Alfonso Gomez

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ALFONSO GOMEZ

Alfonso GÓMEZ-LOBO, Los bienes humanos. Ética de la ley natural (trad. A. Carrasco),
Mediterráneo, Santiago de Chile, 2006, 174 pp.
Alfonso Gómez-Lobo, es un filósofo chileno que
reside en los Estados Unidos, y que hace pocos
años había publicado una obra sólida, erudita y
sugerente: La Ética de Sócrates (Trad. A. Palet,
Santiago de Chile, Editorial Andrés Bello,
1998,246 pp. El original ingles lleva el título de
The Foundations of Socratic Ethics, Indianapolis,
Hackett Publishing Company, 1994).
En Los bienes humanos, Gómez-Lobo ensaya
una síntesis general sistemática de la versión de
la ética de la ley natural que se ha reseñado en el
párrafo precedente, y lo hace no sólo con solvencia y originalidad, sino con un modo de
aproximación especialmente atrayente y persuasivo, que consiste en partir -socráticamente-
de las evidencias primarias de la experiencia moral, para desarrollar luego, a partir de allí,
las afirmaciones fundamentales de la filosofía moral.
A continuación, Gómez estudia los que denomina "principios complementarios de la
racionalidad práctica", que son los "bienes humanos básicos" o dimensiones centrales del
perfeccionamiento humano. En este punto, Gómez analiza la diferencia entre los bienes
reales y los bienes aparentes, criticando la tesis subjetivista según la cual algo es bueno, lisa
y llanamente, cuando le parece como tal al sujeto de acción moral. Pone también de relieve
la diferencia que existe entre la autonomía humana entendida como capacidad de elegir las
vías de acceso al bien conocido y la autonomía como "capacidad de determinar por sí mismo
su propio bien" (p. 26). Según G-L la tesis subjetivista es fácilmente refutada, ya que
cualquiera que admita que su propia opinión puede a veces. Fallar, ya ha admitido, en la
práctica, la falsedad de la tesis subjetivista.
La nómina de bien - es humanos básicos formulada por Gómez es la siguiente: la vida, al
que considera el primero y fundante, la familia, la amistad, el trabajo, el juego, la experiencia
de la belleza, el conocimiento, teórico y práctico, y la armonía interior. En cada caso, Gómez
muestra cómo cada uno de estos bienes es por sí mismo un componente inexcusable de la
vida humana buena o vida lograda. Esta nómina difiere parcialmente de la efectuada por J.
Finnis (vida, conocimiento, experiencia estética, juego, socialidad y amistad, racionalidad
práctica y religión), y por G. Grisez (agrega a los anteriores la "integridad", en el sentido de
armonía) pero es claro que depende en lo fundamental de ellas. La evidente ventaja del
tratamiento que hace de estos bienes humanos G-L es el mayor desarrollo de la defensa de
su carácter básico como integrantes del bien humano.
ADELA CORTINA
La filósofa y catedrática española, Adela
Cortina, es una de las voces más autorizadas para
hablar de ética con relación a valores como la
justicia o la felicidad y en ámbitos como la
educación o la empresa. Durante 27 años ha sido
directora de la Fundación ÉTNOR, para la ética
de los negocios y de las organizaciones. Cortina
dialoga con Martha Ortiz, directora de EL
COLOMBIANO y Jorge Mario Velásquez,
presidente de Grupo Argos, en la tercera entrega
de la serie Visionarios.
Adela cortina: “La ética se dirige fundamentalmente a unir dos valores humanos que son
imprescindibles para vivir: la justicia y la felicidad. A fin de cuentas, la justicia es el tipo de
relaciones que entablamos unos con otros. Por ello, hay que adaptarla a cada uno, porque no
es lo mismo el niño, el adolescente o el adulto.
Adela Cortina: “La justicia es un valor que todos están de acuerdo en cómo se define: es dar
a cada uno lo que le corresponde. El gran problema es decir qué es lo que le corresponde a
cada uno. Ha existido una gran cantidad de teorías —en toda la historia de la filosofía y según
los últimos tiempos—, pero para decidir qué es lo justo es preciso que lo hagan los mismos
afectados por las preguntas por la justicia.
Adela Cortina: “Hay muchos resortes. Lo justo es una exigencia, porque debemos hacerlo.
Por una parte, todo el mundo recurre a lo mismo, que es la educación pero este es un recurso
de largo aliento. Al formar desde la escuela en la que, efectivamente, todos los seres humanos
tienen dignidad y no un simple precio, lo que quiere decir es que tienen que ver respetados
todos sus derechos de primera y segunda generación y que no pueden ser despreciados; no
puede ser que estén enfermos y no tengan una asistencia sanitaria. Sobre eso hay que educar,
comentándolo y degustándolo desde la infancia.
Adela Cortina: “¿Se puede transformar la sociedad desde la sociedad civil? Y entonces la
pregunta es: ¿qué compone la sociedad civil? El mundo empresarial y el económico. Así
como el Estado tiene la capacidad de coaccionar para que la gente cumpla las leyes (...) una
empresa que funciona bien, que no es corrupta, sino que establece relaciones con los
ciudadanos y con el Estado, y que es una empresa ciudadana, es una fuente de riqueza
