Delitos Contra La Libertad Individual y Otras Garantias
Delitos Contra La Libertad Individual y Otras Garantias
Delitos Contra La Libertad Individual y Otras Garantias
JUS
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horizonte una mejor comprensión y desarro- dad Católica de Colombia.
llo de la justicia penal colombiana e interna- en Colombia se registran sorprendentes cifras en materia de delitos
Algunos libros publicados: Derecho Penal
cional, esta colección aporta elementos para contra la libertad individual, como desaparición forzada, secuestro,
en las relaciones laborales públicas y priva-
el debate y la formación de un pensamiento desplazamiento forzado, tortura y violaciones a la intimidad, funda- das, La policía judicial en el sistema penal
penal crítico, tanto en la comunidad acadé- mentalmente en un contexto de irrespeto a los derechos humanos acusatorio, Manual de Policía Judicial para
mica como en los profesionales que partici-
la Función Disciplinaria, Los procesos de
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e intolerancia en relación con las ideas de las personas que
pan en el campo jurídico-penal.
muestran algún descontento o inconformidad con la situación Selección Penal Negativa.
política colombiana. Cargos públicos desempeñados:
Otros títulos de la Colección • Jefe de la Oficina de Investigaciones
No es la única causa para este tipo de delitos, hay muchas otras, ade-
JUS-Penal: Especiales de la Procuraduría General
más de los intereses políticos de diferente ideología, están presentes de la Nación, 1989 a 1991.
• Del populismo penal a la punitividad: la los de tipo económico que utilizan el secuestro para el enriquecimien-
• Director Nacional del Cuerpo Técnico
to personal o para financiar la guerra, la desaparición forzada para de investigación de la Fiscalía General
política penal en Colombia en el siglo XXI
librarse de los competidores en los negocios ilícitos, o por medios de la Nación, en propiedad (1997-1999).
• Los derechos humanos a debate.
violentos o maniobras engañosas se afectan los derechos de asocia- • Director Nacional de Fiscalías (e), 1999.
Perspectivas desde el derecho internacional ción de sus trabajadores o se ha utilizado la detención arbitraria como • Fiscal Delegado ante la Corte Suprema
• Fundamentos semióticos para la
investigación jurídica
una forma de afectación de la libertad de las personas. Incluso existen
partidarios de lograr el restablecimiento de la tortura corno un me-
Pablo Elías González-Monguí de Justicia (2000).
• Vicefiscal General de la Nación (2001).
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canismo de investigación para obtener confesiones de delitos o para • Fiscal General de la Nación encargado.
• La política antidrogas. Nuevos horizontes
prever los que posiblemente vayan a suceder, en una falsa disyuntiva
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de cambio en el control de la oferta y la
entre la seguridad de todos o la afectación de los derechos humanos
demanda de unos pocos. De ahí la importancia de conocer la dogmática de
• Reglas de producción de las pruebas y regla los delitos contra la libertad individual.
JUS PENAL
de exclusión en sede de casación penal
• El entramado penal, las políticas públicas
ISBN 958893484-6
y la seguridad
• La investigación penal en las sociedades
posindustriales 9 789588 934846
Proceso de arbitraje
1er concepto Cómo citar esta obra
Evaluación: 01 de marzo de 2017
En APA:
2do concepto González-Monguí, P. E. (2017). Delitos contra la liber-
Evaluación: 20 de marzo de 2017 tad individual y otras garantías. Bogotá: Editorial Uni-
versidad Católica de Colombia.
En Chicago:
González-Monguí, Pablo Elías. Delitos contra la liber-
tad individual y otras garantías. Bogotá: Editorial Uni-
© Universidad Católica de Colombia versidad Católica de Colombia, 2017.
© Pablo Elías González-Monguí
Dirección Editorial
Stella Valbuena García
Presentación....................................................................................................................11
Introducción....................................................................................................................17
Capítulo I. El bien jurídico tutelado.......................................................................................21
La libertad individual como bien jurídico..................................................................24
Principio de legalidad y tipicidad frente al bien jurídico de
la libertad individual...............................................................................................30
La libertad individual y los delitos de ejecución permanente....................................34
Libertad individual y crímenes de lesa humanidad....................................................37
Capítulo II. Otros aspectos dogmáticos de los delitos contra la libertad individual..........................45
Los sujetos activos, autoría y participación ...............................................................46
La posición de garante en el Código Penal colombiano y los delitos
contra la libertad individual....................................................................................49
Los tipos penales por acción (comisión).................................................................51
La conducta por omisión.........................................................................................51
Las situaciones constitutivas de posición de garante..............................................52
La posición de garante en la conducta por acción (comisión)................................57
La posición de garante y la fuerza pública..............................................................60
La posición de garante limitada a determinados bienes jurídicos...........................61
Síntesis....................................................................................................................62
Las eximentes de antijuridicidad y la obediencia debida...........................................63
La insuperable coacción ajena y el miedo insuperable .............................................66
Capítulo XI. De los delitos contra el sentimiento religioso y el respeto a los difuntos....................355
Violación a la libertad religiosa................................................................................355
Impedimento y perturbación de ceremonia religiosa...............................................356
Daños o agravios a personas o a cosas destinadas al culto......................................357
Irrespeto a cadáveres................................................................................................358
Referencias....................................................................................................................361
Doctrina....................................................................................................................361
Organizaciones ........................................................................................................368
Jurisprudencia...........................................................................................................372
Otros documentos.....................................................................................................378
PRESENTACIÓN
Este libro nace del interés en investigar sobre los delitos que se cometen contra la
libertad individual de miles de colombianos, bien jurídico muchas veces afectado
por los actores del conflicto armado colombiano y, otras tantas, por la delincuen-
cia común del narcotráfico o de bandas organizadas. Este es un proceso que lleva
varios años y que continúa en construcción, teniendo como base la dogmática
penal en un sentido crítico, por lo que no implica la adopción simple de una posi-
ción técnico-jurídica, sino que está matizado por aspectos socio-jurídicos que son
necesarios en una reflexión sobre este tipo de delincuencia.
En este proceso fue imprescindible fijar el alcance del bien jurídico de la
libertad individual en sus diferentes expresiones, no solamente como libertad fí-
sica. Para ello se tuvieron en cuenta las diferentes formas contenidas en las des-
cripciones típicas que expone el Código Penal colombiano: intimidad, autonomía
de la voluntad, libertad de trabajo, entre otras.
También, un punto problémico importante que se tuvo en cuenta y que con-
tinuará siendo de actualidad, es la existencia de discusiones sobre el principio
de legalidad frente a los delitos de ejecución permanente (desaparición forzada,
secuestro, desplazamiento forzado) y el dilema de aplicación o no del principio
de favorabilidad por los diferentes cambios normativos.
En el primer capítulo se abordará ampliamente, para una mejor compren-
sión, cómo se definen y entienden los crímenes de lesa humanidad, lo cual es
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Presentación
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Presentación
de las actuaciones delictivas de unos pocos. Se espera que las consideraciones ju-
rídicas que se realizan a lo largo del texto sean de utilidad para quienes consulten
esta obra.
INTRODUCCIÓN
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Introducción
cuestión de lotería. Y cuanto menor sea el desarrollo dogmático, más lotería, hasta
llegar a la más caótica y anárquica aplicación de un Derecho Penal del que -por no
haber sido objeto de un estudio sistemático y científico- se desconoce su alcance y su
límite (Gimbernat, 1981, pp. 126-127).
Por otro lado, el profesor Francisco Muñoz Conde sintetiza la importante fun-
ción de la dogmática jurídico-penal como una forma de “garantizar los derechos
fundamentales del individuo frente al poder arbitrario del Estado que, aunque se
encauce dentro de unos límites, necesita del control y la seguridad de esos lími-
tes” (Muñoz Conde & García Arán, 2015, p. 183).
Sin desconocer la tarea realizada por el legislador al producir la disposición
legal, es ambicioso, por cierto, que el análisis realizado en este texto comprenda
el alcance normativo de manera armónica con el contexto de la legislación in-
ternacional, la Constitución Política, la jurisprudencia y la doctrina extranjera y
nacional. De igual manera, es importante que los aportes teóricos de este texto,
los cuales provienen tanto de la experiencia docente, como de la adquirida como
litigante o servidor público, no desconozcan la importancia de los debates que
se suscitan a diario y a los cuales la realidad delincuencial está constantemente
actualizando.
En este libro, en cada análisis de las diferentes descripciones típicas, el lector
encontrará aportes respecto a los antecedentes de la disposición vigente, al estudio
de la legislación internacional que le sirve de referencia a cada una, a la compara-
ción analítica de diferentes legislaciones y a la interpretación de los elementos de
cada tipo penal con las diferentes problematizaciones y discusiones que se presentan
en el campo dogmático jurídico-penal. Esta pretensión de interpretar y compren-
der la norma que es producto de las conductas humanas, ha permitido realizar
una pregunta desde la teoría general sobre el bien jurídico relacionado con cada
tipo penal: ¿qué es el bien jurídico de la libertad individual y cómo lo protege
cada uno de los tipos penales del título III de la parte especial del Código Penal
colombiano?
Las conductas que en este texto son objeto de estudio se encuentran descritas
en el Título III de la parte especial del Código Penal colombiano (Ley 599 de 2000)
bajo la denominación de Delitos contra la libertad individual y otras garantías
(artículos 165 a 204). Este contiene nueve capítulos que incluyen las reformas que
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Muchos años después, Hans Welzel (1956), expuso que “todo bien jurídi-
co forma parte de la vida social” (p. 6), por lo que su significación no debe ser
apreciada aisladamente, sino en una relación conjunta con la totalidad del orden
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social. Así, el bien jurídico es “todo estado social deseado que el derecho quiere
asegurar contra lesiones” (Welzel, 1956, p. 6).
Más cercano en tiempo, el profesor Eugenio Raúl Zaffaroni (2002) atribuye
la creación de bienes jurídicos a la Constitución, al Derecho Internacional y al
resto de la legislación. Finalmente, es el Derecho Penal el que los recibe ya tutela-
dos, para así anunciar las condenas a través de los tipos penales, correspondientes
a ciertas formas particulares y aisladas de lesión a dichos bienes.
Durante las últimas décadas, la tendencia mayoritaria de la doctrina penal
acude a los ordenamientos constitucionales como fuente del bien jurídico. El pro-
fesor Claus Roxin considera que, en efecto, ese es el punto de partida correcto
en un Estado de Derecho basado en la libertad del individuo, en el cual se deben
marcar los límites de la potestad punitiva del Estado. Así mismo, considera que
los bienes jurídicos deben atender a “circunstancias dadas y finalidades” en vez
de a “intereses” de modo general. Dice que
los bienes jurídicos son circunstancias dadas o finalidades que son útiles para el indi-
viduo y su libre desarrollo en el marco de un sistema social global estructurado sobre
la base de esa concepción de los fines o para el funcionamiento del propio sistema
(Roxin, 1997, pp. 55-56).
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1 Secuestro de personas no adineradas, por parte de la guerrilla, que casualmente eran interceptadas en una
carretera.
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2 Corte Constitucional. Sentencia C430 de 12 de septiembre de 1996, M.P. Carlos Gaviria Díaz, en http://www.cor-
teconstitucional.gov.co/relatoria/1996/c-430-96.htm. Esta sentencia declaró inexequible el artículo 7º de la Ley 228
de 1995, en el que se establecía como contravención el porte injustificado de ganzúas y llaves maestras.
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de ella. Cada sociedad tiene una noción de lo que debe entenderse por libertad.
La sociedad en la que vivimos tiene su propio concepto, quizás un criterio evo-
lucionado y en continua aproximación a lo que en un futuro se entenderá sobre
ella. Por ello, aunque estemos ubicados en un contexto histórico y en un medio
social determinado, no encontraremos uniformidad y consenso acerca de lo que
entendemos por libertad.
Dicha noción se encuentra representada en lo cotidiano, en las vivencias de
los grupos sociales y de los individuos, así como en las múltiples relaciones entre
estos; también en las expresiones artísticas y culturales, en el sistema social y
político, en la economía y en la producción. El concepto de libertad también lo
encontramos en las instituciones jurídicas, en su afán de buscar una definición
que de por sí está determinada por los intereses de los creadores de las normas y
no por los de los destinatarios de ellas.
Desde el punto de vista legal, la libertad es definida en cada sociedad por
normas que imponen determinado comportamiento o reglas de juego. Todo lo que
transgreda esa normatividad se contrapone a lo que, bien o mal, ha sido estable-
cido como libertad en sentido individual y colectivo.
Desde antes del nacimiento del Estado de Derecho de corte capitalista, la li-
bertad fue una de las consignas revolucionarias en contra de los actos arbitrarios
de la monarquía, lo que tuvo su primera concreción en la Declaración de derechos
del pueblo de Virginia, aprobada por la Asamblea Constituyente el 12 de junio de
1776. En esta se dispuso que “todos los hombres son por naturaleza igualmente
libres e independientes y tienen ciertos derechos innatos [como] el goce de la vida
y de la libertad” (Declaración de derechos del pueblo de Virginia, 1776). Días más
tarde, esos mismos derechos se establecieron en la Declaración de Independencia
de Estados Unidos, el 4 de julio de 1776, en la que se afirmó que
todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos
derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los go-
biernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados
(National Archives, 2016).
Años más tarde, en 1789, el pueblo francés, inspirado en los ideales liberales
y en el fragor de una revolución, profirió la Declaración de los Derechos del
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3 En igual sentido se reiteró esta posición en la sentencia C-741 de 6 de octubre de 1999, M.P. Fabio Morón Díaz.
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4 Para más información: ONU. Pacto Internacional de derechos Civiles y Políticos, 16 de diciembre de 1966, en:
http://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/CCPR.aspx, aprobado en Colombia mediante la Ley 74 de
1968. Ver el artículo 12.
5 Para más información: OEA. Convención Americana de Derechos Humanos, (Pacto de San José). San José,
Costa Rica, 7 al 22 de noviembre de 1969 en https://www.oas.org/dil/esp/tratados_B-32_Convencion_Americana_
sobre_Derechos_Humanos.pdf, aprobada en Colombia mediante la Ley 16 de 1972. Ver el artículo 22, sobre el
derecho de circulación y residencia.
6 Para más información se recomienda leer el artículo 7 de la Convención Americana de Derechos Humanos, sobre
el derecho a la libertad personal, aprobada en Colombia mediante la Ley 16 de 1972, en: https://www.oas.org/dil/
esp/tratados_B-32_Convencion_Americana_sobre_Derechos_Humanos.pdf.
7 Para más información se recomienda leer el artículo 9 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
aprobado en Colombia mediante la Ley 74 de 1968, en: http://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/
CCPR.aspx.
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8 Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Auto de 16 de diciembre de 2010, radicado 33039, M.P. José
Leónidas Bustos Martínez, en: www.procuraduria.gov.co/relatoria/.../87_CSJ-SP%20Proceso%2033039-2010.doc.
9 La Corte Constitucional señaló que son crímenes imprescriptibles, por lo tanto no se puede invocar el principio
de obediencia debida, así como tampoco se les puede otorgar a los autores o partícipes el asilo ni tampoco se les
puede conceder refugio (Corte Constitucional, Sentencia C-370, 2006).
10 Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Auto de 14 de marzo de 2011, radicado 33118, en: http://
www.defensoriamilitar.org/_pdf/RADICADO_33118_de_2010_CONCIERTO_PARA_DELINQUIR.pdf. Corte Supre-
ma de Justicia. Sala de Casación Penal. Sentencia de 15 de mayo de 2013, radicado 33118, en: http://www.
centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/sentencias/SentenciaExcongresistaCesarPerez15mayo2013_33118.
pdf.
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11 Ver: Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Auto de 16 de diciembre de 2010, Radicado 33039
M.P. José Leónidas Bustos Martínez..
12 Cita textual de pie de página de Velásquez: “Véase, por ejemplo, Auto del día trece de mayo de 2010, radicado
33118 que, por lo demás, se apoya en diversos pronunciamientos sobre la materia”.
13 Cita textual de pie de página de Velásquez: “Bien significativas, entre muchas otras decisiones, son las senten-
cias C-578 de 30 de julio 2002 y C-580 de 31 de julio 2002”.
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Varios de los delitos descritos por el Código Penal colombiano, y que tienen
que ver con el bien jurídico de la libertad individual, son de conducta o ejecución
permanente, como por ejemplo el secuestro, la desaparición forzada y el despla-
zamiento forzado. En lo que se refiere al secuestro, el hecho se consuma con la
privación ilegal de la libertad, la cual, cuando va acompañada de ocultamiento,
adquiere el carácter de desaparición forzada. Durante el tiempo que subsista di-
cho estado y se continúe vulnerando el bien jurídico, la conducta sigue siendo ac-
tual. Esto cambia cuando el autor decide poner en libertad a la víctima o termina
el daño por cualquier otra razón, por ejemplo, por la liberación de la persona por
acción de la autoridad.
En los delitos de ejecución instantánea no hay dificultad para determinar el
momento consumativo, puesto que este se agota con la realización del acto. En
los delitos de ejecución permanente la conducta se perfecciona en el proceso de
la acción o de la omisión y por ello la situación antijurídica se prolonga en el
tiempo. Por tal razón debe tenerse en cuenta el momento de la terminación de
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dicho estado, para así poder establecer la fecha de prescripción en los delitos y
que proceda la extinción de la acción y de la pena por esta figura.
De acuerdo con el principio de legalidad, el tipo penal aplicable a la conducta
punible realizada por una persona es la preexistente a la misma. Es decir, la ley a la
que se acude es la vigente en el momento de realización del delito (Constitución,
1991, art. 29)14. Según el artículo 26 del Código Penal, el tiempo de la conducta
punible es el “de la ejecución de la acción o en aquél en que debió tener lugar la
acción omitida, aun cuando sea otro el del resultado” (Código Penal, 2000). Se
considera que el momento de realización de un delito es en el que este se ejecuta o
cuando tuvo lugar la acción omitida, es decir, cuando el autor debió haber actua-
do. La misma disposición señala que puede ser otro el tiempo en que se produzca
el resultado, lo que reitera la importancia de la ocasión en que se realiza la acción
o en que se debió producir la omisión, para efecto de determinar cuál es la norma
preexistente y, por tanto, aplicable a cada caso.
En relación con los delitos de ejecución instantánea no hay dificultad para
determinar la ley preexistente. Por el contrario y siguiendo a Roxin, respecto a
los delitos permanentes debe aplicarse la ley que está vigente en el momento de
la terminación del hecho, para así no infringir la prohibición de retroactividad
de la imposición de una pena (Roxin, 1997). En el caso de este tipo de delitos
puede ocurrir que la ley vigente en el tiempo de la acción sufra una modificación
durante el transcurso de la situación antijurídica, por ejemplo, que se aumenten
las penas. Para este tipo de situaciones se aplica la ley que está vigente en el
momento en que se agota la agresión al bien jurídico, o sea, cuando se termina la
realización del delito.
La Corte Suprema de Justicia, en relación con la norma preexistente, señala
que no es posible invocar el principio de favorabilidad por vía de la ultra-activi-
dad de la norma vigente para cuando se inicia el comportamiento punible, debido
a la continuación de la situación antijurídica bajo el imperio de una legislación
más severa. Esto implica que el lapso en que se presenta el quebranto del bien ju-
rídico es diferente, por lo que aplicar dicho principio significaría dejar impune ese
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16 Para ver más sobre el Estatuto del Tribunal Militar Internacional de Núremberg ir a: http://www.ehu.eus/ceinik/tr
atados/7TRATADOSRELATIVOSACRIMENESDEGUERRA/CG73ESP.pdf. En este se encuentra que los crímenes
contra la paz consisten en “planificar, preparar, iniciar o librar guerras de agresión, o una guerra que constituya
una violación de tratados, acuerdos o garantías internacionales, o participar en planes comunes o en una conspi-
ración para lograr alguno de los objetivos anteriormente indicados” (Estatuto del Tribunal Militar Internacional de
Núremberg, 1945). Así mismo, que los crímenes de guerra se entienden como
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violaciones de las leyes o usos de la guerra. En dichas violaciones se incluye el asesinato, los malos tratos
o la deportación para realizar trabajos forzados o para otros objetivos en relación con la población civil de un
territorio ocupado o en dicho territorio, el asesinato o malos tratos a prisioneros de guerra o a personas en alta
mar, el asesinato de rehenes, el robo de bienes públicos o privados, la destrucción sin sentido de ciudades
o pueblos, o la devastación no justificada por la necesidad militar, sin quedar las mismas limitadas a estos
crímenes (Estatuto del Tribunal Militar Internacional de Núremberg, 1945).
Finalmente, que los crímenes contra la humanidad, comprenden
el asesinato, la exterminación, esclavización, deportación y otros actos inhumanos cometidos contra pobla-
ción civil antes de la guerra o durante la misma; la persecución por motivos políticos, raciales o religiosos en
ejecución de aquellos crímenes que sean competencia del Tribunal o en relación con los mismos, constituyan
o no una vulneración de la legislación interna del país donde se perpetraron (Estatuto del Tribunal Militar
Internacional de Núremberg, 1945).
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17 Dice Kompass:
En el ámbito del derecho internacional, la noción de crimen contra la humanidad fue construyéndose en
relación con ciertas prácticas, luego de guerras y lamentables episodios de nuestra historia universal, no
sólo mediante tratados internacionales, sino también a través de otras manifestaciones -como resoluciones y
declaraciones de organismos internacionales- tanto a nivel mundial como regional (Kompass, 1999, párr. 7).
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progresistas del Derecho Penal Internacional, acerca de que los crímenes de lesa
humanidad pueden ocurrir por dentro o por fuera de un conflicto armado y sin la
participación de agentes estatales.
La Corte Penal Internacional −CPI−, la cual representa, por su carácter perma-
nente, un gran avance en materia de justicia internacional, cuenta con el Estatuto
de Roma18, instrumento adoptado desde 1998. En este se condensan los progresos
normativos internacionales en materia de crímenes de lesa humanidad, recogien-
do las experiencias depuradas del desarrollo de los Derechos Humanos. En el
Estatuto de Roma no se definen este tipo de delitos, aunque sí se establecen sus
características, identificables en torno a seis elementos presentes en el artículo:
1. Cuando se comete como parte de un ataque generalizado o sistemático. La
Corte Constitucional colombiana identifica que estos dos aspectos son alter-
nativos, no se requiere de su realización simultánea, por lo que basta con la
ejecución de alguno de ellos. Ha precisado también que
el Estatuto utiliza las expresiones ‘ataque generalizado’ para designar ‘una línea de
conducta que implique un alto número de víctimas’ y el término ‘sistemático’ para
referirse al alto nivel de organización, ya sea mediante la existencia de un plan o una
política19 (Corte Constitucional, Sala Plena, Sentencia C-578, 2002).
19 La Corte Constitucional fijó además el alcance de lo que se debe entender por ataque generalizado y sistemático:
Como se emplea el término disyuntivo ‘o’, tales condiciones no son acumulativas, por lo cual el homicidio de
un solo civil puede constituir un crimen de lesa humanidad si se cometió dentro de un ataque sistemático. El
‘carácter sistemático o generalizado del ataque a la población civil’, ha sido interpretado por los Tribunales
Internacionales Ad Hoc, por ejemplo, el Tribunal Internacional para Ruanda estableció en el caso Akayesu
(sept. 2 de 1998) que: ‘El concepto de ‘generalizado’ puede ser definido como masivo, frecuente, acción en
gran escala, llevada adelante en forma colectiva con seriedad considerable y dirigida contra una multiplicidad
de víctimas. El concepto de ‘sistemático’ puede ser definido como bien organizado y siguiendo un plan regu-
lar sobre la base de una política concertada que involucre recursos sustanciales públicos y privados (Corte
Constitucional, Sala Plena, Sentencia C-578, 2002).
De forma similar, la Corte Suprema de Justicia, dijo que:
Se trata de eventos sistemáticos y generalizados -no aislados o esporádicos-, que representan una política
deliberada del Estado ejecutada por sus agentes o una práctica inhumana, tolerada por el mismo, desplegada
por actores no estatales. Que el ataque sea generalizado significa que puede ser un acto a gran escala o múl-
tiples actos que involucran un número importante de víctimas. Por su parte, la sistematicidad resulta de que la
conducta sea el resultado de una planificación metódica, inmersa en una política común (Corte Suprema de
Justicia, Sala de Casación Penal, Radicación 45.795, 15 de julio de 2015).
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4. Los siguientes actos se consideran delitos de lesa humanidad dentro del con-
texto de un ataque:
a) asesinato; b) exterminio; c) esclavitud; d) deportación o traslado forzoso de po-
blación; e) encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de
normas fundamentales de derecho internacional; f) tortura; g) violación, esclavitud
sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada o cualquier
otra forma de violencia sexual de gravedad comparable; h) persecución de un grupo
o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, naciona-
les, étnicos, culturales, religiosos, de género definido en el párrafo 3, u otros motivos
universalmente reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho internacional,
en conexión con cualquier acto mencionado en el presente párrafo o con cualquier
crimen de la competencia de la Corte; i) desaparición forzada de personas; j) el cri-
men de apartheid; k) otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencio-
nalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la
salud mental o física (ONU, 1998a, art.7).
20 Para más información ver: Organización de Naciones Unidas, ONU. “Elementos de los Crímenes” en Compilación
de Derecho Penal Internacional (2002b), p. 106.
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2. Todo Estado tiene el derecho de juzgar a sus propios nacionales por crímenes de
guerra o crímenes de lesa humanidad (ONU, Resolución 3074, 1973).
La concreción de los tipos penales que describen los crímenes de lesa huma-
nidad representa un gran avance en materia del principio de legalidad, pero al
mismo tiempo entraña la dificultad de que la persecución de estas conductas ante
organismos judiciales internacionales
resulte más difícil por la necesidad de probar toda una serie de nuevos requisitos [no
tanto por la parte jurídica sino por] los intereses políticos de los distintos Estados que
participaron en la negociación de estas definiciones, ya que fueron partes interesadas
tanto en la persecución de estas conductas delictivas, como en su limitación práctica
(Torres Pérez, 2008, p. 301).
21 Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, Sala de Justicia y Paz, M.P. Uldi Teresa Jiménez López,
Radicación: 110016000253200680077 Postulados: Edwar Cobos Téllez y Uber Enrique Banquéz. Corte Suprema
de Justicia, Sala de Casación Penal, Sentencia contra Edward Cobos Tellez y Uber Enrique Banquéz, 27 de abril
de 2011(Segunda instancia). Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, Sala de Justicia y Paz, Sentencia
contra Salvatore Mancuso Gómez, Edgar Ignacio Fierro Flores y otros, 20 de noviembre de 2014, en http://www.
justiciatransicional.gov.co/normatividad/justiciaypaz.
OTROS ASPECTOS DOGMÁTICOS DE LOS DELITOS
CONTRA LA LIBERTAD INDIVIDUAL 2
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
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Además, con frecuencia sucede que el delito no es obra de una sola persona,
lo cual ha llevado a la dogmática penal a establecer, basándose en el principio de
proporcionalidad, diferentes tipos de autoría y participación, para fijar la pena
según la intervención de cada uno en la realización del tipo penal.
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23 Santiago Mir Puig sostiene que la teoría objetivo-material, “intentó evitar los defectos de la teoría objetivo-formal
remitiendo a un criterio material más allá de la mera descripción típica: la importancia objetiva de la contribución.
Sería autor el sujeto que aportase la contribución objetivamente más importante” (Mir Puig, 1998, 364).
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24 Dijo Feuerbach: “Dado que siempre la omisión surge de una obligación originaria del ciudadano, el crimen
omisivo siempre presupone un especial fundamento jurídico (ley o contrato), que da base a la obligatoriedad de la
comisión. Sin esto no puede haber ningún crimen por omisión” (Feuerbach, 1989, p. 66).
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ser realizada por acción o por omisión, conforme lo define el Código Penal en su
artículo 25.
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25 Código Penal colombiano. Artículo 25. Acción y omisión. La conducta punible puede ser realizada por acción o
por omisión. Quien tuviere el deber jurídico de impedir un resultado perteneciente a una descripción típica y no lo
llevare a cabo, estando en posibilidad de hacerlo, quedará sujeto a la pena contemplada en la respectiva norma
penal. A tal efecto, se requiere que el agente tenga a su cargo la protección en concreto del bien jurídico protegido,
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la situación en que se halla una persona, en virtud de la cual tiene el deber jurídico
concreto de obrar para impedir que se produzca un resultado típico que es evitable.
Cuando quien tiene esa obligación la incumple, y con ello hace surgir un evento
lesivo que podía ser impedido, abandona la posición de garante (Corte Suprema de
Justicia, Sala de Casación Penal, Radicados 25536-26409, 2006-2009)26.
o que se le haya encomendado como garante la vigilancia de una determinada fuente de riesgo, conforme a la
Constitución o a la ley.
Son constitutivas de posiciones de garantía las siguientes situaciones: 1. Cuando se asuma voluntariamente la
protección real de una persona o de una fuente de riesgo, dentro del propio ámbito de dominio. 2. Cuando exista
una estrecha comunidad de vida entre personas. 3. Cuando se emprenda la realización de una actividad riesgosa
por varias personas. 4. Cuando se haya creado precedentemente una situación antijurídica de riesgo próximo para
el bien jurídico correspondiente.
Parágrafo. Los numerales 1, 2, 3 y 4 sólo se tendrán en cuenta en relación con las conductas punibles delictuales
que atenten contra la vida e integridad personal, la libertad individual, y la libertad y formación sexuales.
26 Ver también Corte Constitucional. Sentencia C-1184 de 3 de diciembre de 2008, M.P. Nilsón Pinilla Pinilla, en
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2008/C-1184-08.htm
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entre otros. Un ejemplo de ello es lo que sucede con las armas de fuego, que son
usadas por menores de edad para lesionar a terceros o producirse autolesiones.
También hay posiciones de garante frente a los bienes jurídicos particular-
mente mencionados por el artículo 25 del Código Penal (la vida e integridad per-
sonal, la libertad individual, y la libertad y formación sexuales). Estas se presen-
tan, primero, cuando la persona asume voluntariamente la protección real de otra
o de una fuente de riesgo, dentro del propio ámbito de dominio. Segundo, cuando
existe una estrecha comunidad de vida con otras personas. Tercero, cuando se
emprende la realización de una actividad riesgosa con otras personas. Cuarto,
cuando se crea con antelación una situación antijurídica de riesgo cercano para el
bien jurídico correspondiente.
El Código Penal colombiano sigue la posición tradicional y un sentido res-
tringido de la posición de garante, en cuanto señala y expresa taxativamente los
casos en que es predicable limitándolos a la omisión impropia. En los delitos
contra la libertad individual, la conducta de naturaleza omisiva impropia teóri-
camente se puede presentar en todos los tipos penales y, por ende, en todas las
posiciones de garantía antes descritas.
a. Asunción voluntaria de la protección real. Son dos las situaciones regu-
ladas: la protección real de una persona y la protección de una fuente de riesgo.
Ambas están dentro del propio ámbito de dominio, el cual se refiere al área de
control en la que el garante puede ejercer la vigilancia o la protección.
1. Asunción voluntaria de protección real de una persona dentro del propio
ámbito de dominio. El garante, de manera unilateral, por su propia determina-
ción y voluntad, asume una posición de protección real de una persona, bien de
manera gratuita o mediante un contrato (bilateral). La fuente de esta posición de
garante es la voluntad del sujeto que la asume, bien en forma unilateral o en una
relación bilateral contractual. En este último caso existe una relación material que
se deriva de la asunción del garante con respecto a la protección de bienes jurídi-
cos, en la que lo que importa es la voluntad de asumir la protección real, más que
la relación formal entre el garante y la persona u objeto protegido por el vínculo
mediante un contrato.
Son ejemplos de ello: la posición de garante que asume el profesor con los
estudiantes que lleva a una excursión; el auxilio que se le presta al invidente, al
anciano o al inválido para cruzar la calle; la protección que le debe la enfermera al
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27 Forero Ramírez (2002) dice, acertadamente, que si la posición de garante se puede asumir, también se puede
delegar. Por ejemplo, cuando los padres dejan a su hija menor con la niñera, ciertamente están delegando su posi-
ción de garante y custodia sobre la menor y, por tanto, la niñera no debe abandonar a su protegida.
28 Corte Constitucional. Sentencia C-692 de 12 de agosto de 2003, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra, en http://
corteconstitucional.gov.co/relatoria/2003/C-692-03.htm . A propósito de la Ley 746 de 2002 sobre tenencia de pe-
rros potencialmente peligrosos, dijo la Corte:
Con base en el razonamiento anterior, para la Corte es claro que la responsabilidad jurídica derivada de los
daños producidos por estos animales es tanto civil como penal. Civil, en virtud de lo dispuesto en el artículo
2354 el Código Civil según el cual ‘el daño causado por un animal fiero, de que no se reporta utilidad para la
guarda o servicio de un predio, será siempre imputable al que lo tenga; y si alegare que no le fue posible evitar
el daño, no será oído’. En el caso de la responsabilidad por el hecho de las cosas, la misma se funda, como
lo sostiene la Corte Suprema de Justicia, “en los presuntos descuidos e imprevisión con que su propietario o
poseedor las guarda o conserva. [...] Así mismo, la falta de cuidado o vigilancia sobre perros de alta peligro-
sidad podría llegar a comprometer la responsabilidad penal del propietario o poseedor del animal por virtud
de su posición de garante en relación con este. El artículo 25 del Código Penal vigente —L. 599/2000— es la
fuente de dicha responsabilidad al disponer que la posición de garante asignada por la Constitución o la ley
impone al sujeto el deber jurídico de impedir la ocurrencia del resultado típico y lo hace responsable por su
acaecimiento (Corte Constitucional, Sentencia C-692, 2003).
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29 La Corte dijo:
En una teoría de la imputación objetiva construida sobre las posiciones de garante, predicable tanto de los
delitos de acción como de omisión, la forma de realización externa de la conducta, es decir, determinar si
un comportamiento fue realizado mediante un curso causal dañoso o mediante la abstención de una acción
salvadora, pierde toda relevancia porque lo importante no es la configuración fáctica del hecho, sino la de-
mostración de sí una persona ha cumplido con los deberes que surgen de su posición de garante […] Günther
Jakobs ha demostrado que todos los problemas del delito de omisión son trasladables a la acción. Hay con-
ductas activas, socialmente adecuadas, que se convierten en un riesgo jurídicamente desaprobado cuando
la persona tiene una posición de garante. Ejemplo: es socialmente adecuado apagar la luz del portón de una
casa (acción) aun cuando sea probable que un peatón puede tropezar en la oscuridad; pero se convierte
en un comportamiento prohibido (apagar la luz) si el propietario ha realizado una construcción frente a ella,
porque al crear una frente de peligro aparecen deberes de seguridad en el tráfico: alumbrar la obra para que
nadie colisione con ella […] Si una persona tiene dentro de su ámbito de competencia deberes de seguridad
en el tráfico o de protección frente a determinados bienes jurídicos, en el juicio de imputación es totalmente
accesorio precisar si los quebrantó mediante una conducta activa —v. gr. facilitando el hecho mediante la
apertura de la puerta para que ingrese el homicida— o mediante una omisión —v. gr. no colocando el seguro
de la entrada principal. En una grave violación a los derechos fundamentales, la conducta del garante que
interviene activamente en la toma de una población, es similar a la de aquél que no presta la seguridad para
que los habitantes queden en una absoluta indefensión. En virtud del principio de igualdad, cuando la acción y
la omisión son estructural y axiológicamente idénticas, las consecuencias deben ser análogas: Si la conducta
activa es ajena al servicio, también deberá serlo el comportamiento omisivo (Corte Constitucional, Sala Plena,
Sentencia SU-1184-01, 2001).
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30 La Corte colombiana participa del criterio de que la posición de garante también es predicable de los delitos por
comisión. Dijo la Corte que
concretamente frente a la omisión impropia, impura, o comisión por omisión, —aunque también se podría
admitir en materia de delitos activos—, el autor y/o el cómplice deben tener la obligación legal de impedir el
resultado, es decir, tienen que ostentar una posición de garante o de garantía (Corte Suprema de Justicia,
Sala de Casación Penal, Radicado 12742, 2003).
