Demencia Senil

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DEMENCIA SENIL

La demencia senil es una alteración cerebral de carácter irreversible. Normalmente aparece en


la tercera edad con una serie de síntomas que provocan la disminución de la capacidad
intelectual del paciente. Esta disminución de la capacidad intelectual llega a afectar
gravemente al desempeño de las actividades básicas del día a día. Es un estado al que puede
llegarse por motivos biológicos como el envejecimiento o por motivos patológicos como
enfermedades, lesiones o trastornos vasculares. Provoca una pérdida progresiva de las
funciones psíquicas y funcionales.

Se considera que una persona padece de demencia senil cuando el deterioro intelectual afecta
a varias actividades o funciones básicas como la pérdida del lenguaje, total o parcial, pérdida
de la memoria, del razonamiento o de la percepción de la realidad del paciente. En muchos
pacientes se llega a perder el control de las emociones, se producen importantes cambios de
personalidad y de comportamiento y pierden completamente las habilidades básicas para
resolver cualquier problema o inconveniente casero.

La noción de demencia senil hace referencia al trastorno de la mente que aparece en la


ancianidad. Se trata de un síndrome orgánico que se caracteriza por el deterioro de
la memoria, trastornos del juicio y del pensamiento abstracto y alteraciones de la
personalidad.

La noción de demencia senil hace referencia al trastorno de la mente que aparece en la


ancianidad. Se trata de un síndrome orgánico que se caracteriza por el deterioro de la
memoria, trastornos del juicio y del pensamiento abstracto y alteraciones de la personalidad.

Cuando la demencia senil alcanza un grado avanzado, la persona no puede interactuar con
normalidad ni llevar a cabo actividades de manera autónoma. Por eso quienes sufren el
trastorno deben recibir atención permanente. Sin embargo, uno de los primeros consejos que
los médicos dan a los familiares de pacientes con demencia senil es que les permitan hacer
tantas cosas por sí mismos como sea posible.

Otras recomendaciones muy comunes son: establecer rutinas y horarios, para evitar que la
persona se desoriente en su vida diaria; mantener las cosas que suele usar siempre en los
mismos sitios; poner relojes y calendarios bien a la vista; evitar el acceso a sustancias
peligrosas y objetos cortantes.

Aunque existen muchos trastornos y síndromes asociados o similares, lo que dificulta una
definición precisa, los especialistas concuerdan en que la demencia senil se inicia después de
los 65 años de edad.

Entre los primeros indicios de su aparición se encuentran a ansiedad, las ideas paranoides, el
aislamiento social, el estrés, los rasgos obsesivos, la confusión de fechas y ubicaciones, los
olvidos constantes, los cambios extremos de humor y las alteraciones en la personalidad, la
dificultad para recordar términos de uso cotidiano y la pérdida de confianza en las personas
más cercanas.
Para proceder a diagnosticar la demencia senil la medicina se basa en una serie de métodos
que comienzan por el descarte de otros trastornos cuyos síntomas sean la pérdida temporal de
memoria y la confusión. Seguidamente, es necesario observar el historial clínico del paciente
para buscar casos de demencia senil en sus antepasados y familiares más cercanos. La
confirmación del diagnóstico se puede obtener mediante tomografías del cerebro y un examen
neurológico, pasos esenciales para advertir cambios a nivel físico.

1.¿Qué es la demencia senil?

La demencia senil es un término que concentra la disminución del funcionamiento


intelectual que interfiere en las funciones cotidianas y que afecta, de forma completa o
parcial, a dos o más capacidades del paciente, como la memoria, el lenguaje, la percepción, el
juicio o el razonamiento.

La demencia, a veces, esta denominada incorrectamente como “senilidad” o “demencia senil”,


al conectarla de forma inherente al envejecimiento del paciente.

Según Sagrario Manzano, doctora y coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y


Demencias de la Sociedad Española de Neurología, “emplear el término demencia senil es
erróneo, puesto que esta enfermedad puede afectar a personas de cualquier edad”.

La enfermedad de Alzheimer representa entre el 60 y el 80 por ciento de los casos de


demencia.

Esta enfermedad siempre se presenta en una edad avanzada. Está motivada, entre otras cosas,
por un deficiente riego o nutrición sanguínea en el cerebro que motiva el endurecimiento de
las venas y arterias cerebrales.

Los especialistas médicos diagnostican demencia senil cuando el paciente ha sufrido la pérdida
de al menos dos habilidades básicas que suelen ser algunas de las siguientes: pérdida de
memoria, pérdida del lenguaje, alteración grave del comportamiento y pérdida del juicio o de
la capacidad de razonar o entender situaciones diarias.

En el tratamiento de la demencia senil, la ayuda y el cariño de la familia es fundamental.

