, para enseñarle hábitos
de trabajo/científicos? En la vida emocional ¿Cuál es la parte que trasciende su infancia? ¿Cuál estorba su adaptación actual? ¿Cómo podemos
hacer para que la elimine? ¿Desacondicionarlo cuando ello resulte necesario o condicionarlo cuando el condicionamiento lo sea? Uno de los
relevantes problemas en las grandes organizaciones es el de la adaptación de la personalidad. Al ingresar en las organizaciones comerciales, los
jóvenes tienen adecuada capacidad para desempeñar sus tareas, mas fracasan por no adaptarse a los demás.
Es el punto de partida fundamental del conductismo. Muy pronto se descubrirá que la auto observación, además de no ser la manera más fácil y
natural de estudiar psicología resulta simplemente imposible (introspectivo). Por el contrario cuando empezamos a estudiar lo que hace nuestro
vecino, advertimos que rápidamente adquirimos experiencia para clasificar su conducta y crear situaciones (presentar estímulos) que lo harán
comportarse de una manera previsible para nosotros. El conductismo es una ciencia natural que se arroga todo el campo que las adaptaciones
humanas. Su compañera más íntima es la fisiología.
El interés del conductista en las acciones humanas significa algo más que el del mero espectador: desea controlar las reacciones del hombre, del
mismo modo en la física los hombres de ciencia desean examinar y manejar otros fenómenos naturales. Al conductista le será posible inferir dados
los estímulos, cuál será la reacción o dada la reacción, cual ha sido la situación o estimulo que ha provocado.
El organismo se halla de continuo sometido a la acción de los estímulos que llegan por la vista, el oído, nariz, boca y tacto. Los denominados
objetos de nuestro medio, al mismo tiempo, también el interior de nuestro cuerpo se halla en cada instante sometido a la acción de estímulos
nacidos de los cambios en los tejidos mismos, desde el nacimiento hasta la muerte el individuo recibe estímulos (internos y externos). Los seres han
desarrollado órganos sensoriales. (Muchas de nuestras reacciones más íntimas y personales se deben a los estímulos creados por cambios en el
tejido de nuestros músculos estriados y vísceras) ¿Un estímulo determinado provoca la misma reacción en todos los individuos?
Uno de los problemas del conductismo es el que cabría denominar la “multiplicación continua de los estímulos” a los cuales responde el individuo.
Podemos sentirnos tentados a dudar que es posible prever la reacción. Antes que ciertos estímulos pueden ejercer su influencia es indispensable
que se forme un hábito. Condicionamiento, este es, desde la más tierna infancia, lo que dificulta tanto al conductista poder anticipar cuál será una
determinada reacción. En la adultez esto se observa cuando un individuo no reacciona frente a un estímulo como la generalidad de los otros
individuos ¿Qué lo condiciona para que aquello no suceda de la misma forma que el resto?
El organismo responde, se mueve incluso, la respuesta puede ser tan leve que únicamente sea susceptible de observarla mediante instrumentos.
Por lo regular, aunque no siempre, la respuesta del organismo al estímulo trae aparejada una adaptación. Por adaptación solo entendemos que el
organismo, al moverse, altera su estado fisiológico de tal manera que el estímulo no provoca ya reacciones.
Al conductista le importa primordialmente la conducta del hombre como un todo. La contestación que importa al conductista se sintetiza en la
sensata solución a este problema ¿Qué está haciendo y porque lo está haciendo? Conductista es un mero fisiólogo del musculo. El conductista
afirma que todo estímulo efectivo tiene su respuesta y que ella es inmediata. Por estímulo efectivo entendemos el estímulo suficientemente fuerte
para vencer la normal resistencia al pase del impulso sensorial desde los órganos de los sentidos a los músculos.
Psicoanálisis vs conductismo
Psicoanalista: el estímulo puede aplicarse hoy y provocar su efecto mañana o en los próximos meses/años. El
conductista no cree en estas concepciones mitológicas. Es cierto que podrá presentarse un estímulo verbal como este. Nos encontraremos mañana
a la una en el Ritz para almorzar. La contestación inmediata es “de acuerdo, no faltaré” ahora bien, qué pasa después? En nuestros hábitos verbales
existe un mecanismo en virtud del cual el estímulo se renueva de momento en momento hasta tanto la reacción final “ir al Ritz al día siguiente a la
una”
Las dos clasificaciones sensatas de la respuesta son: externa o interna. Acaso sean mejores los términos “abierta/explicita” e implícita. Entendemos
por respuestas externas o explicitas los actos ordinario del ser humano (inclinarse para agarrar una pelota, escribir una carta, entrar en un auto)
para efectuar estas observaciones no necesitamos instrumentos. Más las respuestas pueden hallarse completamente confinadas en los sistemas
musculares y glandulares del interior del cuerpo. Ej. Supongamos un niño con hambre que se encuentra de pie, inmóvil delante de la vidriera
repleta de confituras. Un instrumento demostraría que sus glándulas salivales segregan, que su estómago se contrae y dilata rítmicamente, etc. Las
respuestas internas o implícitas son arduas de observar a causa de que están ocultas en la mirada.
Aprendidas: incluyen los hábitos y nuestras respuestas condicionadas y respuestas no aprendidas, entendiendo por ellas cuantas ya realizamos en
la primera infancia antes que el proceso de condicionamiento y la formación de hábitos predominen.
Otra forma de clasificar las respuestas por el órgano sensorial que la origina.
Psicología conductista: se propone como meta el que dado el estímulo, poder predecir las respuestas o viendo qué reacción tiene lugar, inferir cuál
es el estímulo que la he provocado.
La técnica experimental, la recolección de hechos por esta técnica y la tentativa de consolidarlos en una teoría o en una hipótesis, describen
nuestro procedimiento científico. Juzgado sobre esta base, el conductismo constituye una verdadera ciencia natural.
Dos son las definiciones de la psicología. La psicología es “la ciencia del alma”, siendo considerados los procesos psíquicos como fenómenos, de los
cuales se deben concluir la existencia de una sustancia metafísica: el alma. La psicología es “la ciencia de la experiencia interna” los procesos
psíquicos forman parte de un orden especial de experiencia, sus objetos pertenecen a la introspección o en contraposición al conocimiento que se
obtiene mediante los sentidos externos, pertenecen al sentido interno.
Ni uno ni otra definición responden al actual estado de la ciencia. La primera, la metafísica lo ha traspasado desde que se ha desarrollado una
disciplina empírica que trabaja con métodos propios autónoma e independiente de toda teoría metafísica.
La segunda la empírica “ciencia de la
experiencia interna”, es insuficiente porque puede dar lugar a que se suponga falsamente que la psicología tiene que ocuparse de objetos distintos
en general de los de la llamada experiencia externa. No existe ningún fenómeno especial natural que, desde un diverso punto de vista no puede
también ser objeto de la investigación psicológica. Una piedra, una planta, sonido, rayo de luz, son en cuanto a fenómenos naturales, objetos de la
mineralogía, la botánica, física, etc. Pero en cuanto estos fenómenos naturales despiertan en nosotros representaciones, son asimismo objetos de
la psicología, la cual procura dar, de este modo razón de la formación de estas representaciones y de su relación con otras representaciones, así
como de los procesos internos (de los sentimientos y los movimientos de la voluntad). No existe un “sentido interno” que como órganos del
conocimiento psíquico, pueda contraponerse a los sentidos externos, como órganos del conocimiento de la naturaleza. Con la ayuda de los
sentidos externos surgen, tanto las representaciones como aquellas de que parte el estudio de la naturaleza. El sentido interno se nutre y conforma
sus representaciones psíquicas a partir de la percepción externa (lo interno se construye desde y por lo externo).
Las expresiones experiencia interna y experiencia externa, no indican dos cosas diferentes, sino solamente dos diversos puntos de vista de la
experiencia en sí única. En toda experiencia en dos factores: en un contenido, que se nos da, y en nuestro conocimiento de este contenido.
Al primero de estos factores lo llamamos objeto de la experiencia, al segundo, sujeto cognoscente. Dos caminos para el estudio de la experiencia:
1. Natural: considera los objetos de la experiencia en su naturaleza, pensada independientemente del sujeto;
2. Psicológica: marcha a la investigación del contenido total de la experiencia, en su relación con el sujeto y de las cualidades que este atribuye
inmediatamente a dicho contenido.
El punto de vista de la ciencia natural solo es posible mediante la abstracción del factor subjetivo (experiencia mediata) mientras que del punto de
vista psicológico no existe tal abstracción ni sus efectos (experiencia inmediata).
Las ciencias del espíritu (filología, historia, política y sociología): las representaciones objetivas y los movimientos subjetivos concomitantes tienen
para ella el valor de una realidad inmediata y procuran explicar las partes especiales que constituyen esta realidad mediante su reciproca conexión.
Este procedimiento de interpretación psicológica, propio de las ciencias particulares del espíritu, debe ser también el de la misma psicología,
porque también, ella lo requiere por su mismo objeto, esto es, la inmediata realidad de la experiencia.
A la ciencia natural que indaga el contenido de la experiencia haciendo abstracción del sujeto cognoscente se la suele también asignar como objeto
el conocimiento del mundo externo donde las palabras “mundo externo” indican todo el complejo de los objetos que nos es dado conocer. La
psicología como el auto conocimiento del sujeto. Esta definición es insuficiente porque al dominio de la psicología pertenecen igualmente las
reciprocas relaciones sujeto con el mundo externo y con los otros sujetos. Esta definición puede hacer creer que sujeto y mundo externo son partes
separables de la experiencia; por el contrario, la experiencia externa se halla siempre ligada con las funciones perceptivas y cognoscentes del sujeto
y la experiencia interna implica las representaciones del mundo exterior como partes de ella permanentes. La experiencia es un todo único que
presupone tanto el sujeto que aprehende los contenidos de la experiencia cuando los objetos que son dados al sujeto como contenidos de la
misma. Por eso tampoco la ciencia de la naturaleza puede prescindir por completo del sujeto cognoscente. La psicología tiene como objeto propio
el total contenido de la conciencia en su constitución inmediata.
La única premisa común desde el principio a las ciencias naturales y a la psicología, se dan objetos a un sujeto sin que por ello se pueda hablar de
un conocimiento de las condiciones que sirven de base a la distinción entre sujeto y objeto.
La ciencia de la naturaleza procura descubrir cómo están constituidos los objetos sin ninguna consideración al sujeto, el conocimiento que nos
ofrece es de naturaleza mediata o conceptual; en lugar de los objetos inmediatos de la experiencia se someten a ella los conceptos de los objetos
conseguidos mediante la abstracción de los elementos subjetivos de las representaciones. En la psicología que estudia el contenido de la conciencia
en su plena realidad, esto es, las representaciones referentes a los objetos junto con todos los movimientos subjetivos que la acompañan, se
presenta el modo de conocer inmediato o intuitivo; porque lo indica, no ya solamente los contenidos representativos inmediatos de los
sentidos externos, principalmente de la vista, sino todo lo real concretó en contraposición a lo pensado abstracto y conceptual.
La concepción de la psicología como ciencia empírica que no tiene como objetivo un contenido especial de la experiencia, sino el contenido
inmediato de toda experiencia. Las dos direcciones principales que se distinguen en relación con las dos definiciones de la psicología más
extendidas, son la metafísica y la empírica.
La psicología metafísica da poca importancia al análisis empírico y a la conexión causal de los procesos psíquicos. Establecido el concepto metafísica
del alma, se procura derivar de este el verdadero contenido de la experiencia psicológica. El carácter que distingue a la psicología metafísica de la
empírica, es que aquella no deriva los procesos psíquicos, sino de un substractum. Según la naturaleza que se atribuya a este substractum, la
psicología metafísica da lugar a dos direcciones.
1. La psicología espiritualista trata de los procesos psíquicos esencialmente distintos de la materia (sistema dualístico)
La tendencia metafísica se halla en la hipótesis de una esencia sobrenatural de alma, sumándose a la hipótesis de la inmortalidad, junto con la de
una preexistencia. La psicología materialista, los procesos psíquicos están, como los procesos físicos de la vida, ligados a agrupaciones de
elementos materiales, agrupaciones que surgen durante la vida individual y, al concluir esta, se disuelven. La tendencia metafísica se halla en la
negación de la esencia sobrenatural del alma.
Psicología empírica. Ayudarse en procesos muy bien determinados y simples para derivar de su cooperación otros procesos más complejos. La
psicología empírica da lugar a diversas direcciones, que se pueden generalmente distinguir por dos razones:
. 1- Refiere a la relación de la experiencia interna con la experiencia externa, y a la posición que ambas ciencias experimentales, la ciencia de la
naturaleza y la psicología, toman una respecto de la otra.
. 2- Los hechos o a sus conceptos, de cuyos movimientos se parte para la interpretación de los proceso.
Están en oposición, a causa de su decisiva importancia para la determinación del objeto de la psicología, dos tendencias:
1. Psicología del sentido interno (expone los procesos psíquicos como contenidos de un dominio especial de la experiencia, coordinando con la
experiencia natural suministrada por los sentidos externos)
2. Psicología como ciencia de la experiencia inmediata (no reconoce una diferencia efectiva entre la experiencia interna y la externa, viendo tal
distinción solamente en la diversidad de los puntos de vista desde los cuales se considera la experiencia única en sí misma).
Ciencia de la experiencia inmediata: considerando que la experiencia interna y la externa no son partes distintas, sino diversos modos de
considerar una sola y misma experiencia, no
puede reconocer una diferencia fundamental entre los métodos de la psicología y los de la ciencia natural.
Así considerada la psicología se viene a
eliminar por completo la cuestión sobre las relaciones entre los objetos físicos y los psíquicos. Ambos a dos, no son objetos verdaderamente
distintos, sino un mismo contenido, al cual se estudia una vez en la investigación de la ciencia natural, mediante la abstracción del sujeto, y la otra
en la investigación psicológica en relación con su constitución inmediata y en sus relaciones totales con el sujeto. Si la psicología evita la ayuda de
hipótesis metafísicas, donde la conexión de los fenómenos psíquicos presenta vacíos, a considerar físicamente los mismos procesos, para ver si,
mediante este nuevo punto de vista de la ciencia natural, se puede restablecer la continuidad que se creía faltaba.
2. Una explicativa
Cuando se trató de distinguir, mediante la descripción, los diversos procesos psíquicos, surgió la necesidad de una oportuna clasificación de los
mismos. Así se formaron los conceptos generales bajo los cuales se ordenaron los distintos procesos, procurando satisfacer la necesidad de
interpretar el caso (sensación, conocimiento, atención, memoria, etc.), que corresponden a los conceptos físicos generales nacidos del
conocimiento inmediato de los fenómenos naturales.
La exposición explicativa presenta nuevamente dos direcciones que toman parte en la formación de la experiencia inmediata: el sujeto y el objeto.
Cuando se da mayor valor al objeto de la experiencia inmediata nace la psicología intelectualista, que procura derivar todos los procesos psíquicos,
hasta los sentimientos subjetivos, como los impulsos y los primeros movimientos de la voluntad, de las representaciones (procesos intelectivos). Si
se da valor principal al modo en que la experiencia inmediata surge en el sujeto puede llamarse psicología voluntarista, en razón de la importancia
que reconoce a los procesos de la voluntad entre todos los procesos subjetivos (foco en el sujeto y no en el objeto).
Se considera a las representaciones como los únicos objetos reales del sentido interno, mientras que todos los procesos que no pueden referirse a
los objetos externos, por ejemplo, los sentimientos, se indican como representaciones no claras, como representaciones que se refieren a nuestro
cuerpo, o finalmente, como efectos producidos por combinaciones representaciones.
Mientras la psicología del sentido interno se asocia con el intelectualismo, la psicología de la experiencia inmediata se acerca al voluntarismo.
La psicología intelectualista ha dado nuevamente lugar a dos direcciones empíricas especiales. Los procesos lógicos del juzgar y del concluir y las
asociaciones de las representaciones. La primera tendencia, la lógica, y la teoría de la asociación. Estas dos tendencias son entre sí contrarias,
queriendo la teoría lógica reducir la complejidad de los fenómenos psíquicos a formas más elevadas de los procesos intelectuales, y la
asociacionista, por el contrario, a formas inferiores o simples.
La unión de la psicología del sentido interno con la concepción intelectualista, ha llevado a la falsa sustancializacion intelectualista de las
representaciones. Cuando no solo admitimos una analogía entre los objetos del llamado sentido interno y los objetos del sentido externo, sino
también consideramos a los primeros como imágenes de los segundos, nos vemos inducidos a transportar las propiedades que la ciencia natural
atribuye a los objetos del mundo exterior a los objetos inmediatos del sentido interno; esto es, a las representaciones.
La psicología voluntarista se encuentra en plena antítesis con la intelectualista. Mientras esta se ve constreñida a admitir un sentido interno con
objetos especiales de la percepción interna, aquella se halla ligada con la consideración de que la experiencia interna se identifica con la
experiencia inmediata. El contenido de la experiencia psicológica consiste, según esta concepción, de los actos del sujeto mismo, considerados en
sus propiedades inmediatas, que no se ha mudado por ninguna abstracción y reflexión, como una conexión de procesos.
Este concepto del proceso excluye la naturaleza sustancial. Los hechos psíquicos son acontecimientos y no cosas; ocurren, en el tiempo y no son
jamás los mismos que en el momento precedente. En tal sentido, los procesos volitivos tienen un valor típico, importantísimo para la inteligencia
de todos los restantes procesos psíquicos. Afirma que la voluntad con los sentimientos y las emociones constituye una parte de la experiencia
psíquica como las sensaciones y representaciones.
Los principios directivos de la concepción fundamental psicológica pueden reducirse a las tres siguientes proposiciones:
1. La experiencia interna o psicológica no constituye ningún dominio especial de la experiencia distinto de los otros, sino que es verdaderamente la
experiencia inmediata
2. Esta experiencia inmediata no constituye un contenido quiescente, sino una conexión
de procesos; no consiste en objetos, sino en procesos;
esto es, en hechos generales
que se desarrollan en nosotros, y de sus reciprocas relaciones fijadas en leyes
3. Cada uno de estos procesos tiene, de un lado, un contenido objetivo, y del otros un proceso subjetivo, y por lo mismo contiene en si las
condiciones generales, tanto de
todo conocimiento, cuanto de toda actividad práctica de los hombres.
A estas tres proposiciones corresponde una triple posición de la psicología en relación con los otros campos a saber:
1. Como ciencia de la experiencia inmediata, en contraposición a las ciencia naturales, las cuales, a causa de la abstracción que hacen del sujeto,
tienen por objeto únicamente el contenido objetivo y mediato de la experiencia, es la ciencia empírica que reintegra aquellas. Cada
hecho singular de la experiencia solo puede ser íntimamente evaluado en su plena significación cuando ha sostenido la prueba del
análisis natural y psicológico.
2. Constituye el fundamento de las ciencias del espíritu: acciones que nacen de los hechos inmediatos de la vida psíquica humana y en sus efectos
(natural e inmediato).
