Historia Del Pret A Porter

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Capítulo 1: Diseño de indumentaria Prêt -á-porter

Dentro de este capítulo se desarrollara la historia del rubro de indumentaria conocido

como Prêt -á-porter, partiendo de la vestimenta como signo en general, las tipologías

comprendidas en el mismo, hasta los inicios del rubro en sí y sus precursores, tales como,

Coco Chanel.

Desde la existencia del hombre surge la necesidad de vestirse, la cual cumple diferentes

funciones a lo largo de la historia de la humanidad.

En un primer momento, la indumentaria comienza a ser utilizada para proteger el cuerpo

de las condiciones climáticas. Al satisfacer esta necesidad, la misma se ve desviada

derivándose en otras necesidades como sentirse seguro, realizarse, comunicar o

pertenecer a un grupo, una ideología o a un status social.

Esta necesidad de ser incluido en un determinado grupo social hace que la indumentaria

deje de ser un objeto textil que se encarga de proteger el cuerpo, para convertirse en un

signo capaz de ser socialmente decodificado para un determinado grupo social.

“El vestido constituye la forma visible de lo que somos interiormente” afirma Toussaint –

Samat (1994, p. 14) y de esta forma se puede decir que la personalidad de las personas

se encuentra reflejada en la indumentaria que llevan. La misma comunica su clase social,

su grupo de afines, entre otras características.

Sin embargo, no solo las necesidades del ser humano generan una evolución en la

indumentaria sino que el contexto social y el avance tecnológico permiten que aparezca lo

que antes no existía en el imaginario social, que es la moda tal y como se la conoce en la

actualidad.

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1.1 La vestimenta como signo

Como se mencionaba al comienzo de este capítulo la indumentaria constituye un sentido,

es decir, llevan el interior de una persona hacia algo exterior. Esta vestimenta está

constituida por diversos signos lo cual generan un sentido.

“El vestido es expresivo. Es expresivo el hecho de que yo me presente por la mañana


en la oficina con una corbata extraordinaria a rayas; es expresivo el hecho de que de
repente la sustituya por una corbata psicodélica; es expresivo el hecho de que vaya a
la reunión de consejo de administración sin corbata.” (Eco, U. 1976)

El vestido expresa de la misma manera que lo hacen las palabras, con tan solo ver la

vestimenta que alguien lleva se pueden determinar diversos aspectos. Es decir, refleja las

condiciones de la vida cotidiana. La indumentaria y la vida social se influyen mutuamente.

“La ropa presta sus atributos al personaje y el sujeto se enmascara o desenmascara en

sus atuendos” (Saltzman, A. 2004 Pag. 117).

De esta manera, el vestido constituye hábitos y costumbres que se consolidan en normas

de la vestimenta de un determinado grupo o cultura.

Esta indumentaria fue utilizada por hombres y mujeres a lo largo del tiempo como medio

de adaptación al entorno sociocultural y de esta forma se establece un código sobre la

imagen del cuerpo vestido.

Este código es titulado por Balzac como “claves jeroglíficas”. Estas revelan la identidad,

la posición social, el carácter, la profesión, el estado de ánimo o el estado civil de las

personas. Por lo tanto, se puede decir que la indumentaria es un medio de comunicación

que expresa mediante un lenguaje visual. Pero esta expresión está sujeta a diversas

restricciones y reglas de manera que su ruptura marca una intervención personal en la

moda. Es decir, quien no sigue estas restricciones de la moda genera una nueva de

manera personal interviniéndola con sus propias reglas. De esta forma empiezan a

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aparecer las conocidas vanguardias.

Eco menciona que:

“El vestido y la apariencia descansan sobre códigos y convenciones, muchos de los

cuales son sólidos e intocables, defendidos por sistemas de sanciones e incentivos

capaces de inducir a los usuarios a hablar de forma gramáticamente correcta el

lenguaje del vestido bajo pena de verse condenados por la comunidad”. (Eco, U. 1976)

Diversos individuos osaron a crear su propio look o imagen personal rompiendo con los

parámetros dictados por la sociedad en su época. Un claro ejemplo de esto se ve al

principio del siglo XX cuando las mujeres incorporan a sus vestimentas el uso del

pantalón que hasta ese entonces venía siendo una prenda pura y exclusivamente

masculina. Esta y otras revelaciones mas fueron reprimidas ya que atentaban contra las

normas y el modelo que delimitaba lo que se mostraba u ocultaba y las diferencias entre

lo masculino y lo femenino.

