Sentencia Consejo de Estado

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Radicado: 05001-23-31-000-2002-00799-01 (50265)

Demandantes: Hernando Ernesto Higuita Echavarría y otros

CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN TERCERA
SUBSECCIÓN B

Magistrado ponente: MARTÍN BERMÚDEZ MUÑOZ

Bogotá D.C., veintiocho (28) de octubre de dos mil diecinueve (2019)

Referencia: Reparación directa


Radicación: 05001-23-31-000-2002-00799-01 (50265)
Demandante: Hernando Ernesto Higuita Echavarría y otros
Demandado: Nación - Ministerio de Defensa - Ejército Nacional

Tema: Responsabilidad por ataque armado y desplazamiento forzado /


No se acreditó el daño en cuanto al desplazamiento forzado / Se
revoca la decisión de primera instancia y se condena por el daño
moral ocasionado a los demandantes con el ataque del Ejército
Nacional a los miembros de la excursión en la que participaban.

SENTENCIA

No observándose irregularidad que invalide la actuación, procede la Sala a


resolver el recurso de apelación interpuesto por la parte demandante contra la
sentencia proferida el 14 de agosto de 2012 por el Tribunal Contencioso
Administrativo de Antioquia, en la que se negaron las pretensiones de la
demanda al considerar que no se acreditó que <<el desplazamiento forzado del
que fueron víctimas los demandantes fuera imputable al Ejército Nacional>>.

I. ANTECEDENTES

A. Demanda de reparación directa

1.- En la demanda presentada el 12 de febrero de 2012 1, el señor Hernando


Ernesto Higuita Echavarría, su esposa Lucy del Carmen Vélez Velásquez y sus
menores hijos Paola Andrea, Juan Camilo y Estefani Higuita Vélez, mediante
apoderado judicial, solicitaron que se declarara patrimonialmente responsable a
la Nación-Ministerio de Defensa-Ejército Nacional por el daño moral que se les
causó con el ataque armado a la excursión de la que hacían parte, ocurrida el
15 de agosto del año 2000 en la vereda “La Pica” del municipio de Pueblorrico
1
Folio 13 c. ppal.

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Demandantes: Hernando Ernesto Higuita Echavarría y otros

(Antioquia), así como por el consecuente desplazamiento forzado del que


fueron víctimas.

2.- En la demanda se formularon las siguientes pretensiones:

<< (…) PRIMERA: Se declare a la NACIÓN – MINISTERIO DE DEFENSA


– EJÉRCITO NACIONAL, administrativamente responsable de los daños y
perjuicios morales y materiales ocasionados a HERNANDO ERNESTO
HIGUITA ECHAVARRÍA, LUCY DEL CARMEN VÉLEZ VELÁSQUEZ,
ESTEFANI HIGUITA VÉLEZ, PAOLA ANDREA HIGUITA VÉLEZ y JUAN
CAMILO HIGUITA VÉLEZ.

SEGUNDA: Como consecuencia de la anterior declaración la NACIÓN –


MINISTERIO DE DEFENSA – EJÉRCITO NACIONAL, pagará a
HERNANDO ERNESTO HIGUITA ECHAVARRÍA, LUCY DEL CARMEN
VÉLEZ VELÁSQUEZ, ESTEFANI HIGUITA VÉLEZ, PAOLA ANDREA
HIGUITA VÉLEZ y JUAN CAMILO HIGUITA VÉLEZ la suma de dinero que
a la fecha de hacerse efectivo el pago represente MIL (1.000) salarios
mínimos legales vigentes para cada uno de ellos a título de DAÑO
MORAL, por el sufrimiento causado por los angustiantes hechos sucedidos
el 15 de agosto en la Vereda La Pica y por el riesgo de perder sus vidas; el
dolor producido por la muerte y lesionamiento de varios de los alumnos de
Lucy del Carmen, conocidos del concejal Hernando Ernesto y amigos y
compañeros de estudio de Estefani y Juan Camilo y los padecimientos y
miedos producidos como consecuencia de la separación forzada de la
familia, la amenazas de que fueron víctimas y el desplazamiento forzado a
que se vieron avocados.

TERCERA: La NACIÓN – MINISTERIO DE DEFENSA – EJÉRCITO


NACIONAL, reconocerá a favor de HERNANDO ERNESTO HIGUITA a
título de DAÑO MATERIAL – LUCRO CESANTE – la suma que se
determine en el proceso considerando su actividad como agricultor y
Concejal del Municipio de Pueblo Rico.

CUARTA: La NACIÓN – MINISTERIO DE DEFENSA – EJÉRCITO


NACIONAL pagará a HERNANDO ERNESTO HIGUITA y LUCY DEL
CARMEN VÉLEZ VELÁSQUEZ por concepto de DAÑO MATERIAL –
DAÑO EMERGENTE, las sumas de dinero cuya erogación se derivó y
derivan del hecho.

-Gastos judiciales por la presentación y trámite del proceso contencioso


administrativo.
-Desplazamiento forzado a la ciudad de Medellín.
-Gastos de arrendamiento y servicios públicos que no se sufragaban en la
Vereda La Pica por los accionantes.
-Gastos de transporte que ahora se causan para las labores de maestra de
Lucy del Carmen Vélez Velásquez.

QUINTA: Para efectos de liquidación y pagos de la indemnización


solicitada a la NACIÓN – MINISTERIO DE DEFENSA- EJÉRCITO
NACIONAL se tendrá en cuenta la corrección monetaria aplicable a las
sumas consolidadas y futuras en el momento de hacerse efectivo el pago.

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SEXTA: La NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA - EJÉRCITO


NACIONAL ejecutará la sentencia en los términos de los artículos 176 y
177 del Código Contencioso Administrativo y la sentencia de la Corte
Constitucional No. 188 del 29 de marzo de 1999 con ponencia del
magistrado José Gregorio Hernández.

SÉPTIMA: Se condenará en costas a la parte demandada. (…)>>

3.- Las afirmaciones en las que se sustentan las anteriores peticiones se


sintetizan de la siguiente manera2:

3.1.- Hernando Ernesto Higuita Echavarría se desempeñó como concejal del


municipio de Pueblorrico desde el 3 de junio de 1999 y Lucy del Carmen Vélez
Velásquez laboró como docente en la Escuela Rural de la vereda La Pica desde
el 1º de junio de 1994, labores que desarrollaron hasta el 24 de agosto de 2000.
Sus hijos estudiaban en el plantel educativo mencionado.

3.2.-La Escuela Rural de la vereda La Pica organizó una jornada ecológica con
un grupo de alumnos a cargo de la profesora Lucy del Carmen Vélez
Velásquez, la cual se llevó a cabo en horas de la mañana del 15 de agosto de
2000. En la actividad participaron la docente y 47 niños, quienes portaban su
uniforme deportivo; la señora Dalia Zapata Gómez, persona encargada de
preparar los alimentos en la institución, Hernando Ernesto Higuita Echavarría,
cónyuge de la docente y padre de dos de los menores que asistieron Estefani y
Juan Camilo Higuita Vélez, así como la señora Mery López Álvarez, madre de
las niñas Marcela y Andrea Sánchez.

3.3.- En el trascurso de la caminata fueron sorprendidos con disparos


indiscriminados provenientes de tropas del Ejército Nacional adscritas al
Batallón Cacique Nutibara de la Cuarta Brigada, ataque que, pese a las voces
de auxilio, se extendió por 40 minutos, arrojando como resultado la muerte
violenta de 6 niños y 4 menores gravemente heridos.

