Aportes A La Reflexión
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Este artículo pretende contribuir con algunos aportes de la psicología social comunitaria, las
representaciones sociales y el paradigma socio crítico a lo que se ha designado como educación
comunitaria crítica y reflexiva. El entrecruzamiento y trenzado articulatorio de los elementos
presentados y discutidos permiten visualizar un perfil preliminar de los factores a considerar y
materializar para concebir y desarrollar una educación comunitaria de esta naturaleza en el Estado
Plurinacional de Bolivia, pero también en América Latina y el Caribe.
Básicamente esta constituido por dos partes, la primera titulada ciertos criterios relevantes del paradigma
socio-crítico para la educación comunitaria crítico reflexiva que desarrolla las dimensiones, mediaciones
y factores clave de la teoría social crítica respecto a procesos educativos reflexivos y emancipadores;
algunos conceptos centrales de la teoría socio crítica que aportan a una educación comunitaria
crítico reflexiva constituidos por la internalización/externalización o interiorización/exteriorización,
cooperación y colaboración, lenguaje y comunicación, acción e interacción, cognición y metacognición,
concienciación, comprensión, comunidades educativas y temas generadores de aprendizaje enseñanza;
y seis grandes propuestas teórico prácticas sociocríticas para una educación comunitaria crítico
reflexiva compuesta por la teoría sociocultural, de la actividad, cognición situada, cognición distribuida,
cognición crítica y la que se ha nombrado dentro del presente artículo como construcción compartida
de sentidos y significados socioindividuales por su esencia, naturaleza y características.
La segunda nombrada como algunos criterios relevantes de la psicología para la educación comunitaria crítico
reflexiva trata la psicología comunitaria a través de los agentes comunitarios o mediadores sociales,
el diagnóstico comunitario, la educación sociocomunitaria como metodología de intervención
enfatizando en la animación sociocultural; y las representaciones sociales en la educación comunitaria
haciendo hincapié en los objetos sociales para el estudio crítico reflexivo, la trialéctica y la realidad
social.
Abstract
The present article is a contribution to the socio-comunitarian psychology, social representations and
the socio-critical paradigm of a critical and reflexive community education. There are certain elements
to be considered and materialized that are required to draft and develop a community education in the
Plurinational State of Bolivia and elsewhere in Latin America and the Caribbean.
The first part develops the key dimensions, interventions and factors of the socio-critical theory with
regard to the reflexive and emancipatory education processes; furthermore, it deals with some central
concepts of the socio-critical theory that support a critical reflexive community education, based on
internalization/externalization, cooperation and collaboration, language and communication, action
and interaction, cognition and meta-cognition, awareness and understanding, educative communities
and generative themes in learning and teaching; and includes a synthesis of six important theories:
socio-cultural, activity, situated and distributed cognition, critical cognition and the so-called shared
construction of socio-individual sense and signification in relation to their natural essence and
characteristics.
The second part of the article deals with community psychology in relation to community agents or
social mediators, the community diagnosis, socio-communitarian education as intervention method
emphasized in the community diagnosis, and with the social representations in community education,
insisting on social objects for a critical-reflexive study, on trialectic and social reality.
El hecho de que cada ser humano sea diferente de los demás, no significa
automáticamente que la educación debe ser estrictamente individualizada (Mora,
2006: 68)
Introducción
Una educación comunitaria demanda pensar en Procesos de Aprendizaje Enseñanza
(PAE) centrados en grupos de sujetos que comparten elementos comunes
relacionados con valores, usos y costumbres generando una identidad y proyecto
de vida propios. Es decir que la visión formativa tiene que trascender lo individual
para llegar a lo social, sin que ello implique en absoluto negar la importancia o
un desconocimiento de la constitución de cada persona como ser único; muy por
el contrario, rescatar su intrasubjetividad e internalización particular del mundo
como actor o actora social que se identifica con las necesidades e intereses de su
comunidad, se organiza y actúa tanto en la búsqueda de alternativas o soluciones
como en la implementación o ejecución de las mismas, con base en un conjunto de
significados socialmente construidos y compartidos, en los cuales es protagonista
principal.
Sobre esa perspectiva, para este autor, el paradigma socio crítico consigue la
mediación entre teoría y práctica por medio de dos dimensiones, una instrumental,
estrategia que fomenta interacciones sociales cimentadas en intereses comunes y
probabilidades de éxito aunque existan pocos puntos en común entre los participantes;
y una comunicativa, estrategia que impulsa procesos cooperativos de interpretación
para que las víctimas de una adversidad o situación desfavorable con la cual se
encuentran insatisfechas lleven a cabo un análisis y comprensión consensuada para
encontrar soluciones o alternativas transformadoras. En este caso se comparten
significados y valoraciones para que el entendimiento pueda desarrollarse, lo que
necesariamente alude a comunidad, tener algo en común.
