Nicolás Maquiavelo

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Nicolás Maquiavelo (3 mayo 1469 hasta 21 junio

1527) fue un filósofo y escritor italiano con sede en


Florencia durante el Renacimiento. Es uno de los
principales fundadores de la ciencia política moderna.
Él era un diplomático, filósofo político, dramaturgo, y
un funcionario de la República florentina. También
escribió comedias, canciones de carnaval y el verso.
En junio de 1498, tras el derrocamiento y la ejecución
de Girolamo Savonarola, el Gran Consejo eligió a
Maquiavelo como secretario de la Segunda
Cancillería de la República de Florencia.

"Maquiavélico"

Maquiavelo es más famoso por un pequeño tratado político, El príncipe, escrito


en 1513, pero no publicado hasta 1532, cinco años después de su muerte. A
pesar de que circuló privadamente El príncipe entre amigos, el único trabajo
teórico que se imprimirá en su vida fue El arte de la guerra, sobre la ciencia
militar. Desde el siglo XVI, las generaciones de políticos siguen siendo atraídos y
repelidos por su aceptación aparentemente neutral, o incluso estímulo positivo,
de la inmoralidad de los hombres poderosos, que se describe en especial en El
Príncipe, sino también en sus otras obras. Cualquiera que sea su intención, que
están siendo objeto de debate hoy, se ha asociado con cualquier propuesta en la
que "el fin justifica los medios". Por ejemplo Leo Strauss (1958, p. 297) escribió:

Maquiavelo es el único pensador político cuyo nombre ha entrado en uso


común para designar un tipo de política, que existe y seguirá existiendo
independientemente de su influencia, una política guiada exclusivamente por
consideraciones de oportunidad, que utiliza todos los medios, regular o mal, de
hierro o el veneno, para el logro de sus fines - a su fin es el engrandecimiento de
la patria o la patria -, sino también con la patria al servicio de la auto-
engrandecimiento del político o estadista o parte de uno.

Sus obras son a veces incluso se dice que han contribuido a las connotaciones
negativas modernas de las palabras "política" y "político", y dentro de unas
pocas generaciones, "Old Nick" se convirtió en un término de Inglés para el
diablo y se convirtió en el adjetivo maquiavélico un término peyorativo que
describe a alguien que pretende engañar y manipular a otros para obtener
ventajas personales. "Maquiavelismo" sigue siendo un término popular utilizado
en los discursos y el periodismo, mientras que en la psicología, que designa un
tipo de personalidad.
Biografia

Maquiavelo nació en Florencia, Italia, el tercer hijo del abogado Bernardo di


Niccolo Maquiavelo, y su esposa, Bartolomea di Stefano Nelli. La familia de
Maquiavelo se cree que son descendientes de los marqueses de edad de la
Toscana, y han producido trece florentinos Gonfalonieres de Justicia, una de las
oficinas de un grupo de nueve ciudadanos elegidos por sorteo cada dos meses,
que formaron el gobierno , o de la Señoría. Maquiavelo, como mucha gente de
Florencia, no fue sin embargo un ciudadano de pleno derecho de Florencia,
debido a la naturaleza de la ciudadanía florentina en ese tiempo, incluso bajo el
régimen republicano.

Maquiavelo nació en una época tumultuosa - Papas libraron guerras adquisitiva


contra ciudades-estado italianas, las personas y las ciudades podrían caer del
poder en cualquier momento. Junto con el Papa y las principales ciudades como
Venecia y Florencia, las potencias extranjeras como
Francia, España, el Sacro Imperio Romano, y
Suiza, lucharon por la influencia regional y el
control. Alianzas político-militares cambiaron
continuamente, con condottieri que se cambió de
bando sin previo aviso, y los gobiernos de corta
duración subiendo y cayendo.

