Interpretacion Del Derecho

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La interpretación y la aplicación del derecho.

Interpretación del derecho

La teoría de la interpretación del Derecho que defiende Rafael Hernández Marín se


puede resumir en las siguientes cuatro tesis:

(1) Interpretar el Derecho es describir el sentido total que tienen los enunciados
jurídicos.

Como los objetos de interpretación jurídica son textos, interpretarlos es atribuirles


sentido. La tarea de interpretación consiste en afirmar o describir que un texto tiene
un sentido determinado. Dado que en filosofía del lenguaje se suele distinguir entre
sentido literal de un enunciado (su significado con independencia de las
circunstancias en las que se formula) y sentido total (su significado teniendo en
cuenta el conjunto de circunstancias que rodean su emisión), cabe formular la
pregunta: ¿qué sentido es el que se describe al interpretar un enunciado jurídico?
Hernández Marín afirma que el intérprete del derecho afirma el sentido total de los
enunciados jurídicos que interpreta. Describe su significado considerando, además
del sentido a las expresiones que lo forman y sus relaciones, las circunstancias en
fue formulado (contexto lingüístico y extralingüístico).

(2) La tarea interpretativa consiste en la formulación de enunciados interpretativos


que son enunciados asertivos, no jurídicos y meta jurídicos.

Los productos de la actividad interpretativa, los llamados enunciados interpretativos,


presentan las siguientes características derivadas del hecho que con ellos se
describe el sentido total de los enunciados jurídicos: (a) son asertivos, pues son el
resultado de una labor descriptiva y, en consecuencia, son verdaderos o falsos; (b)
son no jurídicos, porque no pertenecen al Derecho, aunque puedan influir en él; y
(c) son meta jurídicos, porque se refieren a entidades lingüísticas: los enunciados
jurídicos.

(3) Un enunciado interpretativo es equivalente a un enunciado que dice que el


sentido de un enunciado jurídico (enunciado interpretado) es igual al sentido de otro
enunciado (enunciado interpretante).

Los enunciados jurídicos, en cuantos objetos de interpretación, son llamados por


Hernández Marín "enunciados interpretados". Estos son los textos sobre los que
versa la interpretación y son, por lo general, enunciados prescriptivos. El enunciado
interpretativo describe el sentido del enunciado interpretado afirmando que es igual
al sentido de otro enunciado, llamado "enunciado interpretante". Este último es
mencionado por el enunciado interpretativo al sólo efecto de atribuir sentido al
interpretado.

El siguiente es el ejemplo de enunciado interpretativo que ofrece en su libro


Hernández Marín: "El sentido del único enunciado del párrafo primero del art. 609
del Código Civil Español es igual al sentido del enunciado 'El ocupante de una cosa
es propietario de ella'".

(4) Los enunciados interpretativos afirman que el sentido total del enunciado
interpretado es igual (sinónimo, co-significante) que el sentido del enunciado
interpretante, entendido como un enunciado eterno (aquel en el que coinciden su
sentido total y su sentido literal).

Aplicación del derecho

El profesor Rafael Hernández Marín cuestiona la que denomina "concepción lógica


de la aplicación del derecho", a la que atribuye la defensa conjunta de las siguientes
dos tesis: (a) la relación entre el enunciado jurídico (ley) y el fallo (parte resolutiva
de una sentencia judicial) que lo aplica es una relación deductiva, y (b) el juez al
decidir un caso deduce el fallo del enunciado jurídico. El modelo simplificado del
razonamiento mediante el que se aplica el derecho, para dicha concepción, es el
siguiente (al que llama R):

(1) Los homicidas deben ser castigados con la pena de prisión de 10 a 15 años.

(2) h es un homicida.

(conclusión) h debe ser castigado con la pena de prisión de 10 a 15 años.

Las críticas que Hernández Marín le formula a esta posición son tres:

[1] la "concepción lógica "parte de un modelo simplificado inadecuado por tres


razones: (a) el enunciado jurídico no está dirigido a los mismos sujetos que el fallo,
el primero alude a los jueces mientras que el segundo a las fuerzas de seguridad;
(b) la expresión "castigar" tampoco significa lo mismo en el enunciado jurídico y en
el fallo, pues en el primero quiere decir "condenar" y en el segundo "retener en
prisión"; y (c) el fallo no se expresa de forma abierta tal como lo expresa el modelo,
sino que debe individualizar la pena que impone. Pero si se entendiera de esa
manera, no se podría considerar tampoco una consecuencia lógica de (1).

