TFE004496
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Curso Académico
2017-2018
Dificultades en el aprendizaje de la lectura. La dislalia, trabajo fin de grado de
Alba Martiartu Cervantes, dirigido por María del Mar Torres Ruiz (publicado por la
Universidad de La Rioja), se difunde bajo una Licencia Creative Commons
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© Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2018
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DIFICULTADES EN EL
APRENDIZAJE DE LA LECTURA.
LA DISLALIA.
Universidad de La Rioja
Autora: Alba Martiartu Cervantes
Tutora: María del Mar Torres Ruiz
Agradecimientos
Después de este intenso periodo de aprendizaje a nivel educativo y personal, quiero
agradecer el apoyo y la ayuda de todas las personas que han estado conmigo estos
meses.
En primer lugar, gracias a mi familia por haberme comprendido en los malos y en los
buenos momentos y acompañado en esta etapa que ya se acaba.
A mi tutora Mar, por haberme orientado y guiado durante la realización de todo el
trabajo, por enseñarme y aconsejarme siempre que lo he necesitado.
Gracias a mis amigas y compañeras de piso, por haber compartido estos años tan
especiales, por aguantar mis nervios y ayudarme en todo momento.
También quiero agradecer la ayuda de Diego, por haber estado siempre dispuesto a
ayudarme y compartir conmigo su experiencia y conocimientos.
Para finalizar, me gustaría dar las gracias a todas las personas que han formado parte de
mi vida estos últimos cuatro años. Cada uno me ha aportado algo que ha hecho que hoy
esté terminando esta etapa y escribiendo estas líneas.
¡Muchas gracias a todos!
Resumen
Este trabajo consta de una justificación teórica y una propuesta de intervención. En la
justificación teórica se tratan los procesos fonológicos, las etapas del desarrollo
lingüístico y su relación con el desarrollo del aprendizaje. Además, se analizan los
trastornos del aprendizaje especialmente el trastorno del aprendizaje de la lectura.
También se identifican los diferentes trastornos del habla que podemos encontrar,
definiéndolos y diferenciándolos según las características que muestran los sujetos con
estas dificultades. Para conocer más sobre cómo se trabajan las dislalias y se propone
una pauta de intervención de una dislalia funcional en la que se encuentran dificultades
en el fonema /r/.
Palabras clave: dislalia, trastorno del aprendizaje, dislalia funcional, trastorno del
aprendizaje de la lectura.
Abstract
This work consists of a theoretical framework and a proposal for intervention. The first
part addresses the phonological processes, the stages of linguistic development and its
relationship with the development of learning. In addition, learning disorders are
analyzed by focusing on reading learning disorders. It also identifies the different
known speech disorders, defining them and differentiating them according to the
characteristics that the subjects with these difficulties show. The second part proposes
an intervention of a functional dislalia in which difficulties in the phoneme /r/ are found.
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último la conciencia fonémica que se trata de la habilidad para segmentar y manipular
las unidades más pequeñas del habla que son los fonemas. Es una de las partes más
importantes en la adquisición de la lectura al igual que las reglas de correspondencia
grafema-fonema y viceversa, el vocabulario, la fluidez lectora y la comprensión. La
conciencia fonémica es el nivel que mejor predice el rendimiento de la lectura.
Existen también efectos inversos ya que el aprendizaje de la lectoescritura influye a su
vez en cómo se desarrollan las habilidades fonológicas.
Entre los tres y cuatro meses de edad. Empieza a producir sonidos de vocales
con una duración de entre 15-20 segundos. Responde a diferentes sonidos
mediante gestos o murmullos y distingue los sonidos /pa/, /ma/, /ba/ y /ga/.
Además, diferencia las entonaciones en relación a emociones de alegría o temor.
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El balbuceo tiene lugar a los tres meses. El niño va aumentando las
vocalizaciones acercándose poco a poco a la palabra, se le debe estimular para
favorecer el desarrollo de su inteligencia, capacidad de comunicación lingüística
e interacción social.
