Capítulo I
Capítulo I
Capítulo I
No siempre la vida es sinónima del bien, ni la muerte sinónima del mal. Existen diferentes maneras de ver la vida y la
muerte. Existe un derecho a la vida, pero qué es la vida cuando estás inmerso en el dolor, en un estado vegetativo, ¿se
podría llamar vida? Además ¿podríamos considerar esta clase de vida, llena de tormento y sufrimiento debido a una
enfermedad, una vida digna?
En muchas culturas la muerte se representa como tristeza y dolor por la partida de la persona sin tomarse en cuenta las
circunstancias en las que pudo partir la persona, se puede hablar de una persona la cual tuvo una enfermedad muy
grave durante los últimos años de su vida y le causaba un gran dolor, entonces si se piensa como la persona la cual
dejó este mundo se podría entender como la muerte un paso hacia la paz que no había podido obtener durante su
último tiempo de vida, en algunas otras culturas, la muerte no se considera algo malo, sino que significaba el paso a
una mejor vida. También podemos destacar que en ocasiones no se lloraba y se lamentaba por la muerte de alguien
debido a que no era tomado como algo triste sino mejor para la persona que ha dejado este mundo. Debido a que
nunca se ha normalizado del todo la muerte se crea un pensamiento de rechazo hacia ella, sin contar que es parte del
ciclo biológico en el que nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos.
Los seres humanos no estamos preparados ni interesados en profundizar, en considerar la llegada de la muerte bajo
otras circunstancias y mucho menos distinguir situaciones difíciles que nos enfrenten a considerar la muerte asistida
bajo “el atemorizador” concepto de eutanasia, siendo tan controvertido por el concepto ético, moral, religioso y en la
mayoría de los casos en nuestras vidas. Solo cuando estamos envueltos directamente en la enfermedad, que involucre
a un ser querido o a nuestra persona, consideramos con una actitud objetiva, lo que realmente puede incluir tomar una
decisión.
Mientras unos mandamientos jurídicos protejan la vida como derecho fundamental, base de los demás derechos
humanos, será difícil que se dé una legalización de la eutanasia.
Después de numerosos intentos por promover la legalización de la eutanasia durante el siglo xx tuvieron poco éxito.
Cabe resaltar que esta práctica no se considera ilegal en una gran diversidad de Estados, la mayoría siendo europeos.
Por ejemplo:
Cuando un médico se encuentra ante una situación donde el paciente tuvo un accidente que lo dejó en estado terminal
o física, psicológicamente derrotado, muriendo lentamente de agonía, sufrimiento. El médico se preguntaría que
puede hacer ante esto, para poder paralizar el sufrimiento del paciente. Ve que no hay ninguna otra alternativa que
aplicarle eutanasia. Y las primeras preguntas son: ¿Acaso el quitarle la vida a un paciente es ético? ¿Qué autoridad
tiene un médico frente a la vida? Pero también deberían preguntarse: ¿Acaso vivir así es digno? ¿Eso es vida? Todos
como seres humanos tienen diferentes conceptos sobre diferentes términos, enfocando lo subjetivo. Para unas
personas es algo anti-ético el arrebatarle la vida a alguien y más siendo un médico, en este caso, pero como personas,
¿es algo humano, de ver a alguien sufriendo, sin poder aliviar ni un poco su dolor? Y bien, podría justificarse
mantener en la vida al enfermo en estado terminal invariable no por motivos éticos, sino científicos, pero estos
motivos se consideran anti-éticos, como se consideran anti-éticos los análisis. Podría ocurrir que la decisión en pro de
la eutanasia tuviera motores económicos: evitar el horror de la experiencia, no del sufrimiento del enfermo, sino de su
aspecto, de su impacto en quienes le rodean. Cuando el paciente no se encuentre en situación des-personalizada, el
problema de la eutanasia puede plantearse formalmente en términos éticos.
Grades figuras representantes de esta religión como lo es el papa Francisco I ha dejado expuesta su opinión sobre la
eutanasia, una de estas se puede observar en su cuenta oficial de twitter donde publicó “la eutanasia y el suicidio
asistido son una derrota para todos”. El pontífice defiende la legitimidad de los cuidados paliativos como alternativa a
la eutanasia, creyendo que la mejor forma para hacer desistir a la persona de realizar este procedimiento es haciéndola
sentir amada y respetada.
Siendo este el máximo líder de la religión católica puede asegurarse de que los creyentes de esta religión consideran
una derrota para la humanidad que se realicen este procedimiento, sin mirar más allá de que la persona por más amada
que pueda llegar a sentirse la enfermedad seguirá ahí y seguirá agobiándola.
Otra opinión que se puede destacar de la religión católica es la del arzobispo de Madrid, Carlos Osorio, quien, como
toda persona perteneciente a esta religión, argumenta que los dueños de la vida no son los hombres sino Dios y es por
esto que solo él puede decidir el momento de nuestra muerte.