Maquiavelo aprendio gramática, retórica y latín. Se


cree que él no aprendió griego, a pesar de que
Florencia fue a la vez que uno de los centros de la
erudición griega en Europa. En 1494, Florencia
restauró la república - la expulsión de la familia
Medici, que gobernó Florencia durante unos
sesenta años. En junio de 1498, poco después de la
ejecución de Savonarola, Maquiavelo, a la edad de
29 años, fue elegido como jefe de la cancillería
segundo. En julio de 1498, fue nombrado también
secretario de la Dieci di Libertà e Pace. Estaba en un consejo encargado de los
asuntos diplomáticos y militares de negociación, llevando a cabo, entre 1499 y
1512, varias misiones diplomáticas, a la corte de Luis XII de Francia, a la de
Fernando II de Aragón, en España, en Alemania, y del papado en Roma, en los
estados italianos. Por otra parte, desde 1502 hasta 1503, fue testigo de los
métodos eficaces de fomento del Estado de Cesare Borgia (1475 a 1507), hijo
del Papa Alejandro VI, que era entonces la ampliación de sus territorios del
centro de Italia.
Entre 1503 y 1506, Maquiavelo fue el responsable de la milicia florentina,
incluida la defensa de la ciudad. Desconfiaba de los mercenarios (una
desconfianza que se explica en sus informes oficiales, y más tarde en sus
trabajos teóricos), prefiriendo un ciudadano políticamente invertido la milicia -
una filosofía que dio sus frutos. Su dominio del florentino ciudadanos-soldados
derrotados de Pisa en 1509, sin embargo, en agosto de 1512, los Medici,
ayudado por el Papa Julio II, que se utiliza para derrotar a las tropas españolas
los florentinos en Prato. Piero Soderini renunció como jefe de Estado de
Florencia, y la izquierda en el exilio. La ciudad-estado de Florencia y de la
República se disolvieron. Maquiavelo fue privado de la oficina en 1512 por los
Medici, y, en 1513, fue acusado de conspiración, y detenido y encarcelado por
un tiempo. A pesar de la tortura ("con la cuerda", donde se cuelga el prisionero
de sus muñecas atadas, de la parte posterior, obligando a los brazos para
soportar el peso del cuerpo, lo que disloca los hombros), que negó su
participación y fue puesto en libertad y, se fue a sus bienes, en San Andrés en
Percussina, cerca de Florencia, que escribió los tratados políticos que se ganó
su lugar en el desarrollo intelectual de la filosofía política y la conducta política.
También mantuvo una correspondencia muy conocida con los mejores amigos
con conexiones políticas, en un intento a participar una vez más en la vida
política.

Maquiavelo murió en 1527 a la edad de 58 años. Fue enterrado en la Iglesia de


Santa Croce en Florencia, Italia. Un epitafio en su honor se inscribe en un
pequeño monumento. La leyenda latina dice: TANTO NOMINI nullum PAR
ELOGIUM ("tan gran nombre ninguna alabanza adecuada" o "no elogio seria
apropiado como un gran nombre").
El pensamiento de Maquiavelo

La envergadura y la influencia del pensamiento de Nicolás Maquiavelo en la


historia de las ideas políticas es un hecho incontrastable. Apenas ha habido
pensador o actor directo en los movimientos políticos de la historia occidental
que no haya tenido a "El Príncipe" como libro de cabecera.

La visión del hombre de la que se nutre "El Príncipe" es la del Renacimiento.


Anteponiendo el crudo realismo de Hobbes al romanticismo que vendría con
Rousseau, Maquiavelo vio al hombre como un ser emotivo y fácilmente
dominable por la sociedad, y de ningún modo un ser racional y libre. De moral
hedónica y utilitaria, eminentemente formalista, el hombre de Maquiavelo
responde a la acción mediante un cálculo de utilidad. En la balanza moral se
pesan, no la finalidad a que tiende la acción, sino las cantidades aprovechables
de dicha y dolor.

