Ética de La Ecología

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Ética de la ecología.

Un mundo frágil

Según Mortalla (2012) la ética ecológica o también llamada ética


ambiental, se ocupa especialmente de regular que las acciones de
los seres humanos no atenten contra el desarrollo y la evolución
de los ambientes naturales.

Los hombres no pueden desligarse del medio ambiente en el que se


desenvuelven, sin embargo sus conductas agresivas, la falta de
políticas ambientales y actividades ecocidas se han venido
incrementando a lo largo de los años.

Se ha perdido la sensibilidad ecológica y debería considerarse ésta


como una actitud permanente a fin de rescatar los diversos
ecosistemas y perseverar a la humanidad.

Al hablar de la fragilidad del mundo, me refiero a lo fácil que resulta


que las actividades humanas puedan destruir la naturaleza,
ecosistemas completos que incluyen diversas especies de animales y
plantas endémicas.

Existe una falsa idea entre los seres humanos de que la naturaleza
está ahí para nuestro uso particular, la idea judío-cristiana “creced,
multiplicaos y dominad la tierra”, sigue prevaleciendo. Aunado a estas
ideas, el desarrollo de la ciencia moderna ha orillado a los seres
humanos a creerse los dueños y señores de la naturaleza, esto sin
importar que los recursos naturales también forman parte de la vida de
otros seres vivos.

Se debe tomar en cuenta que nosotros de forma natural, no formamos


parte directa de las cadenas tróficas, sino que somos una extensión de
éstas y nos hemos convertido en uno de los peores depredadores,
pues la caza desmedida de animales no obedece a satisfacer una
necesidad primaria, sino que esto lo hace para demostrar el poderío
que puede tener sobre otras especies.

La consciencia ecológica exige una nueva actitud o una nueva


ética.

Anteriormente, la ética había dado por supuesto la continuidad de la


vida humana sin tomar en consideración a los otros seres vivos con
los que se tiene convivencia. En esta nueva ética se habla de extender
el cumplimiento de normas morales, a los reinos animal y vegetal,
haciendo frente a los problemas ecológicos y haciéndose
responsables de cada una de sus acciones.

De aquí se desprende un término nuevo: Ética de la responsabilidad


(generar un nuevo poder, sobre nuestro poder).

Según Florent Marcellesi, que es coordinador de Ecopolítica y


miembro destacado de la Revista Ecología Política, define la Crisis
Ecológica como:
La crisis ecológica es principalmente una crisis de escasez: escasez
de materias primas, de energía, de tierras y de espacio ambiental para
mantener el ritmo de la economía actual, y aún menos extenderlo a
todos los países del Sur y dejarlo en herencia a las generaciones
futuras.

Fomentar una “actitud de cuidado” en la nuevas generaciones es parte


de estas nuevas responsabilidades que tenemos en el presente para
cambiar y lograr un mejor futuro.

“La prudencia o sabiduría práctica, es conseguir que el mundo siga


siendo más humano”, (Hans Jonas, El principio de responsabilidad).

Al respecto, creo que los cambios para solucionar los problemas


económicos, sociales y políticos deben estar direccionados a la
protección del medio ambiente.

De esta nueva ética de la responsabilidad, se desprenden dos


vertientes:

La primera de ellas denominada Ecología Superficial donde se ven a


los recursos naturales como un recurso valioso, solo el valor humano
cuenta, las plantas son un recurso medicinal y de alimento.

La segunda es la llamada Ecología Profunda, que implica la extensión


de la ética entre los humanos y demás seres vivos. En esta se habla
del valor intrínseco que tienen el resto de los seres vivos, igualar el
valor al del ser humano, las plantas deben ser salvadas por su valor
intrínseco, los recursos son de todos los seres vivos y finalmente se
considera que el hombre es cruel, pero no necesariamente.

Finalmente y como parte de este nuevo paradigma, los criterios no


utilitarios se basan en diferentes argumentos:

