UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CALLAO

FACULTAD DE INGENIERÍA MECÁNICA-ENERGIA

ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERIA DE ENERGIA

“Smart City”

PROFESOR: OCHOA ARRASCO JUAN FRANCISCO

ALUMNOS:
 FERNÁNDEZ TARAZONA, JOSE D.
 CHOQUE CASTILLO, PASCUAL D.
 SANCHEZ CABREJOS, LUIS

BELLAVISTA- CALLAO
2019
Índice

1. Introducción ............................................................................................................................... 2
2. Que es una Smart City ............................................................................................................. 4
2.1 Por qué son necesarias las Smart Cities.................................................................. 6
2.2 Áreas de influencia de las Smart Cities .................................................................... 7
2.2.1 Movilidad Smart, logística y tecnología .................................................................... 8
2.2.2 Desarrollo de recursos humanos y capital humano:
Personas (SmartPeople) .............................................................................................. 8
2.2.3 Economía Smart para la competitividad ................................................................... 9
2.2.4 Urbanismo y Vivienda sostenible ............................................................................. 10
2.2.5 Ecosistema: entorno sostenible, energías renovables y otros recursos ...... 11
3. Energía inteligente .................................................................................................................. 11
3.1 Smartgrids ...................................................................................................................... 12
3.2 Smart Buildings ............................................................................................................. 14
4. Smart City Perú ........................................................................................................................ 16
4.1 El camino de las ciudades inteligentes en el Perú .............................................. 16
4.2 Ciudad inteligente o ciudad problema ¿Qué elegimos? .................................... 19
4.3 Las municipalidades y las smart Cities en el Perú .............................................. 23
4.4 Lima ranking de Smart cities 2018, ICIM – IESE ................................................... 27
1. Introducción

El siglo XXI está llamado a ser el siglo de las ciudades. Ya en julio de 2007 la
población urbana sobrepasó a la población rural en el mundo y las previsiones
apuntan a que en 2050 prácticamente alcanzará el 70%.
Las ciudades tienen un gran impacto en el desarrollo económico y social de las
naciones. Son verdaderas plataformas donde las personas viven y trabajan, donde
las empresas desarrollan su actividad y en el marco de las cuales se prestan
numerosos servicios. Son, además, grandes centros de consumo de recursos. Se
estima que en la actualidad las ciudades son responsables del gasto del 75% de la
energía mundial y generan el 80% de los gases responsables del efecto
invernadero.

Ante este escenario que muestra un entorno urbano con una demanda creciente de
eficiencia, desarrollo sostenible, calidad de vida y sabia gestión de los recursos, las
Administraciones públicas han de plantearse una evolución en los modelos de
gestión de las ciudades. Para ello, la aplicación de las tecnologías de la información
y las comunicaciones (TIC) se hace imprescindible y se traduce en el concepto
Smart City, que adelanta, con sus servicios, la que ha dado en denominarse Internet
de las cosas y la propia Internet del futuro.

Se define Smart City como aquella ciudad que usa las TIC para hacer que, tanto su
infraestructura crítica, como sus componentes y servicios públicos ofrecidos, sean
más interactivos, eficientes y los ciudadanos puedan ser más conscientes de ellos.

Disponer de una Smart City ayuda a la gestión automática y eficiente de las

infraestructuras y servicios urbanos, lo que redunda en la reducción del gasto
público, la mejora de la calidad de los servicios prestados, la mejora de la
información a los ciudadanos y la mejora en la toma de decisiones. Además, la
propia plataforma Smart City constituye en sí una vía para la innovación,
favoreciendo la incubación de nuevos negocios e ideas.

Son muchos los tipos de iniciativas que se enmarcan dentro de un proyecto global
de Smart City. Los ejes en los que suele incidir un proyecto de Smart City tienen que

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ver con la movilidad urbana, la eficiencia energética y en general, la gestión
sostenible de los recursos, la gestión de las infraestructuras de la ciudad, el gobierno
participativo y la seguridad pública, así como con las áreas de salud, educación y
cultura. Pero el modelo objetivo de Smart City ha de ser tener una visión holística
de ciudad que permita ir desplegando servicios según prioridades sin que ello
suponga tener silos de información que comprometan el desarrollo futuro de la
Smart City y sus servicios.

Muchos de estos servicios que adelantan ya el futuro mundo digital adquieren

precisamente la masa crítica necesaria para su despliegue en el contexto de la
Smart City. Adicionalmente, poder cruzar la información procedente de ámbitos de
gestión diferentes de la ciudad en tiempo real (o casi real) es algo que solo puede
llevarse a cabo en el marco de una Smart City y eso le confiere un especial valor,
que favorece ese salto cualitativo en la manera de gestionar las ciudades que se va
a hacer necesario en los próximos años.

Crear una Smart City es una tarea muy compleja, que requiere no solo de la
intervención de numerosos agentes sino de su compromiso a largo plazo. Además,
su éxito va a depender de su proposión de valor, que tiene que demostrar su utilidad
para la ciudadanía y los negocios al mismo tiempo que tiene que ser viable y
sostenible desde el punto de vista de modelo de negocio. En este sentido, si bien la
mayoría de los servicios proporcionados en el marco de una Smart City serán de
carácter público, el modelo de gestión va a contemplar desde únicamente la
participación pública, a la colaboración público-privada porque gracias a la
plataforma Smart City se desacopla la prestación del servicio público en sí de la
manera en la que se realiza la provisión del mismo, por lo que las posibilidades de
atender las necesidades de la sociedad se incrementan. En la actualidad, hay en
desarrollo numerosos ejemplos de Smart City en el mundo. Las primeras fases de
implantación de estos proyectos están orientadas a resolver problemas reales de la
ciudad y a dotar de inteligencia a sus infraestructuras. Se trata sin duda de una
realidad en construcción. Pero de lo que no cabe duda es que la Smart City está
llamada a convertirse en una herramienta fundamental para el desarrollo de las
políticas públicas en los próximos años.