3.4.- Las características topográficas del lugar en el que ocurrieron los hechos,
por tratarse de campo abierto, así como la hora de los hechos, permitían
visibilidad y advertir que se trataba de niños; no obstante, los hombres del
Ejército Nacional mantuvieron el fuego, desatendieron los llamados angustiosos
de los otros grupos de marchantes y de vecinos del sector que se agolparon
para suplicar que cesara el fuego.

2
Folios 1 a 5 c. 1.

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3.5.- La cúpula militar justificó el hecho aduciendo que los uniformados


respondían a una emboscada de guerrilleros del Ejército de Liberación
Nacional, quienes habían utilizado a los menores como escudos humanos,
versión que los demandantes desmintieron públicamente, dado que se pudo
constatar que en esa zona y en la fecha de la excursión no se presentaron
combates con insurgentes, pues allí no había presencia guerrillera.

3.6.- Lucy del Carmen Vélez Velásquez y Hernando Ernesto Higuita fueron
personas claves en el esclarecimiento de los hechos ante los medios de
comunicación, los distintos organismos de control como la Defensoría del
Pueblo, la Procuraduría, la Fiscalía y las organizaciones no gubernamentales
de derechos humanos; denunciaron la responsabilidad directa de los
uniformados y desvirtuaron con ello la versión de la Fuerza Pública,
circunstancias por las que fueron amenazados de muerte vía telefónica y
obligados a desplazarse forzosamente a la ciudad de Medellín.

3.7.- La docente Vélez Velásquez solicitó al Comité Especial de Amenazados de


la Secretaría de Educación del Departamento de Antioquia, una comisión para
salir del país y su traslado, por lo que fue reubicada laboralmente en la ciudad
de Medellín.

3.8.- Los demandantes se vieron obligados a abandonar su domicilio y sus


actividades laborales, políticas, sociales y afectivas en la vereda La Pica y el
municipio de Pueblorrico lo que repercutió a nivel económico, emocional y
familiar. También han sufrido las marcas dejadas por los hechos vividos en la
vereda la Pica, la impresión, el temor que les fue ocasionado, situación que
persiste producto de posteriores amenazas, que incluso los llevó a tener que
cambiar de residencia periódicamente en la ciudad de Medellín para proteger su
vida.

B. Postura de la parte demandada

4.- La Nación-Ministerio de Defensa contestó la demanda oportunamente 3. No


obstante, con el escrito presentado no allegó el poder otorgado para acreditar
en debida forma su representación judicial dentro del proceso, por lo que, en
ausencia del derecho de postulación, no se tuvo en cuenta el escrito de
oposición presentado4.

3
Folios 118 a 125 c. ppal.
4
Artículo 63 y 64 C.P.C.

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El Ejército Nacional, pese a encontrarse debidamente notificado, guardó


silencio5.

C. Sentencia recurrida

5.- En la sentencia dictada el 14 de agosto de 2012, el Tribunal Contencioso


Administrativo de Antioquia negó las pretensiones de la demanda al considerar
que la parte actora no logró demostrar que el desplazamiento forzado aducido
fuera imputable al Ejército Nacional, esto es, que las amenazas presuntamente
recibidas provinieran de miembros de la entidad castrense.

5.1.- El Tribunal encontró probado que la entidad demandada aceptó el error


cometido el día del ataque y que por ello realizó acciones tendientes a resarcir
los daños en la vereda La Pica, motivo por el cual desvirtuó que los
demandantes fueran testigos de excepción en el caso y que hubiesen
desmentido la versión del Ejército.

5.2.- Precisó que de los desafortunados hechos ocurridos en la vereda La Pica


el 15 de agosto del 2000 -los cuales se encontraban probados- no podía
deducirse automáticamente el desplazamiento forzado de la familia Higuita
Vélez.

5.3.- Indicó que, aunque se probó que en su momento se interpuso una


denuncia por amenazas, nunca se indicó de donde provenían, lo que impedía
imputar el desplazamiento a la entidad estatal demandada.

5.4.- Concluyó que el daño antijurídico alegado no se encontraba sustentado en


el caudal probatorio allegado al proceso, descartando al respecto una posición
de garante en abstracto por los hechos ocurridos respecto de los demandantes.

5.5.- No efectuó ningún análisis en torno a las pretensiones relacionadas con el


ataque armado ocurrido en presencia de los demandantes y el daño moral
aducido al respecto.

D. Recurso de apelación

6.- La parte demandante apeló oportunamente el fallo de primera instancia 6 y


solicitó su revocatoria en consideración a que sí se encontraba acreditado el
daño. Señaló como puntos de inconformidad con la decisión denegatoria de las
pretensiones los siguientes:

5
Folio 117 c. ppal.
6
Folios 310 a 316 c. ppal.

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6.1.- No existió una adecuada valoración probatoria del contenido del testimonio
del señor Elkin de Jesús Ramírez, quien declaró acerca de las denuncias
públicas y en medios de comunicación efectuadas por el señor Higuita
Echavarría en contra de las Fuerzas Militares, responsabilizándolos del hecho y
desmintiendo la versión oficial de los mismos, lo que prueba la animadversión
existente contra dicha familia por su papel en el esclarecimiento del caso.
Precisó que el contenido de dicha declaración se descartó simplemente bajo el
argumento de que se trataba de un testigo único, cuando debió valorarse
conforme a las reglas establecidas para tal efecto en el estatuto procesal.

6.2.- El hecho de que los militares hubiesen aceptado su responsabilidad


respecto de la muerte de los menores, no desvirtuaba por sí solo que pudieran
ser los autores de las amenazas, como lo afirmó equivocadamente el a quo.

6.3.- Los recortes de prensa, si bien no daban fe de los hechos ocurridos,


probaban la actitud de denuncia del demandante.

6.4.- El hecho de que Hernando Ernesto Higuita desconociera de quiénes


provenían las amenazas no impedía la valoración de los indicios que
responsabilizaban al Ejército, como la denuncia pública efectuada por el señor
Echavarría y el hecho de presentar una versión contraria a la manifestada
públicamente por las Fuerzas Militares.

6.5.- Las pruebas no se valoraron en contexto pues del mismo era claro que no
existía razón para que la familia Higuita Vélez abandonara la población en la
que residían, dado que su proyecto de vida personal, familiar y laboral se venía
desarrollando en ese lugar, lo que confirma que el único motivo correspondía a
la necesidad de proteger sus vidas ante las amenazas recibidas.

6.6.- En contravía de la prueba testimonial y documental aportada, el fallador de


primera instancia despojó al Ejército Nacional de su interés en silenciar a la
pareja Higuita Vélez, <<presentándolos como sujetos transparentes contra toda
evidencia>>.

6.7.- Contrario a lo afirmado por el a quo en la sentencia apelada, las denuncias


por las amenazas recibidas sí fueron presentadas por Hernando Ernesto Higuita
ante diferentes autoridades, entre ellas a la Alcaldesa Municipal, diversas
instituciones defensoras de derechos humanos, la oficina del Alto Comisionado
de Naciones Unidas, la oficina de Derechos Humanos de la Procuraduría
Regional de Antioquia, la Fiscalía General de la Nación, la Dirección Nacional
de Investigaciones Especiales de la Procuraduría y la Vicepresidencia de la
República, entre otras.

II. CONSIDERACIONES

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7.- En la medida en que los documentos aportados en copia simple al proceso


de la referencia no fueron tachados de falsos, se les otorgará valor probatorio
de conformidad con el criterio de unificación establecido por la Sala Plena de la
Sección Tercera en la sentencia del 28 de agosto del 2013. 7

8.- También se valorarán las pruebas documentales que forman parte de la


investigación penal militar adelantada por los hechos objeto de esta demanda
-prueba solicitada por la parte demandante 8-, con base en lo dispuesto en el
artículo 174 del Código General del Proceso, según el cual “las pruebas
practicadas válidamente en un proceso podrán trasladarse a otro en copia y
serán apreciadas sin más formalidades, siempre que en el proceso de origen se
hubieren practicado a petición de la parte contra quien se aducen o con
audiencia de ella”.