De cinco a seis meses de edad. Comienza a imitar los sonidos e intentar repetir
los sonidos producidos por los demás. Comienzan las emisiones vocálicas. En
primer lugar, el fonema /a/ y un fonema próximo al /e/. En segundo lugar, la /o/
y termina con /i/ y /u/. Las consonantes por otro lado, aparecen primero las
labiales, luego las dentales y por último las velopalatales.
De los siete a los ocho meses de edad. En esta etapa tiene mucha relevancia el
desarrollo de sus habilidades motoras y posturales. Comienza a haber
interacción en el lenguaje entre la madre y el niño. Por ejemplo, dando y
recibiendo objetos mientras los nombra.
De los nueve a los diez meses de edad. Mediante la imitación empieza a decir
palabras cortas. Se producen vocalizaciones mucho más variadas simplificando
el lenguaje adulto.
Entre los once y doce meses de edad. El repertorio lingüístico del niño consta de
más de cinco palabras y produce simplificaciones del vocabulario adulto
atribuyendo a las palabras significados diferentes.
La etapa lingüística se caracteriza por ser el momento donde el niño relaciona la idea y
la palabra. Hasta los 18 meses no se desarrollan de forma plena las áreas corticales del
lenguaje. Esta etapa consta de varias subetapas:
De los doce a los catorce meses de edad. Se comienzan a producir secuencias de
sonidos bastante parecidos a las palabras. De todas formas, sigue sin atribuir el
mismo significado a las palabras que un adulto. Comienza la etapa “holofrástica” en
la que el niño realiza frases de una sola palabra que tienen varios significados.
Reconoce y utiliza los nombres de los miembros de la familia y las personas más
cercanas a él. Además, señala objetos diciendo su nombre. Empieza a entender la
negación e interrogación del adulto.
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De los quince a los dieciocho meses de edad. Suelen tener adquirido un
vocabulario de más de 50 palabras y comienzan a realizar oraciones simples de
dos o tres palabras. Utilizan sustantivos, verbos y calificativos. Surge la función
simbólica del niño predominando la inteligencia sensorio-motriz.
De los dos a los tres años. Se da un incremento muy rápido del vocabulario.
Empieza el uso de las preposiciones con un lenguaje comprensible dominando
mejor la gramática del lenguaje.
De los seis a los siete años de edad. Con la etapa escolar se produce la madurez
neuropsicológica para el desarrollo del aprendizaje y se desarrolla un lenguaje más
complejo. El niño toma conciencia de sí mismo y empieza a tener en cuenta las
críticas y comentarios relacionados con su persona.
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áreas, sino que se desarrollan únicamente en algunas funciones. En cambio, los niños
con una discapacidad intelectual tienen ampliamente afectadas las funciones cognitivas.
Los niños afectados con un trastorno de aprendizaje suelen tener problemas en el
aprendizaje de colores y letras, esto conlleva una dificultad para la adquisición de las
habilidades relacionadas con contar y con la lectoescritura.
Dependiendo de la gravedad de estos problemas de aprendizaje, se podrían observar en
algunas de estas dificultades según el trabajo realizado por Fernández, S., Díaz, D.,
Bueno, P., Cabañas, B. & Jiménez, G.
Dificultades para aprender el alfabeto, rimar palabras y conectar letras y sonidos.
Problemas con la lectura en voz alta repitiendo palabras o deteniéndose en la
lectura a menudo.
Deletreo de palabras incorrecto.
Letras desordenadas.
Dificultad para expresarse por escrito con sus propias ideas.
Adquisición del lenguaje de forma atrasada y vocabulario deficiente.
Problemas para recordar los sonidos de las letras y por lo tanto, dificultad para
hacer pequeñas diferenciaciones entre palabras.
Seguir instrucciones con dificultad.
Mala pronunciación de palabras o utilización de palabras con un sonido similar.
Dificultad para encontrar la palabra deseada para escribir o hablar y problemas
para organizar la información que quiere expresar.
