Nicolás Maquiavelo
Nicolás Maquiavelo
Nicolás Maquiavelo
"Maquiavélico"
Sus obras son a veces incluso se dice que han contribuido a las connotaciones
negativas modernas de las palabras "política" y "político", y dentro de unas
pocas generaciones, "Old Nick" se convirtió en un término de Inglés para el
diablo y se convirtió en el adjetivo maquiavélico un término peyorativo que
describe a alguien que pretende engañar y manipular a otros para obtener
ventajas personales. "Maquiavelismo" sigue siendo un término popular utilizado
en los discursos y el periodismo, mientras que en la psicología, que designa un
tipo de personalidad.
Biografia
Sus escritos hablan sobre los principios en los que se basa un Estado ideal y los
medios para mantenerlos. En la obra describe el método por el cual un
gobernante puede adquirir y mantener el poder político.
Si la política debía ser el arte de lo posible, para Maquiavelo ello significaba que
ésta debía de basarse en realidades. Las necesidades de cambio que él formuló
para su tiempo fueron extraídas de su observación del mundo material y del
estado de ánimo colectivo de sus compatriotas. Sin embargo en la médula de "El
Príncipe " se encuentra la reivindicación del Estado moderno como articulador
de las relaciones sociales y la necesidad de que los hombres vivan en libertad.
Obras:
(1521-1522) El Príncipe
Muchos son los gestores que se refugian en grandes despachos alejados de sus
más inmediatos colaboradores, creyendo que su posición debe implicar un
alejamiento físico.
Maquiavelo indica que
"habitando en el territorio (...) puede observarse como nacen los desórdenes y
ponerles temprano remedio. (...). Los (...) súbditos viven satisfechos por la
proximidad del príncipe y es más fácil amarlo".
Cualquier gestor/a de equipos podrá seguramente darme la razón. El hecho de
trabajar codo con codo con los colaboradores más inmediatos implica que nos
preocupemos no sólo por los resultados, sino también por el bienestar y el apoyo
a nuestro equipo.
"El príncipe debe animar a sus conciudadanos a ejercer tranquilamente su
profesión.
(...) Debe premiar a quienes hacen tales cosas y a quien pretende (...)
engrandecer su ciudad.
(...) En los períodos adecuados del año, debe divertir a su pueblo con fiestas y
espectáculos. Y como toda ciudad está dividida en corporaciones y en barrios, el
príncipe debe tener en cuenta esa universalidad."
"Los principados (...) se gobiernan de dos modos: o Por un príncipe que tiene a
los demás a su servicio y entre ellos escoge unos ministros que le ayuden en el
gobierno o Por un príncipe acompañado por barones que no lo son por gracia
del soberano sino por propio derecho hereditario (...). Suelen tener territorios y
súbditos propios".Con respecto al segundo, uno debe "contar con encontrarse a
los súbditos de aquél (...) unidos. (...) Pero si se le derrotara en la batalla de
manera que no pudiese rehacer su ejército, ya no habría más que temer". (...)
También se puede "entrar en ellos (...) con sólo unirse a algún noble
descontento o amigo de innovaciones. (...) Puede abrir el camino y facilitar la
victoria, pero cuando se trata de mantenerla (...) habrá dificultades".
Sobre la formación
"Todos los (...) que contaban con las armas vencieron; los desarmados fueron
siempre vencidos" "Nunca ha sucedido que un príncipe nuevo desarmara a sus
súbditos. Por el contrario, si los encontraba desarmados, procuraba armarlos.
(...) Se convierten así en ciudadanos fieles a los que no lo parecían, y los que ya
lo eran aumentan su lealtad. (...)" "Es mucho más fácil conquistar amigos entre
quienes eran felices con el gobierno anterior, aunque al principio no
simpatizaran con el nuevo príncipe, que entre quienes se declararon en seguida
amigos suyos y le ayudaron a ocupar el Estado. (...) El príncipe que teme más a
su pueblo que al forastero debe construir fortalezas; quien teme más al forastero
que al pueblo, prescinde de ellas. (...) La mejor fortaleza que pueda darse es el
amor del pueblo".
