La Evolución Del Periodismo

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LA EVOLUCIÓN DEL PERIODISMO

El periodismo como parte de una de las ramas de las ciencias de la comunicación es una
especialidad que en pleno siglo XXI crea en la sociedad en la que vivimos, un acto de
concientización y reflexión, mediante la labor que se ejerce como profesional de esta
ciencia, que genera información. Como afirma Duan y Simeleo (2014) el medio es un
portador de flujo de la información y lo que de él importa es para qué o para quién sirve
y los contenidos que comunicará. Es ahí que partimos y aseguramos que el periodismo
como tal es un flujo, un medio que le brinda a la sociedad la capacidad de informarse,
culturizarse, etc.

Si bien en la actualidad, el periodismo se considera como una rama fundamental en la


sociedad, y que con el avance de la tecnología se ha facilitado la forma de hacer
periodismo, podemos hacer hincapié en los inicios de esta demandada carrera.

El periodismo de por sí, tiene especialidades, tales como prensa, radio, televisión y otras
que surgieron con los avances tecnológicos vistos estos últimos años. Para eso haremos
análisis de la evolución de cada especialidad mencionada.

LA PRENSA
En Estados Unidos, según Albert (1990), el primer periódico verdaderamente original
aparece en 1728: la Pennsylvania Gazette, lanzado por Benjamin Franklin en Filadelfia.

Obstante, como cuenta el autor, el desarrollo de la prensa norteamericana, incluso


después de independizarse de Gran Bretaña, se tornó lento; así, fue necesario esperar hasta
1830 para que se diera inicio a su extraordinario desarrollo. En Francia, por su parte, el
primer auténtico diario apareció hasta 1777, se trató del Journal de Paris; a este le
sucedieron otras publicaciones como el Journal général de France; sin embargo, ya para
17892, “estos diarios parisenses no podían compararse con los periódicos londinenses, ni
por su contenido, ni por su audiencia” (Albert, 1990, p.31).

Como cita Kelly Robles (2017) en la cual Polanco (2009) señala que en España también
es en el siglo XVIII cuando se produce el desarrollo de la prensa, con periódicos como el
Diario de los literatos de España o El Correo de Madrid. Pero la novedad más genuina de
la prensa española, como detalla Guillamet (2004), la introdujo el aragonés Francisco
Mariano Nipho, autor del Diario noticioso, curioso-erudito, comercial, público y
económico, con el que en 1758 se da inicio a un género genuino de diario local de
divulgación y servicios.

Como se puede apreciar en diferentes países surgen los populares diarios


aproximadamente en el s. XVIII. En algunos casos después de los procesos de
independización influenciadas por la corriente Ilustrativa que regía en ese siglo, tales
como EE.UU y Francia.

LA RADIO
Son muchos los que entre fines del siglo XVIII y la primera mitad del XIX,
principalmente en Europa, se disputaron la invención del telégrafo eléctrico, y es cierto
que cada uno dio grandes pasos para que el invento haga realidad la comunicación a
distancia; pero, fueron factores económicos y gubernamentales los que dejaron en el
camino una serie de intentos (Magnani, 2008; Flichy, 1993).

Como cita Kelly Robles (2017) son Cooke y Wheatstone, en Inglaterra, y Samuel Morse,
en Estados Unidos, quienes logran hacer realidad el telégrafo eléctrico. Los primeros, con
una clara orientación comercial, firmaron en 1838 un acuerdo con una compañía
ferroviaria para instalar una primera línea telegráfica de trece millas; unos años más tarde,
la utilización del telégrafo trascendió a la utilización privada y en 1845 se instaló una
línea entre Liverpool y el País de Gales. Por su parte, en América, Samuel Morse, después
de largas discusiones, consiguió que en 1844 el Congreso financiase una primera línea
telegráfica entre Washington y Baltimore. Más adelante, esta línea fue vendida a una
sociedad privada y se dio inicio a un crecimiento extraordinario de la telegrafía, que ya
para 1850 contaba con 12.000 millas de líneas en Estados Unidos y 2.200 en Gran
Bretaña, como detalla Flichy (1993).