No seguir las reglas de proxemia sociales por ejemplo acercándose de forma
excesiva a la persona con la que está hablando.
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reconocer algunas palabras.
Algunas de las causas de este trastorno pueden ser desde un retardo madurativo de las
áreas neurológicas relacionadas con el aprendizaje, a un nivel cognitivo bajo, problemas
visuales, factores personales del niño como una estimulación baja o factores
emocionales. Algunos de estos problemas pueden coincidir y producir este trastorno. La
hiperactividad, impulsividad y capacidad de distracción también pueden ser algunas
razones para la aparición de este trastorno.
A pesar de que hay varios factores que influyen en su desarrollo y aparición, este tiene
un origen neurobiológico alto. En ningún caso se debe a la desmotivación o mala
actitud del niño ante la lectura.
Tampoco tiene por qué deberse a un nivel bajo de inteligencia, ya que estos niños tienen
una capacidad intelectual buena exceptuando los procesos lectoescritores. Debido a esto
tienen un ritmo de aprendizaje propio.
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proceso de maduración cerebral y de los órganos fonoarticulatorios. Se pueden deber a
mal control del soplo, dificultades respiratorias o movimientos dificultosos de los
órganos articulatorios. Estas articulaciones no deben intervenirse antes de los 4 años ya
que hasta los 3 o 4 años desaparecen solas.
Suelen producir cierta tensión en los padres, ya que perciben estas alteraciones como un
síntoma de retraso. En estos casos se les debe aconsejar que abandonen el uso del
lenguaje infantil y que le hablen a su hijo de una forma clara.
En segundo lugar, se encuentran las dislalias audiógenas, que son causadas por una
discapacidad auditiva que conlleva a discriminar los sonidos de forma incorrecta. Esta
deficiencia auditiva suele estar generalmente acompañada con otras alteraciones del
lenguaje. Para que tenga lugar una correcta audición debe haber una correcta
articulación. Las alteraciones serán mayores o menores dependiendo del tipo de pérdida.
Si la pérdida es ligera, entre 20-40 decibelios, tendrá alguna dificultad.
Cuando la pérdida es media, entre 40-70 decibelios, el desarrollo y la
adquisición del lenguaje oral no se produce de forma espontánea. Se debe llevar
a cabo una enseñanza intencionada y sistemática.
Con la pérdida profunda, más de 90 decibelios, el sujeto no presenta el lenguaje
oral.
En tercer lugar, están las dislalias funcionales, que consisten en no producir un fonema
de la forma adecuada aunque sea percibido y diferenciado normalmente de otros
sonidos. La dislalia funcional se puede definir como “un defecto en el desarrollo de la
articulación del lenguaje, por una función anómala de los órganos periféricos […], sin
que existan trastornos o modificaciones orgánicas en el sujeto”. (Pascual García, 2002,
p. 28).
La dificultad fonética se trabaja a partir de los 4 años, entrenando la correcta
articulación. Estas dislalias funcionales se pueden apreciar en diferentes formas:
mediante sustituciones cuando se cambia un fonema por otro, con omisiones si no se
pronuncia un sonido inicial, medio, final o un grupo consonántico o grupo entero.
También con adiciones, añadiendo un fonema o una sílaba. Con distorsiones
pronunciando un fonema de forma incorrecta y con metátesis o inversiones cambiando
el orden de un sonido o sílaba.
Pascuala García afirma que las causas que producen este tipo de dislalia pueden ser muy
variadas y que debemos tener en cuenta que haya varias causas entrelazadas que creen
el problema del niño. Por ello es muy importante que tengamos en cuenta todos los
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factores que pueden estar causando esta dificultad.
Los principales factores etiológicos de estas dislalias son:
Escasez o falta de control de la motricidad fina. Es común en niños con mala
integración, errores perceptivos, poca habilidad motora precisa y por falta de
ejercitación.
Estimulación lingüística deficitaria.