8.1.- Debe precisarse al respecto que el proceso fue allegado incompleto, y que
en el expediente obra únicamente la definición de la situación jurídica de los
militares imputados, la providencia que ordenó la cesación de procedimiento y
el recurso de apelación presentado por la Procuraduría General de la Nación
contra esta última, razón por la que su contenido será valorado bajo dicha
limitación, esto es, teniendo en cuenta que no se trata de una decisión penal en
firme y que se desconoce el resultado final del proceso .

9.- No se tendrán en cuenta las declaraciones rendidas por la señora Lucy del
Carmen Vélez Velásquez y el señor Hernando Ernesto Higuita Echavarría en el
proceso disciplinario n.º 9-445452-00 adelantado por la Procuraduría General
de la Nación con ocasión de los hechos ocurridos el 15 de agosto de 2000, toda
vez que la prueba fue solicitada por la parte demandante, su contenido no fue
objeto de ratificación dentro de este proceso 9 y tampoco se corrió traslado a la
parte demandada una vez allegadas para que ejerciera en debida forma su
derecho de contradicción y defensa. 10 Por el contrario, las pruebas testimoniales
recaudadas en el proceso penal militar adelantado en contra de los militares
implicados en la masacre, se tendrán en cuenta en la medida en que fueron
practicadas por la entidad demandada.

10.- Los artículos de prensa aportados por la parte actora en relación con los
hechos de la demanda se tendrán en cuenta en los términos y para los efectos
señalados en la sentencia de Sala Plena de esta Corporación 11 que respecto de
su valor probatorio señaló que no ostentan por sí solos la entidad suficiente
7
Ver Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sala Plena de la Sección Tercera.
Sentencia del 28 de agosto del 2013. Expediente: 25.022. M.P. Dr. Enrique Gil Botero.
8
Folio 10 c. ppal.
9
Artículo 222 CGP.
10
Corte Constitucional. Sentencia T-204 del 28 de mayo de 2018. M.P. Dr. Alejandro Linares Cantillo.
11
Consejo de Estado, Sala Plena de lo Contencioso Administrativo, sentencia del 29 de mayo de 2012,
Exp. 110010315000201101378-00, C.P. Susana Buitrago Valencia.

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para probar el hecho y la veracidad de la situación que narran o describen, por


lo que su eficacia probatoria se circunscribe a establecer la existencia de la
noticia en torno a un hecho y que solo adquirirán valor probatorio respecto de
su contenido cuando encuentran conexidad y coincidencia con otros elementos
probatorios que obren en el expediente.

11.- Hecha la aclaración anterior, una vez revisado el expediente y las pruebas
que lo acompañan, la Sala procederá a revocar la sentencia recurrida que
negó las pretensiones, para, en su lugar, acceder a las mismas porque en el
proceso se encuentra probado que los demandantes fueron víctimas de un
ataque armado por parte del Ejército Nacional, y aunque no fueron lesionadas
físicamente durante el mismo, su presencia en el lugar de los hechos y la
condición en la que se encontraban allí, les ocasionó un daño moral que debe
ser reparado.

Se confirmará la decisión del a quo que negó la indemnización solicitada por el


desplazamiento forzado originado en las presuntas amenazas y hostigamiento
por parte de las Fuerzas Militares por su calidad de testigos de excepción, toda
vez que tal circunstancia no se encuentra demostrada, y al contrario, se probó
que el desplazamiento de los mismos obedeció primordialmente a una solicitud
de traslado efectuada por la docente Lucy del Carmen Vélez Velásquez por el
temor que le generaron los hechos ocurridos, mas no por la existencia de las
amenazas por parte del Ejército Nacional.

E. Ataque armado a la excursión

12.- En el proceso se encuentra plenamente acreditado -y en ninguna de las


instancias fue objeto de controversia- que el 15 de agosto del 2000, a las 8:00
a.m., varios miembros de la comunidad educativa de la Escuela Rural de la
Vereda “La Pica” en el municipio de Pueblorrico-Antioquia -entre ellos la
docente Lucy del Carmen Vélez Velásquez, su esposo y padre de dos
estudiantes del grupo Hernando Ernesto Higuita Echavarría, la señora Dalia
Zapata contratista del Instituto de Bienestar Familiar para el restaurante escolar
de la vereda, una madre de familia y alrededor de 30 estudiantes entre los 5 y
los 12 años de edad- adelantaron una caminata ecológica hacia el lugar
denominado “La Tolda” en cuyo trayecto fueron sorprendidos por el ataque de
las tropas del Ejército Nacional, quienes adujeron haberlos confundido con
milicianos del Ejército de Liberación Nacional, con ocasión de los informes de
inteligencia que señalaban que éstos podrían intentar avanzar e intentar huir
por esa zona12.
12
Lo anterior se extrajo del análisis del informe de la defensoría del pueblo del 16 de agosto del 2000 y 30
de abril de 2003 -fls. 224 a 226 c. ppal.-, del informe rendido por la alcaldesa del municipio de
Pueblorrico ante la Defensora del Pueblo de Antioquia el 16 de agosto del 2000, del informe rendido en
torno a los hechos por la ONG Corporación Jurídica Libertad -fls. 19 a 34 c. ppal.- y de la decisión del Juez
25 de Instrucción Penal Militar de la Unidad de Instrucción Penal Militar del Ejército Nacional del 27 de

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13.- De los informes alrededor del lamentable suceso, esto es, de los rendidos
por la Defensoría del Pueblo y la Alcaldesa del municipio de Pueblorrico, que
narran ampliamente y al detalle los anteriores hechos-, además de su
aceptación en la forma anteriormente descrita por parte de los miembros de las
Fuerzas Militares implicados -tal como se extrae de las declaraciones rendidas
por los mismos en el proceso penal militar- 13, se encuentra probado que la
excursión fue atacada por disparos del Ejército Nacional que se
prolongaron por 40 minutos y ocasionaron la muerte por arma de fuego de
dotación oficial, a 6 de los estudiantes que asistieron a la caminata,
además de herir gravemente a otros 4 menores de edad.

13.1.- También está acreditado que ninguno de los demandantes, que


participaban en la actividad docente en las condiciones antes señaladas,
resultó herido. Ni la docente Vélez Velásquez, ni su esposo, ni sus menores
hijos, Estefani y Juan Camilo Higuita Vélez, respecto de quienes se
encuentra demostrado que participaron como estudiantes de la institución en la
salida ecológica programada por las directivas de la institución, según informes
rendidos por la directora de la Escuela Rural “La Pica” y la misión coordinada
por la Corporación Jurídica Libertad.14

13.2.- No obstante lo anterior, de la narración de los hechos rendida por los


padres y familiares de los menores afectados vertida en los dos informes
oficiales de la Defensoría del Pueblo – Regional Antioquia y en el proceso penal
militar, se extrae que durante el tiempo en que duró el fuego, la totalidad de
asistentes a la excursión, incluidos los anteriormente mencionados, tuvieron
que <<resistir el ataque>>, <<arrojarse por lugares aledaños para protegerse
de la balas>> y buscar refugio en las casas cercanas para salvar sus vidas.

