Características de Las Mariposas

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Características de la mariposa

¿Qué son las mariposas? Debes saber que son insectos, y como tales, también son artrópodos, las
mariposas tienen las características básicas de este grupo. Tienen el cuerpo dividido en tres partes
claramente diferenciadas: cabeza, tórax y abdomen.
En la cabeza están la boca, las antenas, los palpos y los ojos. El tórax, dividido en tres segmentos,
lleva tres pares de patas articuladas (un par unido a cada segmento torácico) y dos pares de alas (en
el segundo y tercer segmento). El abdomen es la parte más segmentada del cuerpo; está formado
por diez segmentos, aunque solo ocho son claramente visibles.
Una característica típica de las mariposas son las escamas, que cubren el cuerpo entero de los
adultos, sobre todo las alas; el nombre Lepidóptero significa “alas con escamas”. Además de las
escamas, presentan numerosos pelos en diferentes partes del cuerpo y, a veces, también en las alas.
Las escamas de colores, superponiéndose unas sobre otras como las tejas de un tejado, forman los
maravillosos y elaborados dibujos de las alas; los colores se producen químicamente por pigmentos
y físicamente por difracción y refracción de la luz.
Es muy difícil ver el esqueleto en sí bajo las escamas y los pelos que lo cubren, y es necesario
quitarlos para poder ver las partes individuales del esqueleto. Una mariposa que haya sido
“desnudada” parece una muñeca de juguete con articulaciones móviles.
Como todos los insectos, las mariposas respiran mediante una tráquea o serie de tubos que llevan
oxígeno a los tejidos corporales.

Desarrollo y fases de crecimiento de la mariposa


Para la mayoría de la gente, la palabra mariposa evoca la imagen del adulto o imago. En general, no
se piensa en el complejo desarrollo que precede a la aparición de la criatura con su preciosa forma y
alas de colores.
Las mariposas, como el resto de los insectos, sufren un proceso conocido como metamorfosis, en el
cual se siguen en sucesión varias fases de crecimiento completamente distintas, empezando con el
huevo y terminando con el adulto.
Los lepidópteros sufren una metamorfosis completa, pasando por cuatro fases principales,
alternando siempre una fase activa con una fase inactiva o inmóvil. Las cuatro fases son:
1. Huevo
2. Larva u oruga
3. Pupa o crisálida
4. Adulto

A continuación te vamos a explicar cada una de ellas con todo detalle:Huevo


El ciclo vital de la mariposa comienza con el huevo. Los huevos de pueden verse a simple vista;
incluso los de los lepidópteros más pequeños son relativamente grandes: de 0,2 a 0,3 milímetros.
Los huevos más grandes de los lepidópteros más vigorosos pueden alcanzar el tamaño de un
guisante: de 3 a 4 milímetros.
El huevo está completamente cubierto de una sólida cascara o corion que encierra al embrión y a la
rica capa de yema que lo rodea y que le proporciona el alimento para su desarrollo. La superficie
exterior puede ser más o menos suave o rugosa, toscamente esculpida con crestas y huecos o estar
decorada con manchas irregulares.
La forma del huevo de las mariposas demuestra una gran diversidad y puede ser esférica, cónica,
cilíndrica, con forma de barra, bote o huso, angular o plana y tipo escama. El corion tiene un
orificio diminuto llamado micropilo a través del cual penetra el esperma móvil para alcanzar el
gameto femenino y fertilizarlo. El micropilo puede estar situado en la zona superior del huevo, y el
huevo se llama huevo vertical, o puede estar situado lateralmente, en cuyo caso se denomina huevo
yacente.
Las hembras pueden poner sus huevos aislados o agrupados en formas características: alineados en
fila, amontonados, en una sola capa o en varias capas. A veces la hembra hace su puesta sobre la
superficie de hojas y ramas, otras veces inserta los huevos cuidadosamente en fisuras de troncos,
bajo yemas o brotes jóvenes, bajo la hojarasca, en rosetas de hojas o en flores.
Respecto a la cantidad de huevos que pone una mariposa, debes saber que depende de la especie, ya
que puede variar entre varios centenares hasta algo más de dos mil huevos en una sola puesta.
Los huevos recién puestos tienen la concha blanda y su color es normalmente blanco o blanco
amarillento, aunque puede ser verdoso. Sin embargo, el corion se endurece rápidamente y los
huevos adquieren su verdadero color, en su mayor parte amarillo o verde pálido, también gris pardo
e incluso negro. Los huevos de las polillas del género Catocala y los de las especies cuyos capullos
tienen forma de huevo presentan una coloración muy viva.
A veces, la coloración puede cambiar con el desarrollo del embrión. Los huevos pálidos pueden
adquirir marcas rojizas; otras veces toman colores más oscuros como pardo y violeta. En huevos
con cáscara fina y translúcida es posible ver hacia el final del desarrollo embrionario la cabeza de la
oruga a través del corion.