-3-
2. Que es una Smart City

Definimos Smart City como aquella ciudad que usa las tecnologías de la información
y las comunicaciones para hacer que tanto su infraestructura crítica, como sus
componentes y servicios públicos ofrecidos sean más interactivos, eficientes y los
ciudadanos puedan ser más conscientes de ellos.
En una definición más amplia una ciudad se puede considerar como “inteligente”,
cuando las inversiones en capital humano y social, y en infraestructura de
comunicación, fomentan precisamente un desarrollo económico sostenible y una
elevada calidad de vida, con una sabia gestión de los recursos naturales a través
de un gobierno participativo.
En la práctica, y a un nivel más popular, una Smart City es una ciudad comprometida
con su entorno, tanto desde el punto de vista medioambiental como en lo relativo a
los elementos culturales e históricos, con elementos arquitectónicos de vanguardia,
y donde las infraestructuras están dotadas de las soluciones tecnológicas
avanzadas para facilitar la interacción del ciudadano con los elementos urbanos,
haciendo su vida más fácil.

En un contexto tecnológico, el concepto Smart City y el de Internet de las cosas son

dos términos que van muy unidos. Ambos conceptos tienen en las comunicaciones
M2M (máquina a máquina) su fundamento y adelantan, con sus aplicaciones y usos,
la que está llamada a ser la Internet del futuro. Precisamente esa Internet del futuro
no solo consistirá en la conexión de cada vez más personas, sino en el
planteamiento de un mundo digital en el que, idealmente, todo podrá estar
conectado. Desde dispositivos, hasta objetos del mundo físico que habitualmente
no disponían de esta conectividad; es el caso de los elementos urbanos, de los
edificios, los coches, los electrodomésticos, los contadores, etc. y en general todo
aquello que haya que gestionar o controlar. Sin duda, esta nueva “realidad en red”
va a conllevar una nueva forma de gestionar una casa, cualquier infraestructura, una
empresa, una comunidad, una ciudad o incluso la economía de un país.
La Smart City se convierte en una plataforma digital que permite maximizar la
economía, la sociedad, el entorno y el bienestar de las ciudades, y facilita el cambio
hacia un comportamiento más sostenible entre todos los agentes: usuarios,
empresas y Administración. Busca además aprovechar al máximo los presupuestos

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públicos, precisamente gracias a la mejora de los procesos propios de la ciudad y
sus habitantes.
Por otro lado, permite habilitar nuevos modelos de negocio, constituyendo una
excelente plataforma para la innovación en su entorno. En este contexto, una Smart
City es un sistema complejo, un ecosistema en el que intervienen múltiples agentes,
en el que coexisten muchos procesos íntimamente ligados y que resultan difíciles
de abordar de forma individualizada.

De manera descriptiva, una Smart City es un espacio urbano con infraestructuras,

redes y plataformas inteligentes, con millones de sensores y actuadores, dentro de
los que hay que incluir también a las propias personas y a sus teléfonos móviles. Un
espacio que es capaz de escuchar y de comprender lo que está pasando en la
ciudad y ello permite tomar mejores decisiones y proporcionar la información y los
servicios adecuados a sus habitantes. Además, el uso de técnicas analíticas
avanzadas en tiempo real es lo que permite crear una especie de conciencia y
entendimiento sobre la ciudad, lo que, sin duda, mejora los servicios prestados.

Finalmente, hay que destacar que la característica smart de esta definición de

ciudad no es duradera, es decir, no está asociada a la consecución de una meta en
sí misma, sino que implica más bien el compromiso por parte de los distintos agentes
involucrados en un proceso constante de mejora.
Figura N° 1

Concepto japonés de “Modelo de Comunidad Inteligente”,

fuente: Mitsubishi Heavy Industries

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2.1 Por qué son necesarias las Smart Cities

Sin lugar a dudas las Smart Cities están llamadas a convertirse en una de las
herramientas más potentes en políticas públicas en el ámbito de las ciudades en
los próximos años. Integrar el uso de las tecnologías de la información y las
comunicaciones en la evolución de una ciudad no solo va a suponer mejoras
notables en la provisión de los servicios, sino que va a constituir en sí misma una
vía sostenible para el desarrollo económico y social en las próximas décadas de
la economía de las ciudades y, por lo tanto, de la economía de los países.

Desde la perspectiva de los responsables municipales de los servicios prestados

en la ciudad, disponer de una Smart City va a ayudar a la gestión automática y
eficiente de las infraestructuras urbanas, lo que aporta ventajas evidentes: por un
lado, la reducción del gasto y, por otro, la mejora en sí de los propios servicios
prestados. En la práctica, los beneficios van a ser mucho más amplios, e irán
desde la posibilidad de crear nuevos servicios que respondan mejor a las
necesidades específicas de cada ciudad, hasta la posibilidad de identificar los
problemas futuros a los que puede llegar a enfrentarse el espacio urbano.

