Folleto Bicentenario Batalla Vitoria

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Edita: ÍNDICE

Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.
Idea original: 4 La Vitoria francesa
Congresos y Turismo Vitoria-Gasteiz.
6 La víspera de la batalla
Diseño y maquetación:
xb 8 La batalla y sus consecuencias

Textos: 12 La ciudad salvada


Arbat, Gestión y Comunicación. 14 El convoy
Fotograf ías: 16 Plano de la batalla
The Raglan Collection (Christie´s),
18 Los contendientes
Quintas fotógrafos y Vítor Ribeiro.
19 Los escenarios
Planos:
Andrés Fernando de Fuentes. 20 Más sobre la batalla
Grabados:
Archivo municipal, Museo de Armería de
Álava y álbum SIGLO XIX del Museo Zu-
malakarregi.
Colaboran:
Archivo municipal (Pilar Aróstegui), Museo
de Armería de Álava y Asociación Histórica
Vitoria 2013.
Imprime:
Gráficas Dosbi.
Enero 2013.
CONMEMORACIÓN DE LA BATALLA DE VITORIA > LA VITORIA FRANCESA

De ese periodo cabe señalar que se creó –por población y, en consecuencia, una subida de
primera vez en la historia– una sola administra- precios que acabaría destruyendo la economía
ción para las tres provincias vascas, y su capital local.
era Vitoria. El Gobierno estaba en la casa de los
Echanove. También Treviño y La Rioja pasaron Durante los años de la ocupación hubo, ade-
a ser de administración alavesa. más, un fuerte movimiento de resistencia interno
en la provincia, que estuvo liderado por varios
Al mismo tiempo, los franceses modernizaron guerrilleros, entre los que se encontraban Sebas-
la fiscalidad, de forma que se gravó más a los tián Fernández de Lezeta (alias Dos Pelos), los
ricos por sus propiedades. De hecho, según los hermanos Eustaquio y Fermín Salcedo, o Fran-
historiadores, la provincia nunca recaudó más cisco de Longa. Para los historiadores, se trató
dinero que en aquella época. de una ocupación muy dura, si bien no se regis-
traron grandes ejecuciones de rebeldes.
Se instalaron bibliotecas públicas en todo el
País Vasco (en Los Arquillos, por ejemplo, se
abrió la primera librería de la ciudad con préstamo
de volúmenes); se llevó a cabo una campaña de
vacunación general y se promovieron los entierros
en cementerios apartados, fuera de las iglesias
(como es el caso del de Santa Isabel).

De igual manera, se creó un gran ambiente


nocturno en algunas calles del casco medieval y
se celebraron fiestas, bailes de gala y cenas lujosas.
Mientras, los ciudadanos que no eran nobles se
Plaza Mayor de Vitoria, Roberts, David. morían de hambre, se les obligaba a pagar unas
“contribuciones” económicas excesivas y sufrían
constantes confiscaciones de productos. Esto
provocó una gran escasez de alimentos para la
La Vitoria francesa Para la ciudad todo había comenzado unos 7
años antes, cuando Vitoria –por entonces una La Plaza de Vitoria, Giles, J. W.
Al atardecer del día 21 de junio del año 1813 ciudad de unos 6.500 habitantes, dedicada al
el nombre de Vitoria pasó a formar parte de la comercio, la artesanía y la agricultura– pasó a
primera línea de la Historia de Europa. Ese día, ser ocupada por las tropas napoleónicas. En un
la derrota de José Bonaparte, el hermano del principio, los franceses llegaron en octubre de
Emperador, en la Batalla que tuvo lugar en una 1807 y lo hicieron como tropas “amigas” (ese año
pequeña y desconocida ciudad situada a escasos Francia y España habían firmado un tratado para
100 kilómetros de la frontera con Francia, alcanzó invadir Portugal).
resonancias europeas inimaginables.
La ciudad fue escogida por ser un punto
Lo acontecido en Vitoria pasó a ser inmedia- estratégico: aquí confluían varias rutas (sobre
tamente conocido en toda Europa e incluso el todo, la que unía Irún con Madrid), estaba ubicada
propio Ludwig van Beethoven le dedicó su ober- en una zona agrícola rica (la Llanada) y tenía
tura número 91. La obra (estrenada en diciembre buenas infraestructuras que le podía servir al
de ese mismo año) se convirtió en un éxito apo- ejército napoleónico como cuarteles, almacenes
teósico en todos los salones de Viena, puesto que, o residencias oficiales.
además de su calidad indiscutible, transmitía a
sus ciudadanos el sentimiento de que, por fin, En la capital alavesa la influencia francesa no
podía vencerse a Napoleón tras veinte sangrientos se limitó a la ocupación militar. Los ideales ilustrados
años de guerra generalizada en todo el continente. calaron en amplios sectores de la sociedad vitoriana. Vitoria-Gasteiz 1813, James Wyld, Geographer to the Queen, London.