Falta de discriminación o comprensión auditiva. El niño es incapaz de captar
auditivamente los fonemas como diferentes y por lo tanto no puede articular los
fonemas como distintos.
De tipo psicológico por miedo, sobreprotección, complejos o inadaptación.
De tipo ambiental. Dependiendo de los modelos de imitación de los que
disponga el niño puede haber problemas. Como por ejemplo en un ambiente de
sobreprotección o bilingüismo.
Aunque se da en pocas ocasiones puede tratarse de un factor hereditario que
causa un trastorno articulatorio.
Deficiencia intelectual. Los niños con una deficiencia mental o necesidades
educativas especiales son propensos a tener como un trastorno añadido las
diferentes dislalias.
Por otro lado, tenemos las dislalias orgánicas también llamadas disglosias. Estas son
alteraciones en la producción oral que se deben a causas fisiológicas y/o anatómicas. Su
clasificación está relacionada con la zona afectada.
Las disglosias labiales son errores articulatorios que se deben a alteraciones en la
fuerza, consistencia, movilidad o forma de los labios. Por ejemplo: el labio
leporino, frenillo labial hipertrófico y fisura del labio inferior.
Las disglosias linguales se deben a malformaciones congénitas, macroglosia
(tamaño de la lengua mayor de lo normal) y anquiloglosia o frenillo corto.
Las disglosias mandibulares se tratan de alteraciones en la forma de uno o varios
maxilares, que pueden ser de origen congénito, quirúrgico, del desarrollo o
traumático. Las que podemos encontrar con más frecuencia son: la resección del
maxilar superior o inferior por accidente o tumor, la atresia mandibular y la
progenie.
Las disglosias palatales son malformaciones orgánicas del paladar óseo y del
velo del paladar.
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Las disglosias dentales se deben a una alteración en la posición o la forma de las
piezas dentarias.
Las disglosias nasales se tratan de lesiones dentro de la nariz.
También encontramos las dislalias neurológicas también denominadas disartrias. Son la
consecuencia de un trastorno neurológico periférico que se representan en forma de
disfunciones motoras de la respiración, fonación, resonancia, articulación y prosodia. Si
la ausencia del habla es total se llama anartria. Las características más comunes de estas
dislalias son las siguientes:
Trastornos respiratorios con falta de sincronía entre fonación y respiración.
Deformaciones en la articulación la consecuente dificultad motriz y falta de
control y coordinación en los movimientos.
Distonía, hipotonía o hipertonía dependiendo de las alteraciones en el tono
muscular.
Torpeza motriz generalizada con alteraciones del movimiento o detención de la
madurez psicomotriz. También puede aparecer ataxia.
Encontramos diferentes tipos de disartrias en función de los sistemas neuromotores
afectados. Pueden ser espástica, flácida, hipercinética, hipocinética y atáxica.
Por último, cabe destacar en las alteraciones de la articulación los trastornos
fonológicos. Estos afectan a la incorrecta pronunciación de frases y palabras a pesar de
pronunciar bien las sílabas y fonemas aislados. Se dan después de los 4 años. Sus
características más destacadas son:
Omisiones de sílabas enteras o fonemas.
Sustituciones y confusiones de fonemas.
Inversiones silábicas.
Duplicación de sílabas.
Con estos trastornos articulatorios a veces es complicado distinguir entre un trastorno
únicamente fonético de otros trastornos fonológicos centrados en el procesamiento
lingüístico y sensorial, y en los procesos de recepción y expresión.
Otras dificultades del habla de las que debemos hablar son las disfonías, también
llamadas alteraciones de la voz. Estas pueden ser permanentes o temporales. Si la
ausencia de la voz es total se llama afonía. Su clasificación se realiza en función de su
origen:
Las disfonías orgánicas. Causadas por una lesión en los órganos fonatorios de
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tipo inflamatorio, traumático y congénito.
Las disfonías funcionales. Pueden ser hipertónicas y son producidas por una
excesiva tensión de las cuerdas vocales en el transcurso de la fonación. Se dan
con mayor frecuencia en niños coléricos e hiperactivos.