Estos dos conceptos son esenciales para una nueva forma de educación,
la comunitaria, pues permiten la superación de la idea de construcción del
conocimiento, con base en las acciones puras y exclusivamente individuales, sin la
necesaria interacción comunicativa, fundamento de un auténtico proceso didáctico
significativo. Ambas, interiorización y exteriorización, son las que destacan la
importancia de espacios de discusión como parte imprescindible del aprendizaje, ya
que la internalización del espacio sociocultural es producto de un contacto interactivo
previo con otros sujetos y, también, con el ambiente físico natural circundante;
por otra parte, la externalización de ideas, pensamientos y reflexiones se la realiza
en colectivo, pues la idea fundamental es la puesta en común de la subjetividad
humana. Por esto, se torna importante la preocupación por el análisis del discurso
al interior de las comunidades de aprendizaje; las posibles desigualdades interactivas
que generan grupos de poder que imponen patrones y funciones discursivas que
pueden alejarse del propósito de construcción compartida de sentidos y hay que
direccionarlos hacia el bien colectivo.
Colaboración Cooperación
-Orientada desde un inicio en el trabajo compar- -Los y las participantes se responsabilizan y reali-
tido. zan tareas parciales.
-Las actividades son llevadas a cabo en conjunto, -Los actores y las actoras aportan, con sus resul-
en comunidad, hasta su conclusión. tados, a la constitución de un producto global co-
mún.
-Elimina la parcelación de acciones y/o tareas au-
mentando significativamente los planos y niveles -El logro de metas depende del rendimiento in-
de comprensión (trabajo interdisciplinario). dividual; por esto, en un gran número de casos,
tanto las actividades como el éxito del proceso de
-Hincapié en las capacidades integradoras, partici- aprendizaje, recae en uno o alguno de los o las par-
pativas y comunicativas de los y las participantes. ticipantes.
Hay que reconocer el rol trascendental que desarrollan los procesos discursivos
en la comprensión cognitiva y sociocrítica de la realidad estableciendo tipos de
lenguaje que facilitan procesos de interacción y comunicación crítico reflexiva.
Sobre la relevancia y fuerza del lenguaje en general y en los procesos de aprendizaje
enseñanza específicamente es pertinente y oportuno consultar las obras de Noam
1.2.6. Concienciación
Considerando principalmente a Freire (1973 y 1997), pero también a Rodríguez
Rojo (1997) y Mora (2005), la concienciación implica procesos de formación
crítica en procura de que las personas se desenvuelvan humana, cooperativa y
colaborativamente en medio de la alta complejidad del mundo socio cultural actual.
1.2.7. Comprensión
Mediante auténticos procesos de aprendizaje enseñanza crítico, reflexivos y
significativos se debe llegar a altos niveles de comprensión. Siguiendo a Perkins
(1995), podemos establecer, básicamente, cuatro niveles de la misma: reproducción,
resolución de problemas, argumentación e investigación – construcción de
conocimiento independiente – (también consultar sobre estos conceptos en Mora,
2006: 29).
La comprensión se desarrolla a través del apoyo mutuo entre aprendices y
facilitadores. Vygotsky crea el constructo teórico explicativo de la zona de desarrollo
próximo (ZDP) para que se comprenda la diferencia entre un aprendizaje individual,
escasamente compartido y otro colaborativo con elevados niveles de interacción
y comunicación. Aunque esta ZDP no tiene ubicación física en ninguna área del
encéfalo, se puede decir que está conformada por redes neuronales interconectadas,
altamente especializadas que elaboran asociaciones extremadamente complejas y son
activadas por el mundo externo a través; principalmente, del lenguaje y sus procesos
discursivos. Los diálogos entre pares, es una actividad constante en los grupos de
pertenencia que se condicen con procesos retroalimentativos en el interior de cada
sujeto, generando también de forma permanente, los metadiscursos que viabilizan
el conocimiento y la creatividad en cada individuo y su comunidad de aprendizaje.
Una educación comunitaria para ser socio crítica debe prestar observancia a esto,
vehiculizar el diálogo de saberes formales y sociales, construyendo conocimiento a
través de ambos.
Mayores niveles de comprensión implican necesariamente un salto cualitativo,
más allá de las acciones meramente espontáneas e intuitivas, hacia verdaderos procesos
de socialización en dinámicas interactivas colectivas, pues tanto el conocimiento
individual como el colectivo es desarrollado mediante la coparticipación intersubjetiva
en los contextos socioculturales y ambientales generados o no para tal efecto.
Sólo los procesos de externalización en las comunidades de pertenencia, estudio,
trabajo y producción posibilitan también la internalización que, desde ya, genera
cambios configuracionales, fisiológicos, emocionales, actitudinales, aptitudinales
por aquellos conocimientos originados en común, ya que cada participante al ser un
aprendiz también enseña y esa actividad biunívoca es la que permite la aprehensión
de la vida y los mundos en los que se desarrolla.