Luego de los avances en telegrafía, y dos siglos después del nacimiento de la prensa,
podemos hablar del nacimiento de la radio. En 1920 los países europeos y los Estados
Unidos dan inicio a las primeras emisiones regulares de radio. Desde 1895, Tesla,
Marconi, Lee de Forest, Fleming, Edison y otros, inician experimentos en los que se
combinan el telégrafo y otros inventos (Gargurevich, 2011). Y ya para 1920, la emisora
KDKA es lanzada “al aire” por WestingHouse, en Pittsburg (Estados Unidos). A partir
de entonces, en los años sucesivos, el nuevo medio se fue implantando en los diferentes
países occidentales, esencialmente en Canadá, en el continente europeo y, avanzada ya la
década, en América Latina (Fernández, 2004).
LA TELEVISIÓN
Según Gargurevich (2011), la expansión mundial de la televisión se da entre los años
1945 y 1960, lo que hace que la radio pase a un segundo plano. En esta etapa se registran
varios programas breves de transmisión de noticias, primero experimentales y luego ya
sistemáticos. Basándose en esta época Fernández (2004) distingue los tres modelos de
organización de la radio también en la actividad televisiva.

Como cita Kelly Robles (2017), Respecto a lo que la televisión aporta al periodismo,
destacamos su naturaleza audiovisual, que le otorga unas potencialidades específicas
frente a los medios que le anteceden (Codina, 2001). De esta forma hablamos de un
lenguaje periodístico que se basa en la imagen en movimiento y además añade la palabra
hablada, la música, los efectos sonoros y las imágenes estáticas en forma de gráficos,
fotos o dibujos (Barbosa, 2012). Este particular modo de presentar los mensajes, explica
también Barbosa, nos lleva a hablar de una “carga emocional”, resultado de la importancia
que el nuevo medio le da a lo visual, del culto a la personalidad y de la presentación de
las noticias con espectacularidad para mantener la atención del televidente.

CAMBIOS EN EL SIGLO XXI


A partir de este siglo ha cambiado notablemente el periodismo; las redes sociales se han
convertido en soportes de información, como los diarios o las webs. Son una inmejorable
oportunidad para llegar a miles de millones de personas, si bien verificar la información
es ahora una urgencia aún mayor. Informar desde redes sociales implica comprender y
adaptar la narrativa periodística al ecosistema donde va a ser consultada: el teléfono móvil
u otras herramiemtas tecnológicas.

El INTERNET Y LAS REDES SOCIALES

Con la aparición del internet, el periodista se allegó a herramientas en un nuevo medio


de comunicación que, como cualquier otro, exige entrenamiento y adaptación del
lenguaje. La web convirtió a la información en multimedia y obligó al periodista a
adquirir habilidades digitales para usar estas herramientas. Las redacciones se
despoblaron. Los sitios (también llamados portales) surgían a diario; la manera de
consumir información mostraba u nuevo estilo de periodismo.
Hace mucho tiempo el periodista era un señor con enormes audífonos que recibía
información, la leía y comentaba. La interacción con la audiencia era limitada, a
destiempo y filtrada. Hoy en día, los consumidores de medios generan contenido y no
sólo con sus comentarios.

Actualmente, cualquier persona puede, desde la comodidad de una ventana y con la ayuda
de un teléfono celular, producir contenido relevante que puede convertirse en “la nota de
ocho” del día siguiente. En muchos casos, basta estar en el lugar preciso a la hora perfecta.
El periodismo ciudadano a veces suplanta al antiguo periodista. Muchos medios de
comunicación incentivan estas actitudes y han abierto canales para recibir dicho
contenido. Otros, abominan esta práctica. Los ciudadanos no están obligados a realizar el
trabajo de un periodista serio. Ahí está la distinción entre uno y otro.

Redes sociales en el periodismo


No basta tener un buen texto, un gran reportaje o “la exclusiva”. Los periodistas deben
usar las diferentes herramientas que Internet ofrece y explotarlas. Además, hay que usar
las capacidades analíticas y la red de contactos disponible. Un buen periodista 2.0 debe
dedicarle tiempo al aprendizaje de las herramientas digitales disponibles e incorporarlas
a su trabajo cotidiano.

Las redes sociales van más allá de Twitter, blogs y Facebook. Existen muchas
herramientas útiles para ser explotadas. Actualmente, pocos periodistas hacen uso de
herramientas como Digg (http://digg.com) o Delicious (http://delicious.com) para
recopilar información. Se olvidan que sus blogs también pueden ser fuente de
información.