[2] la "concepción lógica" es falsa, pues una vez puestos de manifiesto los
equívocos señalados en el punto anterior, queda claro que de las premisas del
modelo no se puede deducir su conclusión. Existe una falta total de atingencia entre
las premisas y la conclusión de R.

[3] la "concepción lógica" trae aparejada consecuencias absurdas, pues de un


conjunto de premisas determinado se pueden extraer infinitas consecuencias

deductivas y entre esas posibles conclusiones (o fallos) deducibles hay muchos que
"es absurdo calificar como aplicaciones (correctas) de (1)... Puesto que según la
concepción que examinamos un fallo es un fallo dictado en aplicación (correcta) de
la ley (1), si y sólo si dicho fallo se deduce de (1), entonces, según dicha concepción,
un fallo que dijera lo que (F) dice [O bien h debe ser castigado con la pena de prisión
de 10 a 15 años o bien h debe ser premiado con un coche] sería un fallo dictado en
aplicación (correcta) de (1) (Hernández Marín 1999: 220)." Termina cerrando la
posibilidad de salvar la dificultad apelando a una lógica de la relevancia, pues afirma
que "... cuando se precisa o aclara el contenido de los enunciados que constituyen
la ley y el fallo en un caso penal de aplicación del derecho, como el que el
razonamiento R pretende ilustrar, resulta evidente que el fallo no se deduce de la
ley ni en la lógica ordinaria, ni tampoco en la más estricta lógica de la relevancia...
Por ello, creo... que es vano cualquier intento de salvar dicha concepción en tales
casos." (Hernández Marín 1999: 221.)

Interpretación Legislativa
Interpretación Legislativa en el Derecho Legislativo y Político
Examen de la materia ofrecido por el Diccionario universal de términos
parlamentarios, de la Secretaría de Servicios Parlamentarios de la Cámara de
Diputados de México.
Origen de la Expresión
Interpretación, del latín, interpretationis, significa la acción y efecto de interpretar.
Este verbo transitivo deriva, a su vez, de interpretari que quiere decir: explicar o
declarar el sentido de una cosa, y principalmente, el de textos faltos de claridad. “La
obscuridad, la duda o la laguna legal puede encontrarse en las palabras o en el
espíritu de las normas positivas, en los contratos, en los hechos, en las demandas,
en las sentencias, en cualquiera de los actos de las relaciones jurídicas; de ahí la
variedad y amplitud de la interpelación. La interpretación jurídica por excelencia es
la que pretende descubrir para sí mismo (comprender) y para los demás (revelar) el
verdadero pensamiento del legislador o explicar el sentido de una disposición.” En
otros idiomas el vocablo interpretación se escribe: portugués, interpretação; inglés,
interpretation; en francés, interprétation; en alemán, auslegung, erklärung e italiano,
interpretazione.
Desarrollo de Interpretación Legislativa en este Contexto
En el campo jurídico, la doctrina enseña que hay cuatro tipos de interpretación:
gramatical, histórico (también se le llama causal-teleológico), lógico y sistemático.
Atendiendo a la índole del intérprete, se dice que la interpretación es auténtica
cuando proviene del legislador, la de los jueces y magistrados se llama judicial y la
de los autores y los jurisconsultos se denomina doctrinal.
Desarrollo de Interpretación Legislativa en este Contexto
En el campo jurídico, la doctrina enseña que hay cuatro tipos de interpretación:
gramatical, histórico (también se le llama causal-teleológico), lógico y sistemático.
Atendiendo a la índole del intérprete, se dice que la interpretación es auténtica
cuando proviene del legislador, la de los jueces y magistrados se llama judicial y la
de los autores y los jurisconsultos se denomina doctrinal.

Interpretación Judicial
Descripción y definición de Interpretación Doctrinal/judicial/auténtica aparecidas en
el diccionario de derecho procesal constitucional y convencional (2014), escrito por
Riccardo Guastini (traducción de Giovanni A. Figueroa Mejía) y publicado por el
Poder Judicial de la Federación (mexicana) y el Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM): I. Para
comprender las peculiaridades de la interpretación judicial es pertinente confrontarla
con la interpretación doctrinal y con la interpretación auténtica. Y con este propósito
es necesario introducir un marco conceptual en el cual encuadrar estos diversos
tipos de actividad interpretativa. En particular, dos distinciones son indispensables.

a) Primera distinción. Con el vocablo “interpretación” se hace referencia, a veces, a


la atribución de significado a un texto normativo —”El texto T tiene el significado
S”—; en otras ocasiones a la calificación jurídica de una situación concreta —”El
acto X constituye homicidio”—, calificación que después da fundamento a la
solución (o a la propuesta de solución) de una específica controversia. Por lo tanto,
es necesario distinguir entre:

— La interpretación “en abstracto” (“orientada a los textos”), que consiste en


identificar el contenido de significado —es decir, el contenido normativo—
expresado por, y/o lógicamente implícito en, un texto normativo sin referencia a
algún supuesto de hecho concreto, y — La interpretación “en concreto” (“orientada
por hechos”), que consiste en subsumir un supuesto de hecho concreto en el campo
de aplicación de una norma previamente identificada “en abstracto”.