Las disfonías hipocinéticas se dan cuando las cuerdas vocales no cierran la glotis de
forma total por falta de tensión muscular. Tienden a aparecer con más frecuencia en
niños tímidos.
Las últimas dificultades del habla que vamos a tratar son las alteraciones de la fluidez
verbal también denominadas disfemias.
Se trata de repeticiones y/o prolongaciones de frases, palabras, sílabas y sonidos. Tienen
frecuencia las pausas y bloqueos. Además, sus manifestaciones lingüísticas son
muletillas, abuso de sinónimos, lenguaje redundante, perífrasis, etc. Por otro lado, se
encuentran las manifestaciones conductuales como la evitación, ansiedad, retraimiento,
logofobia, espasmos, rigidez, alteraciones fonorrespiratorias o respuestas
psicogalvánicas, manifestaciones corporales o respiratorias como tics. Tenemos tres
tipos de disfemia:
La disfemia tónica es la interrupción total del habla con salida repentina de la
emisión.
La disfemia clónica se trata de la repetición producida durante la emisión de una
frase.
La mixta combina los dos tipos de disfemias.
Las fases son las siguientes:
El tartamudeo inicial se inicia hacia los 3 años, es de carácter evolutivo y deben
evitarse los intentos de corrección.
El tartamudeo episódico lo encontramos a partir de los 5 años y es favorecido
por la inseguridad del hablante.
Entre los 8 y 10 años se produce el tartamudeo propiamente dicho.
Es aconsejable una intervención temprana para evitar que tenga consecuencias negativas
en el desarrollo infantil.
Debemos tener en cuenta que este tipo de dislalias en Educación Primaria suponen un
problema para la integración del niño en el aula y un obstáculo en cuanto a sus
relaciones sociales. También puede afectar al rendimiento académico del alumno, ya
que puede dificultar que lleve el mismo ritmo que el resto de sus compañeros.
Dicho trastorno debe tratarse en la escuela y en casa simultáneamente, y para ello los
docentes deben estar correctamente cualificados para poder llevar a cabo una evaluación
precoz del problema y una intervención adecuada en el aula. Las familias no saben qué
deben hacer en estos casos y tienen que ser orientadas de forma correcta para ayudar al
niño también en el hogar. Será necesaria la intervención de un especialista que puede
ser el docente o no. Estos problemas no se solucionan sin el tratamiento adecuado.
Los tipos de errores en la dislalia funcional que han nombrado Pascual (1984) y Gallego
(2005) son los siguientes:
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sustituciones más comunes que podemos localizar en múltiples fonemas o en
cualquier posición de la palabra son:
- La sustitución de /r/ por /d/ o /g/. Cuando por ejemplo, un niño dice
“pego” en lugar de “perro” o “mida” cuando quiere decir “mira”.
También omiten en los sinfones, donde hay que articular dos consonantes
seguidas. El niño tiene problemas para pronunciar la media y acaba omitiéndola.
Por ejemplo, dice “paza” en vez de “plaza”.
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4.2. Evaluación de la dislalia funcional.
Para llevar a cabo una intervención en una dislalia, primero debemos identificar
de cuál se trata. Una vez diagnosticada procederemos a intervenir. Según Gallego, O
(2000, p.61): “El éxito o el fracaso de cualquier programa de intervención depende, en
buena medida, de las técnicas, instrumentos y/o procedimientos utilizados durante la
evaluación.”
En primer lugar, podemos obtener información del contexto familiar del niño, del niño y
del contexto escolar, como nos indica Laura Sánchez en su página:
https://laurassanchez.wordpress.com/como-se-diagnostica/.