Oruga
Tras un cierto período de tiempo, variando muchísimo según las especies y los factores externos, las
pequeñas orugas salen de los huevos. El factor externo que más influye en el desarrollo del huevo es
la temperatura. También la humedad, por exceso o por defecto, influye en los huevos de algunas
especies.
La temperatura ideal oscila alrededor de los 20 °C o 68 °F. A temperaturas inferiores el desarrollo
del embrión se hace más lento o incluso se detiene; a temperaturas altas (hasta un cierto límite),
generalmente el desarrollo es más rápido.
En dos o tres semanas, o incluso antes, puede adquirir una longitud veinte veces mayor, un peso y
un volumen de dos mil a tres mil veces superior y la cabeza puede aumentar seis veces en anchura.
Ni la más elástica de las pieles podría soportar semejantes cambios de tamaño y, por tanto, la oruga
experimenta numerosas mudas durante su desarrollo. Se libera de la piel vieja y ajustada, así como
de la cápsula de la cabeza, y la repone con una nueva piel, más grande y holgada, que ya había
desarrollado previamente bajo la anterior.
Después de unas horas, la nueva piel se endurece y la oruga puede seguir alimentándose de nuevo.
El período de crecimiento entre mudas se denomina Instar. Suele haber cinco o seis períodos de
crecimiento, pero a veces pueden darse más.
Sin embargo, no todas las orugas de mriposa crecen tan rápidamente. En algunas especies, el
desarrollo dura varios meses, algunas veces incluso años, y puede existir una gran diferencia en la
duración del desarrollo aun entre orugas de la misma especie, dependiendo de la generación
estacional a la que pertenezcan.
Este crecimiento tan rápido necesita su correspondiente cantidad de alimento y, en cuanto sale del
huevo, la oruga comienza a buscarlo. Frecuentemente, el corion vacío sirve a la oruga como primer
alimento, de manera que las huellas de su nacimiento desaparecen inmediatamente. Para algunas
orugas es fundamental que el corion sea su primer alimento, y si por alguna razón no pueden
tomarlo, no comen otra cosa y, por tanto, mueren.
En cuanto a qué comen las orugas, en el momento que la oruga sale del huevo debe comenzar la
búsqueda de los alimentos específicos que componen su dieta, ya sean hojas verdes, yemas, raíces,
bulbos, madera o cualquier otra cosa.
Algunas orugas roen diferentes semillas, manzanas, nueces, bellotas y otros frutos. Otras se
alimentan de materia derivada de otros animales, como plumas, pelos, cera de abejas y hasta carne
de animales muertos. En su hábitat natural estas orugas viven en nidos de pájaros o madrigueras de
mamíferos, pero cuando llegan a viviendas humanas y almacenes pueden causar daños
considerables. Existen también orugas depredadoras que o bien devoran a las de su propia clase (un
ejemplo de canibalismo) o a otras orugas y animales.
La gran diversidad en tamaño, forma y color confiere interés a las orugas. En las polillas de
especies más pequeñas, las orugas son tan diminutas que pueden perforar sinuosos túneles en las
hojas llamados minas, comiéndose el tejido verde situado entre la epidermis superior e inferior.
Otras orugas miden más de diez centímetros de longitud y son tan gruesas como el dedo pulgar de
una mano. Las orugas pueden tener el cuerpo liso o con pelos, ser espinosas o tuberculadas,
suavemente cilindricas o cubiertas de irregularidades.
Respecto a las características de las orugas, frecuentemente presentan cuernos y penachos de pelo
que les protegen de sus enemigos dándoles un aspecto amenazador o haciéndolas invisibles. Las
orugas cuentan con innumerables enemigos, ya que son alimento de pájaros y otros insectívoros;
por eso, con objeto de asegurarse que al menos vivan algunas, han desarrollado una gran variedad
de adaptaciones que sirven para hacerlas invisibles, confundiéndolas con su hábitat.

