Empresas No Podrán Despedir A Quienes Lleguen Borrachos
Empresas No Podrán Despedir A Quienes Lleguen Borrachos
Empresas No Podrán Despedir A Quienes Lleguen Borrachos
Una copa de vino. Dos cervezas al almuerzo. Un cigarrillo de marihuana. Dos líneas
de coca. Y después, a trabajar. Las cuatro opciones se engloban como sustancias
psicoactivas, pero sus efectos son completamente diferentes. La cuestión no es qué
ni cuánto consuma un empleado, sino si puede cumplir sus obligaciones laborales.
Eso dijo la Corte Constitucionalen la sentencia C-636/16 tumbó el artículo del
Código del Trabajo que prohíbe asistir al empleo bajo el efecto de alcohol o
estupefacientes. El argumento es que, siempre y cuando no afecte su desempeño
laboral, un trabajador podrá llegar a su puesto drogado o borracho sin que eso
configure una justa causa de despido o de sanciones disciplinarias. La decisión
desató una controversia en la que sobran aristas y se hieren susceptibilidades.
Hasta ahora, el análisis ha sido más emotivo que racional.
De allí surge el principal punto de debate: ¿cómo se define qué tan afectado está
un trabajador por el trago o por la sustancia de que se trate? El Observatorio
de Drogas de Colombia afirma que los enervantes tienen siempre “un efecto directo
sobre el sistema nervioso central”. Por eso el Ministerio del Trabajo y la
Procuraduría pidieron mantener la norma ya que el alcohol y la droga pueden
descontrolar las inhibiciones del individuo, generarle torpeza para coordinar,
deteriorar su capacidad de juicio, producir alucinaciones y causar eventuales
accidentes. No obstante, según el RAND Center for Health and Safety in the
Workplace, si bien la correlación entre usar sustancias y lesionarse en el trabajo “es
más fuerte para los hombres y en industrias como la manufactura o la construcción
(...), es relativamente pequeña” sobre todo si se trata de tareas simples o repetitivas.
Por otro lado, como añadió Peralta, debe considerarse que “también hay trabajos
en los que socialmente se puede ingerir alcohol y no necesariamente se afecta el
desempeño: es usual que en ciertas oficinas acostumbren compartir con clientes y
tomar algunas copas”. Estos matices demuestran que el concepto sigue siendo
amplio, pues depende del cargo de cada trabajador. Fundamentalmente, además,
porque “es muy difícil medir el efecto en cada individuo ya que todos toleran de
forma diferente las sustancias. Hay personas que beben alcohol sin abusar pues
solo son consumidores sociales, pero en cuanto a las sustancias ilegales es muy
difícil que no haya dependencia”, como explicó a SEMANA el psicólogo clínico
Camilo Mendoza.