La ética guerrera de Maquiavelo se nutría del concepto de "virtus" y "patria"


romanos. La virtud era una entidad moral muda de significado como tal.
Tampoco significaba nada como sentimiento moral. La virtud es fuerza y energía
empleadas con lógica inflexible, sin escrúpulos, para obtener fines de poder.

En cuanto a la relación que planeta Maquiavelo entre política y moral, el filósofo


italiano fue el primero que planteó una relación de estricta causalidad entre fines
y medios en política. Quien quiere los fines debe querer los medios. El fin de la
política es el poder. Podrá ese fin estar o no en relación a una "causa"
determinada: el bien general, la protección de los súbditos, la salvación de la
patria, la conquista, la hegemonía de una raza, etc. Todos estos y muchos otros
fines pueden estar presentes o no, pueden ser perseguidos real o ficticiamente,
y revelan, en el fondo, un problema insoluble: la imposibilidad de un consenso
sobre los valores últimos que sustentan el ejercicio de la política.
El príncipe

Escrito en 1532, El príncipe es un ensayo sobre la conservación del poder. De él


surge la famosa frase con la que muchos identifican a Maquiavelo: el fin justifica
los medios. El libro comienza con una breve dedicación que hace Maquiavelo a
Lorenzo de Medici y su propósito al escribir el mismo.

Maquiavelo habla de la necesidad de encarnar el poder en el jefe único. Un


legislador hábil es aquel que emplea toda su industria para concentrar el poder
en sus manos.

La tarea del Principe es la Conservación y afianzamiento del poder, son los


criterios últimos. Pero el poder sólo puede afirmarse cuando descansa sobre sí
mismo, no en otros. Si contar con el amor del pueblo es bueno y recomendable
para el Príncipe, mucho más seguro es que cuente con su temor. Como los
sentimientos son lazos frágiles, contar con el temor de los súbditos a ser
castigados, es el medio más firme de mantener la credibilidad y la docilidad de
un pueblo.

Sus escritos hablan sobre los principios en los que se basa un Estado ideal y los
medios para mantenerlos. En la obra describe el método por el cual un
gobernante puede adquirir y mantener el poder político.

Según Maquiavelo, al político incumbe una tarea inmediata, la única realizable


en las circunstancias históricas del tiempo; la de un príncipe unificador y
reorganizador de la nación italiana. De esto deriva la configuración de la figura
del príncipe. Si una comunidad no tiene otro modo de salir del desorden y de la
servidumbre política más que organizarse en principiado, la realización de este
principado se convierte en un objetivo que encuentra su norma y su justificación
en sí misma. Esta tarea implica el riesgo de decaer y sumirse en la tiranía. Por
esta razón Maquiavelo ha sido considerado uno de los políticos más polémicos
de ésta época.

"El Príncipe" enfrenta a la lector al triunfo del espíritu renacentista sobre la


religión, y bordea el lado más creador y sombrío de los hombres en la ardua e
inconclusa tarea de perfeccionamiento de la conciencia humana y de la
sociedad. Generalmente se afirma que la historia es el registro de los choques
entre situaciones o estructuras extremas. Desde esa interpretación, "El Príncipe"
de Nicolás Maquiavelo es la síntesis de la disolución de un mundo del medioevo,
y el nacimiento de un nuevo principio de realidad en el que el hombre volvía a
ser la preocupación esencial de todas las cosas, en el Renacimiento.

Si la política debía ser el arte de lo posible, para Maquiavelo ello significaba que
ésta debía de basarse en realidades. Las necesidades de cambio que él formuló
para su tiempo fueron extraídas de su observación del mundo material y del
estado de ánimo colectivo de sus compatriotas. Sin embargo en la médula de "El
Príncipe " se encuentra la reivindicación del Estado moderno como articulador
de las relaciones sociales y la necesidad de que los hombres vivan en libertad.