Gina Masullo (http://savethemedia.com/), periodista con más de dos décadas de


experiencia y bloguera del Laboratorio de Periodismo Nieman en Harvard University,
recomienda a quienes quieren incursionar en el periodismo en la era de Internet:
Herramienta de red: Los periodistas necesitan que les cuenten cosas. El Twitter es una
manera de conectarse con las fuentes y con los lectores (seguidores). Se trata de platicar
con la secretaria del personaje a entrevistar, de establecer una relación de seres humanos,
no sólo de trabajo. Por eso es importante tuitear qué comiste o que llevas a tu mamá o
hija a su clase de yoga, se trata de ser “ser humano”.

Tomar/Robar ideas: Si eres bloguero –seas o no periodista– necesitas generar temas


interesantes. En Twitter encuentras una manera de nutrir tus lecturas y “jalar” ideas. Le
llamo “robar”, pero no les es. Se trata de tomar inspiración. Por ejemplo, alguna vez leí
en un “tuit” que las madres casadas odian el sexo y ligaban a una nota de MomLogic.
Escribí sobre el tema en MomLogic y puse la liga a mi blog. Se volvió uno de mis “posts”
más populares porque estaba como tópico de búsqueda de ese día en la blogósfera.

Hallar fuentes: En alguna ocasión reporteaba sobre la historia de cómo una familia podría
mantener en presupuesto el regreso a clases. Twitter me ayudó. Seguía a una mujer que
tenía su propio blog: Frugal Upstate. Supe que ella sería perfecta, después de leerla por
meses, para tal reportaje. Así que le mandé un mensaje directo vía Twitter para
entrevistarla. Ella accedió y tuve que cotejarla, como a cualquier otra fuente, para incluirla
en la historia.

Agregar: Algunos temas realmente despegan en Twitter. Si no, pregúntenle a Carlos Puig
y su supuesta salida de W Radio. Por ello, son muy útiles los “hashtag” ya que ubican a
los mensajes en un solo sitio y ahí es fácil hallarlos.

“La noticia”: Si hay algo claro de Twitter es que es rápido. Tecleas tu “noticia” en 140
caracteres o menos en una página web o teléfono celular y bum, ya está publicada. Tal
como ocurrió con la muerte de Osama Bin Laden. Sin embargo, Twitter no es para todo
tipo de noticias, obviamente. Si bien es inmediato y conecta al seguidor con la noticia,
los periodistas deben usar otras herramientas.
BIBLIOGRAFÍA
Duan, Y., & Simelio, N. (2014). La transformación del periodismo tradicional en el
nuevo entorno digital (Tesis de licenciatura). Barcelona: Universitat Autònoma de
Barcelona.
Albert, P. (1990). Historia de la prensa. Madrid: Rialp
Robledo-Dioses, K. (2017). Evolución del periodismo: aportes mediáticos a la
consolidación de la profesión. Comhumanitas: revista científica de comunicación, 8(1),
1-27.
Polanco, N. (2009). Historia del periodismo [Versión electrónica]. Contribuciones a las
Ciencias Sociales (6). Recuperado de: http://goo.gl/etYLRT
Guillamet, J. (2004). De las gacetas del siglo XVII a la libertad de imprenta del XIX. En:
C. Barrera (Coord.), Historia del Periodismo Universal (1era ed.) (pp. 43-76). Barcelona:
Ariel.
Magnani, E. (2008). Historia de la comunicación: los mensajes y sus soportes. Desde los
primitivos lenguajes y los tambores, al telégrafo, la radio, la televisión y la aparición de
internet. Buenos Aires: Capital intelectual
Flichy, P. (1993). Una historia de la comunicación moderna. México: Ediciones G. Gili.
Gargurevich, J. (2011). Introducción a la historia del periodismo. Lima: Pontificia
Universidad Católica del Perú.
Fernández, I. (2004). Panorama histórico de la radio y de la televisión. En: C. Barrera
(Coord.), Historia del Periodismo Universal (pp. 229-250). Barcelona: Ariel.
Codina, M. (2001). Una ética para la profesión. En: M. Codina (Ed.), De la ética
desprotegida. Ensayos sobre deontología de la comunicación (pp. 11-19). Pamplona:
EUNSA.
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Internet.html#.XS5haRlnUwg.

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