Referente a la defensa del nicho de mercado
"(...) A los hombres no les gusta meterse en empresas que ofrecen dificultad, y
ciertamente no es fácil atacar a un príncipe que tiene sus tierras en pleno vigor y
no es odiado por su pueblo.
(...) Es necesario tener murallas, fosos bien hechos y suficiente artillería."
"Un príncipe nunca debe apartar su pensamiento del ejercicio de la guerra; y en
la paz debe ejercitarse aún más, cosa que puede hacer de dos maneras: con la
práctica y con la meditación.
(...) La práctica le enseña cómo es el propio país y cuál es el mejor modo de
defenderlo, además de que el conocimiento del propio territorio le ayuda a
comprender con más facilidad cualquier otro terreno que haya de explorar.
(...) Para la meditación, el príncipe debe leer las historias y meditar en ellas las
acciones de los hombres más excelentes."
"Existen dos modos de combatir: mediante las leyes y por la fuerza. El primero
es propio del hombre; el segundo, de las bestias. Pero como a veces el primero
no basta, conviene recurrir al segundo. Con respecto a la bestia, el león no sabe
defenderse de las trampas y el zorro no se defiende de los lobos. (...) Hay que
ser raposo para conocer bien las trampas y león para infundir terror a los lobos.
(...) Contar con un ánimo dispuesto a moverse según sople el viento de la
fortuna e imponer las diferentes circunstancias, sin apartarse del bien (...) pero
sabiendo también entrar en el mal, si es necesario." "Puede llamarse crueldad
bien usada (si es lícito hablar bien de lo que es malo) la que se lleva a cabo
rápidamente, para lograr la firmeza del poder, y después no se insiste en ella,
sino que se busca la mayor utilidad posible para los súbditos. (...) De lo cual hay
que deducir que quien usurpa un Estado debe realizar de una vez todos los
actos de crueldad que estime necesarios para lograr su objetivo."
"Los principales fundamentos de los Estados (...) son las buenas leyes y las
buenas armas.
(...) Las armas (...) pueden ser propias, mercenarias, auxiliares y mixtas. Las
mercenarias y auxiliares son inútiles y peligrosas. (...) Los soldados mercenarios
viven desunidos, son ambiciosos, indisciplinados, desleales. (...) Sólo los retiene
(...) el amor al dinero". "Las auxiliares son las que un poderoso presta a otro
para su ayuda y defensa. (...) Si pierden, la derrota es tuya; y si ganan, quedas a
su merced. (...) Un príncipe prudente (...) prefiere perder con las suyas que
vencer con las ajenas."
Sobre la relación con el equipo
"El príncipe debe ser tan prudente como para evitar la mala fama de los vicios
que pueden inducir a desposeerle de su autoridad. (...) Ni ha de preocuparse de
que se le censure por defectos sin los cuales difícilmente puede salvarse el
Estado."
"Todo príncipe debe preferir que se le tenga por piadoso y no por cruel. (...) No
debe cuidar de que se le llame cruel si se trata de mantener fieles y unidos a sus
súbditos, (...) por exceso de piedad crecen los desórdenes." "El príncipe nuevo
no puede evitar al ser tenido por cruel, porque sus territorios recién adquiridos
están plagados de peligros. (...) El príncipe nuevo (...) procederá
templadamente, con prudencia y humanidad, para que el exceso de confianza
no lo haga incauto y la demasiada suspicacia lo convierta en un ser intolerable."
"El príncipe debe hacerse temer de tal modo que, si no se gana el amor de sus
súbditos, al menos evite su odio. (...) Pueden conjugarse no ser odiado y ser
temido. (...) Y en el caso de que haya que proceder (...) hágalo con justificación
conveniente y probada causa. Pero sobre todo no toque los bienes ajenos
porque los hombres olvidan más fácilmente la muerte del propio padre que la
pérdida del patrimonio."
"El príncipe debe ingeniárselas para que en su conducta se vea grandeza,
ánimo, gravedad, fortaleza. (...) Manteniendo una fama tal que nadie se atreva a
engañarle o a hacerle cambiar de opinión. (...) Los Estados bien organizados y
los príncipes prudentes han cuidado siempre de que sus magnates no pierdan
confianza en ellos y que el pueblo viva satisfecho."