Desde el punto de vista del gestor municipal como responsable de la evolución de

la ciudad, la Smart City es la plataforma ideal desde la que plantear un entorno
para la innovación y la incubación de nuevos negocios e ideas. Por lo tanto,
constituye una herramienta para favorecer el crecimiento económico y el
desarrollo social. Ofrecer una ciudad como una plataforma permite que terceros,
ya sean las empresas o los propios ciudadanos, puedan ayudar a resolver los
principales problemas de las ciudades, democratizando además el acceso a la
información y los servicios y facilitando la resolución colaborativa entre sectores
de dichos problemas. Todo ello además abunda en la máxima que debe primar en
las Administraciones relacionada con la transparencia.
Si las infraestructuras de la Smart City son planteadas desde el inicio de una
manera lo suficientemente flexible y bajo una aproximación holística que tenga en
cuenta todas las necesidades, estas podrán ser utilizadas en el futuro para

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 proporcionar servicios avanzados, que probablemente ni se imaginaban en el
momento de su despliegue. Bajo esta perspectiva también hará viable la provisión
de soluciones para colectivos más reducidos y permitirá la entrada de nuevos
proveedores de servicios que contribuyan así a rentabilizar los costes de
implantación y a garantizar la sostenibilidad y evolución de dichas infraestructuras.

Tabla 1

Fuentes de Valor de una Smart City

2.2 Áreas de influencia de las Smart Cities

Una “Smart City” es un “sistema de sistemas”, complejo y multidimensional; en el

que las condiciones culturales, económicas, sociales y geográficas de cada ciudad
son únicas; por lo que es necesaria una aproximación analítica y holística para
describir una Smart City.

Las principales áreas de actuación identificadas son las siguientes: movilidad

smart, logística y tecnología, desarrollo de los recursos humanos y el capital social:
gente smart; economía smart para la competitividad; urbanismo y sostenibilidad
de la vivienda; ecosistema, entorno sostenible, energías renovables y otros
recursos y, por último, gobierno smart.

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 A continuación, se describirán en más profundidad algunos ejemplos sobre
medidas tomadas en los ámbitos mencionados anteriormente.

2.2.1 Movilidad Smart, logística y tecnología

Análisis de los flujos de tráfico, dando prioridad al transporte de emergencias y

al transporte público.

Detección automática de las infracciones del código de circulación y los peligros

en las carreteras, información mediante señales adecuadas o información online
de los accidentes producidos en las vías de circulación a los vehículos próximos.

Desarrollo de modelos matemáticos y simulaciones para poder comparar

distintas vías de circulación y distintos escenarios de transporte y así poder
predecir posibles efectos sociales y ambientales.

Establecimiento de una serie de tarifas para el transporte privado, en función del

impacto ambiental y del uso de las infraestructuras (contaminación, ocupación
de espacios públicos, zonas por horas, etc.)

Implantación de servicios de información online para los ciudadanos: búsqueda

a través de Smartphone, dispositivos móviles, o pantallas fijas: conexiones,
tiempos estimados de llegada del transporte público, servicios para compartir
bicicletas o vehículos (car sharing), etc.

Impulso del desarrollo de medios de transporte más “sostenibles” y menos

contaminantes, como: vehículos eléctricos, medios de transporte impulsados por
hidrógeno, tranvías interurbanos, combustibles renovables, etc.

2.2.2 Desarrollo de recursos humanos y capital humano: Personas (Smart

People)

Implementar diferentes servicios para aumentar la comodidad y seguridad del

ciudadano como las consultas médicas vía telefónica (tele-médicos), la
integración de las alarmas de extinción de incendios en la domótica de los
edificios, prevención de inundaciones y sistemas antirrobo.

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 Asistencia a la movilidad y prevención del aislamiento social en los mayores.
Creación en la red de grupos de debate, grupos de colaboración (networking) y
puntos de encuentro (p. ej.: LinkedIn) para emprendedores. Desarrollo de
“incubadoras” para comenzar colaboraciones con universidades, inversores de
capital riesgo, fondos de inversión, etc.
Sistemas de aprendizaje online, formación permanente por ordenador, foros de
apoyo y colaboración con expertos, información sobre oportunidades laborales
y encuentros que favorezcan la recapacitación.
Utilización de las nuevas tecnologías de información y comunicación para
desarrollar museos virtuales, realidad aumentada, arte digital, co-creación y
otras actividades de ocio, así como traducciones asistidas en tiempo real y
mediación cultural.

2.2.3 Economía Smart para la competitividad

Asociación temporal online de empresas y clientes para la obtención de

soluciones creativas.

Creación de oficinas modulares descentralizadas (oficinas satélite virtuales) con

acceso a internet, equipadas para llevar a cabo tele-trabajo y capaces de
proveer servicios auxiliares a los usuarios de las mismas.

Desarrollo de “incubadoras”, como elemento generador de ideas y punto de

encuentro de universidades y centros de investigación, organismo público,
expertos y empresas.

El fomento del co-working (co-trabajo) permitiendo que varios profesionales

independientes de sectores distintos, compartan una misma oficina o un mismo
espacio de trabajo donde se fomenta la colaboración, el trabajo en un espacio
comunitario y multidisciplinario, y el networking.

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2.2.4 Urbanismo y Vivienda sostenible

Planificación de un desarrollo urbano sostenible, análisis de necesidades y

riesgos identificados (inundaciones, terremotos, etc.) para gestionar
correctamente la densificación de población y alcanzar un resultado sostenible
desde el punto de vista social, ambiental y generacional.