Obras:

(1469-1527) Discursos sobre las Décadas de Tito Livio

(1521-1522) El Príncipe

(1513-1516) Anales de Italia

(1504) Vida de Castruccio

(1520) Arte de la Guerra

(1520) Historia de Florencia (inconclusa)

(1520) La Mandrágora (comedia)(impresa en 1524)

(1520) Clizia (comedia) Comedia en prosa (sin título) Belfegor (novela)

Maquiavelo , Una estrategia actual.

"El Príncipe" de Nicolás Maquiavelo (1469 – 1527) es considerado por muchos


expertos en Ciencia Política como el primer tratado en dicha materia.
Muchos reducen este escrito en que "el fin justifica los medios".
Pero si observamos con más detenimiento la profundidad de la exposición de
Maquiavelo, podemos sustraer ápices de gran valor aplicables en nuestros días.

Muchos de nosotros nos encerramos en miles de lecturas modernas para


aportarnos valor en nuestro día a día profesional. Tal vez, muchas de las
respuestas que necesitamos pueden surgir de una lectura en profundidad de un
manual tan sencillo para nuestros días como tan revolucionario para su época.
He aquí un pequeño inciso en algunos aspectos de la gestión de equipos.

Cuando Maquiavelo se refiere al "príncipe", para el caso de esta exposición se


tomará como traducción a un/a director/a de departamento, a un/a gestor/a de
personas, en definitiva, a aquel/la responsable de conducir y guiar equipos.

Según Hector Colonques, Consejero Delegado de Porcelanosa,


"lo importante no es el poder sino la autoridad que ganas día a día". "Vale la
pena quemar esfuerzos por algo en lo que uno cree".

Se procede a continuación a indicar párrafos de dicho escrito, en algunos casos


comentados, sobre distintos aspectos referentes a la gestión empresarial.
En referencia a la responsabilidad de gestionar un nuevo equipo
"El nuevo príncipe se crea enemigos en todos aquellos a quienes ofendió
ocupando el principado",
es decir, que cuando se nos encomienda el reto de gestionar un nuevo equipo o
departamento siempre habrá personas que nos verán como una amenaza y
otras como una alternativa positiva por la que se puede intentar apostar.
"Quienes por los caminos de la virtud llegan a príncipes (...), adquieren el
principado con dificultad, pero lo mantienen fácilmente. (...) Debe tenerse en
cuenta que no hay cosa más difícil de intentar, ni menos segura de conseguir, ni
más peligrosa de manejar, que llegar a jefe o príncipe e imponer nuevas leyes.
Porque serán enemigos suyos cuantos aman las viejas instituciones, y tibios
amigos y defensores quienes amen las nuevas."
El hecho de que un equipo cambie de gestor/a siempre supone un "trauma" para
dichos colaboradores ya que estamos posiblemente ante nuevas formas de
llevar a cabo los objetivos y manejar los recursos existentes.

En cualquier caso, comienza aquí una dura temporada en la que ganarse al


equipo será uno de los principales retos. Deberá estar preparado y
"hacer como los buenos arqueros que, conociendo la distancia del blanco y la
envergadura del arco, levantan la mira por encima del punto destinado, no para
llegar con su flecha a tanta altura, sino para dar en el blanco con la ayuda de
mira tan alta. (...) En los principados del todo nuevos, con un nuevo príncipe,
éste hallará mayor o menor dificultad según sea más o menos grande su valor"
del gestor.

También es necesario tener en cuenta que


"(...) los estados creados repentinamente no pueden tener raíces profundas ni
ramas sólidas, como ocurre en la naturaleza con todo lo que crece de la noche a
la mañana".
Es decir, a su llegada, el líder de un equipo totalmente nuevo no puede
pretender llegar a resultados elocuentes el primer año. Posiblemente sea un año
de resultados mediocres debido a la falta de consolidación ya que una gran
parte del tiempo deberá dedicarse a encauzar cada uno de los componentes en
su nuevo cometido.

