Zhou Xueqing Significado Transformacion Mascaras Trajes Diablada Puno
Zhou Xueqing Significado Transformacion Mascaras Trajes Diablada Puno
Zhou Xueqing Significado Transformacion Mascaras Trajes Diablada Puno
ESCUELA DE POSGRADO
XUEQING ZHOU
Dirigido por
The objective of the research was to discover the meaning and transformation of the
masks and costumes of the Puno’s Diablada for its artisans, dancers and residents. For
this, ethnographic techniques were used, such as: attending the Octave of the Candelaria
Festival of Puno (2018), the Puno’s workshops where make masks and costumes, and a
show held by the Brisas del Titicaca Cultural Association. In the same way, it
interviewed to Puno’s dancers, artisans, residents and specialists in the subject. In
addition, the visual method was used to record and compile photographs and videos of
the masks and costumes of this dance and complement the analysis made. The results of
the present investigation showed that, from the perspective of the population studied, the
characters of La Diablada represent the good and the evil (Angel and Devil); as for the
masks, they represent different elements of the Andean cosmovision and the Catholic
religion; and with respect to the costumes, the elements that compose them also
have religious meanings, and a great influence of the oriental culture and the Tiahuanaco
culture. Finally, regarding the transformations of the masks and costumes, the main
variations have been, the change of materials and the increase of details and ornaments;
however, the interviewees do not report that it has generated a change of meanings in the
masks and costumes of the dance. In conclusion, the study shows that the authenticity of
tradition is an invention of discourses that vary and are built over time.
Debo decir que Puno es una ciudad muy cálida, donde me encontré con mucha gente
simpática que me ayudó a avanzar en mi investigación, por eso quiero darles muchas
gracias. Le extiendo mi agradecimiento al profesor Oscar Bueno Ramírez de la
Universidad Nacional del Altiplano, quien me brindó referencias bibliográficas
considerables sobre la comprensión de la danza y el significado de las máscaras. Con las
teorías, el profesor Oscar me explicó muy detalladamente una máscara del Diablo
Caporal. Aparte de la investigación, el profesor también me llevó a conocer la cultura
puneña como las ferias, el distrito Paucarcolla y el mercado Laykakota. Al artesano Sr.
José Chura Apaza, que me presentó sus ideas muy valiosas en torno a la máscara de La
Diablada, tanto en Ruraq Maki, organizado por el Ministerio de Cultura, como en su
taller de Puno, y además, me enseñó también los materiales para hacer las máscaras. Al
danzante de ángel Sr. José Lino Godoy Farias, pues no solo me contó muy pacientemente
la evolución de La Diablada, sus personajes y el traje de ángel, sino también me ayudó a
entrevistar a varios mascareros y me invitó a participar en el aniversario de dicha
asociación. Al artesano Sr. Javier Quisbert Vilca porque me explicó la situación de
bordado en Puno. Al
artesano Sr. Edwin Losa ya que me presentó la cultura andina y el significado de una
máscara del Diablo Caporal. Al artesano Sr. Ricardo Neyra Percca, quien me mostró sus
máscaras al estilo de Ichu. Al artesano Sr. Héctor Aguilar Valencia, que me enseñó la
influencia de la globalización sobre los trajes. La Sra. Ana María Pino de la Biblioteca
de Casa del Corregidor, a la Sra. Yanina de la Riva del Centro de Documentación, al
arqueólogo Sr. Javier del Ministerio de Cultura de Puno, al Sr. Juan Astorga Pino, a la
Srta. Yenncy Lorena Neyra Beltrán de la Federación Regional de Folklore y Cultura de
Puno, al Sr. Piedro Ticona Salas y al Sr. Andrés de la Casa de Cultura de Puno, puesto
que me ofrecieron referencias bibliográficas y fotográficas importantes para mi tesis. Al
Sr. Francisco Mariscal Herrera, director de la Dirección Desconcentrada de Cultura
Puno, y al Sr. Iván Silvia Rivera, director de la Oficina Desconcentrada del Ministerio
de Relaciones Exteriores en Puno pues me recomendaron muchos estudiadores
relacionados con mi tema. Al Sr. Presidente y a su esposa de la Asociación Folklórica
Espectacular Diablada Bellavista de 2018, así como al danzante del ángel Sr. Jhonathan
y a su esposa de dicha asociación, que me dieron la bienvenida al aniversario de la
asociación, me contaron el proceso de preparación para la Festividad Virgen de la
Candelaria y me mostraron fotografías de esta asociación. Al Sr. Guillermo Quispe
López, fundador de La Diablada Azoguini, porque me presentó el desarrollo de dicha
asociación y actividades realizadas durante la Festividad de la Candelaria. Al Sr. César
Gonzales Pérez y a la Sra. M. Elena Meneses Ticona que también me explicaron la
organización de esta festividad. Además, gracias al Sr. Walter Soto Vargas, a Don.