3. La psicología considera igualmente las dos condiciones fundamentales que sirven de base, lo mismo al conocimiento teórico que al obrar
práctico, lo subjetivo y lo objetivo, y procura determinarlos en sus reciprocas relaciones.
No tanto la diferencia de los objetos de la experiencia cuanto la del punto de vista desde el que se considera experiencia, es aquello por lo cual la
psicología se distingue de la ciencia natural, todavía se sigue asignando a la ciencia natural la tarea de determinar el modo más general el
contenido de la experiencia. La psicología sería una disciplina, no ya coordinada, sino subordinada a la ciencia natural.
Métodos de la psicología
Siendo el objeto propio de la piscología, no los contenidos específicos de la experiencia, sino la experiencia general en su naturaleza inmediata, no
puede servirse de otros métodos que de los usados por las ciencias empíricas, tanto en lo que respecta a las afirmaciones de los hechos como en lo
que respecta a los análisis y a la ligazón causal de los mismos.
La ciencia natural que, como campo de investigación primeramente constituido, puede servir de ejemplo a la psicología, se auxilia de dos métodos
principales: el experimento (consiste en una observación en la cual los fenómenos observables surgen y se desarrollan por la acción voluntaria del
observador) y la observación (estudia los fenómenos in semejante intervención, tal como se presentan al observador en la continuidad de la
experiencia).
Hay una distinción general de los fenómenos naturales en procesos naturales y en objetos naturales.
Cualquier proceso natural (es necesaria la
experimentación), ej., un movimiento de luz, de sonido o una descarga eléctrica producto o resultado de la descomposición de una combinación
química, requiere la acción experimental para la exacta determinación de su desarrollo y para el análisis de sus partes. Solo es posible hace
observaciones exactas cuando se puede determinar el momento de aparición del fenómeno.
Son objetos naturales: objetos permanentes que no necesitan producirse en un momento determinado, sino que a cualquier hora se hallan a
disposición del observador. Se consideran como productos o como partes de procesos naturales. Cuando únicamente se trata de la naturaleza real
de los objetos, basta entonces la simple observación (ej. mineralogía, botánica, zoología, anatomía, etc.).
El contenido de la psicología consiste en procesos y no en objetos persistentes. Para indagar la aparición y el curso exacto de estos procesos, su
composición y las reciprocas relaciones de sus diversas partes, tenemos, antes de nada que producir a nuestra voluntad aquellas apariciones y
poder variar las condiciones según nuestros propósitos, lo que únicamente es posible mediante el experimento y no por la mera observación. La
psicología no pudiendo, por principio, hacer abstracción del sujeto, solo podría encontrar condiciones favorables para una observación casual
cuando, en muchos y repetidos casos, las mismas partes objetivas de la experiencia inmediata coincidieran con el mismo estado del sujeto. No es
posible que esto acontexca por la gran complejidad de los fenómenos psíquicos, tanto más cuanto que de un modo especial la misma intención del
observador, que siempre tiene que estar presente en toda observación exacta, altera sustancialmente el principio y el curso de proceso psíquico. La
observación natural, por el contrario, no se halla generalmente turbada por la intención del observador, porque desde, el principio prescinde
deliberadamente del sujeto. La intención del observador altera sustancialmente los hechos observables o ella misma se suprime en todo. La
representación de un objeto se halla siempre originariamente determinada por un conjunto más o menos complejo de estímulos externos. Si
quisiéramos estudiar el modo psicológico en que surge una representación, no podríamos usar de ningún otro método que el de imitar a este
proceso en su desarrollo natural. De este modo tendríamos la gran ventaja de poder variar a voluntad las mismas representaciones haciendo variar
las combinaciones de los estímulos operantes en las representaciones, y así, conseguir una explicación de la influencia que cada condicione
especial ejerce en el nuevo producto. Podríamos poner en las condiciones más oportunas para una investigación exacta, si a nuestra voluntad
produjéramos las impresiones que, según la experiencia, están regularmente ligadas con las reacciones del sentimiento y de la voluntad.
Por el contrario, la observación pura, es imposible dentro del dominio de la psicología individual, a causa del total carácter del proceso psíquico.
Solo podría pensarse como posible si existieran objetos psíquicos persistentes e independientes de nuestra atención, de la propia manera que
existen objetos naturales relativamente persistentes y que no cambian con nuestra observación. Sin embargo, también en la psicología se
presentan hecho que, por más que no sean verdaderos objetos, igualmente poseen el carácter de objetos psíquicos, presentando aquellas
características de naturaleza relativamente persistente e independiente del observador. Productos espirituales que se desarrollan en la historia de
la humanidad, como la lengua, las representaciones mitológicas y las costumbres. La llamada psicología social corresponde al método de la pura
observación y su único carácter consiste en que los objetos de la observación son productos del espíritu.
Aparece manifiesto que la psicología, no menos que la ciencia natural, dispone de dos métodos exactos; el primero, el método experimental, sirve
para el análisis de los procesos psíquicos más simples; el segundo, la observación de los productos más generales del espíritu, sirve para el estudio
de los más altos procesos y desarrollos psíquicos.
En presencia de una naturaleza tan compleja de los hechos psíquicos, la investigación científica debe llevar a cabo consecutivamente tres tareas.
2. Poner de manifiesto las conexiones entre los elementos encontrados por el análisis
Los elementos psíquicos se ligan en formaciones psíquicas compuestas. Ejemplo: las representaciones, sea que puedan referirse ahora
directamente a estímulos u objetos externos, sea que puedan ser interpretadas por nosotros como reproducciones de los estímulos u objetos
anteriormente percibidos. Tales formaciones son igualmente los sentimientos compuestos, as emociones y los procesos volitivos. Estas
formaciones psíquicas se combinan entre sí. La conexión de las formaciones psíquicas como una clase de procesos sintéticos de segundo grado que
se eleva sobre las combinaciones más simples, de los elementos en formaciones psíquicas. Surgen de estas nuevas combinaciones, los compuestos
de tercer grado, desarrollos psíquicos. Podríamos distinguir desarrollo de diversa extensión; los de naturaleza más restringida se refieren a una sola
tendencia psíquica, ej,, al desarrollo de la función intelectiva, de la voluntad y del sentimiento, o bien simplemente al desarrollo de una parte
especial de estas formas funcionales; a los sentimientos estéticos, morales, etc. de una porción de tales desarrollos parciales surge luego el
desarrollo complejo de la individualidad psíquica especial. Finalmente, puesto que ya el individuo animal y también en más alto grado el hombre,
se encuentra en continua relación con seres del mismo género, sobre estos desarrollos individuales, se elevan los desarrollos psíquicos de la
especie.
La determinación de las leyes del proceso psíquico, se funda en el estudio de todas las combinaciones de diverso grado; por lo tanto aquí
consideraremos a continuación:
SEGUNDO PARCIAL
Tôpf José y Rojo
“Lo inconsciente”
El racionalismo:
Presencia de lo inconsciente:
Freud, el fundador del cuerpo teórico más vasto en el campo de las psicologías de lo inconsciente. Tomo para ello el análisis del sentido de los
sueños, los actos fallidos o sea de las conductas equivocadas, los chistes o dichos de doble intención y mostro como allí en el hablar y en el vivir
cotidiano podía verse la existencia de los dos niveles de la actividad psíquica (consiente e inconsciente) e incluso la fuerte prevalencia que lo
inconsciente tiene en las conductas que analiza. La mayor parte de la actividad psíquica humana es inconsciente. Además de esta actividad
inconsciente, el hombre adquiere capacidad de reflexión, de objetivarse, es decir, de tener conciencia de sí. Esta actividad consciente aparece
tardíamente e el desarrollo de la especie y del individuo y abarca una pequeña parte de nuestra actividad psíquica cotidiana. Sin advertirlo,
participamos del supuesto de ser solo seres de conciencia. “yo no lo hice/ lo habré hecho inconscientemente” donde subyace la antigua convicción
de que somos solo nuestra conciencia y como si lo nuestro inconsciente no fuéramos nosotros. Por ende, también seriamos solo responsables de lo
que racionalmente queremos y no de la totalidad de lo que somos y de lo que hacemos y de lo inconscientemente deseado.
Lo inconsciente:
La hipnosis esta en el origen de las teorías que aquí nos ocupan: a una persona en estado de trance hipnotico se le da la orden de que al despertar
hará algo determinado y que a la vez olvidara esa orden. Si esta persona efectivamente realiza luego el comportamiento que se le indico y
preguntando acerca de sus motivos, nos da explicaciones que, aunque coherentes, no recuerdan la orden recibida, cabe entender que dicha orden,
si
lucha? Al interior de la persona, en este nivel de análisis psicológico está hablando de la persona como totalidad y no de alguno de sus órganos
particular, diseñar un posible modelo de funcionamiento. Aparato psíquico.
El psiquismo se halla en equilibrio lábil, inestable, capaz de continua modificación. Esta modificación en busca de un nuevo equilibrio constituye la
dinámica de la conducta, que es constante. Es el vivir. El principio de la realidad es el aprendizaje y la sujeción a las nociones de espacio y tiempo y
luego a la noción del otro como un alguien diferenciado. Principio de placer. En el nivel psíquico, lo inconsciente busca una inmediata satisfacción
ante cualquier necesidad. En las fantasías las ensoñaciones o los sueños no es necesario esperar a que llegue el tiempo y el espacio adecuados para
cada comportamiento. La fantasía de su realización se da de manera inmediata. A esto es que se llama principio de placer. “doble legalidad” del
psiquismo y del conflicto que le es inherente. El sistema de lo inconsciente es anterior, por lo que se rige según los primeros estilos psíquicos.
Aquellos que suponen que si cierro los ojos el mundo desaparece. Se lo llama “procesos primarios”. El sistema de la conciencia es posterior, cuando
ya lo experiencial nos enseña, acerca de la propiedad de las cosas: que ocupan un espacio y se dan en un tiempo. Y que el mero deseo no basta
para modificarlas. Se los llama procesos secundarios. A las psicologías que explican el comportamiento por búsqueda del placer, o sea por
distensión, se las llama psicologías hedónicas. Las psicologías que explican el comportamiento por búsquedas de metas, se las llama psicologías
hormicas. El psicoanálisis participa de ambos modelos.
La noción de aparato psíquico: Es la función la que determina el aparato y no los órganos que se le adscriben. Dichos órganos y demás partes que
participan en la producción de una función son de naturaleza diversa. Su adscripción a un aparato o a otro depende de cómo el investigador teoriza
acerca de la función del aparto y no de cuál es su estructura. Los aparatos son una estructura o sistema complejo, constituido por partes. Estas
partes, a la vez, se hallan en interacción dinámica entre sí o sea que son capaces de movimiento para producir algo y necesitan de una energía que
las impulse.
Aparato psíquico: aparato que sirva para pensar pensamientos, para sentir sentimientos, para decidir decisiones y que funciona en dos registros
simultáneos que necesita regular, el de lo consiente y el de lo inconsciente y cuya energía, se acuerda en llamar libido. Si bien la actividad psíquica
requiere del sistema nervioso, fibras, medula, cerebelo, no se limita a él. Porque la función sobrepasa la actividad de los órganos comprometidos
en ella. Es la totalidad de la persona la que produce la función. Se recurre a modelos explicativos tomados de la geometría topológica, una
geometría no euclidiana que no se ocupa de mediciones sino de espacios, lugares y relaciones entre lugares. Por basarse en la geometría
topológica, a estos modelos se los llama modelos tópicos. Al arribar a esta concepción acerca del funcionamiento del psiquismo como consecuencia
del conflicto entre sistemas opuestos y la libido como su fuerza generadora. Freud modifica su concepción acerca de la importancia de lo sexual en
el marco de su teoría al renunciar a la suposición de un génisis de las dolencias psíquicas en una experiencia traumática sexual y trocar el concepto
de sexualidad en principio referida a lo genital en su sentido ulterior de energía libidinal.
El pensamiento dialectico: En el sistema de la conciencia es necesario distinguir dos subsistemas: el de la conciencia o conciencia inmediata y el del
pre consiente, o sea aquello que siendo de cualidad inconsciente es capaz de pasar fácilmente a la conciencia, evocados como recuerdos o
enunciados como propósitos. La dinámica del comportamiento humano se da en el equilibrio de estos dos sistemas. Dos instintos: instintos de la
vida al que se opone el instinto de la muerte.
Hegel planteo la dialéctica como un interjuego permanente entre tesis y antítesis para el entendimiento del devenir humano en su camino hacia
Dios, la idea de fuerzas bipolares enfrentadas, que a su vez producen una síntesis entre ambas, la que luego se convierte en una nueva tesis para
una nueva antítesis. Marx funda dialéctica materialista, en el marco del materialismo histórico. Freud entiende los procesos psíquicos como
producto del interjuego de fuerzas contrarias, consciente e inconsciente.
Acerca del conflicto edipico: Mitología griega que menciona en uno de sus relatos a Edipo rey. Circunstancia posible de un parricidio, posterior
relación sexual, entre hijo y madre y sus terribles consecuencias. La atracción sexual del hijo varón hacia su madre, con la consiguiente irrupción
prohibidora del padre (la existencia de un conflicto edipico en la mujer: conflicto de electra) una visión evolutiva del desarrollo humano permite
suponer un primer momento en que el recién nacido carece de recursos psíquicos para poder diferenciar que es él y que es no- el. No se hallan
discriminadas las sensaciones propioceptivas de las que se originan en el espacio externo. Psíquicamente podría entenderse este periodo como el
de fusión e indiscriminacion con el mundo, como propone Bleger. El mundo es igual a la madre, con quien el bebe tiene mayor interacción.
Paulatinamente, con el desarrollo continuado de la capacidad mental, el bebe comienza a discriminar aquello que es el de aquello que es la madre.
Esta creciente capacidad de individuación es lo que permite el establecimiento de una primera relación de objeto, o sea, una intensa relación de
dos, bebe- mundo o si se quiere, hijo-madre. La relación es diádica, de a dos, porque la capacidad mental del bebe, por ese entonces, le permite
vincularse con solo otro, no importa la pluralidad de personas físicas que se hallen presentes en su entorno. Progresando en su desarrollo mental,
el niño alberga mayor cantidad de representaciones respecto de quienes lo rodean y mayor complejidad de relaciones entre ellas de incorporar a
“lo tercero” o si se quiere “lo padre” del entorno. En el principio de la vida las principales necesidades que el niño percibe de naturaleza nutricia es
su modelo de relación con el mundo. Luego, estando en condiciones de comprender algo de las limitaciones y prohibiciones que provienen de la
realidad, la ampliación de su mundo interno, que permite la inclusión del padre, incorpora al otro, o sea la ley. Es el desarrollo del niño el que
permite la incorporación del tercero-padre y no el padre el que irrumpe en la relación del niño con su madre. En realidad el primer tercero que
aparece para la mente del niño es el lenguaje. Son las palabras con que le habla la mama o sea “lo madre” del mundo las que van trayendo a esa
relación de dos la presencia de “lo tercero” y “lo padre”. Es la madre, que al hablarle, ayuda al hijo a crecer y arrancarse de la primera relación
nutricia y táctil que tuvo con el mundo. El camino del desarrollo de una persona y de su constitución como sujeto diferenciado pasa
inexorablemente por un primer momento de un uno indiferenciado, un segundo momento de relación primaria de dos y un tercer momento de
relación ya secundarizada de tres. La relación familiar básica, para llegar a ser luego, el mundo. Edipo, para ser es necesario descifrar. Saber de si,
saber de lo materno-nutricio y de lo paterno-legal. Entonces puede ser persona, si no, no es.
Psicoanálisis: trabajo mediante el cual traemos a la conciencia del enfermo lo psíquico reprimido en el. Psíquico: mental, análisis: descomposición,
asociación. Esta técnica le permite partir de los síntomas psíquicas como manifestaciones para llegar así los elementos de su composición:
motivaciones, mociones pulsionales. Pudiendo dar explicación a manifestaciones no patológicas como sueños, actos fallidos y tendencias sexuales
cuyas causas permanecían ignoradas por el propio sujeto.
. método basado en la investigación para el tratamiento de trastornos neuróticos, una serie de concepciones psicológicas adquiridas por este
medio y que en conjunto van en aumento para formar progresivamente una nueva disciplina científica
El inconsciente como existente psíquico no es separable de los modelos tópicos (diferenciación del aparato psíquico en sistema) económico
(distribución y circulación de energía) y dinámico (como conflicto de fuerzas) que constituyen la teoría
Para el psicoanálisis la conciencia y la conducta constituyen el campo de lo apariencial e ideológico que deberá ser tratado por un pensamiento
científico. Una de las características del psicoanálisis va a partir de lo singular. La escucha del libre discurrir de sus pacientes (técnica de la
asociación libre) lo lleva a una extensión de lo natural y lo social. El rescate de la particularidad del sujeto de estudio, donde las generalizaciones
caen para dejar paso a la significación personal en relación con su historia y sus deseos (el conductisismo apela a construir e.r universales) Freud se
atreve así a nombrar lo innombrable, llegando a los umbrales de lo prohibido. Este señala la colaboración del psicoanálisis con las ciencias no
psicológicas. La ciencia del lenguaje, no tan solo a la expresión del pensamiento en palabras, sino también al lenguaje de los gestos y a la escritura,
teniendo en cuenta que las interpretaciones son traducciones. La biología al estudiar la sexualidad del adulto y observarla a la luz de la vida infantil,
no se nos muestra como una función encaminada solo a la reproducción y equivalente a las funciones digestivas, respiratorias, etc. Sino que
trasciende lo biológico. El concepto de pulsión, a diferencia del instinto, se impone como un concepto límite entre las concepciones biológica y
psicológica. El psicoanálisis compara la infancia del individuo con la historia primitiva de los pueblos. Mientras que las fantasías impiden la aparición
de angustia, los mitos se construyen frente a hechos que la han producido, en tanto haya un vacio, el mito es una construcción que alivia. Con
respecto a la pedagogía, cuando los educadores se hayan familiarizado con los resultados del psicoanálisis, les será más fácil reconciliarse con
determinadas fases de la evolución infantil, ya que, la represión violenta desde el exterior no produce nunca la desaparición ni el vencimiento de
tales pulsiones, sino que por el contrario puede iniciar una tendencia a ulteriores enfermedades neuróticas. Freud no creía que el psicoanálisis
estaba destinado a una nueva concepción del mundo o que desde su teoría podía explicarse todo, solo la consideraba como un aporte más al
conocimiento científico. Instaura una psicología subjetivista, abriendo un espacio en la ciencia para las diferencias. Hay un rescate del sujeto, pero
este no es un sujeto aislado.
Psicología de las masas y análisis del yo (1920/21): “en la vida anímica individual aparece integrado siempre, efectivamente, el otro, como modelo,
objeto, auxiliar o adversario y de este modo la psicología individual es al mismo tiempo y desde el principio psicología social, en un sentido amplio
pero plenamente justificado”
Su formación científico-cultural:
Freud nace en 1856 en Freiberg, Moravia, bajo el imperio austrohúngaro. A los tres años va a vivir a Viena. Cuando, en 1937 los nazis ocupan
Austria, Freud se ve obligado a refugiarse en Inglaterra. En 1939 muere en Londres. En 1859, Darwin publica “el origen de las especies”.