Con estas rupturas empiezan a surgir la moda ya que la misma “se vale de la

transformación como dinámica y subsiste en virtud del cambio que genera mediante la

incorporación periódica de la novedad” (Saltzman, A. 2004. Pag 120).

Todo aquel que quiera tener una identidad propia se ve forzado a modificar su imagen

para diferenciarse de los que imitan los signos que el mercado pone en circulación.

1.2 Tipologías de la indumentaria

La indumentaria está constituida por diversos elementos que se vinculan entre sí en el

cuerpo del usuario. Estos elementos son los que se definen luego como tipologías, es

decir, prendas comúnmente usadas por la sociedad que se definen de acuerdo a su

materialidad, su morfología, su función, etc. “Asi, las tipologías permiten reconocer y

clasificar las distintas prendas que componen el sistema de la vestimenta, entendiendo

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que ese sistema atañe también al calzado, los accesorios y todos los elementos del

vestido” (Saltzman, A. 2004. Pag 127).

Al clasificarlas de esta forma, permite que las prendas se puedan distinguir por su

morfología, es decir si es un zapato, un vestido, un saco, etc o por otros factores como la

materialidad en la que están realizados, el usuario o su función. Un ejemplo de esta

catalogación son las tipologías de sastrería (que se distinguen por los factores de

construcción y de materialidad) o las tipologías femeninas (que se distinguen por su

usuario).

Esta caracterización de las tipologías es de gran utilidad para luego poder calificar la

vestimenta. Saltzman platea un ejemplo para entenderlo con claridad:

“El pantalón pertenece a un orden genérico que involucra una determinada relación
espacial en torno al cuerpo, y ciertos parámetros morfológicos y constructivos que se
profundizan en la medida en que lo encuadramos en una función, un usuario y un
material. Es decir: no es lo mismo pensar en un pantalón en términos puramente
genéricos, que en un pantalón femenino de punto para esquí” (Saltzman, A. 2004).

Dentro de una cultura y un contexto en particular, las tipologías pueden ser características

de manera que se convierten en signos que permiten distinguir a las personas como

miembros de una comunidad o una profesión. Por ejemplo, el kimono es una tipología

oriental que se convierte en una prenda que caracteriza y distingue a las personas

japonesas.

Existen tipologías que se encuentran inalteradas a lo largo del tiempo ya que no

pertenecen o se mantienen fuera del sistema de la moda, que genera un continuo cambio.

Y otras que son parte de un sistema dinámico que mutan a la par de la sociedad y se van

modificando de manera sistemática para poder adaptarse al contexto. Para lograr esto,

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las prendas se van fusionando con otras de familias distintas así como también se van

reciclando para sacarlas de su origen para atribuirles nuevas funciones o para adaptarlas

a un usuario distinto.

1.2.1 Tipologías de Prêt á Porter

Según Riviére, el pret a porter, “designa un sistema de fabricación seriada de prendas de

vestir dirigidas a un público universal”, (Riviere, M. 1996). Cuando se analiza este término

se puede decir también que no solo son prendas producidas en serie, sino que también

para ser utilizadas a diario. Estas prendas cuentan con géneros de fácil conservación y

acordes a la temporada en las que se diseña.

Si bien este rubro comienza con el traje sastre a principios del siglo XX, a lo largo del

tiempo se modifican los hábitos y costumbres impulsando un cambio en la moda.

Según Saulquin (2006) dentro del Pret-à-Porter se pueden encontrar distintas líneas como

el sport’s wear, cassual wear, active wear. A su vez dentro de una misma colección se

hallan prendas que se pueden usar en distintas situaciones como deportiva, urbana,

ejecutiva, juvenil, entre otros.

Las tipologías son varias dentro del rubro, como por ejemplo los conjuntos de falda y

chaqueta, tapados, vestidos, pantalones y ropa de trabajo.

La materialidad con la que estas prendas eran confeccionadas son de alta calidad pero

con un costo no tan elevado que el que se venía utilizando para la alta costura.