René, al Sr. José Mestas Delgado, al Sr. Miguel, a la Sra. Luz Benique Vilca, al Sr.
Carlos Saraza, a la Sra. Manuela Mamani, al Sr. Simón M. Nahuincha Parisaca, a la Sra.
Reina Isabel Medina Flores, a la Sra. Jesusa Castillo, al Sr. Eloy Condori Flores, a la
Srta. Tania Isabel, al Sr. Benigno Aguilar Paucar, quienes también me ayudaron mucho
para avanzar en mi investigación.
INTRODUCCIÓN.......................................................................................................... 11
Planteamiento y justificación del tema ....................................................................... 11
Objetivos de la tesis .................................................................................................... 12
Primer objetivo ........................................................................................................... 12
Objetivos secundarios ................................................................................................. 12
Segundo objetivo ........................................................................................................ 12
Objetivos secundarios ................................................................................................. 12
Metodología................................................................................................................ 13
1 CAPÍTULO 1. ESTADO DE CUESTIÓN Y MARCO TEÓRICO.................... 15
1.1 Estado de la cuestión .................................................................................... 15
1.2 Marco teórico ............................................................................................... 30
1.2.1 Conceptos de Historia Social y Biografía Cultural de las cosas ........... 30
1.2.2 Concepto de Invención de Tradición .................................................... 35
1.2.3 Conceptos de Tradición Vs. Modernidad; Globalización Vs. Identidad
regional …………………………………………………………………………39
1.2.4 Definición de máscara e indumentaria.................................................. 44
1.2.5 Contexto religioso y cultural................................................................. 53
CAPÍTULO 2. LA DIABLADA PUNEÑA ................................................................... 65
2.1 Las danzas de los diablos ............................................................................. 65
2.2 Versiones sobre el origen de La Diablada.................................................... 65
2.2.1 Catequización........................................................................................ 66
2.2.2 Minas .................................................................................................... 69
2.2.3 Rito de culto .......................................................................................... 71
2.2.4 Siku Moreno del barrio Mañazo ........................................................... 72
2.3 La Diablada en la Fiesta de la Virgen de la Candelaria ............................... 74
2.4 Asociaciones de La Diablada puneña........................................................... 82
2.5 Personajes de La Diablada puneña ............................................................... 86
2.5.1 Ángel..................................................................................................... 87
2.5.2 Diablo, Diablo caporal y Diablo de Siete Pecados Capitales ............... 88
2.5.3 China Diabla, China, Supay y Diablesa ................................................ 91
2.5.4 Personaje de acompañamiento: gorila .................................................. 98
2.5.5 Cambios en algunos personajes de La Diablada puneña ...................... 99
3 CAPÍTULO 3. EL SIGNIFICADO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LAS
MÁSCARAS Y TRAJES DE LA DIABLADA PUNEÑA ......................................... 101
3.1 Máscaras de La Diablada puneña ............................................................... 102
3.1.1 Historia de la máscara del diablo ........................................................ 104
3.1.2 Significado de piezas particulares de las máscaras de La Diablada ... 106
3.1.3 Los colores en las máscaras de personajes diabólicos ........................ 108
3.1.4 Los cuernos, animales y formas en las máscaras de personajes
diabólicos………….............................................................................................. 109
3.1.5 Caretas de Ichu.................................................................................... 117
3.1.6 Transformación de las máscaras de La Diablada de Puno.................. 119