(Darwin) el sujeto humano pasa a ser un objeto mas de estudio de la naturaleza, siendo el resultado de la revolución de las especies
El descubrimiento de lo inconsciente, no somos íntegramente racionales, la mayor parte de
las motivaciones de nuestras conductas nos es
desconocida.
Helmholtz aporto a la física, formulo el principio de la conservación de la energía, señalando que la misma, al igual que la masa, es cantidad y que
puede transformarse pero no ser destruida. Desarrollada como “el campo de la dinámica”, la energía cuando desaparece en una parte del sistema,
tiene que aparecer en otra parte del mismo.
1886 la facultad lo beca para continuar sus estudios en parís. Se interesa allí por los trabajos sobre la histeria dirigidos por el médico Charcot y
descubre el aspecto psicológico de la neuropatología y también la técnica de la hipnosis. Los síntomas neuróticos son el resultado de motivaciones
inconscientes ocultas para el paciente. Elabora la conceptualización de un aparato psíquico dividió en sistemas: consciente-pre consciente y
sistema inconsciente, tomando el termino aparato no solo en el sentido medico sino, fundamentalmente, en el sentido de trabajo, de
transformación de energía. Según esta nueva conceptualización, el sujeto intentara mantener la cantidad de excitación o energía contenida en un
nivel tan bajo o constante como sea posible, lográndolo mediante la descarga o evitando aquello que pudiera aumentarla. A este trabajo de lo
psíquico lo denominara “principio de constancia” pasaje de la energía libre a energía ligada. La energía libre es la que fluye libremente en el
inconsciente de una representación a otra buscando su descarga. El pasaje al sistema pre consciente-consciente le permite ligarse a una
representación, posibilitando distintas vías, siendo esta una de así formas de comprensión del fenómeno psíquico desde el modelo económico.
Goethe, en relación con el concepto de inconsciente: “el hombre no puede permanecer mucho tiempo en el estado consciente, debe resumergirse
en el inconsciente, porque allí vive la raíz de sus ser”. Cada época histórica está determinada por una particular forma de construir la realidad, de
valorar los aspectos del acontecer social, de seleccionar lo que considera prioritario. Determina el pensar y el hacer “imaginario social”. A partir del
S XVIII una nueva forma de ver la realidad y el ser humano. De la certeza de la religión y del saber especulativo de la filosofía se pasa a la búsqueda
de la “certeza” a través de la ciencia.
Para Marx será la realidad social la que determine la conciencia de los seres humanos. Nietzsche denunciara la fragmentación de la realidad,
cuestionando la noción de la verdad y de mundo verdadero, Freud dirá que su intuición, nadie hasta él había sido tan consciente de la dualidad de
la conducta humana. La conciencia, fuente de conocimiento y autodominio, se tornara orara Freud casi tan oscura como el inconsciente. “las
fuerzas irracionales de la naturaleza humana son tan fuertes que las fuerzas racionales tienen escasas posibilidades de éxito. La mayoría de los
hombres se sienten cómodos viviendo con sus engaños y supersticiones en lugar de la verdad” la razón para el psicoanálisis deja de ser la única vía
posible para dar cuenta del sujeto y su mundo y se interna para explorar y dar a luz a los aspectos más irracionales. A diferencia de descartes
“pienso, luego existo” Lacan desde el psicoanálisis “pienso donde no soy y soy donde no pienso”
Pero el psicoanálisis no deja de tener en cuenta la conciencia. La conciencia es engañosa pero es lo único con que contamos para descubrir el
discurso del inconsciente, verdadero estrutucturamte originario del sujeto.
Génesis del concepto de inconsciente y la ruptura con a psicología de la conciencia:
S XIX a fines de siglo algunos hombres de ciencia comenzaron a interesarse por el fenómeno de la sugestión y en especial por la hipnosis, cuyos
orígenes se rescatan del médico vienes Mesmer (magnetismo animal o mesmerismo) el interés popular se inclinaba por el ocultismo y el
espiritismo (metapsíquica) termino inconsciente antecedentes pre-freudianos, el reconocimiento oficial del término fue adjudicado al médico y
filosofo Pierre Janet. En Francia Liebeault y berheim afirmaban, a diferencia de charcot, que la hipnosis no era un estado patológico sino un sueño
ordinario inducido por sugestión. Después de su experiencia con charcot, Freud se dirige a la escuela de Nancy a perfeccionarse en la técnica de la
hipnosis.
Breuer había atendido en el año 1880 a una joven paciente con un cuadro polisintomatico de histeria, cuyo nombre es Ana. (Berta pepenheim) a
quien aplico como método terapéutico la hipnosis. Esto le permitió a la paciente hablar de causas relacionadas con sus síntomas, temático que no
recordaba sino a través de esta técnica. Al salir a la luz estos sucesos juntamente con el afecto que ellos habían suscitado, los síntomas
desaparecían. Años después Freud presenta “hipnosis catártica” estudios sobre la histeria. A partir de estas primeras teorizaciones Freud bosqueja
alguna hipótesis, no todas compartidas por su colega, comenzando así a separarse de él. Su posterior obra “la interpretación de los sueños y la
teoría psicoanalítica”. Arriba así a una nueva y reveladora conceptualización del inconsciente, produciendo la caída hegemónica de la conciencia en
el estudio del psiquismo humano. Aquellos recuerdos olvidados a los que no se les daba mayor importancia se consideraran como determinantes
de los fenómenos psíquicos, pero estos contenidos solo accederán a la conciencia una vez superado un mecanismo denomino por él como
“represión” por el cual el sujeto desaloja de la conciencia aquellos que puede tornarse no placentero a sus aspiraciones conscientes.
“determinismo de la vida psíquica” los actos del sujeto no son azarosos sino que están ligados a una causalidad, por lo que los sueños, síntomas y
actos fallidos serian una forma enmascarada de acceso a la conciencia de motivaciones inconscientes, esto es, del retorno de lo reprimido.
Abandona el método catártico ya que la asociación libre y los métodos de la interpretación suplían la técnica de la hipnosis y permiten acceder a
temáticas mas profundas y a posteriores elaboraciones. El deseo colocara en orden de lo inconsciente y como motor del aparato psíquico. Será
irreductible a la necesidad dado que su origen no es a partir de un objeto real sino de la fantasía. Este origen inconsciente lo lleva a pretender
imponerse más allá de lo anhelado (consciente) por el sujeto o de las imposiciones de la realidad externa, constituyéndose junto con la defensa en
una de los dos polos del conflicto psíquico. Considera un sujeto inconsciente que opera a través de sus deseos y que a su vez está estructurado por
ellos, pero de los que no puede dar cuenta conscientemente. Hace ruptura con el concepto de individuo (indiviso, no dividible) para partir de la
consideración de una escisión básica del sujeto (inconsciente/consiente) tal escisión de lugar así a un nuevo sujeto epistémico.
Hipótesis de los síntomas neuróticos son de origen psíquico, postura diferente a la de la medicina que busca afanosamente el origen somático de
los mismos, pasando a denominar a la neurosis (enfermedad de los nervios) como psiconeurosis. Una de las diferencias con Breuer es que para
Freud los contenidos que caen bajo represión van a estar siempre referidos a una temática sexual. Entender como la búsqueda de placer que nos
acompaña a lo largo de la vida, cursando deferentes fases del desarrollo psicosexual hasta llegar a la genitalidad. Un terreno vedado, la sexualidad
infantil. Complejo de Edipo.
Si bien nacemos hombre o mujer, la masculinidad o feminidad será resultado fundamentalmente del transcurso de los primeros años de vida. El
psicoanalista deberá apuntar a la manera singular en que en cada sujeto y sus vínculos se despliegan el deseo ya que para el psicoanálisis o hay un
saber normativo y universal. Los pacientes revelan espontáneamente. El psicoanalista, a través de su técnica, solo ayudara a develarlo.
Represión: fuerza de desalojo de aquellos contenidos que son vividos como displacen teros para el sentir consciente. Será displacen tero, para
cada sujeto, aquello que dependa o guarde relación con contenidos reprimidos, fundamentalmente ligados a la historia sexual infantil. El proceso
de represión no suprime ni destruye los contenidos displacen teros sino que estos pasaran a formar parte del orden de lo inconsciente, pero ya sea
por desencadenantes internos o externos, dichos contenidos pueden cobrar una mayor fuerza e intentaran retornar a la conciencia. Lo reprimido
siempre tiende a retornar, pero por efecto de la fuerza de la represión lo hará por un camino indirecto, en forma desfigurada o de alusión a través
de las formaciones del inconsciente: síntomas, sueños, actos fallidos o deslizándose en el discurso.
Las representaciones inconscientes están siempre ligadas a una pulsión, en tanto lo pulsional no puede devenir nunca consciente, lo hará a través
de una idea que lo representa. El modo en que podemos dar cuenta de la existencia de la represión es a través de la resistencia, a manera
defensiva, de actos o palabras. El sujeto vivenciará como ajeno a él todo contenido inconsciente, en tanto estos revelan deseos. Tanto la resistencia
como la represión actúan con las mismas fuerzas. El inconsciente se irá conformando, a partir de la represión, especialmente con aquellos
contenidos relacionados con la historia sexual infantil.
Represión originaria: se constituirá en la base por la que se ejerce posteriormente la represión, ya que una representación no puede ser reprimida
si no lo es por la atracción proveniente de contenidos que ya son inconscientes. Fantasías originarias (vida intrauterina, escena originaria,
castración, seducción) todos los contenidos (deseos, representaciones) alojados en el inconsciente están regidos por una legalidad propia de este
sistema y tienen entonces la particularidad de ser:
Atemporales: los contenidos inconscientes no están ordenados temporalmente, nada de ellos será modificado por el tiempo, manteniendo la
misma intensidad y fuerza que le dio su origen, subsistiendo en el él inconsciente infantil entrelazado con lo actual.
Ausentes de contradicción: en el inconsciente se encuentran deseos que a nivel consiente serian vividos conflictivamente por ser contradictorios.
Determinados por el principio de placer: tiene por finalidad evitar lo displacentero y procurar el camino para darle libre acceso al placer. Tiene a
imponer el deseo originado por la descarga pulsional sin atender a los obstáculos que pueda presentar la realidad exterior. El inconsciente
interpretara la realidad solo acorde a sus deseos (realidad psíquica) la pulsión buscara así su descarga por el camino más corto.
Determinados por el proceso primario: el inconsciente tendrá así la posibilidad de desplazar los valores o investiduras que las representaciones
tienen, pudiendo condenarse en una nueva representación. Esta nueva representación que desplaza a la anterior está ligada a la primera por una
cadena asociativa. Ej.: sucede que no solo se olvida, sino que además se recuerda erróneamente. A la conciencia del sujeto que se esfuerza en
recordar el nombre olvidado acuden otros nombres sustitutivos que son rechazados. Los nombres sustitutivos están en visible conexión con el
buscado. La condensación tiene varias representaciones expresadas por las cadenas asociativas, confluyen en una sola representación.
Una semejanza cualquiera de los objetos o de las representaciones verbales entre dos elementos del material inconsciente es tomada como causa
creadora de un tercer elemento que es una formación compuesta o transaccional. Este elemento representa a ambos componentes en el
contenido del sueño.
Tanto el desplazamiento como la condensación no son solo una manera de eludir la censura sino una característica del pensamiento consciente. En
el inconsciente, las representaciones son esencialmente imágenes visuales, que no están ligadas a un lenguaje verbal (representación-cosa) a
diferencia del sistema pre consciente donde las representaciones están ligadas al lenguaje verbal, lo que le permitirá al sujeto tomar conciencia de
los contenidos inconscientes (representación-palabra). El sistema pre consciente contiene aquellas representaciones, ideas y recuerdos que no
están presentes en el campo actual de la conciencia pero que con un pequeño esfuerzo tienen libre acceso a ella.
Se rige por el proceso secundario, a diferencia del proceso primario, no admite el libre desplazamiento y la condensación, cualquier representación
no puede ocupar el lugar de otro y si esto ocurre.
Principio de contradicción: intenta resolver los conflictos que puedan ocasionar dos contenidos que se contrapongan hasta lograr una solución
Principio de realidad: función reguladora con respecto al principio de placer, postergando las demandas inconscientes
La oposición entre proceso primario y secundario corresponde a la forma de circulación de la energía psíquica en libre o ligada y paralelamente a la
oposición entre principio de realidad y de placer. La conciencia es un momento fugar donde las representaciones o ideas, una vez que acceden
voluntariamente a ella, dejan inmediatamente su lugar a otros contenidos. Esto permite un orden y una discriminación. Situada, tópicamente, en la
periferia del aparato psíquico, cumple la función de diferenciar las percepciones internas y externas dentro del conjunto de los fenómenos
mentales, constituyéndose el sistema de percepción-conciencia. Será entonces un lugar de percepción anímica. Con respecto a pensamientos,
recuerdos, sentimientos, sensaciones placenteras y displacenteras, dispone para ello de la atención. La relación con el pre consciente es que este
cumple la función de almacenamiento de recuerdos y vivencias que con poco esfuerzo permiten vencer la segunda censura dejando a los
contenidos en un libre acceso a la conciencia. Freud se refiere a ellos unificándolos como sistema pre consciente-consciente.
La finalidad del análisis será hacer consiente lo inconsciente. Esto implicara un levantamiento de la represión integrando los contenidos
inconscientes al sistema pre consciente-consciente. Esta labor, denominada trabajo elaborativo, consiste en darle palabra a los contenidos
inconscientes. El pasaje de la representación-cosa a la representación palabra será lo que permite la toma de conciencia. Freud señala que la toma
de conciencia puede tener tres caminos: juicio adverso, sublimación o satisfacción parcial o total de los deseos. Juicio adverso: el sujeto haya
producido en su vida infantil una represión de la pulsión. Con su madurez y fortaleza actual y como resultado del análisis quizás pueda gobernar lo
que le es des placentero, rechazándolo ya a nivel consciente.
La sublimación es un mecanismo mediante el cual la energía de las mociones infantiles de deseo no es bloqueada sino que se canaliza hacia otro
fin, siendo el mismo reconocido y valorado socialmente.
Satisfacción parcial o total de las mociones libidinales: fueron reprimidas otorgando libre acceso y canalización a los deseos postergados, en tanto
ya no se contraponen con la actividad consciente del sujeto.
El síntoma será entonces un signo y un sustitutivo de una expectativa de satisfacción de un deseo y también del resultado de la represión. Algunos
síntomas están más al servicio de la represión. Algunos síntomas están más al servicio de la satisfacción de la defensa. Esto nos muestra cual es la
causa por la que su disolución presenta tanta resistencia por parte del paciente. Para Freud, la sola desaparición de un síntoma no implica la
disolución de la enfermedad, pues, manteniéndose aun aquellos contenidos inconscientes que lo originaron es posible que encuentren nuevas
formas de expresión. Todos podemos ser considerados neuróticos, pues hasta los supuestamente más sanos llevan en si las condiciones que
posibilitan la formación de síntomas. Debemos agregar que el síntoma psíquico es perjudicial o por lo menos inútil y parasitario y que el sujeto lo
realiza en contra de su voluntad, experimentando así sensaciones displacenteras o dolorosas que demandan un esfuerzo psíquico muy alto,
quitando dicha energía a otras actividades. Es un representante de lo reprimido cerca del yo y de un dominio muy lejano a él, por lo que el paciente
lo vive como incongruente con sus anhelos, incoercible en la medida en que no lo pude controlar o incomprensible. La diferencia fundamental con
las otras formaciones del inconsciente es que pertenece al campo de lo psicopatológico, mientras que el sueño y los actos fallidos pertenecen al
campo de lo que Freud llama “psicopatología de la vida cotidiana”.
Actos fallidos: aquellas acciones en las que no se obtiene el resultado esperado conscientemente, sino que este se encuentre reemplazado por
otro sin justificación aparente alguna. Son también formaciones de compromiso entre la intención consciente y lo reprimido. No solo engloba a las
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acciones aparentemente equivocadas, sino también a los lapsus linguae, olvidos, perdida de objetos, errores en la lectura, en la escritura y del
funcionamiento psíquico en general. Estos actos no son fallidos en relación con el contenido inconsciente, ya que esta la forma indirecta que
encuentra para su emergencia.
Otros actos: actos casuales y sintomáticos que se muestran también como fallidos, inmotivados sin finalidad y faltos de trascendencia y se
distinguen de los actos fallidos por la ausencia de otra intención distinta a aquella con la que tropiezan. Enrollarse el pelo mientras se habla, dibujar
garabatos durante un dialogo telefónico, etc.
El investigador psicoanalítico, para él no existe nada pequeño, arbitrario ni casual en las manifestaciones psíquicas, espera hallar siempre una
motivación suficiente hasta en aquellos casos en los que no se suele sospechar ni inquirir la existencia de la misma y esta incluso preparado a
encontrar una motivación múltiple.
5. Es necesario establecer una neta distinción entre los conceptos de lo sexual y lo genital. El primero es un concepto más amplio y comprende
muchas otras actividades que no guardan relación alguna con los órganos genitales
6. La vida sexual abarca la función de obtener placer en zonas del cuerpo, una función que posteriormente es puesta al servicio de la procreación,
pero a menudo las dos funciones no llegan a coincidir íntegramente
Ej. El placer que manifiestan los bebes llevándose los objetos a su boca ya que la misma se constituye en una zona erógena o productora de placer.
El encuentro con el otro (aun no diferenciado) dejara inscripto en el bebe ciertos rasgos, que funcionaran como signo de aquellos que produjo
placer. La satisfacción generada como consecuencia de la interacción con otro (succión de pecho) abrirán el camino de lo pulsional. Poco a poco,
ante la ausencia de esta vivencia, se generara un aumento tensional, motorizado el deseo de reencuentro. Pero no será el placer generado lo que
centrara la búsqueda, sino aquel rasgo o signo que ha quedado inscripto en su psiquismo (huella mnémica) asociado a la excitación originada por la
necesidad fisiológica (motivada por la sensación del hambre) FOTO
El pequeño sujeto ya no buscara satisfacer su necesidad biológica solamente, sino algo más que eso. Pero como la primera experiencia es única e
irrepetible, cada próximo reencuentro dejara en él un plus de insatisfacción, comparándolo con lo que Freud denomina “defraudación” esto llevara
a la imposibilidad de descargar totalmente la energía pulsional, incrementándose a posteriori la carga de tensión psíquica frente a una nueva
necesidad (fisiológica) o ante un nuevo estimulo psíquico, cobrando mayor fuerza y energía el deseo. Será así como la acción de la succión puede
independizarse de la necesidad fisiológica (hambre) tomando otros caminos, como por ej. El chupeteo. Si bien en un principio la acción se apoya en
una necesidad, el deseo será irreducible a ella, dado que su origen no es en relación con un objeto real, sino con un objeto fantaseado. Intentara
así cumplir su descarga a través de la representación de aquella primera experiencia mítica que quedo en su recuerdo. Por ello en psicoanálisis se
habla de cumplimiento de deseos y no de realización de deseos, ya que no se hace referencia a objetos específicos, a lo real de lo material, a la
satisfacción de la necesidad, sino a una “realidad psíquica” que alude a los deseos y a sus respectivas fantasías, a lo inconsciente.