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CONMEMORACIÓN DE LA BATALLA DE VITORIA > LA VÍSPERA DE LA BATALLA

dieron buena parte de los ex componentes de las


guerrillas vascas. Las fuerzas aliadas se acercaron
a Vitoria por diversos caminos: por la carretera
de Bilbao desde Murgia; llegando a Lapuebla
desde Pobes; a Nanclares de Oca desde Subijana-
Morillas; y a Hueto Arriba atravesando la sierra
de Badaia.

Unos días antes de la Batalla, Wellington,


junto a su colaborador y amigo, el vitoriano Mi-
guel Ricardo de Álava y Esquibel (el general
Álava), se adelantó hasta llegar a la sierra de
Morillas, desde donde se dominaba el escenario
de la batalla que se avecinaba. Rápidamente el
estratega británico se dio cuenta de la debilidad
que presentaba el despliegue de los franceses en
José Bonaparte.
esa zona. Pudo observar grandes espacios entre
las unidades que lo componían y, además, los
franceses no habían tenido la precaución de
destruir, o al menos proteger debidamente, los
11 puentes del campo de batalla.

Según algunas crónicas, a las cinco de la


mañana del lunes 21 de junio, el mariscal Jourdan
se sintió con fuerzas para montar a caballo y
Entrada de los franceses a Vitoria, Branche, S.C.
pasar revista a sus posiciones. En primer lugar,
acudió al palacio de Montehermoso, donde lite-
ralmente sacó de la cama a José Bonaparte. Juntos
se dirigieron al Alto de San Juan de Jundiz. Cuen-
La víspera de la batalla familias y servidumbre. En total, más de 10.000 tan los historiadores que el mariscal se quedó
horrorizado ante lo que vio. Sus fuerzas estaban
personas.
divididas en varias líneas demasiado débiles y no
El sábado 19 de junio de 1813 llegaron a
había un solo puente protegido. Inmediatamente
Vitoria las tropas imperiales y los refugiados José I y su séquito se alojaron en la ciudad, Mariscal Jean Baptiste Jourdan.
ordenó concentrar las tropas en una sola línea,
civiles, con sus enemigos, el ejército “aliado”, en el palacio de Montehermoso (que había sido
pero la mayoría de sus generales acataron aquellas
pisándoles los talones. Acamparon alrededor de vendido a Bonaparte por María del Pilar Acebedo
órdenes a su manera.
la ciudad, mientras esperaban los refuerzos del y Sarria, marquesa de Montehermoso, de quien
general Clauzel, que no llegaría a tiempo. La se dice que era su amante). Mientras tanto, su Según los historiadores, desde finales de mayo
caravana estaba compuesta por un ejército de mano derecha, el mariscal Jean Baptiste Jourdan, (de ese año 1813) el mariscal Jean-Baptiste Jour-
casi 60.000 hombres al mando del mariscal Jean- yacía aquejado de fuertes fiebres. dan intentaba abandonar el suelo español para
Baptiste Jourdan, más de un centenar de piezas poner a salvo la corte de José Bonaparte.
de artillería, un millar de carros con intendencia, El día 19, sábado, José Bonaparte ordenó la
logística, documentación militar y unos cinco salida hacia Francia de los carruajes, dejando a Por su lado, el duque de Wellington planeaba
millones y medio de duros de oro. los civiles acampados en Arana. Pero no modificó ya atacar, en una clásica maniobra de “tenaza”,
la disposición del ejército imperial ni comprobó bloqueando sus posibles rutas de huida en direc-
Junto a ellos viajaban unos dos mil carruajes la posición de su enemigo. ción a Bayona y al territorio francés. Wellington
civiles cargados de oro y joyas. Se trataba de ordenó a sus tropas posicionarse siguiendo el
miembros de la Administración de José Bonapar- A muy corta distancia les seguía el general curso del río Zadorra. El centro del despliegue
te, así como de muchos civiles españoles colabo- británico Arthur Wellesley, Duque de Wellington, de los ejércitos aliados estaba bajo su control
radores de su Gobierno (a quienes se les deno- con su ejército formado por británicos, portu- directo, sus tropas estaban integradas por unos
minaba afrancesados), acompañados de sus gueses, alemanes y españoles, a quienes se aña- 78.000 hombres y casi 100 cañones. Duque de Wellington.