Considerar una serie de factores de habitabilidad en edificios como: verificación

acústica, certificación de sostenibilidad (LEED, BREEM, ITHACA, etc.),
seguridad, etc.
Sensores inteligentes inalámbricos de contaminación, ruido y otros datos
medioambientales.

Soluciones integradas para la gestión a distancia de la calefacción y la

refrigeración, utilización de co/tri generación.
La gestión de las aguas subterráneas, el cobro por volumen y clasificación de la
recogida de desperdicios, empleo de incentivos para aumentar la reutilización y
el reciclaje de residuos.

Un correcto uso y clasificación del suelo (y de su edificabilidad). Estas medidas

podrán influir sobre las condiciones del microclima urbano en:

 La orientación sur de la fachada principal de los edificios logra reducir las

necesidades energéticas tanto en invierno como en verano.

 El trazado de las calles y la ubicación de los edificios deben mantener los

flujos naturales de viento.

 Hay que considerar los árboles y plantas como elementos relevantes que
influyen en las condiciones climáticas urbanas

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2.2.5 Ecosistema: entorno sostenible, energías renovables y otros
recursos

 Optimización de las Smartgrids: incorporando a la red de sistemas de

generación “limpios” y distribuidos, mejorando la gestión de los picos de
carga y, por tanto, el servicio ofrecido al usuario final (más fiable y
económico).
 Desarrollo del modelo “District heating” y otros sistemas de calefacción
eficientes: encendido y apagado programable de la calefacción, co-
generación, nuevos modelos de bombas de calor.
 Alumbrado eficiente (en particular el alumbrado de las calles y la
iluminación de interior). Fomento de la tecnología LED y su desarrollo.
 Empleo de generación distribuida renovable: energía solar térmica,
sistemas de calefacción geotérmica, sistemas fotovoltaicos, mini-eólica,
etc.
 Incorporación progresiva de sistemas de gestión activa de la demanda,
utilización de domótica en las viviendas, uso de electrodomésticos
ecológicos.
 Empleo de medidas de riego eficiente (goteo). Incorporación de sistemas
de reutilización del agua usada (y agua de lluvia) uso de agua no potable
para riego.

3. Energía inteligente

En este apartado queremos analizar algunos de los aspectos tecnológicos más

representativos de las Smartcities:

 Redes inteligentes
 Edificios inteligentes

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3.1 Smartgrids

La utilización de Smartgrids es una pieza clave, aunque no única, para el correcto

uso e interconexión de los recursos energéticos y la movilidad urbana sostenible.
Se trata de una red que integra de manera inteligente las acciones de los usuarios
que se encuentran conectados a ella – generadores, consumidores y aquellos que
son ambas cosas a la vez-, con el fin de conseguir un suministro eléctrico eficiente,
seguro y sostenible.

La Agencia Internacional de la Energía (IEA) ha representado el proceso de

evolución temporal hacia las redes inteligentes según la gráfica que se muestra a
continuación:

Figura N°2

Proceso de evolución temporal hacia las redes inteligentes

Fuente: International Energy Agency

Entre las funciones de las Smart Grid se encuentran:

 Robustecer y automatizar la red, mejorando la operación de la red, los

índices de calidad y las pérdidas en la misma.

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  Optimizar la conexión de las zonas con fuentes de energía renovable,
optimizando las capacidades de conexión y minimizando el coste de
conexión de las mismas.
 Desarrollar arquitecturas de generación descentralizadas, permitiendo el
funcionamiento de instalaciones de menor tamaño (generación distribuida)
en armonía con el sistema
 Mejorar la integración de la generación intermitente y de nuevas tecnologías
de almacenamiento
 Avanzar en el desarrollo del mercado de la electricidad, posibilitando nuevas
funcionalidades y servicios a los comercializadores y a millones de
consumidores en el mercado
 Gestión activa de la demanda, permitiendo que los consumidores gestionen
de manera más eficiente sus consumos y mejorando la eficiencia energética
 Posibilitar la penetración del vehículo eléctrico, acomodando estas nuevas
cargas móviles y dispersas a la red, minimizando el desarrollo de nueva
infraestructura y habilitando las funcionalidades de almacenamiento de
energía que poseen.

Las Smartgrids son la columna vertebral que permite que otras tecnologías
pertenecientes a sectores como la energía y la movilidad sostenible se integren
correctamente en el concepto “Smart City”. Algunos ejemplos son:

 Tecnologías renovables de generación distribuida (solar fotovoltaica y

térmica, mini eólica, geotérmica)

 Almacenamiento de energía (baterías eléctricas, hidrógeno)

 Vehículos eléctricos e infraestructura de recarga

 Centrales eléctricas virtuales (VPP)

 Contadores inteligentes (consumo de electricidad, gas y agua)

 Elementos de eficiencia energética que permitan la gestión de la demanda y
la reducción del consumo

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 Se considera que las diferentes tecnologías mencionadas se irán incorporando a las
Smartcities, y por tanto a las Smartgrids, en una serie de etapas o niveles funciones
mostrados a continuación:

Figura N° 4

Niveles Funcionales
Fuente: Energía y Sociedad

3.2 Smart Buildings

Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) juegan un papel muy

importante en el aumento de la eficiencia energética; es decir, en la reducción de
las emisiones y en contribuir al crecimiento sostenible.
Las TIC no sólo mejoran la eficiencia energética y ayudarán a combatir el cambio
climático, sino que promueven la competitividad de la industria y crean nuevas
oportunidades de negocio.