En segundo lugar, para diagnosticar con precisión el tipo de dislalia con el que vamos a
trabajar, se puede realizar un test en el que observemos cuáles son las dificultades a las
que nos estamos enfrentando. Por un lado, analizaremos si las funciones de los órganos
fonatorios se realizan de forma correcta. Tal y como nos indica el Protocolo de dislalias
que hemos obtenido de la página https://eduportfolio.org/vues/view/44211/page:750540
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este se rellena poniendo una cruz en la casilla correspondiente a “sí” cuando
encontramos una deficiencia orgánica o funcional. En las observaciones debemos
explicar la deficiencia que hemos encontrado. En el apartado de órganos bucofonatorios
evaluaremos los labios, la nariz, la lengua, los dientes, las arcadas dentarias/ mandíbula
y el paladar. Una vez hayamos rellenado este test, sabremos qué dificultades se han
encontrado en los órganos bucofonadores. Después, analizaremos las praxias
bucofonatorias. Se realizará de la misma forma que en el apartado anterior, marcando
“sí” si encontramos alguna dificultad y rellenando la casilla de observaciones para que
quede clara la deficiencia. Además, se evaluará la respiración del individuo. Algunos de
los apartados que encontramos son: el modo respiratorio nasal, la funcionalidad nasal, la
permeabilidad nasal la coordinación respiratoria, el control del soplo, la capacidad
pulmonar y el tipo de respiración. Seguiremos con la discriminación auditiva de
palabras. Dependiendo de la edad del niño utilizaremos palabras diferentes. También se
analizará el nivel de integración fonémica y la discriminación de sonidos ambientales.
Dependiendo también de la edad del niño se analizará con palabras diferentes la
memoria secuencial auditiva. Por otro lado, observaremos si es correcta la articulación
de sílabas.
Por último, colocaremos en una tabla cuáles son los resultados de la evaluación que
hemos realizado. En ella se podrá ver de forma clara a qué dificultades nos estamos
enfrentando. Este protocolo podemos verlo en el Anexo 1.
Después, nos marcaremos unos objetivos que tendrá que lograr el niño para solucionar
sus dificultades. Cuando se ponga en marcha la intervención, el logopeda tendrá que
llevar a cabo una evaluación del proceso para comprobar que el tratamiento está siendo
eficaz y se están cumpliendo los objetivos marcados. Si no está siendo así, tendrá que
cambiar su forma de intervenir y reajustar la manera de intervenir para lograr lo
anteriormente propuesto.
Finalmente, una vez acabado el proceso, se procederá a realizar una evaluación final.
Para ello el logopeda realizará una tabla en la que se marquen los objetivos establecidos
inicialmente y en las observaciones indicará cuáles siguen siendo las dificultades del
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niño en el caso de que no se hayan alcanzado los objetivos propuestos. Para ello,
podemos utilizar las tablas del Anexo 1. De esta forma, analizaremos los progresos
obtenidos durante la intervención realizada.
Una vez que está diagnosticado el tipo de dislalia que vamos a corregir, se procederá a
realizar la intervención. La siguiente propuesta está dirigida a la corrección de una
dislalia funcional.
Esta propuesta se centra en niños de 7 años con una dislalia funcional. Estos añaden,
omiten o distorsionan un sonido determinado. Trataremos especialmente un error en el
fonema /r/. En esta intervención se van a proponer diferentes actividades de gran
utilidad para erradicar el problema anteriormente mencionado.
El tratamiento tiene que ser interrumpido en el caso de que el niño se muestre ansioso
debido a su problema del habla o si empieza a tartamudear.
Para estos ejercicios se le pedirá al niño que se quede de pie o que se acueste
en una colchoneta dependiendo de cada actividad. Es de gran importancia que
lleve ropa floja y se encuentre cómodo.
Lo primero que se hará es pedirle al niño que lleve a cabo una inspiración nasal,
profunda y regular. Deberá retener el aire unos segundos y a continuación
realizar una espiración preferentemente bucal, aunque también haremos
ejercicios de espiración nasal. Podemos mostrarlo cómo se hace haciéndolo
nosotros primero.
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manos. Cuando se automatice la respiración costo-diafragmática se podrán
realizar las siguientes actividades.