Las prendas de prêt-à-porter ofrecen a diferencia de la Alta Costura posibilidades para

combinar las tipologías y los colores y así permitiendo al usuario armar su propio conjunto

de ropa.

La primera tipología en aparecer de las mencionadas y más innovadora fue el pantalón

sastre, que comenzó siendo una tipología pura y exclusivamente masculina hasta que

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Chanel lo impuso en la moda femenina. Yves Saint Laurent también toma esta tipología y

luego de independizarse de Dior abre su boutique en 1966 donde los pantalones sastre

conformaban la vestimenta de la mujer profesional de la ciudad. Estos pantalones eran

combinados con esmóquines femeninos en las pasarelas.

En cuanto a Chanel, el traje sastre que propone es una adaptación del traje sastre

masculino. Este traje estaba compuesto por dos o tres piezas en el cual se incluye la

falda, la chaqueta y la blusa optativa. Generalmente la falda y la chaqueta son realizadas

en el mismo material que en ese entonces eran tweed, seda o jersey. Las chaquetas

tenían botones en el frente que podían desabrocharse, bolsillos colocados

estratégicamente donde se les encontraba una utilidad, el corte de los hombros eran más

altos para dar mayor libertad de movimiento en la zona de los brazos. Las chaquetas

podrían llevarse tanto cerradas como abiertas o puestas sobre los hombros.

Las faldas eran rectas pero tableadas generando así una facilidad al caminar o a realizar

distintas tareas. Junto con estas piezas, Chanel creó las blusas de carácter más sencillo y

elegante para completar su look.

Otro gran referente del prêt-à-porter es Paco Rabanne, ya que crea un vestido

confeccionado casi en su totalidad en una fibra artificial, como lo es el plástico. Este tipo

de fibras son las que hicieron posibles el desarrollo de este rubro de moda cuyo objetivo

era el de ofrecer buena calidad a precio accesible.

Hoy en día gran cantidad de diseñadores y marcas siguen desarrollando prendas con

estas características para seguir satisfaciendo la necesidad de los consumidores.

1.3 De la Alta Costura al Prêt á Porter

No es sino hasta finales de la Edad Media, comienzos del Renacimientos que se puede

hablar del sistema de la moda tal como se conoce en la actualidad. Hasta ese momento la

forma de vestir de las personas ha permanecido casi idéntico ya que la sociedad era

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estática y el pasado representaba el modelo de referencia para todos los

comportamientos.

Las transformaciones que hoy en dia se ven reflejadas en la vestimenta son consecuencia

de los factores políticos, sociales y culturales. Esto se debe a los valores religiosos, el

status social, etc que generan día a día un cambio tanto en las formas como en el estilo.

“El sistema de la moda no sufrió un quiebre total, separándose de sus orígenes, sino que

supuso una continuación del sistema impuesto por el célebre diseñador Charles Frederick

Worth a fines del siglo XIX” (Lipovetsky, G. 1990).

Worth (1825-1895) es considerado el padre de la alta costura. Anteriormente las mujeres

recurrían con un diseño básico y clásico de la época a las modistas para que les

realizaran el pedido, mientras que Worth revoluciono esta relación establecida entre la

modista y el cliente para realizar sus propios diseños teniendo en cuenta el ideal del

cuerpo de la mujer y lo que él creía que debían consumir las mujeres en esa época.

Worth es también el creador de la primera colección de moda, materializándola y

exhibiéndola en maniquíes vivos (lo que hoy conocemos como modelos) en un evento

para que las mujeres de la alta sociedad elijan el diseño que querían que el mismo les

realice. Con la necesidad de mostrar estas creaciones, dio origen a lo que hoy se conoce

como desfiles de moda (Vileseca, 2010).

Otra de las atribuciones que tiene este modisto es que marcó el comienzo de los cambios

de la moda (conocido actualmente como las temporadas). Sin embargo en aquella época,

estos cambios no se atribuían al transcurso de las estaciones climáticas, como ocurre en

el presente.

A este gran modisto, le siguieron otros tantos relevantes al mundo de la moda como es el

caso del modisto francés Paul Poiret que inauguró su propia firma luego de haber

trabajado en las casas de moda parisinas de Charles Frederick Worth.