Mediante la interpretación en abstracto, los juristas resuelven problemas de


ambigüedad del lenguaje normativo, concretizan principios, resuelven antinomias y
colman lagunas. La interpretación en concreto, por su parte, resuelve problemas de
vaguedad o “textura abierta” de las normas.

INTERPRETACION DEL DERECHO DEL DERECHO MEXICANO


Los párrafos tercero y cuarto del art. 14 constitucional encierran las reglas
fundamentales de interpretación e integración en el derecho mexicano. El tercero
se refiere a la aplicación de la ley penal; el cuarto formula las reglas de interpretación
en materia civil, pero sólo en relación con las sentencias.

La ley penal y su interpretación


El principio formulado en este párrafo es el postulado más importante del derecho
penal. Suele expresarse diciendo que no hay delito sin ley, ni pena sin ley.
“Nadie podrá ser castigado sino por los hechos que la ley haya definido como
delictuosos, ni con otras penas que las establecidas legalmente”.
La ley es la única fuente del derecho penal.
La ley debe aplicarse exactamente
la noción de derecho adquirido no pertenece inmutable a través de las doctrinas de
los autores que hacen de ello el eje en tomo al cual giran sus ideas sobre
retroactividad.
“El ejercicio de la facultad legal, que en cierto modo materializarse en ese acto que
la traduce, es constitutivo del derecho adquirido. Y este nos pertenece a partir de
entonces, al punto de que una nueva ley no puede despojarnos del mismo sin pecar
de retroactiva. No hay dificultad alguna en comprenderlo, pues la ley se destruirá a
sí misma al aniquilar la obra que ha permitido en el pasado, y ello con gran prejuicio
en su autoridad personal y, enseguida, de los intereses de aquellos a quienes rige,
ya que entonces nada estable habría en la vida social”
CRÍTICA DE LA TESIS DE BAUDRY-LACANTINERIEY HOUQUES-FOURCADE
SOBRE LOS DERECHOS ADQUIRIDOS.
El derecho no deriva de su ejercicio ni, por consiguiente, puede depender de el. Es
posible tener derechos y no ejercitarlos, como también lo es tener obligaciones y no
cumplirlas. Hacer depender la existencia de un derecho del hecho real de su
ejercicio resulta tan absurdo como pretender derivar el hecho del cumplimiento la
existencia de una obligación
INTERPRETACION

