A Quienes Fue Dirigida La Maldicion de Malaquias 3
A Quienes Fue Dirigida La Maldicion de Malaquias 3
A Quienes Fue Dirigida La Maldicion de Malaquias 3
¿ QUE ES LO MALO QUE ESTABAN HACIENDO LOS SACERDOTES QUE MOTIVO TAL REPRESION POR PARTE DE DIOS?
(Mal 1:7) En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa del
Señor es despreciable.
(Mal 1:8) Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es
malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos.
Mal 1:12 Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa del Señor, y cuando decís que su alimento es
despreciable.
Mal 1:13 Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice el Señor de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o
cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice el Señor.
Mal 2:8 Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví,
dice el Señor de los ejércitos.
Mal 2:11 Prevaricó Judá, y en Israel y en Jerusalén se ha cometido abominación; porque Judá ha profanado el santuario del Señor
que él amó, y se casó con hija de dios extraño.
DIOS COMIENZA A HABLAR ESPECIALMENTE A LOS SACERDOTES, LOS MINISTROS, NO AL PUEBLO. ¡SIGA EL RASTRO DE
LA PALABRA “VOSOTROS” PARA DETERMINAR SI DIOS DEJA DE HABLAR ESPECÍFICAMENTE A LOS SACERDOTES, Y
CUÁNDO!
Si usted ya ha leído los dos capítulos anteriores sobre 2 Crónicas 31 y Nehemías, estará mucho mejor preparado para el estudio
sobre Malaquías. Este capítulo dará evidencia de la Palabra de Dios de que los textos sobre el diezmo en Malaquías 3:8-10 han sido
incorrectamente interpretados y aplicados por la mayoría de las iglesias cristianas. Este capítulo demostrará que los que son culpables
de robar a Dios en Malaquías 3:8 son los sacerdotes ministradores y no el pueblo.
En consecuencia, los malditos en Malaquías 3:9 son los sacerdotes que son maldecidos por quebrantar el Antiguo Testamento.
Cuando se compara con Números 18:21-24 y Nehemías 10:37-38, la interpretación usual de “traed todos los diezmos al alfolí” ha sido
convertida en una terrible mentira que, por respeto a la verdad de Dios y para el bien de la iglesia de Cristo, debe detenerse
inmediatamente.
VEMOS EN EL CAPITULO 1 Y 2 DE MALAQUIAS DIOS REFIRIENDOSE A LOS SACERDOTES.
Más pecados de los sacerdotes.
Malaquías 3:5 Y vendré a vosotros para JUICIO; y seré pronto testigo contra los HECHICEROS y ADÚLTEROS, contra los que
JURAN MENTIRA, y los que DEFRAUDAN en su salario al JORNALERO, a la VIUDA y al HUÉRFANO, y los que hacen injusticia al
EXTRANJERO, no teniendo temor de mí, dice el Señor de los ejércitos.
Para que se entiendan correctamente, los textos sobre el diezmo en 3:8-10 deben estar conectados con su contexto. Por lo tanto, para
los fines de entender el diezmo en Malaquías, ha sido necesaria toda la anterior discusión para clarificar el contexto del capítulo 3,
especialmente los versículos 5-7. Nuevamente, desde 1:6 hasa 4:6, el contexto se dirige principalmente a los sacerdotes, no a la
nación entera. El “vosotros” de este versículo es una continuación del “vosotros” desde 2:17; 3:1, 2, que son los “sacerdotes”.
los sacerdotes eran culpables de hechicería. Como dirigentes religiosos responsables, habían dado el ejemplo equivocado. Habían
dicho que “la mesa del Señor es despreciable” (1:7, 12; 2:8). Los sacerdotes eran culpables de adulterio porque habían intercambiado
esposas hebreas por esposas paganas, y habían sido disciplinados especialmente por Esdras y Nehemías (Esdras 10; Neh. 13:28-
30). Además, habían sido culpables de “jurar falsamente” (1:13-14).
Una omisión en la lista del versículo 5 puede proporcionar una buena razón para concluir que este texto se dirige sólo a los sacerdotes
levitas. En la ley, los levitas son a menudo los primeros en la lista de Dios de personas que merecen el diezmo porque no habían
recibido herencia de tierras, servían a Dios a cambio del sacerdocio de los primogénitos, que había sido abolido, y se suponía que se
identificaban con los más pobres de Israel.