Hay diferentes formas de clasificar la demencia senil, que se analizarán en este artículo más
adelante. El grupo de funciones afectadas pueden clasificarse en corticales (razonamiento,
memoria, lenguaje y relaciones sociales) subcorticales (emociones) y progresivas ( movilidad y
habilidades cognitivas).

Muchos especialistas consideran que la demencia senil no es una enfermedad concreta sino
un grupo de síntomas provocados por los cambios en el cerebro. La demencia afecta
principalmente a ancianos a partir de los 65 años y se acentúa a partir de los 85 años.
2.Causas de la demencia senil

Existen diversos tipos de demencia senil pero todos parecen tener su origen en la muerte o
pérdida de las células nerviosas y de la comunicación entre ellas. No obstante, son varias
las causas de la demencia senil que se pueden enumerar.

Como regla general la demencia se presenta a edades avanzadas. Es muy poco frecuente en
pacientes que no hayan alcanzado los sesenta años. Lógicamente el riesgo de padecer esta
enfermedad aumenta con la edad.

Es una enfermedad degenerativa e irreversible ya que los daños o lesiones que produce en el
cerebro son irreversibles. La manifestación más frecuente o la clase de demencia más conocida
es el Alzheimer. Otra bastante común es la demencia vascular que tiene su origen en la
presencia de múltiples lesiones o accidentes cerebro vasculares muy pequeños.

Existen causas de la demencia senil muy diversas que pueden provocar o llevar a la demencia:

o La enfermedad de Alzheimer

o Daños o lesiones cerebrales importantes

o Esclerosis múltiple

o Enfermedades infecciosas como el VIH/SIDA o la sífilis

o La encefalitis bacteriana

o La enfermedad de Huntington

o La enfermedad de Lyme

o Parkinson

o La enfermedad de Pick

o Tumores cerebrales

o Síndrome de Down

o Parálisis supranuclear progresiva

Existen algunas causas de la demencia senil que pueden llegar a corregirse o al menos
contrarrestarse si se detectan por el especialista médico:

o Lesión cerebral media o moderada

o Tumores del cerebro

o Exposición continuada al plomo o al mercurio

o Consumo excesivo de alcohol


o Cambio de los niveles de azúcar, calcio y sodio en la sangre que pueden provocar
demencias de tipo metabólico

o Uso de ciertos medicamentos para bajar el nivel de colesterol o para tratar distintas
patologías

o La causa más frecuente de la demencia es la aparición de la enfermedad de Alzheimer


que está presente en la mayoría de los casos de demencia. Esta enfermedad consiste
en un trastorno genético que poco a poco va destruyendo las neuronas hasta acabar
con el funcionamiento del cerebro.

o En casos muy concretos la causa de la demencia puede ser la falta de niveles


adecuados de niacina y tiamina (vitaminas del grupo B) y cuando se consiguen
recuperar los niveles normales se reducen o desaparecen los síntomas de la
demencia.

3.Síntomas de la demencia senil

Los síntomas de la demencia abarcan muchos aspectos de las funciones mentales del paciente.
En términos generales, se puede ver afectado el comportamiento emocional o de la
personalidad, el lenguaje, la memoria, la percepción y el pensamiento o juicio.

Previamente a presentarse la enfermedad, la persona sufre un deterioro cognitivo leve(DCL)


que incluye la dificultad para realizar varias tareas a la vez, para resolver problemas o para
tomar decisiones.

Además, dificulta el recuerdo de hechos o conversaciones recientes y la agilidad mental se ve


disminuida.

Existen numerosos síntomas de la demencia senil que alertan de la aparición de esta


enfermedad aunque no siempre son muy claras en la fase inicial. Estas señales se producen en
las actividades cerebrales que afectan al comportamiento habitual, a la memoria, la expresión
oral y a la capacidad de razonar sobre hechos cotidianos. El primer síntoma son los pequeños
olvidos en la vida cotidiana, olvidos de cosas que acaban de suceder y que no afectan, en esa
primera fase, al normal desarrollo de la vida del enfermo.

La demencia senil es una enfermedad degenerativa e irreversible.

Se produce lo que se llama el Deterioro Cognitivo Leve (DCL), que es muy normal en la vejez y
que no siempre derivan o acaban en demencia. Son pequeños olvidos, pequeños problemas al
razonar o pensar que no afectan apenas al ritmo de vida diario.

No todas las personas que padecen DCL llegan a padecer demencia senil pero en otros muchos
casos empeora progresivamente a medida que pasa el tiempo hasta llegar a invalidar al
enfermo, momento en el que los familiares deberán plantearse cómo cuidarlo y atenderlo
adecuadamente. Si el deterioro cognitivo leve avanza un poco empiezan a aparecer una serie
de síntomas que producidos repetidamente en la misma persona en periodos breves de
tiempo alertan del avance de esta enfermedad.