Puede realizarse también de pie y con elevación de brazos, así como introducir
otras variantes.
2. Ejercicios de soplo.
Empezaremos inflando unos globos. Una vez que lo haya conseguido, los
colocaremos en una mesa y el niño tendrá que ir soplándolos hasta que lleguen
al final de ella. El juego consistirá en que no caigan de la mesa y dirija el aire de
su boca hacia el globo en la dirección oportuna.
Por otro lado, podemos realizar un circuito en una mesa. En el circuito podemos
colocar diferentes lugares a los que se puede llegar. Colocaremos en primer
lugar una pelota con bastante peso y le diremos al niño a dónde debe dirigirla.
Luego le cambiaremos la pelota poniéndole cada vez una de menos peso. Para
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esta actividad el niño tendrá que controlar la dirección y la intensidad de su
soplo.
3. Ejercicios mandibulares.
También jugaremos a que estamos comiendo y por lo tanto tendrá que masticar.
Para ello podemos preguntarle qué comida le gusta y pedirle que, cada vez que
diga una, haga como que se la está comiendo.
- Relajar la lengua.
- Lamer los labios con la lengua y hacer como que come un helado.
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- Hinchar un globo.
3. Praxias labiales.
4. Praxias linguales.
- Mover la lengua arriba y abajo pero esta vez colocándola detrás de los
incisivos superiores e inferiores.
5. Praxias mandibulares.
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- Masticar.
6. Praxias de mejillas.
Para que no resulte monótono, podemos realizar algunos juegos en vez de ir diciéndole
al niño qué es lo que debe hacer. Si no le queda claro cómo se hace el ejercicio podemos
realizarlo con él hasta que lo entienda y sepa hacerlo solo. Podemos practicar las
diferentes praxias utilizando un dado. Por ejemplo, podemos crear uno en el que
aparezcan diferentes emociones y el niño debe imitarlas gesticulando con la cara.
(Anexo 2).
Otro ejercicio que se puede llevar a cabo es un dominó. Cuando el niño junte dos piezas
iguales tendrá que hacer la acción correspondiente. (Anexo 3).
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/ro/ macarrones Barro burro churro
Debemos intentar que las palabras elegidas sean algunas de las que el niño utiliza en su
día a día. Una vez hayamos conseguido integrar el fonema en la palabra, empezaremos a
formar frases utilizando algunas de ellas.
También podemos jugar a “La frase sin sentido”. Este juego consiste en decirle
al niño las frases con una palabra que no tenga coherencia en la frase. Él tendrá que
cambiarla por la palabra correcta. Podemos darle opciones.
Por ejemplo el profesor dice:
- A Rita le gusta perder macarrones.
Se le da al niño unos segundos para que piense cuál puede ser la palabra correcta de las
trabajadas anteriormente. El niño dirá cuál es la palabra que falla y si no se le ocurre la
correcta se le darán algunas opciones para que elija. Por ejemplo, si el niño dice que la
palabra que falla es perder, pero no sabe cuál es la que debe poner, se le podrá decir:
- Coser, sentir, cocinar.
Después de esto tendrá que decir qué palabra es la más adecuada para la frase dada.
11. Rimas y trabalenguas.
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Para terminar, lo más importantes es que el niño consiga introducir el fonema /r/
en el lenguaje cotidiano. Para ello, debemos ampliar las actividades de tal forma
que consigamos que hable de manera fluida sin cometer errores en el fonema
con dificultad.
Para el lenguaje espontáneo podemos utilizar láminas de expresión oral. (Anexo
6). En estas aparecerán muchos objetos en un lugar determinado. Algunos de
ellos no tendrán relación con el sitio y el niño deberá identificarlo.
También se le puede pedir que se invente una historia con los objetos que
encontramos en ese lugar. En nuestro caso, ya que estamos trabajando el fonema
/r/, le pediremos que localice cuatro palabras que contengan dicho fonema y se
invente una historia. Reforzaremos al niño para que diga la /r/ de forma correcta.