13.3.- De la declaración de la señora Inés del Socorro Henao Sierra, abuela de


uno de los menores afectados, se extrae que:

<<…su nieto había salido en un paseo de la escuela con varios niños y


una profesora hacia la cabecera de la vereda La Pica, a eso de las nueve
de la mañana, se escucharon unos tiros lentos y luego se fueron
apurando, hubo detonaciones fuertes y mientras más pasaba el tiempo
más fuertes eran, que sonaba como si fuera dinamita arrancando piedra,
que como se preocupó mando a la mamá del niño a buscarlo, fueron
llegando los niños muy asustados y decían que habían muchos niños
heridos y muchos muertos, que no les había pasado nada porque se
habían echado a rodar por la loma, que se enteró de que su nieto era uno

septiembre de 2000, fl. 1 a 90 c. pruebas.


13
Folios 4 a 34 c. de pruebas.
14
Folios 19 a 34 c. ppal.

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de los muertos como a la una de la tarde cuando le comentaron las


personas que bajaban>>

13.4.- De la declaración del menor Cesar Augusto Arboleda Velásquez, quien


presenció el hecho, se extrae lo siguiente:

<<el paseo salió de la Escuela La Pica a las ocho de la mañana de ese


día martes 15 de agosto, como algunos niños ya sabían el sitio donde se
iba a realizar el paseo, se encontraron en las partidas con las profesoras y
arrancaron, unos niños se fueron adelante y otros atrás, un peladito
llamado Edilson Chica Betancour grito que se movieran, se inició la
balacera de unos señores que estaban escondidos en el monte, que ellos
eran cuatro primos y arrancaron corriendo para la parte de abajo a
esconderse en unas barrancas y que en ese momento lo hirieron, que
Higuita les dijo que bajaran arrastrándose….fue cuando bajo Cristian
Danilo pidiéndole ayuda a Higuita porque se encontraba herido, que un tio
llamado Henry les decía que corrieran y se escondieran o que se fueran
para la casa del señor Pedro, que los otros bajaban por la carretera
abajo…>>

14.- Asimismo, se encuentra acreditado que tanto la docente Lucy del Carmen
Vélez Velásquez como Hernando Ernesto Higuita Echavarría procuraron, en
medio de las balas auxiliar a los menores y, posteriormente, tuvieron que
buscarlos y ubicarlos uno a uno, verificar la muerte de los estudiantes, así como
asistir a los que aún se encontraban con vida gravemente heridos, además de
enfrentar a los padres de los menores ante el suceso. Al respecto describe el
informe de la Defensoría del Pueblo15:

“A eso de las 8:52 minutos, según el reloj del menor X, miembro del segundo
grupo que a esa hora se encontraba en la mitad del ascenso a la cima, se
escuchó un grito de alegría del menor Edilson Chica, integrante del primer grupo
que había llegado a la cima de la montaña, y como respuesta se escuchó el
detonar de armas de fuego accionadas por hombres fuertemente armados que
se encontraban ubicados en la cima del cerro Nochebuena. Los menores del
primer grupo, ubicados paralelamente al cerro Nochebuena, y al parecer por
fuera del Angulo de un arma de repetición ubicada allí, lograron huir del fuego,
saltando el alambrado y buscando refugio en la casa de la señora Aceneth,
vecina de la vereda.

El grupo del medio, blanco de las ráfagas de fuego, en su mayoría se tiró al piso
y esperó a que cesara el fuego para devolverse, algunos de estos menores se
hicieron los muertos y otros efectivamente fueron impactados por las balas.

Las mujeres acompañantes del tercer grupo, se escondieron con algunos


pequeños en las cárcavas de la montaña, y el Concejal Higuita, avanzó por las
mismas hasta el lugar donde habían caído los menores del segundo grupo.

15
Folios 233 y 234 c. ppal.

10
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Demandantes: Hernando Ernesto Higuita Echavarría y otros

Los caminantes del grupo tres, en su apresurado descenso se encontraron con


padres de familia que en medio del fuego subían en busca de sus hijos, los
cuales recibieron en su mayoría de manos del Concejal Higuita. Otros padres
recogieron a sus hijos cuando bajaban de la montaña dando botes, como es el
caso de Gustavo Adolfo Carmona, quien vestía camiseta roja, jean, botas azules
y morral verde claro.

El fuego se registró con intervalos hasta después de las 9.30 a.m., y se


escucharon explosiones, ráfagas y tiros sueltos.

Hernando Higuita ayudó a los padres de los menores y miembros del Ejército
Nacional a sacar los cuerpos de los menores muertos y heridos hasta la
carretera veredal y se trasladó al casco urbano de Pueblorrico, ubicado a 30
minutos de La Pica, a solicitar ayuda para el traslado y la atención medica de los
heridos, ya que en la vereda el servicio telefónico había sido suspendido por la
Empresa Antioqueña de Energía (AEDE) días antes.

15.- A partir de los hechos demostrados, dada su gravedad e intensidad, para la


Sala no cabe duda de que estos produjeron en los miembros de la familia
Higuita Vélez que participaban de la excursión, particularmente en la docente
Lucy del Carmen Vélez Velásquez, Hernando Ernesto Higuita Echavarría,
Estefani y Juan Camilo Higuita Vélez, un impacto negativo, una afectación
ostensible determinada por un ataque violento, letal e injustificado que no se
encontraban en la obligación de soportar, razón por la que se concluye que el
daño invocado al respecto se encuentra acreditado en cuanto a éstos.

16.- No puede afirmarse lo mismo respecto de la demandante Paola Andrea


Higuita Vélez, pues, aunque se encuentra probado en el proceso que es hija de
Lucy del Carmen Vélez Velásquez y Hernando Ernesto Higuita Echavarría (fl.
25 c. ppal.), en ninguno de los medios probatorios aportados se acredita que
ella hubiese acompañado la salida pedagógica y padecido los hechos objeto de
esta pretensión. Es más, tanto en el escrito de demanda como en los informes
aportados se registra con claridad que, aunque la menor también estudiaba en
la Escuela Rural de la Vereda La Pica, los hijos de la pareja que asistieron a la
actividad y sufrieron el ataque armado por parte del Ejército Nacional fueron
únicamente los menores Estefani y Juan Camilo Higuita Vélez. Además, dentro
del proceso no hay prueba de la afectación moral padecida por ella respecto del
hecho dañoso.

17.- Con fundamento en las anteriores consideraciones se condenará al Ejército


Nacional al pago de los perjuicios morales sufridos por Lucy del Carmen Vélez
Velásquez, Hernando Ernesto Higuita Echavarría, Estefani y Juan Camilo
Higuita Vélez, como consecuencia del ataque armado ocurrido el 15 de agosto
de 2000 en la Vereda La Pica del municipio de Pueblorrico Antioquia, al tiempo
que se negarán las pretensiones respecto de la joven Paola Andrea Higuita
Vélez, toda vez que no fue víctima del mismo.

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Radicado: 05001-23-31-000-2002-00799-01 (50265)
Demandantes: Hernando Ernesto Higuita Echavarría y otros

E. Desplazamiento Forzado

18.- En cuanto al desplazamiento forzado, los accionantes afirmaron que debido


a sus declaraciones ante las diferentes autoridades administrativas y judiciales
así como en los medios de comunicación, fueron víctimas de amenazas contra
su vida, lo que los obligó a desplazarse forzadamente a la ciudad de Medellín y
a abandonar de esta manera el municipio de Pueblorrico y sus ocupaciones
habituales como docente y concejal respectivamente en dicha localidad,
intimidaciones que continuaron hasta la fecha de interposición de la demanda,
según su dicho.