Referente al apoyo psicológico y motivación al equipo

Muchos son los gestores que se refugian en grandes despachos alejados de sus
más inmediatos colaboradores, creyendo que su posición debe implicar un
alejamiento físico.
Maquiavelo indica que
"habitando en el territorio (...) puede observarse como nacen los desórdenes y
ponerles temprano remedio. (...). Los (...) súbditos viven satisfechos por la
proximidad del príncipe y es más fácil amarlo".
Cualquier gestor/a de equipos podrá seguramente darme la razón. El hecho de
trabajar codo con codo con los colaboradores más inmediatos implica que nos
preocupemos no sólo por los resultados, sino también por el bienestar y el apoyo
a nuestro equipo.
"El príncipe debe animar a sus conciudadanos a ejercer tranquilamente su
profesión.
(...) Debe premiar a quienes hacen tales cosas y a quien pretende (...)
engrandecer su ciudad.
(...) En los períodos adecuados del año, debe divertir a su pueblo con fiestas y
espectáculos. Y como toda ciudad está dividida en corporaciones y en barrios, el
príncipe debe tener en cuenta esa universalidad."

Sobre la gestión de proyectos específicos

"Los principados (...) se gobiernan de dos modos: o Por un príncipe que tiene a
los demás a su servicio y entre ellos escoge unos ministros que le ayuden en el
gobierno o Por un príncipe acompañado por barones que no lo son por gracia
del soberano sino por propio derecho hereditario (...). Suelen tener territorios y
súbditos propios".Con respecto al segundo, uno debe "contar con encontrarse a
los súbditos de aquél (...) unidos. (...) Pero si se le derrotara en la batalla de
manera que no pudiese rehacer su ejército, ya no habría más que temer". (...)
También se puede "entrar en ellos (...) con sólo unirse a algún noble
descontento o amigo de innovaciones. (...) Puede abrir el camino y facilitar la
victoria, pero cuando se trata de mantenerla (...) habrá dificultades".

Sobre la formación

"Todos los (...) que contaban con las armas vencieron; los desarmados fueron
siempre vencidos" "Nunca ha sucedido que un príncipe nuevo desarmara a sus
súbditos. Por el contrario, si los encontraba desarmados, procuraba armarlos.
(...) Se convierten así en ciudadanos fieles a los que no lo parecían, y los que ya
lo eran aumentan su lealtad. (...)" "Es mucho más fácil conquistar amigos entre
quienes eran felices con el gobierno anterior, aunque al principio no
simpatizaran con el nuevo príncipe, que entre quienes se declararon en seguida
amigos suyos y le ayudaron a ocupar el Estado. (...) El príncipe que teme más a
su pueblo que al forastero debe construir fortalezas; quien teme más al forastero
que al pueblo, prescinde de ellas. (...) La mejor fortaleza que pueda darse es el
amor del pueblo".
Referente a la defensa del nicho de mercado

"(...) A los hombres no les gusta meterse en empresas que ofrecen dificultad, y
ciertamente no es fácil atacar a un príncipe que tiene sus tierras en pleno vigor y
no es odiado por su pueblo.
(...) Es necesario tener murallas, fosos bien hechos y suficiente artillería."
"Un príncipe nunca debe apartar su pensamiento del ejercicio de la guerra; y en
la paz debe ejercitarse aún más, cosa que puede hacer de dos maneras: con la
práctica y con la meditación.
(...) La práctica le enseña cómo es el propio país y cuál es el mejor modo de
defenderlo, además de que el conocimiento del propio territorio le ayuda a
comprender con más facilidad cualquier otro terreno que haya de explorar.
(...) Para la meditación, el príncipe debe leer las historias y meditar en ellas las
acciones de los hombres más excelentes."
"Existen dos modos de combatir: mediante las leyes y por la fuerza. El primero
es propio del hombre; el segundo, de las bestias. Pero como a veces el primero
no basta, conviene recurrir al segundo. Con respecto a la bestia, el león no sabe
defenderse de las trampas y el zorro no se defiende de los lobos. (...) Hay que
ser raposo para conocer bien las trampas y león para infundir terror a los lobos.
(...) Contar con un ánimo dispuesto a moverse según sople el viento de la
fortuna e imponer las diferentes circunstancias, sin apartarse del bien (...) pero
sabiendo también entrar en el mal, si es necesario." "Puede llamarse crueldad
bien usada (si es lícito hablar bien de lo que es malo) la que se lleva a cabo
rápidamente, para lograr la firmeza del poder, y después no se insiste en ella,
sino que se busca la mayor utilidad posible para los súbditos. (...) De lo cual hay
que deducir que quien usurpa un Estado debe realizar de una vez todos los
actos de crueldad que estime necesarios para lograr su objetivo."