3.1.7 La transformación de los materiales de la máscara ............................ 122
3.2 Trajes de La Diablada puneña .................................................................... 125
3.2.1 El vestuario del ángel .......................................................................... 125
3.2.2 El vestuario de los Diablos ................................................................. 126
3.2.3 La transformación de los trajes de La Diablada.................................. 134
3.2.4 El uso de materiales en los trajes de La Diablada............................... 144
4 CAPÍTULO 4. LOS ARTESANOS DE LA DIABLADA PUNEÑA............... 147
4.1 Mascareros ................................................................................................. 147
4.2 Bordadores ................................................................................................. 148
5 CONCLUSIÓN ................................................................................................. 151
6 RECOMENDACIONES ................................................................................... 156
7 BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................... 157
8 ANEXOS ........................................................................................................... 162
ÍNDICE DE FIGURAS
Frente a las máscaras y los trajes de la Diablada, cabe plantear dos preguntas
principales: ¿Cuáles son los significados para los artesanos, danzantes y pobladores
11
puneños?, y ¿cómo se han transformado las máscaras y los trajes para ellos a lo largo del
tiempo? A través de la investigación sobre el significado y la transformación de las
máscaras y los trajes de La Diablada puneña, se pueden contemplar las variadas visiones
del mundo y los discursos estéticos contemporáneos por parte de artesanos, danzantes y
pobladores, que se concentran en esta danza; además, como hay limitados estudios
dedicados al significado y la transformación en las máscaras y trajes de esta danza,
merece la pena desarrollar esta investigación.
Objetivos de la tesis
Primer objetivo
Objetivos secundarios
Segundo objetivo
Objetivos secundarios
12
• Descubrir las transformaciones que experimentan las máscaras de La Diablada
para los artesanos que las confeccionan, los danzantes que las usan y los
pobladores puneños.
• Descubrir las transformaciones que experimentan los trajes para los artesanos
que los confeccionan, los danzantes que los usan y los pobladores puneños.
Metodología
13
Tabla 1. Actores entrevistados y conversados en el campo
Mascareros 0 8 8
Bordadores 7 6 13
Danzantes 3 3 6
Pobladores 2 6 8
Estudioso 0 1 1
Presidente y
Fundador de 1 2 3
asociaciones
Total 13 26 39
El segundo método importante en esta investigación fue el método visual dado que se
registraron fotografías y videos de la fiesta actual y de la danza de La Diablada puneña
para el análisis de su performance (coreografía y música), y también fotografías antiguas
brindadas por los entrevistados del campo; esto con el fin de comparar las máscaras y los
trajes del siglo pasado con los del actual. Dentro de las técnicas visuales se hicieron
fotografías y videos de los danzantes con la indumentaria, así como de las máscaras y de
los trajes en talleres de artesanos. Además, se cuenta con fotografías y videos facilitados
por otras instituciones y personas, tales como la Asociación Cultural Brisas de Titicaca,
la Casa de Cultura de Puno, el mascarero, el bordador, el antropólogo y el danzante,
entre otros.
14
1 CAPÍTULO 1. ESTADO DE CUESTIÓN Y MARCO TEÓRICO
15
Esta autora citando a Mildred Merino, propuso la clasificación de las danzas del Perú
valiéndose del orden cronológico: “Prehispánicas; de la conquista; de la colonia; de la
independencia; de la república” (citado en Cánepa 1998: 42). Y mediante Merino, la
autora abordó dos significados intrínsecos de las danzas peruanas que son “la veneración
de lo inca, y la sátira y crítica a lo español” (citado en Cánepa 1998: 42).
16
Diablada altiplánica” (La Serna Salcedo 2018: 19).
17
3) “La Diablada en la Festividad de la Virgen de la Candelaria Origen Historia y
Cultura (2018)”, un catálogo cultural de la Asociación Folklórica Espectacular Diablada
Bellavista, incluye aparte de la introducción de la Virgen de La Candelaria y su origen,
también algunos contenidos relacionados con La Diablada Puneña, entre los cuales
resaltan artículos como “Diablos y Diabladas en la Festividad de la Virgen de la
Candelaria” por Luperio David Onofre Mamani, “De danza de Mañazo a la Diablada”
de Juan Palao Berastain, y “La Diablada más allá de la colonia” por José Morales
Serruto.