Las ordenanzas del diezmo tanto en Deuteronomio 14:27-29 como en 26:12-13 listan a los “LEVITAS, los extranjeros, los huérfanos, y
las viudas” como recipientes elegibles de los diezmos. Esta misma lista es también la que se menciona cuando el diezmo era atraído a
las festividades (Deut. 16:11, 14). Sin embargo, muchos textos mencionan a los huérfanos, las viudas y los extranjeros y omiten a los
levitas. (Véase Deut. 10:18; 24:14, 19-21; Sal. 94:6; 146:9; Jer. 7:6; 22.3, 7; Zac. 7:10).
Si Malaquías 3:5 se refiere a que la nación entera pecaba al oprimir a los necesitados dedando de traer diezmos, entonces, ¿POR
QUÉ NO están incluidos los sacerdotes en la lista de los que necesitan los diezmos? ¡La lógica indica que los sacerdotes tienen que
ser NUEVAMENTE los OPRESORES más bien que los OPRIMIDOS!
¡hasta ahora, en Malaquías, los sacerdotes (no el pueblo) han recibido terribles condenas de parte de Dios! Han sido hallados
culpables de una amplia gama de pecados, incluyendo una maldición por robo (1:6, 14). “Maldito sea el engañador que en su manada
tenga un macho, y prometa, y sacrifique al Señor una cosa corrupta”. Nehemías 13:11 debe referirse primordialmente a los sacerdotes
que ministraban en el templo como los culpables de robar el diezmo a los levitas (sólo las porciones de los levitas): “Entonces reprendí
a los oficiales, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada?” – por los levitas hambrientos en el versículo 10.
Malaquías 3:6-7. Porque yo el Señor no cambio; por eso, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. 7 Desde los días de vuestros
padres os habéis apartado de mis ordenanzas, y no las guardásteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho el Señor de
los ejércitos …
(Malaquías 3:6) Este texto se ha interpretado a menudo en el sentido de que Dios no cambia y siempre demandará un diezmo del diez
por ciento exacto, ya sea que su pueblo sea el Israel nacional bajo el antiguo pacto, la iglesia cristiana bajo el nuevo pacto, o los
creyentes más pobres y necesitados.
Sin embargo, el contexto indica algo bien diferente. Puesto que Dios es justo y no castigará al justo junto con el culpable, entonces
juzgará los pecados de los sacerdotes (3:1-4), y ya lo ha hecho en gran medida (2:1-17) maldiciéndoles cuatro veces. Dios no cambia
en relación con el juicio (2:17 a 3:4). Ha puesto la responsabilidad final por los necesitados en manos de los sacerdotes (3:5) – y Dios
no cambiará ni liberará de sus responsabilidades a los sacerdotes culpables.En consecuencia, en este contexto, “Dios no cambia”
significa que ¡Dios nunca cambia acerca de juzgar el pecado! Dios cumple las promesas de su pacto tanto en lo relativo a las
bendiciones como en lo relativo a las maldiciones
(Malaquías 3:7) ¡Es absolutamente deshonesto pasar por alto el contexto de los versículos 1-7 y comenzar a enseñar el diezmo desde
el versículo 8! Nuevamente, pregunto: “¿Está Dios hablando todavía a los sacerdotes, o a cambiado y ahora se dirige a la nación
entera en este versículo?” Aunque no encontramos una pista en la frase “desde los días de vuestros padres …”, podemos concluir
honestamente que Dios está hablando a los israelitas y no a la iglesia cristiana actual.
La segunda frase: “… de mis ORDENANZAS, y no las guardásteis”, proporciona una pista sobre a quién está hablando Dios. ¿Ha
leído usted alguna vez las palabras exactas de la ordenanza que establece el diezmo? Esta ordenanza es Números 18, el capítulo
que sirve de base para el diezmo. “Estatuto” y “ordenanza” ocurren cinco veces en ese capítulo (vv. 8, 11, 19, 23).
La totalidad de la ley mosaica, o el pacto antiguo, consistía de mandamientos, ordenanzas/estatutos y juicios. “Ordenanzas” eran los
“estatutos” del servicio de culto ceremonial, que detallaban cada aspecto del servicio que llevaban a cabo los sacerdotes en el
santuario. Nótese que Dios NO dice: “Vosotros os habéis apartado de mis ‘mandamientos’ y ‘juicios’”. Compárese con Nehemías
10:29.
