La Celula
La Celula
La Celula
En la clase anterior estudiamos cómo hacen las células somáticas para dividirse y el propósito
por el que se dividen. Ahora aprenderemos cómo hacen las células de la línea germinal para
dividirse y también con qué propósito lo hacen.
Empecemos …
Meiosis, es una palabra de origen griego que significa disminución o reducción. Es un tipo de
división especial que experimentan las células diploides de la línea germinal, en los ovarios,
en las mujeres y en los testículos, en los varones.
Cada una de estas células diploides contiene dos copias de cada cromosoma, uno heredado
de papi (el homólogo paterno) y el otro heredado de mami (el homólogo materno). Estas
células dividen su núcleo por meiosis con el propósito de formar gametos haploides.
Al iniciarse la meiosis, lo mismo que en la mitosis, los cromosomas ya han replicado su ADN
durante la fase S. La meiosis implica entonces, un previo ciclo de replicación de ADN
cromosómico seguido por dos divisiones sucesivas: meiosis I y meiosis II. Esto da como
resultado la formación de cuatro células haploides.
La Profase I es una fase larga y compleja. En esta fase se identifican cinco etapas: leptoteno,
cigoteno, paquiteno, diploteno y diacinesis. La etapa de leptoteno empieza con la
condensación de las fibras de cromatina en estructuras largas y filamentosas. En cigoteno, la
condensación continuada hace que se distingan los cromosomas individuales, empieza la
sinapsis (unión de los cromosomas homológos), mediante el complejo sinaptonémico que en
esta etapa empieza a formarse. En el paquiteno, se completa la sinapsis, por lo que se realiza
el entrecruzamiento de los cromosomas homólogos o crossing over. En el diploteno, el
complejo sinaptonémico se desensambla, por lo que los cromosomas homólogos empiezan a
separarse, quedando unidos solamente en los puntos de entrecruzamiento (quiasmas). La
diacinesis, es la etapa final de la profase I, los cromosomas se condensan aún más,
desaparecen los nucleolos, se forma el huso meiótico y la envoltura nuclear se fragmenta,
marcando de esta manera el final de la profase I.
Durante la metafase I, los cromosomas homólogos se anclan por medio de sus cinetocoros a
los microtúbulos del huso meiótico y migran hacia el ecuador del huso. En esta etapa los
cromosomas homólogos se mantienen juntos, exclusivamente por los quiasmas.
En la Anafase I, los cromosomas homólogos se mueven hacia los polos opuestos del huso
empujados por sus respectivos microtúbulos cinetocóricos. Esto permite que cada polo reciba
un juego haploide de cromosomas.
Después que se completa la meiosis I, puede producirse una interfase corta antes que empiece
la meiosis II; sin embargo esta interfase no va acompañada de una replicación del ADN, puesto
que cada cromosoma ya consta de una pareja de cromátides hermanas replicadas en la
interfase que ocurrió previa a la meiosis I.
De este modo, queda claro que el ADN sólo se replica una vez, y esto ocurre antes de la
primera división meiótica.
Sigamos …
La meiosis II se parece a una división mitótica. Se subdivide en las siguientes fases: profase II,
metafase II, anafase II y telofase II.
En anafase II, las cromátides hermanas se separan hacia los polos opuestos del huso.
El resultado final de la meiosis es la formación de cuatro células hijas, cada una conteniendo
un juego haploide de cromosomas.
Estas células haploides son diferentes entre sí, pues cada una está compuesta por una mezcla
aleatoria de cromosomas maternos y paternos. A esta diversidad le sumamos que cada
cromosoma contiene una mezcla de secuencias de ADN materno y paterno formados por el
entrecruzamiento o crossing over realizado durante la profase I, lo cual genera una diversidad
genética adicional entre las células. Por ejemplo, en los gametos humanos, que contienen 23
cromosomas, son posibles más de 8 millones de combinaciones diferentes de cromosomas
maternos y paternos. ¿Cómo se calcula esto?, con la fórmula 2n, donde “n” es el número
haploide de cromosomas. Entonces nuestra fórmula sería:
Este número de combinaciones posibles de gametos es sin considerar el crossing over, lo cual
significa que el número real de combinaciones posibles de gametos es mucho mayor a 2 n.
La meiosis que realizan los varones se denomina espermatogénesis y tiene como propósito
producir espermatozoides. Los varones comienzan a realizar esta meiosis a partir de la
pubertad y continúan haciéndolo por el resto de su vida.
Las células germinales primordiales migran a las gónadas en desarrollo durante las primeras
etapas del desarrollo embrionario y forman las espermatogonias.
Cuando el varón alcanza la madurez sexual, esto es durante la pubertad, las espermatogonias,
empiezan a proliferar rápidamente por mitosis. Algunas adquieren la capacidad de dividirse
indefinidamente (como células madre de las espermatogonias). Otras después de haberse
dividido un número de veces por mitosis se transforman en espermatocitos primarios. A partir
de un espermatocito primario, como resultado de meiosis I se obtienen dos espermatocitos
secundarios. Luego los espermatocitos secundarios hacen una segunda división meiótica y se
obtienen cuatro espermátidas haploides de tamaño similar. Después que se ha completado la
meiosis, las espermátidas se diferencian en espermatozoides, eliminando la mayor parte de
su citoplasma y desarrollando un flagelo y otras estructuras especializadas. Una vez
producidos los espermatozoides, son liberados a la luz del túbulo seminífero, pasando luego
al epididimo, que es un tubo muy largo y muy replegado, que se encuentra junto al testículo,
donde se almacenan los espermatozoides. Los espermatozoides almacenados no están
todavía en condiciones para fecundar un oocito; pues tienen que terminar de madurar y esto
lo hacen en el tracto genital femenino, mediante un proceso llamado capacitación.