enorme, tanto material como inmaterial.
FERNANDO SAVATER
Nacido en San Sebastián el 21 de junio
de 1947, Fernando Savater es escritor y
filósofo, disciplina que enseña e imparte
desde su cátedra en la Universidad
Complutense de Madrid. Dedicado
sobre todo a la reflexión sobre la ética,
ha publicado más de cincuenta obras de
ensayo político, literario y filosófico,
narraciones y obras de teatro, además de
cientos de artículos en la prensa
española y extranjera. Algunos de sus
libros han sido traducidos a más de
veinte idiomas.
Tres de sus libros más divulgados y leídos, Ética para Amador, Política para Amador y Las
preguntas de la vida, fueron escritos con la intención de que todos, desde los adolescentes
hasta los mayores, perdamos el miedo a enfrentarnos a las cuestiones filosóficas. Y lo ha
conseguido. Tiene el insólito mérito de haber convertido unos libros de ética en bestsellers.
En Filosofía habíamos hecho una cosa que llamábamos "tomas de cátedra" [...] Intentábamos
convencer a algunos catedráticos y claro, unos se dejaban y otros no. Algunos se fueron y a
otros los echamos [...] El radicalismo siempre me ha fascinado. La agresividad verbal, las
explosiones excesivas, todo eso me encantaba.
Dos aclaraciones respecto a la libertad:
Primera: No somos libres de elegir lo que nos pasa (haber nacido tal día, de tales padres y en
tal país, padecer un cáncer o ser atropellados por un coche, ser guapos o feos, que los aqueos
se empeñen en conquistar nuestra ciudad, etc.), sino libres para responder a lo que nos pasa
de tal o cual modo (obedecer o rebelarnos, ser prudentes o temerarios, vengativos o
resignados, vestirnos a la moda o disfrazarnos de oso de las cavernas, defender Troya o huir,
etc.).
Segunda: Ser libres para intentar algo no tiene nada que ver con lograrlo indefectiblemente.
No es lo mismo la libertad (que consiste en elegir dentro de lo posible) que la omnipotencia
(que sería conseguir siempre lo que uno quiere, aunque pareciese imposible).
Por ello, cuanta más capacidad de acción tengamos, mejores resultados podremos obtener de
nuestra libertad. Soy libre de querer subir al monte Everest, pero dado mi lamentable estado
físico y mi nula preparación en alpinismo es prácticamente imposible que consiguiera mi
objetivo
Manuel Carreño
Manuel Antonio Carreño nació en Caracas, Venezuela, en 1812 y murió en París, Francia,
en 1874. Fue músico, pedagogo y diplomático venezolano. Sobrino de Simón Rodríguez,
maestro del Libertador Simón Bolívar, desde temprana edad mostró su vocación por la
pedagogía. Como parte de su trabajo como educador, tradujo -con la colaboración del doctor
Manuel María Urbaneja- el Catecismo razonado, histórico y dogmático del abate Thériou, y
la Introducción al método para estudiar la lengua latina de J.L. Burnouf. En 1853 publicó por
partes el Manual de urbanidad y buenas maneras, cuyo título completo fue Manual de
urbanidad y buenas maneras para uso de la juventud de ambos sexos en el cual se encuentran
las principales reglas de civilidad y etiqueta que deben observarse en las diversas situaciones
sociales, precedido de un breve tratado sobre los deberes morales del hombre. El libro,
dedicado a su hija Teresa Carreño, tuvo un gran éxito y fue rápidamente difundido por toda
Latinoamérica. Fue, sin duda, el gran best seller del siglo XIX y hasta el día de hoy siguen
reimprimiéndose nuevas ediciones del libro.
La expresión "Manual de Carreño" se popularizó en toda
América Latina durante el siglo XIX y hasta el día de
hoy continúa siendo recurrente. No obstante, pocas
personas conocen algo sobre la vida de este pedagogo, y
algunos le atribuyen, incluso, nacionalidades falsas,
como es el caso de Joaquín Edwards Bello en una reseña
que hizo sobre el Manual en 1942.
El Manual de urbanidad y buenas maneras, conocido
popularmente como Manual de Carreño, fue escrito por
Manuel Antonio Carreño en España, en 1853. Esta obra
contiene lecciones y consejos sobre cómo deben
comportarse las personas en lugares públicos y privados,
tales como el hogar, la familia, la escuela y el trabajo.
El manual se divide en “Deberes morales del hombre” y “Urbanidad”. Cada uno contiene
capítulos donde se dan a conocer las lecciones aplicables en distintas situaciones y espacios.
También contiene subcapítulos donde se presenta y se jerarquiza lo contenido en el capítulo.
Esta estructura facilita la lectura del manual, ya que si se necesitaba consultar un dato en
específico, por ejemplo: modales en la mesa. No era necesario leer todo el manual, sino que,
por medio de la consulta del índice, el lector encuentra lo que necesita en "Urbanidad".
Al inicio de cada capítulo y subcapítulo, se justifica la existencia de esa regla y se concluye
con la presentación de las normas. Algunas ediciones del manual contienen imágenes, que
ilustran la norma o sugieren algún movimiento corporal adecuado para la situación. Por
ejemplo, la postura para rezar.

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