La condición básica de una interpretación es «ser fiel de alguna manera


especificada al contenido original del objeto interpretado Para Gadamer el lenguaje
es el medio universal en el que se realiza la comprensión misma. La forma de
realización de la comprensión es la interpretación.3 La relación intérprete-
interpretación se considera compleja y cada caso responde a muy variadas
finalidades, condiciones y situaciones, lo que plantea multitud de cuestiones y
problemas.
Los problemas de interpretación se entienden mejor si se especifica
el contexto o marco en el que se hace dicha interpretación. Por ejemplo no existen
los mismos problemas en la interpretación de unas observaciones científicas, que
en la interpretación de algunos aspectos culturales. Dada la variedad de campos en
los que aparece la necesidad de interpretación, parece necesario hacer una
clasificación de ámbitos fundamentales de interpretación.
Concepto
Interpretar significa «determinar el sentido y alcance de una norma jurídica», fijar
con precisión sus cuatro ámbitos de vigencia. Esta interpretación no se hace en
abstracto, sino en relación al caso particular y concreto al cual la norma se va a
aplicar. Es una interpretación práctica y no teórica
Interpretar significa desentrañar el verdadero sentido de algo, aunque generalmente
quien interpreta, no puede hacerlo de modo totalmente objetivo, poniendo su propia
visión o subjetividad en ello, sobre todo en temas ideológicos o artísticos.
La interpretación puede hacerse de textos, de palabras, de ideas, de
acontecimientos de la realidad, y puede expresarse a través del lenguaje oral o
escrito, por medio de representaciones teatrales, de la música o de la danza.
Los pintores, o los músicos, por ejemplo interpretan la realidad o sus estados
anímicos en sus obras.
INTERPRETACION JURIDICO
El método es el conjunto de pasos a seguir para llegar a un objetivo o conclusión en
el caso particular del tema al que hacemos referencia, el principal objetivo es poder
interpretar las normas, leyes, reglamentos y demás disposiciones legales de una
manera realista y coherente; por lo cual, los métodos que se analizarán a
continuación cumplen con ese objetivo.
Este método se concentra en poner atención en la manera como fue redactada la
disposición legal por parte del legislador, es decir analizar mediante las reglas
gramaticales y del lenguaje encontrar sentido a lo ahí mencionado, analizar
sencillamente las expresiones, recordemos que el legislador por obligación debería
redactar una ley para que cualquier ciudadano pudiera interpretarla.
La interpretación literal no siempre se reduce a otorgar un significado a partir de lo
que gramaticalmente expresa un texto, sino, por el contrario, debido a la
ambigüedad que podría presentar su redacción, pueden aplicarse la aplicación
restrictiva y la extensiva.
La primera de ellas denominada restrictiva se refiere a concentrarnos
exclusivamente en lo ahí dispuesto, mientras que la extensiva se refiere en ampliar
el significado de un texto, cuando el mismo no pueda ser comprendido claramente.
La interpretación jurídica (o del derecho) es una actividad que consiste en
establecer el significado o alcance de las normas jurídicas y de los demás
estándares que es posible encontrar en todo ordenamiento jurídico y que no son
normas, como por ejemplo, los principios. En consecuencia, hablar de interpretación
del derecho es igual a referirse a una actividad que comprende a todas las normas
jurídicas, y no únicamente a las normas legales que produce el órgano legislativo.
De ahí que la interpretación de la ley sea una especie de interpretación jurídica.
EL CRITERIO HISTÓRICO EN LA INTERPRETACIÓN JURÍDICA

El trabajo estudia la aplicación práctica y la concepción teórica del punto de vista


histórico en la interpretación jurídica, que consiste en prestar atención a datos del
pasado para atribuir significado a una disposición del presente. Se repasan los
materiales de que puede disponer el intérprete para la investigación histórica, así
como las diversas maneras en las que el criterio histórico se ha entendido y
aplicado. Se argumenta a favor de una comprensión integradora y no excluyente
tanto del propio criterio, en cuanto a sus diferentes versiones, como de su posición
entre el conjunto de los demás criterios interpretativos. El modo de empleo y la
relevancia del elemento histórico sólo pueden establecerse en el contexto de una
teoría sobre la finalidad de la interpretación jurídica. Palabras clave: Interpretación
jurídica, criterio histórico, antecedentes legislativos.

El elemento, factor o criterio histórico en la interpretación jurídica es el punto de vista


que toma en consideración datos del pasado relevantes para determinar el
contenido de las disposiciones del presente.3 El criterio histórico es habitualmente
utilizado en la práctica jurídica y ampliamente constatado en los análisis
metodológicos teóricos; y sin embargo su descripción, su finalidad y su modo de
operar son muy distintos entre los juristas que lo aplican y entre los teóricos que lo
estudian. De ahí que resulte un tanto sorprendente que perviva la noción tradicional
del criterio en singular, como si fuese una opción metodológica uniforme y definida
en lugar

de una amalgama difusa de ideas diversas y en parte contradictorias. Así todo, en


la medida en que esta realidad heterogénea tiene como esencia común la atención
a la Historia, no veo inconveniente en asumir la convención de hablar del criterio
histórico en singular, aunque parte del propósito de este trabajo sea mostrar su
diversidad interna. Recurrir a la Historia para interpretar el Derecho es un criterio
del que cabe valerse con argumentaciones distintas e incluso incompatibles y que
desemboca en un argumento con que motivar la respuesta. Diferencio así la
argumentación jurídica, en cuanto técnica de interpretación, de las razones o
argumentos que se aducen para justificar las soluciones interpretativas. Por
ejemplo, tomando como premisas (a) que los debates parlamentarios previos a la
aprobación de la ley son un indicador de lo que perseguía el legislador, y (b) que lo
que perseguía el legislador determina el significado buscado, el intérprete puede
construir un “argumento histórico” para atribuir a la disposición el significado que a
su entender se desprende de esos debates. Entonces un argumento histórico –una
justificación resultante de un razonamiento basado en datos históricos– no debe
confundirse con el criterio o punto de vista histórico, que es valorativamente neutro
y simplemente incorpora los datos históricos en la interpretación. Con esta distinción
evitamos vincular de forma innecesaria y equívoca los elementos en los que debe
fijarse el intérprete con las técnicas y las doctrinas particulares que les aplica.

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