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31 La Fuerza Pública debe realizar acciones de salvamento en caso de que ocurran hechos graves de violación de
Derechos Humanos, en particular conductas calificables como crímenes de lesa humanidad:
1. Las violaciones a las prohibiciones fijadas en el protocolo II a los acuerdos de Ginebra —y en general
al derecho internacional humanitario— o a los tratados sobre restricciones al uso de armas en la guerra (o
en conflictos armados internos), 2. las acciones contra bienes culturales durante la guerra y los conflictos
armados internos, 3. o los actos de barbarie durante la guerra y los conflictos armados internos —tales como
la mutilación, tortura, asesinatos, violaciones, prostitución y desaparición forzada y otros tratos crueles e
inhumanos, incompatibles con el sentimiento de humanidad (Corte Constitucional, Sala Plena, Sentencia SU
1184-01, 2001).
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legalidad, pero al mismo tiempo implican una limitante que no ha sido atendida
en relación con la posición de garante frente a otros bienes jurídicos.
En esa medida, la norma tendría un papel restrictivo de punibilidad de acuer-
do con el principio de ultima ratio (Gómez Pavajeau, 2005), sin embargo, la
limitante nombrada no debería ser tan extrema, hasta el punto de dejar por fuera
otros bienes jurídicos importantes, como los que son protegidos por el Derecho
Internacional Humanitario, la administración pública, la salud pública y el orden
económico y social. Por ello, y pese a la restricción legal, la doctrina ha avanzado
hasta predicar ampliamente la posición de garante, no solamente para los bienes
jurídicos establecidos, sino frente a todos aquellos sobre los que se pueda inferir
su existencia. De esta manera, dicha posición no queda como una fórmula abierta,
pero tampoco como una restringida hasta el punto de que solamente una nueva
reforma pueda ampliar nuevos eventos en torno a ella.
Síntesis
El Código Penal vigente −Ley 599 de 2000, art. 25−, en cuanto a la posición de
garante, tiene en cuenta aspectos formales como la ley y el contrato. Así mismo,
desde el punto de vista material, toma en cuenta la realidad de las relaciones de
las personas involucradas en el proceso, por ejemplo las parejas con vínculos de
hecho, no formalizadas por el matrimonio, o las del mismo sexo. En Colombia
esta posición es predicable respecto a los delitos por omisión, así como en los
crímenes por acción y, en la práctica, es viable aplicarla por vía doctrinaria.
Es importante anotar que respecto a los bienes jurídicos que aplican para la
posición de garante, el legislador se quedó corto al restringirlos solo a tres, dejan-
do por fuera otros tan importantes como los relativos a los tipos penales relacio-
nados con el Derecho Internacional Humanitario (Título II parte especial) y a los
de la administración pública. Precisamente, es fundamental revisar dicha pers-
pectiva puesto que se puede considerar que siempre que exista el deber de pro-
tección de cualquier bien jurídico es procedente deducir la posición de garante.
Finalmente, dicha posición es aplicable a las conductas por acción y por omi-
sión contra la libertad individual y a todos los sujetos activos que afecten ese bien
jurídico, trátese de particulares o de servidores públicos, especialmente de los
miembros de las Fuerzas Militares o de la policía.
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orden del servicio impartida por su superior, pero no lo hace de manera absolu-
ta e incondicional (Const., 1991)32. Para que la obediencia debida se considere
como una eximente de responsabilidad penal, debe cumplir con los siguientes
requisitos:
Existencia de una relación de subordinación entre dos personas, en las cua-
les hay una jerarquía entre quien emite la orden y quien la recibe y ejecuta. La
orden es vinculante cuando proviene del superior con poder de mando sobre el
subalterno.
• Existencia de una orden como tal, es decir, una manifestación clara de
la voluntad del superior encaminada a que el subalterno haga o deje de
hacer algo.
• Que la orden sea legítima. Debe, además, ser emitida por el superior,
de acuerdo con su competencia funcional y de conformidad con la
Constitución y la ley. Tratándose de violación de Derechos Humanos no
puede existir orden legítima. En lo que tiene que ver con desaparición
forzada, secuestro o cualquier forma de privación de la libertad, no habrá
legitimidad en la orden, porque ésta solo es potestativa de las autoridades
competentes, previos procedimientos legales y sin ocultar a la persona de
sus familiares y demás conocidos.
• Que el superior sea competente para impartir la orden al subordinado. El
superior debe actuar dentro de su competencia,
pero como el subordinado carece por lo general de un poder de examen detallado, la
doctrina no exige competencia concreta para emitir la orden, sino competencia abs-
tracta, la cual se refiere a la facultad del superior para disponer la clase de actos que
normalmente se comprenden dentro del objeto de las obligaciones del inferior33 (Corte
Constitucional, Sala Plena, Sentencia C-578, 1995).
32 Dice la Constitución:
En caso de infracción manifiesta de un precepto constitucional en detrimento de alguna persona, el mandato
superior no exime de responsabilidad al agente que lo ejecuta.
Los militares en servicio quedan exceptuados de esta disposición. Respecto de ellos, la responsabilidad
recaerá únicamente en el superior que da la orden (Const., 1991, art. 91).
33 Sobre obediencia debida, la Corte Constitucional ha proferido otras sentencias: C-225 de mayo 18 de 1995;
T-962 de julio 21 de 2000; SU 1184 de noviembre 13 de 2001; C-578 de julio 30 de 2002; T-803 de octubre 3 de
2002.
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que no sea superable por parte de la persona que la sufre o cuando se ejercen
contra la víctima mecanismos productores de miedo que le sean irresistibles.
La insuperable coacción ajena como causal eximente de responsabilidad está
prevista por el artículo 32, numeral 8, de la Ley 599 del 2000 (antes causal de
inculpabilidad de acuerdo con el art. 40 del Decreto 100/80). Esta se puede pre-
sentar cuando un tercero obliga a una persona, mediante violencia física o moral,
a realizar una conducta contra la libertad individual de alguien más; el sujeto a
quien se obliga no puede resistirse, oponerse o eludir la conducta que realiza aje-
no a su voluntad, por temor a un daño.
Hay tres requisitos para que se considere insuperable la coacción ajena:
• La fuerza debe provenir de una o varias personas (terceros) que amena-
cen con causar un daño o un mal y que sean capaces de provocar miedo
o temor a otro debido a lo injusto de esta conducta. Para predicar dicho
estado emocional es necesario que la persona de la que se teme el mal
esté en la posibilidad de causarlo.
El miedo generado por la insuperable coacción ajena debe lograr afectar
síquicamente a quien es constreñido, sin excluir la voluntariedad de la
acción, privándolo de la normalidad necesaria para que se le pueda atri-
buir alguna responsabilidad penal, puesto que está fuera de su dominio el
control de la situación. Esto hace que dicha emoción supere la exigencia
que se hace al sujeto de soportar males y peligros, quien finalmente se do-
blega ante la amenaza de un tercero de sufrir un mal contra bienes jurídi-
cos propios o ajenos, por lo cual realiza determinada acción sin perder la
consciencia de esta y del peligro que acarrea (Corte Suprema de Justicia,
Sala de Casación Penal, Radicado 21457, 2007).
• Debe ser actual. La fuerza realizada por el tercero debe ser actual, aunque
la amenaza tenga que ver con infligir un mal cuyas consecuencias sean
a futuro.
• Debe ser insuperable. Dicha fuerza debe ser irresistible, en donde no hay
posibilidad de oponerse a ella o de eludirla, por lo que debe ser capaz
de condicionar la voluntad del sujeto con el fin de que este realice una
acción determinada. Aunque quien decide realizar el delito lo hace vo-
luntariamente, es compelido por la coacción insuperable que no le deja
otra opción.
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Un caso que fue tipificado por la Corte Suprema de Justicia como insupera-
ble coacción ajena y miedo (Código Penal, 2000, art. 32, num. 8 y 9) fue el de
José Crisanto Gómez Tovar. Gómez es un campesino a quien la guerrilla de las
FARC-EP, entre el 10 y el 15 de enero del 2005, hizo entrega del hijo de Clara
Rojas, a quien tenían secuestrada. El niño había nacido el 16 de abril del 2004 y
fue cuidado por Gómez hasta el 15 de junio del 2015, fecha en la que quedó bajo
la custodia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Para la Corte, Gómez
Tovar no tenía una alternativa distinta a obedecer cuando los guerrilleros fueron a
su casa a entregarle el niño y dejarlo a su cuidado. Así, no se le podía exigir otro
comportamiento, especialmente porque este grupo armado lo tenía “entre ojos”
por haberse negado al adoctrinamiento de sus hijos (Corte Suprema de Justicia,
Sala de Casación Penal, Radicado 42099, 2013).
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, el miedo es la angus-
tia que sufre una persona “por un riesgo o daño real o imaginario, [es el] recelo
o aprensión que alguien tiene de que le suceda una cosa contraria a lo que se de-
sea” (RAE, 2014). En Colombia, el miedo insuperable es otra de las causales de
ausencia de responsabilidad penal por inculpabilidad de la conducta del autor y
es prevista por el artículo 32, el numeral 9, de la Ley 599 del 2000. El fundamento
de esta eximente de culpabilidad es la no exigibilidad de otra conducta al autor,
puesto que se considera que este actúa en una situación motivacional fuera de lo
normal en razón del miedo, ante lo que cualquier persona de nivel medio habría
actuado de la misma manera. En estos casos la anormalidad no corresponde al su-
jeto sino a la situación que lo compele de tal forma que no le deja otra salida que
ser instrumento del delito. Este tipo de comportamientos no son punibles, si se
tiene en cuenta que el Derecho Penal no puede exigir conductas heroicas o que se
respeten las leyes en sacrificio de los propios bienes jurídicos o los de la familia.
Si bien al individuo que se encuentra en la situación de miedo insuperable
no le es exigible otra conducta, esto no significa que el comportamiento descrito
en el tipo penal no esté prohibido y que realizarlo no sea típico y antijurídico,
aunque sin culpabilidad. Es la fuerza, coacción o amenaza (violencia física o
moral) que una persona ejerce contra otra, lo que reduce la voluntad del sujeto en
la toma libre de decisiones, por lo que se le obliga, a través del miedo, a realizar
acciones u omisiones típicas y antijurídicas que no realizaría en ausencia del
constreñimiento.
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- El miedo ha de ser insuperable, es decir sólo aquel que no deje al sujeto ninguna
posibilidad de actuar como lo haría el común de los hombres.
- El miedo debe ser el resultado de una situación capaz de originar en el ánimo del
procesado una situación emocional de tal intensidad que aunque no excluye total-
mente la voluntariedad de la acción, sí enerva la fuerza compulsiva necesaria para
autodeterminarse.
- El miedo debe ser producto de una serie de estímulos ciertos, graves, inminentes y
no justificados (Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado 18983,
2002).
Antecedentes
No existe una referencia clara acerca de los orígenes de la desaparición forzada,
aunque en el ámbito internacional esta conducta se ubicó inicialmente como un
típico crimen de Estado realizado por los servidores públicos y los particulares
o grupos a su servicio. La desaparición forzada es una violación a los Derechos
Humanos y ha sido utilizada como estrategia para eliminar a los que se considera
como indeseables o para reprimir a los opositores políticos de un régimen dicta-
torial o con apariencia de democrático, en el marco de graves crisis políticas o en
34 La Ley 890 del 2004, en su artículo 14, estableció, para los tipos penales contenidos en la parte especial del
Código Penal, un aumento de penas de la tercera parte en el mínimo y en la mitad en el máximo. Dicho aumento
cobijó a todos los tipos penales de los delitos contra la libertad individual.
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Desaparición forzada
35 Para contexto colombiano, ver Corte Constitucional. Sentencia C-473 de 10 de mayo de 2005, M.P. Manuel José
Cepeda Espinosa, en http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2005/C-473-05.htm.
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36 Dice el Grupo de Memoria Histórica –GMH- en el informe ¡Basta ya! Colombia, memorias de guerra y dignidad:
Esta elevada magnitud solo puede comprenderse cuando se constata que tal delito rebasa lo ocurrido en las
dictaduras militares del cono sur de América Latina: 485 desapariciones forzadas en Paraguay entre 1958 y
1988; 979 en Chile entre 1973 y 1990; y cerca de 9.000 en Argentina durante la dictadura militar entre 1976
y 1983. Pese a las dimensiones de la desaparición forzada en Colombia, el nivel de reconocimiento social y
público de este delito es muy bajo si se lo compara con otras modalidades de violencia (CNMH, 2013, p. 58).
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37 El 16 de diciembre de 1977 la Asamblea General de Naciones Unidas expidió la Resolución 32/128 en la que
expresó una vez más su preocupación por “la ausencia de progresos para recuperar el rastro y conocer el para-
dero de las personas desaparecidas en Chipre” (ONU, 1977a), en http://www.un.org/es/comun/docs/?symbol=A/
RES/32/128&Lang=S. En igual sentido Resolución 33/172 de 20 diciembre de 1978 (ONU), en http://www.un.org/
es/comun/docs/?symbol=A/RES/33/172&Lang=S y Resolución 36/164 de 16 de diciembre de 1981, en http://www.
un.org/es/comun/docs/?symbol=A/RES/33/172&Lang=S.
38 El Protocolo I fue aprobado en Colombia mediante la Ley 11 de 1992. En el artículo 33 del Protocolo I se esta-
blece, al finalizar las hostilidades, la obligación de buscar las personas cuya desaparición haya señalado una Parte
adversa, a fin de facilitar tal búsqueda, esa Parte adversa comunicará todas las informaciones pertinentes sobre
las personas de que se trate.
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39 Protocolo II adicional a los Convenios de Ginebra de 1949, Tratado de 8 de junio de 1977 relativo a la protección
de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional, en https://www.icrc.org/spa/assets/files/publi-
cations/icrc-003-0321.pdf. En Colombia fue aprobado el Protocolo II por la Ley 171 del 16 de diciembre de 1994.
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Desaparición forzada
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41 La desaparición forzada fue definida por la Convención Interamericana sobre desaparición forzada como
la privación de la libertad a una o más personas cualquiera que fuere su forma, cometida por agentes del
Estado o por personas o grupos de personas que actúen con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del
Estado, seguida de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de la libertad o de in-
formar sobre el paradero de la persona con lo cual se impide el uso de los recursos legales y de las garantías
procesales pertinentes (OEA, 1994).
Mediante la Ley 707 del 28 de noviembre del 2001, fue aprobada en Colombia la Convención, en manos del
legislativo, cuyo control de constitucionalidad fue realizado mediante la sentencia C-580 del 31 de julio del 2002.
Para ver: M.P. Rodrigo Escobar Gil, expedida por la Corte Constitucional, en: http://www.corteconstitucional.gov.co/
relatoria/2002/C-580-02.htm.
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Desaparición forzada
42 La Convención internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas fue
aprobada en Colombia mediante la Ley 1418 del 1º de diciembre del 2010. Así mismo, en el control automático de
constitucionalidad, la Corte Constitucional la declaró exequible mediante sentencia C-620 del 18 de agosto del 2011.
Para ver más: M.P. Juan Carlos Henao Pérez, en http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2011/C-620-11.
htm.
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Desaparición forzada
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
fue incorporado en el Código Penal argentino el artículo 142 ter sobre desapari-
ción forzada de personas43.
En el Código Penal de Brasil no existe tipificación de la desaparición forzada
de personas, aunque es un país suscriptor de diferentes pactos internacionales.
Entre estos está la Convención Internacional para la protección de todas las
personas contra las desapariciones forzadas44, a la cual se adhirió el 6 de diciem-
bre del 2007 y el 1 de septiembre del 2010 aprobó su instrumento a través del
Decreto Legislativo No. 661, para ser ratificado en noviembre de ese mismo año
y, finalmente, en mayo del 2016 promulgar la Convención en el ámbito brasileño.
También se suscribió al Estatuto de Roma45, el cual fue aprobado por el Congreso
Nacional en el 2002. Así mismo, hace parte de la Convención Interamericana so-
bre desaparición forzada de personas46 desde el 10 de junio de 1994, la cual fue
aprobada por el Congreso Nacional brasileño por medio del Decreto Legislativo
N ° 127 del 11 de abril del 2011, pero tan solo hasta el 2 de marzo del 2014 fue
depositado el instrumento de ratificación ante la OEA y hasta el 11 de mayo del
2016 fue promulgada dicha Convención por la Presidente de la República. Este es
el fundamento jurídico que le obliga a expedir la respectiva normatividad interna,
particularmente en materia punitiva.
Por su parte, Chile, país en el que al acabar el régimen militar la cifra de
personas desaparecidas forzadamente ascendía a 3.178, también ha ratificado
45 El Congreso Nacional aprobó el texto mediante el Decreto Legislativo 112 de 6 de junio de 2002, el cual fue pro-
mulgado por el presidente Fernando Henrique Cardoso mediante el Decreto 4.388 de 25 de septiembre de 2002.
Disponible en: http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/decreto/2002/D4388.htm.
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Desaparición forzada
47 Chile. Ley 20.357 de 2009. Para ver más información: https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1004297. Dice
el Artículo 6º:
Incurrirá en pena de presidio mayor en su grado medio a presidio perpetuo calificado el que, concurriendo
las circunstancias descritas en el artículo 1º [requisitos del delito de lesa humanidad] y con la intención de
sustraer a una persona durante largo tiempo a la protección de la ley, la prive de cualquier modo de su libertad
física, sin atender a la demanda de información sobre su suerte o paradero, negándola o proporcionando una
información falsa (Ley 20.357, 2009).
48 Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación en Perú CVR, 1.2. Desaparición forzada de personas
por agentes del Estado, T.VI., p. 74, en: http://cverdad.org.pe/ifinal/.
49 Código Penal de Perú. Dice el Artículo 320: “El funcionario o servidor público que prive a una persona de su liber-
tad, ordenando o ejecutando acciones que tengan por resultado su desaparición debidamente comprobada, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de quince años e inhabilitación”. Esto, conforme al Artículo 36º
incisos 1 y 2, los cuales se pueden ver en: https://www.unifr.ch/ddp1/derechopenal/legislacion/l_20080616_75.pdf.
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
50 Ley 18.026 de 2006, con Cooperación de La Corte Penal Internacional en materia de lucha contra el genocidio,
los crímenes de guerra y de lesa humanidad. Para ver más información ver:http://relapt.usta.edu.co/images/2006-
ley-18026-cooperacion-con-la-corte-penal-internacional.pdf.
En el artículo 21.1, se establece que,
el que de cualquier manera y por cualquier motivo, siendo agente del Estado o sin serlo contando con la auto-
rización, apoyo o de uno o más agentes del Estado, procediere a privar de libertad a una persona, seguido de
la negativa a informar sobre la privación de libertad o el paradero o la suerte de la persona privada de libertad;
o que omita y se niegue a brindar información sobre el hecho de la privación de libertad de una persona desa-
parecida, su paradero o suerte, será castigado con dos a veinticinco años de penitenciaría (Ley 18.026, 2006).
51 Dice Ambos que el encabezado del artículo 7º del Estatuto de Roma establece el elemento de contexto, o sea,
“las condiciones bajo las cuales la comisión de algún acto por parte de una persona constituye un delito de lesa
humanidad” (Ambos, 2012, p. 6).
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Desaparición forzada
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
como es el caso de la guerrilla cuando hace desaparecer personas por conflictos in-
ternos o por tener deserciones o por problemas de mando y seguridad; el narcotrá-
fico cuando utiliza este sistema para saldar cuentas o vengar anteriores ofensas de
excolaboradores en el negocio; y los paramilitares que tampoco han sido ajenos a
esta abominable práctica (Corte Constitucional, Sala Plena, Sentencia C-317, 2002).
52 Ver también: Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia de 2 de
diciembre de 1996, C. P. Daniel Suárez Hernández, expediente No. 11798, Actor: María Inés Castiblanco Torres.
Demandado: La Nación, Mindefensa, Policía Nacional y Fondo Rotatorio del Ministerio de Justicia. En el mismo
sentido: Sentencia de 28 de enero de 1999, C. P. Ricardo Hoyos Duque, Expediente Nro. 12623, Actor: María Del
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Desaparición forzada
Así mismo, señaló que la fuerza pública no puede desconocer, bajo ningún
pretexto, los Derechos Fundamentales de quienes obran al margen de la ley, ni
siquiera en el ánimo de conservar o restablecer el orden público o en el cumpli-
miento de otras tareas afines a sus funciones:
en un Estado de Derecho nada autoriza ni justifica que individuo alguno sea sometido
a desaparición forzada pues es merecedor de todo respeto por su mera condición de
persona sea que el sujeto actúe por fuera de la ley o ceñido a ella (Consejo de Estado,
Sala de lo Contencioso Administrativo, Sentencia 11600, 1997).
Pilar Navarrete y otros, Demandado: Nación-Ministerio de Defensa - Policía Nacional, Denominación del caso
“Toma y retoma del Palacio de Justicia - Desaparición Forzada Beltrán Fuentes”.
53 La Corte Constitucional registró la creación de la Ley 589 del 2000 de la siguiente forma:
En 1997 los Ministros de Relaciones Exteriores y de Justicia y del Derecho presentaron ante el Senado de
la República el Proyecto de Ley No. 129 de 1997, Senado, 222 de 1998, Cámara, ‘por medio de la cual se
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tipifica la desaparición forzada de persona y genocidio, se modifica y aumenta la pena para el delito de tortura
y se dictan otras disposiciones’. El 14 de abril de 1998 el Gobierno Nacional solicitó al Congreso que le diera
al proyecto trámite de urgencia.
El 30 de diciembre de 1999 el Gobierno objetó el proyecto. El 22 de marzo el Senado de la República aceptó
las objeciones presidenciales y la Cámara terminó por acoger el texto aprobado por el Senado, convirtiéndose
el proyecto en la Ley 589 de 2000 ‘por medio de la cual se tipifica el genocidio, la desaparición forzada, el
desaparecimiento y la tortura; y se dictan otras disposiciones’ (Corte Constitucional, Sala Plena, Sentencia
C-317, 2002).
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Desaparición forzada
55 La Corte Interamericana de Derechos Humanos, pronunciándose respecto al Caso Bámaca Velásquez vs.
Guatemala, sentenció que
la desaparición forzada o involuntaria constituye una violación múltiple y continuada de varios derechos de la
Convención, pues no sólo produce una privación arbitraria de la libertad, sino que pone en peligro la integridad
personal, la seguridad y la propia vida del detenido. Además, coloca a la víctima en un estado de completa
indefensión, acarreando otros delitos conexos” (Corte Interamericana de Derechos Humanos, Sentencia 25
de noviembre del 2000).
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De igual manera, se pronunció la CIDH en el caso Gómez Palomino vs. Perú, en la sentencia del 22 de noviembre
del 2005. Para más información, ver el párrafo 92, en: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_136_
esp.pdf .
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Desaparición forzada
El tipo objetivo
La conducta típica debe contener los siguientes elementos:
• Sujeto activo: el particular o el servidor público.
• La conducta debe reunir tres requisitos:
-- Someter a otra persona a la privación de su libertad, cualquiera que sea
la forma.
-- Conducta posterior: ocultamiento y negativa a reconocer dicha privación,
así como a dar información sobre su paradero.
-- Sustracción del amparo de la ley.
El sujeto activo
En este tipo penal sobre la desaparición forzada de personas, la legislación co-
lombiana fue más allá de la legislación internacional, puesto que su cobertura
no se quedó solamente en los servidores públicos como sujetos activos, sino que
también abarcó a los particulares, actuaran o no en nombre del Estado. Se puede
decir que legislativamente se recogió la realidad del país, en el sentido de que un
mecanismo como el de la desaparición forzada no solamente ha sido empleado
por agentes del Estado, sino también por particulares en ejercicio delictivo propio
o perteneciendo a organizaciones al margen de la ley que no tienen, necesaria-
mente, vínculos o relaciones con el Estado.
Por tanto, se diferencia del artículo 320 del Código Penal peruano, en el cual
se exige calificación para el sujeto activo, es decir, este debe ser funcionario o
servidor público. Igualmente, con el artículo 21.1 del Código Penal de Uruguay,
que exige la calidad de “agente del Estado o sin serlo contando con la autoriza-
ción, apoyo o aquiescencia de uno o más agentes del Estado” (Senado y Cámara
de Representantes de la República Oriental del Uruguay, Ley Nº 18.026, 2006).
También se diferencia de la legislación internacional, particularmente del Estatuto
de Roma, en el cual los sujetos activos del delito son los agentes de un Estado
(servidores públicos), los miembros de una organización política, o individuos
con su autorización, apoyo y aquiescencia.
Sin embargo, una de las preocupaciones del Comité́ contra la desaparición
forzada de la ONU, radica en que “uno de los elementos esenciales de la defini-
ción de desaparición forzada es justamente la intervención, directa o indirecta, de
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
Cabe decir que, evidentemente, en Colombia no son muy claras las cifras
sobre esta conducta punible y que, de alguna manera, la responsabilidad de los
agentes del Estado ha quedado encubierta por la de los particulares.
En el país, en el tipo penal original de desaparición forzada, antes del control
constitucional de la Corte, el sujeto activo era doblemente calificado, en cuanto
debía ser un particular, que además perteneciera a un grupo armado al margen de
la ley. Los potenciales sujetos activos de esta conducta eran los guerrilleros, los
paramilitares, los grupos de “limpieza social”, la delincuencia común y los narco-
traficantes, es decir, personas pertenecientes a organizaciones delictivas que son
autores de innumerables desapariciones. La Corte Constitucional consideró que
el hecho de que el particular debiera pertenecer a un grupo armado al margen de
la ley era inconstitucional, porque reducía significativamente el sentido y alcance
de la protección general contenida en el artículo 12 de la Carta Política. En efec-
to, este tipo de sujeto activo excluía a otros actores que potencialmente también
pueden realizar el supuesto fáctico penalizado en la norma. Como señala la Corte
Constitucional (2002), estos serían:
• Particulares que no pertenezcan a ningún grupo. Es decir, que realizan el
hecho punible individualmente o motu proprio.
• Particulares que pertenezcan a un grupo, pero que éste no sea armado.
• Particulares que pertenezcan a un grupo armado, pero que no se encuen-
tre al margen de la ley56.
56 Dijo la Corte:
Además, según lo ha señalado la jurisprudencia, en el Estado social de derecho, donde la dignidad humana
ocupa un lugar de privilegio, la facultad de señalar el sujeto activo en relación con los delitos que atenten con-
tra derechos y garantías fundamentales se sustrae del amplio margen de libertad legislativa para la configura-
ción del ordenamiento penal, de manera que sólo la utilización medida, justa y ponderada de la coerción es-
tatal, destinada a proteger los derechos y libertades, es compatible con los valores y fines del ordenamiento.
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Desaparición forzada
Autoría y participación
La descripción típica de la desaparición forzada no exige pluralidad de personas
en la realización de esta conducta punible, por lo que el sujeto activo puede ser
singular (monosubjetivo). Cuando un individuo realiza, por sí solo, todos los ele-
mentos del tipo penal, se le califica como autor.
Es pues evidente que la tipificación del delito de desaparición forzada en la norma impugnada, como instru-
mento para hacer efectiva la garantía consagrada en el artículo 12 Fundamental, resulta ser insuficiente en
cuanto al sujeto activo pues primero del artículo 165 del Código Penal sólo penaliza al particular que pertene-
ce a un grupo armado al margen de la ley, excluyendo injustificadamente de tipificación la conducta de otras
personas que potencialmente pueden cometer dicho ilícito.
Por todo lo anterior, es claro que la calificación del sujeto activo que está consignada en el inciso primero de
la norma bajo revisión para el delito de la desaparición forzada resulta a todas luces inconstitucional, y en
consecuencia, la Corte procederá a declarar la inconstitucionalidad de las expresiones ‘perteneciendo a un
grupo armado al margen de la ley (Corte Constitucional, Sala Plena, Sentencia C-317, 2002).
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El sujeto pasivo
Conforme lo describe la norma, es la persona titular del bien jurídico protegido
por el tipo penal, el cual es hipotéticamente puesto en peligro o lesionado por la
conducta del sujeto activo. El sujeto pasivo puede ser indeterminado, cuando el tipo
penal no le exige ninguna calidad especial, o puede ser determinado, cuando sí se la
exige, como es el caso de la desaparición forzada agravada, la cual debe recaer so-
bre servidores públicos, periodistas, comunicadores, defensores de los Derechos
Humanos, entre otros (Código Penal, 2000, art. 166).
Como titular del bien jurídico de la libertad individual, el sujeto pasivo puede
ser cualquier persona que se encuentre viva en el momento de la acción, inde-
pendientemente de su condición personal, edad, sexo, raza, origen nacional o
familiar, posición social, religiosa, filosófica, ideológica o política, imputable o
inimputable. Sea consciente o no de su libertad individual o de la pérdida de la
misma, por ser este bien jurídico inherente a todo ser humano, la desaparición
forzada puede recaer sobre el niño, el adolescente, el demente y el embriagado
por el alcohol o por la utilización de cualquier sustancia que altere la capacidad
de comprensión. También pueden ser sujetos pasivos de esta conducta las perso-
nas sospechosas de haber cometido un delito o quienes efectivamente lo hayan
realizado, sin que la condición de delincuente justifique, social o penalmente, la
desaparición forzada.
La conducta
Todo tipo penal está influido por uno o varios verbos rectores o determinadores,
los cuales definen el comportamiento del sujeto agente, es decir, de quien realiza la
acción o la omisión.
El tipo penal de desaparición forzada de personas está determinado por el ver-
bo rector simple: someter. Este significa sujetar, subyugar, coaccionar, dominar,
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58 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sentencia del 19 de marzo del 2014, Radicado 40733, M.P.
María del Rosario González. En otra providencia dice la Corte sobre el engaño:
Puede precisarse igualmente que dentro de tales procederes restrictivos de la libertad también está el engaño
o ardid sobre la víctima, pues al ser inducida en error se coarta la posibilidad de decidir libremente como ser
dotado de razón en su condición de persona, con mayor razón si el artificio las más de las veces la condu-
cen a su ulterior desaparecimiento y muerte (Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado
39703, 2013).
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El perfeccionamiento de la conducta
Las preguntas son: ¿en qué momento se le considera a una persona desaparecida
forzadamente? ¿Cuál es el momento de perfeccionamiento del delito?
El tipo penal de desaparición forzada de personas es de doble resultado, por-
que exige la privación efectiva de la libertad y además la ocultación física de la
persona. Si el sujeto agente no logra ocultar a la víctima, siendo esta su finalidad,
se tipifica como tentativa de delito. En cambio, el perfeccionamiento o consuma-
ción del delito se logra, primero, con el sometimiento que se realiza mediante la
privación efectiva de la libertad; segundo, logrando el ocultamiento de la perso-
na; y, tercero, al negarse “a reconocer dicha privación o [a] dar información sobre
su paradero, sustrayéndola del amparo de la ley”59 (Corte Suprema de Justicia,
Sala de Casación Penal, Radicado 40733, 2014), como lo indica el tipo penal.
Para el perfeccionamiento de la conducta debe existir el ocultamiento físico
de la víctima, aunque se niegue el reconocimiento de la privación de la libertad
o no se suministre información, sea porque nadie preguntó o porque el actor no
lo exteriorizó. Ocultar es situar a una persona en un lugar en donde no pueda ser
vista, con el objetivo de que no se pueda saber su paradero y situación. Es escon-
derla utilizando cualquier medio o mecanismo como el disfraz, la modificación
de sus rasgos físicos o el camuflaje. El ocultamiento también puede ser moral,
cuando no se reconoce la privación de la libertad o no se da información sobre el
paradero de la víctima.
Es cierto que los servidores públicos están obligados a dar información sobre
la privación de la libertad de una persona, así como de su paradero. Pero los suje-
tos activos que son particulares no tienen dicha obligación constitucional o legal,
ni tampoco la de autoincriminarse (López Díaz, 2009). Como afirma Claudia
López (2009), no por ello el delito de desaparición forzada se convierte en se-
cuestro. La Corte Constitucional ha dicho que
debe entenderse que la conjunción ‘y’ no exige que para cometer la infracción el
particular deba ser requerido, sino que basta solamente la falta de información o de
59 Dice la Corte:
el delito de desaparición forzada de personas es permanente, no porque se cometa mientras la víctima se
encuentre privada de su libertad, sino porque sigue consumándose durante todo el tiempo en el que sus cap-
tores no den razón de ella (su paradero con vida o la ubicación de su cadáver), nieguen su privación de liber-
tad, o den información equívoca (Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado 4073, 2014).
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
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por omisión (omisión impropia). En ese caso los servidores públicos son garantes
frente a una determinada fuente de riesgo dentro de su ámbito de dominio. Al no
cumplir con su deber responden como si hubieren causado el resultado y quedan
sujetos a la pena contemplada en la respectiva norma penal.
En segundo lugar, está el caso de los servidores públicos que no tienen el
deber jurídico de impedir la desaparición forzada (no tienen la competencia).
Cuando conocen que se va a afectar de esa manera la libertad individual de una
persona y no están en la posibilidad de evitarlo, tienen el deber de informar inme-
diatamente a la autoridad correspondiente. Si cumplen con esto no concurren en
la realización del tipo de desaparición forzada. Si faltan a esto, incurren en omi-
sión propia de la denuncia, como se indicó anteriormente (Código Penal, 2000,
art. 417)60.
En lo que se refiere al secuestro, por su similitud con la desaparición forzada,
cuando una persona que tiene el deber jurídico concreto de obrar para impedir
que se produzca un resultado típico que es evitable y no lo hace, tiene posición
de garante de acuerdo con el artículo 25 del Código Penal. De hecho, para la
Corte Constitucional (Sentencia SU-1184, 2001), en lo que concierne a delitos de
lesa humanidad (entre los que caben el secuestro y la desaparición forzada), o a
aquellos que impliquen graves violaciones a los Derechos Humanos, se aplica la
posición de garante. Esto, sin importar la forma de intervención en el delito (auto-
ría o participación) o el grado de ejecución del mismo (tentativa o consumación).
Las estructuras internas de la imputación no modifican la naturaleza del delito
realizado. Es decir, estas no cambian porque el interviniente (para el caso, quien
omite) se limite a facilitar la comisión de un hecho principal o porque no alcance
a la consumación del hecho61. No obstante, se debe tener en cuenta que si es una
organización criminal o cualquier particular el que
60 En concordancia con el art. 441, modificado por el artículo 17 de la Ley 1121 del 2006.
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de la conducta realizada (la grave violación a los derechos humanos). Es decir, en todos los casos menciona-
dos hay unidad del título de imputación.
Lo anterior no implica desde luego que verificada la posición de garante se estructure inmediatamente la respon-
sabilidad, porque ésta presupone la reunión de todos los elementos del delito, a saber: tipicidad, antijuridicidad
y culpabilidad. Bien puede acontecer que el garante (a quien se le imputa un delito de lesa humanidad) no sea
responsable penalmente por ausencia de dolo (no conocía el riesgo concreto para los bienes jurídicos) o impru-
dencia (el riesgo para los derechos fundamentales no le era cognoscible), o que exista un estado de necesidad
justificante por colisión de deberes (frente a dos agresiones simultaneas a sectores de la población, sólo podía
proteger una sola), etc. (Corte Constitucional, Sala Plena, Sentencia SU-1184, 2001).
62 Circunstancias de agravación punitiva, penas aumentadas por el artículo 14 de la Ley 890 del 2004, a partir del
1 de enero del 2005. El texto con las penas aumentadas es el siguiente:
La pena prevista en el artículo anterior será de cuatrocientos ochenta (480) a seiscientos (600) meses de
prisión, multa de dos mil seiscientos sesenta y seis punto sesenta y seis (2666.66) a siete mil quinientos
(7500) salarios mínimos legales mensuales vigentes, e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones
públicas de doscientos cuarenta (240) a trescientos sesenta (360) meses, siempre que concurra alguna de
las siguientes circunstancias:
1. Cuando la conducta se cometa por quien ejerza autoridad o jurisdicción.
2. Cuando la conducta se cometa en persona con discapacidad que lo impida valerse por sí misma.
3. Cuando la conducta se ejecute en menor de dieciocho (18) años, mayor de sesenta (60) o mujer
embarazada.