Según Onofre Mamani, “en la memoria colectiva de los andinos, los personajes como
Supay, Saqra y diablo no estaban únicamente relacionados con el mal, sino también con
el bien” (2018: 45). Luego, con la llegada de los españoles, “la concepción originaria del
‘Supay’ y ‘Saqra’ ha sufrido una serie de redefinición” (Onofre M. 2018: 46). En ese
momento, “se ha condenado y satanizado a los espíritus andinos” (Onofre M. 2018: 45).
Por lo tanto, empezaron a identificarse “a los dioses y espíritus de la teogonía andina con
el diablo” (citado en Onofre M. 2018: 46). Por ejemplo, el Supay significa demonio, el
Saxra significa Satán, el Anchañchu significa demonio de las minas. Aparte de las
transformaciones de conceptos de Saqra y Supay, la religión cristiana influyó también
18
en la cosmovisión andina. Según Onofre M., “la concepción andina del mundo
se
19
desestructura y se reestructura en tres espacios o estadios llamados el mundo de arriba o
del más allá, mundo o planeta tierra y el mundo de abajo o de la oscuridad” (2018: 46).
En el mundo de abajo viven los espíritus que son maléficos en su totalidad. Y desde
entonces, La Diablada es calificada como mestiza. Por ejemplo, en su indumentaria se
pueden encontrar símbolos tanto andinos como hispanos. En la actualidad, según Onofre
M., por una parte, los andinos ya han recuperado el significado bueno de “Supay” o
“Saqra” considerándolos como espíritus protectores de los humanos y de los animales.
Por otra parte, también “se considera que forma parte de los diablos” (2018: 47). Se
considera que esta característica maléfica se expresa más en la danza de La Diablada,
sobre todo en los Siete Pecados Capitales. Pero también surgió un fenómeno interesante
sobre los “diablos” en la zona andina. Parece que esta figura, posiblemente considerada
como un dios horroroso, se vuelve más famosa entre los pobladores andinos. Como
refiere Onofre M., “el indígena no repudiaba al ‘Supay’ sino que teniéndole, lo invocaba
y rendía culto para evitar que le hiciera daño” (2018: 52).
18
1789” (2018: 55). Pero “La Diablada de Oruro… ha mantenido desde su creación juleña,
hasta el día de hoy, su característica y significado básico como -Danza de los Siete
19
Pecados Capitales - …” (citado en Onofre M. 2018: 55), y poco a poco, “se ha
sofisticado su música, danza y coreografía, de igual manera el vestuario de los diferentes
personajes” (Onofre M. 2018: 55). La Diablada de Puno se presentó el 2 de febrero de
1918 en la festividad de la Virgen de la Candelaria (citado en Onofre M. 2018: 56).
Entonces acerca de la evolución de La Diablada de Oruro y de Puno, la diferencia es
obvia según el pasaje citado abajo:
En Oruro (Bolivia) aparece La Diablada hace 150 años cuyo florecimiento fue veloz
y de progresos; en cambio en Puno se baila La Diablada hace más de 100 años, pero
que no tuvo un progreso ascendente y peor aún los puneños antiguos no le dieron
importancia. Haciendo una retrospección podemos afirmar que aproximadamente hace
unos 50 años que recién se le ha dado importancia a la danza de La Diablada; y esto se
acrecienta más aún hace dos décadas el impulso y progreso ha ido de menos a más
(citado en Onofre M.
2018: 56).
Sumado a ello, el autor también aludió a las imágenes de felino, serpiente y batracio;
acerca del primero, “corresponden a la presencia del jaguar y puma”, mientras la
segunda es “propiciador del agua para las chacras y pastizales enviados por Achachila o
Apu” (Berastain 2018: 62). Cabe añadir que el “Barrio de Mañazo” actual de Puno se
fundó debido al traslado de la población de San Luis de Alba en 1668 motivado por el
virrey Conde de Lemos (Berastain 2018: 62). Desde allí nació la danza de Diablos de
Mañazo formada por conjuntos de Sikuris, y luego se separó La Diablada puneña de
Siku Moreno de Mañazo. Posteriormente, desde el siglo XX, empezaron a “‘cristianizar’
lo que se consideraba ‘pagano’” (Berastain 2018: 63), así que el personaje del Arcángel
San Miguel pasó una transformación, que era desde el protector de los comerciantes de
21
ganado, hasta
22
el luchador (y vencedor) contra los “demonios” que representaban máscaras de los toros
sacrificados.