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CONMEMORACIÓN DE LA BATALLA DE VITORIA > LA BATALLA Y SUS CONSECUENCIAS

Tras la batalla, los ejércitos franceses queda- ciones fijas; también lo fue por su desenlace, con
ron sumidos en el caos y los soldados se retiraron pocos prisioneros, pues la presencia del botín
en desbandada intentando alcanzar la frontera. abandonado abortó de raíz el objetivo principal
Para poder huir más deprisa, abandonaron en el de aniquilar al ejército invasor.
campo cantidades asombrosas de armas y equipo.
Se calcula que dejaron unos 170 cañones, más
de 400 carros de municiones, casi dos millones
de cartuchos, miles de armas de fuego y más de
15 toneladas de pólvora, junto a toda clase de
objetos valiosos.

La derrota de su hermano José Bonaparte en


la pequeña y desconocida capital alavesa alcanzó
resonancias internacionales demoledoras para
los planes de Napoleón. Inmediatamente, Austria,
Rusia, Suecia y Prusia rompieron las negociacio-
nes con Napoleón y volvieron a la levantarse
contra el emperador, derrotándole, en octubre,
en la gigantesca “Batalla de las Naciones” de
Leipzig.

Igualmente, esta Batalla de Vitoria forzó a


Napoleón a devolver la corona del país a Fernando
VII, dando así fin la Guerra de la Independencia
Española. Fue, en cualquier caso, una Batalla un
Ilustración de Luis Alemany.
tanto atípica, donde las maniobras de tropas
fueron sustituidas por asaltos a pueblos o posi- Bandera del primer batallón alavés creado por
Sebastián Fernández de Leceta “Dos pelos”.

La batalla y sus consecuencias el empuje conjunto del ejército aliado. Cruzando


el Zadorra por los puentes de Víllodas, Nanclares
La batalla tuvo lugar en la parte occidental y Trespuentes, los generales Álava y Wellington
de la Llanada alavesa en un terreno muy diferente lograron en pocas horas hacerse con el control
al que conocemos ahora. Los pueblos estaban de la ciudad, llegando a caballo hasta la misma
separados por bosques comunales y los campos plaza de España.
de labor, cerrados por tapias de piedra. Había,
igualmente, numerosos arroyos atravesando ca- La batalla –que tuvo tres escenarios diferen-
minos y poblaciones. Un terreno poco adecuado tes– se prolongó desde primera hora de la mañana
para el uso de la caballería, abundante en el hasta las 8 de la tarde, aproximadamente, y se
ejército imperial. saldó con unas 12.800 bajas (entre ambos bandos)
y los imperiales huyendo a marchas forzadas a
Además, sólo la Calzada real (que pasaba por la frontera francesa.
Vergara y conducía a la frontera) tenía el piso
adecuado para los carruajes, el resto eran caminos José Bonaparte, máximo responsable del ejér-
estrechos y de tierra, convertida en barro por las cito ocupante, salió a escape por la calle Portal
intensas lluvias de los días anteriores. del Rey. El hermano de Napoleón abandonó todo
su equipaje y consiguió llegar a Salvatierra entrada
El día de la batalla, al amanecer, las tropas la noche, para en la siguiente jornada seguir con
francesas estaban acampadas en los alrededores su huida en dirección a Pamplona.
de la ciudad, donde se vieron sobrepasadas por Batalla de Vitoria, 21 de junio de 1813, Heath, W.

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CONMEMORACIÓN DE LA BATALLA DE VITORIA > OBJETOS RELACIONADOS CON LA BATALLA

Abanico con imagen del 2 de mayo de 1808, Museo de Armería de Álava.