4. [Numeral modificado por el artículo 3 de la Ley 1309 de 2009. El nuevo texto es el siguiente:] Cuando
la conducta se cometa, por razón de sus calidades, contra las siguientes personas: servidores públicos,
comunicadores, defensores de derechos humanos, candidatos o aspirantes a cargos de elección popu-
lar, dirigentes o miembros de una organización sindical (legalmente reconocida), políticos o religiosos,
contra quienes hayan sido testigos de conductas punibles o disciplinarias, juez de paz, o contra cual-
quier otra persona por sus creencias u opiniones políticas o por motivo que implique alguna forma de
discriminación o intolerancia. [La frase “legalmente reconocida” fue declarada inexequible por la Corte
Constitucional. Sentencia C-472 de 23 de julio de 2013].
5. Cuando la conducta se cometa por razón y contra los parientes de las personas mencionadas en el numeral
anterior, hasta el segundo grado de consanguinidad, segundo de afinidad o primero civil.
6. Cuando se cometa utilizando bienes del Estado.
7. Si se somete a la víctima a tratos crueles, inhumanos o degradantes durante el tiempo en que permanezca
desaparecida, siempre y cuando la conducta no configure otro delito.
8. Cuando por causa o con ocasión de la desaparición forzada le sobrevenga a la víctima la muerte o sufra
lesiones físicas o psíquicas.
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9. Cuando se cometa cualquier acción sobre el cadáver de la víctima para evitar su identificación posterior, o
para causar daños a terceros (Código Penal, 2000, art. 166).
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63 La frase “legalmente reconocida” fue declarada inexequible por la Corte Constitucional. Sentencia C-472 de 23 de
julio de 2013, M.P. Mauricio González Cuervo, en http://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2013/C-472-13.
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htm
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que dicha omisión legislativa era relativa y a todas luces inconstitucional y que
con el objetivo tanto de preservar los derechos constitucionales omitidos con la
disposición, así como para eliminar la discriminación que genera, declaró la exe-
quibilidad condicionada del numeral 5º del artículo 166 de la Ley 599 del 2000.
Así, concluyó que
la circunstancia de agravación punitiva allí contemplada se extiende cuando la vícti-
ma de desaparición forzada es el o la cónyuge o el compañero o la compañera perma-
nente de las personas aludidas en el numeral 4º de la citada disposición legal (Corte
Constitucional, Sala Plena, Sentencia C-100, 2011).
d. Por el móvil del sujeto activo (Código Penal, 2000, art. 166, num. 4º).
El legislador incluyó como causal específica de agravación, algunos motivos del
sujeto activo al realizar la desaparición forzada de una persona. Estos tienen que
ver con las creencias u opiniones políticas (ideología política o credo religioso,
militancia en una organización política o partidista) y cualquier forma de discri-
minación o intolerancia por raza, nacionalidad, identidad de género y sexualidad.
e. Por la propiedad del Estado sobre los medios utilizados (Código Penal,
2000, art. 166, num. 6º). Si los medios, en general muebles (armas, vehículos…)
o inmuebles, utilizados para la ejecución de la desaparición forzada de una per-
sona son propiedad del Estado, la conducta se agrava, porque los bienes estatales
deben estar en función del bienestar de la sociedad y de las personas en particular
y no deben ser usados para atentar contra los bienes jurídicos o facilitar la comi-
sión de delitos.
f. Por los tratos contra la víctima o su cadáver (Código Penal, 2000, art.
166, num. 7º y 9º). La creación de una situación antijurídica precedente no exime
al actor de la conducta de la posición de garantía y, por tanto, es su deber el no
someter a la víctima a tratos crueles, inhumanos o degradantes durante el tiempo
que dure la situación contra-Derecho. De esta manera, la conducta no configu-
raría otro delito. Pero, si se inflige al sujeto pasivo algún trato violatorio de los
Derechos Humanos que autónomamente constituya un delito, por ejemplo, si se
le tortura, si se le lesiona o si se viola su libertad sexual, este concurrirá material-
mente con la desaparición forzada de personas.
Cualquier acción sobre el cadáver de la víctima, con el fin de evitar su identi-
ficación o de causarle daño a terceros, es un agravante de la desaparición forzada.
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En relación con la víctima que durante el cautiverio muere por acción directa
de sus captores64 o por causa de la desaparición forzada, la pena se puede disminuir
hasta en una octava (1/8) parte cuando el autor o partícipe suministra información
que permite la recuperación del cadáver de la persona desaparecida.
64 En caso de que la víctima haya muerto por acción directa de sus captores no se trata de agravante sino de
concurso con el delito de homicidio.
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y 2010, los cuales han sido denominados eufemísticamente como falsos posi-
tivos. Estos crímenes se conocen, en el lenguaje internacional de los Derechos
Humanos, como ejecuciones extrajudiciales.
La Fiscalía de la Corte Penal Internacional ha reunido información sobre
esos crímenes, a los cuales define como homicidios y desapariciones forzadas,
que presuntamente han sido cometidos por miembros de la Fuerza Pública de
Colombia. A través de la revisión y el análisis de un gran número de sentencias
dictadas por los diferentes Tribunales de Colombia contra los miembros de me-
diano y bajo nivel de dirección, sin que se hayan tocado los niveles superiores
de la jerarquía militar, la Fiscalía de la CPI concluyó que hubo una presión cons-
tante sobre varias brigadas (brigadas 4 y 11; brigada móvil 15) para “producir
resultados”. Los autores siguieron un modus operandi similar, para satisfacer las
demandas de presión, así como para obtener beneficios personales66.
En este caso existe concurso de delitos, porque las personas que aparecie-
ron muertas presuntamente en combate (entre guerrilla o paramilitares y Fuerza
Pública), fueron engañadas para que acompañaran a algún agente del Estado
bajo tretas como el ofrecimiento de trabajo. Luego, fueron privadas de la liber-
tad ilegalmente, porque el procedimiento de retención se hizo sin orden judicial.
Posteriormente, fueron uniformadas con prendas militares para ser ejecutadas y
mostradas públicamente como pertenecientes a la guerrilla, muchas de ellas pre-
sentadas sin identidad.
Entre los verbos del tipo penal de desaparición forzada está el ocultar a la per-
sona, sea física o moralmente. En los casos de los mal llamados falsos positivos,
el ocultamiento fue de tipo moral, porque no se dio a conocer a sus familiares y a
la sociedad en general la privación de la libertad de estas personas. La identidad
de los muertos sólo fue conocida tras un proceso de identificación que se tomó
un tiempo largo.
66 Para ver más información al respecto: Office of the Prosecutor OTP of the International Criminal Court ICC.
Report on Preliminary Examination Activities, 12 November 2015, en https://www.icc-cpi.int/iccdocs/otp/OTP-PE-
rep-2015-Eng.pdf.
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67 Código Penal colombiano. Artículo 83. <Inciso modificado por el artículo 16 de la Ley 1719 de 2014>:
El término de prescripción para las conductas punibles de desaparición forzada, tortura, homicidio de miem-
bro de una organización sindical, homicidio de defensor de Derechos Humanos, homicidio de periodista y
desplazamiento forzado será de treinta (30) años. En las conductas punibles de ejecución permanente el
término de prescripción comenzará a correr desde la perpetración del último acto. La acción penal para los
delitos de genocidio, lesa humanidad y crímenes de guerra será imprescriptible (Código Penal, 2000, art. 83).
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le robara al dueño un hombre ya hecho esclavo, bien se robara un hombre libre para
apoderarse de él y especular con su cuerpo (Carrara, 1973, p. 490).
De hecho, en Roma el secuestro fue denominado como plagio, el cual fue con-
siderado un delito cuya tipificación penal tenía por objeto “poner coto a los robos de
hombres y de esclavos, que a la sazón eran corrientes, y a cuya comisión se dedica-
ban, según parece, verdaderas compañías y empresas” (Mommsen, 1999, p. 482).
El secuestro también ha sido la inspiración de algunas obras literarias. Por
ejemplo, Homero relata en la Ilíada el famoso rapto que París hace de Helena, lo
que provocó la guerra de Troya, que duró doce años. Menelao, esposo de Helena,
persiguió a Paris con todo su ejército para lograr que su esposa retornara a su lado
(Homero, trad. en 2005).
Igualmente en libros sagrados, como la Biblia, hay relatos sobre el secuestro. Es
el caso de José, hijo de Jacob, que por ser el preferido de su padre es vendido a los
egipcios. Sin embargo, mucho tiempo después y debido a sus capacidades, José fue
liberado de la esclavitud, luego de lo que ocupó varios cargos sobresalientes entre
los egipcios (Génesis, 22:36).
Por otra parte, en América, uno de los primeros secuestros de los que se tiene
noticia sucedió en la época de la “conquista española”. Esto ocurrió en 1537, en la
zona de Hunza, actual Tunja (Boyacá), cuando Gonzalo Jiménez de Quesada privó
de la libertad al Zaque Quemuenchatocha. A cambio de su liberación, le exigió a los
súbditos del Zaque la entrega de sus tesoros. No obstante haber recibido cantidades
de oro y esmeraldas, los soldados de Jiménez de Quesada torturaron al Zaque hasta
darle muerte (Llorens & Moreno, 2008; Mosquera Mesa & Guevelly, 2008).
Otra versión señala que en la tarde del 20 de agosto de 1537, en Hunza, durante
el gobierno del Zaque, Quesada ingresó a la mansión de este, trabándose un comba-
te allí. Habiendo resultado vencedores, los españoles se ocuparon de recoger los
tesoros del Zaque, “abundante el botín que alcanzó a saciar la codicia de los ex-
pedicionarios” (Ibáñez, 1892, p. 30). Luego, en los primeros días de septiembre
de 1537, Quesada partió hacia Suamós, hoy Sogamoso, “dejando en Tunja una
guardia para que custodiase al Zaque” (Ibáñez, 1892, p. 31). Después de recoger
el oro y algunas esmeraldas en esta región, retornó a Hunza y allí decidió seguir
su camino hacia las tierras del Zipa de Bogotá, resolviendo concederle la libertad
al Zaque (Ibáñez, 1892, p. 31). En uno y otro relato se infiere la privación de la
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PENAL 17
El secuestro
libertad del Zaque, sin que hubiera legitimidad alguna por parte del “conquista-
dor” Gonzalo Jiménez de Quezada.
Más reciente a los casos anteriores, en Colombia, fue el secuestro de Elisa Eder,
una niña de tres años, hija del famoso industrial Harold Eder, gerente del ingenio
azucarero La Manuelita. El suceso ocurrió el 31 de enero de 1933 en Aguacatal
(Valle). Por la liberación de Elisa su padre pagó 50.000 pesos, que para la época
era una suma de dinero bastante significativa (Llorens & Moreno, 2008). Años des-
pués, el 20 de marzo de 1965, Harold Eder, industrial y exministro de Colombia,
fue secuestrado en la Hacienda Santa Helena de Corinto (Cauca). Oliverio Lara
Borrero, también fue privado de la libertad el 26 de abril del mismo año. Los dos
fueron asesinados en cautiverio (Cardona Alzate, 2007; Cardona Alzate, 2014;
Lara, 1982). Después de esto han sido miles los secuestros que se han realizado, con
fines económicos, publicitarios o políticos, de algunas personas no tan conocidas y
de otras que han sido destacadas personalidades en la vida nacional. Este es el caso
de José Raquel Mercado (1976), líder sindical y Presidente de la Confederación de
Trabajadores de Colombia (CTC) y el de Álvaro Gómez Hurtado (1988), dirigente
del Partido Conservador. De hecho, muchos líderes políticos, de derecha y de iz-
quierda, periodistas, empresarios, defensores de Derechos Humanos y servidores
públicos, han sido víctimas de este delito, tanto así que de nombrarlos la lista sería
casi interminable.
En los últimos sesenta años en Colombia, en el marco del conflicto armado
interno, una de las armas de guerra utilizada en este ha sido el secuestro, el cual
le ha servido a la guerrilla como fuente de financiación y como estrategia política
para generar golpes de opinión. También lo han utilizado los grupos paramilitares
−denominados de autodefensa−, de orientación ideológica de extrema derecha y
los organizados en torno a la delincuencia común y el narcotráfico. De igual forma,
ha sido usado por agentes del Estado. El secuestro se ha ejercido independiente-
mente de la ideología que se profese y con diferentes propósitos, algunas veces con
apariencia de altruismo, sin que por esto deje de ser un crimen execrable, más aún
cuando las víctimas son niños o ancianos.
Este delito, al igual que la desaparición forzada, son las dos conductas punibles
que más afectan la libertad individual, puesto que restringen la libertad de locomo-
ción, de expresión y de autodeterminación en general, es decir, comprometen la
libertad física de la persona. En particular,
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PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
el delito de secuestro puede considerarse como uno de los más graves que lesiona a
la sociedad, así, en principio, sus víctimas directas sean uno o varios individuos en
particular. El estado de indefensión en que se coloca a la víctima y el efecto de ines-
tabilidad social que genera, sumados a la amplia gama de derechos fundamentales
que se ven violados por la comisión de este delito, ameritan que se lo califique, con
razón, como un delito atroz y un crimen de lesa humanidad (Corte Constitucional,
Sala Plena, Sentencia C-069, 1994).
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El secuestro
68 Modificado por el artículo 1º de la Ley 18222 de 1983 y por el artículo 1º de la Ley 19241 de 1993.
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
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El secuestro
no aparezca que se puedan practicar otras (Ley General para Prevenir y Sancionar
los Delitos en Materia de Secuestro, 2010, art. 6)69.
Antecedentes normativos
En Colombia el secuestro ha sido tradicionalmente considerado como delito. En el
Código Penal de la Nueva Granada de 1837 se denominó “detención privada”, e
incurría en dicho delito quien, como señala Pulido Barrantes (2008), “de propia
autoridad y sin ejercer alguna pública arrestare o prendiere a alguna persona para
oprimirla, mortificarla o detenerla en custodia privada” (Caballero, 2009, párr.
16). Con esa misma redacción y manteniendo exactamente la descripción típica
mostrada anteriormente, fue descrito en el artículo 719 del Código Penal de 1837,
en el artículo 532 del Código de 1873 (Pérez, 1985) y, finalmente, en el artículo
700 de la Ley 19 del 18 de octubre de 1890 (Código Penal, 1890).
Fue en el Código Penal de 1936 (Ley 95), bajo el título de los Delitos contra
la libertad individual y otras garantías, que el legislador introdujo un capítulo
con la denominación de secuestro. En el artículo 294 describió la conducta con
el verbo rector secuestrar y tipificó como finalidades específicas de la misma el
propósito de obtener para sí o para otro un provecho o utilidad ilícitos (doctrina-
riamente definido como secuestro extorsivo). Además, se le fijó una pena de uno
a siete años de presidio y, en el artículo 295, se estableció que cuando es realizada
por un sujeto indeterminado (doctrinariamente definido como secuestro simple)
le corresponde una pena entre seis meses y tres años (Ley 95, 1936)70. A partir de
ese Código, progresivamente y hasta la actualidad, se ha aumentado la descrip-
ción típica para cobijar todos los eventos posibles de secuestro, como también
el quantum punitivo y, paulatinamente, se han establecido un buen número de
agravantes específicos.
Los artículos del Código Penal de 1936 que fueron referidos, tuvieron modi-
ficaciones a través de la Ley 16 de 1969 (arts. 14 y 15), del Decreto 1988 de 1971
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
72 Dice el Decreto 100 de 1980:“Secuestro simple. El que con propósito distinto a los previstos en el artículo an-
terior, arrebate, sustraiga, retenga u oculte a una persona, incurrirá en prisión de seis (6) meses a tres (3) años”
(Decreto 100, 1980, art. 269).
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El secuestro
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
PENAL 17
El secuestro
útil para estudiar las consecuencias de este delito, porque ha experimentado altos
niveles respecto al mismo. La combinación de guerrillas, paramilitares y narco-
tráfico ha dado a Colombia la mayor tasa de homicidios y secuestros en el mundo
desde principios de los años noventa del siglo pasado. El número de secuestros
casi se triplicó entre 1996 y 2000 (Pshisva & Suárez, 2006). Y esto se explica,
en cuanto la inversión hace más visibles a los capitales y a quienes están en la
dirección y gobierno de ellos.
El tipo objetivo
En el artículo 168 del Código Penal del 2000 se establece que para la realización
del tipo penal se requiere:
• Un sujeto activo indeterminado.
• La conducta de arrebatar, sustraer, retener u ocultar a una persona.
• En el secuestro simple: la finalidad debe ser distinta (cualquier otra) a lo
previsto para el secuestro extorsivo (elemento subjetivo).
• En el secuestro extorsivo: el propósito debe ser el de exigir por la libertad
de la víctima un provecho o cualquier utilidad, o para que se haga u omita
algo, o con fines publicitarios o de carácter político (elemento subjetivo).
El sujeto activo
La conducta de secuestro puede ser ejecutada por una sola persona (monosubjeti-
vo) a la que el tipo penal no exige ninguna calidad especial; por lo tanto, el sujeto
activo es indeterminado y singular. En la experiencia colombiana el secuestro es
regularmente realizado por organizaciones delictivas en las que intervienen una
pluralidad de individuos. En estos casos aplican las normas relativas al concurso
de personas establecidas para los autores y partícipes (Código Penal, 2000, arts.
28-30), según el rol que desempeñen en la realización de la acción o durante el
tiempo que permanezca la persona secuestrada.
En el delito de secuestro el autor no es solamente quien sustrae o arrebata,
sino también el que retiene u oculta. Los sujetos que no participan en la acción
de arrebatar a una persona pueden intervenir en el delito de otras formas, por
ejemplo, suministrando la alimentación al secuestrado o custodiándolo a partir
del día en que llega al lugar de privación de la libertad. Estas actividades, que
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
El sujeto pasivo
El titular del bien jurídico de la libertad individual es toda persona natural, cons-
ciente, o no, de ese derecho fundamental, el cual se considera inherente a todo ser
humano, por lo que se le protege jurídicamente de manera independiente a que el
individuo tenga o no la capacidad de comprender la situación de privación de la
libertad o tenga el conocimiento de la importancia de la misma. De acuerdo con
la norma, cualquier persona puede ser sujeto pasivo del delito de secuestro, sin
embargo, es conveniente realizar algunas precisiones respecto a su realización en
el marco de un conflicto armado, cuando recae sobre civiles y cuando se trata de
policías o militares.
En un conflicto armado interno, son titulares del bien jurídico de la libertad in-
dividual tanto los civiles ajenos al conflicto, así como los militares y policías que
intervienen como representantes legítimos del Estado. Según la Corte Suprema
de Justicia, en vigencia del artículo 127 del Código Penal de 1980, la retención de
unos u otros no se justifica, aún en actos de combate. De igual manera, no puede
perderse de vista el carácter atroz de esta conducta punible, connotación que no
desaparece en la circunstancia de haber recaído sobre un miembro de la fuerza
pública en situación de enfrentamiento armado (Corte Suprema de Justicia, Sala
de Casación Penal, No 11346, 1998).
Aparte del secuestro –Código Penal, Ley 599 del 2000, arts. 168 y 169– y res-
pecto al bien jurídico de la libertad individual, tipifica otras conductas punibles,
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El secuestro
como la toma de rehenes (Código Penal, 2000, art. 148), la cual74 hace parte
de los delitos contra personas y bienes protegidos por el Derecho Internacional
Humanitario. En estas conductas debe presentarse “la privación ilegal de la li-
bertad de una persona para efectos de exigir por su liberación un determinado
beneficio” (Corte Constitucional, Sentencia C-291, 2007). La toma de rehenes y
el secuestro se desemejan en que la primera debe realizarse con ocasión y en de-
sarrollo de un conflicto armado y que, a diferencia del secuestro, el sujeto pasivo
debe ser un civil, aun cuando aparece como indeterminado.
Para el DIH, los policías y militares que caen en poder de la guerrilla no tie-
nen la condición de civiles, por tanto no son rehenes, aunque su privación de la
libertad pueda estar relacionada con el conflicto armado interno. Por tanto, se les
considera como secuestrados, privación de la libertad que es punible a la luz del
artículo 169 del Código Penal.
Antes de la sentencia C-291 del 25 de abril del 2007, a través de la cual se decla-
ra inexequible un fragmento del artículo 148 del Código Penal, el cual versa sobre la
toma de rehenes, existía una limitación que podía hacer pensar que dentro de dicha
conducta punible cabían, al igual que civiles, también policías y militares. La expre-
sión declarada como inconstitucional fue “a la otra parte” y se debía entender como
las exigencias realizadas a la contraparte del conflicto que, en el caso colombiano,
era el Estado. Por ello, la Corte Constitucional la consideró “contraria a los artícu-
los 93 y 94 de la Constitución así como al artículo 28 Superior, que consagra el
derecho fundamental a la libertad personal, el cual se ve protegido directamente
por esta garantía fundamental del principio humanitario” (Corte Constitucional,
Sentencia C-291, 2007). Esto, en cuanto reducía el ámbito de protección del tipo
penal, cuestión que no se veía compensada en otros preceptos penales previstos
en la legislación interna.
Así, la Corte Constitucional indicó que la toma de rehenes no requiere,
en el ordenamiento penal colombiano, que las exigencias formuladas para la libera-
ción o la preservación de la seguridad del rehén se dirijan a la contraparte en el con-
flicto armado – tales exigencias podrán ser dirigidas a un tercero, que puede ser un
Estado, una organización internacional, una persona natural o jurídica o un grupo de
74 Según el Código Penal del 2000, quien incurra en esta conducta tendrá una pena de prisión de 320 a 540 meses,
una multa entre 2.666.66 y 6000 salarios mínimos legales mensuales vigentes e inhabilitación para el ejercicio de
derechos y funciones públicas de 36 a 240 meses.
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
personas, sin que por ello se desnaturalice el delito en cuestión (Corte Constitucional,
Sentencia C-291, 2007).
La conducta
A diferencia de otras legislaciones, la colombiana contiene una mayor descrip-
ción de la conducta al utilizar varios verbos rectores alternativos. Esto le da un
carácter compuesto-alternativo, es decir, que se perfecciona con la realización
de cualquiera de ellos: arrebatar, sustraer, retener y ocultar. El primero de ellos,
arrebatar, significa tomar a una persona con violencia o fuerza para privarla de
su libertad. Es decir, es la acción del autor directo de llevarla consigo con fuerza
irresistible, lo que implica una conducta contra la voluntad de la víctima.
El segundo, sustraer, significa apartar, separar o extraer, en este caso, a la
víctima, privándola del espacio u órbita en donde desarrolla normalmente sus
actividades. La sustracción “puede implicar violencia moral (engaño, ardid, arti-
ficio), pero para la tipicidad del hecho no se exige necesariamente la utilización
de la violencia física” (Pabón Parra, 1996, p. 579).
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El secuestro
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
El medio empleado puede ser cualquiera que tenga idoneidad para la realiza-
ción de alguno de los verbos rectores, bien sea a través de violencia física o mo-
ral, del engaño, o de la utilización de una forma inicialmente legal. Un ejemplo
de este último podría ser la detención en flagrancia o con una orden de captura
legítimamente producida, la cual después se convierte en una retención ilegal de
una persona con alguna finalidad ilícita.
Clases de secuestro
Son dos las modalidades de secuestro: el simple y el extorsivo. Respecto al se-
cuestro simple, fue incluido en el Código Penal de 1980 a través del artículo 269,
el cual fue reformado por el artículo 2 de la Ley 40 de 1993. Esta Ley introdujo un
considerable aumento punitivo y la figura del rapto75, la cual había desaparecido con
la norma original de dicho Código; también se definió como secuestro simple a la
privación de la libertad de una persona cuando el propósito del agente es “contraer
matrimonio y obtener una finalidad erótico-sexual” (Ley 40 de 1993, artículo 2).
75 En la legislación actual (Código Penal, 2000, art. 168) la figura del rapto se considera por vía doctrinaria un
secuestro extorsivo.
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El secuestro
Para ello se estableció una pena de prisión entre uno y tres años. Además, para pro-
pósitos diferentes al anterior, se fijó una pena de prisión de seis a veinticinco años
y una multa entre cien y doscientos salarios mínimos mensuales (Ley 40 de 1993,
artículo 2).
Posteriormente, en el Código Penal del 2000 (Ley 599), quedó tipificado el
secuestro simple con una pena mínima de diez a veinte años (art. 168). Luego,
mediante el artículo 1º de la Ley 733 del 2002 se incrementó el mínimo de pena,
quedando este en doce años de prisión y manteniéndose el máximo de veinte
años. Posteriormente, y con el aumento de las penas establecidas por el artículo
14 de la Ley 890 del 2004, a partir del 1º de enero del 2005, la pena de prisión
fue fijada entre ciento noventa y dos y trescientos sesenta meses y una multa
entre ochocientos y mil quinientos salarios mínimos legales mensuales vigentes
(Código Penal, 2000, art. 168). Con la reforma del 2000 y de la de la Ley 733 del
2002, se retornó la definición original del artículo 269 del Código Penal de 1980,
con un considerable incremento punitivo.
En las investigaciones relacionadas con el secuestro simple se debe establecer
el móvil que tuvo el sujeto agente, para así determinar si su propósito es diferente a
los descritos para el secuestro extorsivo, ya que el secuestro simple exige elementos
subjetivos distintos, a los cuales se describe como “propósitos diferentes a los pre-
vistos” en el secuestro extorsivo.
Si al examinarse cuál fue la motivación del sujeto activo, no existe en esta el
propósito de exigir por el secuestrado un provecho o cualquier utilidad, o para que
se haga u omita algo, o con fines publicitarios o de carácter político, la conducta
se tipificará como secuestro simple. Esta modalidad de secuestro es indeterminada
y residual (Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado 32003,
2010) y
basta que se prive de la libertad a una persona para que se configure el delito. Y esta
diferencia es la que ha hecho que el legislador imponga al delito de secuestro simple
una pena sustancialmente menor que la señalada para el secuestro extorsivo (Corte
Constitucional, Sentencia C-599, 1997).
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
El que arrebate, sustraiga, retenga u oculte a una persona, con el propósito de exigir
por su libertad un provecho o cualquier utilidad, o para que se haga u omita algo, o
con fines publicitarios o de carácter político, incurrirá en prisión de trescientos veinte
(320) a quinientos cuatro (504) meses y multa de dos mil seiscientos sesenta y seis
punto sesenta y seis (2.666.66) a seis mil (6.000) salarios mínimos legales mensuales
vigentes (Código Penal, 2000, art. 169).
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76 En igual sentido: Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Sentencia de 14 de abril de 2000,
Radicado 13384, M.P. Carlos Augusto Gálvez Argote.
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El secuestro
En los Códigos Penales de 1980 y del 2000, dentro del elemento subjetivo
del tipo de secuestro extorsivo, quedó comprendida la conducta de rapto, el cual
es definido como una forma de secuestro con fines sexuales o de matrimonio.
Así, por tratarse de un delito contra la libertad individual, no quedó establecida
fórmula alguna que excluya la responsabilidad en razón del matrimonio que se
contraiga con la víctima.
La ley 40 de 1993, en su artículo 2°, a diferencia del Código Penal de 1980,
introdujo el rapto como una modalidad del secuestro simple. De cara a esto, en
la exposición de motivos del Código Penal del 2000, se precisó que “frente al
secuestro simple se eliminó el inciso segundo –rapto– al resultar sin justificación
atendible la distinción en él contemplada, en tanto que sea cual fuese la finalidad
de la retención, se está frente a un delito de secuestro” (Fiscalía General de la
Nación, 1998, p. 44), por lo que la figura del rapto se consideró como un secues-
tro extorsivo.
El profesor Antonio Vicente Arenas fue partidario de que se conservara la
figura de rapto, esgrimiendo las siguientes razones:
la importancia del elemento subjetivo (o dolo específico). Si el propósito de obtener
provecho o utilidad es razón suficiente para tipificar el secuestro extorsivo, también
debe serlo el propósito sexual para especificar esta violación de la libertad individual,
como rapto. En segundo lugar las circunstancias de la edad y el estado civil tienen
mayor trascendencia en el rapto que en las demás formas de secuestro. En tercer
lugar es indiscutible significación el matrimonio entre el raptor y la persona raptada.
En cuarto lugar el rapto es delito que lesiona no solo la libertad, sino también la fa-
milia, el pudor, etc. Y por eso debe tener vida jurídica propia aunque para efectos de
clasificación debe figurar entre las infracciones contra la libertad por ser este el bien
jurídico prevaleciente (Arenas, 1991, pp. 282-283).
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persona (arrebatar, sustraer, retener u ocultar la persona). Estas dos conductas son
diferentes y separables fácticamente.
En el caso del “paseo millonario”, en el que se priva de la libertad a una per-
sona y se le pasea por toda la ciudad para hacer retiros de dinero de varios caje-
ros automáticos, es indudable que se está afectando primero que todo la libertad
personal, conducta que es autónoma y se adecúa en el tipo penal de secuestro.
Si además se logran hacer los retiros de dinero, estamos frente al delito de hurto
calificado, por la violencia ejercida sobre la víctima y porque se le constriñe adi-
cionalmente a que entregue su tarjeta de crédito o de débito y diga su clave de
acceso. Debido a esto el secuestrado accede a las exigencias de los autores, ante
la posibilidad de que se concrete alguna afectación contra su vida o su integridad
personal. De esta forma los hechos son separables fáctica y jurídicamente y, por
tanto, se adecúan en los dos tipos penales, con la calificación de la violencia para
el delito de hurto.
Tipificar al paseo millonario solamente como hurto calificado por la violen-
cia, es tanto como “identificar una circunstancia modal que es predicado de la
acción básica (apoderarse), con lo principal de una acción básica descrita en otro
tipo (privar de libertad física) que obviamente no es predicado de otro fenómeno”
(Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado 8389, 1994). Por
ello, no se debe confundir la
violencia sobre las personas que es fuerza ejercida sobre ellas, con la privación de li-
bertad de locomoción física que aun puede producirse sin necesidad de fuerza alguna
como cuando se toma a un niño recién nacido y se lo retiene en poder de su captor
(Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado 8389, 1994).
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prevenir y sancionar los delitos en materia de secuestro, 2010, art. 9, literal d).
La pena establecida para este tipo penal es de cuarenta a ochenta años de prisión.
78 Para conocer las circunstancias de agravación punitiva se recomienda revisar el artículo 170 del Código Penal,
en el cual se encuentran descritas. Algunas de ellas son: que se realice contra una persona discapacitada, si hay
tortura, si la privación de la libertad dura más de 15 días, etc.
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El secuestro
ley, así como de proteger a las personas en su vida, honra y bienes. Aunque no
era necesario incluir el segundo agregado en el agravante, ya que está compren-
dido dentro del género servidor público, el legislador seguramente lo señaló por
política criminal y como una forma de prevención especial que envía un mensaje
directo a los miembros activos o retirados de las fuerzas de seguridad del Estado.
El problema radica en que no existe una definición o norma que indique qué
son las fuerzas de seguridad del Estado. En el Código Penal existen otros artícu-
los (185, 342, 346, 349) que se refieren a organismos de seguridad del Estado,
pero tampoco son identificados por norma alguna.
La Constitución Política tiene dos referencias parecidas. Una, en el inciso
2º del artículo 12779, en el que se prohibió “a los empleados del Estado que se
desempeñen en la rama judicial, en los órganos electorales, de control y de se-
guridad” (Const., 1991, art. 127) tomar parte en las actividades de los partidos y
movimientos y en las controversias políticas, sin perjuicio de ejercer libremente
el derecho al sufragio. La otra, en el artículo 233, el cual estableció el monopolio
de las armas y de las municiones de guerra y explosivos y autorizó a
los miembros de los organismos nacionales de seguridad y otros cuerpos oficiales
armados, de carácter permanente, creados o autorizados por la ley [para que porten
armas] bajo el control del Gobierno, de conformidad con los principios y procedi-
mientos que aquella señale (Const., 1991, art. 233).
PENAL 17
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puede ser mayor, ya que la sociedad espera que estas personas observen la ley y
el respeto al orden jurídico.
b. Por la calidad o condición del sujeto pasivo. El legislador consideró que
determinadas personas, por su condición o el estado de indefensión en el que
se encuentran, son más vulnerables y por tanto son más fácilmente víctimas del
delito de secuestro. Debido a ello y en razón de la calidad o cualificación especial
que tienen como sujetos pasivos, se les debe proporcionar una mayor protección
penal.
1. Por la indefensión o vulnerabilidad del sujeto pasivo (Código Penal,
2000, art. 170, numeral 1). La indefensión o vulnerabilidad de una persona se
refiere a su situación o estado de carencia y disminución en la posibilidad de de-
fenderse. Esto le hace débil frente a cualquier agresión, el riesgo de afectación de
sus bienes jurídicos es más amplio y puede ser atacada con mayor facilidad, razón
por la cual requiere de una protección especial.
El numeral 1º del artículo 170 del Código Penal describe los siguientes es-
tados: que una persona no pueda valerse por sí misma o que padezca una enfer-
medad grave; la minoría de edad o ser mayor de 65 años; que no tenga la plena
capacidad de autodeterminación; o que sea mujer embarazada. Las anteriores
son circunstancias de indefensión inherentes a las víctimas, es decir, que se en-
cuentran presentes en ellas, las cuales las hacen más vulnerables y más fáciles de
dominar en razón de su fragilidad y de la ausencia o disminuida posibilidad
de defensa. De esto se aprovecha el sujeto agente para la comisión del delito de
secuestro, lo que refleja una mayor gravedad de la acción y un riesgo más intenso
para la libertad individual e incluso para la vida e integridad de estas personas.
2. El sujeto pasivo es calificado por el parentesco o cualquier forma de
unión o integración permanente (Código Penal, 2000, art. 170, numeral 4). Los
lazos de parentesco que califican para este agravante son: hasta cuarto grado de
consanguinidad; hasta cuarto de afinidad derivados de cualquier forma de matri-
monio o de unión libre; primero civil; y una relación de pareja del mismo o de
diferente sexo (Corte Constitucional, Sentencia C-029, 2009), es decir, cónyuge,
compañera o compañero permanente. Es deber en estas relaciones una mayor so-
lidaridad familiar y protección mutua, precisamente por la cercanía y pertenencia
a un grupo que demanda unidad y armonía y no afectación mediante conductas
vulneradoras de los derechos fundamentales de sus integrantes. Por esta razón,
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PENAL 17
El secuestro
cuando el secuestro es producido por alguien cercano, se refleja una mayor in-
sensibilidad frente a los vínculos morales y afectivos de la consanguinidad, el
parentesco y las relaciones de pareja. Los integrantes de una familia tienen obli-
gaciones entre ellos y en conjunto deben procurar la armonía de todo el núcleo,
sobre la base del respeto y la dignidad humana que a cada uno le corresponde.
Atendiendo a los reclamos de la doctrina, el legislador incluyó como causal
de agravación del secuestro la violación a los deberes propios de una relación
sentimental firme sostenida por la víctima, derivada de cualquier matrimonio,
así este no se encuentre formalizado legalmente, como es el caso de la unión de
hecho o libre entre compañero y compañera permanente.
Por ello, no es el vínculo formal el que agrava la conducta, sino la conviven-
cia, la cercanía y la proximidad que demandan solidaridad entre quienes tienen
una vida en común. De esta opinión es el profesor Alfonso Gómez Méndez, quien
considera que
resulta mucho más grave dar muerte [o secuestrar] a una persona con quien se con-
vive maritalmente que aquella con quien el sujeto activo se encuentra legalmente
unido, pero mediando una prolongada separación, pues en este último caso […] pue-
de haber desaparecido todo vestigio de vida en común, de afecto, respeto mutuo o
solidaridad entre los sujetos (Gómez Méndez, 1998, p. 90).
80 La Corte Constitucional, mediante Sentencia C-029-09 del 28 de enero del 2009, declaró la exequibilidad condi-
cionada del numeral, “en el entendido de que sus previsiones también comprenden a los integrantes de las parejas
del mismo sexo”.