Asimismo, se utiliza más hoy en día el concepto de “el bien y el mal”, “los Siete
Pecados Capitales”, entre otros con “fines moralizadores”. Como dijo el autor, ya venían
“tergiversando y eliminando de esa manera la veneración a Achachila o Apu y el
reconocimiento de la existencia del Ajayu de los animales y la ritualidad en su sacrificio
en la religión andina” (Berastain 2018: 63). Además, se habló de algunas modificaciones
en las máscaras y los trajes de La Diablada, por ejemplo, entre los años 60 y 70 del siglo
pasado “haciendo los cachos helicoidales y grandes ojos”, estos hechos de los focos de
luz eléctrica, mientras en las capas aparecía la decoración de pedrería. “Dos décadas
después se presentó la adición de varios cachos” (2018: 64), e incluso el diseño de las
máscaras fue inspirado del cine internacional, hasta la imagen del dragón de la cultura
oriental.
En el artículo “La Diablada más allá de la colonia”, escrito por José Morales Serruto,
sobre todo en la parte “Simbología”, el autor habló de la confusión de la imagen de
animales reptiles del cristianismo y de la cultura andina. En el primero, siempre
simbolizan el mal, mientras en el mundo andino, “los reptiles, sapos son seres
reguladores, benefactores que anuncian suerte, buen augurio y pregonan el principio y el
final de sus actividades agrícolas” (2018: 84).
4) El “Álbum de Oro. Monografía del Departamento de Puno. Tomo IX” (sin fecha),
del editor Samuel Frisancho Pineda, habló de la teoría general de las danzas y presenta
algunas danzas típicas de Puno, entre las cuales se encontró una introducción general de
La Diablada. Allí se contó la causa del “rito de culto” de esta danza y la evolución de sus
personajes.
5) Estudio sobre las máscaras. Investigación inédita por Óscar Bueno Ramírez
(poblador puneño y conocedor de La Diablada de Puno), antropólogo de la Universidad
Nacional del Altiplano. En este estudio, el autor presentó el conocimiento básico de las
máscaras para teatro, danza y ritual. Con respecto a las máscaras del Perú, el autor
explicó que no se debe considerar que estas sean culturalmente fragmentadas, sino que
están conectadas entre sí de acuerdo con la secuencia histórica. Por ejemplo, “la cultura
Chavín ha dejado sus esencias a Moche, y Moche a Wari, Wari a Tiahuanaco, y la
Tiahuanaco a la Inca”. El siguiente cuadro del autor de la máscara del diablo caporal
causó mucha
23
impresión y ayudó mucho a comprender su significado para los artesanos, danzantes y
pobladores puneños. (Ver Figura 1 y 21).
1
Otorgadas junto con la interpretación por Oscar Bueno Ramírez (poblador puneño y conocedor de La
24
diablada de Puno).
25
Además, los términos Supay y Saqra significan diablo, solo que el primero es Aymara y
el segundo es Quechua, pero los dos son del “Ukhu pacha”, que es el mundo de abajo,
por lo tanto es un lugar prohibido, representado como zigzag con una raya arriba y la
otra abajo, porque el zigzag significa “subir y bajar”, así que cuando hay dos rayas que
lo limitan, significa “no subir y no bajar”. Pero los animales reptiles como lagarto o
culebra sí se van abajo. Sobre la estructura de esta máscara, el autor explica también, “el
cóndor sube y baja”, que mueve entre el mundo de arriba y este mundo; los cuernos y
los ojos del diablo constituyen una escena de rayo y lago, porque como ya se sabe,
después del rayo va a bajar la lluvia, que trae el agua, y forma un lago en la tierra. Y
según la deducción de Bueno, la forma de dos círculos (uno grande abarca otro pequeño)
significa el agua en la semiótica andina. Entonces, para el autor, este tipo de máscara
está hecha con base en la lingüística, en vez de la estética. Y esta lingüística está
constituida por varios textos, y cada texto es un signo de color o forma. Entonces, en
esta máscara del diablo está presente; la filosofía andina como sus tres mundos, sus
deidades como serpiente, cóndor; el autor planteó la siguiente pregunta: “¿Por qué
los misioneros cristianos seguían permitiendo la existencia de este tipo de máscara?”