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“La moda necesita actualmente un nuevo maestro. Necesita un tirano que la fustigue y

le arranque sus escrúpulos. El que le haga este favor, será rico y admirado. Tendrá

que hacer lo que yo hice entonces y no mirar atrás, pensar sólo en las mujeres y en lo

que les sienta bien. Pero una vez hayan llegado a un convencimiento, deberá seguir su

idea a toda costa, sin preocuparse por sus colegas ni inquietarse de ser imitado. El

primer año no será imitado, pero el segundo será copiado.” (Poiret 1989).

Poiret buscó restaurar la naturalidad de los atuendos femeninos generando un cambio

radical en la silueta de los vestidos. Durante ese periodo sucedía un acontecimiento que

genera estas modificaciones, que es la guerra mundial comprendida entre 1914 y 1918.

Esto genero grandes cambios en las prioridades de la gente y los vestidos que se usaban

hasta ese entonces con ceñidos corsets ya no podían ser utilizados.

La propuesta de Poiret luego de esto es la de liberar a las mujeres del corset creando es

un traje lánguido y confortable que delimitaba de manera natural del cuerpo.

“Los vestidos de Poiret, caían sobre el cuerpo de la mujer de tal modo que le

proporcionaban libertad y movimiento” (Lehnert, G. 1994, p. 13).

El fin de la primera guerra mundial fue un factor decisivo para acelerar los cambios en la

industria de la moda no solo en cuanto a las tecnologías y los sistemas económicos de

Europa sino que también al cambio en el rol de la mujer en esa época. Las mujeres se

han encontrado que debían realizar las tareas que generalmente eran de los hombres ya

que permanecían ausentes porque debían estar presentes en los campos de batalla.

Las mujeres, que sustituyen a los hombres en las actividades agrícolas y en las fábricas,

tienen la necesidad de vestir trajes más cómodos y funcionales, que se parecen a los

masculinos. (Tomasella, 2014)

Ademas las mujeres carecían de tiempo para confeccionar sus propios vestido so tener

que acudir a las diversas pruebas que las modistas realizaban y es por esto que las

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modistas empiezan a desaparecer. (Saulquin, 2011)

Debido a esto y a problemáticas económicas, se genera un descenso en la alta costura ya

que muchas de las personas no podían adquirir prendas de tan alto costo.

1.3.1 Surgimiento del Prêt á Porter

En el periodo de la postguerra, comprendido entre 1920 y 1940, surge una nueva imagen

de mujer: libre, apta para salir a trabajar, a practicar deportes y que comienza a cortar el

pelo, suprime el corset y adopta el pijama de noche. Las siluetas femeninas en las

prendas se fueron suprimiendo para crear un estilo más varonil no solo en cuanto a

imagen sino a algo más conceptual como idea de fuerza y forma de pararse ante el

mundo. (Balmaceda, 1995)

A partir de esto nace el Prêt-à-porter, “expresión francesa que significa <listo para llevar>

y que está tomado del inglés ready to wear” (Riviere, M. 1996 Pag 222). Este rubro se

basa en la fabricación seriada de prendas que comienza a fines del siglo XIX para

prendas de trabajo y “pasa a ser el más importante instrumento para la democratización

de la moda de los años veinte y treinta en los Estados Unidos (…)” (Riviere, M. 1996 Pag

222).

Este término fue utilizado por primera vez en 1950 únicamente para la indumentaria

femenina.

Al aparecer un nuevo nivel socioeconómico, la clase media, este nuevo rubro se ve ligado

ya que los miembros de la misma consumían masivamente prendas de moda.

Además de esta clase social, otros factores tales como los avances tecnológicos, los

nuevos sistemas de fabricación de prendas, las nuevas redes y los sistemas comerciales

aportan y facilitan al Prêt á porter para que pueda desarrollarse.

“Con la consolidación del prêt á porter como sistema básico de creación y producción de

moda, no solo se diluye el papel de la alta costura, sino que se universaliza el gusto y los
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estilos de vestir que se proponen” (Riviere, M. 1996 Pag 222).

Ya no se puede hablar de modas nacionales porque la moda pasa a ser la misma en todo

el mundo.