El deseo implicara un retorno imposible, a un mirar hacia atrás fundado en la ilusión del reencuentro con lo perdido, a la total descarga de la
pulsión, pero, paradójicamente, es una motorización del psiquismo que impulsa al sujeto hacia adelante, a la permanente búsqueda. La pulsión es
la representación psíquica de una fuente endosomatica de estimulaciones, que fluye de manera continua. Siendo la pulsión un concepto de
demarcación o límite entre lo somático y lo psíquico, el concepto de “libido” designara el aspecto psíquico, caracterizándose como la energía y la
manifestación dinámica de lo pulsional. El concepto de pulsión impone una diferencia entre lo dinámico del funcionamiento psíquico humano y el
rígido “predeterminismo” conductual animal, limitado por lo instintivo. Si observamos la vida sexual de un animal, conoceremos con muy pocas
variaciones el comportamiento de todos los miembros de su esencia, no ocurriendo lo mismo con el comportamiento humano. 4 características de
la pulsión: empuje, fuente objeto y fin.
Empuje: constituye su esencia, produciendo la fuerza que genera la actividad psíquica. La fuente es el proceso somático localizado en una parte
del cuerpo o un órgano, cuya excitación es representada en el psiquismo por la pulsión.
El objeto: es el medio por el cual la pulsión alcanza su descarga, puede ser tanto la representación psíquica de un objeto externo como la
representación psíquica de una parte del propio cuerpo. Siendo susceptible de ser sustituido.
El fin: apunta al logro de la satisfacción, a la descarga de la excitación o tensión interna, siendo dicha actividad sostenida y orientada por la
fantasía. A diferencia del instinto, la pulsión no tiene un objeto y un fin predeterminado por la especie. Desde el nacimiento hasta la pubertad la
pulsión sexual se halla formando un conjunto de “pulsiones parciales” siendo las mismas el fundamento de la “sexualidad infantil” inicialmente se
apoyan sobre las funciones vitales (hambre) que le proporcionan una fuente o zona erógena y un objeto, desprendiéndose de ello el concepto de
apoyo o apuntalamiento. Pero señala también que posteriormente se independizaran abandonando el objeto inicial y volviéndose “autoeroticas”.
Esto se refiere a un momento en que las pulsiones parciales se satisfacen c/u independientemente de la otra, sin ninguna organización de
conjunto. Es una excitación que nace y se satisface en el mismo lugar o zona erógena (succión del pulgar).
Si la libido puede desplazarse en relación con su objeto y con su fin, tendrá entonces durante la vida infantil diferentes fuentes de excitación.
Teniendo cada una de ellas distintas modalidades de lograr la sensación de placer le corresponderán a cada zona erógena diferentes modalidades
eróticas. Ej.: succión del pulgar, del pecho, defecación, masturbación, etc. De esta diversificación de la libido en diferentes zonas erógenas le
corresponderán las siguientes fases del desarrollo “psicosexual”: oral, anal, fálica, periodo de lactancia y genital.
En la fase oral, la búsqueda del placer está centrada en la cavidad bucal y los labios. La actividad de la alimentación y del chupeteo permite
comprender como la pulsión sexual se apuntala sobre la función vital, pero también como puede adquirir autonomía y lograr placer auto
eróticamente. Debemos señalar que respecto a la oralidad y a la alimentación el deseo y la satisfacción quedan marcados para siempre: ya no será
el objeto concreto, sino todo aquello que representa, aquello que arrastra. Ya no es lo mismo cualquier alimento.
La fase anal, transcurre aproximadamente entre los 2-4 años momento que coincide con la maduración. Esta fase está ligada con la función de
defecación (expulsión-retención) en relación con su dominio y con su control, pero también al valor simbólico asignado a las heces. De este doble
juego de expulsión-retención de la materia fecal se construye una modalidad pulsional que da como resultado una serie de fantasías que serán la
base de determinadas conductas pasivas y activas relacionadas con el tema. Pasivas: se relacionan con el erotismo anal y la activa con el sadismo
anal: fantasía de destrucción del objeto, control y dominio.
La importante significación que adquiere para el sujeto el producto que sale de él (las heces) habla de la equivalencia simbólica.
HACES=REGALO=DINERO. Permitiéndonos comprender las fantasías que están detrás de muchas de las manifestaciones adultas, por ej. Avaricia.
La fase fálica se produce la unificación de las pulsiones parciales bajo la primicia de los órganos genitales, pero no al modo en que ocurrirá en la
fase genital que se inicia en la pubertad, sino que tendrá la característica de que tanto para la niña como para el niño el único órgano reconocido es
el masculino: el “falo”, siendo en este periodo el homologo femenino el clítoris. Toda actividad intelectual se pone al servicio de la curiosidad sobre
la sexualidad. La utilización “fálica” no queda sujeta al concepto de pene como realidad anatómica sino al valor simbólico, el falo es uno de los
símbolos universales. El sujeto como personal total puede ser identificado al falo , puede representar también la fantasía de completud de virilidad,
potencia, etc.
Una de las principales fantasías alrededor de la posesión o no del fallo: “tener falo o estar castrado”. La niña sostiene también esta fantasía en la
medida en que produce una libidinizacion de su clítoris, no tomando en cuenta su zona vaginal como centro de excitación. Por lo que para ambos
sexos su interés gira en torno de la representación de la posesión fálica y en la posibilidad de su separación del cuerpo. “complejo de castración” .
Dicho complejo se constituye como un sentimiento inconsciente de amenaza que experimentan los niños cuando verifican la diferencia anotómica
con el sexo opuesto.
Edipo simboliza lo universal del inconsciente disfrazado de destino, este “complejo nuclear” se despliega entre los 3-5 años aprox. Cuando el niño
comienza a sentir sensaciones voluptuosas hacia su madre y paralelamente siente con respeto a su padre admirado un sentimiento de rivalidad, ya
que es el él obstáculo de amor hacia su madre, generándose un sentimiento ambivalente de odio y amor. También, puede adoptar una posición
inversa de sentimientos, amor hacia el padre y odio hacia la madre, lo que se llama Edipo negativo. La conflictiva atípica se disuelve en el varón
debido al temor instaurado por la amenaza de castración, asociada a la representación paterna como instituyente de la ley (prohibición del incesto)
evolucionando así hacia una pérdida de investidura libidinal hacia la madre y una fuerte identificación con la figura paterna. Este proceso no solo
permite volver a la madre a través de sentimientos tiernos (pulsiones de neta inhibida) sino también a una identificación con su sexualidad.
Mientras que en el varón la angustia que genera la fantasía de temor a la castración lo aleja de la triangulación edipica, a la mujer, la angustia de
castración la ha introducido en dicha conflictiva, como consecuencia de la desilusión con la madre de no posee el falo y de no habérselo otorgado a
ella. La conflictiva edipica en la niña se disipa lentamente en comparación con el varón.
Si bien el mecanismo de represión arrastra al sujeto a una amnesia de lo acontecido (amnesia infantil sobre los primeros 5 años de vida) estas
vivencias y su modo particular de intento de resolución determinaran una manera de vincularse con sí mismo y con el mundo. A partir de la
declinación del complejo de Edipo comienza a desarrollarse un periodo denominado de latencia. Durante su transcurso hasta la pubertad ocurre
que, por efecto de la represión hay una disminución notable de actividades y fantasías ligadas directamente a la sexualidad, pero si hay un
predominio de sentimientos tiernos con sus relaciones objetables, sentimientos de pudor, asco, inquietudes relacionadas con el aprendizaje, con lo
moral y estético. A este momento del desarrollo libidinal se lo denomina periodo y no fase, porque en su transcurso no se produce una nueva
organización de la sexualidad. Llegada la pubertad, las pulsiones parciales se unifican bajo la primicia de la genitalidad, volviéndose así el placer que
conlleva los preliminares al organismo. En esta nueva fase genital, aquellas pulsiones que no logran integrarse en forma definitiva a la genitalidad
encuentran el camino de la sublimación (act. Artísticas, intelectuales,etc.) La maduración biológica y la internalización de la prohibición del incesto
impulsan al sujeto a una canalización exogámica de sus deseos sexuales.
Agrupa a las pulsiones del yo o de auto conservación (hambre) que están al servicio del principio de realidad y pulsiones libidinales o sexuales
(amor) que están gobernadas por el principio del placer, sustituyendo estas luego por las de libido objetal y libido narcisista.
La conservación del individuo y de la especie bajo el concepto de eros, oponiendo a esta la pulsión de muerte o destrucción (tanatos) que elabora
en silencio. La pulsión es concebida como una especie de elasticidad de lo animado.
La oposición entre pulsiones de la vida y de muerte de introducida en el articulo “mas allá del principio de placer 1920” las pulsiones de muerte
tienden al retorno a un estado inorgánico, a un estado de reposo tal que desaparecen por completo las tensiones mientras que las de vida tienden
a conservar unidades vitales existentes y construir a partir de estas unidades más complejas. El principio de placer parece entonces hallarse
también al servicio de las pulsiones de muerte. Tal vez muramos porque debemos hacerlo, del mismo modo que en nuestro interior conviven
simultáneamente el odio y el amor por una persona, toda vida combina el deseo de supervivencia con un ambivalente deseo de aniquilación. En
todo ser normal el deseo de vivir es lo suficientemente intenso como para contrarrestar el deseo de morir, aunque, en última instancia, este ultimo
acaba siendo el más poderoso. Podemos así jugar con la sugerente idea de que la muerte nos alcanza porque en algún momento la deseamos.
En el articulo “el yo y el ello” 1923 el yo no será ahora equivalente a conciencia sino que algunos de sus aspectos serán inconscientes. Nueva
formulación del aparato psíquico en 3 instancias: ello, yo y superyó. Tanto el yo como el superyó hunden sus raíces en el ello.
Es la parte inaccesible y oscura de nuestra personalidad, lo poco que sabemos del lo hemos averiguado mediante el estudio de la elaboración
onírica y de la producción de los síntomas neuróticos, es antitético al yo. El yo es aquella parte del ello que fue modificada por la proximidad y la
influencia del mundo exterior recibiendo los estímulos y siendo también una protección hacia ellos. Ha destronado al principio de placer que rige
ilimitadamente su poder en el ello y lo ha sustituido por el principio de realidad que promete mayor seguridad y mejor éxito.
Su constitución será por medio de identificaciones. A partir de las primeras relaciones con personas parentales permite el registro del otro.
Representando a la razón y a la reflexión, lo que hace posible las funciones de atención, pensamiento, percepción, etc. La mayor parte de sus
contenidos se rige por el proceso secundario, debemos señalas que la represión y los mecanismos defensivos del yo (formación reactiva,
racionalización, negación, etc.) son inconscientes. Así como el termino ello alude a lo impersonal, el termino yo designa, aquello que el sujeto
reconoce como propio.
El superyó será la 3er instancia psíquica que se constituye, a partir de la prolongada dependencia del sujeto a la autoridad de los padres y
fundamentalmente con la declinación del complejo de Edipo (es para la representación de todas las restricciones morales) ya que su consecuencia
es la renuncia a la satisfacción de los deseos incestuosos por parte del sujeto, por efecto de la represión.
La internalización de la ley fundamental, la prohibición del incesto, será la que permite la posterior internalización del resto de las normas
culturales.
Tres funciones: ideal del yo, conciencia moral y auto observación. El superyó realiza una observación actual al yo y lo compara con el ideal
operando la censura en la medida en que se aleja de este. Las tensiones entre el yo y el superyó dan como resultado sentimientos de inferioridad y
de culpabilidad. El primero relacionado con el alejamiento del ideal del yo y el segundo por el no cumplimiento normativo de la conciencia moral,
por lo que el superyó determinara al yo lo que ha de reprimir y lo que no. La mayor parte del superyó es inconsciente. Está relacionado con el
deber ser.
El ideal del yo es con quien se compara el yo al cual aspira y cuya demanda de perfección siempre creciente se esfuerza en satisfacer (antigua
representación de los padres) FOTO
Conducido por el ello, restringido por el superyó y enfrentándose con la realidad, el yo intenta establecer cómo puede una cierta armonía entre las
demandas que actúan sobre él. Si en los primeros años el objetivo del psicoanálisis era de hacer consciente lo inconsciente, Freud dirá a partir de
esta formulación “lo que era ella, yo ha de ser”
La técnica de la asociación libre fue utilizada para interpretar sueños y en su autoanálisis. Al libre discurrir del paciente le deberá corresponder por
parte del analista una escucha no convencional, denominada “atención flotante” consiste en rechazar todo medio auxiliar, incluso la anotación en
ahorrar todo esfuerzo que intercepte la atención, en escuchar sin prejuicio o diagnósticos previos el relato del paciente y sin intentar retener algún
fragmento en especial, ya que en la sesión surgirán ideas que aunque parezca muy nimias su significación podrá ser descubierta a posteriori,
abandonándose así el analista a su memoria inconsciente. La atención flotante permitirá descubrir al analista las conexiones existentes en el
discurso del paciente y establecer una comunicación de inconsciente a inconsciente. La interpretación es el método que por medio de la deducción
resultante de la investigación terapéutica permite intervenir el analista, señalando el sentido latente de los actos y del discurso del analizado,
intentando dejar en descubierto el conflicto psíquico entre el deseo y la defensa.
La interpretación de los sueños como una vía regia para el acceso a los contenidos inconscientes, se intentara hacer el pasaje del sentido
manifiesto al sentido latente. La interpretación no tiende a cerrar el discurso sino a que el mismo se siga desplegando a través de nuevas
asociaciones. La palabra del analista es muy importante porque viene del ideal del yo, por lo que debe ser cuidadoso con todo intervención.
El método interpretativo será utilizado también para develar la significación inconsciente de otras actividades humanas a las que no s puede
acceder por medio de la asociación libre. La base del psicoanálisis ha sido y será la de develar las motivaciones inconscientes que hay detrás de
toda palabra, de la palabra pronunciada en transferencia.
La pulsión se enlazara a un complejo de representaciones a una escena. Este recuerdo en acta estará al servicio de la resistencia, produciéndose en
general en el momento en que esta por ser develado algún contenido reprimido. Lo que se despliega de la transferencia (el sujeto transfiere,
inconscientemente y revive en sus vínculos nuevos sus antiguos sentimientos) es una sexualidad proveniente del ello. Si bien este recuerdo en acto
está al servicio de la resistencia, por otro lado permite en el análisis captar los elementos del conflicto infantil, pasando así de ser solo un obstáculo
a un elemento privilegiado para la cura. Las dificultades en un tratamiento pasan por el trabajo de la transferencia ya que el ello (caldero de las
pulsiones) no habrá de ser conquistado sin una lucha previa.
Tanto la asociación libre, la interpretación, como el análisis de la transferencia son recursos técnicos de la teoría psicoanalítica. Tienen como
objetico que el sujeto se enfrente a un nuevo discurso, el discurso del inconsciente, para poder desprenderse así de su mito individual, pensar y
proyectarse desde un nuevo lugar.
En sus estados de ausencia, de alteración psíquica con confusión, la enferma solía murmurar entre sí algunas palabras. El médico, la ponía en una
suerte de hipnosis y en cada ocasión se las repetía a fin de moverla a que la retomase. Así comenzaba hacerlo la enferma, y de ese modo
reproducía ante el médico las creaciones psíquicas que la gobernaban durante las ausencias y se habían traslucido en esas pocas palabras
inconexas. Toda vez que contaba cierto número de esas fantasías, quedaba como liberada y se veía reconducida a la vida anímica normal. Que
duraba varias horas, daba paso al siguiente día a una nueva ausencia. La alteración psíquica exteriorizada en las ausencias era resultado del
estímulo procedente de estas formaciones de fantasía. La paciente misma, que en la época de su enfermedad, asombrosamente, sólo hablaba y
comprendía el inglés, bautizó a este novedoso tratamiento como “cura de conversación” o “limpieza de chimenea”. Pronto se descubrió como por
azar que mediante ese deshollina miento del alma podía obtenerse algo más que una eliminación pasajera de perturbaciones anímicas. E incluso
hacer desaparecer los síntomas patológicos cuando en la hipnosis se recordaba, con exteriorización de afectos, la ocasión y el asunto a raíz del cual
esos síntomas se habían presentado por primera vez. Casi todos los síntomas habían nacido como unos restos, de vivencias plenas de afecto
llamado “traumas psíquicos” y su particularidad se esclarecía por la referencia a la escena traumática que los causó. Eran determinados por las
escenas cuyos restos mnémicos ellos figuraban. Toda esa cadena de recuerdos patógenos debía ser reproducida luego en su secuencia cronológica,
y por cierto en sentido inverso: los últimos primero, y los primeros en último lugar; era de todo punto imposible avanzar hasta el primer trauma,
que solía ser el más eficaz, saltando los sobrevenidos después.
Breuer refiere que las perturbaciones en la visión de la enferma se reconducían a ocasiones que venían de la época en que participó en el cuidado
de su padre enfermo. Nuestros enfermos de histeria padecen de reminiscencias. Sus síntomas son restos y símbolos mnémicos de ciertas vivencias
(traumáticas).
Los histéricos y los neuróticos que recuerden las dolorosas vivencias de un lejano pasado; todavía permanecen adheridos a ellas, no se libran del
pasado y por él descuidan la realidad efectiva y el presente. Esta fijación de la vida anímica a los traumas patógenos es uno de los caracteres más
importantes y de mayor sustantividad práctica de las neurosis. Todos sus traumas provenían de la época, en el caso de Anna, en que cuidaba a su
padre enfermo, y sus síntomas sólo pueden concebirse como unos signos recordatorios de su enfermedad y muerte. Por tanto, corresponden a un
duelo. Los destinos de estos afectos, que uno podía representarse como magnitudes desplazables, eran entonces lo decisivo tanto para la
contracción de la enfermedad como para el restablecimiento. La conversión histérica, lo corriente y normal es que una parte de nuestra excitación
anímica sea guiada por el camino de la inervación corporal, y el resultado de ellos es lo que conocemos como expresión de la emociones. La
conversión histérica exagera, corresponde a una expresión mucho más intensa, guiada por nuevas vías, de la emoción. La enferma de Breuer
mostraba múltiples condiciones anímicas (estados de ausencia, confusión y alteración del carácter) junto a su estado normal. En este último no
sabía nada de aquellas escenas patógenas ni de su urdimbre con sus síntomas. Cuando se la ponía en estado de hipnosis, se lograba revocar en su
memoria esas escenas, los síntomas eran cancelados. En un mismo individuo son posibles varios agrupamientos anímicos que pueden mantener
bastante independencia recíproca, no saber nada uno de otros, y atraer hacia sí alternativamente a la conciencia. En ocasiones se observan
también casos espontáneos de esta índole, que se designan como doble conciencia. Cuando, la conciencia permanece ligada de manera constante
a uno de esos dos estados, se lo llama el estado anímico consiente, e inconsciente al divorciado de él. Breuer se decidió por la hipótesis de que los
síntomas histéricos nacían en unos particulares estados anímicos que el llamo hipnotices. Excitaciones que caen dentro de tales estados hipoides
devienen con facilidad patógenas porque ellos no ofrecen las condiciones para un decurso normal de los procesos excitatorios. De estos nace el
síntoma, y este se eleva y penetra como un cuerpo extraño en el estado normal, al que le falta, en cambio, toda noticia sobre la situación patógena
hipnoide. Donde existe un síntoma, se encuentra también una amnesia, una laguna del recuerdo; y el llenado de esa laguna conlleva la cancelación
de las condiciones generadoras del síntoma. La tesis de Breuer acerca de los estados hipnotices demostró ser estorbosa y superflua, y el actual
psicoanálisis la ha abandonado.