Casaca de oficial granadero del ejército napoleónico, Museo de Armería de Álava.

Servicio de té del Duque de Wellington, Museo de Armería de Álava. Shakós de oficial francés del ejército napoleónico, Museo de Armería de Álava.
CONMEMORACIÓN DE LA BATALLA DE VITORIA > LA CIUDAD SALVADA

Diorama del Museo de Armería de Álava.

La ciudad salvada entre otros cargos. Los historiadores afirman de


Espada regalada por la ciudad
él que, además de ser un militar extremadamente de Vitoria al General Álava.
Ante el inminente saqueo de la ciudad, el competente, siempre había destacado por sus National Army Museum,
General Álava obtuvo de Wellington la autoriza- dotes de diplomático y su exquisito sentido del depósito de Lord Raglan.
ción para adelantarse, expulsar a las tropas fran- humor.
cesas que todavía permanecían en Vitoria y cerrar
los portales exteriores, salvándola del pillaje que Durante los años de la ocupación francesa
sucede a toda batalla. El Ayuntamiento en pleno de la capital alavesa, el general Álava era diputado
se lo agradeció con un maravilloso espadín de «del Común» por su provincia (lo que hoy equi-
gala, hoy depositado en el National Army Mu- valdría a «defensor del pueblo»). Aunque en un
seum de Londres. principio pareció aceptar a José I Bonaparte,
llegando a ser incluso representante de la Marina
El general Álava, que procedía de una familia de Guerra en la Junta que elaboró la Constitución
vitoriana noble y militar, ha pasado a la historia de Bayona (y que otorgó la Corona de España al
entre otras cosas por haber participado en las 3 hermano de Napoleón), finalmente no fue así.
contiendas que marcarían el devenir de la Europa Álava partió clandestinamente hacia Madrid para
del siglo XIX: Trafalgar (1805), Vitoria (1813) y unirse al bando patriota. En poco tiempo, el
Waterloo (1815). Miguel Ricardo de Álava fue Duque de Wellington eligió al general vitoriano
embajador en Francia, presidente de las Cortes, como su hombre de confianza.
embajador en el Reino Unido e Irlanda, ministro
de Marina y presidente del Consejo de Ministros, Retrato del General Álava.

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CONMEMORACIÓN DE LA BATALLA DE VITORIA > EL CONVOY

La Legión Británica, Giles, J. W.


Ilustración anónima, archivo municipal.

El convoy corta pero empinada, embarrada por las lluvias Según algunos historiadores, el enfado del
de los días anteriores. El tropel y el pánico pro- general Wellington vino también motivado por
Pese a que, gracias a la actuación del General vocaron los primeros vuelcos y el inevitable atasco el hecho de que, del cuantioso botín, él solo pudo
Álava, los soldados no pudieron saquear Vitoria, general de unos 18 kilómetros de largo. Ante la hacerse con 275.000 francos, cuando esperaba
en esta Batalla su recompensa fue inmensamente inminente llegada de sus enemigos, el tesorero quedarse al menos con todo el dinero en metálico
mayor puesto que el propio rey José Bonaparte real dio orden de abrir los cofres para que los incautado. Un poco más tarde, el rey Fernando
huyó de la ciudad dejando todo su oro y sus joyas soldados se entretuvieran en la rapiña. VII le regaló casi 300 cuadros de grandes maestros Monedas de Napoleón y José Bonaparte,
Museo de Armería de Álava.
por el camino (le robaron hasta su famoso orinal recuperados del convoy real, hoy expuestos en
de plata); Jourdán, por su parte, perdió incluso Y así fue. Miles de soldados se lanzaron sobre su palacio londinense (Apsely House).
su bastón de mariscal. el cuantioso botín que los imperiales intentaban
llevar a Francia: oro, plata, joyas, sedas, valiosos Al día siguiente se formó en la ciudad un
Además de lo que había ido tirando el ejército vestidos, orfebrería, cuadros, tapices, etc. Los mercado espontáneo donde se vendieron multi-
imperial en su caótica retirada, en las afueras de aliados (en especial los británicos) abandonaron tud de obras de arte, joyas, vajillas y variados
Vitoria quedaron atrapados unos 2.000 carruajes toda persecución de los franceses y se entregaron objetos de lujo. A lo largo del camino de huida
de civiles fieles a Napoleón y repletos de joyas y a la rapiña, lo que irritó sobremanera a Welling- de los franceses se fueron celebrando hasta siete
demás objetos valiosos. En su huida de los com- ton, quien escribió: "The British soldier is the ferias con los objetos despojados. Y de esta ma-
bates se vieron abocados hacia el camino de scum of the earth, enlisted for drink" (“El soldado nera acabó lo que ha pasado a la historia como
Pamplona, inadecuado entonces para carruajes. británico es la escoria de la tierra, se alista por la Batalla de Vitoria.
Allí confluyeron todos para salvar el desaparecido un trago”).
alto de Santa Lucía (al final de la actual calle de La llanada alavesa después de la Batalla de Vitoria,
Santiago), un embudo en una subida estrecha, Museo de Armería de Álava.