Por otra parte, los edificios son la mayor fuente de emisiones de CO2 y su consumo
total de energía ha ido aumentando en los últimos años. La mayor parte del consumo
de energía se debe a la calefacción y el agua, aunque la proporción de consumo de

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la iluminación y los aparatos está creciendo con el tiempo (esta situación es similar
en el sector servicios, aunque la proporción de la iluminación y el consumo de
aparatos es mayor que en los hogares debido a la una mayor utilización de equipos
de TIC).

Los edificios pueden ser considerados como sistemas de energía intensiva a través
de su ciclo de vida, siendo las cifras especialmente importantes los relacionados
con la fase de construcción; ya que representan el 85% del consumo total.

El futuro y el desarrollo de los edificios inteligentes se basa en los siguientes pilares:

 Objetos “inteligentes”, con chips electrónicos incorporados capaces de

recibir y transmitir información (p. ej. sensores).
 Dispositivos por control remoto.
 Comunicaciones que favorezcan la transmisión de información entre
dispositivos y equipos
 Interfaces interactivas y accesibles a los usuarios que permitan que la red
utilizada en los hogares sea lo más fácil de utilizar (user-friendly).
 Sistemas inteligentes de gestión de edificios (BMS)
 Sistemas inteligentes de control energético de edificios
 Eficiencia económica e impacto en el ahorro de energía

Hay diversas iniciativas que se están llevando a cabo en todo el mundo en el campo
de edificios de consumo energético eficiente.

Es importante destacar la existencia de LEED (Leadership in Energy &

Environmental Design).

Se trata de un sistema de certificación de edificios sostenibles, desarrollado por el

Consejo de la Construcción Verde de Estados Unidos (US Green Building Council)
fundado en marzo de 2000.

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4. Smart City Perú

4.1 El camino de las ciudades inteligentes en el Perú

Nuestras ciudades albergarán a la mayor parte de la población nacional, asegurar

un mínimo de calidad de vida para todos no será posible sin un plan.

El modelo actual de gestión de ciudades es totalmente obsoleto. El uso de datos y

tecnologías hace más eficientes y cómodos nuestros hogares y empresas; pero en
estructuras tan complejas como una ciudad, eso no bastará, se requiere
principalmente de personas capaces y comprometidas para llevar a cabo esa
transformación.

Son una prioridad

¿Acaso los sistemas urbanos no afectan cada aspecto de nuestra vida diaria?
El bus que pasa lleno (si pasa), que no hubo lugar para estacionar, la cola para
hacer un trámite, el temor a sufrir un robo, eso y una larga lista de problemas que
simplemente – ya no existen – en otras ciudades, tienen un impacto negativo
considerable a nivel familiar, social y económico.
Tenemos a nuestro alcance las soluciones, entonces pongámonos a trabajar en ello.

La ciudad como plataforma

La transformación digital, más que una tendencia, es el requisito ineludible para toda
empresa que desee sobrevivir. Lo mismo representa para las ciudades, que por su
alcance masivo debe asumirse con un compromiso total.

¿Qué es una plataforma? Un soporte físico para colocar y desarrollar algo, por
ejemplo, un proyecto de vida, un negocio, una carrera, … Pues eso es una ciudad.

El éxito de las personas, empresas y de cualquier actividad depende de las

cualidades de la ciudad donde se encuentran. Y necesariamente debe ser diseñada
para ello.

-16-
 No existe un modelo único y perfecto de smart Cities, ya que el concepto se formula
en base a una serie de variables, como su identidad, necesidades propias y perfil
de sus actores.

El ciudadano como centro

Más allá de un simple usuario o cliente, el ciudadano tiene ahora un rol activo en la
generación de los servicios que recibe a través de feedbacks cualitativos y difusión,
como ya lo viene haciendo en las plataformas de economía colaborativa.
Hoy, la alta penetración de teléfonos móviles hace posible una participación
ciudadana a gran escala. A nivel nacional, el 90.5% de los hogares del país cuentan
con al menos un miembro usando un celular (1).

El concepto de ciudad inteligente es totalmente factible teniendo como referencia a

ciudades que están teniendo éxito en todo el mundo, por lo tanto, estamos
enfocándonos en soluciones 100% pragmáticas y efectivas.

Figura N° 5

Strate, Ecole de Design

(1) Diario Gestion,2017

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 Los sistemas en una smart city desplegados correctamente (redes de sensores,
Internet de las Cosas, inteligencia artificial y otros) funcionan de manera invisible
para facilitar nuestro día a día, movilizándonos, aprendiendo, creando, cumpliendo
nuestras metas.

Lima y nuestras principales ciudades tienen una serie de retos urgentes, entre ellos
tenemos:

1. Albergar altas densidades de población

En 2050 se calcula que 7 de 10 habitantes del mundo vivirán en centros urbanos.

En el Perú, actualmente ya es el caso: 77% de la población es urbana. (2)
Cada distrito y cada barrio usa recursos de diferentes maneras a lo largo del día.
Eso requiere recoger datos y tratarlos adecuadamente, no solo para evitar el
colapso de las infraestructuras sino para para responder de manera oportuna a
picos de actividad. Necesitamos sistemas flexibles y escalables.

2. Mayor tráfico, mayor contaminación

El aumento de la actividad en las ciudades provoca la congestión de las vías

urbanas. Esto tiene efectos críticos en aspectos vitales como la salud y la economía.