¿Cuáles son los primeros síntomas de la demencia senil?

Los primeros síntomas de la demencia senil son, normalmente, los siguientes:

o Pérdida de memoria: Comienzan a olvidarse fechas, citas, o tareas relacionadas con


acontecimientos recientes. Empiezan a olvidar los nombres de familiares y amigos y de
objetos cotidianos.

o Repetición de preguntas: ¿qué hora es? ¿qué día es hoy?

o Ansiedad e impotencia con cambios bruscos de humor: al no poder controlar


situaciones cotidianas aparecen cuadros de ansiedad e impotencia que terminan con
cambios de humor. Cada vez se muestra más irritable.

o Problemas de orientación: estando en casa preguntan ¿dónde estamos? ¿a dónde


vamos? Olvidan el camino a lugares que antes frecuentaban. Aparecen cuadros de
desorientación parcial o total.

o Desorden en el hogar: cambian las cosas de sitio y después no recuerdan dónde las
han puesto: llaves, mandos tele, ingredientes para cocinar, ropa, gafas. Empiezan a
aparecer objetos en los sitios más extraños: llaves en la nevera, gafas en cajas de
zapatos, etc.

o Torpeza de movimientos: Comienzan a tener dificultades para cocinar, abrir puertas,


conducir, manejar mandos de la televisión, etc. No pueden llamar por teléfono.
Comienzan a tener problemas para hacer cosas en las que eran buenos como jugar a
las cartas, cocinar, dibujar o escribir. Pierden coordinación física e incluso pueden
tener problemas de equilibrio.

o Apatía: comienzan a perder interés por tareas que antes les gustaban y algunos
presentan síntomas de fatiga sin haber realizado esfuerzo alguno.

o Comportamientos inadecuados: el familiar comienza a tener actitudes extrañas o


inapropiadas, actitudes que están totalmente fuera de lugar, que afectan a la relación
con sus amigos y familiares.

o Cambios en la manera de caminar: los enfermos de demencia suelen cambiar su


forma de caminar.

o Insomnio: es un síntoma frecuente en las personas mayores pero se acentúa en los


enfermos con demencia senil.

4.Otras consideraciones respecto a los síntomas


Deben también analizarse los antecedentes familiares, si en la familia existen personas que
hayan padecido de demencia o Alzheimer ya que parece que puede existir cierta
predisposición genética a padecerla.

Una advertencia importante es que debe analizarse si existen problemas auditivos o de visión
que no estén diagnosticados. Una persona que no ve ni oye bien tiende a cometer errores y a
dar una imagen de confusión y aislamiento que nada tiene que ver con la demencia senil.

Si un familiar mayor de 65 años presenta al menos dos de los síntomas de la demencia


senil anteriores es el momento de acudir a un especialista para que revise su estado y la
posibilidad de que se encuentre en la fase inicial de la enfermedad. Los familiares no deben
realizar ese diagnóstico, sólo el especialista, pero pueden ayudar de una manera muy
importante para detectar la enfermedad en su fase más precoz.

5.Demencia senil y depresión: diferencias

Hay que tener en cuenta que muchos ancianos presentan cuadros depresivos cuyos síntomas
pueden ser parecidos a los síntomas de la demencia senil que hemos descrito y en algunos
casos pueden diferenciarse de una manera más o menos rápida.

La depresión suele tener una causa o motivo concreto y sus síntomas aparecen muy rápidos.
En la demencia todo comienza con pequeños olvidos y progresa lentamente. La persona
depresiva suele tener antecedentes de depresiones anteriores o una visión muy negativa de la
vida pero el enfermo de demencia ha podido llevar una vida muy plena y satisfactoria.

El enfermo de demencia no podrá realizar muchas tareas porque no sabe ni puede hacerlas, el
depresivo nos las hace porque no le sale, no quiere hacerla pero si se le corrige puede hacerlas
bien. El depresivo algunas veces las hará bien y otras mal pero el enfermo de demencia nunca
podrá hacerlas bien.

La persona que padece depresión utiliza expresiones del tipo no sirvo para nada, soy un inútil y
el enfermo de demencia no emite esas expresiones y hacen las tareas con muchos fallos sin
saber ni darse cuenta de que se están equivocando. El paciente con depresión no acepta bien
las muestras de cariño o afecto, no tienen ganas de realizar ninguna actividad. Por contra, el
enfermo de demencia senil sí acepta las muestras de cariño y pueden sentirse satisfechas con
su vida.

En la depresión desde el primer momento desaparece la vida social ya que no quieren salir ni
hablar con nadie. Pero en la demencia al principio si se mantiene la vida social que se va
deteriorando poco a poco por la conducta extraña y errática del enfermo. Por último, el
enfermo de demencia suele mostrar anormalidades en su cerebro al realizarles un TAC o un
electroencefalograma.