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PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
PENAL 17
El secuestro
Por otra parte, la Ley 169 de 1994 aprobó la Convención sobre la Prevención
y el Castigo de Delitos Contra Personas Internacionalmente Protegidas, inclu-
sive los Agentes Diplomáticos, suscrita en Nueva York, el 14 de diciembre de
1973. Es precisamente en el artículo 1º de esta, que se define que son sujetos de
dicha protección los jefes de Estado o de Gobierno y los Ministros de Relaciones
Exteriores (así como sus correspondientes familiares que les acompañen) que se
encuentren en un Estado extranjero; y, los representantes, funcionarios o persona-
lidades oficiales de un Estado o de organizaciones intergubernamentales que ten-
gan derecho a protección especial, conforme al Derecho Internacional. Sumado
a esto, el concepto de persona internacionalmente protegida en el Derecho
Internacional Humanitario debe tener una relación de causalidad con la existencia
de un conflicto armado interno o internacional.
De conformidad con el artículo 2º de la Convención, cada Estado Parte debe
calificar como delitos, en su legislación interna y cuando se realicen intencional-
mente, la comisión de un homicidio, secuestro u otro atentado contra la integri-
dad física o la libertad de una persona internacionalmente protegida.
De igual manera, Colombia ha suscrito varios convenios con Estados Unidos
por medio de los cuales extiende a personal militar y a civiles contratistas la
calidad de diplomáticos. Por voluntad de las partes, estas personas quedaron
cobijadas con inmunidad diplomática y están internacionalmente protegidas
(González-Monguí, 2013). Los cuatro convenios son: El Acuerdo de Asistencia
Militar, suscrito el 17 de abril de 195281 (Colectivo de Abogados, 2005); el
Convenio general para ayuda económica, técnica y afín entre el Gobierno de
Colombia y el Gobierno de Estados Unidos de América, suscrito el 23 de ju-
lio de 1962, en el cual se incluyó la protección del personal de Estados Unidos
(Colectivo de Abogados, 2005)82; Acuerdo del 7 de octubre de 1974, relativo a
una misión de las Fuerzas Militares (ejército, naval y aérea) de Estados Unidos
de América en la República de Colombia, en el que también se estableció la
81 Acuerdo suscrito por Gonzalo Restrepo Jaramillo, ministro de Relaciones Exteriores de Colombia y Capus M.
Waynick, embajador extraordinario y plenipotécnico de los Estados Unidos. Para ver más información sobre el
Acuerdo, ver en: http://colectivodeabogados.org/Acuerdo-de-asistencia-militar-entre-la-Republica-de-Colombia-y-
los-Estados
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
PENAL 17
El secuestro
85 Capítulo II del Título XII del Código Penal del 2000: Delitos contra la seguridad pública.
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
del 2000. Esto no solamente es aplicable para efecto del agravante, sino también
en caso de que las amenazas se cumplan, lo cual implicaría el concurso material
entre el delito de secuestro agravado y el delito de peligro común o contra la salud
pública.
El agravante exige, además, que las amenazas respecto a crear un peligro
común o un perjuicio a la comunidad o a la salud pública deben ser graves, es
decir, que la coerción moral sea tan seria −o más−, a la producida por la amenaza
de lesión o muerte y debe generar igual o mayor temor en la víctima o tercero. En
todo caso, el perfeccionamiento del agravante se tipifica con la sola exterioriza-
ción, por parte del sujeto agente, de la amenaza grave.
d. Según la finalidad perseguida. De acuerdo a esto se han agrupado dos
agravantes: cuando hay fines terroristas y cuando se obtiene el provecho o utili-
dad perseguidas.
1. Cuando se comete con fines terroristas (Código Penal, 2000, art. 170,
numeral 7). Se agrava específicamente el delito de secuestro cuando este se co-
mete con el objetivo de crear o mantener en estado de zozobra, alarma o terror
a la población o a parte de ella, aunque no se logre, efectivamente, el resultado
buscado. La Corte Suprema de Justicia ha indicado que “la zozobra corresponde
a una situación de intranquilidad, inquietud, aflicción, angustia, desazón, incerti-
dumbre o desasosiego, mientras que el terror alude al miedo, pánico, temor, pavor
o susto” (Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado 40401,
2014).
Para que se configure el agravante debe haber, además, una relación entre
la realización de los actos que afectan la libertad de las personas y la utilización
de los medios capaces de causar estragos (daño, destrucción o devastación) en
grandes proporciones. Estos medios, unidos al secuestro, provocan y mantienen
el estado de zozobra o terror en la población.
2. Cuando se obtiene la utilidad, el provecho o la finalidad perseguidos
por los autores o partícipes (Código Penal, 2000, art. 170, numeral 8). Si el
secuestrador logra la obtención de alguno de sus propósitos, por ejemplo, de tipo
económico, publicitario, político o de venganza, la conducta se tipifica dentro del
agravante. En caso de que el secuestro fuera realizado con fines económicos, en
el momento en el que el sujeto agente obtiene el dinero o el bien económicamente
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PENAL 17
El secuestro
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
firme que se tiene en una persona y que implica incluso el poner en las manos del
otro la propia libertad individual. Configura este agravante, el aprovechamiento
de la confianza que se da al compartir o al concurrir a una cita que termina siendo
utilizada para la privación de la libertad, sea por la fuerza o mediante el engaño.
4. Cuando la conducta se comete total o parcialmente desde un lugar de
privación de la libertad (Código Penal, 2000, art. 170, numeral 13). Esta moda-
lidad se realiza particularmente a través de llamadas extorsivas con una finalidad
económica. Estos secuestros se realizan desde las cárceles del país o incluso se
pueden cometer desde la prisión domiciliaria. Debió haberse agravado por la eje-
cución de la conducta en un lugar de privación de la libertad, en razón a que en al-
gunas cárceles del país se realizan secuestros exprés contra los mismos reclusos,
a quienes no se les deja atender las visitas de sus familiares los fines de semana,
exigiéndoles a cambio alguna prestación de naturaleza económica.
5. Cuando el secuestro se comete parcialmente en el extranjero (Código
Penal, 2000, art. 170, numeral 14). En este caso debe cometerse el secuestro
parcialmente en Colombia y parcialmente en el extranjero, sea que se origine en
otro país o en territorio patrio o que se mantenga a la persona en uno de los dos
países.
6. Cuando se trafica con la persona secuestrada durante el tiempo de pri-
vación de la libertad (Código Penal, 2000, art. 170, numeral 15). Una modalidad
de común ocurrencia en nuestro país es la realización del secuestro de una perso-
na, por parte de una organización criminal, para “vendérsela” a otra. Este agra-
vante puede presentarse en cualquier momento del cautiverio del secuestrado.
PENAL 17
El secuestro
86 n la Ley 40 de 1993, en el art. 5º, que fue subrogado por la Ley 365 de 1997 en su art. 26, se define que el
concierto para secuestras se da
cuando varias personas se concierten con el fin de cometer un delito de secuestro, cada una de ellas será
penada, por ese solo hecho, con prisión de cinco (5) a diez (10) años. La pena se aumentará hasta en una
cuarta parte para quienes promuevan, encabecen o dirijan el concierto (Ley 40, 1993).
87 En el artículo 327 del Código Penal del 2000 se establece, sobre el enriquecimiento ilícito de particulares, que
el que de manera directa o por interpuesta persona obtenga, para sí o para otro, incremento patrimonial no
justificado, derivado en una u otra forma de actividades delictivas incurrirá, por esa sola conducta, en prisión
de seis (6) a diez (10) años y multa correspondiente al doble del valor del incremento ilícito logrado, sin que
supere el equivalente a cincuenta mil (50.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes (Código Penal,
2000, art. 327).
152
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
327 del Código Penal del 2000 modificó dicho aspecto. Por lo tanto, ahora es un
tipo penal autónomo que no supedita su aplicación a que los hechos allí descritos
no estén en otro tipo penal o no estén sancionados en otra disposición con pena
mayor.
El reproche al enriquecimiento ilícito se encuentra incorporado en la
Constitución Política88. Aunque parece exótico que ese tipo de conducta se inclu-
ya como norma superior, “no debe olvidarse que las Constituciones –y en general
cualquier norma-, deben amoldarse a las exigencias que plantean las realidades
sociales, políticas, económicas o culturales de una determinada sociedad, aten-
diendo a las circunstancias cambiantes de los tiempos” (Corte Constitucional,
Sentencia C-319, 1996).
Como se desprende de la norma Constitucional89, y aunque se encuentra con-
tenido dentro del título que protege el orden económico y social, el bien jurídico
protegido es el de la moral pública o social. De hecho, el motivo que tuvo el
constituyente de 1991 fue el
grave proceso de deterioro de la moral pública y de los valores éticos que ha venido
padeciendo nuestra sociedad en las últimas décadas […] que se ha traducido en una
desenfrenada corrupción, no sólo a nivel de la administración pública en general sino
también de los particulares (Corte Constitucional, Sentencia C-319, 1996).
88 Dice la Constitución, en el artículo 34: “No obstante, por sentencia judicial, se declarará extinguido el dominio
sobre los bienes adquiridos mediante enriquecimiento ilícito, en perjuicio del tesoro público o con grave deterioro
de la moral social” (Const, 1991, art. 34).
89 Const. Pol. Artículo 34. Se prohíben las penas de destierro, prisión perpetua y confiscación. No obstante, por
sentencia judicial, se declarará extinguido el dominio sobre los bienes adquiridos mediante enriquecimiento ilícito,
en perjuicio del Tesoro Público o con grave deterioro de la moral social.
153
PENAL 17
El secuestro
de defensa, sin que esto quisiera decir que el Estado no estaba obligado a demos-
trar tanto el enriquecimiento como el origen ilícito del incremento patrimonial.
También dispone que el incremento patrimonial no justificado debe provenir
de actividades delictivas. En cuanto a este elemento normativo, no se refiere a que
deba provenir de un sujeto condenado previamente por el delito de narcotráfico
o cualquier otro delito; si fuese así, habría sido estipulado expresamente. Lo que
quiso el legislador,
fue respetar el ámbito de competencia del juez, para que fuera él quien estableciera,
de conformidad con los medios de prueba y frente a cada caso concreto, la ilicitud
de la actividad y el grado de compromiso que tuviese con la ley el sujeto activo del
delito (Corte Constitucional, Sentencia C-319, 1996).
90 El artículo 9 de la Ley 40 de 1993 obligaba a cualquier persona a informar los planes o actividades encaminados
a la ejecución de un delito de secuestro, mediante el aviso oportuno a las autoridades o la denuncia del secuestro
de cuyos autores o partícipes tuviera conocimiento, so pena de uno a cinco años de prisión (Ley 40, 1993, art. 9,
omisión de informes). En el siguiente artículo, el 10, se definió la omisión de aviso, que podía ser cometida por
cualquier persona que no diere aviso a las autoridades de un secuestro o desaparición, de cuya ocurrencia tuviere
conocimiento directo, so pena de seis meses a un año de prisión. El que diere aviso podía quedar amparado por el
Fiscal General de la Nación, quien dispondría lo pertinente para que quedara en secreto su identidad.
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
como una circunstancia de agravación punitiva del delito de prevaricato por omi-
sión (Código Penal, 2000, art. 415).
Suministro de información
Se refiere a la obligación, por parte de los operadores de telecomunicaciones
–incluidos los concesionarios y licenciatarios del servicio de telefonía móvil ce-
lular−, de suministrar información en las investigaciones por los delitos de ex-
torsión y secuestro (Ley 289, 1996, art. 19). En caso de renuencia, como se dijo
en la exposición de motivos del proyecto del Código Penal, por tratarse de una
verdadera coparticipación criminal, se regula a través del correspondiente dispo-
sitivo amplificador del tipo (Código Penal, 2000, arts. 28-30).
92 Código Penal de 1980. Artículo 270, subrogado por el artículo 3º de la Ley 40 de 1993. Circunstancias de agra-
vación punitiva.
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PENAL 17
El secuestro
para delinquir, entre otros. Así ocurre respecto a las acciones subversivas, para
las cuales el secuestro de personas no es una actividad propia, ni tampoco es un
elemento integrante del delito de rebelión, razón por la cual no puede conside-
rarse como subsumido dentro de este tipo penal (Corte Suprema de Justicia, Sala
de Casación Penal, Sentencia 11346, 1998). El secuestro puede concurrir con el
delito de rebelión, por tratarse de tipos penales cuya protección está dirigida a
diferentes bienes jurídicos (el primero protege la libertad individual y el otro el
régimen constitucional y legal), cada uno de ellos autónomo, separables fáctica
y jurídicamente, así como es posible su adecuación en disposiciones diferentes.
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
móvil, sino que se descarten fines extorsivos. Por esta razón, y para efectos de la
atenuación punitiva, solamente se requeriría el cumplimiento de la circunstancia
temporal de la liberación y la voluntariedad de la misma. Además, el inciso se-
gundo del artículo 171 lo limita en ese sentido y no exige la tercera circunstancia,
porque esta corresponde al secuestro extorsivo. Dice la norma: “En los eventos
del secuestro simple habrá lugar a igual disminución de la pena si el secuestrado,
dentro del mismo término, fuere dejado voluntariamente en libertad” (Código
Penal, 2000, art. 171).
Eximentes de antijuridicidad
Para que la conducta típica del secuestro sea punible, se requiere que lesione
efectivamente, sin justa causa, el bien jurídicamente tutelado de la libertad in-
dividual. La posibilidad de privación de la libertad de una persona solamente le
es conferida al Estado, por las razones previamente consignadas en la ley y por
autoridad competente. A los particulares no les es permitido, por norma general,
privar de la libertad a una persona. No obstante y excepcionalmente, un particular
PENAL 17
El secuestro
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
Este tipo penal fue ubicado en el Código Penal de 1980 dentro de los delitos con-
tra la autonomía personal. Después, en el Código Penal del 2000, fue colocado en
un capítulo autónomo de los delitos contra la libertad individual, “pues si bien no
responde a la descripción de la conducta de secuestro propiamente dicha, sí com-
porta una retención ilegal de personas y por ello se hace conveniente ubicarlo en
el capítulo inmediatamente posterior al que regula el secuestro” (Fiscalía General
de la Nación, 1998, p. 45). Posterior a esto, solo ha tenido una modificación por
el aumento de penas mediante la Ley 890 del 200495.
En Colombia, el apoderamiento de aeronaves ha estado asociado fundamen-
talmente a la guerrilla. El primero sucedió el 6 de agosto de 1967, varios minutos
después del despegue del avión de Aerocondor, que partía desde Barranquilla
rumbo a San Andrés y que fue desviado para Cuba. Con posterioridad a este su-
ceso se han presentado varios apoderamientos, pero fundamentalmente en años
más recientes.
95 Dice el artículo 173 del Código Penal del 2000, sobre el aumento de penas en el tipo penal de apoderamiento
de aeronaves, naves o medios de transporte colectivo:
El que mediante violencia, amenazas o maniobras engañosas, se apodere de nave, aeronave, o de cualquier
otro medio de transporte colectivo, o altere su itinerario, o ejerza su control, incurrirá, por esa sola conducta,
en prisión de ciento sesenta (160) a doscientos setenta (270) meses y multa de mil trescientos treinta y tres
punto treinta y tres (1333.33) a cuatro mil quinientos (4.500) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
La pena se aumentará de la mitad a las tres cuartas partes, cuando no se permita la salida de los pasajeros
en la primera oportunidad (Código Penal, 2000, art. 173).
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PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
Algunos de los pasajeros, por su edad o estado de salud, fueron liberados días
después del apoderamiento de la aeronave, pero la mayoría de ellos permanecie-
ron secuestrados por más de un año. Finalmente, varios guerrilleros fueron con-
denados por los delitos de rebelión, secuestro extorsivo y apoderamiento y des-
vío de aeronave (Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado
23796, 2006).
Posteriormente, entre 1999 y el 2002, se produjeron tres apoderamientos de
aeronaves comerciales, realizados por las FARC. El de mayor trascendencia su-
cedió el 20 de febrero del 2002 y fue sobre un avión de la empresa Aires que
cubría la ruta Bogotá-Neiva. Esta acción les permitió secuestrar al senador Jorge
Eduardo Géchem Turbay, lo que dio lugar a que el gobierno nacional terminara
los diálogos que adelantaba con esta guerrilla, en el municipio de San Vicente del
Caguán (Semana, 20 de febrero de 2016).
El último apoderamiento de una aeronave en territorio colombiano fue rea-
lizado el 12 de septiembre del 2005 por parte de Porfirio Ramírez Aldana, quien
retuvo un avión de la empresa Aires que viajaba en la ruta Florencia-Bogotá.
Ramírez estaba en un estado particular de desesperación y pretendió, por esta
vía, llamar la atención del Estado para que este le reconociera una indemnización
por las consecuencias que tuvo sobre su cuerpo un tiroteo de la policía, en el
96 En igual sentido, Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sentencia de 8 de octubre de 2008,
Radicado 26489, M.P. Augusto J. Ibáñez Guzmán.
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PENAL 17
Apoderamiento y desvío de aeronaves, naves o medios de transporte colectivo
cual resultó afectado por dos proyectiles, los cuales lo dejaron paralítico (Silva
Romero, 10 de marzo de 2012).
No obstante los dramas que ha vivido la aeronáutica colombiana por los apo-
deramientos de aeronaves, no hay ningún hecho que supere lo sucedido el 11 de
septiembre del 2011. Este día, dos Aviones de la empresa American Airlines y dos
de United Airlines fueron utilizados como proyectiles contra sitios emblemáticos
de Estados Unidos, con el resultado del concurso de delitos de apoderamiento
de aeronaves con secuestro de los pasajeros, terrorismo, numerosos homicidios,
lesiones personales y daños en bienes ajenos. Todo esto, sin respetar las normas
del Derecho Internacional Humanitario, en un ataque atroz contra la población
civil, incluidos los pasajeros que viajaban en esas aeronaves.
Por otra parte, en relación con el transporte colectivo marítimo, se compren-
de bajo la denominación genérica de piratería, no solamente el apoderamiento
de naves, sino también el hurto de carga y el secuestro de pasajeros. A veces se
piensa que este es un asunto del pasado y que hoy en día no sucede, pero estas
modalidades delictivas se han incrementado y se presentan especialmente en los
mares aledaños a Somalia, Indonesia, Malasia o Vietnam. También en Colombia,
tanto en el territorio nacional como en aguas internacionales97 (Navarro, 30 de
julio del 2015). Así mismo, la llamada piratería terrestre es otro de los flagelos
que son realizados principalmente contra los operadores y los vehículos de carga.
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
98 En Colombia fue aprobado mediante Ley 14 de 1972 y ratificado el 6 de julio de 1973. Entró a regir en el país el
4 de octubre de 1973. Para ver más sobre el Artículo 11 visitar: https://www.unodc.org/tldb/es/1963_Convention_
On%20Board%20Aircraft.html
99 Fue aprobado en Colombia mediante Ley 14 de 1972 y ratificado el 3 de julio de 1973. Comenzó a regir en el
país a partir del 3 de agosto de 1973. Para ver más sobre este convenio, visitar: http://www.oas.org/juridico/spanish/
tratados/sp_conv_repre_apodera_il%C3%ADcito_aeronaves.pdf
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PENAL 17
Apoderamiento y desvío de aeronaves, naves o medios de transporte colectivo
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
Derecho comparado
El delito de apoderamiento de naves, aeronaves o del transporte colectivo de
pasajeros, es tratado de diferentes formas en la legislación penal de otros países
y por algunos ha sido denominado tradicionalmente como piratería o secuestro.
Los Códigos Penales de España y de México denominan piratería a este tipo
de delitos. El Código Penal español ubica esta conducta como un delito contra
la comunidad internacional y contra el derecho de gentes, castigándolo con una
pena de prisión de diez a quince años (Código Penal España, 1995, art. 616)104.
Sin embargo, los códigos de los demás países lo califican regularmente como un
delito que protege el bien jurídico de la libertad individual.
El Código Penal Federal de México considera la piratería como un delito
contra el Derecho Internacional. En su artículo 146 utiliza el verbo rector apresar,
que significa “tomar por la fuerza alguna nave, apoderarse de ella” (RAE, 2014).
Por tanto, son considerados piratas “los que, perteneciendo a la tripulación de
una nave mercante mexicana, de otra nación, o sin nacionalidad, apresen a mano
102 Para ver más sobre esta convención, que fue suscrita por Colombia el 10 de diciembre de 1982, ir a: http://
www.un.org/Depts/los/reference_files/status2010.pdf. Vale aclarar que no ha sido aprobada por el Congreso, ni
ratificada por el gobierno nacional, al parecer por el conflicto con Nicaragua.
PENAL 17
Apoderamiento y desvío de aeronaves, naves o medios de transporte colectivo
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
El tipo objetivo
Para que se perfeccione la conducta descrita en el artículo 173 del Código Penal
del 2000, se requiere:
• Un sujeto activo que puede ser cualquier persona, sin una calidad especial.
• Un sujeto pasivo que puede ser una o varias personas que hagan parte de
la tripulación o de los pasajeros afectadas en su libertad individual.
• Que la conducta esté regida por alguno de los verbos rectores: apoderar,
alterar o ejercer el control sobre el objeto material.
• Que la conducta recaiga sobre nave, aeronave, o cualquier otro medio de
transporte colectivo (objeto material).
• Que la alteración sea sobre el itinerario de cualquiera de los vehículos
antes mencionados.
• Que la acción se realice con violencia, amenazas o maniobras engañosas.
PENAL 17
Apoderamiento y desvío de aeronaves, naves o medios de transporte colectivo
estar ocupada por lo menos por una persona, como titular del derecho de autode-
terminación y de locomoción. Sin embargo, usualmente sucede que las acciones
de apoderamiento de aeronaves son realizadas con la retención de un gran núme-
ro de personas a bordo. Si en el medio de transporte colectivo no se encuentra
ninguna persona como pasajero, conductor o miembro de la tripulación, la con-
ducta no lesiona la libertad individual, sino el patrimonio económico y, por lo
tanto, el tipo penal aplicable es el de hurto.
La conducta
La conducta está regida por los verbos alternativos apoderar, alterar o ejercer. El
verbo apoderar consiste en la acción de despojo que le permite al sujeto activo
obtener el dominio material o el control de la nave o aeronave o medio de trans-
porte colectivo. Implica sustracción, dominio, ocupación, usurpación o separa-
ción de la órbita de custodia y disposición del objeto material. Este verbo rector
también se encuentra en el tipo penal de hurto y es un elemento determinante de
la conducta, sin embargo, la diferencia radica en que en el hurto solo se afecta el
patrimonio económico, mientras que en el apoderamiento de una nave, aeronave
o medio de transporte colectivo se debe afectar la libertad individual para que la
conducta se tipifique.
De conformidad con los convenios internacionales que se han desarrollado para
la represión de los actos ilícitos contra la aviación civil, el apoderamiento, en el caso
de las aeronaves, se debe presentar en el vuelo. Aunque como el Código Penal co-
lombiano no hace distinción en este sentido, para estos vehículos el apoderamiento
puede realizarse en tierra o en aire. De igual manera, para los buques o barcos puede
ser cuando se encuentran atracados en puerto o en navegación. También, tratándose
de cualquier otro tipo de transporte colectivo (tren, subway, metro, tranvía, bus),
puede realizarse cuando el vehículo está en movimiento o en el respectivo terminal
o paradero.
En cuanto al verbo alterar el itinerario, significa desviar o cambiar la ruta o
rumbo de la nave, aeronave o medio de transporte colectivo o alterar su horario
de partida o de circulación. El cambio de ruta de las aeronaves se da cuando están
en vuelo y el de las naves marítimas o fluviales cuando están navegando. Si se
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PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
trata de alteración de los horarios, esta puede realizarse cuando las naves están en
puerto o en tierra.
En cuanto al verbo ejercer el control de la nave o aeronave, es una acción que
se encuentra dentro del concepto de apoderamiento, es decir, es consecuencia
de éste. Realmente no se puede ejercer el control de la aeronave si previamente
no se ha realizado su apoderamiento. Se ejerce el control de cualquier medio de
transporte colectivo en forma directa o a través de otra persona, que puede ser el
piloto, el conductor o quien lo dirija.
La conducta de apoderamiento o de alteración del itinerario o de control, debe
realizarse con violencia, amenazas o maniobras engañosas. Siguiendo al tratadis-
ta Vincenzo Manzini, la violencia es
el ejercicio de una energía física excesiva (propia o no de la persona de quien la pone
en obra) sobre una persona o una cosa, de modo que de ello se siga una coacción per-
sonal física, absoluta o relativa, positiva o negativa, o la modificación de una cosa en
contraste con los derechos ajenos sobre esa misma cosa, o que produzca impedimen-
to al ejercicio o al goce de otros derechos subjetivos ajenos (Manzini, 1957, p. 233).
Es decir, la violencia es toda agresión o vía de hecho contra las personas o las
cosas para vencer la resistencia del sujeto pasivo y puede ser física o moral. Es
física cuando se emplea la fuerza muscular (golpes, reducción física) o cualquier
tipo de armas, constriñendo al sujeto pasivo a la realización de la conducta descrita.
Es moral cuando se compele síquicamente a la víctima, mediante amenazas o actos
idóneos contra las personas o las cosas, que anulan su voluntad, que restringen su
libertad síquica, obligándola a realizar algo o a dejar de hacerlo (González Monguí,
2001).
Respecto a la amenaza, como se dijo anteriormente al tratar el tema del se-
cuestro, se inflige miedo, se advierte la realización de un mal futuro con proba-
bilidad de ocurrencia y se busca doblegar la voluntad de la víctima, procurando
un mayor sometimiento para generar mayores posibilidades de alcanzar el fin
propuesto.
La maniobra engañosa tiene que ver con todo ardid, treta, artificio, trampa,
maquinación o artimaña utilizados por el sujeto agente para lograr el apodera-
miento de la nave, aeronave o medio de transporte colectivo. Aunque una ma-
niobra es, literalmente, toda operación que se ejecuta con las manos, para efectos
169
PENAL 17
Apoderamiento y desvío de aeronaves, naves o medios de transporte colectivo
105 La Corte Suprema de Justicia en sentencia del 22 de febrero de 2000, no casó la condena contra varios suje-
tos que se apoderaron por cuatro horas de un autobús de servicio público con cuarenta pasajeros en la ciudad de
Bogotá, por considerar que se trataba de un transporte colectivo y por afectar la autonomía personal colectiva (Sala
de Casación Penal, Radicado 14120, 2000).
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PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
En el caso colombiano, el tipo penal tiene que ver con apenas un aspecto de
la piratería, como es el apoderamiento de una nave o aeronave o cualquier otro
transporte colectivo. En esta norma no se hace distinción alguna sobre el carác-
ter del vehículo (privado, oficial o militar) y solamente se exige la condición
de transporte colectivo. Es decir, el Código Penal no establece que la conducta
solamente deba recaer sobre naves privadas, por lo que no puede reducirse el
ámbito de protección penal. Los atentados contra la vida, la libertad individual
y el patrimonio económico son conductas que, como actos de piratería, entran
en concurso con el de apoderamiento de la nave, aeronave o cualquier clase de
transporte colectivo.
El agravante específico
La conducta se agrava cuando en la primera oportunidad, por ejemplo, la aero-
nave aterriza en el aeropuerto al que fue desviada y el sujeto agente no permite
la salida de los pasajeros. En este caso, según el inciso segundo del artículo 173,
el secuestro simple de los pasajeros se considera un agravante que da lugar al
aumento de la pena de prisión de la mitad a las tres cuartas partes.
En este capítulo serán objeto de análisis dogmático cuatro tipos penales que tie-
nen que ver con la prohibición de la detención arbitraria de las personas, que son:
la privación ilegal de la libertad, la prolongación ilícita de la libertad, la detención
arbitraria especial y el desconocimiento de hábeas corpus106.
La legislación internacional suscrita por Colombia establece que ninguna
persona puede ser privada de la libertad de manera arbitraria. Así lo disponen la
Declaración Universal de los Derechos Humanos (ONU, 1948, art. 9) y el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ratificado mediante la Ley 74 de
1968: “Nadie podrá ser sometido a detención o prisión arbitrarias” (ONU, 1966).
Por su parte, la Convención Americana de Derechos Humanos, ratificada por la
Ley 16 de 1972, establece que “nadie puede ser privado de su libertad física, sal-
vo por las causas y en las condiciones fijadas de antemano por las constituciones
políticas de los Estados o por las leyes dictadas conforme a ellas” (OEA, 1969).
Igualmente, en la legislación internacional tiene fundamento el hábeas corpus,
que como acción y derecho fundamental garantiza la protección de la libertad
individual contra las detenciones arbitrarias.
En el sistema penal colombiano la libertad de toda persona constituye la nor-
ma general y la restricción a la misma tiene una serie de límites. Toda persona
es libre, aunque se reconoce que esta situación puede ser afectada con la pérdida
de la libertad bajo determinadas condiciones. De hecho, para la privación de la
106 Estos tipos penales corresponden a los artículos 174, 175, 176 y 177, en el orden en que fueron nombrados.
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
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De la detención arbitraria
regulados por la Ley 906 del 2004, toda privación de la libertad debe ser sometida
a control judicial de inmediato y a más tardar dentro de las treinta y seis horas
siguientes a que se haya retenido a la persona.
Por otra parte, la ley establece términos procesales perentorios para la inves-
tigación y el juzgamiento de las personas, los cuales pretenden garantizar la efec-
tividad de los derechos del procesado (Corte Constitucional, Sentencia C-390,
2014), entre ellos, el derecho a que no ocurra durante el proceso la privación
ilegal de la libertad o la prolongación ilícita de la misma.
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
El tipo objetivo
a. Los sujetos y el objeto material. El sujeto activo es singular y está cua-
lificado por el vínculo con el Estado, conforme a la definición y alcance que le
da el artículo 20 del Código Penal. Para este caso el servidor público debe tener
competencia funcional, es decir, facultad para privar de la libertad a las personas,
pero lo hace abusando de sus funciones.
Este delito, aunque está cualificado en el sujeto activo, admite la intervención
de particulares como partícipes (Código Penal, 2000, art. 30). De igual manera,
por tratarse de un delito permanente en el que se mantiene la situación antijurí-
dica de privación de la libertad, se pueden dar la autoría y participación después
de haberse concretado el acto de retención. Por otra parte, el sujeto pasivo puede
ser cualquier persona susceptible de ser destinataria de una medida privativa de la
libertad. En este caso, el sujeto pasivo y el objeto material son la misma persona,
que es el titular del bien jurídico de la libertad individual y sobre la cual recae la
acción de la privación de la libertad.
b. La conducta. El tipo penal emplea un solo verbo rector (simple), privar
a otro de la libertad. Viene del latín privare, que significa quitar, despojar o su-
primir (RAE, 2014) la libertad de locomoción de la persona. De esto se deduce,
entonces, que es una conducta que sólo se puede cometer por acción.
Por principio constitucional, como se ha dicho, nadie puede ser molestado
en su persona o familia, ni reducido a prisión o arresto, ni detenido, sino en vir-
tud de mandamiento escrito por parte de una autoridad judicial competente, con
las formalidades legales requeridas y por motivo previamente definido en la ley
(Const., 1991, art. 28). Por ello, la conducta de privación ilegal de la libertad vio-
la el artículo 28 de la Carta Política, en cuanto el servidor público actúa de forma
contraria a la protección de la libertad, conforme lo exige dicha norma, y las
limitaciones que expresamente establece para restringir un derecho fundamental
como es la libertad individual.
Las personas pueden ser privadas de la libertad, con violación de las garantías
constitucionales o legales, en varios casos. Uno de ellos se puede presentar, como
ha dicho la Corte Constitucional, cuando
una autoridad priva de la libertad a una persona en lugar diferente al sitio destinado
de manera oficial para la detención de personas, o lo hace sin mandamiento escrito
175
PENAL 17
De la detención arbitraria
También puede suceder “que sea la propia autoridad judicial, la que al dispo-
ner sobre la privación de la libertad de una persona, lo haga sin las formalidades
legales o por un motivo no definido en la ley” (Corte Constitucional, Sentencia
C-187, 2006).
c. El elemento normativo: abuso de las funciones. El Código Penal del 2000,
al igual que el de 1980, tiene un elemento normativo que exige la privación de
la libertad por el abuso de las funciones del servidor público, es decir, dentro de
su órbita de competencia funcional establecida en la ley, pero de manera ilegal o
arbitraria, porque el sujeto activo no la ordena por motivos razonablemente fun-
dados o de acuerdo con las formalidades legales.
El servidor público que realiza la conducta debe tener la competencia funcional
para privar de la libertad a una persona, acción que efectúa arbitrariamente, es decir,
sin el cumplimiento de los presupuestos constitucionales y legales que le deben
servir de fundamento. De igual manera, puede ejecutar esto sin las formalidades
legales o sin que la norma jurídica autorice la captura, es decir, de manera ilegal. Si
el servidor público no tiene dichas funciones o no las ejerce en el momento de la
realización de la conducta, no se considera que abuse de ellas. Por tanto, si priva de
la libertad a una persona sin tener la competencia funcional para ello, incurre en el
delito de secuestro.
La privación de la libertad puede ser producto de una decisión caprichosa o ar-
bitraria del servidor público, aun cuando este sea el fiscal competente para realizar
la investigación y actúe en ejercicio del artículo 300 del Código de Procedimiento
Penal (Ley 906 de 2004), el cual faculta a la Fiscalía para ordenar la captura ex-
cepcional. Así mismo, es arbitraria cuando es el juez el que autoriza tomar esa de-
terminación sin que existan motivos razonablemente fundados o la necesidad para
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
ello. La privación ilegal también se puede presentar en aquellos procesos que están
regulados por la Ley 600 del 2000, cuando el fiscal la ordena y no se cumplen los
requisitos para afectar la libertad de una persona con el objeto de recibirle indagato-
ria o para imponerle la detención preventiva.
También los policías, con base en las atribuciones del anterior Código Nacional
de Policía (Decreto 1355 de 1970), privaban ilegalmente la libertad de las personas.
Un ejemplo de ello es que la Policía Nacional realizaba retenciones transitorias de
la libertad hasta por 24 horas contra personas que no tenían orden judicial en ese
sentido y no se encontraban en situación de flagrancia en la comisión de un delito.
Esto, prevalidos de lo dispuesto por el artículo 207 del Código Nacional de Policía
(Decreto 1355 de 1970), que establecía como contravención deambular en estado
de embriaguez y no consentir en ser acompañado al domicilio y encontrarse en
estado grave de excitación que implicara que se pudiera cometer una inminente
infracción a la ley penal.
Estas disposiciones le concedían amplias facultades a los policías para valo-
rar a las personas en su estado de “embriaguez” o de “excitación” y así aplicarles
la medida privativa de la libertad, como también daba lugar a abusos policiales.
Recurriendo a esta norma, encubrían la privación de la libertad que ejercían sobre
ciudadanos del común, trabajadores sexuales108, estudiantes, vendedores ambulan-
tes, población LGBTI109, drogodependientes y personas pobres110, a las cuales, en
contra de las garantías establecidas por la Carta Política, se les violaba también su
derecho a la intimidad “en la medida en que durante la privación de la libertad son
vigiladas y observadas” (Lalinde Ordóñez, 2015, p. 77).
Aunque la Corte Constitucional consideró que el artículo 207 facilitaba la apli-
cación de “sanciones disfrazadas”, prefirió conminar al legislador para que expidie-
ra una nueva normatividad que garantizara los derechos, en vez de declarar inexe-
quible la norma, argumentando que no se debía privar a la policía de un mecanismo
destinado, supuestamente, a garantizar la protección de las personas y a prevenir
108 Para ver más al respecto, visitar Elespectador.com, el artículo: Así maltratan a las trabajadoras sexuales en Bogotá,
en http://www.elespectador.com/noticias/bogota/asi-maltratan-trabajadoras-sexuales-bogota-articulo-670304.