En otros casos, cuando les molestan, se defienden exponiendo partes de su cuerpo que muestran
colores de advertencia, haciendo uso de sus armas químicas mediante secreciones fétidas o
incomestibles, o con pelos venenosos que hacen la vida imposible a sus atacantes.
La cabeza de la oruga consiste en una cápsula resistente, normalmente en forma de dos hemisferios
incompletos. Entre ellos aparece una zona triangular, y en la parte frontal, en la boca, dos poderosas
mandíbulas en forma de cuchara.
Las piezas bucales también incluyen, entre otras cosas, una glándula que produce finas hebras de
seda. Las orugas jóvenes utilizan estas hebras para bajar de los árboles, o bien, como las arañas,
para ser arrastradas por el viento y ser así dispersadas por el campo.
Las orugas adultas usan las hebras de seda para tejer capullos o para unir diminutos trozos de tierra,
mantillo u otros materiales, cuando construyen una cámara donde transformarse en pupa o crisálida.
Lo que muchas personas conocen como “gusano de seda”.
La cabeza lleva, además de las antenas, dos pares de palpos y lateralmente seis ocelos (ojos simples,
en oposición a los ojos compuestos del insecto adulto), normalmente dispuestos en forma de
herradura.
El cuerpo de la oruga se compone de trece segmentos. Tres segmentos forman el tórax y diez el
abdomen. Cada segmento torácico tiene un par de patas formadas a su vez por segmentos
cilíndricos o cónico alargados.
Las patas abdominales, generalmente situadas en los segmentos número tres, seis y diez, son
carnosas y en sus extremos aparecen unos duros ganchos dispuestos en círculo. Una característica
típica de algunas familias es tener un número de patas reducido.
Las orugas de algunas polillas no tienen patas en los segmentos abdominales tercero y cuarto, y las
de las polillas geómetras no tienen tampoco patas en el quinto segmento, quedando por tanto con
solo dos pares de patas abdominales. Su famoso movimiento de “looping” es consecuencia de esta
reducción.
Algunas orugas tienen las patas del décimo segmento abdominal modificadas en un apéndice en
forma de horquilla o bifurcado apuntando hacia arriba, de donde surgen cilios naranjas cuando la
oruga se siente atacada.
El cuerpo de la oruga está recubierto de fuertes sedas. La situación de las sedas es bastante regular y
con frecuencia constituye una característica importante para la identificación de algunas especies,
siendo de gran ayuda para los expertos en la diferenciación de orugas de colores similares.
Asimismo, pueden aparecer sedas semejantes en cabeza y extremidades. En algunas especies crecen
agrupadas y forman penachos. Es posible también encontrar los ganchos y las espinas de la piel
modificadas en pelos.
Otras veces, la piel de las orugas puede estar recubierta de diferentes tubérculos y pequeños
salientes sobre los que se insertan espinas simples o ramificadas. La situación de estos tubérculos o
promontorios es característica para ciertas especies.
Es frecuente encontrar crestas o montículos en los segmentos abdominales tercero u octavo. Las
orugas de los esfíngidos se caracterizan, por ejemplo, por estar provistas de un curioso espolón en el
octavo segmento abdominal.
La oruga Aglia Tau presenta en el cuerpo apéndices en forma de espoleta u horquilla cuando es
joven, pero que gradualmente van desapareciendo y no queda rastro de ellos en la oruga madura.
En cuanto a cómo respiran las orugas, su cuerpo está provisto de unas aperturas de ventilación o
estigmas laterales que sirven para la entrada de aire a las tráqueas. La tráquea se ramifica y divide
en numerosos tiibulos, donde tiene lugar la oxigenación de los órganos internos. Los estigmas
laterales se disponen por pares en el primer anillo torácico y en los ocho abdominales.
La forma de vida de las orugas muestra una gran variabilidad de unas especies a otras. También
varía su alimentación, que puede ser cualquier materia orgánica. Algunas especies en particular
también difieren en el tiempo de su existencia, el período de desarrollo, su ritmo de vida diario y
otros.
Varias especies de orugas son acuáticas. Su adaptación al agua puede llegar a tal extremo que sus
órganos respiratorios se hallen modificados en protuberantes branquias ramificadas, a través de las
cuales la oruga absorbe directamente el oxígeno del agua. Otras orugas viven en capullos tejidos de
seda o formados por diferentes materiales que sirven de protección.