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CONMEMORACIÓN DE LA BATALLA DE VITORIA > PLANO DE LA BATALLA, EVOLUCIÓN HORARIA

LA BATALLA DE VITORIA, 21 DE JUNIO DE 1813, EVOLUCIÓN HORARIA

Bicornios y fusil de época,


Museo de Armería de Álava.

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CONMEMORACIÓN DE LA BATALLA DE VITORIA > DETALLES DE LA BATALLA

> VITORIA EN 1813


A Plaza Nueva
B Los Arquillos
C Convento de San Francisco
D Hospital de Ntra. Sra. del Cabello
E Iglesia de San Miguel Arcángel
F Cárcel municipal
G Iglesia de San Vicente
H Palacio de Montehermoso
I Palacio Escoriaza-Esquível
J Casa de Echanove
K Hospital de Santa María
L Colegiata de Santa María
M Palacio de Bendaña
N Casa del Cordón
Ñ Hospicio
O Iglesia de San Ildefonso
P Convento de Santa Cruz
Q Convento de Santo Domingo
R Palacio del Marqués de Legarda
Los contendientes Ejército Aliado: S Iglesia de San Pedro
T Palacio Álava-Esquível
> Compuesto por tropas de Inglaterra, Portugal U Convento de San Antonio
Ejército Imperial: y España, junto a los británicos, ingleses, galeses, V Convento de Santa Clara
escoceses e irlandeses, lucharon también portu- W Convento de las Brígidas
> Al ejército napoleónico se le denominó “impe- gueses, en gran número, alemanes y un batallón X Hospital de Santiago Apóstol
rial” porque había, además de franceses, españoles de franceses monárquicos. Y Etxezarra
"afrancesados" del Marqués de Casapalacio, ale- Z Cementerio de Santa Isabel
manes de la Confederación del Rhin, Guardia > Lo componían unos 78.000 hombres y un cen-
Real de José I constituida por franceses, españoles tenar de cañones. Estaba comandado por Sir
e italianos (sobre todo, napolitanos), polacos, Arthur Wellesley, duque de Wellington, y su
suizos, balcánicos, etc. todos ellos unidos por su colaborador, el General Álava.
Los escenarios
lealtad a Napoleón. > Vitoria-Gasteiz:
> Dividido en: Palacio de Montehermoso: residencia ocasional > Resalte de Zuazo de Vitoria:
> Lo componían unos 57.000 hombres y 140 -Ala derecha de José Bonaparte y donde pernoctó el victo- posición de la Gran batería imperial y el avance
cañones, aproximadamente, y estaba comandado (al mando del general Hill, algo más de 23.000 rioso Wellington en sus noches en la ciudad. aliado.
por el rey José I y el mariscal Jean Baptiste Jourdan. hombres, entre ellos los 4.550 españoles del ge- > La Puebla de Arganzón: > Gamarra Mayor:
neral Morillo). inicio de los combates, casa de Longa, escenario de combates encarnizados.
> Dividido en: -Centro Derecha inscripciones napoleónicas de la ermita de La > Durana:
-Ejército de Andalucía (de Sir W. Beresford, casi 18.000 soldados, diri- Antigua. cuya pérdida cortó la retirada a los imperiales.
(al mando de Gazan,unos 27.000 hombres). gidos personalmente por Wellington). > Júndiz oeste: > Alto de Santa Lucía:
-Ejército del Centro -Centro Izquierda desde donde el rey José dirigió su ejército. convoy, saqueo y fin de la batalla.
(del conde Drouet d' Erlon, algo más de 13.000 (del conde de Dalhousie, con unos 14.800 hombres). > Subijana de Álava:
hombres). -Ala izquierda el primero de los pueblos asaltados. Recorrido
-Ejército de Portugal (dirigidos por Sir T.Graham, con unos 23.200 hom- hacia el puente de Momario y la zona de Marga-
(con Reille al frente y unos 15.800 hombres). bres, de ellos 4.500 españoles del coronel Longa). rita y Lermanda.