6.Fases de la demencia senil


Fase inicial

o Se dificulta la posibilidad de ejecutar varias cosas al mismo tiempo

o Se comienzan a olvidar conversaciones recientes. Se vuelve muy olvidadizo.

o Se tarda más tiempo en tareas intelectuales difíciles. Aparecen dificultades en tareas


habituales que necesiten que se piense un poco como jugar a las cartas o aprender
cosas nuevas.

o Comienzan a perderse o extraviarse en rutas habituales: ir a casa de familiares, al


supermercado, a la consulta del médico de cabecera o a la biblioteca comienza a ser
un problema. Comienzan a sufrir periodos de desorientación cada vez más frecuentes
y más pronunciados, llegando a perderse dentro de su propia casa.

o Empiezan a olvidar palabras, no encuentran la adecuada para cada objeto

o Inician a perder la noción del tiempo de manera global: no saben qué hora es, qué día,
qué mes ni incluso que estación del año.

o Extravían objetos con mucha frecuencia

o No se toman decisiones y se ralentiza la resolución de problemas.

Pdta: Ejercitar la mente mediante juegos y otras tareas como la lectura es una buena terapia
para la demencia senil.

o Se comienza a perder el interés por muchas cosas mostrando pasividad ante lo que
antes mostraban entusiasmo. Pierden el interés respecto a sus hobbies y a sus tareas
preferidas.

o Pérdida de habilidades sociales e incluso cambio en la personalidad.

Otros síntomas de la fase inicial

o La memoria poco a poco va dejando de funcionar correctamente con detalles como


olvidarse de las citas, de las conversaciones telefónicas, el nombre de familiares
y amigos. No se identifican objetos del hogar, errores al realizar cuentas, olvido en el
pago de facturas, dificultades para seguir una conversación, etc.

o Se producen cambios bruscos de humor. Se enfada cuando comprueba sus olvidos o


limitaciones dentro y fuera del hogar. En consecuencia, comienza a aislarse de sus
relaciones sociales y se queda más en casa donde tiene mayor sensación de control al
ser un entorno que conoce bien. El lenguaje todavía no se ve afectado pero comienza
a encontrar dificultades para elegir la palabra correcta: comienza a utilizar frases cada
vez más cortas y comienza a mezclar ideas que no tienen nada que ver.

o Sus movimientos todavía son bastante coordinados, puede conducir, cocinar y comer
sin dificultad.
Es importante destacar que estos pequeños síntomas de la demencia senil pueden aparecer
en personas que no tienen demencia senil ni van a desarrollarla en el futuro. Pueden deberse a
otros motivos como una depresión, el estrés o una preocupación excesiva. Sin embargo, si
aparecen en una persona mayor debe vigilarse su comportamiento para ver si puede ser un
caso de demencia senil si avanzan los síntomas.

Pdta: Conocer las diferentes fases de la enfermedad puede ayudar a su tratamiento.

Apoyo familiar en la fase inicial

Los familiares más cercanos empiezan a detectar estos síntomas y deben animar al paciente a
buscar ayuda médica lo antes posible. Asumen la posibilidad de que tengan que convertirse en
cuidadores de su familiar. Durante esta fase deben apoyar al enfermo en todas las pruebas
que deba realizarse y animarla en los periodos de tristeza o depresión. Deben fomentar su
autonomía e independencia y ayudar en todas las tareas que necesite su familiar.

Importante: No debe confundirse el comienzo de esta enfermedad con una simple pérdida
leve de memoria sin otros síntomas asociados. Los olvidos son frecuentes incluso en personas
sanas y jóvenes. Por ello, es importante observar la aparición del resto de los síntomas
asociados a la demencia antes de empezar a preocuparse indebidamente. En la demencia los
síntomas que vamos describir aparecen en bloque, casi nunca de forma asilada, ya que van
sumándose unos a otros progresivamente. Normalmente estos síntomas son detectados antes
por los familiares cercanos que por el propio paciente. Y no siempre resulta fácil convencerlo
de que debe someterse a pruebas para comprobar si padece de demencia senil.