109 Para ver más al respecto, visitar Colombiadiversa.org, el artículo escrito por Catalina Lleras Cruz (2008-2009):
Abuso policial: autoritarismo en la arbitrariedad legal, en http://colombiadiversa.org/colombiadiversa/documentos/
informes-dh/colombia-diversa-informe-dh-2008-2009-capitulo-3.pdf.
110 Para ver más al respecto visitar Elespectador.com, el artículo de Mauricio Albarracín: UPJ: la cárcel de los
jóvenes pobres, en http://www.elespectador.com/opinion/upj-carcel-de-los-jovenes-pobres.
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De la detención arbitraria
111 Dijo la Corte, respecto al artículo 207, que la intervención de la Policía debía tener como finalidad la protección de
la persona y la prevención, para así salvaguardar valores constitucionales como la vida o la integridad personal. Se
argumentó que una persona en estado momentáneo de debilidad podía llegar a afectar los intereses de terceros.
Así mismo, que era un hecho ineludible que el consumo de alcohol y los estados de intensas emociones, en un
elevado número de personas, "ocasionan el relajamiento de lazos inhibitorios y la consiguiente exteriorización de
actitudes violentas" (Corte Constitucional, Sentencia C-199, 1998). Además, que esta medida también protegía al
sujeto sobre el cual recaía, porque en un estado transitorio de incompetencia para tomar decisiones libres él mismo
podría atentar contra su vida o su salud o provocar a otros para que lo hicieran.
De esta manera, puede considerársele como una medida correctiva eficaz, en razón del estado de incompetencia
transitoria del sujeto, que es el supuesto fáctico en el que se funda y justifica esta medida de protección. En caso
de embriaguez, la policía debe intentar acompañar a la persona a su lugar de residencia, pero ante su renuencia,
no les queda otro camino que conducirla a la estación.
Sin embargo, cabe advertir que en la apreciación de las circunstancias que la motivan, las autoridades de policía,
como autoridades administrativas, no pueden excederse en el ejercicio de sus funciones en relación con los obje-
tivos perseguidos por la norma, pues con el argumento de que una persona se encuentra embriagada o en estado
de grave excitación, no puede eliminarse el ejercicio legítimo de sus derechos. Por ello, la autoridad de policía, al
ejercer esta función preventiva, debe justificar la retención con motivos fundados, objetivos y ciertos.
Por otra parte, la Corte Constitucional, en la Sentencia C-720 del 2007, dijo que la retención transitoria sólo podrá
aplicarse cuando sea estrictamente necesaria y respetando las siguientes garantías constitucionales:
i) se deberá rendir inmediatamente informe motivado al Ministerio Público, copia del cual se le entregará inme-
diatamente al retenido; ii) se le permitirá al retenido comunicarse en todo momento con la persona que pueda
asistirlo; iii) el retenido no podrá ser ubicado en el mismo lugar destinado a los capturados por infracción de la
ley penal y deberá ser separado en razón de su género; iv) la retención cesará cuando el retenido supere el
estado de excitación o embriaguez, o cuando una persona responsable pueda asumir la protección requerida,
y en ningún caso podrá superar el plazo de 24 horas; v) los menores deberán ser protegidos de conformidad
con el Código de la Infancia y la Adolescencia; vi) los sujetos de especial protección constitucional sólo podrán
ser conducidos a lugares donde se atienda a su condición (Corte Constitucional, Sentencia C-720, 2007).
112 Dice el artículo 155 del Código Nacional de Policía, que la protección a la persona será realizada por la policía
cuando esta deambule en estado de indefensión o de grave alteración del estado de conciencia, debido a aspectos
de orden mental y bajo efectos del consumo de bebidas alcohólicas o sustancias psicoactivas o tóxicas. Dice que
la policía debe entregar la persona a un allegado o pariente que asuma la protección. Cuando el traslado sea el
único medio disponible para evitar el riesgo a la vida o a la integridad de la persona y de la de terceros, se llevará
a la persona a un centro asistencial o de protección, de salud u hospital o a un lugar especialmente destinado por
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
la administración municipal para tal fin. Según sea necesario o en cuanto sea posible, se le intentará llevar a su
domicilio. En ningún caso se harán traslados a sitios destinados a la privación de la libertad y la duración de estos
no podrá ser mayor a doce horas. En todo caso, se agrega que la policía deberá obrar por motivos fundados y con
base en los principios de razonabilidad, proporcionalidad, necesidad y legalidad.
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De la detención arbitraria
La tentativa
Como se trata de un tipo penal de resultado, que exige la efectiva privación de
la libertad para que se perfeccione la conducta, este admite el grado de tentativa.
Todos los actos ejecutivos realizados para la privación de la libertad, conforme
lo dispone el artículo 27, sin que esta sea consumada, se tendrán como tentativa,
por ejemplo, cuando se libra la orden de captura ilegal pero esta no se logra llevar
a cabo.
El tipo subjetivo
La conducta debe realizarse a título de dolo, lo cual supone que el sujeto agente
actúe con conocimiento y voluntad (Código Penal, 2000, art. 22), por lo que debe
tener claro cuáles son los elementos del hecho punible. Así, la Corte Suprema de
Justicia ha establecido que una de las características del tipo penal es
la indubitable consciencia de que al privar de la locomoción a una persona, estaría
contrariando el ordenamiento legal, en tanto no se cumplen los presupuestos legales
para ello. Por otro lado se integra como elemento la voluntad, pues a pesar de la cla-
ridad que se tiene de la ilegalidad que comporta privar a la persona de la libertad, se
opta por realizar dicho comportamiento de manera libre y autónoma (Corte Suprema
de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado 39109, 2012).
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De la detención arbitraria
El tipo objetivo
La descripción típica, para su perfeccionamiento, requiere los siguientes
elementos:
• Un sujeto activo con la calidad de servidor público.
• Un sujeto pasivo que puede ser cualquier persona sin ninguna calidad
especial.
• Que se prolongue ilícitamente la privación de la libertad del sujeto pasivo.
a. Los sujetos y el objeto material. El sujeto activo es cualificado, es decir,
debe ser un servidor público que, de acuerdo con sus funciones, tiene bajo su
cargo, orden o custodia a la persona privada de la libertad. En razón de su com-
petencia funcional, la disposición jurídica o material de la libertad de la persona
depende del servidor público. Esta conducta la pueden cometer los fiscales y
jueces, como también los directores de establecimientos carcelarios. Por ejem-
plo, un fiscal puede realizar este delito cuando la policía judicial le pone a su
disposición una persona por un presunto delito que, de acuerdo con el Código
113 A través del artículo 14 de la Ley 890 del 2004, se aumentan las penas estipuladas en el artículo 175 del Código
Penal del 2000, las cuales competen a la prolongación ilícita de la privación de la libertad. En este artículo dice
que: “el servidor público que prolongue ilícitamente la privación de libertad de una persona, incurrirá en prisión de
cuarenta y ocho (48) a noventa (90) meses y pérdida del empleo o cargo público” (Código Penal, 2000, art. 175).
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Como lo prevé el artículo 295 de la Ley 906 del 2004, la privación o restric-
ción de la libertad del imputado tiene carácter excepcional, es decir, solo puede ser
interpretada restrictivamente y, por tanto, se debe disponer la libertad inmediata
cuando la captura se produce o prolonga con violación de las garantías constitu-
cionales o legales, o cuando la persona es aprehendida en flagrancia por conducta
punible que no comporta detención preventiva (Código Penal, 2000, art. 302). En
estos casos el aprehendido o capturado será liberado por la Fiscalía, imponiéndo-
sele bajo palabra un compromiso de comparecencia cuando sea necesario.
La Corte Constitucional trae, por vía de ejemplo, las siguientes hipótesis so-
bre la prolongación ilegal de la libertad:
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El tipo subjetivo
La conducta debe realizarse a título de dolo, el cual se concreta
en el conocimiento que tiene el servidor público de la manifiesta ilegalidad de la pro-
longación de la detención originariamente legítima de una persona, sin justificación
legal, y la conciencia de que con tal determinación se vulnera sin derecho el bien jurí-
dico de la libertad, sin que sea menester demostrar el móvil que guió la acción del fun-
cionario (Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado 21050, 2004).
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De la detención arbitraria
con culpa, debido a la violación objetiva del deber de cuidado y no con dolo
(Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Sentencia 33149, 2012).
Debido a este tipo de casos, se le reclama al legislador el no haber establecido
la modalidad culposa de esta conducta, es decir, cuando el servidor público, con la
violación del deber objetivo de cuidado, prolonga indebidamente la privación de la
libertad de una persona, por ejemplo por simple olvido, caso en el que el acto culpo-
so o negligente del funcionario encargado de decidir sobre la libertad del privado
de la libertad, actualmente es atípico.
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
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De la detención arbitraria
Antecedentes
Aunque propiamente no existió como institución en Roma, por el origen latino
de las palabras hábeas corpus, se le atribuye el vínculo y su más remoto ante-
cedente al Digesto (Libro XLIII, título XXIX) de los romanos, que bajo la de-
nominación de Homine libero exhibendo, fue instituido para proteger la libertad
personal y obligaba a exhibir al hombre libre que había sido retenido con dolo
malo, sacándolo al público para que se le viere y se le tocare (Betancourt, 2007).
Sin embargo, esta figura jurídica era una acción posesoria que correspondía al
derecho privado de carácter civil, ejercida por quien con dolo malo se pretendía
asumir como amo de un hombre libre, privándolo de su libertad, esclavizándolo
(Lazzarini, 1967), caso en el cual el sometido podía solicitar a las autoridades la
aplicación del Homine libero exhibendo. Esta protección realmente no tiene una
relación directa con el hábeas corpus, pues fue concebida para proteger la liber-
tad de los hombres libres frente a los abusos de los particulares y no de los del
monarca y demás autoridades.
El otro antecedente se le adjudica a los ingleses, cuando fue suscrita la Magna
Carta Libertatum (Carta Magna de las libertades), el 15 de junio de 1215 por el
Rey Juan Sin Tierra, quien finalmente, y por razón de un movimiento encabezado
por los nobles y el clero, se vio precisado a expedirla. Este documento es muy
importante, ya que contiene una declaración primigenia de los derechos a la li-
bertad, igualdad y asociación de los hombres libres. Además, estableció límites al
ejercicio del ius puniendi. Dicha Carta, dirigida entre otros a los jueces, realmente
estableció la reserva legal y la reserva judicial en relación con la privación de la
libertad de los hombres libres114 (Magna Carta, 1215), como una obligación de
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
él ni enviaremos a otros que lo hagan, sino en virtud de sentencia judicial de sus pares y con arreglo a la ley
del reino (Magna Carta, 1215).
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115 Estas han sido: Decreto 409 de 1971 (Código de Procedimiento Penal, artículos 417 a 425); Decreto 050 de
1987 (Código de Procedimiento Penal); Decreto Legislativo No. 182 de 1988; Decreto Ley 2459 de 1988; Decreto
2790 de 1990; Decreto 99 de 1991.
117 Disposiciones legales en las que se desarrolla el hábeas corpus: Decreto 2700 de 30 de noviembre 1991
(Código de Procedimiento Penal); Decreto Legislativo 1156 de 1992; Ley 15 de octubre 5 de 1992; Ley 137 de 1994
(Ley Estatutaria de los Estados de Excepción), Ley 600 de 2000 (Código de Procedimiento Penal, arts. 382 a 389);
Ley 971 de 2005, arts. 1 inciso 2, 11 y 17.
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118 Desconocimiento de hábeas corpus, cuyas penas fueron aumentadas por el artículo 14 de la Ley 890 del 2004,
y empezaron a regir a partir del 1o. de enero del 2005:
El juez que no tramite o decida dentro de los términos legales una petición de hábeas corpus o por cualquier
medio obstaculice su tramitación, incurrirá en prisión de treinta y dos (32) meses a noventa (90) meses y
pérdida del empleo o cargo público (Código Penal, 2000, art. 177).
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La finalidad del hábeas corpus es la de asegurar que todas las decisiones que
recaigan sobre la libertad personal sean tomadas mediante orden escrita, profe-
rida por la autoridad judicial competente y con observancia del debido proceso.
En ello se incluye el cumplimiento de los precisos términos consagrados en la
Constitución y en la ley, así como que la persona sea recluida en un lugar oficial de
detención y no en otro diferente a los destinados para ello (Corte Constitucional,
Sentencia C-187, 2006).
El amparo mediante el hábeas corpus es viable cuando se presenta una actua-
ción o decisión judicial arbitraria, contraria al Derecho, en una vía de hecho en el
proceso de privación de la libertad, desde la captura hasta el control de legalidad
de la misma o durante el proceso mediante la privación de la libertad como medi-
da de aseguramiento o durante la ejecución de la pena.
Los eventos en que es procedente el hábeas corpus pueden ser120 en cuanto a
la aprehensión de una persona o en cuanto a la prolongación ilegal de la libertad.
El primer caso ocurre cuando la aprehensión de una persona se realiza de manera
inconstitucional o ilegal, es decir, sin orden judicial previa (Const., 1991, art. 28;
Ley 906, 2004, art. 2 y 297); cuando no existe flagrancia (Ley 600, 2000, art.
345; Ley 906, 2004, art. 301) o captura públicamente requerida (Ley 600, 2000,
art. 348); si se llega a invocar la captura administrativa, que ya no es una especie
La inejecución de una decisión judicial que concede un recurso de habeas corpus desconoce el núcleo esen-
cial de este derecho fundamental si esta omisión trae como consecuencia que la garantía se torne impracti-
cable, ineficaz o resulten irrazonables las exigencias para su ejercicio (Corte Constitucional, Sentencia T-046,
1993)
Otra sentencia en la que la Corte Constitucional establece algo similar: Sentencia C-301 del 2 de agosto de 1993.
120 Para ver más sobre estos eventos revisar: Corte Constitucional, Sentencia T-260 del 22 de abril de 1999,
M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz, en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1999/T-260-99.htm; Corte
Constitucional, Sentencia C-187 de 15 de marzo de 2006; Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal,
Auto del 27 de noviembre de 2006, radicación 26503, M.P. Alfredo Gómez Quintero, en: ehttp://190.24.134.94/sen-
tencias/penal/2006/dr.alfredo%20gomez%20quintero/noviembre/26503(27-11-06).doc; Corte Suprema de Justicia,
Sala de Casación Penal, Auto del 22 de septiembre de 2011, Radicado 37499, M.P. Sigifredo Espinosa Pérez,
en: www.notinet.com.co/pedidos/39734.doc; Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Auto del 18 de
noviembre de 2011, r Radicado 37877, M.P. Sigifredo Espinosa Pérez, en: www.notinet.com.co/pedidos/37877.doc;
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección A. Auto de 11 de septiem-
bre de 2015, Consejero ponente: Hernán Andrade Rincón, Radicación 47001-23-33-000-2015-00316-01(HC), en:
http://190.24.134.67/documentos/boletines/174/AC/47001-23-33-000-2015-00316-01(HC).pdf.
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De la detención arbitraria
aceptada por la Corte Suprema de Justicia121 para aprehender a una persona, tam-
bién es procedente el hábeas corpus.
El segundo caso ocurre cuando se presenta la prolongación ilegal de la liber-
tad de una persona, más allá de los términos constitucionales o legales que han
sido establecidos en diversas hipótesis, por ejemplo: cuando se detiene en fla-
grancia (Const., 1991, art. 32; Ley 906, 2004, art. 302) o por orden judicial a una
persona y no se le deja a disposición de la autoridad judicial competente dentro de
las treinta y seis horas siguientes; cuando el funcionario judicial no lleva a cabo
la indagatoria (Ley 600, 2000, art. 340) o no define la situación jurídica dentro
del término legal (Ley 600, 2000, art. 354); cuando la autoridad pública mantiene
privada de la libertad a una persona después de que ha sido ordenada legalmente
su liberación, por la autoridad judicial correspondiente; cuando el fiscal o el juez
no ordenan la libertad frente a una captura ilegal; cuando las detenciones legales
pueden volverse ilegales, como en los casos en los que el funcionario que prolonga
ilícitamente la privación de la libertad fue el mismo que la ordenó en forma lícita, o
cuando el mismo servidor público omite resolver dentro de los términos legales la
solicitud de libertad provisional presentada por quien tiene derecho a impetrarla.
La petición de hábeas corpus puede ser presentada ante cualquiera de los
jueces y tribunales de la Rama Judicial del Poder Público. Cuando sea interpuesta
ante una Corporación Judicial, se tendrá a cada uno de sus integrantes como juez
individual para resolver las acciones de hábeas corpus (Ley 1095, 2006, art. 2).
Esta subregla que la jurisprudencia de la Corte Constitucional ha precisado,
se justifica en la necesidad de que (i) el juez cuente con la posibilidad inmediata de
visitar a la persona en el lugar en el que está privada de la libertad; (ii) puede entre-
vistar con mayor agilidad a las autoridades que han intervenido en el caso; (iii) faci-
lita la inspección de los documentos que se requieran y (iv) permite practicar en el
lugar las diligencias que sean del caso ‘para el esclarecimiento de los hechos’ (Corte
Constitucional, Auto 333, 2014).
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Por otra parte, para efectos de su trámite debe tenerse en cuenta el factor te-
rritorial, “en virtud del cual conocerá de la petición la autoridad con jurisdicción
en el lugar donde ocurrieron los hechos” (Ley 1095, 2006, art. 2º).
Antes de impetrar la acción de hábeas corpus se debe acudir, primero, a los
medios ordinarios a través de los cuales es posible reclamar la libertad, con fun-
damento en alguna de las causales contempladas en la ley (Corte Suprema de
Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado 26810, 2007), por ejemplo, cuando
se trata de modificar alguna de las situaciones procesales, como obtener la ex-
carcelación de una persona por cumplirse alguno de los presupuestos para ello.
El trámite debe realizarse al interior del proceso y con las formalidades exigidas
para agotar el procedimiento ordinario, “pues de lo contrario el juez constitucio-
nal podría incurrir en una injerencia indebida sobre las facultades jurisdiccionales
del operador natural de la causa” (Corte Suprema de Justicia, sala de Casación
Penal, Radicado 45300, 2015).
La Corte Suprema de Justicia, refiriéndose particularmente a las actuaciones
tramitadas bajo el procedimiento de la Ley 906 del 2004, dijo que
a partir del momento en que se impone la medida de aseguramiento, todas las peti-
ciones que tengan relación con la libertad del procesado deben elevarse al interior
del proceso penal, no a través del mecanismo constitucional de hábeas corpus, pues
esta acción no está llamada a sustituir el trámite del proceso penal ordinario (Corte
Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado 26810, 2007).
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De la detención arbitraria
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El tipo objetivo
La conducta del artículo 177 del Código Penal se tipifica desde el punto de vista
objetivo cuando se reúnen los siguientes requisitos: un sujeto activo cualificado,
el juez; una conducta omisiva, que corresponde a no tramitar o decidir dentro de
los términos legales una petición de hábeas corpus; una conducta comisiva, es
decir, obstaculizar, por cualquier medio, el trámite de la solicitud.
a. Los sujetos activo y pasivo. El sujeto activo es cualificado jurídicamente,
porque la conducta solamente puede ser realizada por un Juez de la República,
nombrado para el respectivo cargo, posesionado del mismo y en ejercicio de tal
investidura.
El sujeto pasivo es la persona privada de la libertad, lo sea lícita o ilícitamen-
te, porque el tipo sanciona la conducta del juez que no le da trámite o no decide
sobre la solicitud de hábeas corpus dentro de los términos legales, independiente-
mente de la prosperidad de la acción. Por esta razón, el tipo es de mera conducta,
porque no exige un resultado a favor de quien ha sido privado de la libertad.
b. La conducta. La conducta está regida por los verbos rectores no tramitar,
no decidir u obstaculizar. Al ser de verbo rector compuesto alternativo, se consu-
ma con cualquiera de esos comportamientos.
No tramitar la petición de hábeas corpus es una conducta de omisión realiza-
da por el juez, la cual se refiere al deber legal que tiene ese funcionario judicial
respecto a darle impulso a las solicitudes que se le presenten, independientemente
de que sea competente o no para decidir.
No decidir también es una conducta de omisión, que se refiere al deber le-
gal del juez penal de pronunciarse, accediendo o negando la petición de hábeas
corpus.
199
PENAL 17
De la detención arbitraria
Por otra parte, el objeto material es fenoménico, o sea, recae sobre la acción
interpuesta de hábeas corpus que no se tramita, no se decide o se obstaculiza su
trámite o resolución.
122 Para más información sobre la Ley 1095 de 2006, visitar: http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/
ley_1095_2006.html
200
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
El tipo subjetivo
La conducta debe ser realizada con dolo, es decir, con el conocimiento, por parte
del Juez, de su obligación de resolver la solicitud de hábeas corpus dentro de los
términos establecidos por la ley, así como el conocimiento de que no debe obsta-
culizar el ejercicio de esta acción, sin justificación alguna y con la consciencia de
que con su conducta puede vulnerar el bien jurídico de la libertad de una persona
que ha recurrido a una acción con la que pretende proteger un derecho fundamen-
tal. No hay responsabilidad penal cuando se presenta, por ejemplo, un caso de
fuerza mayor, un caso fortuito o una insuperable coacción ajena, que le impide al
juez resolver en el tiempo establecido (Código Penal. 2000, art. 32).
DELITOS CONTRA LA AUTONOMÍA PERSONAL
7
123 La Corte Constitucional ha dicho que las restricciones a la autonomía personal se pueden llevar a cabo bajo
las siguientes consideraciones:
(i) El principio de autonomía derivado del carácter pluralista de nuestro orden constitucional (art. 1° C.N),
así como del derecho al libre desarrollo de la personalidad (art. 16 C.N), del derecho de autodeterminación
(Art. 9 C.N) y del derecho de dignidad humana (art 1° C.N); se erige como la garantía de que los ciudadanos
202
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
puedan tomar decisiones, que no afecten derechos de terceros, a partir del reconocimiento de su capacidad
de reflexión sobre sus propias preferencias, deseos, valores, ideales y aspiraciones. (ii) La capacidad de
reflexión referida debe ser real, y por ello se requiere un profundo respeto por el principio de libertad. En este
sentido, el principio de autonomía adquiere una doble dimensión como valor: a) el valor de llevar una vida de
acuerdo a nuestras propias decisiones y b) el valor de decidir sin limitaciones externas de otros. (…) (iii) El
valor de la autonomía puede ser procurado por el Estado, mediante el privilegio de otros valores directamente
relacionados con él. Puede por ejemplo, establecer medidas coercitivas, que en principio interfieren en la li-
bertad de elección de las personas, pero que corresponden a la promoción de valores preestablecidos a partir
del principio mayoritario, sin cuya garantía no sería posible ejercer el derecho de autonomía (por ejemplo, la
vida y la salud). Con todo, este tipo de medidas requieren una adecuación constitucional estricta, con el fin
de evitar que por dicha vía se pretendan imponer modelos o planes de vida o concepciones del bien. Por ello,
las medidas en cuestión deben ser proporcionales, y si su respaldo es una sanción, ésta debe ser la menos
rígida posible (Corte Constitucional, Sentencia C-639, 2010).
203
PENAL 17
Delitos contra la autonomía personal
La tortura
El tipo penal de tortura es de creación relativamente reciente en Colombia. En
la Constitución de 1886 no existió norma referente a la tortura, pero se entendía
que las autoridades estaban obligadas a proteger la vida de las personas, lo cual
también comprendía la integridad de las mismas. En el Código Penal de 1936 no
existió este tipo penal y cuando se producía lo que hoy conocemos como tortura,
esta conducta se adecuaba como constreñimiento ilegal o como lesiones persona-
les si se producía daño a la integridad de la persona.
En el Código Penal de 1980 se introdujo por primera vez el tipo penal de tor-
tura, sin definirlo y con la característica de subsidiario124. Una de las razones que
pudo haber tenido la comisión redactora del Código Penal de 1980 para su tipifi-
cación como delito, tuvo que ver con las denuncias de realización de torturas, por
parte de agentes del Estado colombiano, a raíz de la expedición del denominado
Estatuto de Seguridad de 1978, que le dio facultades a los militares para retener a
civiles hasta por un término de diez días, los cuales interpretaron como hábiles y
que regularmente prolongaban, en la práctica, por más tiempo.
Posteriormente, en el artículo 12 de la Carta Política de 1991, el constituyente
elevó la tortura a prohibición constitucional, junto con la desaparición forzada y
los tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
El artículo 279 del Código Penal de 1980 fue modificado por el artículo 6 de
la Ley 589 del 2000. Este año el legislador expidió la Ley 599 (Código Penal)
que adoptó en su artículo 178 la misma redacción de la norma anterior. En el
tipo penal se concibió la prohibición, tanto para los agentes estatales como para
los particulares, con un criterio más amplio que el de los instrumentos interna-
cionales, los cuales definen como sujetos activos únicamente a los servidores
públicos cuando realizan directamente la tortura o permiten que otros individuos
la ejecuten.
El legislador colombiano también incluyó la conducta constitutiva de tortura
como crimen de guerra, en el Título II de la parte especial del Código Penal, dentro
de los “delitos contra personas y bienes protegidos por el Derecho Internacional
124 Dice en el Código Penal de 1980: “El que someta a otro a tortura física o moral, incurrirá en prisión de uno (1)
a tres (3) años, siempre que el hecho no constituya delito sancionado con pena mayor” (Código Penal, 1980, art.
279).
204
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
Humanitario” (Código Penal, 2000, art. 137), el cual exige que se presente en el
marco de un conflicto armado y sobre persona protegida.
La descripción dogmática del Código Penal comprende las dos modalidades
de tortura, tanto en su aspecto físico, como en el síquico o moral. Conforme a la
Constitución Política, como consecuencia de la ilicitud de la tortura, las pruebas
obtenidas mediante ese procedimiento carecen de valor, regla que se encuentra
inmersa en el inciso in fine del artículo 29 sobre debido proceso125.
PENAL 17
Delitos contra la autonomía personal
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
PENAL 17
Delitos contra la autonomía personal
Liberties Union, 2016, p. 15), tanto para el castigo como para el interrogatorio,
porque lo “merecen de todos modos, por lo que están haciendo” (American Civil
Liberties Union, 2016, p. 15) y que, de todas formas, iba a tratar de cambiar las
leyes para permitir la tortura (American Civil Liberties Union, 2016; El Mundo,
2017). Esta práctica va en contra de la Constitución de Estados Unidos (quinta y
octava enmienda), las leyes federales y el Derecho Internacional y constituye un
retroceso en materia de la protección de los Derechos Humanos.
Los agentes estatales en Colombia también han practicado la tortura, como
se indica más adelante, lo que ha generado indemnizaciones por parte del Estado
y serios cuestionamientos por los organismos internacionales de Derechos
Humanos.
127 La Declaración Universal de Derechos Humanos establece que "nadie será sometido a torturas ni a penas o
tratos crueles, inhumanos o degradantes" (ONU, 1948, art. 5).
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
128 El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966 contempla que " nadie será sometido a torturas
ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. En particular, nadie será sometido sin su libre consentimien-
to a experimentos médicos o científicos" (ONU, 1966, art. 7).
129 La Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José), establece que “nadie debe ser
sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Toda persona privada de libertad será
tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano” (OEA, 1969).
130 Esta convención fue adoptada por la Asamblea General de la ONU, mediante Resolución 39-46 del 10 de
diciembre de 1984. Fue suscrita por el Gobierno Colombiano el 1º de abril de 1985 e incorporada a nuestro orde-
namiento por medio de la Ley 78 del 15 de diciembre de 1986 y promulgada por Decreto 768 de 1988. En ella se
define la tortura como
todo acto por el cual se inflija intencionalmente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos
o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un
acto que haya omitido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona, o a otras,
o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean
infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya,
o con su consentimiento o aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean
consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a estas (ONU, 1984).
La misma norma internacional establece que esa noción de tortura se debe entender sin perjuicio de cualquier
instrumento internacional o legislación nacional que contenga o pueda contener disposiciones de mayor alcance.
209
PENAL 17
Delitos contra la autonomía personal
131 En la Convención Interamericana para prevenir y sancionar la tortura, adoptada por la Asamblea General de la
OEA en Cartagena el 9 de diciembre de 1985, aprobada en Colombia mediante la Ley 409 de 1997, se estableció
una definición más amplia en la que quedaron comprendidos los particulares:
Artículo 2: Para los efectos de la presente Convención se entenderá por tortura todo acto realizado intencio-
nalmente por el cual se inflija a una persona penas o sufrimientos físicos o mentales, con fines de investiga-
ción criminal, como medio intimidatorio, como castigo personal, como medida preventiva, como pena, o con
cualquier otro fin. Se entenderá también como tortura la aplicación sobre una persona de métodos tendientes
a anular la personalidad de la víctima o a disminuir su capacidad física o mental, aunque no causen dolor
físico o angustia física.
No estarán comprendidos en el concepto de tortura las penas o sufrimientos físicos o mentales que sean
únicamente consecuencia de medidas legales o inherentes a éstas, siempre que no incluyan la realización de
los actos o la aplicación de los métodos a que se refiere el presente artículo (OEA, 1985).
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PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
PENAL 17
Delitos contra la autonomía personal
El tipo objetivo
Para que se tipifique el delito de tortura en los términos del artículo 178 del
Código Penal, desde lo objetivo, se requiere:
• Un sujeto activo, sea particular o servidor público.
• El que sean infligidos dolores o sufrimientos físicos o psíquicos a una
persona o que se afecte su autonomía personal, aunque no se le cause
dolor físico o angustia psíquica.
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PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
• Los siguientes elementos subjetivos: que el sujeto activo tenga como fi-
nalidad específica obtener, de la persona o de un tercero, información o
confesión; castigarla por un acto que haya, o se sospeche que ha come-
tido; o de intimidarla o coaccionarla por cualquier razón que comporte
algún tipo de discriminación.
a. Los sujetos y el objeto material personal. El sujeto activo es singular e
indeterminado, sin ninguna cualificación en especial. El delito de tortura, en la
doctrina internacional, surgió contra los abusos cometidos por los agentes del
Estado, que utilizaban el tormento físico o sicológico para las investigaciones
criminales, con el fin de obtener básicamente la confesión.
En el Código Penal colombiano, de una forma amplia, se ha consagrado el
sujeto activo como indeterminado, es decir, no se le exige ninguna calidad espe-
cial y, por tanto, la conducta puede ser realizada por cualquier individuo, sea un
particular o un servidor público, por iniciativa propia o por política de Estado.
En este último caso, por la calidad del sujeto activo, se agrava la conducta por
expresa disposición legal (Código Penal, 2000, art. 179), sin perjuicio de con-
siderar la mayor responsabilidad administrativa del Estado, debido a la falta de
protección y defensa de los derechos fundamentales cuando el sujeto activo es
un agente estatal.
Los instrumentos internacionales de Derechos Humanos previeron como su-
jeto activo al servidor público, en razón a que la tortura era utilizada fundamen-
talmente por los Estados contra los prisioneros de guerra o contra los opositores
al sistema político imperante. Pero la tortura no es una práctica exclusiva de los
servidores públicos, también han recurrido a ella la delincuencia organizada −por
ejemplo los narcotraficantes−, la oposición armada y los paramilitares colom-
bianos. Existen violaciones a los derechos fundamentales, perpetradas por los
particulares, en situaciones cotidianas, que entrañan de por sí tortura como delito
autónomo o en concurso con otros delitos. Para efectos de la adecuación típica
debe examinarse cada caso a la luz de la dogmática penal y de la jurisprudencia.
Para la Corte Constitucional, con la advertencia realizada, la tortura proceden-
te de los particulares puede tener manifestaciones concretas en el ámbito de la
213
PENAL 17
Delitos contra la autonomía personal
En la misma sentencia C-587 de 1992, informa la Corte, en la exposición de motivos del proyecto de ley # 10 de
la Cámara de Representantes de 1992, publicado en la Gaceta del Congreso del 6 de Agosto del mismo año, y
presentado por la representante Piedad Córdoba de Castro, lo siguiente:
Según datos aportados por el estudio exploratorio realizado durante más de cinco años en la Casa de la
Mujer, de una muestra de 63 mujeres que compartieron su historia de violencia, se encuentra que aunque el
principal agresor es el esposo o compañero (62.1%), están involucrados también como agresores el padre, la
madre, hermanos (as), hijos (as), suegros (as) y cuñados (as).
La violencia y el maltrato en la familia trasciende las diferencias de género, los grados de parentesco, la edad.
Desde luego, y no sobra anotarlo, estas violencias no son patrimonio exclusivo de los sectores sociales más
desfavorables o de personas con escaso nivel educativo. En la muestra anteriormente mencionada, un buen
número de agresores son empleados (14.2%) y profesionales en ejercicio de su profesión (12.7%).
El golpe, el puño, la bofetada, los intentos de estrangulamiento, los golpes con todo tipo de objetos, son las
formas más frecuentes que asume la violencia física; también está presente la violencia psicológica ejercida a
través de insultos, palabras soeces, amenazas de todo tipo, humillaciones y desvalorizaciones permanentes
(Corte Constitucional, Sentencia C-587, 1992).
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
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Delitos contra la autonomía personal
136 En un aparte de su libro El derecho penal en Macondo, Cancino Moreno et al. (2005), escriben sobre la tortura:
García Márquez tuvo que escribir el 5 de agosto de 1981 [breve nota de Adiós al olor de la guayaba de Felisa
Bursztyn publicada en El País, España], como Felisa Bursztyn, [escultora] antes de asilarse tuvo que padecer
la humillación previa de un asalto a su casa, a las cinco de la madrugada, por dieciocho militares disfrazados
de civil y vivir todo un viernes de tiniebla con los ojos vendados y contestando preguntas imbéciles en una
caballeriza militar. ‘…No se trata por supuesto de una equivocación, agrega García Márquez. La misma no-
che en que Felisa Bursztyn era detenida, volvieron a tumbarle la puerta al anciano poeta Don Luis Vidales,
y su casa fue sometida a una requisa tan encarnizada como infructuosa. La única diferencia entre esta vez
y la anterior, fue que entonces se lo llevaron vendado a las caballerizas militares y allí lo mantuvieron varios
días, en el que ha de quedar para la historia como el episodio más sombrío no solo de la presidencia del
doctor Turbay Ayala sino de su propio destino personal’. Pueda ser que el país no olvide que existió alguien
que aburrido del ‘oficio estéril de gobernar sin soluciones, dejó una imagen de sarraceno enardecido que no
perdonaba ni las bellas artes’ (p. 194).
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
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Delitos contra la autonomía personal
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
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Delitos contra la autonomía personal
nuestra Carta Política la familia es muy importante, pero aparte de decir que está
conformada por la pareja (hombre y mujer) y los hijos, no define hasta dónde se
extiende y quiénes la conforman. La doctrina original de la Corte Constitucional
señalaba que la familia prevista en la Constitución y que es objeto especial de
protección es la heterosexual y monogámica (Corte Constitucional, Sentencia
C-271, 2003).
En desarrollo del inciso 5º del mencionado artículo 42, y mediante el artículo
2º de la Ley 294 de 1996, se definió quiénes integran la familia138. En este artí-
culo se censura la violencia intrafamiliar, a la que se considera destructiva de la
armonía y unidad y autoriza su sanción por la ley. Como la definición de familia
se refiere exclusivamente al delito de violencia intrafamiliar, por principio de
legalidad no puede aplicarse la analogía para regular las otras normas del Código
Penal en las que se habla del grupo familiar o familia, para incluir o excluir per-
sonas de esos conceptos.
Desafortunadamente, el Código Penal no define los conceptos de familia o de
grupo familiar y como no ha habido una interpretación auténtica del legislador,
esta generalidad se resuelve por vía interpretativa. Por esto se debe acudir a la ju-
risprudencia como fuente auxiliar de interpretación, para comprender el alcance
del término familia.
La Corte Constitucional, partiendo de la Carta Política, ha definido a la fami-
lia “como una comunidad de personas unidas por vínculos naturales o jurídicos,
fundada en el amor, el respeto y la solidaridad, caracterizada por la unidad de vida
o de destino que liga íntimamente a sus miembros o integrantes más próximos”
(Corte Constitucional, Sentencia C-271, 2003). Pero ahora surge otro interrogan-
te: ¿quiénes son los miembros o integrantes más próximos? En las sentencias que
se citan la Corte Constitucional no lo dice.