Limeños pierden el 25% de sus ingresos por el tránsito vehicular. (3)

Hace seis años, se calculó que el costo anual del tráfico era de mil millones de
dólares, solo en la ciudad de Lima. Estimaciones más recientes arrojan cifras de por
lo menos 8 mil millones de dólares, es decir, el 4% del PBI. (4)

Según la OMS, Lima es la segunda ciudad con el aire más contaminado en

Latinoamérica. La fuente principal de contaminación es el parque automotor. (5)

(2) CPI, 2017

(3) La República, 2017
(4) El Comercio, 2017
(5) Servindi.org, 2017

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 3. Crecimiento desordenado = inseguridad ciudadana

Los índices de delincuencia se disparan en centros urbanos carentes de servicios

básicos y de espacios públicos bien concebidos. La frustración resultante de estar
carencias se suele transformar en violencia.

La seguridad ciudadana es una condición determinante para el desarrollo social y

económico de una población.

44.5% de ciudadanos considera a la delincuencia como el segundo problema más

importante en el Perú. (5)

Es el mejor momento

Si las soluciones existen y han dado resultado en diferentes ciudades, ¿qué nos
impide implantarlas?
Resolver los problemas de nuestras ciudades bien merece una alianza entre todos
sus actores. Asegurar su correcta puesta en marcha y continuidad requieren de un
marco institucional que perdure a través de diferentes gobiernos, por ejemplo, un
Plan Nacional de Ciudades Inteligentes.

4.2 Ciudad inteligente o ciudad problema ¿Qué elegimos?

La ONU ya nos lanzó la alerta: Si no hacemos nada, se viene un alza en las

temperaturas y problemas a gran escala. Un aumento de solo 2ºC tendría efectos
catastróficos, basta con ver lo que ya sucede la ciudad de México en cuanto a salud,
agua, precariedad y desastres.

En el Perú, los fenómenos provocados por el calentamiento climático afectarán en

primer lugar a las ciudades en la costa, donde se encuentra la mayor parte de la
población.

-19-
Es por eso que quienes vivimos en ciudades tenemos muchísimo que ver:

 Somos los principales responsables: Las ciudades ocupan solo 3% del

territorio mundial, pero consumen 60-80% de la energía y emiten 75% de
CO2
 Seremos más los más afectados: En el mundo, 1 de cada 2 seres
humanos vivimos en zonas urbanas, cerca de ríos o al mar. Para el 203o
seremos 2 de 3. Ojo: Hoy, en el Perú ya hemos sobrepasado esa proporción.
 Atrapados en el tráfico. A mayor población, mayor actividad, mayor
congestión vehicular, más contaminación.
 ¿Y de dónde sacamos lo necesario? La rápida expansión urbana está
acelerando el agotamiento de recursos no renovables. Aun consiguiéndolos
las infraestructuras de distribución son insuficientes.

Más allá de las zonas urbanas, el Perú tiene el privilegio de albergar 84 de las 114
zonas de vida identificadas en el planeta. Dado el centralismo peruano, lo que
suceda o se decida en Lima tiene un efecto en ellas.

Ahora vamos a la buena noticia:

Las ciudades también son el principal generador de soluciones.

Las metrópolis concentran 80% del PIB mundial, la mayor parte de la población
activa y sobre todo de jóvenes. Todo lo necesario para convertir una crisis inminente
en una oportunidad.

Ya, ¿y qué hacemos?

Para facilitarnos la tarea, la ONU nos da los pasos a seguir. En septiembre de 2015,
aprobó en Asamblea General, es decir, con el Perú como firmante, La Agenda 2030
para el Desarrollo Sostenible. Se trata de un texto que aterriza el concepto ponerlo
más al alcance de la gente. Mejor que quedarnos en los discursos, una agenda nos
da una lista de acciones, una fecha límite y nos pone en acción.

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¿Por qué 2030? Porque en ese año el proceso de calentamiento global será casi
irreversible. Además, 15 años es un plazo razonable.

Figura N° 6

Fuente: ONU

El documento contiene 17 grandes objetivos y 169 metas, que se resumen en:

 Resiliencia urbana: Hacer nuestras ciudades más resistentes a los

fenómenos naturales.
 Educación de calidad: Para formar niños y niñas ciudadanos del mundo, y
profesionales capaces de aportar soluciones.
 La erradicación de la pobreza. Crecimiento económico con mayor
inclusión.
 Proteger, restablecer y promover ecosistemas naturales.
 Garantizar el acceso a energías asequibles, fiables y no contaminantes.
 Sociedades pacíficas. Con acceso a la justicia, seguridad ciudadana y sin
corrupción

-21-
Puede parecer muy utópico, pero si no nos ponemos metas, no avanzaremos.
Y ya que estamos, si el Perú desea ingresar a la OCDE, estas metas coinciden con
sus indicadores de desempeño

Aquí entran las smart Cities

La alta densidad demográfica en las ciudades tiene una ventaja: al ser muchos en
un mismo lugar se puede optimizar la gestión de recursos, y con ayuda de sistemas
inteligentes el rendimiento será mucho mejor.

Los sistemas «smart» ya están en condiciones de resolver los problemas críticos de

la ciudad: transporte urbano, reducir el tráfico, propiciar la participación ciudadana
para la identificación de fallos, mejorar las acciones de defensa civil, generar
energías limpias, etc. Las propuestas ya se hacen visibles, especialmente
prevenientes de universidades, como los semáforos inteligentes del CTIC de la UNI.