Fase moderada

Con el avance de la enfermedad, los síntomas anteriores se van agudizando y haciendo más
evidentes llegando incluso a afectar al desempeño diario del enfermo que ve limitada su
capacidad para realizar tareas básicas e incluso para cuidarse adecuadamente. Los síntomas
llegan a:

o Producir insomnio

o Dificultar gravemente o incluso impedir tareas básicas como conducir, preparar


comidas o elegir ropa adecuada

o Olvidos continuos de hechos muy cercanos y de nombres de personas que rodean al


paciente

o Olvidarse de acontecimientos de su vida llegando en casos extremos a olvidarse de


quienes son.
La pérdida de memoria es el síntoma más común. Olvidar hechos cercanos o nombres es
habitual.

o Aparecen cuadros de comportamientos violentos, agresiones, delirios y depresión. Es


un periodo de confusión mental e inestabilidad emocional. Pueden llegar a sufrir
alucinaciones.

o Se dificulta mucho la escritura y la lectura

o Dificultades en el habla y en la identificación de las palabras correctas

o Repetición de incidentes con familiares y amigos que provocan su alejamiento del


contacto social

o Empieza a perderse la capacidad de entender y razonar, lo que comúnmente se


denomina “ perder el juicio”

o Comienzan a necesitar ayuda de los familiares para realizar tareas cotidianas

En esta fase la memoria se pierde progresivamente llegando a olvidarse los acontecimientos


más recientes como la última comida, las visitas recientes de amigos o familiares, el
nacimiento, matrimonio o fallecimiento de familiares y amigos. Inician las quejas porque se
siente abandonado al no recordar las visitas recientes de familiares y amigos. Los recuerdos
lejanos permanecen intactos y se comienza a preguntar por personas que hace décadas que no
ha visto.

Más síntomas en la fase moderada

El comportamiento comienza a volverse más irascible e incluso violento cuando no encuentra


sus pertenencias llegando incluso a acusar a los familiares de su robo, se enfada cuando se le
insiste en que coma o se bañe porque piensa que ya lo ha hecho, comienza a tener miedos sin
motivo aparente (ruidos, sombras, luces, etc), empieza a no reconocer las habitaciones y pide
con insistencia que lo lleven a su casa llegando a preparar las maletas para ello. Suelen
caminar mucho de un lado a otro sin motivo aparente.

El habla cada vez se le hace más difícil, no encuentra muchas palabras por lo que el
vocabulario se empobrece mucho, no termina algunas frases y empieza a dejar de hablar,
puede llegar a repetir las mismas frases muchas veces.

Algunos fármacos podrían retrasar el avance de la demencia senil.

La coordinación de los movimientos comienza a empeorar progresivamente, maneja mal los


cubiertos, no puede abrocharse los botones, no puede atarse los cordones de los zapatos o
anudarse la corbata. Comienza a caerse o golpearse con frecuencia. Camina más despacio y
empieza a necesitar ayuda para levantarse de la cama o ir al baño. En algunos casos aparecen
temblores o convulsiones. Empieza a dudar en la realización de tareas básicas como elegir
ropa adecuada (se pone algo de invierno en verano), cómo bañarse o ducharse, qué platos o
cubiertos utilizar para cada alimento. Pierde libertad de movimientos ya que no pude conducir,
coger el autobús o el metro y comienzan los riesgos en el hogar porque puede dejarse abierto
el gas, deja encendido el fuego de la cocina o de la vitrocerámica, no apaga los cigarrillos.

Apoyo familiar en esta fase

En esta etapa ya necesita una vigilancia constante de todos los familiares que se convierten en
cuidadores ya que se comprenden la necesidad de este nuevo papel. Deben aprender nuevas
pautas de comunicación con el enfermo para facilitar la relación. La ayuda en las actividades
diarias es continua (levantarse, vestirse, lavarse, etc). Deben aprender a tratar y controlar las
distintas alteraciones en el comportamiento y las conductas no adecuadas.

Fase severa

En esta fase los enfermos no pueden:

o Comer sin ayuda por lo que se produce una pérdida continua de peso corporal

o Reconocer a familiares

o Hablar, leer o escribir correctamente

o Cuidar de su higiene personal, vestirse o bañarse. Aparece la incontinencia urinaria e


incluso la defecación no controlada.

o Tienen dificultades para caminar y para mantener el equilibrio

o Los que aún pueden andar sin ayuda tienen a salir de casa y deambular sin orientación
alguna ya que no reconocen el entorno y no pueden volver a sus casas.

o La memoria comienza a perderse casi completamente olvidando


acontecimientos tanto recientes como lejanos. Se olvidan las caras y las personas
hasta el punto de no reconocer a los hijos o al cónyuge. Es importante destacar que si
perciben las emociones y detectan perfectamente un trato amable y el amor de un
familiar.

o El comportamiento es totalmente imprevisible ya que en cualquier momento puede


empezar a llorar, a gritar o a alterarse mucho. Tiene reacciones inadecuadas y no
entiende explicaciones lógicas. Pierden la coordinación de sus movimientos por lo que
no pueden levantarse de la cama, no pueden andar y no controlan sus esfínteres.
Muchos pierden totalmente la movilidad por lo que aparecen patologías asociadas a
esta situación: accidentes cardíacos, accidentes vasculares/cerebrales, infecciones
respiratorias, llagas en el cuerpo, etc.

o El habla se deteriora todavía más llegando a balbucear, a repetir continuamente


palabras con o sin sentido y muchas personas llegan a no entender lo que se les dice.

