La Poca Colonial en La Nueva Granada
La Poca Colonial en La Nueva Granada
La Poca Colonial en La Nueva Granada
Los siglos que transcurrieron entre 1550 y 1810 se han denominado “época colonial”
debido a la presencia y al dominio político por parte de los españoles en lo que
actualmente comprende el territorio de Colombia. Durante este tiempo se formó en
América una sociedad en la que las costumbres, la lengua y la religión traídas por los
españoles se mezclaron con la cultura indígena
Es acertado llamar este período del modo como se ha hecho, porque, en efecto, en
estos siglos asistimos a un proceso de colonización, en el cual un grupo humano
emprende la tarea de dominar y controlar un territorio distinto al suyo tradicional, y a sus
pobladores, de modo sistemático y permanente, apareciendo al comienzo de este
proceso dos grupos definidos: los dominadores y los dominados.
Con la llegada de los españoles se acaba la vida tranquila y llena de abundancia de los
indios americanos. Los conquistadores son seducidos por las riquezas indígenas y
comienzan a presionar a los nativos para que muestren la procedencia del oro y sus
adornos. Entonces comienza una verdadera carrera para encontrar metales preciosos
lo que permitió a los españoles descubrir importantes yacimientos mineros, sobre todo
a partir de la segunda mitad del siglo XVI. Las minas de oro de Carabaya, Antioquia,
Chocó, Popayán y Zaruma y las de plata de Taxco, Guanajuato, Zacatecas, Potosí o
Castrovirreina dieron unguelco total a la economía de la época. Una verdadera fiebre
por la riqueza fácil se apoderó de los europeos, cuyo principal lazo de unión con América
será, en adelante, la producción minera y el comercio que se desarrolló en torno a ésta.
Las instituciones económicas de la Colonia, que tenían que ver con el trabajo de la tierra,
y las actividades mercantiles eran: Mita: turnos de trabajo obligatorio en las minas,
haciendas, obras etc. Encomienda: repartición de tierras a los españoles con los
indígenas. Resguardo: Pueblos de indios organizados para manejar la mano de obra y
facilitar el cobro del tributo.
Los principales impuestos eran: Alcabala (impuesto a las ventas), Almojarifazgo
(impuesto de aduanas), Armada de Barlovento (impuesto a los artículos de primera
necesidad), Quinto Real (impuesto minero), Estanco (monopolio sobre el trabajo, el
aguardiente y la sal), Media Anafa (impuesto para los empleados oficiales) y Diezmo
(impuesto a la Iglesia sobre los productos del agro).
La Iglesia Católica fue una institución poderosa durante el período colonial. A ella estaba
encomendada la evangelización, pero su poder también se extendía a lo territorial ya
que por legados y donaciones de fieles piadosos, la iglesia había llegado a poseer una
inmensa fortuna territorial. Las relaciones entre la Corona y la Iglesia habían estado
reguladas por el Patronato eclesiástico, que era un conjunto de prerrogativas cedido por
los Papas a los Reyes. Según el Patronato, el Estado Español daba los nombres de los
prelados que el Papa debía nombrar, designaba los curas párrocos, percibía los
diezmos eclesiásticos, autorizaba la fundación de Iglesias y la demarcación de diócesis
y parroquias y pagaba a prelados y curas, los cuales, por la procedencia de su
nombramiento, por las leyes vigentes y por el origen de su estipendio, eran
prácticamente funcionarios estatales con un cierto grado de subordinación. En el
período colonial la Iglesia Católica monopolizaba la enseñanza.
En América en general, a lo largo de los siglos XVII y sobre todo XVIII, la agricultura se
transformó en la actividad económica más importante, principalmente por el crecimiento
de la población, con el consiguiente aumento de la demanda de alimentos, y la
valorización social que otorgaba la posesión de la tierra.