Pupa o crisálida
Una vez alcanzado el tamaño definitivo, la oruga busca un lugar seguro donde o bien elabora un
capullo o prepara una cámara en donde después se transforma en pupa o crisálida. La crisálida es
prácticamente inerte y no ingiere alimento alguno.
En el interior de la caja o cámara tiene lugar un proceso insólito durante el cual, a partir de la
informe masa de materia viva, se forma una mariposa adulta. Algunas pupas se sostienen sobre su
extremo posterior y se sujetan por un hilo de seda que rodea su tórax; otras se cuelgan de unos
ganchos que llevan situados al final del abdomen (el cremáster).
La mayor parte de las pupas pasan el período de reposo en posición yacente, bien recostadas
libremente en el suelo o en un capullo o en su escondite. Dicho escondite puede ser, por ejemplo,
una hoja enrollada, un hueco en el interior de un tallo, la cápsula de una semilla, el interior de la
fruta de alguna planta o una galería tallada en la madera.
Con frecuencia, las pupas crisalidan en el suelo, donde se construyen una sólida cámara de tierra
parecida a un montículo de tierra hueco. Después de un cierto período de tiempo, la mariposa
emerge de la crisálida.

La mariposa adulta
La característica más notoria de la mariposa adulta es el colorido de las alas. Pero vamos a observar
primero la cabeza. Lo más destacado son sus ojos compuestos, grandes y hemisféricos (algunas
especies poseen también un par de ojos simples u ocelos ocultos bajo finos pelos en la cabeza).
También cuentan con grandes antenas, palpos labiales y trompa o probóscide, cuyo extremo se
encuentra enrollada en espiral y con la que los insectos absorben el néctar y otros jugos. En algunos
lepidópteros la trompa es corta, adaptada para picar frutas blandas, y otras veces está toda ella
completamente reducida, en cuyo caso los individuos adultos no ingieren ningún alimento,
adquiriendo toda la energía que necesitan para su corta vida de la grasa almacenada en su cuerpo
por la oruga.
La cabeza se une al tórax por un cuello delgado. El tórax de la mariposa adulta se compone de tres
segmentos. Sobre cada uno de los anillos del tórax se inserta un par de patas. El segundo y tercer
anillos llevan un par de alas membranosas cada uno.
Las alas posteriores son más reducidas que las anteriores. Ambas están reforzadas por un complejo
sistema formado por 15 nerviaciones o venas. Las diferentes venas se denominan de la siguiente
manera: costa, súbeosla, radio, medio, cubito, postcúbito y anales.
Los elaborados dibujos de las alas están formados por diminutas escamas que o bien contienen
pigmentos o producen colores físicamente por difracción y refracción de la luz, dando con ello a las
alas su llamativo esplendor. En la siguiente imagen, como ejemplo, puedes ver a la mariposa
monarca, una de las más bonitas.
Estos dibujos presentan elementos característicos, como manchas y rayas que, a su vez, llevan
nombres específicos, por ejemplo: manchas con forma de riñón, mancha en forma de cuña, banda
cruzada interior y exterior, línea ondulada.
Las patas presentan 10 artejos: cadera o coxa, trocánter, fémur, tibia, tarso (formado por cinco
artejos) y pretarso. En algunos lepidópteros (como ninfálidos y satíridos) los artejos de las patas
anteriores están reducidos y las patas no se utilizan en absoluto para andar.
El abdomen de la mariposa contiene el canal de alimentación y el aparato reproductor y en la parte
terminal lleva los órganos genitales. Estos órganos sexuales externos se forman en los dos (en el
macho) o tres (en la hembra) últimos segmentos y son muy característicos y muchas veces
constituyen una ayuda indispensable para identificar las especies con exactitud.
En cuanto a cómo se reproducen las mariposas, el imago o mariposa adulto es una fase
eminentemente reproductora, su objetivo es la reproducción y su vida entera está enfocada hacia
este fin.
El macho busca una hembra virgen, la copula y fertiliza, y la hembra pone los huevos. Con ello
termina el ciclo de vida de la mariposa y entonces muere. El huevo marca el comienzo de un nuevo
ciclo.

Especies de mariposas
Se calcula que aproximadamente existen 200.000 especies de mariposas y polillas en la tierra,
aunque hasta la fecha solo se han descrito alrededor de 130.000. El resto aún no se conoce, si es que
algún día llega a descubrirse, ya que hoy los animales, y esto incluye a la mariposa, están
disminuyendo de número a tal velocidad que muchas especies pueden desaparecer antes de llegar a
ser descubiertas.
Te recomendamos especialmente que visites nuestro post: tipos de mariposas. En él podrás obtener
información detallada de cada una de ellas y así conocerlas más en profundidad.

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