Apoyo familiar en la fase severa


La necesidad de vigilancia, apoyo y cuidados es constante para todas las tareas básicas como
vestirse, lavarse o comer. La paciencia y el afecto son fundamentales en esta etapa ya que el
familiar o paciente no es que no quiera hacer las cosas bien, por muy fáciles que parezcan, es
que no puede. La rutina diaria puede ayudar en el cuidado diario con horarios fijos para
levantarse, lavarse, pasear y siempre en un ambiente tranquilo sin demasiado ruido. En
algunos casos resulta necesario adaptar la casa a las necesidades del paciente (cambiar el baño
por una ducha, cambiar puertas y objetos de cristal, etc.). La actitud de la familia debe ser
positiva, cariñosa y comprensiva ya que son emociones que sí podrá detectar.

El apoyo y cuidados de la familia para realizar tareas habituales resulta necesario.

Cada enfermo evoluciona de una manera y a una velocidad distinta. Estas fases son
progresivas pero en algún momento puede detenerse la enfermedad en una de ellas durante
bastante tiempo sin avance alguno para de pronto seguir progresando. La pérdida de las
funciones es muy diferente en cada enfermo ya que se pierden unas y se mantienen otras sin
ningún orden o patrón común. Esto provoca que cada enfermo sea distinto en función de la
pérdida de facultades que vaya sufriendo en cada momento. Cada uno tendrá sus propias
limitaciones en vida diaria.

En la fase final de le enfermedad el comportamiento del enfermo se vuelve totalmente


incoherente lo que provoca situaciones de estrés y tensión en el ámbito familiar. La vida de
toda la familia que cuida del enfermo de demencia se verá gravemente afectada.

Consejos para los familiares del enfermo

o Establecer rutinas para todas las actividades diarias (levantarse, baños, comidas,
paseos) para intentar que se desoriente lo menos posible.

o En la medida de lo posible y siempre bajo control del familiar hay que intentar que el
enfermo de demencia senil haga todo por sí mismo aunque tarde más tiempo o se
equivoque.

o Asegurar con cierres los cajones o armarios que puedan contener sustancias peligrosas
(lejía, disolventes, venenos para plantas o insectos).

o Cambiar la vajilla de cerámica, loza o cristal por otra de plástico y guardar en lugar
seguro los cuchillos y otros objetos con punta.

o Cambiar el baño por una ducha con suelo antideslizante y nunca se debe dejar sólo al
anciano en el baño.

o Poner las cosas del enfermo y las de toda la casa que él suela utilizar siempre en el
mismo lugar .

o Si toma medicinas y todavía puede leer, se recomienda dejar por escrito en un sitio
visible el orden en el que debe tomarlas.

o Los calendarios y relojes situados en la casa pueden ayudarle a ubicarse mejor en las
primeras fases de la enfermedad.
o Dejar encendida alguna luz durante la noche por si se despierta o se levanta.

o El enfermo debe utilizar ropa y calzado que sea muy fácil de poner y quitar,
preferentemente con velcros. Deben eliminarse los botones pequeños y las
cremalleras.

o A veces se asustan al ver si imagen en un espejo ya que no se reconocen por lo que no


son recomendables.

o Las alfombras y muebles que ocupen espacios de paso pueden provocar caídas.

Otros consejos importantes

o Es aconsejable evitar los espacios y lugares con mucha gente.

o Se deben evitar los ruidos (televisión o radio con sonido muy alto) o hablarle a gritos
ya que pueden ponerse muy nerviosos.

o Hay que evitar que conduzca solo en la fase inicial de la enfermedad, ya que puede
perderse.

o Muchas veces no pueden contestar a lo que se les pregunta por lo que no se les debe
exigir respuestas rápidas y cuando avance la enfermedad habrá que repetir muchas
veces lo mismo para que lleguen a entenderlo. No sirven de nada expresiones del tipo
“ te lo he dicho 20 veces” “ es la quinta vez que te lo digo”.

o Se deben evitar expresiones de impotencia que puedan provocar que el enfermo se


sienta como un tonto o un inútil.

o Al enfermo hay que hablarle muy despacio y con mucha claridad, sin preguntas o
respuestas ambiguas. Hay que hablarle con frases cortas y concisas, utilizando el
lenguaje corporal y leyendo el lenguaje no verbal del enfermo. Se deben utilizar los
nombres de las personas que le visitan “tu hermano Antonio” “tu hija Ana”. Si se le
quieran hacer preguntas deben ser aquellas que tengan respuestas fáciles (sí/no).

o Los familiares tienen una importante labor en el tratamiento de esta enfermedad

o Cuanta más distracciones se le ofrezcan más relajado pasará el día. Nuevas aficiones
resultan muy positivas.

o Un ambiente agradable en casa ayudará mucho a la convivencia y a las reacciones del


enfermo. Cuantas más visitas reciba de familiares y amigos mucho mejor ya que una
buena conversación ayuda a relajarse y a mantener un importante habilidad como es
el lenguaje.