“¿Sabían o no la presencia de la filosofía andina en la máscara?”
26
Posteriormente, por influencia de los artífices bolivianos, los colmillos
tradicionales han sido reemplazados por otros de cristal decorado o
espejuelos. Igualmente, los reptiles nativos han sido sustituidos por dragones
apoyados sobre sus propias patas, que emergen de entre los cuernos; estos
que en sus inicios eran puntiagudos o gruesos y romos, fueron sustituidos
posteriormente (aproximadamente hace medio siglo) por cuernos retorcidos
(1995: 261).
Además, “las micas” que cubren la vestimenta de La Diablada, muy comunes durante
el trabajo de campo, según Ormachea, son “un material plástico transparente para evitar
que la lluvia o algún líquido afecte los decorados” (1995: 264), entonces funcionan
como cubierta protectora.
27
Al final, de acuerdo con el autor, se puede ver unos procesos complejos de
“aculturación en una simbiosis de elementos foráneos y nativos” en las máscaras y los
28
trajes de esta danza. Por ejemplo, “el diablo europeo con cuernos puntiagudos, portando
tridente en la mano, es transformado con elementos aborígenes propios de las culturas
peruanas como Tiahuanaco, y posteriormente se le han incorporado otros elementos de
influencia asiática” (1995: 263-264) como la imagen de dragón en los atuendos.
De acuerdo con él, el traje de La Diablada está compuesto por la capa, la sobrecapa, la
pechera y las palcas, y está igualmente repleto de signos que la máscara (2017: 96). En
cuanto al uso de piedras semipreciosas e hilos de oro o plata en los trajes, el autor ha
evocado su origen a la ropa sagrada de la iglesia y el traje de luces de los toreros
españoles. Igual que las máscaras, los trajes de La Diablada se transformaron con la
industria y el comercio global, sobre todo sus materiales. Así, reemplazaron a estos por
la tela sintética y las piedras plásticas importadas de Brasil. La trayectoria de estos
materiales pasa de dicho país a Bolivia, hasta que al final llega a Puno a la mano de
bordadores (2017: 94).
8) En el artículo “Máscaras, teatralidad y fiesta andina” por Miguel Rubio Zapata, las
máscaras prehispánicas estaban presentes en diversas escenas, como “prácticas de
siembra, cosecha, combates de guerreros, cuerpos híbridos de hombre-animal,
ceremonias rituales de poder y contextos funerarios, entre otros” (Zapata 2011: 48). En
cuanto a la similitud entre distintas máscaras, el autor ha aludido a la máscara Sicán y
las máscaras de la danza de los diablícos de Túcume y Mochumi (Lambayeque) del
Norte de Perú. La primera “tiene en su parte superior la cabeza de un animal, tal vez un
25
murciélago o un sajino, con grandes dientes y una lengua móvil, y además tiene plumas
metálicas” (2011: 48), mientras que las segundas guardan una estructura de la cabeza
y la lengua
26
similar a las de la primera, y “llevan también largas plumas de aves” (2011: 48).
Además, Zapata se refirió también a la función de las máscaras de transformar a una
persona en un personaje pues después de poner máscaras los danzantes tienen que
cambiar también las acciones corporales y la voz, con el fin de no dejar que los demás
identifiquen sus identidades originales, ya que están representando a un personaje que
cuenta con una nueva identidad. En esta actuación, “la máscara cumple un papel
esencial en el surgimiento de una nueva identidad” (2011: 49).
Para el pueblo andino, las “figuras con colmillos, garras y/o manchas de felinos, así
como las representaciones de serpientes, batracios, entre otros” (Flores Villasante 2016)
son deidades, pero estos eran considerados como demonios en la mente de los jesuitas
que llegaron a los Andes con la colonización; o la estructura del mundo de arriba, este
mundo y el mundo de abajo, sobre todo el último lo han conferido el sentido del
infierno. En fin, los jesuitas impusieron signos diabólicos en esta danza nombrándola
como “Danza de Diablos”, que ha llegado a ser La Diablada de hoy.