Acerca de las características del equipo

"Los principales fundamentos de los Estados (...) son las buenas leyes y las
buenas armas.
(...) Las armas (...) pueden ser propias, mercenarias, auxiliares y mixtas. Las
mercenarias y auxiliares son inútiles y peligrosas. (...) Los soldados mercenarios
viven desunidos, son ambiciosos, indisciplinados, desleales. (...) Sólo los retiene
(...) el amor al dinero". "Las auxiliares son las que un poderoso presta a otro
para su ayuda y defensa. (...) Si pierden, la derrota es tuya; y si ganan, quedas a
su merced. (...) Un príncipe prudente (...) prefiere perder con las suyas que
vencer con las ajenas."
Sobre la relación con el equipo

"El príncipe debe ser tan prudente como para evitar la mala fama de los vicios
que pueden inducir a desposeerle de su autoridad. (...) Ni ha de preocuparse de
que se le censure por defectos sin los cuales difícilmente puede salvarse el
Estado."

"Todo príncipe debe preferir que se le tenga por piadoso y no por cruel. (...) No
debe cuidar de que se le llame cruel si se trata de mantener fieles y unidos a sus
súbditos, (...) por exceso de piedad crecen los desórdenes." "El príncipe nuevo
no puede evitar al ser tenido por cruel, porque sus territorios recién adquiridos
están plagados de peligros. (...) El príncipe nuevo (...) procederá
templadamente, con prudencia y humanidad, para que el exceso de confianza
no lo haga incauto y la demasiada suspicacia lo convierta en un ser intolerable."
"El príncipe debe hacerse temer de tal modo que, si no se gana el amor de sus
súbditos, al menos evite su odio. (...) Pueden conjugarse no ser odiado y ser
temido. (...) Y en el caso de que haya que proceder (...) hágalo con justificación
conveniente y probada causa. Pero sobre todo no toque los bienes ajenos
porque los hombres olvidan más fácilmente la muerte del propio padre que la
pérdida del patrimonio."
"El príncipe debe ingeniárselas para que en su conducta se vea grandeza,
ánimo, gravedad, fortaleza. (...) Manteniendo una fama tal que nadie se atreva a
engañarle o a hacerle cambiar de opinión. (...) Los Estados bien organizados y
los príncipes prudentes han cuidado siempre de que sus magnates no pierdan
confianza en ellos y que el pueblo viva satisfecho."

Acerca de la importancia del equipo

"La inteligencia de un señor se funda en los hombres que le rodean; si son


capaces y fieles. (...) Existen tres clases de inteligencia: · Los que entienden por
sí mismos: es óptimo · Los que disciernen lo que entiende otro: es excelente ·
Los que no entienden por sí mismo ni por otros: es inútil Para conocer a alguien,
hay un procedimiento que nunca falla: cuando veas que piensa más en sí mismo
que en ti y que en todos sus actos sólo busca el propio bien, puedes decir que
no es buen servidor. (...) Por su parte, el príncipe, para mantenerlo fiel, debe
honrarlo, (...) concederle honores y encargos." "Fuera de los hombres de
confianza, no debe escuchar a otros." "Se puede admitir que la suerte gobierne
la mitad de nuestras acciones, dejando la otra mitad a nuestro arbitrio."

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