18.1.- Al respecto, si bien se encuentra probado que con posterioridad a los


hechos los demandantes se ubicaron en la ciudad de Medellín, en el presente
caso no se encuentra acreditado que el desplazamiento efectuado se haya
fundado en una amenaza proveniente de la Fuerza Pública, ni que hayan sido
hostigados permanentemente aun encontrándose ubicados en Medellín.

18.2- En efecto, para probar el desplazamiento forzado la parte demandante


allegó una única denuncia por << amenazas>> formulada por Hernando
Higuita Echavarría ante la Fiscalía General de la Nación, el 23 de octubre
de 2000, con el siguiente contenido:

<<PREGUNTADO: Diga bajo la gravedad del juramento que tiene prestado si los
hechos que va a denunciar has sido puestos en conocimiento de alguna otra
autoridad. CONTESTÓ: No. PREGUNTADO: Bajo la gravedad de juramento
manifieste en forma clara y precisa los hechos a denunciar. CONTESTÓ: Yo
pienso que la denuncia es por haber sido el principal testigo de los hechos
ocurridos en Pueblorrico Antioquia el 15 de agosto pasado, cuando murieron seis
niños y que los responsables son el Ejército Nacional y debido a esto se formuló
una llamada hace aproximadamente un mes donde preguntaron por mí no se
quien, la persona que preguntó no se quiso identificar, lo único que dijo fue que a
él no le interesaba hablar conmigo por teléfono sino saber en qué sitio me
encontraba y que si era verdad que yo era de Dabeiba, cuál (sic) eran mis
apellidos y antes de preguntar por los apellidos dijo que quería saber dónde se
encontraba ese hijueputa, entonces pues es algo que me preocupó yo quiero que
esto lo sepa la Fiscalía por si algo me pasa. PREGUNTADO: Quién y donde
recibió la llamada. CONTESTÓ: No sé el nombre de la señora, pero es una
vecina de mi suegra allá en el municipio de Jericó, el teléfono de la señora es
8523306. PREGUNTADO: Cuándo le informó a usted esa señora de la llamada
telefónica. CONTESTÓ: Después yo llamé a la casa y mi suegra me informó
porque yo quería volver para ver los niños y ella me informó y la gente en
Pueblorrico también me piden que no vaya porque veían la cosa muy difícil allá
para mí. PREGUNTADO: Qué persona cree que lo amenaza. CONTESTÓ: No
puedo decir quien si paramilitares, ejército, pero lo único que sé es que esa
llamada de amenaza me preocupa y más sin saber exactamente quién, pero creo
que está relacionada con los hechos del 15 de agosto de este año porque yo

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Radicado: 05001-23-31-000-2002-00799-01 (50265)
Demandantes: Hernando Ernesto Higuita Echavarría y otros

antes no tenía nada de miedo a nadie, ni problemas con nadie. PREGUNTADO:


Qué más tiene que agregar, corregir o enmendar. CONTESTÓ: No. >>

18.3.- La anterior denuncia se efectuó exactamente dos meses después de


los hechos, el 23 de octubre del 2000, cuando los demandantes ya se
encontraban en la ciudad de Medellín según se observa del escrito
obrante a folio 185 del expediente-, y como se observa, allí el señor Higuita
Echavarría afirmó que hasta tal fecha no había puesto en conocimiento de
ninguna autoridad los hechos denunciados, razón por la que se descarta
uno de los puntos de disenso expresados en el recurso en donde se afirmó que,
con anterioridad a esta fecha sí habían denunciado ante diferentes autoridades
las amenazas e intimidación ocurrida, lo que consideraban suficiente para
construir por vía de indicios la responsabilidad del Ejército.

18.4.- Del examen de la denuncia transcrita la Sala advierte que los hechos en
los que se funda carecen de fuerza probatoria para demostrar la ocurrencia de
amenazas por parte del Ejército Nacional y para vincular su responsabilidad en
el desplazamiento forzado que se le imputa, como lo pretende la parte actora.

En efecto, se observa que la amenaza telefónica narrada por el denunciante en


ningún modo refiere o relaciona los hechos ocurridos en la vereda La Pica el 15
de agosto del 2000, ni reclama la participación del señor Higuita Echavarría o
de su esposa en las denuncias públicas efectuadas; tampoco anuncia algún tipo
de retaliación a cambio de su silencio, además de su imprecisión respecto del
conocimiento del hecho, pues se observa que quien informa tal situación es
<<una vecina>> de su suegra, a quien el señor Hernando Ernesto no conoce y
respecto de quien incluso ignora su nombre.

18.5.- Si bien los demandantes insistieron en referir que las amenazas fueron
múltiples y que persistieron incluso después de su traslado a Medellín, lo que
los obligó a cambiar varias veces de residencia dentro de la misma ciudad por
temor de lo que pudiera sucederles, de tal circunstancia no se allegó ninguna
prueba,

18.6.- También resulta inverosímil que si afirman en el recurso que las


amenazas se presentaron desde el día mismo del ataque armado, esto es,
desde el 15 de agosto de 2000, en la única denuncia efectuada dos meses
después ante la Fiscalía, no hayan narrado o especificado ninguna otro
amenaza, hecho o circunstancia al respecto, diferente de la recibida
telefónicamente por la vecina de su suegra pese a que, como se observa del
texto transcrito, fueron puntualmente instados a que manifestaran cualquier otra
circunstancia en torno al objeto de la denuncia.

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Radicado: 05001-23-31-000-2002-00799-01 (50265)
Demandantes: Hernando Ernesto Higuita Echavarría y otros

18.7.- Lo único que obra en el proceso al respecto son cuatro oficios radicados
en el mes de septiembre del mismo año en los que la docente Lucy del Carmen
Vélez Velásquez y su esposo solicitaron protección ante el comité de evaluación
de riesgos del Ministerio del Interior (fl. 107 c. ppal.), la Secretaría de Educación
(fls. 109 y 111 c. ppal.) y la Procuraduría General de la Nación (fl. 100 c. ppal.),
reclamando para tal efecto una comisión especial de un año en el exterior en
procura de su protección y la de su familia, peticiones cuyo fundamento
esencial fue su temor a que <<por ser los principales testigos y
denunciantes>> de los hechos ocurridos en la vereda La Pica del
municipio de Pueblorrico pudiera ocurrirles algo, sin que refieran en modo
alguno la forma o circunstancias en las que se efectuaron las amenazas.

18.8.- Con fundamento en lo que precede, se encuentra probado que


instituciones y autoridades regionales como la Asociación de Institutores de
Antioquia “ADIDA” y la Procuraduría Regional de Antioquia-Oficina de Derechos
Humanos procedieron a dar el trámite correspondiente a la solicitud poniendo
en conocimiento de instancias superiores la situación aducida por la docente
Vélez Echavarría a fin de que <<ante dichas dependencias se estudie la
posibilidad de adoptar mecanismos encaminados a brindar protección a las
mencionadas personas>>16. No obstante lo anterior, no se aportó ningún
documento que acreditara los resultados del trámite adelantado que permita
determinar cuáles fueron las circunstancias de las amenazas recibidas ni la
evaluación del riesgo realizada a la familia Higuita Vélez por parte del Ministerio
del Interior y la Fiscalía General de la Nación, de donde podría determinarse si
las amenazas referidas existieron o no, o se trató del temor de los accionantes
ante los rumores existentes en el municipio.