Ejercicio físico y de estimulación mental


o Se deben practicar ejercicios para mejorar la memoria y ejercicios de estimulación
cerebral.

o Conviene estimular sus funciones intelectuales con juegos como las cartas, sudokus,
sopas de letras, damas o ajedrez.

Se debe estimular el cerebro del paciente con demencia senil.

o Cuando se quiera hablar de algo concreto con el enfermo se deben evitar o eliminar
las distracciones y ruidos como la televisión, radio, animales domésticos, etc que
puedan distraer su atención.

o El ejercicio físico como pasear es muy importante ya que aumenta el riego sanguíneo
del cerebro lo que supone un mayor aporte de alimentos en esa zona.

o Es muy importante destacar que la demencia senil ataca a la memoria y otras


habilidades cognitivas pero parece demostrado que sí pueden percibir
emociones observando la expresión facial o el tono de voz de sus cuidadores. Los
estudios realizados con cuidadores profesionales demuestran que los enfermos
mantienen su percepción del ambiente emocional que les rodea y muchos de ellos
pueden entender emociones como alegría, enfado, miedo en el rostro de su familiar o
cuidador. Por tanto, el familiar debe tener muy en cuenta que el enfermo puede
percibir su estado de ánimo e identificar las expresiones del rostro por lo que se deben
utilizar esos mecanismos de comunicación no verbal.

7.¿Cómo diagnosticar y prevenir la demencia senil?

Un médico especializado en geriatría puede detectar el comienzo de esta enfermedad con


diversas pruebas que le ayuden en el diagnóstico. Normalmente comienza con un examen
completo con especial detenimiento en el análisis del sistema nervioso. Durante el
reconocimiento se analizarán con los familiares los posibles síntomas así como toda la historia
médica completa. A continuación se realizan diversas pruebas y exámenes de las habilidades
mentales y físicas del paciente.

Si el historial médico así lo determina se suelen realizar otras pruebas para comprobar si la
existencia de otras patologías pueden estar motivando la demencia o agravando sus síntomas.
Las patologías que pueden afectar en el desarrollo de la demencia son:

o Posibles tumores o quistes en el cerebro

o Anemia grave

o Infecciones crónicas

o Depresión
o Medicación excesiva

o Problemas con el tiroides

o Déficit de algunas vitaminas

o Alcoholismo y otras adicciones

Los especialistas diagnostican esta enfermedad cuando en el enfermo aparecen seriamente


dañadas al menos dos o más funciones cerebrales (lenguaje, memoria, razonamiento) sin que
exista pérdida de consciencia.

8.¿Cómo prevenir la demencia senil?

La mayoría de las enfermedades de tipo psiquiátrico carecen de medidas preventivas


concretas. En el caso de la demencia, es fundamental consumir alimentos
saludables y practicar ejercicio de forma rutinaria para mantener el bienestar del organismo.

Además, es importante controlar otro tipo de enfermedades que pueden suponer factores de
riesgo, como la diabetes. Por último, los especialistas recomiendan que el paciente acuda con
frecuencia a controlarse la tensión arterial y que evite fumar en la medida de lo posible.

Es importante señalar que la mayoría de las causas de la demencia senil no se pueden


prevenir. No obstante, sí que es posible prevenir la demencia senil en algunos casos, ya que
algunas demencias tienen su origen en accidentes cerebro vasculares y estos accidentes sí que
pueden reducirse con unos hábitos saludables. Algunos especialistas llegan a afirmar que un
estilo de vida saludable puede reducir el riesgo de padecer cualquier clase o tipo de demencia
pero no es una opinión pacífica.

Hábitos para prevenir la demencia senil

Los hábitos que pueden prevenir la demencia senil o reducir el riesgo de padecerla son los
siguientes:

 Practicar ejercicio regularmente

Un corazón sano es garantía de una mejor conservación del cerebro. El ejercicio regular
favorece los sistemas internos de reparación celular y de los tejidos, incluyendo los del
cerebro.

 Eliminar el sobrepeso y la obesidad

El sobrepeso es un importante factor de riesgo para que aparezca la demencia senil ya que en
muchos casos provoca diabetes tipo 2, un nivel alto de colesterol e hipertensión que son
factores de riesgo.