¡Ya sea que Dios esté hablando sólo a los sacerdotes, o a la nación entera de Israel, debería ser claro como el agua que los
versículos 8-10 deben entenderse y explicarse en el contexto de las ordenanzas o estatutos de la ley mosaica, comenzando en el
versículo 7! Las ordenanzas son las leyes de culto ceremonial para los sacerdotes en el pacto antiguo. ¡El diezmo es una de estas
‘ordenanzas’ y no es un ‘mandamiento’ moral!
Malaquías 3:7-8. … Pero dijísteis: ¿En qué hemos de volvernos? 8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y
dijísteis: ¿En qué te HEMOS robado? En vuestros diezmos y ofrendas
Si usted COMIENZA su lectura en este capítulo (o este libro) en este versículo, está perjudicando su propio conocimiento de la
palabra de Dios, está siendo deshonesto con el contexto de la palabra de Dios, y probablemente no entenderá el significado de
Malaquías 3:8-10.
a considerar una pregunta muy importante desde el 1:6 en adelante: “¿A quién está hablando Dios?” Nuevamente: “¿Quiénes son los
‘vosotros’ y los ‘nosotros’ de Malaquías 3:8?” Aunque hay una aplicación secundaria a la gente en general, Dios todavía está hablando
específicamente a los sacerdotes. El versículo 7 termina en que los sacerdotes, desde el 2:17 hasta el 3:6, le preguntan a Dios: “¿En
qué hemos de volvernos?” En contexto, están preguntando: “¿Qué tenemos que hacer nosotros los sacerdotes para volver a guardar
tus ‘ordenanzas’ del culto ceremonial?”
¡El versículo 8 no comienza en un vacío! Comienza en que Dios responde a la pregunta que hacen los sacerdotes en el 3:7. La
honestidad para con la palabra de Dios demanda que no comencemos un estudio bíblico en el versículo 8. ¡Dios les dice a los
SACERDOTES que ELLOS le han robado en los diezmos y las ofrendas!
Usted preguntará: “¿Dónde dice la Biblia que Dios está hablando sólo a los sacerdotes?” Yo respondo: (1) Puesto que ES CLARO que
Dios comenzó a hablar a los sacerdotes en el 1:6, (2) enfáticamente continuó hablando a los sacerdotes en el 2:1, (3) debe todavía
continuar hablándoles a ellos sobre sus altares en 2:13, (4) es claro que todavía les está hablando desde 2:17 hasta el 3:4,
ENTONCES (5) ¡Dios todavía está dirigiéndose específicamente a los sacerdotes en el 3:8! Pregunto: “¿Cuándo DEJÓ Dios de hablar
a los sacerdotes? La carga de la prueba debe recaer sobre los que dicen que Dios cambió súbitamente de auditorio, de los sacerdotes
a la gente.
¿Quién le ha robado a Dios hasta ahora en el contexto de Malaquías 3:8?
Primero, los estudiantes bíblicos simplemente no pueden pasar por alto a Malaquías 1:13-14, que se dirige claramente a los
sacerdotes del 1:6. La version (NAS) dice: “… habéis traído lo que fue robado y lo que es cojo o enfermo; ¡así traéis la ofrenda! …
Pero maldito el estafador que tiene un macho en su rebaño y lo promete, pero sacrifica al Señor un animal con defecto …”.
Nuevamente, donde la version (KJV) dice “desgarrado”, la (NAS) dice “robado”, la (NKJV) dice “lo robado”, la (RSV) dice “tomado con
violencia”, y la (TLB) dice “robado”.
¡Dios dice que los sacerdotes habían “robado” o bien más que la décima parte del diezmo, más que su porción de las ofrendas,o
ambos! Malaquías también señala que los sacerdotes habían robado a Dios al no darle lo mejor que habían prometido.
Segundo, cuando comparamos a Nehemías 10:37, 38 más 12:44, 47 con 13:4, 5, 10,11, es claro que el sumo sacerdote había robado
la porción para los levitas del diezmo, porque todo lo demás estaba a la mano para ser reemplazado. ¡Innegablemente, los sacerdotes
habían robado el diezmo a los levitas! “Encontré asimismo que las porciones para los levitas no les habían sido dadas, y que los
levitas y cantores que hacían el servicio habían huido cada uno a su heredad” (Neh. 13:10).
Los que objetan dicen: “¡No, no no! ¡Todo eso es un error! ¡Los sacerdotes son completamente inocentes! ¡El pueblo es culpable de
no traer diezmos para los sacerdotes! ¡El pueblo es culpable de robar a Dios!”