Poner las ciudades en red

La modelo de cooperación en red es de lo más eficaz que existe. Para eso nació,
C40 Cities Climate Leadership Group, la red de ciudades, Lima es una de ellas,
comprometidas en contrarrestar el cambio climático. Lo que hacen es intercambiar
experiencias y conocimientos que se traducen en acciones concretas, de esta
manera se consigue generar valor comprobado en menos tiempo.

El concepto de smart Cities es la mejor respuesta a los retos ambientales en

nuestras ciudades, ya que compromete a cada uno de los actores, desde las
autoridades hasta el vecino del barrio, pasando por las empresas y universidades.
Todo ello con el magnífico apoyo de las nuevas tecnologías.

-22-
4.3 Las municipalidades y las smart Cities en el Perú

Los municipios son los más importantes motores de cambio en el país,

empoderados con tecnología, datos y participación ciudadana.

Entendamos a las smart cities como un modelo de gestión, que aplicado

correctamente resulta altamente beneficioso para el municipio y toda la ciudad.
¿Rentable? Sí, lo es.

El rol del gobierno local es el de maestro de orquesta, una orquesta compuesta por
agentes públicos, privados, científicos y la propia población, que ejecutan una
partitura usando instrumentos, en este caso la tecnología.

Nadie mejor que las autoridades para asumir el liderazgo frente a los problemas de
la ciudad. Mientras el gobierno central se ocupa de los aspectos macro, el alcalde y
su equipo están mejor posicionados frente a sus necesidades inmediatas.

Las herramientas digitales serán útiles a condición de utilizarlas siguiendo una

estrategia centrada en el ciudadano y la sostenibilidad. Hablamos de sostenibilidad
en el sentido amplio de la palabra: sostenibilidad financiera, medioambiental, social
y por supuesto funcional, ya que las estrategias urbanas no son estáticas y deberán
evolucionar en el tiempo.

Cualquier inversión pensada en sistemas será todo menos inteligente si el beneficio

no es valorado por la población.
Ante la oferta creciente de «sistemas smart», es muy tentador para las autoridades
perderse en vanidades técnicas (efecto wow del producto).

Sin ser este un listado exhaustivo ni mucho menos profundo, resaltaremos la

necesidad de una metodología completa que acompañe la implementación de una
ciudad inteligente, donde la reflexión y el diagnóstico de los problemas son
condicionantes para su éxito.

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La brecha tecnológica sí es un problema para la ciudad

El mayor capital de una ciudad es su juventud. Si queremos que permanezcan en

el territorio, debemos asegurar el acceso masivo a Internet, y de manera gratuita en
espacios públicos para que la condición económica no sea una barrera para
conectarse.

Jóvenes con una educación conectada a Internet tendrán más posibilidades de

desarrollarse en su localidad; tomando en cuenta que la migración hacia las
metrópolis se debe principalmente a la escasez de recursos educativos y
oportunidades de empleo.

A su vez, en las grandes ciudades del Perú, la brecha digital influye indirectamente
en la fuga de talentos hacia otros países.

Una ciudad inteligente es aquella que desarrolla, atrae y retiene talentos.

Las zonas no metropolitanas representan más del 97% del territorio del Perú y
estamos convencidos que la introducción de tecnología en ellas dinamizará la
actividad económica, trayendo consigo la creación de empleo gracias a la
generación de valor agregado sobre productos oriundos y el acceso al mercado
global.

Antiguamente la prosperidad de un pueblo dependía de las vías y su cercanía a

mercados, hoy esto se transpone a la dimensión digital.

A todas luces, la brecha digital es mucho más que un problema tecnológico,

representa una barrera para el progreso social y económico del país.

Una smart city hace más con menos

Mejorar los servicios públicos con recursos limitados pasa necesariamente por una
metodología. Existen numerosos casos de éxito que lo demuestran en el todo el
mundo.

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Solo se puede esperar resultados cuando una smart city es implementada en base
a una cadena de procesos:

 Identificación de problemas
 Diagnóstico situacional
 Definición de una visión de ciudad a mediano-largo plazo
 Definición de objetivos y de criterios de valoración
 Planificación
 Selección e incorporación de las tecnologías adecuadas
 La capacitación de sus operadores (muy importante)
 La medición de rendimiento (métricas)

Las smart cities también mutualizan servicios con otros municipios, lo cual reduce
costos y emisiones de carbono, como lo exige la agenda de ciudades sostenibles
de la ONU.
Figura N° 7

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La importancia de una estrategia urbana

La redacción de un Plan Estratégico de Desarrollo Urbano es muy valiosa para

renovar la cohesión al interior de la entidad de gobierno y vuelve a centrar la
atención en las necesidades prioritarias, tanto del ciudadano como de la
organización municipal. Al final del proceso de diagnóstico, la ciudad reconocerá
precisamente sus retos, y solo entonces se podrá pensar en las soluciones
tecnológicas o no más pertinentes para cada uno de ellos.

Recordemos que las tecnologías y sus prestatarios deberán seguir los lineamientos
marcados por dicha estrategia y no al revés.

La cohesión será vital, pues los problemas de la ciudad no podrán en ningún caso
ser resueltos por una sola gerencia, sino que se tendrán que abordar de manera
transversal. Igualmente, las municipalidades son interdependientes en muchos
aspectos. Conviene entonces plantearse la interconexión de sistemas con otras
comunas.

Pero, ¿quién se ocupa de gestionar la implementación tecnológica y su ejecución

dentro de la administración municipal?
Será necesario crear un órgano interno totalmente dedicado a ello con profesionales
competentes en el manejo de datos e integración de soluciones. Se le podría llamar
Dirección de Datos y Tecnologías.