1. Teológicos: Se consideran de procedencia divina. Por ejemplo la


prohibición del consumo de cierto tipo de carnes u otros
alimentos según las creencias.
2. Evolución: Se considera que el ser humano es el ser más
evolucionado, sin embargo a lo largo de la historia estudios
demuestran la existencia de diversos mecanismos evolutivos y
se avalan con las evidencias fósiles. Todos los seres vivos
evolucionan y es una característica intrínseca.
3. Inteligencia: Se han realizado diversos estudios sobre la
medición de inteligencia de algunas especies como las ballenas,
delfines, perros y chimpancés
4. Capacidad de sentir o sufrir dolor: Aunque es difícil de saber, ya
hay diversas investigaciones al respecto para diferentes seres
vivos, en especial se le da énfasis a los mamíferos.
5. Deontológicas: se refiere al cumplimiento de normas morales por
deber, según Kant (1724-1804) son de carácter rígido. De hecho
en este punto se propone el extender las normas que defienden
el derecho al valor de la vida a los animales y las plantas. Me
llama especialmente la atención que el reino vegetal es poco
privilegiado de forma general, sin embargo, creo que debería de
ser uno de los más protegidos por el valor que agrega a la vida
del ser humano, me refiero específicamente a la producción de
oxígeno como resultado del proceso de fotosíntesis. Si las
personas entendieran lo que se provoca cuando se realiza una
tala desmedida o se erosiona el suelo y cambia sus condiciones
sustentables, entonces supongo que se consideraría como uno
de los recursos más importantes.
6. Finalmente el criterio teolológico, que norma la gravedad de
nuestra conducta y marca específicamente las consecuencias de
nuestras acciones, considera que pueden tomarse en
consideración los criterios utilitarios y no utilitarios basándose en
teorías de valor, y ponen de ejemplo que el matar animales que
no están en peligro de extinción puede tener menos valor que si
el animal está en peligro de dejar de existir. No considero que
deba haber una distinción de valor hacia lo utilitario, más bien
debe considerarse el cubrir las necesidades de una población o
comunidad y preservar la biodiversidad de la zona y aprender a
convivir con otros seres vivos.

Es imperativo considerar el no poner en peligro las condiciones del


medio ambiente a costa del desarrollo antropológico.

Finalmente, nace una nueva corriente que se le llama “Eco


humanismo”, en donde se promueve la unidad entre la especie
humana en sociedad y su relación con el medio ambiente.
CONCLUSIÓN:
Después de revisar los artículos se pone de manifiesto que el modelo
económico, industrial, político y social que estamos viviendo, es el que
ocasiona el deterioro ecológico, no solo del medio ambiente sino
también de la percepción que se tiene de este. El hombre tiende a
pensar que tiene derecho sobre todo lo que le rodea y no se ha dado
cuenta que los recursos son finitos si no se les da el suficiente tiempo
para regenerarse.

La crisis climática y ecológica no se revertirá a menos que se


reinventen las bases de los modelos sociales y culturales, respetando
los ciclos naturales y tratando de revertir los efectos que se han
provocado por la contaminación antropogénica y el desarrollo sin
control.

Nuestro estilo de vida debe cambiar, cada uno de nosotros debemos


hacer conciencia que el uso desmedido de los recursos y la
generación de desperdicios nos puede llevar a una situación poco
deseable en el futuro.

Se deben tomar acciones lo suficientemente radicales a nivel mundial,


generar un compromiso por parte de los gobiernos para evitar la
degradación y comenzar así con la recuperación de los sistemas
vitales (ecosistemas) y las reservas naturales para lograr alcanzar un
equilibrio ecológico.
Pero sobre todo, que cada uno de nosotros esté dispuesto a cambiar
para mejorar y proteger a la naturaleza, respetar sus derechos, darles
un valor intrínseco y cumplir con las normas establecidas para evitar
su deterioro.

“Los jóvenes nos reclaman un cambio. Ellos se preguntan cómo es


posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en la
crisis del ambiente y en el sufrimiento de los excluidos”. Papa
Francisco

La principal característica de las propuestas ÉTICAS ECOLÓGICAS


es la atribución de valor intrínseco a la naturaleza, sea a seres
individuales (biocentrica) o a organismos colectivos (ecocentricas).

Según John O’Neill (apud Dobson, 1997: p. 72) un objeto tiene


“valor intrínseco” si es un fin en sí mismo y no un medio para
otro fin, es decir, su “valor objetivo” independientemente de la
valoración de los tasadores.

La principal característica de este tipo de argumento se basa en la


atribución de valor intrínseco a la vida, donde la fuente de inspiración
es la “Ética de la Tierra” de Aldo Leopold que preconiza que:

“Una cosa es correcta cuando tiende a preservar la integridad,


estabilidad y belleza de la comunidad biótica. Es equivocada
cuando tiende en otra dirección” (Leopold, apud Dobson 1997,
76).
AUTORES Y CONCEPCIONES ACERCA DE LA ÉTICA ECOLÓGICA
La principal característica de los autores que proponen una ética
ecológica, es el cambio del eje de la forma de pensar y accionar, o
sea, el cambio del antropocentrismo hacia el llamado
BIOCENTRISMO.

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