2da Conferencia
Charcot observador francés, (freud fue su discípulo entre 1885 y 1886). Según Pierre Janet, la histeria es una forma de alteración degenerativa del
sistema nervioso. Sostiene que los enfermos de histeria son desde el comienzo incapaces de cohesionar en una unidad la diversidad de los
procesos anímicos y por eso inclinan a la disociación anímica. El tratamiento catártico, como lo había ejercitado breuer, implicaba poner al enfermo
en estado de hipnosis profunda, pues sólo en el estado hipnótico hallaba este la noticia de aquellos nexos patógenos, noticia que le faltaba en su
estado normal. La hipnosis pronto empezó a desagradarme, como un recurso tornadizo y por así decir místico; y cuando hice la experiencia de que
a pesar de todos mis empeños sólo conseguía poner en el estado hipnótico a una fracción de mis enfermos, me resolví a resignar la hipnosis e
independizar de ella al tratamiento catártico. Puesto que no podía alterar a voluntad el estado psíquico de la mayoría de mis pacientes, me orienté
a trabajar con su estado normal. Es cierto que al comienzo esto parecía una empresa sin sentido ni perspectivas. Se planteaba la tarea de averiguar
del enfermo como algo que uno no sabía y que ni él mismo sabía; ¿Como podía esperarse averiguarlo no obstante?. Bernheim (1889) nos demostró
por entonces que las personas a quienes él había puesto en sonambulismo hipnótico, haciéndoles vivenciar en ese estado toda clase de cosas, sólo
en apariencia habían perdido el recuerdo de lo que vivenciaron sonámbulas y era posible despertarles tales recuerdos aun en el estado normal. Al
comienzo aseveraban por cierto no saber nada; pero si él no desistía, si la esforzaba, en todos los casos volvían a acudirles esos recuerdos
olvidados. Fue lo que hice también yo con mis pacientes. Cuando había llegado con ellos a un punto en que aseveraban no saber nada mas, les
aseguraba que empero lo sabían, que sólo debían decirlo y me atrevía a sostenerles que el recuerdo justo el que les acudiese en el momento en
que yo les pusiese mi mano sobre su frente. Yo había corroborado que los recuerdos olvidados no estaban perdidos. Se encontraban en posesión
del enfermo y pronto a aflorar en asociación con lo todavía sabido por él, pero alguna fuerza les impedía devenir consientes y los constreñía a
permanecer inconscientes. Sobre esa idea de la resistencia he fundado mi concepción de los procesos psíquicos de la histeria. Cancelar esas
resistencias se había demostrado necesario para el restablecimiento. Represión (esfuerzo de desalojo), el mecanismo patógeno de la histeria. El
afloramiento de una moción de deseo que se encontraba en aguda oposición a los demás deseos del individuo, probando ser inconciliable con la
exigencias éticas y estéticas de la personalidad. Había sobrevenido un breve conflicto, y el final de esta lucha interna fue que la representación que
aparecía ante la conciencia como la portadora de aquel deseo inconciliable sucumbió a la represión (esfuerzo de desalojo) y fue olvidada y
esforzada afuera de la conciencia junto con los recuerdos relativos a ella. La inconciliabilidad de esa representación con el yo del enfermo era el
motivo (la fuerza impulsora) de la represión; y las fuerzas represoras eran los reclamos éticos, y otros, del individuo. La aceptación de la moción de
deseo inconciliable, o la persistencia del conflicto, habrían provocado un alto grado de displacer; era ahorrado por la represión que de esta manera
probaba ser uno de los dispositivos protectores de la personalidad anímica. Mediante la indagación de los histéricos y otros neuróticos llegamos a
convencernos de que en ellos ha fracasado la represión de la idea entramada con el deseo insoportable. La moción de deseo reprimida perdura en
lo inconsciente, al acecho de la oportunidad de ser activada; y luego se las arregla para enviar dentro de la conciencia una formación sustitutiva,
desfiguraba y vuelta irreconocible, de lo reprimido, a la que pronto se anudan las mismas sensaciones de displacer que uno creyó ahorrarse
mediante la represión. Esa formación sustitutiva de la idea reprimida , el síntoma, es inmune a los ataques del yo defensor, y en vez de un breve
conflicto surge ahora un padecer sin término en el tiempo. En el síntoma cabe comprobar, un resto de semejanza, con la idea originariamente
reprimida. Si lo reprimido es devuelto a la actividad anímica consiente, lo cual presupone la superación de considerables resistencias, el conflicto
psíquico así generado y que el enfermo quiso evitar puede hallar, con la guía del médico, un desenlace mejor que el que le procuró la represión. La
personalidad del enfermo puede ser convencida de que rechazó el deseo patógeno sin razón y movida a aceptarlo total o parcialmente, o este
mismo deseo ser guiado hacia una meta superior y por eso exenta de objeción (sublimación) o bien admitirse que su desestimación es justa, pero
sustituirse el mecanismo automático y por eso deficiente de la represión por un juicio adverso.
3ra Conferencia
No es universalmente cierto que tras la hipnosis, y tras el esfuerzo impuesto, los pacientes recordaban todo lo sucedido durante dicho período.
Solo las primeras veces sucedía que lo olvidado pertinente se obtuviera tras un simple esforzar de mi parte. Si uno seguía aplicando el
procedimiento, en todos los casos acudían ocurrencias que no podían ser las pertinentes y los propios enfermos la desestimaban por incorrectas.
Aquí el esforzar ya no servía de ayuda, y cabía lamentarse de haber resignado la hipnosis. En los enfermos bajo tratamiento ejercían su acción dos
fuerzas encontradas: por una parte, su afán consiente de traer a la conciencia lo olvidado presente en su inconsciente, y, por la otra, la consabida
resistencia que se revolvía contra ese devenir-consciente de lo reprimido o de sus retoños. Si la resistencia era igual a cero o muy pequeña, lo
olvidado devenía consiente sin desfiguración de los buscado resultaría tanto mayor cuanto más grande fuera la resistencia. Uno de ellos es el del
chiste. Manifiesta algo que a primera vista parece raramente inapropiado y que no viniera al caso, pero de inmediato lo discernimos como una
alusión. La identidad de motivación entre chiste y ocurrencia. “alusión con omisión”. Llamar “complejo”, a un grupo de elementos de
representación invertido de afecto. Para buscar un complejo reprimido partimos en cierto enfermo de lo último que aún recuerda. Dejamos
entonces al enfermo decir lo que quiere, y nos atenemos a la premisa de que no puede ocurrírsele otra cosa que lo que de manera indirecta
dependa del complejo buscado. Si este camino es el único transitable. El enfermo a menudo se interrumpe, se atasca y asevera que no sabe decir
nada. Bajo el influjo de las resistencias, se reserva o hace a un lado la ocurrencia percibida. El modo de protegerse de ello es prever esa conducta y
pedirle que no haga caso de esa crítica. Bajo total renuncia a semejante selección crítica, debe decir todo lo que se le pase por la cabeza, aunque lo
considere incorrecto, que no viene al caso o disparatado, y con mayor razón todavía si le resulta desagradable ocupar su pensamiento en esa
ocurrencia. Por medio de su obediencia surgirán las pistas de los complejos reprimidos. Extraerá el valioso metal con el auxilio de sencillas artes
interpretativas. A la elaboración de las ocurrencias como método para descubrir lo inconsciente se le suma otros dos procedimientos: la
interpretación de sus sueños y la apreciación de sus acciones fallidas y causales. La interpretación de los sueños es en realidad la vía regia para el
conocimiento de lo inconsciente, el fundamento más seguro del psicoanálisis (cuando me preguntan cómo puede uno hacerse psicoanalista,
respondo: por el estudio de sus propios sueños). Nuestras producciones oníricas nocturnas, por una parte, muestras la máxima semejanza externa
y parentesco interno con las creaciones de la enfermedad mental y, por la otra, son conciliables con la salud plena de la vida despierta. Solemos
tratar despreciativamente a los sueños. Y también los arrojamos de nosotros, pues por regla general los olvidamos de manera rápida y completa.
Nuestro rechazo invoca las aspiraciones desinhibidamente vergonzosas e inmorales que campean en muchos sueños. En primer lugar, no todos los
sueños son para el soñante ajenos, incomprensibles y confusos. El niño pequeño sueña siempre con el cumplimiento de deseos que el día anterior
le despertó y no le satisfizo. También los sueños de los adultos son como el de los niños, unos cumplimientos de mociones de deseo nacidas el día
del sueño. Y así es efectivamente; las dificultades que estorban esta solución pueden eliminarse. Los sueños de adultos suelen poseer un contenido
incomprensible, que no permite discernir de un cumplimiento de deseo. Estos sueños han experimentado una desfiguración; el proceso psíquico
que está en su base habría debido hallar originariamente una muy diversa expresión en palabras. Diferenciar el contenido manifiesto del sueño , tal
como lo recuerdan de manera nebulosa y trabajosamente visten con unos palabras al parecer arbitrarias, de los pensamientos oníricos latentes
cuya presencia en lo inconsciente han de suponer. El contenido manifiesto del sueño es el sustituto desfigurado de los pensamientos oníricos
inconscientes, y esta desfiguración es la obra de unas fuerzas defensoras del yo, unas resistencias que en la vida de vigilia prohíben a los deseos
reprimidos de lo inconsciente todo acceso a la conciencia, y que aún en su rebajamiento durante el estado del dormir conservan al menos la fuerza
suficiente para obligarlos a adoptar un disfraz encubridor. Luego el soñante no discierne el sentido de sus sueños más que el histérico la referencia
y el significado de sus síntomas. El análisis de los sueños, han de prescindir de la trama aparente de los elementos dentro del sueño manifiesto, y
ponerse a recoger las ocurrencias que para cada elemento onírico singular se obtienen en la asociación libre siguiendo la regla del trabajo
psicoanalítico. Lo que ahora sustituye al contenido manifiesto del sueño como su sentido genuino es algo que siempre se comprende con claridad,
se anuda a las impresiones vitales de la víspera, y prueba ser cumplimiento de unos deseos insatisfechos. Entonces, no podrán describir el sueño
manifiesto, del que tienen noticia por el recuerdo del adulto, como no sea diciendo que es un cumplimiento disfrazado de unos deseos reprimidos.
Proceso que ha producido la desfiguración de los pensamientos oníricos inconscientes en el contenido manifiesto del sueño (trabajo del sueño). En
él podemos estudiar, como en ninguna otra parte, procesos psíquicos, entre dos sistemas psíquicos como el consiente y el inconsciente. En el
análisis de los sueños descubrirán que en el desarrollo del ser humano desempeñan impresiones y vivencias de la temprana infancia. En el análisis
de los sueños lo inconsciente se sirve, en particular para la figuración de complejos sexuales, de un cierto simbolismo que en parte varía con los
individuos pero en parte es de una fijeza típica, y parece coincidir con el simbolismo que conjeturamos tras nuestros mitos y cuentos tradicionales.
En el análisis de los sueños lo inconsciente se sirve, en particular para la figuración de complejos sexuales, de un cierto simbolismo que en parte
varía con los individuos pero en parte es de una fijeza típica, y parece coincidir con el simbolismo que conjeturamos tras nuestros mitos y cuentos
tradicionales. La emergencia de sueños de angustia no contradiría nuestra concepción del sueño como cumplimiento de deseo. La angustia no va
unida al contenido del sueño de una manera tan sencilla como se suele imaginar. La angustia es una de las reacciones des autorizadoras del yo
frente a deseos reprimidos que han alcanzado intensidad, y por eso también en el sueño es muy explicable cuando la formación de este se ha
puesto demasiado al servicio del cumplimiento de esos deseos reprimidos. La interpretación de los sueños, cuando no es demasiado estorbada por
las resistencias del enfermo, lleva al conocimiento de sus deseos ocultos y reprimidos, así como de los complejos que estos alimentan. Las
operaciones fallidas de los hombres (tanto normales como neuróticos) no se suele atribuir ningún valor: el olvido de cosas que podrían saber y que
otras veces en efecto saben, los deslices cometidos al hablar. Los análogos deslices en la escrituras y la lectura; el trastrocar las cosas, el perder o
romper objetos, etc. A esto se suman la acciones y gestos que los hombres ejecutan sin advertirlo para nada y sin atribuirles peso anímico: el jugar
o juguetear con objetos, tararear melodías, maniobrar con el propio cuerpo o sus ropas, y otras de este tenor. Las operaciones fallidas así como las
acciones sintomáticas y casuales, no son tan insignificantes. Poseen pleno sentido desde la situación en que acontecen, y se advierte que también
ellas expresan impulsos y propósitos que deben ser relegados, escondidos a la conciencia propia, o que directamente provienen de las mismas
mociones de deseo y complejos reprimidos de que vaya tenemos noticias. Merecen entonces ser consideradas síntomas. Los medios que poseemos
para descubrir lo escondido, olvídalo, reprimido en la vida anímica: las ocurrencias del paciente en la asociación libre, de sus sueños y de sus
acciones fallidas y sintomáticas; la “trasferencia”. El psicoanálisis quiere llevar al reconocimiento consiente lo reprimido en la vida anímica.
4ta Conferencia
La investigación psicoanalítica reconduce con una regularidad asombrosa los síntomas patológicos a impresiones de la vida amorosa de los
enfermos, nos muestra que la mociones de deseo patógenas son de la naturaleza de unos componentes pulsionales eróticos, y nos constriñe a
suponer que debe atribuirse a las perturbaciones del erotismo la máxima significación entre los influjos que llevan a la enfermedad. El
comportamiento de los pacientes. En vez de ofrecer de buena gana las noticias sobre su vida sexual, por todos los medios procuran ocultarlas.
Ninguno de nosotros puede revelar francamente su erotismo a los otros. El trabajo de análisis requerido para el radical esclarecimiento y la
curación definitiva de un caso clínico nunca se detiene en las vivencias de la época en que se contrajo la enfermedad, sino que se remonta siempre
hasta la pubertad y la primera infancia del enfermo. Únicamente las vivencias de la infancia explican la susceptibilidad para posteriores traumas, y
sólo descubriendo y haciendo consientes estas huellas, conseguimos el poder para eliminar los síntomas. Pues bien, estamos autorizados a calificar
de sexuales a todas esas poderosas mociones de deseo de la infancia. El niño tiene sus pulsiones y quehaceres sexuales desde el comienzo mismo,
los trae consigo al mundo, y desde ahí, a través de un significativo desarrollo, rico en etapas, surge la llamada sexualidad normal del adulto. La
pulsión sexual del niño, es aún independiente de la función de la reproducción, a cuyo servicio se pondrá más tarde. Obedece a la ganancia de
diversas clases de sensación placentera, que reunimos bajo el título de placer sexual. La principal fuente del placer sexual infantil es la excitación de
ciertos lugares del cuerpo particularmente estimulables: además de los genitales, las aberturas de la boca, el aní y la uretra, pero también la piel y
otras superficies sensibles. En esta primera fase de la vida sexual infantil la satisfacción se halla en el cuerpo propio y prescinde de un objeto ajeno,
la fase del autoerotismo. Zonas erógenas: a todos los lugares significativos para la ganancia de placer sexual (el chupetear o mamar es ejemplo de
una satisfacción auto erótica, proveniente de una zona erógena; la excitación masturbatoria de los genitales). Junto a estos y otros quehaceres
auto eróticos, se exteriorizan aquellos componentes pulsionales del placer sexual, de la libido, que tienen por premisa una persona ajena en
calidad de objeto. Estas pulsiones se presentan en pares de opuestos, como activas y pasivas, el placer de infligir dolor (Sadismo) con su
correspondiente pasivo (masoquismo), y el placer de ver activo y pasivo; del primero de estos últimos se ramifica más tarde el apetito de saber, y
del segundo, el esfuerzo que lleva a la exhibición artística y actoral. Otros quehaceres sexuales del niño caen ya bajo la elección del objeto, cuyo
asunto principal es una persona ajena. La diferencia de los sexos no desempeña todavía, en este período infantil, ningún papel decisivo; así, pueden
ustedes atribuir a todo niño una cierta dotación homosexual. Esta vida sexual del niño, experimenta una síntesis y una organización siguiendo dos
direcciones principales, que concluyen en la época de la pubertad.
Las pulsiones singulares se subordinan al imperio de la zona genital, por cuya vía toda la vida sexual entra al servicio de la reproducción, y la
satisfacción. Por otra parte, la elección de objeto esfuerza hacia atrás al autoerotismo, de modo que la pulsión sexual quiere satisfacerse en la
persona amada. Pero aún antes de la pubertad se imponen, bajo el influjo de la educación, represiones en extremo enérgicas de ciertas pulsiones,
y se establecen poderes anímicos, como la vergüenza, el asco, la moral. Cuando, en la pubertad, sobreviviente la necesidad sexual, halla en esas
formaciones anímicas reactivas o de resistencia, al discurrir por los caminos llamados normales y le imposibilitan reanimar las pulsiones sometidas
a la represión. No todos los individuos lo recorren de una manera tersa, y entonces deja como secuela o bien anormalidades o unas
predisposiciones a contraer enfermedad más tarde por el camino de la involución (regresión). Puede suceder que no todas la pulsiones parciales se
sometan al imperio de la zona genital; si una de aquellas pulsiones ha permanecido independiente, se produce luego lo que llamamos una
perversión y que puede sustituir la meta sexual normal por la suya propia. Esta serie de perturbaciones corresponde a las inhibiciones directas en el
desarrollo de la función sexual; comprende la perversiones y el no raro infantilismo general de la vida sexual. La predisposición a las neurosis deriva
de diverso modo de un deterioro en el desarrollo sexual. Las neurosis son a las perversiones como lo negativo a lo positivo: en ellas se rastrean, los
mismo componentes pulsionales que en la perversiones, pero producen sus efectos desde lo inconsciente; por tanto, han experimentado una
represión, pero, desafiándola, pudieron afirmarse en lo inconsciente. Una exteriorización hipertensa de estas pulsiones en épocas muy tempranas
lleva a una suerte de fijación parcial que en lo sucesivo constituye un punto débil dentro de la ensambladura de la función sexual. Los progenitores.