La meiosis que realizan las mujeres se denomina oogénesis y tiene como propósito producir
oocitos. Las mujeres comienzan a realizar esta meiosis durante el desarrollo embrionario y
continúan haciéndolo durante los 40 años o más que dure el periodo fértil, es decir hasta llegar
a la menopausia, que es la etapa en que las mujeres dejan de menstruar.
Las células germinales primordiales migran a las gónadas en desarrollo durante las primeras
etapas del desarrollo embrionario y forman las oogonias, las cuales después de dividirse un
número de veces por mitosis empiezan la división meiótica I, recibiendo entonces el nombre
de oocitos primarios. Los oocitos primarios se forman muy temprano entre los 3 y 8 meses de
gestación en el embrión y permanecen detenidos en profase I.
En las niñas recién nacidas la mayoría de los oocitos están rodeados por una capa de una sola
fila de células foliculares. Uno de estos oocitos con sus células foliculares se denomina folículo
primordial. De forma periódica, empezando algunas veces antes del nacimiento, una pequeña
proporción de los folículos primordiales empiezan a crecer convirtiéndose en folículos en
desarrollo, en los que se observan muchas capas de células foliculares (éstas ahora reciben el
nombre de células de la granulosa) rodeando al oocito en crecimiento. Algunos de estos
folículos en desarrollo llegan a formar una cavidad llena con un líquido folicular, el antro, y se
convierten en folículos antrales.
A partir de la pubertad, desde la menarquia (primera menstruación), aproximadamente una
vez cada mes, la glándula pituitaria, secreta una ola de la hormona FSH (hormona folículo
estimulante), la cual acelera el crecimiento de unos 10 a 12 folículos antrales. Uno de ellos
domina sobre los demás y hacia la mitad del ciclo menstrual, la secreción de FSH y de la
hormona LH (hormona luteinizante) desencadena la ovulación: esto es, el oocito primario
dominante concluye la meiosis I y el oocito secundario resultante se detiene en metafase II;
en esta etapa el folículo aumenta rápidamente de volumen y se rompe en la superficie del
ovario, liberando el oocito secundario rodeado por una cubierta de células de la granulosa y
matriz extracelular. El oocito desprendido solo completa la meiosis II si es fecundado por un
espermatozoide.
Veamos algunos detalles relacionados con la oogénesis que vale la pena tener en cuenta:
Al finalizar meiosis I, el citoplasma se divide asimétricamente en dos, dando lugar a dos células
de diferente tamaño: una es un ooocito secundario, el precursor del óvulo y la otra es un
pequeño corpúsculo polar. Estas células inician luego una segunda división meiótica,
quedando detenidas en metafase II. En la ovulación el oocito secundario se desprende del
ovario apto para ser fecundado. Si se produce la fecundación, el oocito se desbloquea y se
completa la meiosis II, transformándose en un óvulo. El óvulo fecundado recibe el nombre de
Cigoto. El primer corpúsculo polar también continúa la meioisis II y se convierte en dos
corpúsculos polares.
Como resultado final de la meiosis se producen un óvulo y tres corpúsculos polares. Los
corpúsculos polares finalmente degeneran.
Los oocitos de la mayoría de animales son células grandes, pues contienen una gran cantidad
de reservas de todos los nutrientes necesarios para el desarrollo inicial del embrión hasta que
alcance el estadio en el que el nuevo individuo sea capaz de alimentarse por sí mismo.
En los 40 años o más que dura el periodo fértil de la vida de una mujer sólo son ovulados de
400 a 500 oocitos. Los otros millones de oocitos primarios restantes presentes en el momento
del nacimiento mueren sin madurar.
Un error denominado “No disyunción” puede producir células a las que, o bien les falta un
cromosoma en particular, o bien contienen un cromosoma extra. La no disyunción puede
ocurrir en anafase I, donde un par de cromosomas homólogos se mantienen juntos. También
puede ocurrir en anafase II, donde las cromátides hermanas de un cromosoma podrían
continuar unidas durante la transición metafase-anafase.
La no disyunción puede afectar tanto a los cromosomas autosómicos como a los cromosomas
sexuales.
Los gametos resultantes tendrían un número incorrecto de cromosomas y tenderían a
producir embriones defectuosos que morirían antes del nacimiento. Sin embargo, unos pocos
de estos gametos pueden participar en la formación de embriones que sobreviven. Por
ejemplo, si un espermatozoide humano anormal que contiene dos copias del cromosoma 21,
fertiliza a un óvulo normal que contiene una copia del cromosoma 21, el embrión resultante
que posee tres copias del cromosoma 21 puede desarrollarse por completo y conduciría al
nacimiento de un niño vivo, pero este niño mostraría una serie de anormalidades en su
desarrollo, incluyendo baja estatura, manos grandes, pliegues sobre los ojos e inteligencia
disminuida, lo que en su conjunto constituye el síndrome de Down (47, XY, +21 o 47, XX, +21).
Espero que esta información te sea útil para reforzar lo que revisaste en clase, para valorar la
belleza y perfección del diseño de los minuciosos procesos que permiten la formación de los
gametos, los cuales gracias a un proceso sobrenaturalmente hermoso de fecundación hicieron
posible tu existencia, hace algunos años atrás.
Ahora que sabes todo lo que pasó para que tú existieras con las características únicas que
posees, porque nadie más en todo el universo es semejante a ti, quiero animarte a asumir con
responsabilidad y gratitud el cuidado de tu preciosa vida. Tu valor como ser humano es
incalculable. Cada una de tus células te lo recuerda cada día. Cuídate y quiérete siempre.
Con mucho cariño,