138 Ley 294 de 1996. Artículo 2o. La familia se constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de
un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla.
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
141 Dice la Corte que las familias que después del divorcio o de la separación se consolidan en nuevas uniones,
dan lugar a las llamadas familias ensambladas, que han sido definidas como “la estructura familiar originada en el
matrimonio o unión de hecho de una pareja, en la cual uno o ambos de sus integrantes tiene hijos provenientes de
un casamiento o relación previa, siendo todavía objeto de disputa doctrinaria lo concerniente a su conformación,
susceptible de generar diversas modalidades (Corte Constitucional, Sentencia C-577, 2011).
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PENAL 17
Delitos contra la autonomía personal
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
de permanencia, ha de concluirse que estas parejas también forman una familia que,
como las demás, es institución básica y núcleo fundamental de la sociedad y merece
la protección de la sociedad misma y del Estado (Corte Constitucional, Sentencia
C-577, 2011).
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Delitos contra la autonomía personal
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
143 En el tipo de desaparición forzada no se habla de dirigentes cívicos y comunitarios. No se ve razón alguna para
que el legislador no los hubiera incluido, pero quedaron comprendidos en el artículo 166, cuando este agrava la
conducta de desaparición forzada tratándose de “cualquier persona por sus creencias u opiniones políticas o por
motivo que implique alguna forma de discriminación o intolerancia” (Código Penal, 2000, art. 166).
144 Llama la atención que en una conducta grave, como lo es la desaparición forzada, no se haya incluido, para
efectos del agravante, al cónyuge, al compañero o compañera permanente de la persona calificada, o a sus pa-
rientes hasta el tercer grado de consanguinidad y no en el segundo, como quedó en el numeral 5º del artículo 166.
Faltó armonía en las dos descripciones típicas, que tienen un mismo fundamento: la protección de los Derechos
Humanos.
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PENAL 17
Delitos contra la autonomía personal
numeral 4º del artículo 179 en que las víctimas y testigos ya intervinieron en ese
tipo de diligencias.
En cuanto a preparar o facilitar, la tortura tiene la naturaleza de delito medio
y la conducta se agrava independientemente de que se perfeccione el delito fin.
Si este se realiza, sea como tentativa o como delito consumado, habrá concurso
de conductas punibles, porque el agravante tiene que ver únicamente con la fina-
lidad, más no subsume el delito fin. En este caso, el agravante sanciona los actos
preparatorios y, además, a título de concurso, si la conducta punible fin logra
realizarse.
En la segunda parte del agravante, que compete a ocultar o asegurar el pro-
ducto o la impunidad de otro delito, la tortura supone la anterior consumación de
otra conducta punible y a su vez es consecuencia de la realización de la misma.
Como en este caso se sanciona con agravante la conducta por la conexidad, habrá
concurso material entre el delito anterior y la tortura.
Desplazamiento forzado
Aunque el desplazamiento forzado145 es una conducta de vieja data, realizada
principalmente por actores armados en un conflicto interno o internacional, este
tipo penal fue introducido tan solo en el año 2000, primero, a través de la Ley 589
y luego, con el mismo texto, en la Ley 599 de ese año (Código Penal, 2000)146.
Por otra parte, el legislador colombiano incluyó la conducta constitutiva de
desplazamiento forzado, como crimen de guerra, en el Título II de la parte espe-
cial del Código Penal, dentro de los “delitos contra personas y bienes protegidos
146 Dice el Código Penal del 2000 (Ley 599) sobre el desplazamiento forzado:
<Penas aumentadas por el artículo 14 de la Ley 890 de 2004, a partir del 1o. de enero de 2005:> El que
de manera arbitraria, mediante violencia u otros actos coactivos dirigidos contra un sector de la población,
ocasione que uno o varios de sus miembros cambie el lugar de su residencia, incurrirá en prisión de noventa
y seis (96) a doscientos dieciséis (216) meses, multa de ochocientos (800) a dos mil doscientos cincuenta
(2.250) salarios mínimos legales mensuales vigentes y en interdicción de derechos y funciones públicas de
noventa y seis (96) a doscientos dieciséis (216) meses.
No se entenderá por desplazamiento forzado, el movimiento de población que realice la fuerza pública cuando
tenga por objeto la seguridad de la población, o en desarrollo de imperiosas razonas militares, de acuerdo con
el derecho internacional (Código Penal, 2000, art. 180).
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PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
por el Derecho Internacional Humanitario” (Código Penal, 2000, art. 159), el cual
exige que se presente en el marco de un conflicto armado y sin que medie justifi-
cación militar. En Colombia, los autores o partícipes del desplazamiento forzado
han tenido móviles políticos, económicos, de venganza y de afirmación del poder
armado. En ninguna de las dos normas el Código Penal exige móvil alguno para
que se tipifique el desplazamiento forzado, pero si este se produce por razón o
con ocasión del conflicto armado interno, el tipo penal aplicable es el del artículo
159 del Código Penal.
Normatividad internacional
Entre las normas del Derecho Internacional que son aplicables sobre desplaza-
miento forzado, por la vía de la incorporación al régimen interno y que hacen
parte del “bloque de constitucionalidad”, se tiene el Protocolo II adicional a los
Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949. Este versa sobre la protección de
las víctimas de los conflictos armados, sin carácter internacional y fue aprobado
por la Ley 171 de 1994. Dicho Protocolo en su artículo 17, prohíbe el desplaza-
miento forzado147.
Por otra parte, se cuenta con la compilación de los Principios Rectores
del Desplazamiento Forzado Interno (Principios Deng), elaborada por el
Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para el
Desplazamiento Interno, con base en las disposiciones jurídicas internacionales,
las cuales reafirman el derecho a la verdad y a la unidad familiar en los principios
relacionados en el numeral 16148. Aunque dicha compilación no sea, por sí misma,
147 Dice el Protocolo II adicional a los Convenios de Ginebra, en su artículo sobre desplazamiento forzado:
1. No se podrá ordenar el desplazamiento de la población civil por razones relacionadas con el conflicto, a no
ser que así lo exijan la seguridad de las personas civiles o razones militares imperiosas. Si tal desplazamiento
tuviera que efectuarse, se tomarán todas las medidas posibles para que la población civil sea acogida en
condiciones satisfactorias de alojamiento, salubridad, higiene, seguridad y alimentación.
2. No se podrá forzar a las personas civiles a abandonar su propio territorio por razones relacionadas con el
conflicto (ONU, 1949, art.17).
PENAL 17
Delitos contra la autonomía personal
Fue el Estatuto de Roma de 1998 el que propició la inclusión del tipo penal
de desplazamiento forzado en la normatividad penal colombiana, ya que en su ar-
tículo 7º estableció la categoría de crímenes de lesa humanidad en los siguientes
términos: “cualquiera de los siguientes actos cuando se cometa como parte de un
ataque generalizado o sistemático contra una población civil con conocimiento
de dicho ataque [la] deportación o traslado forzoso de población” (ONU, 1998a,
art. 7). Sin embargo, en dicho Estatuto se exige un número plural de desplaza-
dos, mientras que el tipo penal interno fue mucho más allá, porque criminalizó
el desplazamiento forzado de una o varias personas. En el marco de un conflicto
armado interno, el Código Penal colombiano lo tipificó como crimen de guerra
(Código Penal, 2000, art. 159), pero, si se presentan los requisitos para tal califi-
cación, también puede ser considerado como crimen de lesa humanidad, aún en
tiempo de inexistencia de un conflicto armado.
ellos. 4. Las tumbas o lugares de entierro de las personas desplazadas deben ser objeto de especial protec-
ción y respeto en cualquier circunstancia. Las personas desplazadas tienen derecho de acceder a las tumbas
o los lugares donde se encuentren los restos mortales de sus parientes muertos (ONU, 1998b, Principio 16).
149 Corte Constitucional. Sentencias SU-1150 de 2000, T-327 de 2001, T-098 de 2002, T-268 de 2003, T-419 de
2003 y T-602 de 2003.
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
PENAL 17
Delitos contra la autonomía personal
Con este delito también se presenta la afectación de los derechos de los más
vulnerables, “en razón de las precarias condiciones que deben afrontar las per-
sonas que son obligadas a desplazarse” (Corte Constitucional, Sentencia T-327,
2001), lo que se torna en
un atropello de los derechos de los niños, de las mujeres cabeza de familia, de los dis-
capacitados y de las personas de la tercera edad. Además, todas las personas forzadas
a abandonar sus lugares de origen sufren un detrimento en sus ya de por sí muy afec-
tados derechos económicos, sociales y culturales, y frecuentemente son sometidas a
la dispersión de sus familias (Corte Constitucional, Sentencia T-327, 2001).
El tipo objetivo
De conformidad con el artículo 180 del Código Penal colombiano, para que
se configure el delito de desplazamiento forzado se requieren los siguientes
elementos:
• Un sujeto activo indeterminado.
• Una conducta arbitraria, contraria a Derecho, sin justificación alguna.
• La utilización de la violencia o cualquier otro acto coactivo.
• Que la conducta vaya dirigida contra un sector de la población.
• Que como consecuencia debe ocasionar el cambio de lugar de residencia
de uno o varios miembros de ese sector de la población.
a. Los sujetos activo y pasivo. Este tipo penal no exige cualificación algu-
na. El sujeto activo puede ser cualquier persona, pero en la realidad práctica de
Colombia los agentes causantes del desplazamiento forzado son los grupos arma-
dos al margen de la ley, llamados paramilitares, guerrilleros, narcotraficantes o
de delincuencia común y, en ocasiones, agentes del Estado, porque regularmente
son todos ellos los que cuentan con el poder organizado y real de las armas, como
mecanismo expedito para infundir temor. Desde los años 80 del siglo pasado,
el paramilitarismo ha sido el mayor desplazador, según datos de la Comisión
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fuerza pública para el desplazamiento deben ser actuales y reales, por ejemplo, la
confrontación militar inevitable que puede producir muertes en la población civil.
El tipo subjetivo
Para que la conducta sea punible tiene que realizarse a título de dolo directo y
debe estar dirigida intencionalmente a producir el desplazamiento forzado.
Puede suceder que el sujeto activo de la conducta no tenga como objetivo in-
mediato el desplazamiento de la población, pero que por el contexto en el que se
desarrollan sus acciones ilegales de homicidios, amenazas, extorsión, secuestro,
violencia sexual, enfrentamientos armados u otro tipo de conductas delictivas, in-
cida en que la población se vea obligada a migrar por el temor que le generan estos
actos. En este caso, es perfectamente previsible que con su conducta pueda produ-
cirse el desplazamiento forzado, y sin embargo, el sujeto activo no hace nada para
impedirlo y lo deja librado al azar, es decir, “el resultado es previsible y el autor del
enfrentamiento muestra indiferencia frente al resultado” (Sampedro Arrubla, 2005,
p. 742). Este sería un caso de dolo eventual.
150 Dice el Código Penal que la pena prevista en el artículo 180 se aumentará hasta en una tercera parte:
1. Cuando el agente tuviere la condición de servidor público.
2. Cuando se cometa en persona discapacitada, o en menor de dieciocho (18) años, o mayor de sesenta (60)
o mujer embarazada.
3. Cuando se cometa por razón de sus calidades, contra las siguientes personas: periodistas, comunicadores
sociales, defensores de los derechos humanos, candidatos o aspirantes a cargos de elección popular, diri-
gentes cívicos, comunitarios, étnicos, sindicales, políticos o religiosos, contra quienes hayan sido testigos o
víctimas de hechos punibles o faltas disciplinarias.
4. Cuando se cometa utilizando bienes del Estado.
5. Cuando se sometiere a la víctima a tratos crueles, inhumanos o degradantes (Código Penal, 2000, art. 181).
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Delitos contra la autonomía personal
mayor facilidad que tiene el sujeto activo, en razón de su condición, para reducir
la voluntad de la víctima y ocasionar el desplazamiento forzado.
b. Por el estado o condición del sujeto pasivo. La conducta se agrava cuando
el sujeto pasivo tiene determinada calidad, la cual tiene un vínculo motivacional
para que el agente cometa el delito de desplazamiento forzado. O, cuando el su-
jeto pasivo está en algún estado o condición que lo coloca en circunstancias de
inferioridad frente al sujeto activo.
Hay condiciones o estados de vulnerabilidad del sujeto pasivo que facilitan la
comisión del delito de desplazamiento forzado, debido a la mayor dificultad para
que la víctima se traslade de un lugar a otro, por ejemplo, por la discapacidad que
sufra una persona; también por la edad (menores y adultos mayores de 60 años) o
por el estado de embarazo de la mujer. Estas circunstancias agravantes son idénticas
a las consignadas para los delitos de desaparición forzada y tortura.
La conducta también se agrava cuando la comete el sujeto agente debido a la ca-
lidad especial del sujeto pasivo151: periodistas y comunicadores sociales152; defenso-
res de Derechos Humanos; candidatos o aspirantes a cargos de elección popular; di-
rigentes cívicos, comunitarios153, étnicos y sindicales; políticos o religiosos; contra
quienes hayan sido testigos o víctimas de hechos punibles o faltas disciplinarias154.
c. Por la propiedad del Estado sobre los medios utilizados. Si los medios
utilizados para ocasionar el desplazamiento forzado, como armas, vehículos o
inmuebles son de propiedad del Estado, la conducta se agrava, porque los bienes
de éste deben estar en función del bienestar de las personas y no para ejecutar
conductas delictivas como la descrita.
d. Por los tratos realizados contra la víctima. Se agrava la conducta de ma-
nera específica, si el sujeto agente además de la violencia, de actos coactivos y
de la arbitrariedad, somete a la víctima a tratos crueles, inhumanos o degradantes
152 En el tipo de desaparición forzada (Código Penal, 2000, art. 165) se habla solamente de “comunicadores”. En
el tipo penal de tortura se habla tanto de periodistas como de comunicadores sociales (Código Penal, 2000, art.
178).
153 En el tipo de desaparición forzada no se habla de dirigentes cívicos y comunitarios. En el tipo penal de tortura
sí se incluyó expresamente a estos dirigentes para efecto de la agravación de la conducta. El tipo penal de despla-
zamiento forzado incluyó a los dirigentes étnicos.
154 Para efecto de la agravación no se incluyó el desplazamiento forzado de los parientes de los sujetos pasivos
calificados que in extenso se relacionan en el numeral 3º del artículo 181 del Código Penal del 2000.
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Constreñimiento ilegal
El constreñimiento ilegal, también denominado delito de violencia privada, se en-
cuentra descrito en el Código Penal del 2000, en el artículo 182155. Desde el Código
Penal de 1936156 hasta este último, la modificación ha consistido en eliminar los
elementos descriptivos de violencia y amenazas, porque ya están comprendidos
dentro del constreñimiento, así como la expresión “injustamente”, ya que la an-
tijuridicidad de la conducta, por técnica jurídica, no debe hacer parte de los ele-
mentos del tipo penal, debido a que se entiende incorporada como exigencia para
que la conducta sea punible.
El tipo objetivo
El tipo penal de constreñimiento ilegal descrito en el artículo 182 del Código
Penal tiene los siguientes elementos:
• Un sujeto activo indeterminado.
• El sujeto agente debe constreñir a otra persona.
• El objetivo del constreñimiento es lograr que el sujeto pasivo haga, tolere
u omita alguna cosa.
• La conducta no debe estar tipificada en otra disposición penal. Es un tipo
penal subsidiario.
a. La clasificación del tipo penal. El tipo es de mera conducta, porque no re-
quiere para su perfeccionamiento que efectivamente se obtenga lo querido por el
sujeto agente. Si la persona constreñida no hace, ni tolera, ni omite lo pretendido
por el sujeto activo, el delito se ha perfeccionado, aunque no hubiera surtido efec-
to la conducta, porque lo que el tipo sanciona es la acción de constreñir. De todas
formas, el agente debe tener una concreta finalidad que se adecúe a los verbos
hacer, tolerar u omitir, aunque no obtenga el resultado buscado.
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Para Pérez (1985) el constreñimiento debe ser serio, pero considera que
cualquier violencia evitable o cualquier amenaza susceptible de desintegrarse con el
transcurso del tiempo, no alcanzan a ser incriminables. La seriedad del avasallamien-
to depende en gran parte del estado de las personas, de su manera de comportarse, de
su instrucción y de la situación material (p. 403).
El tipo subjetivo
La conducta de constreñimiento ilegal admite solamente la modalidad dolosa. Se
diferencia de otros tipos penales, según la finalidad buscada por el sujeto agente,
cuando lo pretendido específicamente se encuentra autónomamente tipificado en
una disposición especial.
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Eximente de antijuridicidad
En relación con el constreñimiento ilegal, podría presentarse el estado de nece-
sidad como eximente de la antijuridicidad, por ejemplo, cuando un médico, para
salvar la vida de un paciente, obliga a este a que tolere una intervención quirúrgi-
ca que de no practicarse significaría su pérdida.
Los concursos
El constreñimiento ilegal es un tipo penal que describe una conducta que se po-
dría denominar genérica, ya que comparte el mismo verbo rector con otras des-
cripciones típicas que son la especie, las cuales establecen para el sujeto agente
una finalidad específica o tienen algún elemento normativo que las diferencia.
Debido a que el tipo de constreñimiento ilegal es un tipo subsidiario con conte-
nido genérico, no se presenta el concurso con los tipos que tienen como verbo rector
constreñir. De igual manera, porque las otras disposiciones revelan mayor riqueza
descriptiva con respecto a éste, como el constreñimiento a apoyo bélico (art. 150), el
constreñimiento a la prostitución (art 214), la extorsión (art. 244), el constreñimien-
to para delinquir (art. 277), el constreñimiento al sufragante (art. 387), la concusión
(art. 404) y la violencia contra servidor público (art. 429)158.
La conducta se adecúa a este último tipo penal cuando se trata de constreñi-
miento contra un servidor público para que haga, tolere u omita algo. Entonces, no
es posible el concurso con el tipo penal de violencia contra servidor público, que
si bien descriptivamente coincide con la violencia del constreñimiento ilegal, el
158 En el Código Penal de 1980, el artículo 164 describía la conducta de violencia contra empleado oficial.
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sujeto pasivo en el primero es cualificado (Código Penal, 2000, art. 429). El apa-
rente concurso se resuelve por los principios de subsidiariedad y de especialidad.
Todas las formas de constreñimiento tienen en común que el sujeto activo de la
conducta es quien responde penalmente y no el constreñido, específicamente cuan-
do se encuentra en la situación de ausencia de responsabilidad, la cual es descrita en
el artículo 32, numeral 8, del Código Penal, bajo la expresión de “una insuperable
coacción ajena”.
El constreñimiento ilegal puede concurrir materialmente con el daño en bien
ajeno, cuando al concretarse la violencia sobre las cosas se les destruye o se les
daña. También con las lesiones personales, si al ejercer la violencia física o síquica
se ocasiona un daño en la salud.
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del 2000 radica en la sustitución del término delito por el de conducta punible, es
decir, de conformidad con el artículo 19 de esta obra, el constreñimiento puede ser
en relación con los delitos, así como también respecto a las contravenciones161.
159 Para mayor información consultar: Diazgranados Quimbaya, L. A. (2014). El acoso laboral: análisis conceptual
y comparado. Bogotá, Colombia: Universidad Católica de Colombia. pp. 29-36. De la página 29 a la 36, el autor
desarrolla ampliamente las modalidades de acoso laboral.
160 Dice el Código Penal de 1980 que “el que constriña a otro a cometer un delito, siempre que el hecho no se
haya previsto como delito sancionado con pena mayor, incurrirá en prisión de uno (1) a tres (3) años” (Código
Penal, 1980, art. 277)
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dirigido a que se afecten otros bienes jurídicos según la finalidad perseguida por el
agente y según el tipo de conducta punible que obligue a otro a realizar.
Como tipo subsidiario, la misma norma indica que se tipifica siempre que la
conducta no constituya un delito sancionado con pena mayor. Los tipos penales bá-
sicos que tienen como verbo rector constreñir y que tienen una pena mayor son: el
constreñimiento a apoyo bélico (Código Penal, 2000, art. 150), el constreñimiento a
la prostitución (Código Penal, 2000, art 214), la extorsión (Código Penal, 2000, art.
244), el constreñimiento al sufragante (Código Penal, 2000, art. 387) y la concusión
(Código Penal, 2000, art. 404).
El tipo objetivo
Para que se configure el delito de constreñimiento para delinquir, se requiere:
• Un sujeto activo indeterminado.
• Un sujeto agente que debe constreñir a otra persona.
• Que la finalidad del constreñimiento consista en que el sujeto pasivo co-
meta una conducta punible.
• Que la conducta no esté tipificada en otra disposición penal. Es un tipo
penal subsidiario.
El tipo subjetivo
El constreñimiento para delinquir solamente es aplicable en relación con con-
ductas punibles dolosas y no para las culposas (imprudentes), porque en estas
últimas la voluntad no va dirigida a la producción de un resultado en concreto,
como sí sucede con las primeras. Adicional a la exigencia del dolo, este tipo penal
requiere la finalidad específica de que el constreñido (sujeto pasivo) cometa una
conducta punible (delito o contravención).
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Atendiendo los términos del artículo 9º del Código Penal, se entiende por
conducta punible un comportamiento típico, antijurídico y culpable. Por esta ra-
zón, el profesor Francisco Bernate plantea que si el constreñido actúa ampara-
do por una causal de ausencia de responsabilidad, se considera anti-técnica la
redacción del artículo 184. Esto, debido a que en ausencia de conducta no hay
antijuridicidad ni culpabilidad y, por tanto, “sería más acertado hacer referencia
a la realización de un hecho típico por parte del constreñido” (Bernate Ochoa,
2011, p. 27).
Refutando el planteamiento de Bernate, vale señalar que el elemento norma-
tivo “conducta punible” se refiere, para efectos punitivos, al autor del constre-
ñimiento y no al constreñido. El autor pretende tanto la realización de un hecho
típico como la de una conducta punible con todos sus elementos (tipicidad, an-
tijuridicidad y culpabilidad). Si logra que el constreñido cometa un delito o una
contravención, quien constriñe es autor del delito de constreñimiento para delin-
quir, pero, además, su conducta concurre (concurso material) con la realizada por
el constreñido (instrumento), a título de autor mediato, por utilizar a otra persona
como instrumento mediante el dominio de su voluntad por coacción, siempre que
sea insuperable (Código Penal, 2000, arts. 29 y 32) y logre que efectivamente
cometa una conducta punible No habría fundamento para que el tipo penal exis-
tiera, si el constreñimiento tuviera como propósito la realización del hecho típico
de otra conducta punible, porque la ausencia de responsabilidad del constreñido
beneficiaría al autor mediato y, por tanto, no habría concurso de delitos entre el
constreñimiento para delinquir y la conducta que finalmente realizara el cons-
treñido. El constreñimiento para delinquir admite la coautoría, si varios sujetos
coaccionan a una persona para que realice una conducta punible.
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165 Al respecto, dice el informe Justicia y paz ¿verdad judicial o verdad histórica?, del Centro Nacional de Memoria
Histórica:
Pero de acuerdo con Marta Ruiz, una de las periodistas de Semana encargada del tema, “lo que encontramos
era explosivo”. En efecto, esta prueba dio para mostrar cómo el DAS, órgano de inteligencia del Gobierno, le
pasaba a los paramilitares las listas de personas —generalmente sindicalistas, periodistas o, en todo caso,
opositores— que luego eran asesinados por sicarios en las calles (CNMH, 2012, p. 517).
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166 Para mayor información consultar: Goldman, Dalia (2014). Escuadrones de la muerte, ejecuciones ilegales en
América Latina: ¿Guerra al crimen o “limpieza” social?, México, L.D. Books.
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167 Sobre lo que debe entenderse por organismos de seguridad del Estado, remitirse al estudio realizado sobre las
causales de agravación del secuestro extorsivo del artículo 170, numeral 5º, del Código Penal.
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humana y la familia, ya que, en este caso, el sujeto pasivo tiene parentesco con el
agente que realiza la conducta.
El tipo objetivo
Para que se tipifique la conducta, se requiere:
• Un sujeto activo indeterminado.
• Que el sujeto activo obtenga la internación de una persona en asilo, clíni-
ca o establecimiento similar.
• Que para lograrlo, el sujeto agente utilice cualquier maniobra engañosa
para simular que la persona está enferma o desamparada.
a. Los sujetos y el objeto material. El sujeto activo es, en principio, indeter-
minado y singular, es decir, la conducta puede ser realizada por cualquier perso-
na. Sin embargo, también puede ser calificado por el vínculo con el sujeto pasivo,
caso en el que se agrava en su consecuencia jurídica con un aumento de la pena
de prisión, cuando es “integrante de la familia de la víctima”. Si el sujeto activo
logra obtener una finalidad de lucro, se agrava la conducta, así como también
puede concurrir materialmente con un delito contra el patrimonio económico.
El sujeto pasivo tiene, simultáneamente, la condición de objeto material sobre
quien recae la acción (objeto material personal) de ser internado en asilo, clínica
o establecimiento similar, de manera engañosa, simulada o fraudulenta.
En razón de la simulación de enfermedad o desamparo del sujeto pasivo que
es exigida por el tipo penal, se infiere que la persona se encuentra sana física y sí-
quicamente o que no se encuentra realmente en situación de desamparo, es decir,
que las condiciones del sujeto pasivo no indican que padezca alguna alteración
física o mental o una situación de desamparo que justifique o precise la necesidad
para que se interne a esa persona en alguno de los establecimientos que indica
la norma. La simulación de enfermedad requiere, para fines probatorios, que sea
certificada mediante dictamen pericial médico.
b. La conducta. La conducta está regida por el verbo rector simple obtener,
el cual hace referencia a la internación. Significa lograr o conseguir la reclusión
de una persona en un asilo, clínica o establecimiento similar, simulando que está
enferma o desamparada.
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170 La expresión “casa de locos” fue declara inexequible, por considerarse peyorativa y discriminatoria (Corte
Constitucional, Sentencia C-478, 2003).
171 Dice la ONU: 1. Una persona sólo podrá ser admitida como paciente involuntario en una institución psiquiátrica
o ser retenida como paciente involuntario en una institución psiquiátrica a la que ya hubiera sido admitida como
paciente voluntario cuando un médico calificado y autorizado por ley a esos efectos determine, de conformidad con
el principio 4 supra, que esa persona padece una enfermedad mental y considere:
a) Que debido a esa enfermedad mental existe un riesgo grave de daño inmediato o inminente para esa
persona o para terceros; o
b) Que, en el caso de una persona cuya enfermedad mental sea grave y cuya capacidad de juicio esté afec-
tada, el hecho de que no se la admita o retenga puede llevar a un deterioro considerable de su condición o
impedir que se le proporcione un tratamiento adecuado que sólo puede aplicarse si se admite al paciente en
una institución psiquiátrica de conformidad con el principio de la opción menos restrictiva.
En el caso a que se refiere el apartado b) del presente párrafo, se debe consultar en lo posible a un segundo
profesional de salud mental, independiente del primero. De realizarse esa consulta, la admisión o la retención
involuntaria no tendrá lugar a menos que el segundo profesional convenga en ello.
2. Inicialmente la admisión o la retención involuntaria se hará por un período breve determinado por la legis-
lación nacional, con fines de observación y tratamiento preliminar del paciente, mientras el órgano de revisión
considera la admisión o retención. Los motivos para la admisión o retención se comunicarán sin demora al
paciente y la admisión o retención misma, así como sus motivos, se comunicarán también sin tardanza y
en detalle al órgano de revisión, al representante personal del paciente, cuando sea el caso, y, salvo que el
paciente se oponga a ello, a sus familiares.
3. Una institución psiquiátrica sólo podrá admitir pacientes involuntarios cuando haya sido facultada a ese
efecto por la autoridad competente prescrita por la legislación nacional (ONU, 1991, Principio 16).
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El tipo subjetivo
La realización de la conducta debe ser mediante el dolo. El tipo penal no exige
para su perfeccionamiento que el agente tenga una finalidad específica, salvo
cuando agrava la conducta con el propósito lucrativo, pero esto no significa que
el sujeto activo no pueda tener algún otro objetivo o la obtención de algún otro
provecho, como puede ser el liberarse de la obligación legal de ayudar a un fami-
liar material y espiritualmente. En este caso, el móvil resulta irrelevante para el
derecho penal, por lo que el hecho no deja de ser punible.
La ausencia de este elemento subjetivo ha sido el fundamento para señalar
que este tipo penal no debería existir, porque las conductas descritas pueden ca-
ber perfectamente dentro del tipo de secuestro simple o extorsivo. El profesor
Alfonso Reyes Echandía, en la Comisión Redactora del anteproyecto de 1974,
precisó:
Acontece que se está tipificando, sin razón alguna un secuestro privilegiado, cuando
la conducta debería resultar más gravemente sancionada[...] Puede acontecer incluso,
que una persona obtenga que se recluya en un asilo a una persona normal, con el fin
de obtener provecho ilícito, caso en el cual, con la existencia de esta norma, podría
pensar el juez que no estamos en presencia de un secuestro extorsivo, sino de esta
figura. Por tal razón soy partidario de que se suprima (Giraldo Marín, 1981, p. 149).
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172 Como el concepto de familia ya fue estudiado en el texto, al examinar el agravante que establece el Código
Penal (art. 179) para el delito de tortura, se recomienda al lector remitirse a dicho apartado.
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El tipo objetivo
El tipo penal tiene los siguientes elementos, los cuales se exigen para que se con-
sidere realizada la tipicidad objetiva:
• Un sujeto activo indeterminado (cualquier persona) o un profesional de
la salud.
• Un sujeto pasivo cualificado por el sexo: mujer.
• La acción de inseminar artificialmente o de transferir un óvulo fecundado
a una mujer.
• Que la acción se realice sin el consentimiento de la mujer.
a. Sujetos, objeto material personal y formas agravadas por la calidad del
sujeto pasivo. El sujeto activo es indeterminado y singular, puede ser cualquier
persona, hombre o mujer y no se requiere que tenga estudios en salud. No obstan-
te, el tipo penal contempla la posibilidad de que también el sujeto activo pueda
ser un profesional de la salud, caso en el cual sería cualificado, lo que da lugar
a que la pena de prisión principal que se aplique sea la de inhabilitación para el
ejercicio de la profesión. Esto, debido a que, por el mismo término que aquella,
entra en juego un problema ético respecto a la persona que tiene conocimien-
tos en salud y que se ha formado para ello y que sabe, de antemano, que estos
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sobre cada uno de los pormenores del mismo, para que tenga la oportunidad de
elegir libremente si se somete o no a la intervención respectiva. Esta exigencia
fue establecida en la Ley 23 de 1981, artículos 15 y 16, conocida como Ley de
Ética Médica. Si quien realiza la intervención de inseminación artificial o trans-
ferencia de óvulo no es un profesional de la salud, no está obligado por la Ley de
Ética Médica, pero sí está obligado a obtener el consentimiento para realizar el
procedimiento.
Para el perfeccionamiento de la conducta ilícita se requiere que cualquiera
de los procedimientos se realice sin el consentimiento de la mujer, es decir, que
ella no esté de acuerdo. No importa de quién procedan los espermatozoides o los
óvulos, incluso pueden ser los óvulos de la mujer sobre quien recae la acción o los
espermatozoides de su cónyuge o compañero permanente. La conducta se perfec-
ciona si el procedimiento se realiza sin el consentimiento de la mujer, porque se
vulnera el bien jurídico de la libertad individual y de la autonomía personal. La
procreación es una decisión de la mujer soltera, por sus derechos reproductivos,
o de la pareja si ella convive con alguien, por lo tanto no puede ser impuesta u
obligada por el esposo o compañero permanente.
El tipo subjetivo
La acción debe realizarse a título de dolo. Aunque el tipo penal no establece un
elemento subjetivo, es claro que la inseminación artificial o la transferencia de
óvulo fecundado se realizan con los fines de fecundación y de procreación. Si
se hacen con fines diferentes, por ejemplo, de naturaleza libidinosa, constituyen
otro tipo penal. De acuerdo con la definición de acceso carnal, establecida en el
artículo 212 del Código Penal del 2000175, la penetración de cualquier parte del
cuerpo de una persona, o de un objeto, en la vagina de una mujer, constituye un
acceso carnal que podría ser calificado como violento o realizado en una persona
en incapacidad de resistir, o como abusivo, según sea el caso.
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Tráfico de migrantes
El tráfico de migrantes es un delito de naturaleza transnacional que es desarrolla-
do en el mundo por organizaciones criminales que cuentan con redes de apoyo
en los diferentes países, para efecto de burlar los controles migratorios de cada
Estado. Las migraciones provienen principalmente de países en vías de desarro-
llo y se dirigen hacia naciones desarrolladas, pero pueden utilizar otros países de
tránsito como Colombia, a través de los cuales buscan arribar a Estados Unidos
o a Canadá.
Los traficantes se aprovechan de la situación de los migrantes, quienes en la
búsqueda de una vida mejor, por ejemplo del “sueño americano”, desean llegar
a otros países para tener oportunidades que no les brinda su tierra natal. Por la
trascendencia de este comportamiento, más allá de las fronteras de cada país,
se encuentra reglado a nivel internacional por el Protocolo contra el tráfico
ilícito de migrantes por tierra, mar y aire176 (ONU, 2000b), que complemen-
ta la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada
Transnacional (ONU, 2000c)177.
Esta conducta se denominó inicialmente, en el artículo 188 del Código Penal
del 2000, como tráfico de personas y después, con la reforma que introdujo el
legislador mediante el artículo 1º de la Ley 747 del 2002, se cambió por tráfico
de migrantes178. Esta segunda denominación es acertada, desde el punto de vista
dogmático, y no se presta para confusión con la trata de personas.
176 Documento de la ONU, aprobado en Viena el 15 de noviembre del 2000. Para tener acceso al mismo, ir a:
https://documents-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/N00/560/92/PDF/N0056092.pdf?OpenElement
177 Documento de la ONU, aprobado el 15 de diciembre del 2000, se puede leer en http://www.un.org/es/conf/
conv2000/. En Colombia, la Convención fue aprobada mediante la Ley 800 del 2003 y fue declarada exequible por
la Corte Constitucional, Sentencia C-962 del 21 de octubre del 2003, M.P. Alfredo Beltrán Sierra.. Siin embargo,
Colombia no depositó la adhesión respecto al Protocolo contra el tráfico ilícito de migrantes por tierra, mar y aire,
razón por la cual mientras no se adhiera a este, se sujeta en todo al derecho interno colombiano.
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El tipo objetivo
Para que se tipifique la descripción de tráfico de migrantes se requieren los si-
guientes elementos:
• Un sujeto activo indeterminado y un sujeto pasivo plural (personas).
• La conducta alternativa de promover, inducir, constreñir, facilitar, finan-
ciar, colaborar o de cualquier otra forma participar en la entrada o salida
de personas del país.
• Debe realizarse sin el cumplimiento de los requisitos legales.
• Tiene como elementos subjetivos el ánimo de lucrarse o cualquier otro
provecho para sí o para otra persona.
a. Los sujetos y el objeto material. El sujeto activo de la conducta es inde-
terminado, puede ser cualquier persona, no exige una cualificación especial y es
singular o monosubjetivo. Aunque hipotéticamente la conducta puede ser reali-
zada por una sola persona, los verbos que utiliza el tipo penal dan cuenta que este
va dirigido contra una organización criminal con división del trabajo delictivo.
Particularmente por verbos como colaborar y participar, se da a pensar que todos
los sujetos que estén involucrados en la comisión de la conducta, por ejemplo los
cómplices, quedan en igualdad de condiciones que los autores, para efectos puni-
tivos y, en este caso, como excepción a la regla general de graduación de la pena.
Sin embargo, el que de cualquier forma participe “no siempre se convierte en for-
ma automática en autor” (Forero Ramírez, s.f., p. 47), no se pueden desconocer
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PENAL 17
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las clases de participación que dan lugar a diferentes graduaciones de las penas
en razón de los principios de legalidad y proporcionalidad.