Según El Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME) que publicó una guía sobre la posición de la
iglesia católica respecto a la eutanasia o también llamada “muerte dulce”, el contenido de esta guía está dentro del
contexto de la aprobación de la eutanasia en la Constitución de México, en esta guía se argumenta: “la Sagrada
Escritura es clara al señalar que la vida es un don de Dios y solo Él tiene poder para darla y quitarla. Bajo esta idea,
toda persona, institución o gobierno deben hacer todo lo posible para ayudar a conservar la vida propia y la de los
demás. No es posible que ninguna persona, institución o gobierno considere que tiene derecho a quitar la vida de otra
persona”. Se expresa además sobre el dolor y el sufrimiento: "En las decisiones para conservar o quitar la vida el tema
del dolor y del sufrimiento tiene mucha influencia: todo conduce a creer en el pensamiento de que con dolor no vale la
pena vivir. Esto refleja el pensamiento de una sociedad en la cual solo son bien vistos el confort y el placer; en el cual
el dolor y el sufrimiento parecen no tener lugar".
"En ese sentido, la Sagrada Escritura y la Iglesia enseñan que el dolor y el sufrimiento son parte de la propia vida y
pueden tener un sentido redentor". Es decir que a pesar del tormento que pueda estar viviendo la persona según la
religión católica lo mejor que se puede hacer es mantener con vida a la persona a pesar de estas circunstancias, a pesar
de que se es consciente que en muchos casos esta persona padece una enfermedad incurable y que no se podría hacer
nada para curarla.
Los médicos insisten en su «compromiso de servicio al ser humano y a la sociedad así como en el respeto a la vida
humana, la dignidad de la persona y el cuidado de su salud», según el cual, “el médico tiene la obligación de aplicar
las medidas adecuadas para conseguir el bienestar del paciente, aun cuando de ello pueda derivarse un acortamiento
de la vida”. Medidas, sin embargo, entre las que no encajan las propuestas en la Ley de Eutanasia que ha propuesto
el PSOE ni la iniciativa ya aprobada por el Congreso para despenalizar la eutanasia a quienes padecen «una
enfermedad terminal o incurable que le provoca sufrimiento físico o psíquico grave»
Esto describe Arnoldo Kraus en su libro Decir adiós, decirse adiós, en el cual reflexiona a través del personaje
llamado Piero sobre el significado de apropiarse de la muerte, el significado de morir dignamente el cual pone como
sinónimo a la eutanasia. Como debería tomarse realmente, debido a que esta práctica buscar acabar con el sufrimiento
y los tormentos que puede implicar la enfermedad del paciente desahuciado y haciendo lo de manera digna, debido a
que tomamos en cuenta que es una vida que no tiene sentido vivir “una vida que ya no será vida” como lo indica
Arnoldo Kraus en su libro. Pero algunas personas consideran que lo correcto es aferrar a la persona a la vida con
procesos como “encarnizamiento terapéutico” que es la aplicación de medios médicos que no van a conseguir la
recuperación del paciente, sino, en todo caso, prolongarán ligeramente su vida en condiciones penosas, como pueden
ser la intubación endotraqueal, la alimentación intravenosa, etc… lo que realmente se traduciría a que la persona
siguiera padeciendo los mismos dolores y sufrimientos que conlleva la enfermedad. Por eso claramente podemos
considerar un acto egoísta por parte de las personas las cuales no están de acuerdo con la eutanasia, que si bien puede
ser por varios factores, ninguno de ellos garantizará que la persona va a curarse y tener una vida digna, porque la
verdadera razón por la que surja el termino de muerte digna se trata de darle un fin a una persona la cual en ese último
tiempo de su vida se considera no estar teniendo una vida digna.
Si hablamos de factores relacionadas con la ética profesional de un médico es propio resaltar al doctor Arnoldo Kraus,
que a través de sus múltiples libros expresa lo que verdaderamente podría llegar a sentir una persona con un creciente
sufrimiento debido a la enfermedad que lo acompaña y este entiende que su labor como médico no es solo velar por la
salud de otros sino también en caso de una enfermedad incurable brindar al paciente una salida sin sufrimiento y
dolor.
Actualmente en muchos países se está realizando la eutanasia en diferentes centros de salud, lo cual deja entender que
con el tiempo los médicos están entendiendo a los pacientes y a sus familiares sobre realizar esta práctica y acabar
finalmente con el tormento de la persona y de los familiares de esa persona.
Casos en los que la religión católica no está de acuerdo, pero si analizamos bien la religión y el mensaje que
transmiten sobre Dios es un ser comprensivo y misericordioso, entonces ¿Por qué no habrá de entender la situación
por la cual está pasando el enfermo? y además de que Dios le dio a la humanidad la oportunidad de elegir, entonces
¿por qué considerar pecado el hecho de querer acabar el sufrimiento de una persona, el cual ya no tiene remedio?
¿Puede más el sentimiento de temor hacia Dios por “desafiarlo” que el sufrimiento de otra persona?
¿La eutanasia es un acto humanitario en el que acabamos con el sufrimiento de una persona o es un acto desalmado en
el que le quitamos la vida a una persona? La eutanasia no es más que el acto de acabar con la inexistente lucha de una
persona por vivir de manera tormentosa.
Es demasiado egoísta por parte de una persona asumir que la eutanasia esta mal sin siquiera estar n la situación del
otro y en casos en los que los familiares no están de acuerdo parece ser que simplemente se piensa en la idea de
aferrarse a esa persona sin tomar en cuenta el martirio que puede significar vivir de esa manera