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CONMEMORACIÓN DE LA BATALLA DE VITORIA > DETALLES DE LA BATALLA

que cruzaron el puente y tomaron el cerro de Réplica del cañón “Dragón”,


Museo de Armería de Álava.
Iruña. José Ortiz de Zárate moriría allí a conse-
cuencia de un disparo aislado.

• El monumento a la Batalla de Vitoria es obra


de Gonzalo Borrás y fue inaugurado en 1917.

• El cañón “Dragón”: fue creado en 1790 en la


Real Fábrica de Artillería de Sevilla. Según algunas
crónicas, al día siguiente de la Batalla, unos jóve-
nes vitorianos del hospicio encontraron el
“Dragón” abandonado en las cercanías de la ciu-
dad y lo llevaron hasta Vitoria. En agradecimien-
to, se grabó en el cañón el escudo de la ciudad y
la siguiente inscripción: “soy el terrible Dragón,
a quien libraron con gloria los jóvenes de Vitoria
del poder de Napoleón”.

• Según el Libro de Bautismos de Berrosteguieta


de 1813, mientras los franceses intentaban subir
5 cañones al monte Zaldiaran “fueron guiados
por un paisano falaz, que siniestramente, por el
camino de Ezquibel, que aunque al principio
parece ancho, finaliza en una emboscada”. Al
Cruz de oro de la Armada Bri- parecer, “el paisano huyó secretamente cuando
tánica sobre batallas históricas, los contempló en el atolladero y precipicio”. Monumento a la Batalla de Vitoria,
Medalla de la Batalla de Vitoria, entre ellas Vitoria, concedida a plaza de la Virgen Blanca.
Museo de Armería de Álava. Lord Raglan, National Army
Museum.

Más sobre la batalla vizcaína Martina Ibaibarriaga luchó en la división


de Iberia, la fuerza guerrillera de Francisco de
• En total la Batalla se extendió por casi 25 kiló- Longa. Si bien algunos historiadores discrepan
metros, desde la Puebla a Durana y duró unas 12 sobre la verdadera presencia de ambas mujeres
horas. en la batalla.

• Para premiar a los participantes del enfrenta- • Aunque José Bonaparte ha pasado a la historia
miento, el 21 de junio de 1815 se creó, por orden como “Pepe Botella”, en realidad era abstemio.
de Fernando VII, una condecoración con la ins-
cripción IRURAC-BAT («Tres en Uno», en eus- • La dimensión europea de las campañas napo-
kera y en referencia a las tres provincias vascas), leónicas propició numerosas “guerras civiles”. En
y en el reverso: «Recompensa de la batalla de Vitoria hubo tres: alemanes “pro-napoleónicos”
Vitoria»). contra alemanes “pro-británicos” (en la localidad
de Lermanda); franceses “revolucionarios” contra
• Existen 38 regimientos ingleses que llevan en franceses “realistas” (en el pueblo de Margarita);
sus banderas el nombre de VITORIA en recuerdo y españoles “patriotas” contra “josefinos” (en
de la Batalla. Durana).

• Varias mujeres lucharon en la batalla de Vitoria. • Un vecino de Trespuentes, llamado José Ortiz
El general Morillo le extendió a Agustina de de Zárate, se presentó ante Wellington para co-
Aragón un certificado de que había luchado bajo municarle que el puente de su pueblo no tenía
su mando en Vitoria. La guerrillera y bandolera vigilancia. El duque se apresuró a enviar allí tropas

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Agradecimientos:

Para la edición de este libro se han utilizado


diversas fuentes documentales y se ha contado
con el trabajo inestimable de Emilio Larreina,
María José Marinas y Amelia Baldeón.

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