Las oportunidades de los destinos inteligentes

Las infraestructuras smart city desplegadas para los habitantes mejoran también la
experiencia del visitante, aumentando así el retorno de la inversión.

Hoy en día, el turista más rentable es el turista conectado. Siendo el Perú una
potencia turística, cada distrito y provincia tiene una oportunidad de ofrecer una
mayor interacción con el visitante antes, durante y después de su viaje gracias a la
tecnología.

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 La tecnología aplicada al turismo beneficia también al residente ya que el concepto
de destino inteligente defiende la calidad del turismo para todos

4.4 Lima ranking de Smart cities 2018, ICIM – IESE

Si queremos mejorar algo empecemos por medir y comparar. Nuestro camino hacia
mejores ciudades cuenta con el Índice IESE Cities in Motion (ICIM), que se ha
convertido en una referencia mundial, pues analiza el nivel de desarrollo de 165
ciudades de 80 países en nueve factores clave estrechamente relacionados con
nuestra calidad de vida.

Que nos sirva para debatir propuestas y por fin ponerlas la agenda de desarrollo
urbano de Lima y de todo el Perú.

Las 9 dimensiones de una smart city

El estudio, desarrollado por la plataforma de investigación de IESE Business School

de La Universidad de Navarra, se presenta como una herramienta de benchmark
para la formulación de sus estrategias de ciudad inteligente.

Para ello propone como elementos de estudio las siguientes 9 dimensiones:

 Economía
 Capital humano
 Cohesión social
 Medio ambiente
 Gobernanza
 Planificación urbana
 Proyección internacional
 Tecnología
 Movilidad y transporte.

Este año, en su quinta edición el análisis ha incluido nuevos indicadores y datos,

como como el número de atentados terroristas o el grado de cumplimiento de la ISO

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37120 (conocida como la norma de las ciudades inteligentes), así como las
proyecciones del PIB per cápita y del aumento de las temperaturas.

La búsqueda del equilibrio

Los investigadores señalan que la clave del éxito está en el equilibrio de las 9
dimensiones mencionadas, lo cual requiere constancia y una visión holística, pues
hay que trabajarlas todas en paralelo y de manera interdependiente.

Así, en los últimos dos años hubo casos de repuntes destacados como el de Milán
que subió trece posiciones gracias a sus esfuerzos en cuidado del medio ambiente
y proyección internacional, mientras que Oslo sufrió una caída de once posiciones
debido a peores resultados en economía y movilidad y transporte.

En ese sentido, se confirma que ciudades del interior suelen tener mejores
condiciones que las capitales en varios aspectos.

Y Lima, ¿cómo quedó?

Los cuadros presentan las posiciones de las 165 ciudades analizadas en cada una
de las 9 variables: Verde = bueno / Rojo = malo.

Como referencia aquí mostramos el top 10.

Figura N° 8

Top 10. Índice IESE Cities in Motion 2018

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Respecto al año pasado, 2017, Lima ocupa descendió del puesto 116 al 131. Esto
se debe principalmente al buen desempeño y la inclusión de nuevas ciudades, sin
dejar de lado por cierto la carencia de un plan integral para Lima.

Si vemos el detalle de la posición de Lima tenemos que las más altas que
alcanzamos (sin ser nada satisfactorias) corresponden a los niveles de gobernanza
(81/165) y proyección internacional (81/165).

Figura N° 9

En las peores posiciones se encuentran movilidad y transporte, planificación urbana,

tecnología y cohesión social. Mientras que capital humano, economía y medio
ambiente no dejan de ser preocupantes.

De las 9 variables, notamos que algunas requieren de cierta explicación, como

capital humano, cohesión social y gobernanza.

La cohesión social hace referencia al nivel de convivencia e interacción entre los

conjuntos de personas. Coge como valores: la mortalidad, la criminalidad, el
desempleo, la sanidad, la desigualdad, el índice de felicidad y otros más.

El capital humano se refiere a la capacidad de la ciudad de atraer y retener el talento,

de crear planes para mejorar la educación, y de impulsar tanto la creatividad como
la investigación. Toma en cuenta indicadores como: proporción de población con
educación secundaria y superior, número de escuelas de negocios (en el top 100),
movimiento internacional de estudiantes de nivel superior, así como la oferta y gasto
en ocio y cultura per cápita, entre otros.

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En el estudio se entiende a la gobernanza como la capacidad de intervención del
Estado en las necesidades de la ciudad y está fuertemente influenciada por las
finanzas públicas. En el caso de Lima, el centralismo favorece en mucho esta
capacidad.
Los indicadores recogidos son: reservas en millones de dólares, número de
embajadas en la ciudad, índice de percepción de la corrupción, plataforma de datos
abiertos, índice de desarrollo del gobierno electrónico (EGDI), número de edificios y
puestos gubernamentales en la ciudad, entre otros.

Ahora lo comparamos con los países de Latinoamérica mejor colocados:

Figura N° 10

Como hemos podido ver, el análisis realizado y la definición de sus indicadores nos
ofrecen una valiosa oportunidad de enfocar las políticas y esfuerzos privados en
esos 9 ámbitos clave. Las métricas estandarizadas nos muestran que todas las
ciudades tenemos los mismos retos y que no basta con atacarlos por separado sino
de manera conjunta.

Idealmente, deberíamos aspirar también a colocar más ciudades peruanas en este

ranking.

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