 Evitar la hipertensión
La presión arterial alta es uno factor de riesgo para diversas enfermedades pero sobre todo
puede provocar derrames cerebrales que terminen en demencia así como provocar
enfermedades microvasculares que ralenticen el flujo de la sangre que llega al cerebro
dañando células y nervios en esa zona, lo cual puede terminar en demencia senil.

 Controlar la diabetes

La diabetes es otro factor de riesgo por lo que debe controlarse adecuadamente para evitar la
aparición de la demencia senil.

 Adiós al tabaco y al acohol

El tabaco aumenta el riesgo de padecer alguna enfermedad vascular y disminuye los niveles de
oxígeno que llegan al cerebro. El alcohol tiene conocidos efectos secundarios y entre ellos se
encuentra la aparición prematura de una demencia senil.

 Vida socialmente activa

Algunos estudios apuntan a la posibilidad de que una vida social y familiarmente activa puede
ayudar a reducir el riesgo de esta enfermedad. Fortalecer los lazos familiares y con los amigos
parece ayudar a reducir el deterioro cognitivo del paciente.

 Ejercicio intelectual

Algunos especialistas recomiendan el entrenamiento intensivo del cerebro para ayudar a


retrasar el deterioro del razonamiento. Cuando aparecen los primeros síntomas recomiendan
estimular el cerebro y la memoria con la lectura, crucigramas, sudokus, sopas de letras,
etc. Actualmente existen miles de juegos interactivos en Internet para este tipo de ejercicios.

 Alimentación sana

Los beneficios de una alimentación repercuten directamente en todo el organismo ya que


permite regular el nivel de colesterol, la presión arterial, el sobrepeso y otros muchos factores
de riesgo. Algunos estudios apuntan a la posibilidad de que la pérdida de peso mediante la
reducción de la ingesta de calorías tiene como resultado una disminución de los niveles de
insulina que a su vez provoca una menor inflamación del cerebro por dicha insulina. Esa
inflamación provocada por la insulina podría ser una de las causas de la pérdida de memoria.
Es una tesis pendiente de confirmación y aceptación por la mayoría de los especialistas.

Otra de las tesis en estudio es el efecto de la dieta mediterránea para prevenir la demencia.
Algunos estudios apuntan esa posibilidad en base a pequeñas pruebas detectada en algunos
grupos de riesgo. Aún es pronto para llegar a conclusiones definitivas pero lo que es
incuestionable son los beneficios de esta dieta en la salud general del enfermo.

9.Tratamiento de la demencia senil

Para tratar la enfermedad, es preciso conocer cuáles son los factores causantes e intentar
erradicarlos o controlar sus síntomas.
En algunas ocasiones, los medicamentos para tratar la demencia pueden empeorar la situación
del paciente, por lo que se pueden llevar a cabo suspensión o cambios de los mismos.

En general, pueden tratarse los daños colaterales que se produzcan (anemia, infecciones o
trastornos nutricionales), o disminuir el ritmo al cual empeoran los síntomas a través de
fármacos, pero en el segundo caso, los cambios suelen ser imperceptibles.

Por último, se puede iniciar una terapia para ayudar en el comportamiento del paciente, su
pérdida de juicio o las confusiones que padece.

Una persona con esta enfermedad requerirá de apoyo en el hogar, el cual deberá aumentar a
medida que la patología empeora.

Actualmente no existe una medicación o tratamiento definitivo que pueda detener totalmente
o eliminar los efectos de todas las clases de demencia senil. Sin embargo, sí existen algunos
fármacos que ayudan a retrasar los efectos o el avance de la demencia progresiva. Son
fármacos que no eliminan la enfermedad ni curan o reparan los efectos o daños cerebrales
existentes pero sí pueden mejorar algunos síntomas de la demencia senil y frenar el avance
de la enfermedad. Con ellos se consigue mejorar un poco la calidad de vida del paciente y de
sus familiares.

La velocidad en el avance de la enfermedad y del proceso degenerativo que conlleva varía


mucho de una persona a otra y la mediación actual sólo puede conseguir retrasar este avance
en algunos casos.

Sí parece demostrado que el correcto tratamiento de otras patologías o afecciones puede


mejorar enormemente el funcionamiento mental. Las afecciones cuyo tratamiento o cura
puede ayudar a reducir los efectos de la demencia senil son los siguientes:

o Anemia muy elevada

o La insuficiencia cardíaca grave

o Disminución de oxígeno en la sangre (hipoxia)

o Depresión agudas

o Infecciones graves ( SIDA, sífilis)

o Trastornos nutricionales graves

La medicación utilizada para retrasar la demencia senil se utiliza para retrasar el avance de los
síntomas pero no suponen una mejoría de los mismos. Si surte mayores efectos la medicación
destinada a controlar algunos problemas en el comportamiento.

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