Tortolero: Nota Sobre El Platonismo en Matemática

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Nota sobre el Platonismo en Matemática

Universidad Simón Bolívar


Profesor Numa Tortolero

Curso: Filosofía de la Lógica


Trimestre 2017-2

Logicismo como una forma de realismo matemático: argu-


mento en favor de la existencia de las entidades abstractas

Podría considerarse el primer punto a tratar en el curso, problemas onto-


lógicos de la lógica, como una primera aproximación a la losofía analítica. El
objetivo especíco es explicar cómo un lósofo de la escuela analítica, W.V.O.
Quine, aborda un problema clásico de la ontología: ¾existen las entidades abs-
tractas (universales)? Quine observa que una disputa en torno al problema sólo
es posible si antes se resuelve el problema conocido como La Barba de Platón.
El problema surge de la aparente imposibilidad de sostener la inexistencia de
una entidad a la cual se le ha asignado un nombre. El problema es planteado
explícitamente por Platón en El Sosta, uno de sus diálogos de madurez. En
éste, se discute expresamente la dicultad que supone discutir acerca de lo que
no es, ya que pareciera que sólo podemos discutir acerca de aquello que es de
alguna manera, es decir, el no ser debería ser de alguna manera. En su ensayo
Acerca de lo que hay, Quine presenta su solución al problema de la barba de
Platón, plantea una salida a través de un análisis de la estructura del signicado
en donde es posible distinguir entre signicación (sentido) y referencia, o mejor,
entre decir y nombrar.
Una de las observaciones más importantes del ensayo es que los proble-
mas que impulsaron los tres programas modernos de fundamentación de la
matemáticalogicismo, intuicionismo y formalismono son sino la reedición del
clásico problema de la existencia de los universales y que cada uno de estos
programas coinciden con las antiguas posturas ante el problema: realismo o
platonismo, conceptualismo y nominalismo. Por este motivo conviene revisar
un poco el origen del problema y las discusiones que propició en la Edad Me-
dia, poniendo especial énfasis en el tratamiento que realizó Pedro Abelardo,
quien observa la necesidad de anexar una dimensión semántica a las dimensio-
nes desarrolladas por sus maestros, Roselino y Guillermo, a la consideración de
los universales. Antes de Abelardo sólo se habían considerado dos dimensiones
del universal, la dimensión ontológica y la dimensión gnoseológica.
En este punto, el objetivo es desarrollar un criterio para distinguir entre las
tres posiciones respecto al problema de los universales: realismo, nominalismo

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y conceptualismo. También es de suma importancia reconstruir los argumentos
que Abelardo emplea en la crítica a las ideas de sus maestros.
El logicismo consiste en el programa que tiene como objetivo construir las
matemáticas a partir de principios de la lógica. El logicista sostendrá que las
matemáticas constituyen una teoría imbuida en la lógica, la cual sería una teoría
más abarcante y amplia. Los logicistas modernos más importantes son Gottlob
Frege y Bertrand Russell.
En su Fundamentación de la Aritmética, entre otras cosas, Frege presenta un
argumento que deende la existencia de las entidades abstractas (las clases, los
números, etc.). En la voz Platonism in the Philosophy of Mathematics de la
Stanford Encyclopedia of Philosophy, una enciclopedia losóca en línea, se pre-
senta el argumento de Frege en favor de la existencia de los objetos matemáticos
abstractos. El argumento consta de dos premisas:
Tesis de la semántica clásica: los términos singulares del lenguaje de la
matemática tienen como propósito hacer referencia a objetos matemáticos, y los
cuanticadores de primer orden tienen como propósito tener como rango estos
objetos.
Tesis sobre la verdad: La mayoría de las oraciones aceptadas como teo-
remas matemáticos son verdad, independientemente de su estructura sintáctica
y semántica.
Tomemos entonces oraciones que sean aceptadas como teoremas matemáti-
cos y que contengan uno o más términos singulares matemáticos. Por la tesis
sobre la verdad, esas oraciones son verdaderas. Sea S una oración tal. Entonces,
por la tesis de la semántica clásica, la verdad de S requiere que sus términos sin-
gulares efectivamente hagan referencia a objetos matemáticos. Por tanto, deben
existir objetos matemáticos abstractos.
Si observamos con atención, podemos notar que este argumento supone in-
terpretar los predicados (propiedades atribuidas a individuos) como nombres,
ya que, cuando este es el caso, siendo los nombres términos que tienen como
nalidad nombrar algo, se supone que siempre deben existir las entidades que
se pretende nombrar. En el caso de los términos que funcionan como predica-
dos, deben existir entonces las clases que esos términos nombran, las cuales son
entidades abstractas. En este sentido, Frege estaría tratando a los términos sin-
gulares de los enunciados de la matemática como nombres de objetos abstractos.
Dado que todo nombre es nombre de algo, lo nombrado por un nombre debe
tener existencia. Así que, en matemática, lo nombrado por términos singulares,
que son entidades abstractas, deben existir.
La aproximación de Quine al problema de la barba de Platón (lo que no existe
debe existir de alguna manera) apela a la distinción entre nombrar y signicar.
Un predicado no necesariamente es un nombre de algo. Un predicado puede ser
interpretado como una función proposicional. El predicado rojo, por ejemplo,
no sólo es el nombre de la clase de los objetos rojos, sino una expresión abierta
que podríamos parafrasear con la expresión  x es rojo, que es una función
proposicional, no una proposición. Una función proposicional es una expresión
que contiene una variable y cuya verdad o falsedad depende del término que
sustituya la variable. Por ejemplo, la expresión:

2
x es un entero mayor que 4
es verdad su x es reemplazado por enteros como 5, 10, 8, 30000. Falso si es
sustituido por 3 o 1. Podemos decir también que una función proposicional es
una expresión que contiene variables libres. Las variables libres de una expresión
son aquellas que no caen bajo el efecto de un cuanticador. En ese caso decimos
que las variables e la expresión están ligadas.
Los cuanticadores son expresiones del tipo: todo, alguno, ninguno. Si agre-
gamos un cuanticador a la expresión de arriba:
algún x es un entero mayor que 4
no necesitamos hacer la sustitución de la variable por un número especíco
para establecer la verdad o falsedad de la expresión. Ya no se trata de una
función proposicional sino de una proposición.
Entonces, volviendo a nuestro problema, la barba de Platón, Quine observa
que un predicado puede ser interpretado como una función proposicional y que
un nombre propio, que es un término singular, puede ser parafraseado como
una descripción denida. Por ejemplo, un nombre propio como Simón Bolívar
puede ser parafraseado como el caraqueño que libertó a Venezuela del dominio
de la dominación española, es decir: hay un x tal que x era caraqueño y liberó
a Venezuela del dominio español, y más nadie ha hecho eso.
Esta solución parece una crítica al argumento de Frege en favor de la exis-
tencia de las entidades abstractas.

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