18.9.- Si bien, en un oficio dirigido por el Coordinador de Derechos Humanos al


Vicepresidente de la República el 25 de agosto del 2000, éste señaló que <<la
calidad de testigos de excepción de tan graves hechos, indudablemente los
coloca en nuestra opinión, en una situación de alto riesgo, lo cual amerita que
el estado con carácter URGENTE les brinde la debida protección>>17, es claro
que el fundamento de dicha petición no es la existencia cierta de amenazas
contra la vida e integridad de la familia Higuita Vélez por parte del Ejército sino
la <<opinión>> de dicha autoridad administrativa ante los graves hechos
ocurridos en la vereda La Pica el 15 de agosto de 2000, a quien en todo caso le
correspondía activar los dispositivos jurídicos existentes para atender la
solicitud de protección de los accionantes. Y no está tampoco demostrado que
ante la ausencia de la protección solicitada, los demandantes hubieran decidido
abandonar el lugar de su residencia.

16
Folios 101, 102 y 103 del c. ppal.
17
Folio 1003 c. ppal.

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Radicado: 05001-23-31-000-2002-00799-01 (50265)
Demandantes: Hernando Ernesto Higuita Echavarría y otros

19.- También obra en el expediente un documento fechado del 22 de


septiembre del 200018 mediante el cual se informa a la docente Lucy Vélez
Velásquez que ha sido acogida en el <<comité especial del Decreto 1645 de
1992>> el cual corresponde al comité de docentes oficiales amenazados,
documento en el que se le indica que a partir de la fecha debía << ponerse a
órdenes de la dirección de personal de asuntos docentes para su
reubicación>>; no obstante, el documento en mención no se encuentra suscrito
por ninguna de las autoridades que conforme al Decreto 1645 de 1992 19
presiden, evalúan y definen la situación de amenaza del personal docente
en cada departamento20, como tampoco da cuenta de las situaciones y
requisitos para la declaración allí contenida en los términos de los artículo 5º y
6º de la citada norma que ordenan a efectos de la declaración de amenaza y la
consecuente reubicación del personal del magisterio, allegar la denuncia formal
ante las autoridades y las pruebas de tal hecho, razón por la que para la Sala
carece de credibilidad su contenido.

20.- Para acreditar el desplazamiento forzado de la familia Higuita Vélez fueron


recaudados, a solicitud de la parte actora, los testimonios de los señores Over
Dorado Cardona, representante del magisterio ante el Comité de Amenazados
de la Secretaría de Educación del Departamento de Antioquia y Elkin de Jesús
Ramírez Jaramillo, abogado de la ONG “Corporación Jurídica Libertad”, quienes
les asesoraron y asistieron a partir del 15 de agosto de 2000 con ocasión de los
hechos ocurridos.

20.1.- Las declaraciones de los dos testigos son uniformes en señalar que la
docente Lucy del Carmen Vélez Velázquez, su esposo y sus hijos fueron
reubicados en la ciudad de Medellín debido a las amenazas recibidas. Ambos
refieren que el conocimiento de las mismas, en su caso, provino de lo
manifestado tanto por la docente Vélez Velásquez como por Hernando Ernesto
Higuita Echavarría, sin que tengan certeza de un hecho puntual en torno a este
hecho. Al respecto de la declaración de Over Dorado Cardona 21, se extrae:

8. PREGUNTA: Díganos si sabe porque estaban Hernando y Lucy en el


Municipio de Jericó y no en la Vereda La Pica de Pueblorrico. CONTESTÓ: Ellos

18
Folio 108 c. ppal.
19
<<Por el cual (…) se establecen mecanismos para la solución de la situación del personal
docente y administrativo de los planteles nacionales y nacionalizados, que se encuentren bajo
situación de amenaza y se dictan otras disposiciones. >>
20
Artículo 3.- De la conformación y ubicación del comité especial. En la capital de cada
departamento y en el Distrito Capital de Santafé de Bogotá funcionará el Comité Especial, el
cual estará integrado por: El Jefe de la Oficina Seccional de Escalafón, quien lo coordinará. El
Secretario de Educación Departamental o del Distrito Capital de Santafé de Bogotá. El
Delegado Permanente del Ministerio de Educación Nacional ante el Fondo Educativo Regional.
El Procurador Regional o su Delegado. Un Representante del Sindicato que agrupe el mayor
número de docentes en la respectiva entidad territorial.
21
Folios 202 a 207 c. ppal.

15
Radicado: 05001-23-31-000-2002-00799-01 (50265)
Demandantes: Hernando Ernesto Higuita Echavarría y otros

lo primero que nos plantearon fue la presión por parte del ejército, luego
llamadas y obviamente el temor de ellos por haber asistido en dicha acción
irregular del ejército en esa zona, nosotros cuando dialogamos con ellos allá en
Jericó nos narraron la ocurrencia de los hechos, toda la narración y encontramos
diferencias entre lo que públicamente planteó el Ejército y lo que ellos
públicamente plantearon y ante las autoridades competentes, como sindicato les
solicitamos internamente sí ellos querían llevar denuncia más allá a lo cual
dijeron que estaban dispuestos ante la gravedad del hecho. Lo que quiero decir
es que nunca ellos pensaron desistir de esa posición fueron firmes frente a las
declaraciones. 10. PREGUNTA: Díganos a qué presiones por parte del Ejército
se refiere, a que llamadas y temores sufridos por Hernando y Lucy. CONTESTÓ:
La primera presión es que el Ejército se instala en la vereda donde ellos habían
hecho la masacre de estos niños, lo grave fue que estuvieron un periodo largo de
tiempo no normal dentro del Ejército Colombiano, de hecho esto impedía por ser
testigo de excepción que tanto Hernando como Lucy regresaran a la vereda a
seguir las cosas normalmente además del impacto y lo segundo llamadas y
seguimientos que ellos estuvieron en el proceso especialmente en esos días, en
el momento que hablamos con ellos se les planteó la posibilidad de salir del
Municipio, mirar las condiciones laborales de la compañera para estar en
Medellín y ellos fueron en primer momento muy renuentes querían esperar como
se desarrollaban los hechos después de lo ocurrido y así estuvieron unos días en
la zona y no aguantaron la presión y efectivamente el sindicato los entendió y
derechos humanos atendió más el caso del esposo Hernando. (…) 18.
PREGUNTADO: Sírvase decirnos de acuerdo a respuesta anterior donde aduce
que la señora Lucy debió trasladarse a Jericó por ciertas presiones a qué
presiones se refiere. CONTESTADO. Llamadas y seguimientos ella nos planteó
que le estaban haciendo llamadas no puedo decir fechas obviamente por las
personas que podían sentirse afectadas por las denuncias realizadas o ellos en
los hechos ocurridos el 15 de agosto (sic). (…) 21. PREGUNTADO. Diga si tuvo
conocimiento sí en ese paseo hubiesen más profesoras, en caso positivo sabe la
situación de ellas. CONTESTADO: Si había una ella planteó que ella no estaba
dispuesta a moverse además por el mucho tiempo en el pueblo lo que no estoy
claro y es si hizo o no denuncia o se metió en el proceso, porque los que hicieron
las denuncias ante los órganos competentes delegados de la ONU, de Derechos
Humanos, Procuraduría, Fiscalía fueron Lucy y Hernando.