Yo contesto esta objeción preguntando: “¿Dónde encuentra usted esto entre Malaquías 1:6 y 3:7?” Durante todo el libro de Malaquías,
LOS SACERDOTES HAN SIDO LOS VILLANOS, la parte culpable, los ladrones – y ahora, de repente, ustedes dicen que ellos son la
parte maltratada. ¡Cuán inconsistente se puede ser! Dios ya ha MALDECIDO a los sacerdotes CUATRO VECES por robarle y por no
traer lo que ya poseían. Los sacerdotes no son las pobres víctimas inocentes que tantos predicadores quieren que creamos. Los
sacerdotes son los “ladrones” y los “estafadores” que ya tienen los diezmos y ofrendas (desde Nehemías 10:38; 12:44, 47), no le
están dando a Dios lo mejor y no están compartiendo con los levitas en Nehemías 13:10 y los necesitados en Malaquías 3:5.
Malaquías 3:9 “Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado”.
“¡Por fin”, dirá el que enseña el diezmo, “usted tiene que admitir que AHORA, en este versículo, Dios está hablando a la NACIÓN
ENTERA y no a los sacerdotes!”
Yo contesto: “¿Cuál es el contexto? Hasta este momento, el pronombre vosotros se ha referido casi exclusivamente a los sacerdotes,
que reciben las maldiciones que Dios ha pronunciado contra ellos a causa de su culpabilidad. ¿Se justifica que AHORA concluyamos
que el pronombre vosotros de repente se refiere al pueblo, y que el pueblo ha agraviado a los sacerdotes?” Las cuatro primeras
maldiciones habían sido pronunciadas contra los sacerdotes deshonestos (Malaquías 1:14 y 2:2). Estos ministros eran culpables de
robar a Dios y recibieron la reprensión más larga y más áspera en Malaquías (Malaquías 1:6 a 2:9). Habían deshonrado a Dios y
menospreciado su nombre (1:6). Le habían robado al no ofrecerle lo mejor (Malaquías 1:7-8). Su culto no era aceptable (1:8). Dios
deseaba que uno de ellos cesara en su culto hipócrita y cerrara con llave las puertas del templo (Malaquías 1:10). Estaba cansado de
su deshonestidad (Malaquías 1:13-14) y les maldijo por ser engañadores y estafadores (1:14). Hasta sus hijos serían afectados por su
pecado y reprendidos (2:3). Dios hasta prometió arrojarles estiércol a sus rostros durante sus festividades religiosas (Malaquías 2:3).
“Pero”, objeta el que enseña el diezmo, “el versículo 9 dice claramente ‘la nación toda’”.
Yo contesto: “Lea el versículo más cuidadosamente. Por alguna razón, muchos eruditos traductores del hebreo piensan que el
versículo 9 debería decir: “la nación toda DE VOSOTROS”. Aunque “de vosotros” no aparece en la King James Version, sí aparece en
las más literales versiones (NAS) y (RSV) (y también la muy popular NIV). El propósito de añadir “de vosotros” no está claro, a
menos que esta adición distinga entre la nación entera “de vosotros los sacerdotes” y el resto de la nación! Un posible precedente
contextual bíblico se ve en el robo de los diezmos a los levitas que ministraban por parte de Eliasib en Nehemías 13:7-10, que tuvo
que involucrar a otros sacerdotes. Nuevamente, sin embargo, el punto principal hasta ahora ha sido que (por lo menos hasta ahora)
Dios había estado maldiciendo a los sacerdotes en vez de expresar pena por ellos.
Si Malaquías 3:9 continúa la maldición de Malaquías 2:2, entonces es una adición a ella. “Enviaré maldición sobre vosotros [los
sacerdotes], y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no os habéis decidido de corazón”. Hasta las ofrendas
de los sacerdotes fueron maldecidas. “Y esta otra vez haréis cubrir el altar del Señor de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no
miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano” (2:13).
Los sacerdotes ciertamente necesitaban una seria limpieza: “Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de
Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán al Señor ofrenda en justicia” (3:3). ¿Por qué habría Dios de cambiar tan de
repente de maldecir a los sacerdotes a ayudarles en algunos versículos más adelante (como dicen algunos)?
Malaquías 3:10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya ALIMENTO en mi casa; y probadme ahora en esto, dice el Señor de los
ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.