David Mora (2006) realiza un interesante cruce de relaciones entre las formas de
alcanzar el conocimiento y el papel de los participantes involucrados en el proceso
que debería ser tomado en cuenta para una educación comunitaria critico reflexiva.
Existe un nivel básico que tiene que ser superado, cuyo centro de acción está en
quienes enseñan. Se caracteriza por la transmisión, transferencia y transposición; la
imposición es su estilo didáctico. En un plano más avanzado sería el de la adquisición
individual del conocimiento, en el que el centro protagónico lo ostenta el que
aprende; el individualismo la forma en que se llega a este nivel de comprensión.
Otro plano de comprensión más complejo es el de la elaboración interactiva del
conocimiento, cuyo papel protagónico es dado por la interacción entre enseñantes
y aprendices; la cooperación es el tipo de actividad que lo caracteriza y el nivel más
alto y complejo de comprensión se logra a través de un trabajo compartido, analítico,
crítico y colectivamente construido, el rol principal lo ostentan las distintas maneras
socioculturales de participación; la colaboración es el camino a seguir para acceder
a este nivel de comprensión.
Para una educación comunitaria, como la que se propone en esta artículo, además
de considerar la significativa y extensa obra de Vygotsky (1972, 1986, 1992, 2001),
también sería pertinente y oportuno relacionarla con el aporte de investigadores
como Damasio (2004), Bernstein (1998) y Bruner (1987, 1988, 1997) entre otros;
buscando desarrollar los procesos pedagógico didácticos mas críticos, reflexivos
y significativos para los participantes. Comprendiendo que se tiene que motivar
a los sujetos del proceso para que estén situados, sean activos y se encuentren
contextualizados. Que los procesos de aprendizaje enseñanza tienen que darse de
forma sistemática, colectiva, interactiva y productiva vinculando el conocimiento
formal con los saberes comunales; al respecto, se desarrollan a continuación las
otras cinco propuestas sociocríticas.
estas perspectivas sociales están arraigadas en toda una tradición histórica que los
ha constituido en el presente, en lo que son y hacia dónde se dirigen, por ello,
también es muy importante entrecruzar y entrelazar la contextualización de la
enseñanza aprendizaje con lo ancestral. Este instrumento teórico práctico, el de las
representaciones sociales (RS), lo permite en gran medida.
El estudio psicosociológico de la construcción del conocimiento, se situa en
el presente de los discursos, las prácticas y las representaciones, integrando
la consideración de sus génesis y su arraigo en el pasado. Esta articulación
de lo social, lo cultural y lo histórico en el enfoque del sentido común y de
su puesta en obra por los individuos o en la interacción, parece igualmente
necesario cuando se consideran los limites que el análisis de una situación
social concreta impone a la aplicación de un enfoque de la construcción de
mundos sociales fundada en la interacción (Jodelet, 2000: 22).
2.2.2. La trialéctica
es muy sesgado que únicamente el sujeto se relacione con el objeto porque se trata
de una sola mirada aunque mediada, por esto es mejor analizarlo y explicarlo desde
“el filtro” de lo social que implica reconocer y no crear la visión (Barrios, 2011). Es
en la comunidad y con la comunidad que se tiene que investigar cómo se representa
la realidad – el objeto de estudio –. Esta reflexión se relaciona incuestionablemente
con la propuesta de construcción compartida de conocimientos de la investigación
acción participativa – IAP – y de convertir a todo educando y educador en un
investigador (Mora, 2010).
En términos educativos comunitarios también hay que tener presente que existe
una verdad para cada contexto, no una universal única. La realidad inicialmente
es social, después es transferida al grupo y luego pasa a ser subjetiva. Es decir que,
primero se cuenta con un modelo que es compartido – “el gran otro social” que
se interrelaciona con la persona –y luego se internaliza como individual; el ser
humano nos permite observar lo social y en él se encuentra el sujeto. La realidad es
el otro cultural que se refleja a través de muchas características propias al grupo y
la subjetividad es su expresión singular y particular, un “otro semejante” pero en el
que se pueden ubicar las divergencias (Barrios, 2011). Esta compleja e inseparable
relación entre lo social e individual debería ser aprehendida y reflexionada en los
procesos de aprendizaje enseñanza comunitarios que buscan el cambio porque no
sólo en el conjunto sino también en cada persona está la esencia transformadora por
su especificidad divergente.
Conclusiones
Una educación comunitaria que realmente contribuya a la trasformación de
esquemas tradicionales colonizadores, inequitativos, injustos y marginadores tiene
que ser crítica y reflexiva. Tanto el paradigma socio crítico como la psicología
social comunitaria y las representaciones sociales presentan importantes elementos
para solventar, profundizar y reforzar esta alternativa de aprendizaje enseñanza
estrechamente relacionada con la realidad de nuestros pueblos.
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