Alberti - Sobre Los Ángeles
Alberti - Sobre Los Ángeles
Alberti - Sobre Los Ángeles
Y por desconocida
las almas conocidas te mataron.
No la mía.
El ángel tonto
Ese ángel,
ése que niega el limbo de su fotografía
y hace pájaro muerto
su mano.
El ángel de arena
El mal minuto
Castigos
El ángel falso
Todo ha terminado.
Puedes envanecerte, en la caída marchita de los cometas que se hunden,
de que mataste a un muerto,
de que diste a una sombra la longitud desvelada del llanto,
de que asfixiaste el estertor de las capas atmosféricas.
En todo esto.
Mas en esas astillas vagabundas que se consumen sin fuego,
en esas ausencias hundidas que sufren los muebles desvencijados,
no a mucha distancia de los nombres y signos que se enfrían en las paredes.
Buscad, buscadlos:
debajo de la gota de cera que sepulta la palabra de un libro
o la firma de uno de esos rincones de cartas
que trae rodando el polvo.
Ved.
Pero yo os digo:
una rosa es más rosa habitada por las orugas
que sobre la nieve marchita de esta luna de quince años.
El ángel superviviente
Acordaos.
La nieve traía gotas de lacre, de lomo derretido
y disimulos de niña que ha dado muerte a un cisne.
Una mano enguantada, la dispersión de la luz y el lento asesinato.