Gracias a este rubro de moda, los diseñadores se ven favorecidos asi también como las

casas de alta costura que se transforman en marcas comerciales. (Riviere, 1996)

1.3 Prêt á porter y sus precursores

Existen diversos protagonistas durante este periodo, una de ellas y la más famosa es la

diseñadora Coco Chanel. Chanel fue una de las modistas más innovadoras durante el

periodo de la primera guerra mundial ya que produjo una ruptura con la poco práctica

elegancia de la Belle Époque creando así una línea de ropa informal, sencilla y cómoda.

En el 1916 logra consolidarse en la moda lo cual significó el descenso en la carrera de

Paul Poiret, que se resistía a la practicidad, la racionalización y la simplificación estilística.

Coco Chanel aseguraba que la comodidad reflejaba seguridad y, por lo tanto, elegancia.

(Mir Balmaceda, 1995).

“No fue la responsable de la liberación del cuerpo femenino del corset, sino que de eso

se había encargado Poiret y Fortuny. La misión de Chanel era más importante: liberar

a las mujeres del corset mental, de la paciencia, de la sensación de pesadez, de cierta

pereza espiritual que las mantenía a merced de los hombres” expone María Inés

Strasser en el artículo Historias de moda.

Chanel rompe con lo establecido y crea un proceso de emancipación de la mujer

convirtiendo a los trajes más masculinos, más austeros y más prácticos. Reduce la

vestimenta a lo esencial compuesto por chaquetas, camisas, pantalones sastres,

peinados a lo Garçon y de colores neutros tales como el negro, el beige, el azul y el

blanco.

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Introduce al mercado un traje más simple y funcional quitando todo tipo de excesos y

confeccionándolo en tela de jersey.

Este traje tan icónico compuesto por tres piezas: chaqueta, camisa y pantalón se hizo por

primera vez durante la Primera Guerra Mundial y se mantuvo de moda hasta 1939 para

ser luego reintroducido en el año 1954 hasta la actualidad.

Muchos de los detalles del traje de chaqueta de Chanel fueron una adecuación de

piezas originales del vestir masculino, como los bolsillos y las abotonaduras, pero nuca

fueron una imitación, es más, fueron y son una recreación femenina de lo práctico del

vestir masculino.(Mir Balmaceda, M. 1995 pág. 89).

A esto se le sumaron el diseñador francés Jean Patou (1880-1936) que supo transmitir el

espíritu de los años veinte caracterizándose por crear piezas simples en líneas y colores y

un estilo deportivo que pronto triunfó en los Estados Unidos. Y Madeleine Vionnet también

libera a estas mujeres a partir de vestidos drapeados con corte al bies (el cual solo venía

siendo utilizado para cortar cuellos), muy flexibles y maleables. Este nuevo corte creado

por Vionnet consiste en cortar el género textil de manera diagonal, en vez de cortarlo al

hilo como venían haciendo hasta este entonces, proporcionándole a las prendas mayor

elasticidad y comodidad para quien lo utilice. Además, estudio el cuerpo de la mujer para

preservar su belleza natural y adaptarse a la silueta. (Sosa, 2013)

Con todo lo antes mencionado, se da inicio al Prêt- á-Porter, rubro que perdura hoy en día

adecuándole a los avances de la epoca.

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Bibliografía

Kancepolski, L. (2013). Vestido e identidad: de la Prehistoria a nuestros días

[Ensayo en línea] Disponible en: http://suite101.net/article/vestido-e-identidad-por-que-

la-moda-importa-a45123#.VjdlQrcrLIU

Lehnert, G. (2000). Historia de la moda del siglo XX. Colonia: Könemann.

Lipovetsky, G. (1990). El imperio de lo efímero. Barcelona: Anagrama.

Mir Balmaceda, M. J. (1995). La Moda Femenina en el París de Entreguerras. Las

diseñadoras Coco Chanel y Elsa Schiaparelli. Barcelona: Ediciones Internacionales

Universitarias

Riviere, M (1994). Diccionario de la moda. Barcelona: Debolsillo

Saulquin, S. (2006). Historia de la moda argentina. Buenos Aires: Emecé.

Saulquin, S. (2010). La muerte de la moda, el día después. Buenos Aires: Paidós.

Toussaint – Samat (1994). Historia técnica y moral del vestido. Madrid: Alianza

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