Los migrantes pueden ser hombres o mujeres, mayores o menores de edad,
personas que quieran entrar o salir ilegalmente del país, independientemente de
su raza, sexo, edad o cualquier otra condición. El sujeto pasivo que exige el tipo
penal es plural, puesto que utiliza la expresión “personas”, es decir, el tráfico de
migrantes debe ser de dos o más y, por lo tanto, el juzgador debe atenerse al tenor
literal de la norma y no le es dado realizar interpretación alguna. El tráfico de un
solo migrante es atípico penalmente. El tráfico de dos o más migrantes bajo una
sola acción constituye un solo delito y si se trata de varias acciones de tráfico
habrá concurso de delitos homogéneo y sucesivo, según el número de acciones
realizadas.
De conformidad con el Protocolo contra el tráfico ilícito de migrantes por
tierra, mar y aire (ONU, 2000b, art. 5), los migrantes no están sujetos a enjuicia-
miento penal por el hecho de haber sido objeto de alguna de las conductas desa-
rrolladas por los traficantes, incluso por la creación de un documento de viaje o
de identidad falso o la facilitación, el suministro o la posesión de tal documento
(ONU, 2000b, art. 6), lo cual se entiende que es suministrado por los traficantes.
A la luz de la legislación penal colombiana, el migrante en posesión de docu-
mentos privados o públicos falsos, que sean usados para el ingreso o salida del
país, estaría incurriendo en un delito contra la fe pública y, por lo tanto, puede ser
procesado por esa conducta que es diferente a la de tráfico de migrantes.
El objeto de la acción (objeto material) es de carácter personal y coincide
con el sujeto pasivo de la conducta punible. Como sujeto pasivo, los migrantes
son titulares del bien jurídico de la libertad individual y de otros derechos. Como
objeto material personal, sobre los migrantes recae la acción de los traficantes y
son víctimas del delito.
Quienes son migrantes, porque ingresan o salen del país sin cumplir los re-
quisitos legales establecidos en Colombia o en otro Estado, están expuestos a los
traficantes que no solo
incumplen lo acordado aprovechando la ilegalidad de sus víctimas que se ven obliga-
das a callar para no ser descubiertas por las autoridades [sino también] al abandono
sin medios necesarios para subsistir, o bien, tienen que asumir procesos y sanciones
penales al detectarse que sus documentos son espurios [y, además, deben] afrontar
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PENAL 17
Delitos contra la autonomía personal
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
crearse un capítulo dentro del Título XVII de delitos contra la seguridad del
Estado.
Si en el futuro, hipotéticamente, el tráfico de migrantes se ubicara bajo el
bien jurídico de la seguridad pública o de uno relativo a la soberanía, no signifi-
caría que no protege la libertad individual, porque realmente todo bien jurídico
principal tiene relaciones, se complementa o tiene entronques con otros bienes
jurídicos y regularmente los delitos son pluriofensivos.
Las situaciones en las que efectivamente se puede predicar, como afectación
principal, la violación a la autonomía personal como expresión de la libertad
individual, son aquellas en las que los traficantes de migrantes utilizan el cons-
treñimiento para la realización de tal conducta o trasladan a personas contra su
voluntad, a menores de 18 años o a personas sin capacidad mental para decidir,
sin la autorización de los padres o de las personas que los tienen legalmente a
cargo. En estos casos se puede dar el concurso con el delito de secuestro o con
cualquier otra forma de privación ilegal de la libertad.
c. La conducta. La conducta está descrita por varios verbos rectores indepen-
dientes cada uno (compuesto-alternativo). Con la realización de cualquiera de los
verbos se perfecciona la conducta. Los verbos rectores son promover, inducir, cons-
treñir, facilitar, financiar, colaborar y participar en la entrada o salida de personas
del país. Los verbos colaborar y participar se refieren más a la forma de participa-
ción que a la conducta misma.
Promover es iniciar, impulsar o activar la acción de tráfico de migrantes, es
tomar la iniciativa para la realización de dicho tráfico, es promocionarlo, fomen-
tarlo, patrocinarlo o auspiciarlo; el que promueve es el que contacta a las perso-
nas para tal efecto o el que realiza los trámites de entrada y salida del país. Inducir
es hacer que alguien realice determinada acción por medio de la persuasión, del
convencimiento. Constreñir significa obligar, forzar a alguien a hacer, omitir o
tolerar el tráfico de migrantes, mediante la utilización de la fuerza física o moral;
esta expresión fue estudiada en este texto, a propósito del constreñimiento ilegal.
Facilitar es hacer fácil o posible la entrada o salida del país; es posibilitar que la
finalidad propuesta se logre, el que facilita es el que proporciona los medios y
salva las dificultades para que se produzca el traslado hacia el interior o hacia el
exterior del país. Financiar significa aportar el dinero o los recursos económicos
necesarios o sufragar los gastos para la actividad del tráfico de migrantes.
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PENAL 17
Delitos contra la autonomía personal
Por otra parte, colaborar es ayudar o contribuir con otra u otras personas en
la actividad delictiva; en este, el sujeto que colabora no tiene un papel princi-
pal o destacado. Participar, como verbo, es tomar parte en la actividad delictiva;
significa intervenir de cualquier forma, lo que de manera genérica involucra a
cualquier persona que realiza alguna actividad dirigida al tráfico de migrantes.
La entrada o salida de personas del país puede realizarse por los lugares habi-
litados para ello, sea por los puertos terrestres fronterizos o por los puertos maríti-
mos o aéreos con sometimiento a las autoridades de control migratorio. Esto, con
o sin la utilización de medios fraudulentos, como pasaporte o visas falsificados
(tráfico de migrantes técnico). La entrada o salida también puede realizarse por
lugares no habilitados (playas, trochas, pasos de frontera terrestre, mar, ríos),
casos en los cuales se trata de un tráfico de migrantes abierto.
d. El elemento normativo: sin el cumplimiento de los requisitos legales. El
tipo tiene un elemento normativo, que consiste en que el ingreso o salida del país
debe darse sin el cumplimiento de los requisitos legales, es decir, de las disposi-
ciones que existen en materia de inmigración y emigración. Se trata de un tipo
penal en blanco, que remite a las normas extrapenales que establecen los requisi-
tos legales fijados para la entrada o salida de Colombia por parte de nacionales y
extranjeros, con las cuales se complementa la descripción típica. El juzgador, al
valorar ese elemento normativo, debe tener en cuenta exactamente los vigentes
para la fecha de los hechos.
El tipo subjetivo
La conducta debe realizarse a título de dolo.
Como elementos subjetivos del tipo penal, el tráfico de migrantes debe efec-
tuarse por el sujeto agente con el ánimo de lucrarse, entendido como ganancia
que se saca del delito, o buscando cualquier otro provecho para sí o para otra
persona, entendido como cualquier beneficio buscado por el actor, por ejemplo
de contenido sexual.
Como el tipo penal va dirigido contra el traficante de migrantes, es indiferente
penalmente el motivo de ingreso o de salida del país de las víctimas, la norma no
exige una finalidad en particular, puede ser por razones de turismo o para quedar-
se a vivir en éste u otro país. Pero si la finalidad es la prostitución, la conducta se
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PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
adecúa al artículo 188A del Código Penal sobre trata de personas, que contiene
además el elemento subjetivo de la finalidad de la explotación por parte del sujeto
agente mediante el ejercicio de la prostitución de la víctima.
El concurso de delitos
El delito de tráfico de migrantes regularmente es realizado en concurso con la
falsedad de documentos en su diferentes modalidades. Puede ser mediante la fal-
sedad material de documentos públicos (Código Penal, 2000, art. 287), como
pasaportes, visas o registros del estado civil; o a través de falsedad ideológica
de documentos públicos, al obtenerlos de un servidor público en ejercicio de sus
funciones (Código Penal, 2000, art. 286); o recurriendo a la falsedad personal,
mediante la sustitución o suplantación de una persona o atribuyéndose nombre,
edad, estado civil, o calidad para efectos de asumir una identificación diferente
a la real; u obtener un documento público falso por medio de inducción en error
del servidor público (Código Penal, 2000, art. 288); o a través de la utilización
de documentos privados falsificados, como permisos de salida del país con sellos
notariales falsificados. Si los migrantes intervienen en la obtención de los docu-
mentos falsos, conscientes de su realización, cometen los delitos de falsedad en
las modalidades correspondientes.
La utilización de cualquier medio fraudulento, como documentos falsos, para
inducir en error a un servidor público y así obtener sentencia, resolución o acto
administrativo contrario a la ley y con fines migratorios, tipifica el delito de frau-
de procesal (Código Penal, 2000, art. 453), el cual puede concurrir con el delito
de tráfico de migrantes, si el producto del fraude se utiliza para el ingreso o salida
del país.
El delito de tráfico de migrantes puede concurrir con el delito de trata de per-
sonas, cuando el traslado del extranjero hacia Colombia, o de éste hacia otro país,
se realiza con fines de explotación. Puede concurrir con el delito de supresión,
alteración o suposición del estado civil (Código Penal, 2000, art. 238) cuando se
simula, por ejemplo, la condición de casado. O con el delito de cohecho (Código
Penal, 2000, arts. 405-406), cuando se recurre a servidores públicos para que
faciliten el ingreso o salida del país a cambio de dinero, cualquier otra utilidad
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Delitos contra la autonomía personal
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
país a otro, cuando ese es el mecanismo que se utiliza para superar los controles
migratorios.
Trata de personas
La palabra “trata” hace referencia al comercio o a la compraventa de seres huma-
nos con fines de esclavitud. La conducta punible denominada trata de personas180,
también conocida como comercio ilegal de personas, es uno de los delitos más
repudiables al que están siendo sometidas un gran número de víctimas, particu-
larmente mujeres adultas, adolescentes y niñas, y en el que Colombia ocupa la
deshonra de ser el tercer país exportador de la trata a nivel mundial (Congreso de
la República, 2001).
La trata de personas es un fenómeno que data de la antigüedad y fue ejercida
en la época de la esclavitud, en la que los esclavos eran considerados como cosas
o animales que se vendían y este comercio era jurídicamente permitido. También
ha sido producto de las guerras o del sometimiento de las mujeres al comercio
sexual para la pornografía, la prostitución o como objetos sexuales. La trata de
personas comenzó a reconocerse como problema social a finales del siglo XIX en
Inglaterra, por parte de los grupos que lucharon contra el traslado forzado de mu-
jeres y niñas blancas europeas y americanas con fines sexuales, lo que dio lugar a
que se hablara de la “trata de blancas” (Lucea Sáenz, 2016).
En el siglo XX, en 1949 y por primera vez, se estableció el Convenio para la
represión de la Trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena, el
cual se refirió únicamente a la explotación sexual (ONU, 1949).
Este comportamiento se encuentra reglado a nivel internacional por el
Protocolo para Prevenir, Reprimir y sancionar la Trata de Personas, especialmente
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Delitos contra la autonomía personal
182 ONU. Consejo Económico y Social. Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. Texto pre-
sentado al Consejo Económico y Social como adición al informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos (E/2002/68/Add.1), 2002, ver en: http://www.ohchr.org/Documents/Publications/
Commentary_Human_Trafficking_sp.pdf.
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PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
El tipo objetivo
Para que se tipifique objetivamente el delito de trata de personas se requieren los
siguientes elementos:
• Un sujeto activo y un sujeto pasivo sin calidad especial (indeterminados).
• La conducta consiste en captar, trasladar, acoger o recibir a una persona
dentro del territorio nacional o hacia el exterior.
• El tipo penal exige un elemento subjetivo: algún fin de explotación.
• La explotación consiste en obtener provecho económico, o cualquier otro
beneficio, para sí o para otra persona, mediante la explotación de la pros-
titución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o ser-
vicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la
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Delitos contra la autonomía personal
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
El tipo subjetivo
Además del dolo, se requiere que el sujeto, al realizar cualquiera de los verbos
rectores, tenga una finalidad específica (elemento subjetivo), una especial inten-
cionalidad: la explotación de la persona.
El mismo tipo penal define explotación como la obtención de provecho eco-
nómico o cualquier otro beneficio para sí o para otra persona. El provecho eco-
nómico se refiere al beneficio o utilidad, de esa naturaleza, que consigue o se
origina en la explotación de la persona, a través de alguno de los medios a los
cuales hace referencia el tipo penal. También puede tratarse de cualquier otro
PENAL 17
Delitos contra la autonomía personal
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
La OIT señala cinco elementos que pueden identificar una situación de tra-
bajo forzoso: primero, la (amenaza de) violencia física o sexual; puede incluir
también la tortura emocional, por ejemplo, el chantaje, la condena y el uso de
lenguaje insultante. Segundo, la restricción de movimientos a una zona limitada
o reclusión en el lugar de trabajo. Tercero, la servidumbre por deudas/trabajo
servil; la retención de los salarios o la negativa a pagar. Cuarto, la confiscación
de pasaportes y documentos de identidad, de modo que el trabajador no pueda
marcharse o acreditar su identidad y su situación. Quinto, la amenaza de denuncia
ante las autoridades (OIT, 2006).
c. La esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud: la esclavitud sig-
nifica tratar como objetos a los seres humanos y se define como “el estado o
condición de un individuo sobre el cual se ejercitan los atributos del derecho de
propiedad o alguno de ellos” (Naciones Unidas, 1926). Las prácticas análogas a
la esclavitud abarcan la servidumbre por deudas, la servidumbre de la gleba, el
matrimonio servil y la explotación de niños y adolescentes (ONU, 2010).
d. La servidumbre: se entiende por servidumbre a las condiciones de trabajo
o a la obligación de trabajar o prestar servicios de los cuales la persona en cues-
tión no puede escapar y no puede modificar (ONU, 2010).
Una de sus modalidades es la servidumbre por deudas, o sea,
el estado o la condición que resulta del hecho de que un deudor se haya comprome-
tido a prestar sus servicios personales, o los de alguien sobre quien ejerce autoridad,
como garantía de una deuda, si los servicios prestados, equitativamente valorados, no
se aplican al pago de la deuda o si no se limita su duración ni se define la naturaleza
de dichos servicios (ONU, 2010).
184 Se encuentra más información al respecto en la Conferencia Internacional del Trabajo, Erradicar el trabajo
forzoso, de la Oficina Internacional del Trabajo (2007), en: http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@ed_norm/@
relconf/documents/meetingdocument/wcms_089201.pdf
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Delitos contra la autonomía personal
También es servidumbre
toda institución o práctica en virtud de la cual un niño o un joven menor de diecio-
cho años es entregado por sus padres, o uno de ellos, o por su tutor, a otra persona,
mediante remuneración o sin ella, con el propósito de que se explote la persona o el
trabajo del niño o del joven (Naciones Unidas, 1926).
185 Este artículo fue modificado por el artículo 24 de la Ley No. 26.842 del 2012.
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
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Delitos contra la autonomía personal
El consentimiento
Es expresa la referencia del tipo penal en el sentido de que el consentimien-
to dado por la víctima a cualquier forma de explotación definida en el artículo
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
188 En ese sentido fue la orientación de las legislaciones internas por parte del Protocolo para prevenir, reprimir y
sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños.
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Delitos contra la autonomía personal
La trata de personas también puede concurrir con otros delitos, como con
el tráfico de migrantes cuando las personas objeto de la trata son trasladadas de
otros países a Colombia o son sacadas del país hacia otras latitudes con fines
de explotación; con el delito de fraude procesal (Código Penal, 2000, art. 453),
para inducir en error al servidor público para conseguir, por ejemplo, documentos
oficiales para el ingreso o salida del país; con el delito de supresión, alteración
o suposición del estado civil (Código Penal, 2000, art. 238), recurriendo a la
corrupción de servidores públicos mediante delitos contra la administración pú-
blica, entre otros.
La trata de personas con explotación de la persona mediante el turismo
sexual puede concurrir con el artículo 219 del Código Penal (turismo sexual, mo-
dificado por el artículo 23 de la ley 1336 de 2009), que criminaliza al que dirija,
organice o promueva actividades turísticas que incluyan la utilización sexual de
menores de edad.
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
3. El autor o partícipe sea un funcionario que preste servicios de salud o profesionales de la salud, servicio
doméstico y guarderías.
4. El autor o partícipe sea una persona que tenga como función la protección y atención integral del niño, la
niña o adolescente (Código Penal, 2000, art. 188C).
283
PENAL 17
Delitos contra la autonomía personal
para ese sector vulnerable de la población “contra toda forma de abandono, vio-
lencia física o moral, secuestro, venta, abuso sexual, explotación laboral o econó-
mica y trabajos riesgosos” (Const., 1991, artículo 44).
El tipo objetivo
Para la realización de este tipo penal, desde el punto de vista objetivo, se requiere:
• Un sujeto activo indeterminado que es plural (vendedor y comprador) y
un sujeto pasivo cualificado por la edad: niño, niña o adolescente (menor
de 18 años).
• La conducta consiste en intervenir en cualquier acto o transacción de
venta, entrega o tráfico de un menor.
• El acto de comercio del menor debe ser por precio en efectivo o cualquier
otra retribución a una persona o grupo de personas.
a. Los sujetos y el objeto material. El sujeto activo, por norma general, es in-
determinado y plural. El tipo penal no exige condición especial y son individuos
que instrumentalizan a un niño, niña o adolescente. Como el negocio es ilícito,
son sujetos activos de la conducta tanto el que compra como el que vende, entrega
o trafica al menor, es decir, que la autoría es de un mínimo de dos personas.
El tipo penal agrava la conducta cuando el sujeto activo es cualificado (deter-
minado), en los casos en que sea pariente del niño, niña o adolescente, o sea un
funcionario que presta servicios de salud o sea un profesional de la salud, servicio
doméstico y guarderías; es decir, una persona que tenga como función la protec-
ción y atención integral de los menores de edad mencionados.
El sujeto pasivo es cualificado por la edad, debe ser una persona menor de 18
años. Tanto el sujeto pasivo, como titular del bien jurídico de la libertad indivi-
dual, así como el objeto material personal sobre quien recae la acción, es el niño,
niña o adolescente.
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PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
El tipo subjetivo
La conducta debe realizarse a título de dolo con una finalidad o interés económi-
co. Aunque la propia víctima190 (niña, niño o adolescente) consienta, o lo hagan
sus padres, representantes o cuidadores, por recaer sobre un derecho no disponi-
ble, como lo es la libertad física e individual, el consentimiento es inválido por
tratarse de un acuerdo ilícito y un derecho fundamental no negociable.
190 El tipo penal usa el término víctima, concepto que es desarrollado por Manuel Fernando Moya Vargas y Carlos
Andrés Bernal Castro en su libro Los menores en el sistema penal colombiano (2015), editado en Bogotá por la
Universidad Católica de Colombia. Esto se encuentra entre las páginas 85 y109.
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Delitos contra la autonomía personal
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
PENAL 17
Delitos contra la autonomía personal
deben ser protegidos y respetados en sus derechos, para contribuir a su recta for-
mación, cada una de las conductas reflejadas en los verbos rectores implica que
los menores sean sometidos.
La descripción típica es de conducta instantánea, es decir, se perfecciona en
un solo momento con la realización de cualquiera de los verbos rectores. También
es un tipo penal pluriofensivo, que protege la libertad individual y la autonomía
de la voluntad del menor, su dignidad, su seguridad en cuanto al deber de protec-
ción que se le debe a todos los menores de edad y protege a la familia, entre otros.
El tipo objetivo
El legislador estableció los siguientes requisitos para la tipificación de la conduc-
ta de uso de menores de edad para la comisión de delitos:
• Un sujeto activo indeterminado y un sujeto pasivo cualificado por la
edad: niño, niña o adolescente (menor de 18 años).
• La finalidad es que el menor cometa delitos.
• Para lograr el objetivo buscado, el sujeto activo realiza cualquiera de las
siguientes acciones: induce, facilita, utiliza, constriñe, promueve o ins-
trumentaliza directamente al menor de edad para que cometa delitos; pro-
mueve la utilización, constreñimiento o inducción del menor, por parte
de otro, con esa finalidad; el sujeto activo participa de cualquier modo
en inducir, facilitar, utilizar, constreñir, promover o instrumentalizar al
menor de edad para que cometa delitos.
a. Los sujetos y el objeto material. El sujeto activo puede ser cualquier perso-
na que pretenda que un menor de 18 años (sujeto pasivo cualificado por la edad)
cometa delitos. El sujeto pasivo y el objeto material personal sobre el cual recae
la acción es el menor de edad (menor de 18 años).
b. La conducta. Los verbos rectores compuestos alternativos son: inducir,
facilitar, utilizar, constreñir, promover o instrumentalizar a un menor de 18 años
a cometer delitos o a participar de cualquier modo en los mismos.
Inducir es influir en un menor por medio de la persuasión o del convencimiento
para que cometa delitos. Facilitar es hacer fácil o posible la comisión de delitos por
parte del menor de 18 años. Es posibilitar que la finalidad propuesta de comisión
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PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
de delitos por parte del menor se logre. El que facilita es el que proporciona los
medios y salva las dificultades para que el menor cometa delitos.
En el caso del verbo facilitar, a contrario sensu de los demás verbos rectores,
el menor de edad no actúa contra su voluntad y es posible que se tipifique la con-
ducta de uso de menores de edad para la comisión de delitos “aun cuando el niño
sea quien haya convencido al adulto a perpetrar la ilicitud, porque en ese caso
este último simplemente habrá facilitado a aquél el cumplimiento de su cometido,
no otro que vulnerar la ley penal” (Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación
Penal, Radicado 44931, 2016).
Utilizar es servirse de un menor para lograr la comisión de delitos. Constreñir
significa obligar, forzar al menor a cometer delitos mediante la utilización de la
fuerza física o moral. Instrumentalizar es utilizar al menor de 18 años como un
instrumento o medio para la realización de delitos. Promover ha sido utilizado
en dos sentidos: en primer lugar, es entendido como impulsar o fomentar di-
rectamente en el menor la comisión delitos; en segundo lugar, hace referencia a
fomentar que otra persona utilice, constriña o induzca al menor para que cometa
delitos.
Participar de cualquier modo se refiere a que el sujeto agente intervenga de
cualquier manera en inducir, facilitar, utilizar, constreñir, promover o instrumen-
talizar a un menor de 18 años a cometer delitos. Participar es tomar parte de al-
guna forma en las acciones delictivas y, como verbo rector, no está definiendo la
calidad de partícipe al que hace alusión el artículo 30 del Código Penal. Significa
intervenir de cualquier forma, lo que de manera genérica involucra a cualquier
persona que realiza alguna actividad dirigida a usar menores de edad para la co-
misión de delitos. La pésima redacción del tipo penal podría dar lugar a pensar,
como lo hizo la Corte Suprema de Justicia, que “la disposición, adicionalmente,
termina dando a los cómplices el mismo tratamiento punitivo que se dispensa
a los autores” (Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado
44931, 2016).
Sin embargo, participar de cualquier modo no significa que el tipo penal esté
definiendo al actor anticipadamente como determinador o cómplice, sino que, de
acuerdo con la gestión delictiva que realice, se adecuará como autor o partícipe
en los términos de los artículos 29 o 30 del Código Penal y se le graduará la pena
conforme a las reglas allí establecidas. Colocar al autor y al cómplice en igualdad de
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PENAL 17
Delitos contra la autonomía personal
El tipo subjetivo
Se requiere que el sujeto agente actúe con dolo y que la finalidad específica (ele-
mento subjetivo del tipo) sea lograr que el menor cometa delitos, pero no se
requiere que se logre el cometido.
Nótese que el tipo penal indica que el propósito debe ser el de que el menor
de edad cometa “delitos”, en plural. La Corte Suprema de Justicia en la senten-
cia del 2 de noviembre del 2016, por vía interpretativa, modificó el tipo penal y
señaló que para la consumación del uso de menores para la comisión de delitos,
“basta con que se induzca, facilite, constriña o promueva al infante o adolescente
a la realización de un comportamiento punible, sin importar si el propósito perse-
guido se obtiene” (Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado
44931, 2016).
En razón del principio de legalidad, y del que se deriva del mismo, el princi-
pio de tipicidad, independientemente de que el legislador haya sido descuidado
en la redacción del tipo penal, exige que la finalidad sea la de cometer delitos, en
plural, lo que significa dos o más delitos, de tal forma que si la finalidad fue la
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PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
El consentimiento
El tipo penal establece expresamente que el consentimiento del menor de edad
(sujeto pasivo) no es causal eximente de responsabilidad penal del sujeto agente
que lo utiliza con el fin de cometer delitos192. Si el menor de edad consiente en la
realización de los delitos, esta manifestación de voluntad no se considera válida,
en razón de la especial protección de la que gozan los niños, niñas y adolescentes,
quienes no tienen capacidad jurídica para obligarse en relación con decisiones
que puedan generar efectos jurídicos.
El concurso de delitos
Por tratarse de un tipo penal autónomo, la conducta punible se puede realizar de
manera independiente o en concurso con el delito fin, cuando el sujeto agente
logra efectivamente que el menor de 18 años cometa por lo menos un delito o
facilita su realización, en el entendido de que cualquiera de los verbos rectores
tiene como finalidad que el menor cometa dos o más delitos.
PENAL 17
Delitos contra la autonomía personal
Fundamentos de la protección
La protección a la habitación o al lugar de trabajo tiene como fundamento el
artículo 28 de la Constitución Nacional, que establece la inviolabilidad del domi-
cilio. El concepto de domicilio se identifica con el de lugar de residencia, morada
o habitación, es decir, designa el sitio en donde habita el individuo. Cuando la
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
PENAL 17
Delitos contra la inviolabilidad de habitación o sitio de trabajo
194 La Corte Constitucional ha realizado una extensa relación de las excepciones a la inviolabilidad del domicilio
en la sentencia C-256 del 11 de marzo del 2008, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa. En resumen, la Corte dijo:
Dentro del régimen general de protección al derecho de inviolabilidad del domicilio, se han reconocido como
compatibles con la Carta Política las siguientes excepciones: i) Excepciones constitucionales expresas: a)
Para capturar al delincuente que al ser sorprendido en flagrancia se refugia en domicilio propio (art. 32); b)
Para capturar al delincuente que al ser sorprendido en flagrancia huye y se refugia en domicilio ajeno, para lo
cual se debe haber requerido previamente al morador (art. 32); c) El allanamiento ordenado y practicado por
los fiscales, de conformidad con lo que establece el artículo 250, numeral 3; ii) Excepciones de origen legal
- allanamientos administrativos, practicados por la autoridad señalada en la ley y respetando los requisitos
previstos en la misma: a) Para inspeccionar lugares abiertos al público; b) Para cumplir funciones de preven-
ción y vigilancia en actividades sometidas a la inspección, vigilancia e intervención del Estado, por razones de
interés general, cuando la ley haya habilitado a ciertas autoridades administrativas a ordenar esos registros y
éstos se efectúen en protección de valores superiores, como la vida o la dignidad humana; c) Para capturar a
quien se le haya impuesto (…) pena privativa de la libertad; d) Para aprehender a enfermo mental o peligroso
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PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
o a enfermo contagioso en desarrollo del principio de solidaridad social y de la protección a la vida e integridad
personal de los asociados; e) Para obtener pruebas sobre la existencia de casas de juego o establecimientos
que funcionen contra la ley o reglamento; f) Para indagar sobre maniobras fraudulentas en las instalaciones
de servicios públicos de acueducto, energía eléctrica, teléfonos; g) Para practicar inspección ocular ordenada
en juicio de policía; h) Para examinar instalaciones de energía eléctrica y de gas, chimeneas, hornos, estufas,
calderas, motores y máquinas en general y almacenamiento de sustancias inflamables o explosivas con el fin
de prevenir accidentes o calamidad; i) Por razones del servicio ‑ previa autorización del dueño o cuidador del
predio rústico cercado; j) Para rescatar menores que se encuentren en situaciones de peligro extremo para su
vida e integridad personal, siguiendo el procedimiento previsto en el Código del Menor; k) En establecimientos
comerciales e industriales de empresas para impedir que las pruebas de infracciones tributarias fueran altera-
das, ocultadas o destruidas como desarrollo legal contenido en el Estatuto Tributario; l) En situaciones de im-
periosa necesidad reguladas en el Código Nacional de Policía (Corte Constitucional, Sentencia C-256, 2008).
297
PENAL 17
Delitos contra la inviolabilidad de habitación o sitio de trabajo
El tipo objetivo
Los elementos objetivos que estructuran los delitos son:
• Sujeto activo indeterminado (Código Penal, 2000, arts. 189 y 191) o ser-
vidor público (Código Penal, 2000, art. 190).
• Introducción arbitraria.
• Habitación ajena, en sus dependencias inmediatas o lugar de trabajo.
• En contra de la voluntad de quien habita el lugar o del que trabaja.
• Sin motivo legitimo por parte del actor.
Los sujetos
El sujeto activo de cada uno de los tipos es singular o monosubjetivo. La con-
ducta puede ser realizada por cualquier persona (Código Penal, 2000, arts. 189 y
191) y es cualificado por el servidor público (Código Penal, 2000, art. 190). Si la
conducta es realizada por varias personas conjuntamente se aplican las normas de
la autoría y de la participación (Código Penal, 2000, arts. 29 y 30).
La consecuencia jurídica para el sujeto activo que es servidor público (Código
Penal, 2000, art. 190) y que actúe abusando de sus funciones, por ejemplo cuando
procede sin orden judicial para realizar el registro de la habitación de una per-
sona, es que además de la multa que se le debe imponer en este caso, obliga la
norma que el juez disponga la pérdida del empleo o cargo público.
El sujeto pasivo es la persona natural propietaria, poseedora o tenedora, ti-
tular del derecho de habitación o la persona natural o jurídica titular del lugar de
trabajo. La Corte Constitucional ha dicho que
el titular del domicilio dispone de la facultad de decidir, con las excepciones que
contempla la Constitución, todo lo de su propio espacio reservado. Justamente, los
ingresos, permanencias y registros no tolerados, constituyen injerencias extrañas o
arbitrarias, frente a los cuales este derecho constitucional inmuniza a sus titulares y
les autoriza a reaccionar (Corte Constitucional, Sentencia T-062, 1996).
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
El objeto jurídico
El bien jurídico es la libertad individual, pero el objeto jurídico, que es la pro-
tección específica del tipo penal, es resguardar el domicilio tanto personal como
laboral del individuo, entendido como la habitación o el lugar de trabajo. Esto,
porque con la conducta el agente viola, sin justificación alguna, ese derecho que
tiene toda persona a tener un sitio en donde vivir, permanecer o ejecutar sus la-
bores, profesión u oficio.
El objeto material
El objeto material es real. La acción debe recaer sobre alguno de los siguien-
tes elementos: la habitación ajena y sus dependencias inmediatas y el lugar de
trabajo.
La habitación es el lugar destinado a la vivienda, entendida como casa, apar-
tamento o morada, o parte de ella, donde reside una persona de manera regular,
sola o en compañía de su familia o de otras personas. El profesor Luis Carlos
Pérez, de una manera muy descriptiva, señala que la habitación incluye
las salas o aposentos de que se compone, los lugares de recepción o de visita, dor-
mitorios, comedores. Vestíbulos, cuartos de baño, corredores, terrazas, balcones, es-
caleras interiores, cocinas, sótanos, cuartos de servicio, garajes, desvanes o patios.
[También] son habitaciones, protegidas por la inmunidad, las piezas de hotel ocupa-
das como vivienda por cualquiera, el cuarto del estudiante en el internado, la estancia
del soldado en el cuartel, el local arrendado en una casa o apartamento que acoge a
muchos inquilinos (Pérez, 1985, p. 597).
Otros lugares son las casas móviles y las habitaciones temporales en carpas
de los circos o las establecidas por los gitanos.
El tipo penal también incluye el concepto de ajenidad de la habitación, el
cual tiene que ver con el lugar destinado a la vivienda y sobre el cual otra persona
diferente a quien allí reside no tiene ningún derecho de habitación para ingresar
a ella, independientemente de la calidad con que ejerce ese derecho, bien como
propietario, arrendador, poseedor o simple tenedor.
Las dependencias inmediatas de la habitación ajena son los lugares de ac-
ceso o de salida, o la parte que las rodea, como los patios y jardines, o los sitios
299
PENAL 17
Delitos contra la inviolabilidad de habitación o sitio de trabajo
Por la remisión que hace el artículo 191 al 189 del Código Penal, se incluyen
también las dependencias inmediatas como parte de la violación del lugar de
trabajo. Estas dependencias son todas aquellas contiguas o cercanas al lugar de
trabajo.
Cuando concurren en un mismo sitio la habitación y el lugar de trabajo debe
determinarse cuál es la destinación principal. Si son equivalentes, es decir, si se
utiliza el mismo lugar para una u otra actividad, o no es posible valorar cuál es el
destino primordial de este, debe prevalecer el derecho de habitación como interés
300
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
La conducta
El verbo rector de la conducta es simple: introducirse. Se refiere a la acción de
penetración física de una persona a la habitación o lugar de trabajo de otra o a sus
dependencias inmediatas. Una vez se ha traspasado el límite en donde el sujeto
pasivo tiene su habitación o radio de acción de carácter laboral, como cuando se
pasa un muro, una cerca o una puerta sin derecho alguno, se ha violado la esfera
o espacio de dominio de esa persona y se consuma la conducta.
Se considera también una violación a la habitación o al lugar de trabajo si el
sujeto activo escucha, observa, graba, fotografía o filma aspectos de la vida per-
sonal, familiar o laboral de sus ocupantes. La conducta debe estar destinada a eso,
venciendo los obstáculos para realizar cualquiera de las acciones descritas y dispo-
niendo de los medios idóneos para tal fin.
No puede considerarse como violación a la habitación o al lugar de trabajo el
que el vecino oiga las órdenes que se imparten mediante gritos o aparatos de sonido,
pero sí constituye el delito cuando este sujeto dispone de una antena o aparato que
se puede dirigir hacia el sitio de conversación de dos o más personas para así ente-
rarse de lo que ellas hablan (espionaje acústico).
Si en los linderos de una propiedad no existen muros y normalmente se puede
mirar hacia su interior, esto no constituye violación a la habitación o lugar de tra-
bajo, pero si el agente coloca una escalera sobre el muro o se sube a la azotea de su
casa para observar desde allí las actividades que realizan quienes habitan otro lugar,
se tipifica la violación. Lo que sí resulta más objetivo para apreciar es la filmación o
toma de fotografías como una violación al derecho de habitación o lugar de trabajo.
En cuanto a la permanencia ilícita, contenida en el Código Penal de 1980 y
después en la Ley 23 de 1991, fue suprimida en el Código Penal del 2000. Esta
conducta estuvo determinada por el verbo simple permanecer, que implica el in-
greso lícito del sujeto agente en la habitación ajena o al lugar de trabajo, pero se
torna ilegítima cuando es prolongada de manera arbitraria o en forma engañosa o
clandestina o contrariando la voluntad de quien tiene derecho a impedirla. Sin em-
bargo, debe entenderse que para permanecer sin ningún derecho en una habitación o
301
PENAL 17
Delitos contra la inviolabilidad de habitación o sitio de trabajo
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
Es apenas lógico que si una persona está autorizada para penetrar o perma-
necer en el lugar de habitación de otro, sea por la autorización expresa o incluso
tácita, por la práctica cotidiana que permite que la vecina ingrese sin reparo algu-
no o con respecto al lugar de trabajo por el vínculo laboral existente, la conducta
será atípica desde el punto de vista objetivo, porque no es arbitraria, engañosa o
clandestina e incluso desde el tipo subjetivo se podría predicar a ausencia de dolo
por parte del presunto infractor.
El tipo subjetivo
Las conductas deben desarrollarse a título de dolo. Los tipos penales no exigen
una finalidad específica y la penetración ilícita a la habitación o lugar de trabajo
puede ser por cualquier motivo.
El concurso de delitos
Estas conductas pueden concurrir con las de otros tipos penales. Si para obtener
la penetración en habitación o lugar de trabajo el sujeto agente simula investidura
o cargo (Código Penal, 2000, art. 426), o utiliza documento falso (Código Penal,
2000, arts. 286 - 289), o actúa con violencia contra las personas produciendo
lesiones (Código Penal, 2000, art. 111 y ss.) o dañando bienes ajenos (Código
Penal, 2000, art. 265), además de la violación a domicilio ajeno o lugar de traba-
jo, la conducta concurrirá con la simulación de cargo, la falsedad en documentos,
lesiones personales o daño en bien ajeno.