20.2.- De otra parte, en el testimonio de Elkin de Jesús Ramírez Jaramillo en


torno al motivo del traslado de la profesora y su familia a la ciudad de Medellín,
éste señaló que:

(…) Lucy Vélez y Hernando Higuita los vine a conocer a la semana siguiente de
ocurridos los hechos del 15 de agosto cuando fui citado a la asociación de
institutores de Antioquia ADIDA para que en mi condición de asesor de los
educadores amenazados me colocara al frente de la educadora Lucy Vélez.
Cuando yo llegué a entrevistarme con ella había tomado la determinación de
desplazarse del municipio de Pueblo Rico para solicitar protección especial ante
el comité especial de desplazados de la Secretaría de Educación departamental,
por cuanto no solamente se consideraba una víctima junto con su familia de
aquellos nefastos hechos que colocaron en grave riesgo la integridad personal y
moral sino que además temía que por haber sido la persona que colocaron
(sic) en tela de juicio la versión oficial de los hechos pudieran ser víctima
de algún tipo de atentado de continuar residiendo y laborando en la Vereda
la Pica. Ella recibió la protección que en estos casos brinda la Secretaría de

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Radicado: 05001-23-31-000-2002-00799-01 (50265)
Demandantes: Hernando Ernesto Higuita Echavarría y otros

Educación, pero se valoraba por parte del sindicato ADIDA que era tan delicado
su problema de seguridad que ante el Ministerio del Interior solicitaron que se le
brindara junto con sus familiares una protección especial incluso por intermedio
de FECODE hicieron una solicitud de Refugio ante la Embajada Canadiense ya
que temían que en la ciudad de Medellín pudieran ser víctimas de algún tipo de
atentado. (…) 4. PREGUNTA: Sabe usted si la familia Higuita Vélez retornó al
municipio de Pueblo Rico o en su defecto fueron reubicados en Medellín o en
otra ciudad con todas las garantías que ofrece la ley 387 de 1997. CONTESTÓ:
hasta donde tengo conocimiento de ellos nunca retornaron al municipio de
Pueblo Rico la profesora Lucy Vélez fue reubicada a principio del año 2001 en un
centro educativo de la ciudad de Medellín, creo que el barrio Manrique no
recuerdo el nombre de la institución, en sí simplemente se atendió lo dispuesto
en el Decreto 1645 de 1992 que ordena a los agentes nominadores brindar trato
especial y extraordinario a los educadores que son víctimas de amenazas o
desplazamiento forzado. (…) 10. PREGUNTA: Si tiene conocimiento indique las
circunstancias que generaron la situación de riesgo que provocó el
desplazamiento forzado de la familia Higuita Vélez. CONTESTÓ: creo que fueron
dos circunstancias una el haber sido víctimas del atentado provocado por la
patrulla que indiscriminadamente disparó aquella mañana el 15 de agosto de
2000 en contra del grupo de 47 menores y 3 adultos con todas las
consecuencias que desde el punto de vista social y moral ello acarrea y la
segunda por haberse atrevido, por haber tenido el coraje de mostrar ante la
opinión pública nacional e internacional la verdad sobre aquellos dolorosos
acontecimientos. (…) 12. PREGUNTA: díganos si sabe, si en ese paseo de iban
más profesoras y si en algún momento solicitaron alguna protección especial.
CONTESTÓ: en ese paseo iba la otra profesora del plantel educativo y hasta
donde tengo conocimiento no solicitaron autoridad alguna protección. (…) 18.
PREGUNTA: Sírvase decirnos, si lo sabe, por qué la señora Lucy no ha
regresado o cuáles son las condiciones que se requieren para el retorno de ella a
la localidad teniendo en cuenta que ya están ejecutadas las acciones penales,
disciplinarias y patrimoniales por parte del Estado. CONTESTÓ: Yo
personalmente le aconsejé a ella el año pasado que no fuera a retornar al
municipio porque tenemos algunos antecedentes de víctimas y testigos de
hechos que involucran a la fuerza pública que con el paso del tiempo no
disminuye su situación de riesgo precisamente el 3 de mayo de 2000 fue
asesinado en el municipio de Segovia Antioquia el educador Jesús Ramiro
Zapata quien había denunciado la responsabilidad que había tenido personal
militar en la masacre de abril de 1996 quien tuvo que salir desplazado del
municipio de Segovia, recibir la misma protección que recibió el Lucy Vélez y
cuando decidió retornar a la localidad a pesar de que el sindicato y éste asesor
se oponían a tal decisión fue víctima de un atentado contra su vida.

20.3.- El análisis de las dos declaraciones en conjunto se extrae que el


conocimiento de los deponentes respecto de las presuntas amenazas recibidas
surge de las manifestaciones realizadas en días posteriores al ataque armado
por los mismos demandantes, sin que refieran o describan un hecho o
descripción puntual de la forma en que la pareja fue amedrantada, salvo por la
presencia del Ejército nacional en la vereda con posterioridad a los hechos.

20.4.- Ambos refieren que la decisión de solicitar el traslado y la reubicación de


la familia se radicó en las amenazas aducidas por la profesora Lucy y su

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Radicado: 05001-23-31-000-2002-00799-01 (50265)
Demandantes: Hernando Ernesto Higuita Echavarría y otros

esposo -amenazas que en la denuncia formal realizada ante la Fiscalía en


fechas posteriores, esto es, el 23 de octubre del 2000, se circunscribieron a la
llamada telefónica a una vecina de la suegra del señor Higuita Echavarría,
preguntando por la ubicación del mismo-; y también en el consejo de los dos
deponentes ante la gravedad de los hechos ocurridos y su experiencia en el
manejo de situaciones similares de riesgo o amenaza de docentes, sin que en
sus declaraciones hayan manifestado un hecho concreto en que se fundara la
afirmación sostenida por los accionantes.

20.5.- Adicionalmente, los testigos señalaron que en la salida escolar en la que


ocurrió el ataque armado también se encontraba otra docente, respecto de
quien se precisó que no aceptó salir del municipio ni solicitar la protección que
como se aprecia del acervo probatorio que acompaña el expediente fue
aconsejada y gestionada por ellos mismos, sin conocimiento de una amenaza
concreta más sí ante la gravedad de los hechos acaecidos.

21.- También obra en el expediente el oficio del 24 de junio de 2003 en el que el


Secretario de Gobierno del municipio de Pueblorrico, Antioquia, certifica que en
la Alcaldía <<no se encuentra registro alguno o denuncia por desplazamiento
de personas que se hayan ocasionado por los hechos sucedidos en la vereda
La Pica>>22. En dicho documento se manifiesta, además, que con posterioridad
a los hechos el Ejército Nacional hizo presencia en la zona para realizar
brigadas de salud y un acompañamiento a la población con psicólogos,
trabajadores sociales entre otros, como también para la construcción de una
placa en la escuela de la vereda La Pica, para lo cual remitió copia de los
contratos suscritos al respecto23.

21.1.- Asimismo, mediante oficio del 16 de mayo de 2003 el personero del


Municipio de Pueblorrico informó al Tribunal de conocimiento que en la
dependencia a su cargo no existía ninguna denuncia por desplazamiento y que
solo extraoficialmente se tenía conocimiento que el señor Hernando Higuita
Echavarría abandonó la región con su familia en agosto de 2000 <<por temor
sobre su seguridad personal>>.24

22.- A partir de los hechos expuestos, es claro que aunque la familia Higuita
Vélez se radicó con posterioridad a los hechos ocurridos el 15 de agosto de
2000 en la ciudad de Medellín y que la reubicación laboral se efectuó por parte
de la Secretaría de Educación previa solicitud y acompañamiento del Sindicato
de maestros y la organización ADIDA (su representante), en el proceso no están
acreditadas las múltiples amenazas aducidas y menos aún que las mismas
puedan ser atribuidas al Ejército, pues el simple hecho de que miembros de la
22
Folio 149 c. ppal.
23
Folios 157 a 164 c. ppal.
24
Folio 157 c. ppal.

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Demandantes: Hernando Ernesto Higuita Echavarría y otros

organización castrense hayan permanecido en la Vereda La Pica con


posterioridad a los hechos, no constituye prueba de las amenazas y
hostigamiento aducidos por los demandantes, y como consecuencia, del
desplazamiento forzado alegado.