El vínculo del niño con ambos en modo alguno está exento de elementos de coexitación sexual. El niño toma a ambos miembros de la pareja
parental, y sobre todo a uno de ellos, como objeto de sus deseos eróticos. Por lo común obedece en ello a una incitación de los padres mismos,
cuya ternura presenta los más nítidos caracteres de un quehacer sexual. El padre prefiere por regla general a la hija, y la madre, al hijo varón; el
niño reacciona a ello deseando, el hijo, reemplazar al padre, y la hija, a la madre. Los sentimientos que despiertan en estos vínculos entre
progenitores e hijos, y en los recíprocos vínculos entre hermanos y hermanas, apuntalados en aquellos, no son solo de naturaleza positiva y tierna,
sino también negativa y hostil. El complejo así formado está destinado a una pronta represión, pero sigue ejerciendo desde lo inconsciente un
efecto grandioso y duradero. Constituye el complejo nuclear de toda neurosis. El niño empieza a investigar de dónde vienen los niños. Por lo
común, la amenaza de material que le significa un hermanito, en el que ve al comienzo sólo al competidor, despierta su interés de investigación.
Alcanza cierto número de teorías sexuales infantiles. Por ejemplo, que ambos sexos poseen el mismo genital masculino, que los niños se conciben
por el comer y se paren por el recto, y que el comercio entre los sexos es un acto hostil, una suerte de sometimiento.
Pero su libido no debe permanecer fijada a esos objetos primeros, sino tomarlos luego como unos meros arquetipos y deslizarse hacia personas
ajenas en la época de la elección definitiva de objeto. El desasimiento del niño respecto de sus padres se convierte así en una tarea insoslayable si
es que no ha de peligrar la aptitud social del joven.
5ta Conferencia
Vemos que los seres humanos enferman cuando se les deniega la satisfacción de sus necesidades eróticas en la realidad. Vemos que luego se
refugian en la enfermedad para hallar con su auxilio una satisfacción sustitutiva de lo denegado. Discernimos que los síntomas patológicos
contienen un fragmento del quehacer sexual. La resistencia de nuestros enfermos a la curación no es simple. No sólo el yo del enfermo se muestra
renuente a resignar las represiones (esfuerzos de suplantación) mediante la cuales ha escapado a sus disposiciones originarias, sino que tampoco
las pulsiones sexuales quieren renunciar a su satisfacción sustitutiva mientras sea incierto que la realidad les ofrezca algo mejor. La huida desde la
realidad insatisfactoria (regresión), el regreso a fases anteriores de la vida sexual que en su momento no carecieron de satisfacción. Esta regresión
es al parecer doble: temporal, pues la libido, la necesidad erótica, retrocede a estadios de desarrollo anteriores en el tiempo, y formal, pues parpa
exteriorizar esa necesidad se emplean los medios originarios y primitivos de expresión psíquica. Ahora bien, ambas clases de regresión apuntan a la
infancia y se conjugan para producir un estado infantil de la vida sexual. Advertirán , hallamos universalmente insatisfactoria la realidad, y por eso
mantenemos una vida de la fantasía en la que nos gusta compensar, mediante unas producciones de cumplimiento de deseos, las carencias de la
realidad. En estas fantasías se contiene mucho de la genuina naturaleza constitucional de la personalidad, y también de sus mociones reprimidas
(desalojadas) de la realidad efectiva. El hombre enérgico y exitoso es el que consigue trasponer mediante el trabajo sus fantasías de deseo en
realidad. Toda vez que por la resistencias del mundo exterior y la endeblez del individuo ello no se logra, sobreviene el extrañamiento respecto de
la realidad; el individuo se retira a su mundo de fantasía, que le procura satisfacción y cuyo contenido, en caso de enfermar, traspone en síntomas.
Cuando la persona enemistada con la realidad posee el talento artístico, puede trasponer sus fantasías en creaciones artísticas en lugar de hacerlo
en síntomas; así escapa al destino de la neurosis y recupera por este rodeo el vínculo con la realidad. Siempre que tratamos psicoanalíticamente a
un neurótico, la sobreviene el fenómeno de la transferencia, vuelca sobre el médico un exceso de mociones tiernas. El psicoanálisis no la crea;
meramente la revela a la conciencia y se apodera de ella a fin de guiar los procesos psíquicos hacia las metas deseadas.
Dos obstáculos para el reconocimiento de las argumentaciones psicoanalíticas. En primer lugar, la falta de hábito de contar con el determinismo
estricto y sin excepciones de la vida anímica y, en segundo, el desconocimiento de las peculiaridades por las cuales unos procesos anímicos
inconscientes se diferencian de los consientes con que estamos familiarizados. El deseo inconsciente es insusceptible de influencia e independiente
de cualquier aspiración contraría, en tanto que el deseo consiente resulta inhibido por todo cuanto es igualmente consiente y lo contraría. ¿Cuáles
son, consientes liberados por el psicoanálisis, por qué caminos conseguimos volverlos inocuos para la vida del individuo? Duramente el trabajo
sean consumidos por la actividad anímica correcta de las mociones mejores que se les contraponen. La represión es sustituida por un juicio
adverso. El individuo produjo en su momento una represión de la pulsión inutilizable sólo porque en esa época él mismo era muy endeble y su
organización muy imperfecta; con su madurez y fortaleza actuales quizá pueda gobernar de manera intachable lo que le es hostil.
Un segundo desenlace es poder aportarles a las pulsiones inconscientes descubiertas aquella aplicación acorde a fines que ya habrían debido halla
antes si el desarrollo no estuviera perturbado. Sublimación, mediante la cual la energía de mociones infantiles de deseo no es bloqueado, sino que
permanece aplicable si a las mociones singulares se les pone, en lugar de la meta inutilizable, una superior, que eventualmente ya no es sexual.
Una represión sobrevenida temprano excluye la sublimación de la pulsión reprimida; cancelada la represión, vuelve a quedar expedito el camino
para la sublimación.
El tercero de los desenlaces. Cierta parte de la mociones libidinosas reprimidas tienen derecho a una satisfacción directa y deben hallarla en la vida.
No debemos aspirar a enajenar la pulsión sexual de sus genuinas metas en toda la amplitud de su energía. Y si la limitación de la sexualidad se lleva
demasiado lejos, no podrá menos que aparejar todos los nocivos resultados de una explotación depredadora.
La vida consciente del espíritu se nos muestra muy limitada al lado de la inconsciente. No llega nunca a descubrir sino una mínima parte de los
móviles inconscientes que les guían. Nuestros actos conscientes se derivan de un substrato inconsciente formado, en su mayor parte, por
influencias hereditarias. Detrás de las causas confesadas de nuestros actos existen causan secretas ignoradas por todos. La mayor parte de
nuestros actos cotidianos son afectos de móviles ocultos que escapan a nuestro conocimiento.
Le Bon piensa que en una multitud se borran las adquisiciones individuales, desapareciendo así la personalidad de cada uno de los que la integran.
Lo inconsciente social surge en primer término y lo heterogéneo se funde en lo homogéneo. La superestructura psíquica queda destruida
apareciendo desnuda la uniforme base inconsciente común a todos. De este modo se formaría un carácter medio de los individuos constituidos en
multitud.
El individuo integrado en una multitud adquiere, por el solo hecho del numero, un sentimiento de potencia invencible al cual puede permitirse
ceder a instintos que antes, como individuo aislado, hubiera refrenado forzosamente. Desaparecerá para él el sentimiento de la
responsabilidad, poderoso y constante freno de los impulsos individuales. Los caracteres aparentemente nuevos que entonces manifiesta
son precisamente exteriorizaciones de lo inconsciente individual, sistema en el que se halla contenido en germen todo lo malo existente
en el alma humana
El contagio mental, enlazado a los fenómenos de orden hipnótico. Dentro de una multitud todo sentimiento y todo acto son contagiosos, hasta
el punto de que el individuo sacrifica muy fácilmente su interés personal al interés colectivo aptitud contraria a su naturaleza y de la que
el hombre solo se hace susceptible cuando forma parte de una multitud
La sugestibilidad de la que el contagio antes indicado no es, además, sino un efecto. El individuo sumido algún tiempo en el seno de una
multitud activa cae en un estado particular muy semejante al estado de fascinación del hipnotizado. Paralizada la vida cerebral del sujeto
hipnotizado, se convierte este en esclavo de todas sus actividades inconscientes, que el hipnotizador dirige a su antojo. La personalidad
consiente desaparece, la voluntad y el discernimiento quedan abolidos. En él, como en el hipnotizado, quedan abolidas ciertas facultades
y pueden ser llevadas otras a un grado extremo de exaltación, siendo la sugestión la misma para todos los individuos se intensificara al
hacerse reciproca. Perdidos todos sus rasgos personales, pasa a convertirse en un autómata sin voluntad.
Por el solo hecho de formar parte de una multitud desciende pues, el hombre varios escalones en la escala de la civilización. Aislado, era quizá, un
individuo culto, en multitud, un bárbaro. Tiene la espontaneidad, la violencia, la ferocidad y también los entusiasmos y heroísmo de los seres
primitivos.
La multitud es impulsiva, versátil e irritable y se deja guiar casi exclusivamente por la inconsciente. Los impulsos a los que obedece pueden ser
según las circunstancias nobles o crueles, heroicas o cobardes, pero son siempre tan imperiosos que la personalidad e incluso el instinto de
conservación desaparecen ante ellos. Nada en ella es premeditado, aun cuando desea apasionadamente algo, nunca lo desea mucho tiempo, pues
es incapaz de una voluntad perseverante. No tolera aplazamiento alguno entre el deseo y la realización. Abriga un sentimiento de omnipotencia. La
noción de lo imposible no existe para el individuo que forma parte de una multitud. La multitud es extraordinariamente influenciable y cedula.
Carece de sentido crítico y lo inverosímil no existe para ella. Las multitudes llegan rápidamente a lo extremo. Un principio de antipatía pasa a
construir en segundo un odio feroz. Naturalmente inclinada a todo los excesos, la multitud no reacciona sino a estímulos muy intensos. Para influir
sobre ella es inútil argumentar lógicamente. La multitud es tan autoritaria como intolerable. Respeta la fuerza y no ve en la bondad sino una
especie de debilidad, que le impresiona muy poco. Lo que la multitud exige de sus héroes es la fuerza e incluso la violencia. Quiere ser dominada,
subyugada y temer a su amo.
En una masa desaparecen todas las inhibiciones individuales, mientras que todos los instintos, crueles, brutales y destructores, residuos de épocas
primitivas latentes en el individuo despiertan y buscan su libre satisfacción. El interés personal que constituye casi el único móvil de acción del
individuo aislado no se muestra en las masas como elemento dominante. Puede incluso hablarse de una moralización del individuo por la masa.
Las ideas más opuestas pueden coexistir sin estorbarse unas a otras y sin que surja de su contradicción lógica conflicto alguno. La multitud se
muestra muy accesible al poder verdaderamente mágico de las palabras las cuales son susceptibles tanto de provocar en el alma colectiva la más
violentas tempestades como de apaciguarlas y devolverlas la calma.
Las multitudes no han conocido jamás la sed de la verdad. Piden ilusiones a las cuales no pueden renunciar. Dan siempre la preferencia a lo irreal
sobre lo real lo irreal actúa sobre ella con la misma fuerza que lo real. Tienen una visible tendencia a no hacer distinción entre ambos. Los
elementos individuales se colocan instintivamente bajo la autoridad de un jefe. La multitud es un dócil rebaño incapaz de vivir sin amo. Un jefe
posee determinadas aptitudes personales, deberá hallarse también fascinado por una intensa fe (en una idea) para poder hacer surgir la fe en la
multitud, deberá poseer una voluntad potente e imperiosa, susceptible de animar a la multitud, carente por si misma de voluntad.
Un poder misterioso e irresistible “prestigio”. El prestigio es una especie de fascinación que un individuo, una obra o una idea ejercen sobre
nuestro espíritu. Esta fascinación paraliza todas nuestras facultades críticas y llena nuestra alma de asombro y de respeto. Prestigio adquirido o
artificial y un prestigio personal. El primero queda conferido a las personas, por su nombre, sus riquezas o su honorabilidad y a las doctrinas y a las
obras de arte por tradición. El prestigio personal es adorno de que muy pocos gozan, pero estos pocos se imponen por el mismo hecho de
poseerlo, como jefes y se hacen obedecer. El prestigio depende siempre del éxito y desaparece ante el fracaso.
Los datos de Sighele Le bon y otros se refieren a masas de existencia pasajera, constituidas rápidamente por la asociación de individuos movidos
por un interés común, pero muy diferentes unos de otros. En cambio, las afirmaciones opuestas se derivan de la observación de aquellas otras
masas estables o asociaciones permanentes en las cuales pasan los hombres toda su vida y que toman cuerpo en las instituciones sociales.
Mac Dougall, sumándose a las ideas de le bon dice que la masa (group) no posee organización alguna o solo una organización rudimentaria. A esta
masa desorganizada le da el nombre de multitud (crowd). Sin embargo confiesa que ningún grupo humano puede llegar a formarse sin cierto
comienzo de organización. Para que los miembros accidentalmente reunidos de un grupo humano lleguen a formar algo semejante a una masa, en
el sentido psicológico de la palabra, es condición necesaria que entre los individuos exista algo común. Que experimentes los mismos sentimientos
en presencia de una situación dada, que posean en cierta medida, la facultad de influir unos sobre otros. Cuando mas enérgica es esta
homogeneidad mental, más fácilmente formaran los individuos una masa psicológica y más evidente serán las manifestaciones de un alma
colectiva.
El fenómeno más singular y al mismo tiempo más importante de la formación de la masa consiste en la exaltación o intensificación de la
emotividad en los individuos que la integran. Dougall explica esta absorción del individuo por la masa atribuyéndola él denomina “el principio de la
inducción directa de las emociones por medio de la reacción simpática primitiva”
Esta observación automática es tanto más intensa cuanto mayor es el número de las personas en las que se observa simultáneamente el mismo
afecto. Entonces el individuo llega a ser incapaz de mantener una actitud crítica y se deja invadir por la misma emoción. Pero al compartir la
excitación de aquellos cuya influencia ha actuado sobre él, aumenta a su vez la de los demás y de este modo se intensifica por la introducción
reciproca la carga afectiva de los individuos integrados en la masa. Obedientes a la nueva autoridad habremos de hacer callar a nuestra conciencia
anterior y ceder así a la atracción del placer que seguramente alcanzaremos por la cesación de nuestras inhibiciones. Las inteligencias inferiores
atraen a su propio nivel a las superiores.
Dougall no esta de acuerdo en que solo existan masas irracionales (en términos reduccionistas) existe una organización superior. Enumera cinco
condiciones principales necesarias para elevar el nivel de la vida psíquica de la multitud.
4. Continuidad en la existencia de la masa, puede ser material o formal. Lo primerio, cuando las mismas personas forman parte de la multitud
durante un período de tiempo más o menos prolongado, lo segundo, cuando dentro de la masa se desarrollan ciertas situaciones, que
son ocupadas sucesivamente por personas distintas.
5. Cada uno de los individuos de la masa se haya formado una determinada idea de la naturaleza, la función, la actividad, las aspiraciones de la
misma.
6. La masa se halle en relación con otras formaciones colectivas análogas, pero diferentes, sin embargo, en diversos aspectos e incluso que
rivalicen con ella.
7. Posea tradiciones, usos e instituciones propios, relativos sobre todo a las relaciones reciprocas de sus miembros.
8. La multitud posea una organización que se manifieste en la especialización y diferenciación de las actividades de cada uno de sus miembros
El cumplimiento de estas condiciones haría desaparecer los defectos psíquicos de la formación colectiva.
Sugestión y libido:
La limitación en el concepto de sugestión como una consecuencia de la misma
Libido es un término perteneciente a la teoría de la afectividad. Designamos con él la energía, considerada como una magnitud cuantitativa,
aunque por ahora no censurable, de los instintos relacionados con todo aquello susceptibles de ser comprendido bajo el concepto de amor. Por el
amor sexual cuyo último fin es la copula sexual. El amor del individuo a si propio y de otra, el amor paterno y el filial, la amistad y el amor a la
humanidad en general, a objetos concretos o a ideas abstractas. Aquellos que consideran la sexualidad como algo vergonzoso y humillante para la
naturaleza humana puede servirse de los términos “eros” y “erotismo” mas distinguidos. Admitir la hipótesis de que en la esencia del alma
colectiva existen también relaciones amorosas (o para emplear una expresión neutra, lazos afectivos) aquello que corresponde a estas relaciones
amorosas aparecen oculto en ellos detrás de la sugestión. Existen 2 ideas. Primeramente la de que la masa tiene que hallarse mantenida en
cohesión por algún poder. Eros, mantiene la cohesión de todo lo existente. En segundo lugar, la de que, cuando el individuo englobado en la masa
renuncia a la que le es personal y se deja sugestionar por los otros experimentamos la impresión de que lo hace por sentir en él la necesidad de
hallarse de acuerdo con ellos y no en oposición a ellos.
En la iglesia (católica) y en el ejército, una misma ilusión: la ilusión de la presencia visible o invisible de un jefe (Cristo, en la iglesia católica y en
general en jefe, en el ejército) que ama con igual amor a todos los miembros de la colectividad. De esta ilusión depende todo y su desvanecimiento
traería consigo la disgregación de la iglesia o del ejército, en la medida en que la coerción exterior lo permitiese.
No sin una profunda razón se compara la comunidad cristiana a una familia y se consideran los fieles como hermanos en Cristo, esto es como
hermanos por el amor que Cristo les profesa. En el lazo que una a cada individuo con Cristo hemos de ver indiscutiblemente la causa del que une a
los individuos entre sí. Análogamente sucede en el ejército. El jefe es el padre que ama por igual a todos sus soldados, razón por la cual estos son
camaradas unos con otros. El ejército se distingue de la iglesia en el hecho de hallarse compuesto por una jerarquía de masas de este orden: cada
capital es en general en jefe y el padre de su compañía y cada suboficial de su selección. La iglesia presenta asimismo una jerarquía, pero que no
desempeña ya en ella el mismo papel económico, pues ha de suponer que Cristo conoce mejor a sus fieles que el general a sus soldados y se ocupa
más de ellos.
En las dos masas artificiales de que venimos tratando, la iglesia y el estado, se halla el individuo doblemente ligado por lazos libidinosos, en primer
lugar, al jefe (Cristo o el general) y además, a los restantes individuos de la colectividad.