En este momento de la intervención habrá que utilizar cualquier excusa para que
el niño hable.
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Este seguimiento se realizará de forma progresiva. Los primeros seis meses se podrán
pasar las pruebas mensualmente para comprobar que no se está retrocediendo en los
avances de la intervención. Después, estas pruebas se llevarán a cabo en un periodo de
tiempo mayor.
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5. Conclusiones
La realización de este trabajo me ha permitido profundizar en el estudio de las
diferentes dislalias y particularmente en la dislalia funcional. Como es una de las
patologías que encontramos con más frecuencia en edad infantil, es muy importante que
los docentes estén informados de cómo deben actuar en cada caso para llevar a cabo una
intervención temprana.
Además, se ha tenido en cuenta la relevancia del desarrollo de los procesos fonológicos
en el niño y la estrecha relación que mantiene con la adquisición del lenguaje y los
diferentes trastornos del aprendizaje que se pueden desarrollar. En concreto, nos hemos
centrado en el análisis del trastorno del aprendizaje de la lectura y en cómo afecta este al
niño.
También hemos trabajado los tipos de dislalias y los patrones comunes que encontramos
en niños con estos trastornos del habla y las dificultades a las que se enfrentan en el
proceso del aprendizaje lectoescritor.
Después de haber diferenciado los tipos de dislalias, nos hemos centrado en la dislalia
funcional y hemos realizado una propuesta de intervención en la que se han definido las
similitudes que encontramos en estos sujetos y con ello, se ha propuesto una
intervención teniendo en cuenta la perspectiva anatómica y funcional del niño.
Particularmente, nos hemos centrado en niños con problemas en el fonema /r/ y se han
desarrollado diferentes actividades que se pueden llevar a cabo para tratar esta
dificultad.
El presente trabajo, podría ser aplicado para comprobar la utilidad de los ejercicios
anteriormente planteados y analizar las mejoras de los niños utilizando esta propuesta
de intervención.
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de Aragón. Recuperado de http://www.arasaac.org/
33
7. Anexos
Anexo 1. Protocolo de evaluación de dislalias.
34
35
36
37
38
39
40
41
42
Anexo 2. Dado de las emociones.
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Anexo 3. Dominó praxias.
44
Anexo 4. Pictogramas.
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Pictograma con la palabra rubio.
46
Pictograma con la palabra zanahoria.
47
Pictograma con la palabra tenedor.
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Anexo 5. Trabalenguas.
Ratoncito Roedor
Ratoncito roedor en el rancho se metió,
Roe roe roe ro, rabanitos y turrón,
Roe roe roe ro, ratoncito roedor,
Ratoncito roedor en el rancho se metió,
Roe roe roe ro, rabanitos y turrón,
Roe roe roe ro, ratoncito roedor.
La carroza
Rueda, rueda la carroza,
Ríe el rey y ríe la reina rosa,
Rueda, rueda la carroza,
Ríe el rey y ríe la reina rosa.
El perro de Parra.
Parra tenía un perro.
Guerra tenía una parra.
El perro de Parra subió a la parra de Guerra.
Guerra pegó con la porra al perro de Parra.
Y Parra le dijo a Guerra:
“¿Por qué ha pegado Guerra con la porra al perro de Parra?”
Y Guerra le contestó:
“Si el perro de Parra no hubiera subido a la parra de Guerra,
Guerra no hubiese pegado con la porra al perro de Parra”.
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Doña Pito Piturra
Con un plumero.
Doña Pito Piturra
Tiene un zapato,
Doña Pito Piturra
Le viene ancho.
Doña Pito Piturra
Tiene toquillas,
Doña Pito Piturra
Con tres polillas.
Doña Pito Piturra
Tiene unos guantes,
Doña Pito Piturra
Le están muy grandes.
Doña Pito Piturra
Tiene unos guantes,
Doña Pito Piturra ¡lo he dicho antes!
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Anexo 6. Láminas de expresión oral.
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