23.- Si bien la parte actora cuestiona que no fueron valorados en primera


instancia los indicios existentes en contra de la Fuerza Pública y que las
pruebas para determinar la responsabilidad por el desplazamiento forzado del
que fueron víctimas debieron surgir de un análisis de contexto, no existe en el
proceso un indicio de responsabilidad más allá de la sospecha y el temor de los
accionantes que implique el actuar del ejército en un acto intimidatorio u hostil
en contra de los demandantes, pues de la única amenaza de que dieron cuenta
no surge ningún elemento que permita establecer o inferir que detrás de las
mismas se encontraban las fuerzas del orden.

24.- Refuerza lo anterior el hecho de que para la fecha en que la amenaza


efectuada se denunció, esto es, para el 23 de octubre de 2000, ya se había
proferido la primera decisión penal militar que tuvo lugar el 27 de septiembre de
2000, en la que los miembros del ejército implicados aceptaron su
responsabilidad en los lamentables hechos sucedidos, aseverando que se
trató de un grave error y en la que se ordenó la cesación de procedimiento 25, sin
que se allegara al proceso copia de las actuaciones posteriores que permitiera
entender que existía un interés en ejercer una retaliación en contra de la pareja
por las declaraciones rendidas.

25.- Ahora bien, del examen de la providencia en mención se observa que


dentro de las pruebas recaudadas en la investigación, la docente y su esposo
no fueron los únicos deponentes que desvirtuaron la existencia de un combate
en la zona -versión dada por el Ejército- pues los padres de las víctimas
y la comunidad de la vereda La Pica igualmente manifestaron no solo en la
instrucción penal26 sino en los diferentes informes levantados, que no se habían
escuchado combates en la vereda y que los únicos que se encontraban
disparando en el momento en el que fue asaltada la excursión eran miembros
del Ejército, sin que en el plenario exista prueba de que contra alguno de ellos
se haya ejercido acto intimidatorio alguno para silenciar tal versión de los
hechos, la cual se encontraba abundantemente documentada.
25
Anexo 1.
26
En la investigación penal declararon dos menores de edad víctimas del hecho y varios padres de familia,
entre ellos: GLORIA ELANA TAMAYO HENAO, CALOR ALBERTO TAMAYO HENAO, WILLINTON RAMIREZ
ISAZA, HERNANDO ANTONIO ARBOLEDA VELASQUEZ, JORGE ENRIQUE ARBOLEDA VÁSQUEZ.
Adicionalmente en el oficio del 16 de agosto de 2000, la alcaldesa del Municipio de Pueblorrico a la
defensora del Pueblo – Regional Antioquia informó que los residentes de la región manifestaron que
<<en ningún momento hubo enfrentamientos ni presencia de grupo alguno -ya fueran guerrilleros o
paramilitares- y que solo hubo disparos de parte del Ejército nacional que cometió el grave error al
disparar teniendo como blanco únicamente a los niños>> (folio 226 c. ppal.)

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Demandantes: Hernando Ernesto Higuita Echavarría y otros

26.- Finalmente debe precisarse que en el Informe de la Defensoría del Pueblo


con ocasión de los hechos, se señaló que el municipio de Pueblorrico por su
ubicación en límites con el departamento del Chocó <<se ha constituido en
escenario de disputa entre los actores del conflicto armado>> y que en la zona
hacen presencia <<el bloque metro de las Autodefensas, disidentes de las AUC
y la guerrilla del ELN, frente Ernesto Che Guevara, guevaristas, el frente
Manuel Hernández Boche “el Boche” y de las FARC, el frente 57>>27, por lo que
dada las circunstancias y la calidad que como concejal del municipio de
Pueblorrico ostentaba Hernando Ernesto Higuita Echavarría para momento de
los hechos, según los documentos aportados que así lo acreditan
-certificaciones del Concejo Municipal de Pueblorrico del 8 de junio de 2001 y
de la Registraduría Nacional del Estado Civil del 1 de junio de 1999- 28, la
amenaza indeterminada recibida pudo surgir en torno a su quehacer político en
la localidad, sin que en las circunstancias anotadas pueda afirmarse que existió
un desplazamiento forzado.

27.- De lo anterior es claro para la Sala que, contrario a lo expuesto en el


recurso de apelación por la parte demandante, no existe prueba en el proceso
que permita establecer que el traslado de los demandantes a la ciudad de
Medellín pueda calificarse como un desplazamiento forzado originado en
amenazas, intimidación u hostigamiento por parte del Ejército, razón por la que
se negarán las pretensiones formuladas en este sentido. Una cosa es que un
servidor solicite el traslado de su lugar de trabajo con el objeto de superar sus
propios temores e iniciar una vida laboral en mejores condiciones y otra cosa es
considerar que deba abandonar de manera intempestiva y sin organizar un plan
de vida futuro, su lugar de residencia como consecuencia de amenazas ciertas
que lo obliguen a adoptar tal determinación.

28.- Así las cosas, la Sala procede a revocar la providencia de primera instancia
para, en su lugar, declarar responsable a la Nación-Ministerio de Defensa-
Ejército Nacional por el daño moral ocasionado a Lucy del Carmen Vélez
Velásquez, Hernando Ernesto Higuita Echavarría, Estefani y Juan Camilo
Higuita Vélez, con ocasión de los hechos ocurridos el 15 de agosto de 2000,
razón por la que se ordenará a título de indemnización el pago de 30 SMLMV
para cada uno de ellos, suma que surge en consideración a la evidente
gravedad e intensidad del suceso, así como la afectación generada con los
hechos ocurridos.

Conforme se expuso inicialmente, no se reconocerá suma alguna a favor de


Paola Andrea Higuita Vélez, toda vez que la menor no asistió a la excusión

27
Folio 228 y 231 c. ppal.
28
Folios 95 y 96 c. ppal.

20
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Demandantes: Hernando Ernesto Higuita Echavarría y otros

acometida, ni probó dentro del proceso una afectación moral derivada del
suceso.

III. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso


Administrativo, Sección Tercera, Subsección “B”, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la ley,

RESUELVE:

PRIMERO: REVÓCASE la sentencia dictada el 14 de agosto de 2012 por el


Tribunal Contencioso Administrativo de Antioquia, que negó las pretensiones de
la demanda de reparación directa interpuesta por Hernando Ernesto Higuita
Echavarría y otros contra la Nación – Ministerio de Defensa – Ejército Nacional.
En su lugar:

SEGUNDO: DECLÁRASE administrativamente responsable a la Nación –


Ministerio de Defensa – Ejército Nacional por el daño moral ocasionado a Lucy
del Carmen Vélez Velásquez, Hernando Ernesto Higuita Echavarría, Estefani y
Juan Camilo Higuita Vélez con los hechos ocurridos el 15 de agosto de 2000 en
la vereda La Pica del municipio de Pueblorrico-Antioquia, conforme a lo
expuesto en la parte motiva de esta providencia.

En consecuencia:

TERCERO: CONDÉNASE a la Nación – Ministerio de Defensa – Ejército


Nacional al reconocimiento y pago de treinta (30) SMLMV para cada uno de los
anteriormente citados.

CUARTO: NIÉGANSE las demás pretensiones de la demanda.

QUINTO: SIN CONDENA en costas.

SEXTO: Ejecutoriada esta providencia, por Secretaría DEVUÉLVASE el


expediente al Tribunal de origen.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

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Radicado: 05001-23-31-000-2002-00799-01 (50265)
Demandantes: Hernando Ernesto Higuita Echavarría y otros

RAMIRO PAZOS GUERRERO


Presidente

MARTÍN BERMÚDEZ MUÑOZ ALBERTO MONTAÑA PLATA


Magistrado Magistrado

CLCL/3 cuadernos.

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