El fenómeno del pánico observable en las masas militares con mayor claridad que en ninguna otra formación colectiva, nos demuestra también que
la esencia de una multitud consiste en los lazos libidinosos existentes en ella. El pánico se produce cuando tal multitud comienza a disgregarse y se
caracteriza por el hecho de que las órdenes de los jefes dejan de ser obedecidas, no cuidándose ya cada individuo sino de su mismo sin atender
para nada a los demás. Rotos así los lazos recíprocos, surge el miedo inmenso e insensato
Cuando el individuo integrado en una masa en la que surgido el pánico comienza a no pensar más que en sí mismo, demuestra con ello haberse
dado cuenta del desgarramiento de los lazos afectivo que hasta entonces disminuían a sus ojos el peligro.
El pánico, a veces, se emplea para designar el miedo colectivo, otras es aplicada al miedo individual, cuando el mismo supera toda medida y otras,
por último, parece reservada a aquellos casos en los que la explosión del miedo no se muestra justificada por las circunstancias. Dándole el sentido
de miedo colectivo. Podremos establecer una amplia analogía. El miedo del individuo puede ser provocado por la magnitud del peligro o por la
ruptura de lazos afectivos (localizaciones de la libido).
La angustia neurótica, del mismo modo se produce el pánico por la intensificación del peligro que a todos amenaza o por la ruptura que los lazos
afectivos que garantizaban la cohesión de la masa y en este último caso, la angustia colectiva presenta múltiples analogías con la angustia
neurótica.
Como se comportan los hombres mutuamente desde el punto de vista afectivo. Ningún hombre soporta una aproximación demasiada intima a los
demás.
Conforme al psicoanálisis, casi todas las relaciones afectivas íntimas de alguna duración entre dos personas, el matrimonio, la amistad, el amor
paterno y el filial, dejan unos depósitos de sentimientos hostiles, que precisa, para escapar de la percepción, del proceso de la represión.
Cuando la hostilidad se dirige contra personas amadas, decimos que se trata de una ambivalencia afectiva. En los sentimientos de repulsión y de
aversión que surgen sin disfraz algunos contra personas extrañas, con las cuales nos hallamos en contacto, podemos ver la expresión de una
narcisismo que tiende a afirmarse, es innegable que esta conducta de los hombres revela una disposición al odio y una agresividad, a las cuales
podemos atribuir un carácter elemental.
Pero oda esta intolerancia desaparece, fugitiva o duraderamente, en la masa. Mientras que la formación colectiva se mantiene los individuos se
comportan como cortados por el mismo patron, toleran todas las particularidades de los otros, se consideran iguales a ellos y no experimentan el
menor sentimiento de aversión. Por el enlace libidinoso a otras personas. El egoísmo no encuentra un límite más que en el amor a otros.
En el desarrollo de la humanidad, como en el del individuo, es el amor lo que ha revelado ser el principal factor de civilización y aun quizá el único
determinado el paso del egoísmo al altruismo. Cuando observamos que en la masa surgen restricciones del egoísmo narcisista, inexistentes fuera
de ella habremos de considerar tal hecho como una prueba de que la esencia de la formación colectiva reposa en el establecimiento de nuevos
lazos libidinosos entre los miembros de la misma.
3. Un conjunto de fenómenos de interés, los que implican influencia social. Ello incluye tanto las interacciones de persona a persona como las
relaciones que prevalecen entre los grupos o las sociedades totales o las del individuo con estas entidades sociales más amplias.
4. Un cuerpo de teoría referente a los fenómenos de influencia, es decir, conceptos que contribuyen a explicarlos, parcialmente o en conjuntos
mayores. En esencia, una teoría está constituida por una o más proposiciones funcionales acerca de las relaciones que producen
fenómenos.
6. Un conjunto de métodos de investigación destinados a la obtención de pruebas sobre estos fenómenos mediante procedimientos reconocidos,
de base objetiva, que permiten un acopio
sistemático de datos
Estos rasgos de la psicología social son necesariamente interdependientes Necesidad de formular las preguntas adecuadas:
Una de las principales tareas de cualquier ciencia consiste en formular preguntas que puedan suministrar respuestas significativas, vale decir,
interrogantes, reveladores- la conducta social esta a menudo multideterminada, rara vez es resultado de una causa única.
¿Cuáles son? ¿Qué factores? ¿Por qué? ¿Cómo se vincula? ¿En qué condiciones? ¿Qué consecuencias? ¿Qué causas? ¿Qué aspectos?
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reciproco de una persona sobre otra en la interaccion social. La mayoría de nuestras características, incluyendo nuestra personalidad, los valores y
actitudes relacionados con ella, son de uno u otro modo, influidas por la interacción social. Relaciones de influencia que existen entre un grupo y
un individuo: la conformidad, el liderazgo, el prejuicio, la moral colectiva y otros fenómenos propios de los grupos.
En el caso de la conformidad hay más de un individuo que ejerce influencia sobre otro según una pauta predominante de comportamiento o
actitudes sociales (norma). La contraparte de esta situación es aquella en la que un individuo influye sobre un grupo o una entidad social más
amplia (organización cualquiera, partido político, nación) como ocurre en el caso del liderazgo.
El prejuicio es un fenómeno intergrupal cuyo origen se halla en los efectos de la identificación de grupo. De modo similar, el termino moral
colectiva (morale) suministra una cómoda síntesis de una actitud compartida por el grupo que influye sobre otros resultados individuales. FOTO
La influencia social está vinculada también con la relación que existe entre dos o más grupos. Cuando hablamos de influencia social debemos
agregar: donde se percibe la existencia de modos alternativos de respuesta al alcance del individuo. Puede ocurrir que las personas sean influidas
no solo por la existencia de presiones actuales sino por su vida anterior en sociedad y por las enseñanzas de ella derivadas.
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valor simbólico, palaras, preferencias alimentarias, moneda, banderas, etc. Los cuales su vez, suscitan respuestas sociales significativas. El psicólogo
social centra su atención no solo en la relación entre personas, sino también en la interpretación del individuo acerca de las cosas que socialmente
poseen significado simbólico y en su relación ante ellas.
Soslaya por completo la vasta gama de diferencias individuales existente en cada agrupamiento humano. Estos rótulos o estereotipos, según
Walter Lippmann (1922) oscurecen los muy sutiles orígenes del comportamiento en las complejas relaciones entre los factores biológicos y socio
psicológicos. El fenómeno de los estereotipos ocupa un lugar en el campo de la psicología social, sobre todo en relación con el prejuicio. Es
imposible, dada la importante superposición de influencias culturales en la compleja determinación de la conducta individual, hacer inferencias
razonables acerca de la existencia de capacidades psicológicas o tendencias conductales comunes dentro de un grupo. Se comprende que lo más
probable es que cualquier atributo psicológico común sea resultado de antecedentes históricos y sociales comunes. Como en el caso del lenguaje,
el ser humano puede, durante la etapa formativa, aprender múltiples pautas diferentes de conducta y perspectiva. Para determinar cómo se
producen tales efectos se requiere una cierta indagación de la herencia y el ambiente.
La herencia y el ambiente:
No se trata de fuerzas en pugna, todo comportamiento depende de los mutuos efectos de la herencia dentro del ambiente. La herencia es lo que
posee base biológica, no tiene en cuenta las fuentes ambientales capaces de plasmar resultados alternativos. Los genes no actúan como lo harían
en un vacio sino que interactúan con el medio en el que se manifiestan. El desarrollo es la resultante de la interacción entre la estructura genética
heredada, el genotipo y el medio en que estos genes se desarrollan.
El ambiente está relacionado con todas las experiencias vividas desde el momento de la concepción, incluidas las posibles implicaciones
intrauterinas.
Los padres, a menudo ciegos para este proceso implícito de aprendizaje, se inclinan con demasiada facilidad a considerar hereditarias, en un
sentido genético, las modalidades que los hijos comparten con ellos. Otro error de la herencia es el supuesto según el cual si determinada
característica física que posee una base genética está asociada con determinada comportamiento.
El modo más claro de percibir la relación entre la herencia y el ambiente es considerar que la primera proporciona cierta capacidad para desarrollar
una amplia gama de comportamientos diferentes, que luego pueden ser fomentados y sustentados por la estimulación del medio. En psicología,
por ejemplo, los estudios demuestran que la inteligencia no está estrictamente determinada por factores genéticos. La inteligencia depende de la
interrelación de las aptitudes hereditarias con las oportunidades y los beneficios ambientales.
En todos los casos observamos rasgos del proceso de influencia. Este proceso es habitualmente resultado de la interacción social y alude a las
relaciones interdependientes que mantenemos con otros, de quienes adquirimos modos de conducta y nuestra visión del mundo según se
manifiesta en las actitudes y valores.
¿En qué medida pueden los individuos modificarse o influirse mutuamente mediante la interacción social? Existen como es natural, límites
impuestos por los factores biológicos. Pero los factores sociales pueden afectar la fisiología del individuo.
Muchos de los desordenes a los que atribuimos carácter psicosomático derivan de la interacción social. Las acciones de otras personas pueden
inducirnos a reír o llorar y a experimentar sentimientos de angustia. La persona desdichada en sus relaciones sea en el trabajo o en el hogar, puede
desarrollar síntomas físicos absolutamente reales, como una ulcera estomacal o incluso un ataque cardiaco. La interacción social produce muchos
otros efectos sobre la percepción, la motivación y especialmente, sobre el aprendizaje y la adaptación del individuo. La naturaleza humana es
esencialmente social. Por consiguiente, no se trata tan solo de que la supervivencia física dependa de otros, sino de que estos estimulan en
nosotros las cualidades consideradas humanas. Todos estamos sometidos a persistentes influencias sociales que nos impulsan a aprender muy bien
algunas cosas y a desechar en absoluto otras.
El concepto de actitud es probablemente, la variable mas estudiada en psicología social. Sus orígenes y sus efectos sobre la conducta social en
esencia, las actitudes son percepciones acerca de las personas, las cosas o los hechos ambientales, asimismo, en la medida en que dirigen la
conducta, tienen cualidades motivacionales. El modo en que disponen al individuo para que conciba el mundo y reaccione ante el de determinadas
maneras. El estudio de las actitudes contribuye a explicar las diferencias individuales en la forma de reaccionar ante una situación dada, en buena
medida, brindan un resumen conveniente de la historia de la experiencia social del individuo y permiten, por lo tanto, la predicción diferencial
acerca del comportamiento social individual. Con el concepto de actitud se asocia la variable denominada valores. Los valores representan, en
esencia, motivos de gran alcance que conducen al individuo a elegir ciertas metas antes que otras. Los valores poseen una autentica fuerza
orientadora: los hombres sacrifican la vida por el deber, la libertad y el honor.
Otra de las variables es la cohesión grupal, que esencialmente alude al grado en que un grupo resulta atractivo para sus miembros. Una misma
variable puede ser dependiente o independiente y que no adopta de modo permanente una de estas dos formas con respecto a la dirección del
efecto.
Los roles representan un tipo diferente de variables que aluden sobre todo a una variación de la cualidad antes que de la cantidad. En esencia, los
roles son los distintos comportamientos que el individuo muestra en relación con su particular posición social. En el curso cotidiana todos debemos
desempeñar una multiplicidad de roles, un solo día nos vemos obligados a adecuarnos a una amplia gama de roles, los roles constituyen
comportamientos, poseen considerable significación psicológica. Los roles pueden ser definidos como nuestra percepción de las expectativas de los
otros, a las que denominaremos expectativas sociales.
Las expectativas desempeñan otra variable que varia cualitativamente, perteneciente al las normas. Donde existen formas generales de conducta
influidas las actitudes aprobadas, socialmente prescriptas o para una situación dada, podemos hablar de una norma o en ciertos casos, de una
norma social o una normal grupal. Tanto los roles como las normas implican necesariamente, un proceso de percepción de la persona.
Otra variable son los grupos de referencia. Esta variable cualitativa atañe las diferentes afiliaciones psicológicas que una persona puede tener con
diversos grupos, aun si no es uno de sus miembros efectivos. Los individuos que no pertenecían literalmente a un grupo podían sufrir su influencia.
Los grupos de referencia por consiguiente, representan las aspiraciones que pueden poseer elevado valor.
Por lo tanto, el solo hecho de señalar la pertenencia a un grupo no basta, también debemos saber si en realidad el individuo se auto refiere a un
grupo al servirse de él cómo estándar de conducta, como base de evaluación o como fuente de actitudes. Ello induce al psicólogo social a
preguntarse si la persona está motivada para conservar la identificación con un grupo o si , por el contrario, reacciona ante un estándar sostenido
por otro grupo al cual desea pertenecer. Puntos decisivos, el significado psicológico de la afiliación al grupo.
La psicología social es la ciencia del conflicto entre el individuo y la sociedad, tanto de la externa como la que lleva adentro. El objeto central,
exclusivo de la psicosociología, todos los fenómenos relacionados con la ideología y la comunicación, ordenado según su génesis, su estructura y su
función. Por lo que respecta a los primeros, sabemos que consisten en sistemas de representaciones y de actitudes. Los fenómenos familiares de
prejuicios sociales o raciales, de estereotipos, de creencias, etc. Su rasgo común es que expresan una representación social que individuos y grupos
se forman para actuar y comunicar.
Los fenómenos de comunicación social, los intercambios de mensajes lingüísticos y no lingüísticos (imágenes, gestos, etc.) entre individuos y
grupos. Se trata de medios empleados para transmitir una información determinada e influir sobre los demás. La comunicación social incluye tanto
los fenómenos de comunicación de masas de influencia colectiva (propaganda, publicidad, etc.) como los procesos puramente lingüísticos y los
hechos semánticos.
Segunda fórmula: la psicología social es la ciencia de los fenómenos de la ideología (cogniciones y representaciones sociales) y de los fenómenos de
comunicación. A los diversos niveles (Doise 1982) de las relaciones humanas: relaciones entre individuos, individuos y grupos y entre grupos. Para
cada uno de estos fenómenos disponemos de un conjunto más o menos desarrollado de conocimientos, teorías o experiencias, que aunadas nos
permiten comprender las actividades mentales superiores y ciertos aspectos psíquicos de la vida social de los grupos.
La visión psicosocial:
Ningún límite preciso separa a la psicología social de otros campos de la psicología. Tampoco la antropología. Todas estas disciplinas comparten en
gran medida un mismo interés por las interacciones humanas y los grupos humanos. Existe una visión psicosocial, el esquema de la relación en
psicología queda así:
SUJETO INDIVIDUAL (EGO. ORGANISMO) ------objeto (medio ambiente, estimulo) Esquema en sociología:
SUJETO COLECTIVO DEFERENCIADO SEGÚN ---------- Objeto diferenciado en social y no social) CRITERIOS ECONOMICOS E HISTORICOS (cada
decisión tomada como influye en la Soc.)
Lo grave: han reducido los fenómenos psicosociales a fenómenos psicológicos y los fenómenos sociales a fenómenos individuales, la visión
psicosocial que se traduce por una lectura ternaria de los hechos y las relaciones. Su particularidad consiste en sustituir la relación a dos términos,
entre sujeto y objeto, hereda por una relación en clave tres términos: sujeto individual, sujeto social y objeto. Para expresarlo de otra manera: ego,
alter y objeto. Obviamente diferenciado FOTO
Pero esta relación de sujeto a sujeto en su relación con el objeto puede concebirse de manera estática o dinámica, es decir, puede corresponder a
una simple co -presencia o a una interacción que se traduce en modificaciones que afectan el pensamiento y el comportamiento de cada individuo.
Dos mecanismos que ilustran perfectamente esta distinción: la facilitación social de una parte y la influencia social por la otra. La primera consiste
en que la simple presencia de un individuo o de un grupo haga que un individuo prefiera o aprenda con mayor facilidad la respuesta más familares
y las menos originales. Como si se inhibiese, el individuo expresa o retiene las respuestas dominantes, comunes a todos. La influencia social
consiste en que un individuo sometido a la presión de una autoridad o de un grupo adopte las opiniones y conductas de ducha autoridad o grupo.
Alter (individuo o grupo) otro similar, un alter ego, ya sea ante otro diferente, un alter sin más. La mayoría de las investigaciones sobre los grupos
tienden a concebir a este como un alter ego similar al ego. En el psico- drama o juego de roles se pierde a los participantes que adoptan la actitud
del otro, que se metan por decirlo así, en su piel. Se manifiesta en los individuos una tendencia a compararse a alguien semejante o a alguien al que
nos gustaría parecernos. Los desviados en especial, que en principio carecen de opiniones y posiciones propias, intentarían juzgar sus opiniones y
conductas en función de la mayoría de los individuos que encarnan el poder. Y se conforman para parecerse a esos alter egos privilegiados.
Otras corrientes de investigación consideran un alter como a un individuo, expresan una opinión y un juicio que le son propios. Están confrontados
a una mayoría o a una autoridad que tienen sus propias opiniones y sus propios juicios y que representan la normal o la ortodoxia. Los dos
mecanismos psicosociales fundamentales, el de comparación social y el de reconocimiento social corresponden a dos maneras de percibir al otro
en el campo social.
Se trata de prácticas de observación directa de relaciones o gestos, de reacciones afectivas o simbólicas de los individuos entre ellos en una
situación precisa. Ver es sin duda más importante que escuchar.
Proust escribió “nuestra personalidad social es la creación del pensamiento de los demás”
¿Qué puede ser más necesario y permanente que una manera de ver las cosas? Ciertos prejuicios muy extendidos y constituyen verdaderos
obstáculos epistemológicos. El primero consiste en la opinión bastante difundida según la cual hay que agregar un suplemento espiritual a los
fenómenos sociales. Significa que se debe explorar el aspecto subjetivo de los acontecimientos de la realidad objetiva. Por realidad objetiva
debemos comprender la realidad económica y social.
Se comienza por analizar los diversos aspectos del sujeto colectivo: el poder, las desigualdades económicas, la clase social, los intereses de los
grupos y otros muchos aspectos. Constatamos las diferencias con respecto a lo que deberían pensar o hacer ese sujeto colectivo si obedecería a los
amplios determinismos económicos o sociales. Se invocan factores de tipo subjetivo: los sentimientos, valores, el grado de conciencia social, etc.
Entonces nos volvemos hacia la psicología social y le pedimos que comprenda lo que la gente piensa y siente, de ahí la moda de las encuestas y
mida sus efectos. El segundo obstáculo: la psicología estudia una suma impresionante de fenómenos: la percepción, razonamiento, ansiedad,
desarrollo infantil. Pero los estudia en el individuo aislado.
El psicólogo se cree obligado a volver a estudiar los mismos fenómenos en el seno de la sociedad, después de haberlos estudiado en el vacio social.
Naturalmente encarga a la psicología social que añada una dimensión objetiva a los fenómenos subjetivos, que vuelva a situar en el contexto de la
sociedad aquello que ha sido analizado fuera de dicho contexto. Veamos en la psicología social el medio de satisfacer una carencia: por una parte,
llenar al sujeto social de un mundo interior y por la otra, resituar al sujeto individual en el mundo exterior, es decir, social. Así pues, su naturaleza
seria psicológica para unos y sociológica para otros.
