Dimensiones, Deberes e Implicaciones de La Ética Profesional
Dimensiones, Deberes e Implicaciones de La Ética Profesional
Dimensiones, Deberes e Implicaciones de La Ética Profesional
Bolívar (2005) define a la ética profesional como: “…el conjunto de principios morales y modos de
actuar éticos en un ámbito profesional, forma parte de lo que se puede llamar ética aplicada, en
cuanto pretende –por una parte– aplicar a cada esfera de actuación profesional los principios de la
ética general pero paralelamente –por otra– dado que cada actividad es distinta y específica,
incluye los bienes propios, metas, valores y hábitos de cada ámbito de actuación profesional”.
Dicho esto, es comprensible asimilar que la responsabilidad de un profesional, en lo que respecta
al bien común, es mayor a la de un ciudadano promedio, puesto que su capacitación y
conocimientos exigen un comportamiento que esté a la altura de su preparación, a causa de que
muchos depositamos nuestra confianza en ellos. Jesucristo (s.f.) mismo lo expresó muy bien
cuando dijo: “a todo aquel a quien se le haya dado mucho, mucho se demandará de él”.
Las dimensiones de la ética profesional radican en valores humanos, los cuales nos son enseñados
tanto por nuestra familia como por la institución de la que hayamos egresado de nuestros estudios
profesionales, y en como los aplicamos en el ámbito social y laboral. Durante años muchas
instituciones docentes han hecho creer que su tarea se limita a transmitir conocimiento, que su
deber es dar cuenta del estado del conocimiento, alejado de cualquier compromiso ético o
político. En la actualidad muchas de esas instituciones han decidido mantener la neutralidad en lo
que atañe a la formación ética de los estudiantes, sin embargo, otros organismos educativos han
decido incluir a la ética en su programa de estudios. Las universidades tienen la gran
responsabilidad de contribuir a que los futuros profesionales desarrollen una visión y sentido
ético, transmitir valores en sus estudiantes, tales como la honestidad, la responsabilidad,
altruismo, compromiso, integridad, lealtad, respeto, ecuanimidad, sentido de la justicia, entre
otros.
Durante nuestra vida, en nuestro hogar también se nos enseñan una serie de valores que vienen a
formar parte de lo que es nuestra ética personal, eso define nuestro actuar en la sociedad. En
muchas ocasiones dicho aprendizaje puede ser valorado por otras personas como completo o
insuficiente. A causa de que nuestra formación profesional no siempre comparte los mismos
valores que los inculcados en nuestro hogar, en nuestro desarrollo en el ámbito laboral pueden
presentarse una serie de situaciones en las que puede contrastar nuestra ética personal con los
códigos éticos establecidos por las instituciones educativas o la empresa para la que laboremos.
Un desarrollo responsable de la ética profesional implica que el individuo pueda asimilar y acatar
un código ético, en vista de que estos surgen de la necesidad de proteger el bien común de la
sociedad.
Los deberes de la ética profesional se refieren a deudas u obligaciones morales que se acatan por
la fuerza de la razón sana del profesional. La calidad de un profesionista lo mide el cumplimiento
de su deber. Cada persona que ejerce una profesión tiene la obligación de considerar los ideales y
funciones de su profesión, los posibles resultados de cualquier acción propuesta y abstenerse de
aquellas actividades que quiten merito a la sana supervivencia de la profesión.
La honradez y honestidad son deberes que se espera de todo profesional, esto atraerá la confianza
de clientes potenciales o de sus superiores y le dará prestigio. Estos valores implican que el
individuo siempre se maneje a si mismo de una manera fiel, sin engaños o mentiras. También se
espera que todo profesionista esté en constante capacitación, que pueda estar al tanto de todas
las actualizaciones y avances tecnológicos que se generen en lo que se refiere a su profesión, esto
supone que el estudio siempre formará parte de su preparación. Asimismo, se espera que pueda
tener presente los posibles resultados de su trabajo, que pueda evaluar los probables efectos
negativos que supongan sus esfuerzos con el fin de impedir los impactos perjudiciales potenciales
para la sociedad. Por tanto, debe evitar defender causas injustas, usar la ciencia como instrumento
del crimen, producir artículos de mala calidad, entre otros.
Debe de estar consciente que tiene una responsabilidad que cumplir con la empresa, recordar que
los empleados son los que dan la cara por la compañía, son lo primero que las personas ven, por lo
mismo su conducta dentro y fuera de las labores debe ser intachables, y además de que,
generalmente, se firma un contrato de fidelidad y confidencialidad, por lo que no puede divulgar
información que le haya sido confiada para poder llevar a cabo su labor.
Finalmente, las implicaciones de la ética profesional suponen un seguimiento a los tres principios
básicos de la triada de la mejora continua. Estos son:
a) La congruencia, que se refiere que estén de acuerdo tanto nuestro pensar, decir y hacer.
Que nuestro actuar siempre sea un reflejo de nuestras creencias y de lo que enseñamos a
otro o de lo que se nos enseñó, ya sea en nuestro hogar o universidad.
b) La pertinencia, que se refiere al actuar en el momento preciso o ser asertivo en el aquí y
ahora. Que actuemos cuando se conveniente hacerlo, cuando genere un bien mayor para
todos los involucrados en el ejercicio de nuestra labor.
c) La pertenencia, que se refiere al trascender como ser humano con identidad propia y
sentido de pertenencia. En lo que respecta a un grupo o empresa puede referir a un
sentimiento de inclusividad, el hacer que todos puedan sentirse parte del equipo.