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PENAL 17
Delitos contra la inviolabilidad de habitación o sitio de trabajo
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
PENAL 17
De la violación a la intimidad, reserva e interceptación de comunicaciones
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
PENAL 17
De la violación a la intimidad, reserva e interceptación de comunicaciones
196 Un ejemplo del “espionaje acústico” fue la grabación, con aparatos electrónicos, de las sesiones de la Sala
Penal de la Corte Suprema de Justicia por parte de funcionarios del Departamento Administrativo de Seguridad
−DAS− (Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado N° 36784, 2015).
197 El profesor Claus Roxin interpreta la legislación y la limita en sus efectos, así dice que
La intervención acústica del domicilio solo debe admitirse, conforme al derecho vigente, en los casos en los
que puedan presumirse que se están llevando a cabo acuerdos conspirativos en la vivienda privada. Las
conversaciones con personas de la estricta confianza del inculpado (especialmente familiares y «compañeros
sentimentales») deben, en cambio, seguir siendo un tabú, aun cuando eventualmente puedan manifestarse
en ellas, lo que sucede raras veces, expresiones auto-incriminadoras de un delito ya cometido. De este modo
se establecería una delimitación relativamente clara y útil sobre cuando es admisible ordenar la escucha de
una vivienda privada (Roxin, 2009, p. 180).
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PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
198 El artículo 235 del Código de Procedimiento Penal, fue modificado por el artículo 52 de la Ley 1453 del 2011.
311
PENAL 17
De la violación a la intimidad, reserva e interceptación de comunicaciones
199 Esta Ley estatutaria 1521 de 2013 tuvo control previo de constitucionalidad y fue declarada exequible por la
Corte Constitucional mediante sentencia C-540 de 12 de julio de 2012. Para más información ver: http://www.corte-
constitucional.gov.co/relatoria/2012/C-540-12.htm.
200 La Corte Constitucional, mediante la Sentencia C-131 del 24 de febrero del 2009, señaló “que en todo caso, la
orden del fiscal de prorrogar la interceptación de comunicaciones y similares deberá estar sometida al control previo
de legalidad por parte del juez de control de garantías” (Corte Constitucional, Sentencia C-131, 2009). La norma
posterior recogió el sentido de lo interpretado por la Corte Constitucional.
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PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
PENAL 17
De la violación a la intimidad, reserva e interceptación de comunicaciones
El tipo objetivo
Para que la conducta se considere típica objetivamente se requiere:
• Un sujeto activo indeterminado.
• Una acción ilícita, contraria a derecho, en relación con una comunicación
privada.
• Una modalidad que consiste en que el sujeto agente sustraiga, oculte, ex-
travíe, destruya, intercepte, controle o impida una comunicación privada
dirigida a otra persona.
• La segunda modalidad se refiere a que el sujeto agente se entere indebi-
damente del contenido de la comunicación privada.
a. Los sujetos activo y pasivo. El sujeto activo es monosubjetivo (singular) e
indeterminado. Este sujeto intercepta las comunicaciones de aquellos que emiten,
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
En igual sentido, Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal, Sentencias de 16 de marzo de 1988, Rad.
No. 1634; 6 de agosto de 2003, Rad. No. 21216; 21 de noviembre de 2002, Rad. No. 13148; 30 de agosto de 2008,
Rad. No. 22938; 10 de junio de 2009, Rad. No. 29267; 25 de agosto de 2010, Rad. No. 32825; 2 de febrero de 2011,
Rad. No. 26347; 12 de mayo de 2011, Rad. No. 34474; 8 de noviembre de 2012, Rad. No. 34282.
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PENAL 17
De la violación a la intimidad, reserva e interceptación de comunicaciones
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
El tipo subjetivo
El sujeto agente debe realizar la conducta con dolo. El tipo penal no trae un
elemento subjetivo, razón por la cual es intrascendente la finalidad específica
buscada con la acción. Puede ser por curiosidad, para espiar, para conocer los
movimientos de la persona o por razones pasionales, entre otras.
El concurso de delitos
Esta infracción puede concurrir con el delito de concierto para delinquir (Código
Penal, 2000, art. 340); con el de falsedad ideológica en documento público (Código
Penal, 2000, art. 286); con el de revelación de secreto (Código Penal, 2000, art.
418); y con el de peculado por apropiación (Código Penal, 2000, art. 397), si
se destinan recursos públicos a financiar las interceptaciones de comunicaciones
317
PENAL 17
De la violación a la intimidad, reserva e interceptación de comunicaciones
204 Mediante la Sentencia del 28 de abril del 2015 (Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, 2015), fue-
ron condenados tanto la Directora del Departamento Administrativo de Seguridad, María del Pilar Hurtado Afanador
como el ex Director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, Bernardo Moreno Villegas,
por la interceptación ilegal de comunicaciones de la Corte Suprema de Justicia y de otras personas y por el delito
de peculado, entre otros.
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
PENAL 17
De la violación a la intimidad, reserva e interceptación de comunicaciones
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
públicas, con funciones de policía judicial, los pueden ofrecer y vender, con destino
a esas entidades.
A propósito de la definición de constitucionalidad del artículo 14 de la Ley 228
de 1995, que estableció originalmente como contravención las conductas de ven-
der o comprar instrumentos aptos para interceptar la comunicación privada entre
personas, sin permiso de la autoridad competente, la Corte Constitucional consi-
deró que tal disposición no vulnera precepto alguno de la Constitución Política,
pues corresponde a una atribución legislativa, en cabeza del Congreso, el cual
puede concebir nuevos tipos penales que contemplen conductas de aquellas que,
según su criterio, vienen causando daño a la sociedad o poniendo en peligro va-
lores jurídicos susceptibles de protección.
Dice la Corte Constitucional que la comercialización de tales productos, sin
autorización emanada de autoridad competente, lleva implícita la complacencia
del oferente o vendedor y la clara intención del comprador, en el sentido de hacer
uso de los indicados aparatos, que, por sí mismos, están orientados a la práctica
de operaciones de interceptación en principio prohibidas por el artículo 15 de la
Carta Política. Por tal razón, cualquier persona no está en la posibilidad, confor-
me a derecho,
de emplear instrumentos como los referidos, para el fin que les es propio, y, entonces,
resulta natural, y ajustado a la Constitución, que la ley canalice la tenencia y la uti-
lización de los mismos en cabeza de personas y entidades debidamente autorizadas,
sobre las cuales se pueda ejercer el control del Estado, de modo que las intercepta-
ciones que en efecto se lleven a cabo provengan invariablemente de orden judicial
(Corte Constitucional, Sentencia C-626, 1996).
PENAL 17
De la violación a la intimidad, reserva e interceptación de comunicaciones
cambió la pena de arresto por multa. Luego, el artículo 289 fue modificado por el
artículo 25 de la Ley 1288 del 2009, el cual le fijó una pena de prisión de cinco
a ocho años, pero esta ley fue declarada inexequible por la Corte Constitucional
(Sentencia C-913, 2010), razón por la cual, recobró temporalmente vigencia la
norma original del Código Penal de 1980.
Se trata de un tipo de resultado, porque exige que se produzca alternativamente
la divulgación o empleo del contenido de un documento reservado. Es de lesión,
porque se produce una efectiva vulneración al bien jurídico tutelado, la libertad
individual por la reserva de los documentos. También es un tipo de conducta instan-
tánea, porque con su ejecución en un solo acto se perfecciona y agota la descripción
legal contenida en el tipo penal. Es un tipo penal pluriofensivo, que protege varios
bienes jurídicos, como el derecho a la intimidad, en el caso de las personas natu-
rales, así como el de secreto o reserva de la información, la libertad de industria y
comercio, la propiedad, entre otros.
Es subsidiario, por expresa disposición, y sólo se aplica cuando la conducta
o el resultado no constituye delito autónomo sancionado con pena mayor, como
podría ser el caso de delitos como el de espionaje (Código Penal, 2000, art. 463),
el de la utilización indebida de información oficial privilegiada (Código Penal,
2000, art. 420), el de la revelación de secreto (Código Penal, 2000, art. 418), el
de la utilización de asunto sometido a secreto o reserva (Código Penal, 2000, art.
419), el de la utilización indebida de información obtenida en el ejercicio de fun-
ción pública (Código Penal, 2000, art. 431) y el de la violación de reserva indus-
trial (Código Penal, 2000, art. 308), según se establezca cuáles fueron los bienes
jurídicos afectados, el objeto material y la cualificación de los sujetos activos y
pasivos. Este es un tipo penal en blanco que remite expresamente a la normativi-
dad que dispone acerca del “documento que deba permanecer en reserva” (Código
Penal, 2000, art. 308).
El tipo objetivo del artículo 194 del Código Penal se realiza cuando se estructu-
ran los siguientes elementos:
Art. 194. Divulgación y empleo de documentos reservados. El que en provecho propio o ajeno o con perjuicio
de otro divulgue o emplee el contenido de un documento que deba permanecer en reserva, incurrirá en multa,
siempre que la conducta no constituya delito sancionado con pena mayor.
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
PENAL 17
De la violación a la intimidad, reserva e interceptación de comunicaciones
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
Por otra parte, se trata de un tipo penal pluriofensivo, porque la conducta que se
realiza afecta la libertad individual reglada para todas las personas, el monopolio del
Estado propietario del espectro electromagnético y los derechos de la comunidad,
los cuales sufren amenazas, dados los fines ilícitos de quien utiliza o posee esos
dispositivos de comunicaciones.
Este es un tipo penal que no se ajusta a la tutela de la inviolabilidad de las comu-
nicaciones privadas. Realmente aquí no se protege el derecho a la intimidad o a la
libertad de expresión del individuo, sino a la propiedad y control que tiene el Estado
sobre el espacio electromagnético y a la obligación de prevenir o contrarrestar las
acciones delictivas.
En el artículo 75 de la Constitución Política se estableció que el espectro elec-
tromagnético es un bien, de carácter público, inajenable e imprescriptible, sujeto
a la gestión y control del Estado. Se define el espectro electromagnético como el
recurso natural a través del cual se desplazan las ondas radioeléctricas portadoras de
mensajes sonoros y visuales.
El objeto material de la conducta, que es de carácter real, está constituido por
los equipos terminales de redes de comunicaciones, o de cualquier medio electró-
nico diseñado o adaptado para emitir o recibir señales, que son los que utilizan el
espectro electromagnético para enviar y recibir mensajes y en general toda clase de
información. Un ejemplo más amplio de ellos son los aparatos para enviar y recibir
señales de radio, televisión, telefonía, telégrafo o fax, que se posean o utilicen con
fines ilícitos.
Esta conducta no se refiere a los aparatos que utilizan las frecuencias otorgadas
en concesión por el Estado o a los adquiridos de los proveedores que tienen las
respectivas licencias o autorizaciones por parte de éste para emitir o recibir señales.
El sujeto activo de esta conducta puede ser cualquier persona. Es singular e
indeterminado. Por su parte, el sujeto pasivo es el Estado como propietario del es-
pacio electromagnético.
El verbo compuesto alternativo es poseer o usar esos equipos terminales de
redes de comunicaciones o de cualquier medio electrónico diseñado o adaptado
para emitir o recibir señales (transmisores o receptores). Poseer es tener consigo,
no necesariamente bajo un título de propiedad. Usar es utilizar los equipos o medios
aptos para emitir y recibir señales de telefonía, radiofonía o de cualquier comunica-
ción hablada o escrita.
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De la violación a la intimidad, reserva e interceptación de comunicaciones
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
Para mayor información sobre delitos informáticos: Bautista Avellaneda, M. E. (2015). El derecho a la intimidad y su
disponibilidad pública. Bogotá, Colombia: Universidad Católica de Colombia. Especialmente de la página 42 a la 51.
211 El autor realizó, previamente a este libro, un estudio sobre los Delitos contra la libertad de trabajo y asociación,
el cual sirve de base para lo desarrollado en este texto. Dicha investigación se encuentra en Derecho Penal en las
relaciones laborales públicas y privadas (2001), páginas 75-112.
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
PENAL 17
De los delitos contra la libertad de trabajo y asociación
para que pueda ser realizado de manera digna y justa, en el trato, así como en las
condiciones de trabajo y remunerativas acordes con la labor desempeñada.
Aunque los conceptos de trabajo y de asociación no estén referidos exclusi-
vamente a los vendedores de la fuerza de trabajo (trabajadores, empleados par-
ticulares y servidores públicos), sino también a los empleadores privados y al
Estado mismo cuando actúa como empleador, se considera que el trabajo de los
asalariados debe tener un tratamiento penal especial en relación con la protección
de la producción y de la actividad del empleador. Debería existir en el Código
Penal un título de protección exclusiva de los derechos de los trabajadores, por
ser la parte débil en las relaciones laborales, y no mezclados con los de los em-
pleadores, como ocurre actualmente.
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
El tipo objetivo
Para que la conducta sea típica se requiere:
• Un sujeto activo indeterminado.
• La utilización de la violencia o la maniobra engañosa por parte del sujeto
agente.
• La conducta consiste en lograr el retiro de los operarios o trabajadores
de los establecimientos donde laboran y en perturbar o impedir el libre
ejercicio de la actividad de cualquier persona.
• La conducta se agrava si, como consecuencia de esta, sobreviniere la
suspensión o cesación colectiva del trabajo.
PENAL 17
De los delitos contra la libertad de trabajo y asociación
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
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De los delitos contra la libertad de trabajo y asociación
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
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De los delitos contra la libertad de trabajo y asociación
(Decreto de Ley 2351, 1965, art. 9°; Decreto 1373, 1966, art. 5°). De igual manera,
habrá lugar a la sanción penal del artículo 198 del Código Penal.
En lo atinente a las empresas de servicios públicos que no dependen directa o
indirectamente del Estado, no pueden suspender ni paralizar labores, sino mediante
permiso del Gobierno o dándole aviso a éste, con un mínimo de seis meses de anti-
cipación, con el objeto de que puedan tomarse oportunamente las providencias que
garanticen la continuidad del servicio (Código Sustantivo del Trabajo, 1951, art.
464). En caso de presentarse la suspensión de actividades de hecho, el Gobierno
queda facultado para asumir la dirección de las empresas de servicios públicos y
tomar todas las determinaciones tendientes a restablecer los servicios suspendidos y
garantizar su prestación (Código Sustantivo del Trabajo, 1951, art. 465).
Las empresas que no sean de servicio público no pueden clausurar labores, total
o parcialmente, en forma definitiva o temporal, sin que se produzca autorización
previa del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, salvo fuerza mayor o caso
fortuito, y sin perjuicio de las indemnizaciones a las que haya lugar por razón de
contratos de trabajo concertados por un tiempo mayor. Para tal efecto, la empresa
deberá presentar la correspondiente solicitud y, en forma simultánea, informar de
tal hecho, por escrito, a sus trabajadores. La solicitud de clausura de actividades
debe ser resuelta en un plazo de dos meses y, en caso de que se incumpla injustifi-
cadamente el término, es causal de mala conducta para el funcionario encargado de
tomar la determinación (Código Sustantivo del Trabajo, 1951, art. 466)214.
Las solicitudes previas ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, para
efecto de las respectivas suspensiones de actividades o terminaciones colectivas de
los contratos de trabajo, deben realizarse en los siguientes casos:
• Para la suspensión del contrato de trabajo: para la suspensión de actividades
o clausura temporal de la empresa, establecimiento o negocio, en todo o en
parte (hasta por ciento veinte días), por razones técnicas o económicas u
otras independientes de la voluntad del empleador (Código Sustantivo del
Trabajo, 1951, art. 51)215.
• Para la terminación del contrato de trabajo: por liquidación o clausura defi-
nitiva de la empresa o establecimiento o por suspensión de actividades por
214 El artículo 466 del Código Sustantivo del Trabajo fue modificado por el artículo 66 de la Ley 50/90.
215 El artículo 51 del Código Sustantivo del Trabajo fue subrogado por el artículo 4 de la Ley 50/90, numeral 3.
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PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
parte del empleador durante más de ciento veinte días (Código Sustantivo
del Trabajo, 1951, art. 61)216. Además de la solicitud al Ministerio de
Trabajo, el empleador debe informar por escrito a sus trabajadores sobre
este hecho.
Los empleadores también deberán solicitar autorización previa al Ministerio
de Trabajo y Seguridad Social cuando consideren que necesitan hacer despidos
colectivos de trabajadores o terminar labores parcial o totalmente, para
adecuarse a la modernización de procesos, equipos y sistemas de trabajo que tengan
por objeto incrementar la productividad o calidad de sus productos; la supresión de
procesos, equipos o sistemas de trabajo y unidades de producción; o cuando éstos sean
obsoletos o ineficientes, o que hayan arrojado pérdidas sistemáticas, o los coloquen
en desventaja desde el punto de vista competitivo con empresas o productos similares
que se comercialicen en el país o con los que deba competir en el exterior; o cuando se
encuentre en una situación financiera que lo coloque en peligro de entrar en estado de
cesación de pagos, o que de hecho así haya ocurrido; o por razones de carácter técnico
o económico como la falta de materias primas u otras causas que se puedan asimilar
en cuanto a sus efectos; y en general los que tengan como causa la consecución de
objetivos similares a los mencionados (Ley 50, 1990, art. 67, numeral 3).
216 El artículo 61 del Código Sustantivo del Trabajo fue subrogado por el artículo 5 de la Ley 50/90, ordinal 1,
literales e y f.
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PENAL 17
De los delitos contra la libertad de trabajo y asociación
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
Maniobra es, literalmente, toda operación que se ejecuta con la ayuda de las ma-
nos. Para efectos penales no debe tomarse solamente en el sentido literal, sino que
también deben incluirse los actos que provienen de la mente de una persona y con
los que se logra el engaño, bien sea por astucia, ingenio o habilidad en la realización
y que son desplegados sobre el sujeto pasivo, quien accede a retirarse del trabajo o
a suspender o cesar actividades, bajo la creencia de que eso es lo que debe hacer.
La maniobra engañosa debe surtir efecto en relación con el sujeto pasivo, aun-
que no necesariamente debe dirigirse directamente contra éste, sino que también
puede utilizarse a un tercero. Por ejemplo, el sujeto activo le dice a un tercero que en
las instalaciones de la fábrica han colocado una bomba y éste, alarmado, le informa
a los trabajadores, quienes abandonan el sitio de trabajo apresuradamente.
En el caso de la violencia, es obvio que el retiro de los trabajadores o la per-
turbación o impedimento de la realización de cualquier actividad debe ser contra
la voluntad del sujeto pasivo. También al tratarse de maniobra engañosa, cuando
la voluntad ha sido colocada bajo la falsa creencia de que así se debe actuar. Si el
empleado deja de realizar su actividad laboral, porque fue persuadido, por ejemplo,
por el dirigente sindical, bien directamente o mediante la arenga pública, la conduc-
ta es atípica por ausencia de los elementos descriptivos del tipo. Es lo que sucede
comúnmente en los ceses ilegales de actividades en los que los trabajadores están
de acuerdo con la suspensión de ellas. En ese caso la persuasión o la convicción son
elementos que se oponen a la existencia de esos elementos descriptivos.
e. La circunstancia específica de agravación punitiva. El artículo 198 del
Código Penal del 2000 reprodujo la agravante específica de la suspensión o cesa-
ción colectiva del trabajo, que estableció el artículo 290 del Código Penal de 1980,
con un aumento de la multa hasta de una tercera parte. Dice así la norma: “Si como
consecuencia de la conducta descrita en el inciso anterior sobreviniere la suspen-
sión o cesación colectiva del trabajo, la pena se aumentará hasta en una tercera par-
te, sin sobrepasar las diez (10) unidades de multa” (Código Penal, 2000, art. 198).
Como vimos anteriormente, se debe lograr el retiro de “operarios o trabajado-
res”, lo que significa que sean dos o más, o perturbar o impedir la actividad laboral
de cualquier persona, caso este en el que basta que la conducta se realice contra una
persona.
Si mediante esas conductas se logra la suspensión (temporal), o cesación (ter-
minación) colectiva del trabajo, para efectos de la pena la conducta se agrava. La
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PENAL 17
De los delitos contra la libertad de trabajo y asociación
Sabotaje
El Código Penal del 2000 mantiene los elementos del delito de sabotaje217 que
estaban contenidos en el Código Penal de 1980218, pero adiciona que la conducta
de destruir, inutilizar, hacer desaparecer o dañar, puede recaer sobre el objeto
material que son las bases de datos y los soportes lógicos. También modifica el
mínimo de la pena de prisión de seis meses a un año y la multa queda fijada en
salarios mínimos legales para que no sufra el impacto de la devaluación de la
moneda, como sucede en el caso de una cantidad fija.
PENAL 17
Delitos contra la libertad individual y otras garantías
El concepto de sabotaje
El sabotaje ha sido una modalidad de protesta que los trabajadores han utilizado
desde hace mucho tiempo, primero como una manifestación de rebeldía contra la
aparición de la máquina, que en la época de la Revolución Industrial desplazó la
fuerza de trabajo de muchos obreros y luego como un mecanismo para obligar a
la cesación colectiva del trabajo.
La palabra sabotaje tiene origen francés (sabotage). La etimología del voca-
blo se encuentra “en los sabots, nombre francés de las almadreñas que los prime-
ros trabajadores que recurrieron a este sistema violento arrojaban a las máquinas
para producir su brusca detención y su rotura incluso” (Cabanellas, 1981, p. 265).
Comúnmente se considera como sabotaje, además de la destrucción o inutiliza-
ción de las herramientas o máquinas de trabajo, la ejecución de las labores con
parsimonia, conocida como “operación tortuga”, la elaboración de productos con
errores o defectos y el descrédito de lo producido. Desde el punto de vista militar,
se alude a los daños que, durante una guerra, ocasionan los traidores a una nación
o régimen y los agentes enemigos introducidos o infiltrados en las distintas acti-
vidades y obras para aminorar o anular la capacidad bélica.
El tipo penal de sabotaje fue introducido en el Código Penal de 1980 con una
connotación de carácter laboral que recae sobre medios de trabajo o de produc-
ción y con la finalidad específica de paralizar o suspender el trabajo. Desde el
punto de vista estrictamente penal, la “operación tortuga” no se tipifica como sa-
botaje por la ausencia de daño, salvo que por la demora en el proceso productivo
se dañen, por ejemplo, los equipos o materias primas, lo cual pueda ocasionar la
suspensión o paralización del trabajo. La “operación tortuga” sería el medio, pero
no logra por sí sola concretarse en sabotaje.
El tipo objetivo
Para que la conducta se realice requiere que se concreten los siguientes elementos:
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De los delitos contra la libertad de trabajo y asociación
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
Los términos que introdujo el Código Penal del 2000, que son las bases de
datos y los soportes lógicos, deben ser definidos, por su naturaleza técnica, por
los expertos en la materia y, para ello, se ha recurrido a los conceptos desde el
punto de vista de la informática.
Un sistema de base de datos es un conjunto
mecanizado por computadora para el manejo de datos por medio de paquetes de soft-
ware llamado sistema de manejo de datos o DBMS (Database Management System).
Los componentes fundamentales de un sistema de base de datos son el hardware, el
software DBMS, los datos y los usuarios (Rodríguez, 1992, p. 3).
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De los delitos contra la libertad de trabajo y asociación
Los bienes que se destruyan, inutilicen o hagan desaparecer, deben estar desti-
nados a la producción o al trabajo material o intelectual. No importa que esos bienes
sean de propiedad de la empresa o del empleador o se encuentren a cualquier título
que les haya otorgado la tenencia como prenda, comodato, arrendamiento, etc.
d. La conducta. La conducta está determinada por varios verbos rectores
(tipo compuesto alternativo), pero basta la realización de una sola de las acciones
para que se perfeccione el tipo. Las acciones alternativas que llevan en sí el ele-
mento violencia, cuyo alcance fue fijado en el análisis previo sobre el tipo penal
de violación de la libertad de trabajo (Código Penal, 2000, art. 198) son cuatro:
destruir, inutilizar, hacer desaparecer o dañar.
Destruir significa arruinar o deshacer; se destruye una herramienta, equipo o
instalación, cuando se ejerce violencia contra ella para partirla o demolerla o se
destruye una materia prima, de cualquier manera, como cuando la sal se disuelve
en el agua. Inutilizar un bien es volverlo inservible para el fin que se le destina;
se inutiliza un equipo cuando se le quitan sus partes esenciales o se le desbarata.
Hacer desaparecer no es solamente ocultar de la vista o quitar del sitio el objeto
sobre el cual recae la conducta o llevarlo a un lugar donde su dueño no pueda ejer-
cer vigilancia ni servirse de él, sino que también es eliminar el objeto material sin
dejar rastro de éste. Dañar significa destruir, inutilizar, echar a perder, es toda lesión
que disminuya o aniquile la utilidad de las herramientas, instalaciones, equipos y
materias primas.
Los medios que puede utilizar el agente son múltiples. Cuando el tipo penal dice
que “de cualquier modo dañe” (Código Penal, 2000), se refiere a que la ejecución
puede realizarse utilizando cualquier medio, por ejemplo las manos, los mecánicos
o químicos, los directos o indirectos. Puede ser tanto por acción, como cuando se
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
utiliza una barra de acero para golpear el equipo o se vierte agua en los computado-
res, o por omisión, cuando se deja que reciban una sobrecarga de energía.
e. El elemento subjetivo del tipo. Este es uno de los casos en que
la mera descripción típica no es suficiente para la incriminación de una conducta
cuando ella solo puede considerarse como lesiva de intereses jurídicos en la medida
en que vaya referida a un especial estado de conciencia o a una determinada tenden-
cia interna del agente, concretados uno y otra en determinada finalidad hacía la cual
apunta (Reyes Echandía, 1989, p. 94).
El tipo penal exige que el agente actúe “con el fin de suspender o paralizar el
trabajo” (Código Penal, 2000). Cuando el tipo presenta varios elementos subje-
tivos, como en este caso, el ingrediente es compuesto, y a su vez es alternativo,
porque el agente puede optar por una entre dos finalidades: suspender o paralizar
el trabajo.
Si al actuar el agente no tuvo esa finalidad específica, la adecuación se trasla-
da a otro tipo penal, por ejemplo, al daño en bien ajeno (Código Penal, 2000, art.
265), que tiene los mismos verbos rectores (destruir, inutilizar, hacer desaparecer,
dañar). Si con la destrucción de materias primas el sujeto activo persigue alterar
las condiciones del mercado, la conducta se adecúa en el artículo 304 del Código
Penal, que trata del daño en materia prima y producto agropecuario e industrial.
Si con el incendio del bien mueble o inmueble no se perseguía la suspensión de
labores, sino crear un peligro común, el tipo penal que se debe aplicar es el que
describe el incendio (Código Penal, 2000, art. 350).
f. Tipo penal subsidiario. El artículo 199 del Código Penal, que describe el
sabotaje, es un tipo penal subsidiario en el que, al contrario del tipo autónomo,
su aplicación depende de que el hecho no constituya delito sancionado con pena
mayor. Para que en el proceso de adecuación típica se defina la aplicación del tipo
penal subsidiario, el hecho no debe adecuarse en otro tipo penal.
Es importante tener en cuenta que las acciones realizadas por el sujeto activo
deben ser proporcionales a la finalidad buscada, que no superen el carácter labo-
ral de ésta y que la transgresión lesione o ponga en peligro bienes jurídicos que,
por su objeto material y quantum punitivo, se adecúen a otros tipos penales. Tales
son los casos del daño en obras de utilidad social, que estuvo bajo la denomina-
ción de daño en obras de defensa común (Código Penal, 1980, art. 190; Código
Penal, 2000, art.351); el del siniestro o daño de nave (Código Penal, 1980, art.
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193; Código Penal, 2000, art. 354); y el del daño en obras o elementos de los ser-
vicios de comunicaciones, energía y combustible (Código Penal, 1980, art. 196;
Código Penal, 2000, art. 357).
g. El concurso de delitos. Por tratarse de un tipo subsidiario, no es posible
que exista el concurso con los demás delitos de daño sobre bienes. Si el legis-
lador no hubiera precisado que es un tipo que se aplica “siempre que el hecho
no constituya delito sancionado con pena mayor” (Código Penal, 2000), habría
concurso formal (ideal) con otros tipos, por violarse con el mismo hecho varias
disposiciones penales.
h. La circunstancia específica de agravación específica. Si con el hecho se
obtiene la suspensión o cesación colectiva del trabajo, la punibilidad se aumenta.
Si el legislador no hubiera contemplado la obtención de ese resultado como agra-
vante, se presentaría el concurso entre el sabotaje (Código Penal, 2000, art. 198)
y la violación de la libertad de trabajo (Código Penal, 2000, art. 198).
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
segunda mediante el artículo 26 de la Ley 1453 del 2011, que fijó como penas
principales la de prisión y la multa.
Los derechos que tutela el tipo penal de violación de los derechos de reunión
y asociación se encuentran dispuestos en la Carta Política. En el artículo 37 se es-
tableció la facultad de toda parte del pueblo para reunirse y manifestarse pública
y pacíficamente. El artículo 38 estableció el derecho de libre asociación para el
desarrollo de las distintas actividades que las personas realizan en sociedad, en
un concepto amplio que se refiere a toda forma de unión lícita o manera de aunar
fuerzas. Específicamente, en el artículo 39, estableció el derecho de asociación
de carácter laboral, tanto para los trabajadores (por ejemplo en sindicatos), como
para los empleadores (por ejemplo en gremios o asociaciones). En el artículo 56
se reconoció el derecho de huelga para los trabajadores, salvo en los servicios
públicos esenciales definidos por el legislador.
El tipo objetivo
Para que la conducta sea típica se requieren los siguientes requisitos:
• Un sujeto activo indeterminado.
• La conducta consiste en impedir o perturbar una reunión lícita; impedir
o perturbar el ejercicio de los derechos que conceden las leyes laborales;
tomar represalias con motivo de huelga, reunión o asociación legítimas;
celebrar pactos colectivos en los que, en su conjunto, se otorguen mejo-
res condiciones a los trabajadores no sindicalizados respecto de aquellas
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De los delitos contra la libertad de trabajo y asociación
221 Los sindicatos gremiales son los formados por individuos de una misma profesión, oficio o especialidad (Código
Sustantivo del Trabajo, 1951, Literal c art. 356). Por ejemplo, el Sindicato de Voceadores de Prensa, el Sindicato de
Loteros, entre otros.
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223 El artículo 358 del Código Sustantivo del Trabajo fue modificado por el artículo 2 de la Ley 584 del 2000.
224 A partir de la vigencia del Código Penal del 2000, debe entenderse referido al artículo 200 de ese estatuto.
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226 El artículo 481 del Código Sustantivo del Trabajo fue modificado por el artículo 69 de la Ley 50 de 1990.
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De los delitos contra la libertad de trabajo y asociación
El tipo subjetivo
La conducta debe realizarse con dolo y, aunque el tipo penal no exige una fi-
nalidad específica, pueden existir móviles, como evitar que se fortalezca una
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
El concurso de delitos
Es posible que se presente el concurso de delitos con la violación de la libertad de
trabajo (Código Penal, 2000, art. 198), cuando con la conducta, además de per-
turbar por ejemplo el derecho de asociación sindical, los medios utilizados para
esto también logran el retiro de operarios. También puede concurrir con el daño
en bien ajeno, cuando para evitar la reunión se ocasiona daño a los inmuebles o
a los muebles. De igual manera puede concurrir con el de terrorismo o incendio,
según sea el caso.
DE LOS DELITOS CONTRA EL SENTIMIENTO
RELIGIOSO Y EL RESPETO A LOS DIFUNTOS 11
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
228 Dice el Código Penal del 2000: “Artículo 202. Impedimento y perturbación de ceremonia religiosa. El que
perturbe o impida la celebración de ceremonia o función religiosa de cualquier culto permitido, incurrirá en multa”.
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De los delitos contra el sentimiento religioso y el respeto a los difuntos
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Delitos contra la libertad individual y otras garantías
Irrespeto a cadáveres
El Código Penal del 2000, en su artículo 204, establece la descripción penal del
irrespeto a cadáveres con una pena principal de multa230. Es un tipo de resultado, de
lesión, de conducta instantánea y es pluriofensivo. El sujeto activo es monosubje-
tivo (singular) e indeterminado. El sujeto pasivo, en este caso, es la colectividad, la
comunidad en donde se vive, la cual, por tradición ancestral, desde nuestros aborí-
genes o por influencia religiosa, ha profesado el respeto a los difuntos y ha destina-
do lugares especiales para que allí se depositen los restos mortales de las personas.
Los familiares del occiso serían también sujetos pasivos de la acción.
La conducta está determinada por el verbo compuesto alternativo sustraer o
irrespetar. Como el verbo ejecutar denota solamente la acción que se realiza, pero
no determina la conducta, en este caso se usa sustraer, que equivale a sacar, extraer,
retirar o exhumar el cadáver del sitio en que se encuentra, superando la órbita de
custodia de quien ejerce el control. El acto de sustraer un componente anatómico
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ento=DEC&tipoTexto=PUB
JUS
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horizonte una mejor comprensión y desarro- dad Católica de Colombia.
llo de la justicia penal colombiana e interna- en Colombia se registran sorprendentes cifras en materia de delitos
Algunos libros publicados: Derecho Penal
cional, esta colección aporta elementos para contra la libertad individual, como desaparición forzada, secuestro,
en las relaciones laborales públicas y priva-
el debate y la formación de un pensamiento desplazamiento forzado, tortura y violaciones a la intimidad, funda- das, La policía judicial en el sistema penal
penal crítico, tanto en la comunidad acadé- mentalmente en un contexto de irrespeto a los derechos humanos acusatorio, Manual de Policía Judicial para
mica como en los profesionales que partici-
la Función Disciplinaria, Los procesos de
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e intolerancia en relación con las ideas de las personas que
pan en el campo jurídico-penal.
muestran algún descontento o inconformidad con la situación Selección Penal Negativa.
política colombiana. Cargos públicos desempeñados:
Otros títulos de la Colección • Jefe de la Oficina de Investigaciones
No es la única causa para este tipo de delitos, hay muchas otras, ade-
JUS-Penal: Especiales de la Procuraduría General
más de los intereses políticos de diferente ideología, están presentes de la Nación, 1989 a 1991.
• Del populismo penal a la punitividad: la los de tipo económico que utilizan el secuestro para el enriquecimien-
• Director Nacional del Cuerpo Técnico
to personal o para financiar la guerra, la desaparición forzada para de investigación de la Fiscalía General
política penal en Colombia en el siglo XXI
librarse de los competidores en los negocios ilícitos, o por medios de la Nación, en propiedad (1997-1999).
• Los derechos humanos a debate.
violentos o maniobras engañosas se afectan los derechos de asocia- • Director Nacional de Fiscalías (e), 1999.
Perspectivas desde el derecho internacional ción de sus trabajadores o se ha utilizado la detención arbitraria como • Fiscal Delegado ante la Corte Suprema
• Fundamentos semióticos para la
investigación jurídica
una forma de afectación de la libertad de las personas. Incluso existen
partidarios de lograr el restablecimiento de la tortura corno un me-
Pablo Elías González-Monguí de Justicia (2000).
• Vicefiscal General de la Nación (2001).
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canismo de investigación para obtener confesiones de delitos o para • Fiscal General de la Nación encargado.
• La política antidrogas. Nuevos horizontes
prever los que posiblemente vayan a suceder, en una falsa disyuntiva
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de cambio en el control de la oferta y la
entre la seguridad de todos o la afectación de los derechos humanos
demanda de unos pocos. De ahí la importancia de conocer la dogmática de
• Reglas de producción de las pruebas y regla los delitos contra la libertad individual.
JUS PENAL
de exclusión en sede de casación penal
• El entramado penal, las políticas públicas
ISBN 958893484-6
y la seguridad
• La investigación penal en las sociedades
posindustriales 9 789588 934846