Cuestionar la separación entre lo individual y lo colectivo, en contestar la partición entre psíquico y social. Resulta absurdo decir que, mientras
estamos solos obedecemos a las leyes de la psicología, que nos conducimos movidos por emociones, valores o representaciones. Y que una vez en
grupo cambiamos bruscamente para comportarnos siguiendo las leyes de la economía y de la sociología, movidos por intereses y condicionados
por el poder. El otro interviene con gran frecuencia en tanto que el modelo, apoyo y adversario, y por ello la psicología individual es ante todo y
simultáneamente una psicología social.
La psicología social analiza y explica los fenómenos que son simultáneamente psicológicos y sociales
Teorías fenomenológicas: intentan describir y explicar una familia de fenómenos conocidos. Unas se ocupan de los fenómenos fundamentales, por
ejemplo, la influencia, otras se ocupan de fenómenos que no lo son tanto. Cada teoría responde a dos preguntas: ¿cómo? Y ¿por qué? Revelar la
causa de un cierto número de efectos
Teorías operatorias: tratan de llegar a un mecanismo elemental, desconocido hasta entonces y que explica un conjunto de hechos. También preven
hechos nuevos y sorprendentes. La teoría de la disonancia cognitiva constituye sin duda el ejemplo más brillante. Festinger, cuando una persona
dispone respecto a un objeto de dos cogniciones o dos representaciones acordes entre si, hay consonancia y la persona en cuestión siente
satisfacción. Por el contrario, supongamos ahora dos cogniciones o representaciones que no son acordes entre su e incluso son opuestas entre sí.
En este caso hay disonancia y la persona es víctima de la ansiedad.
El método de observación: la mejor manera de aprender algo sobre la vida del individuo y del grupo consiste en una investigación llevada a cabo
sobre el terreno. Intenta registrar de manera precisa y sistemática las actividades realizadas por las personas dentro de su marco normal. Descubre
esquemas de relaciones y acciones que no habíamos notado. El inconveniente es que las personas sometidas a estas investigaciones generalmente
saben que son observadas. No hablan ni se comportan como lo harían normalmente entre ellas. Para obviar esta deformación los psicosociologos a
veces han aplicado instrumentos invisibles que les permiten observar las acciones de la gente sin que esta lo note, por ej.: se emplean cámaras
ocultas. Una de las formas de observación más corrientes es sin duda la encuesta para estudiar los sentimientos, la preferencia, las
representaciones o las acciones de la gente. Gracias a esta técnica podemos interrogar a amplias muestras representativas de las poblaciones. De
esta manera se obtiene una información fiable sobre casi todos los temas que interesan al investigador. Pero la interpretación de los resultados
constituye la parte más delicada, pues depende en gran parte de la finura de la descripción y del don de la persona que la lleva a cabo.
El método experimental: intenta provocar una serie de reacciones en condiciones determinadas de antemano. La hipótesis del experimentador
define simultáneamente estas condiciones y la serie de reacciones esperadas. Así pues, por otra parte delimita las causas y por la otra prevé los
efectos. La investigación experimental requiere dos factores: el factor que el experimentar varia sistemáticamente variable independiente. El
comportamiento resultante de la manipulación experimental es denominado variable dependiente. Para dominar la relación entre dos variables, el
investigador se ve obligado a trabajar en un laboratorio.
Una experiencia de psicología social es un espectáculo meticulosamente puesto en escena que permite simular un cierto número de situaciones y
fenómenos corrientes. El experimentador es el director, la teoría suministra el escenario de la obra. Y esta es interpretada por actores a los que se
hace representar en realidad papeles diferentes a los que se creen representar.
Si supieran los sujetos de antemano la verdadera finalidad, pondrían atención en lo que dicen. Desviaran en un cierto sentido su conducta o su
lenguaje que queremos captar en su estado natural. Los sujetos representan como Pirandello, una comedia dentro de otra comedia, pero sin saber
exactamente cuál.
Experiencias de doble fondo, de la psicología social. La ignorancia, temporal es cierto, es la condición del conocimiento que se investiga y obtiene.
El sujeto ingenuo es el héroe anónimo, el único en verdad, de la psicología social.
Este esquema metodológico común, la psicología introspectiva estaba enraizada en el suelo firme de las ciencias naturales y que los procesos
psicológicos han sido durante mucho tiempo, comprendidos dentro de un contexto reactivo.
Wundt comprendió la verdadera esencia del método psicológico como una alteración sistemática de los estímulos que provocan un cambio en el
proceso psicológico vinculado a los mismos. Busco el modo más objetivo de registrar las manifestaciones externas de dichos procesos internos, que
según él, eran las expresiones introspectivas del sujeto.
Limitaciones en su aplicación: dicha experimentación únicamente era adecuada para el estudio de los procesos elementales de un carácter
psicofisiologico. Las funciones psicológicas superiores no permitían ser estudiadas de esta manera. Wundt comprendió y acepto este hecho.
Un esquema estimulo-respuesta para elaborar observaciones experimentales no puede servir de base a un estudio apropiado de las formas
superiores de conducta específicamente humanas, puede registrar la existencia de las formas inferiores y subordinadas. En una aproximación
materialista dialéctica al análisis de la historia humana, la conducta del hombre difiera cualitativamente de la del animal, al igual que la
adaptabilidad y desarrollo histórico. La evolución psicológica del individuo es parte integrante del desarrollo histórico.
En el análisis histórico, el naturalismo, de acuerdo con la noción de Engels, se manifiesta en la suposición de que únicamente la naturaleza es
susceptible de afectar a los seres humanos y que tan solo las condiciones naturales determinan el desarrollo histórico. Al mismo tiempo que admite
la influencia de la naturaleza sobre el hombre. El hombre, a su vez, modifica la naturaleza y crea, mediante cambios que provoca en ella, nuevas
condiciones naturales para su existencia.
Todos los métodos estimulo-respuesta comparten la insuficiencia que Engels adscribe en las aproximaciones naturalistas en historia. Ambos
consideran la relación entre la conducta humana y la naturaleza como unidireccionalmente reactiva. No obstante creemos que el comportamiento
humano llega a alcanzar esta reacción transformadora respecto a la naturaleza que Engels atribuía a las herramientas.
La base de nuestra aproximación al análisis de las funciones psicológicas superiores está formada por tres principios:
Análisis del proceso, no del objeto: Koffka. El análisis psicológico ha tratado casi siempre a los procesos que analiza como si fueran objetos fijos y
estables. El análisis psicológico de los objetos debería contrastarse con el análisis de los procesos, que requiere un despliegue dinámico de los
principales puntos que constituyen la historia. La piscología evolutiva, no la psicología experimental, proporciona una nueva aproximación al
análisis. Todo procesos psicológico, tanto si se trata del desarrollo del pensamiento como de la conducta voluntaria es un procesos que sufre
cambios. El desarrollo en cuestión puede limitarse a unos pocos segundos, o incluso, a fracciones de segundo (como en el caso de la percepción
normal) No obstante, también (como en los procesos mentales complejos) puede durar varios días o incluso semanas. El método experimental-
evolutivo en el sentido de que crea o provoca artificialmente un proceso de desarrollo psicológico. Si reemplazamos el análisis del objeto por el
análisis del proceso, resulta que la tarea básica de investigación se convierta en una reconstrucción de cada estadio en el desarrollo del proceso:
este debe ser devuelto a sus estadios iníciales
Explicación versus descripción: la simple descripción no revela as relaciones dinámico-causales reales que subyacen a los fenómenos. Lewin
compara el análisis fenomenológico, basado en resgos externos (fenotipos) con lo que él llama análisis genotípico en el que un fenómeno se explica
en base a su origen más que a su apariencia externa. Esta es la distinción entre los puntos de vista fenotípicos (descriptivos) y genotípicos
(explicativos). Al hablar de estudio evolutivo de un problema, concretamente al descubrimiento de su génesis, de su base causal dinámica.
Entendemos el análisis fenotípico por aquel análisis que comienza directamente con los rasgos y manifestaciones corrientes de un objeto.
Nuestra investigación acerca del lenguaje de los niños pequeños nos conduce al principio básico formulado por Lewin: dos procesos
fenotípicamente idénticos o similares pueden ser radicalmente distintos el uno del otro en sus aspectos dinámico-causales y viceversa. Dos
procesos que estan muy próximos en lo que a su naturaleza dinámico-causal se refiere, pueden ser fenotípicamente distintos.
Si todos los objetos fueran fenotípica y genotípicamente equivalentes (es decir, los verdaderos fundamentos de su formación y operación se
expresaran a través de su manifestación externa) la experiencia cotidiana sería suficiente para reemplazar el análisis científico. Todo lo que
viéramos seria tema de nuestro conocimiento científico.
La psicología nos muestra que aunque dos tipos de actividad puedan tener la misma manifestación externa, en origen o esencia, su naturaleza
puede diferir profundamente. El análisis científico real difiere radicalmente del análisis introspectivo y subjetivo, que debido a su naturaleza, no
puede aspirar a ir más allá de la pura descripción.
Tratamos de comprender los vínculos reales que existen entre los estímulos externos y las respuestas internas que subyacen a las formas
superiores de conducta designadas por las descripciones introspectivas.
Estímulos externos (formas inf. De la conducta) el porqué a la respuesta determinada ante determinado estimulo (formas superiores de la
conducta)
El análisis psicológico rechaza las descripciones nominales y trata de determinar las relaciones dinámico-causales.
El análisis objetivo incluye, necesariamente una explicación científica, tanto de las manifestaciones externas como de los procesos en estudio. No
se haya limitado a una perspectiva evolutiva, ni repudia la explicación de las idiosincrasias fenotípicas corrientes, sino que las subordina al
descubrimiento de su origen real.
El problema de la conducta fosilizada: en psicología hallamos a menudo, procesos que ya han desaparecido, es decir, procesos que han recorrido
un largo estadio de desarrollo histórico y han terminado por fosilizarse. Se encuentran mas fácilmente en procesos psicológicos llamados
automáticos o mecanizados que, a causa de su antiguo origen, se repiten. Han perdido su apariencia original, de modo que su aspecto externo n
nos dice absolutamente nada acerca de su naturaleza interna. Su carácter automático crea grandes dificultades al análisis psicológico.
Titchener dice que la atención voluntaria, una vez establecida, funciona exactamente igual que la atención secundaria, cambia constantemente en
atención primaria. Existe un tercer estadio en el desarrollo de la atención que cosiste nada menos que en un retorno al primer estadio.
Hemos de centrarnos, no en el producto del desarrollo, sino en el proceso mismo, por el que se establecen las formas superiores. El investigador se
ve a menudo forzado a alterar el carácter automático, mecanizado y fosilizado de las formas superiores de conducta y devolverlas a su fuente
original a través del experimento. Este es el objetivo del análisis dinámico.
El estudio de las funciones rudimentarias debe ser el punto de partida para desplegar una perspectiva histórica en los experimentos psicológicos. El
presente y el pasado se hallan fundidos viéndose el presente a la luz de la historia. Hay dos planos simultáneos: en el que es y en el que fue. La
forma fosilizada es el extremo del hilo que une el presente al pasado, los estadios superiores de desarrollo a los primarios.
Estudiar algo desde el punto de vista histórico significa estudiarlo en su proceso de cambio (método dialectico) significa fundamentalmente
descubrir su naturaleza, su esencia, ya que únicamente a través del movimiento puede un cuerpo mostrar lo que realmente es. El estudio histórico
constituye su verdadera base.
Blonski: la conducta tan solo puede comprenderse como historia de la conducta. El objetivo del análisis psicológico y sus factores esenciales son:
4. El análisis del proceso en oposición al análisis del objeto
5. El análisis que revela relaciones causales, reales o dinámicas en oposición a la
enumeración de los rasgos externos de un proceso, es decir, el
análisis debe ser
explicativo, no descriptivo.
6. El análisis evolutivo que regresa a la fuente original y reconstruye todos los puntos del
desarrollo no será ni una estructura puramente
psicológica, tal como considera la psicología descriptiva que ha de ser el resultado, ni una simple suma de procesos elementales, tal como
preveía la psicología asociacionista, sino una forma cualitativamente nueva que aparece en el proceso de desarrollo.
La respuesta discriminatoria es una reacción simple mas la discriminación, la reacción de elección es una reacción simple mas la discriminación mas
la elección. Una respuesta superior y ms compleja se considera como la suma aritmética de sus componentes elementales.
No es cierto que una reacción compleja consista en una cadena de procesos separados que podrían añadirse y sustraerse arbitrariamente.
Cualquier reacción de esta tipo refleja procesos que dependen de todo el proceso de aprendizaje a todos los niveles de práctica. Este análisis
mecánico sustituye las relaciones existentes entre estímulos por las relaciones reales subyacentes al proceso de elección. Un intelectualismo
general en psicología, trata de comprender los procesos psicológicos en las manipulaciones que constituyen el experimento mismo, los
procedimientos experimentales se convierten en sustitutos de los procesos psicológicos.
Sus análisis introspectivos de las reacciones complejas deben limitarse a la descripción: la descripción de las respuestas externas queda
reemplazada por la descripción de las sensaciones internas. En ambos casos, nos hallamos limitados al análisis psicológico fenotípico.
Ach: en la reacción de elección no hay sensaciones conscientes de elección. Titchener puntualizo que había que tener presente que los nombres
adjudicados a una reacción simple o compleja (por ej. Diferenciación o elección) hacen referencia a las condiciones externas de la tarea. Nosotros
no diferenciamos en la reacción de diferenciación ni elegimos en la reacción de elección. Concluimos que la introspección es a menudo incapaz de
procurar una descripción exacta ni una correcta explicación casual del aspecto subjetivo de la respuesta. Debemos dejar de confiar en las
apariencias fenotípicas y situarnos en un punto de vista evolutivo.
Si comparamos las reacciones complejas con los reflejos, que en muchos aspectos, son psicológicamente distintos, obtenemos otras perspectivas al
respecto. El periodo latente para una reacción compleja es más largo que el correspondiente a un reflejo.
Wundt estableció que el periodo latente para una reacción compleja disminuye con la práctica. La latencia de la reacción compleja y el reflejo
simple se hacen equivalentes. Por ello, las diferencias entre estas dos formas de conducta deberían buscarse en el análisis de su desarrollo. Al
descartar o ignorar estos datos, el investigador obtiene una reacción automatizada que ha perdido su diferencia evolutiva con el reflejo y ha
adquirido una apariencia fenotípicamente similar a este.
4. En el primer estadio de respuestas a estímulos arbitrariamente relacionados, el pequeño no tiene la experiencia suficiente
con la tarea como para poder organizar de manera efectiva su conducta
5. Utiliza la experiencia de modo ingenuo. Sin embargo a lo largo del experimento obtiene la experiencia necesaria para
reestructurar su comportamiento
6. Una vez el niño ha adquirido el conocimiento físico empieza a operar con los objetos
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3. A medida que trata de recordar que estímulos están relacionados con ciertas respuestas, el niño aprende, en este
situación, en qué consiste recordar y empieza a utilizar uno u otro estimulo auxiliar de modo efectivo
4. Después de haber comprendido que es lo que requieren las operaciones de memorización el niño pasa al siguiente estadio
5. Si los estímulos primarios y auxiliares se presentan en una disposición que parece fortuita, el niño sugerirá ordenarlos de
modo especial, estableciendo así una relación especifica entre ellos
6. Ahora el niño demuestra que es consciente de que ciertos signos le ayudaran a resolver ciertas operaciones. Comienza a
memorizar a través del uso de los signos
7. El niño ya no experimenta dificultad alguna en crear relaciones y servirse de ellas, puede crear relaciones propias (este
estadio podría denominarse estadio del uso de signos externos)
8. Se caracteriza la formación independiente de nuevas relaciones en las operaciones internas del niño utilizando signos
externos
9. Esta seguido por el estadio en que el niño empieza a organizar los estímulos de naturaleza interna
10. Con una enorme practica en dicho experimento el tiempo de reacción disminuye cada vez mas y mas
Características del nuevo método:
En cada nuevo estadio, el niño no solo cambia su respuesta, sino que efectúa dicha respuesta de un
modo nuevo, manejando nuevos instrumentos de conducta y sustituyendo una función psicológica por otras. La complejidad creciente
del comportamiento del niño se refleja en los medios tan distintos que utilizan para completar nuevas tareas y en la correspondiente
reconstrucción de sus procesos psicológicos.
Nuestro concepto de desarrollo implica un rechazo de la opinión que el desarrollo
cognoscitivo resulta de la acumulación gradual de cambios independientes. Creemos que el desarrollo del niño es un proceso dialectico
complejo caracterizado por la periodicidad, la irregularidad en el desarrollo de las distintas funciones, la metamorfosis o transformación
cualitativa de una forma en otro, la interrelación de factores internos y externos y los procesos adaptativos que superan y vencen los
obstáculos con los que se cruza el pequeño.
El pensamiento científico considera la revolución y la evolución como dos formas de
desarrollo mutuamente relacionadas, de las que una presupone la otra. En lo que a los saltos en el desarrollo del niño se refiera, la mente
científica los conceptúa como un momento en la línea general de desarrollo.
La creación y uso de un determinado número de
estímulos artificiales. Estos últimos permeen a los seres humanos dominar su propia conducta, primero por medios externos y mas tarde
mediante operaciones internas mucho mas complejas.
El experimento es igualmente valido si, en vez de suministrar a los niños medios artificiales, el experimentador aguarda hasta que estos apliquen
espontáneamente nuevos métodos o símbolos auxiliares que luego incorporan a sus operaciones.
No solo estudiamos el resultado final de la operación, sino también su estructura psicológica especifica. La estructura psicológica del desarrollo
aparece con mayor riqueza y variedad que en el método clásico del experimento del simple estimulo-respuesta.
Método funcional de doble estimulación: la tarea a la que se enfrenta el niño en el contexto experimental esta, por regla general, más allá de sus
posibilidades reales y no puede resolverla con las capacidades que ya posee. En estos casos, se coloca cerca del niño un objeto neutro, se introduce
el estimulo neutro en la situación y toma la función de un signo. El niño incorpora activamente estos objetos neutros en la tarea de la resolución de
un problema. Cuando surgen dificultades, los estímulos neutros asumen la función de signos y a partir d este punto en la estructura de la operación
adquieren un carácter esencialmente distinto.
No nos limitamos al conocido método de ofrecer al sujeto estímulos simples de los que esperamos una respuesta directa, brindamos
simultáneamente una segunda serie de estímulos que poseen una función especial. De este modo, podemos estudiar el procesos de realización de
una tarea mediante la ayuda de medios auxiliares específicos, al mismo tiempo podeos descubrir la estructura interna y desarrollo de los procesos
psicológicos superiores.
Nuestro método es ayudar a objetivar los procesos psicológicos internos, los metodos de estimulo- respuesta son objetivos, sin embargo están
limitados al estudio de las respuestas externas que suele estar presentes en el repertorio del sujeto. Únicamente la objetivación del proceso
interno garantiza el acceso a formas específicas de conducta superior opuestas a formas subordinadas.