2
Brindado por antropólogo Oscar Bueno Ramírez de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno
que es también un poblador puneño y conocedor de La diablada de Puno.
27
Llahtamasi3 servidumbre semi servil Persona protegida
Fiesta persona sagrada rito riqueza fertilidad grandeza4 inca salud autoridad
behetría
Colores claros = niños Cols. vivos = solteras Cols. Oscuros = tercera edad día
noche
Wawas Gran fiesta del sol Riqueza de la mujer Fiesta del varón Fuerza
3
Significa ciudadano.
4
Relaciona con el cielo y el agua.
5
Wiracocha es el máximo creador. Se relaciona con los planetas, los átomos y desde allí se empieza la
28
vida.
6
Óscar Bueno (poblador puneño y conocedor de La diablada de Puno) ha abordado a los dos templos de
Amantaní. Uno es Pachatata (El padre de la tierra) y el otro es Pachamama (La madre de la tierra). El
templo de Pachatata es cuadrado, mientras el de Pachamama es circular.
29
adivinar el lugar de origen o el estado civil de una persona a través de su atuendo7. Sin
embargo, los colonizadores empezaron a inhibir el sistema de signos establecidos por los
gobernadores anteriores, así que hasta la fecha la gente ya no sabe el sentido de ellos, y
presta más atención en el aspecto estético, sobre todo en los trajes de luces. No obstante,
la medida de distinguir el soltero del casado mediante los colores aún existe en la zona
andina, especialmente en la isla de Taquile. Según un guía turístico nativo de dicha isla,
si un hombre lleva un ch’ullu8 rojo, significa que ya está casado; si se lleva uno mitad
rojo y mitad blanco, significa que todavía está soltero, y si la parte pendiente está
colocada en la parte derecha, significa que no tiene novia, pero si está en izquierda,
significa lo contrario, ya que la izquierda es el lugar donde está el corazón.
11) “Dentro de una concepción general, se dice que el drama dentro de las sociedades
ágrafas, es en realidad el origen de la ‘danza’.” (Frisancho Pineda s/f: 23) Y según la
RAE (Real Academia Española), la explicación del “drama” más cercano a la “danza”
puede ser que en la antigua Grecia así se le llamaba a la representación mimética de
carácter religioso o teatral. Si sigue esta interpretación, la “danza” debería tener
atributos religiosos o teatrales, los cuales deben ser mantenidos también en la danza de
la Diablada. Hasta aquí cabe preguntarse, ¿por qué no se llama el baile Diablada, y cuál
es la diferencia entre “danza” y “baile”? Según Óscar Bueno, “el baile indica
movimientos realizados por una pareja o un bailarín en un escenario” (2014: 7), y resaltó
la representación individual, mientras que “la danza es una agrupación de danzarines
con vestuario, que en base al ritmo de la música realizan movimientos coreísticos
sincronizados, planificados y ensayados, en un escenario” (2014: 8); es “colectiva” y
“su indumentaria es uniforme y establecida”, como se citó en “Álbum de Oro.
Monografía del Departamento de Puno. Tomo IX” (s/f), la opinión de Sheldon Cheney
“la danza surgió siempre que un grupo de personas alcanzaban el grado de comunidad
espiritual que exige la inspiración colectiva” (s/f: 23-24). Como La Diablada es
compuesta por personajes con vestidos unificados, quienes presentan movimientos
colectivos, debe colocarse en las “danzas” en lugar de “bailes”. De otro lado, también
hay que tener en consideración la referencia de las “sociedades ágrafas” de la
explicación de Frisancho Pineda, que contribuye al discurso
acerca del origen de La Diablada altiplánica, la cual habría surgido en las antiguas
7
Por ejemplo, si llevaban el sombrero plano tal vez venían del altiplano, mientras el sombrero
triángulo indicaba que venían de la sierra; si una mujer llevaba el traje de los colores rojo y azul,
significaba que ya estaba casada.
30
8
Significa “gorro”.
31
comunidades andinas donde no había escritura, pero tal vez danzaban para expresar sus
sentimientos y deseos. De acuerdo con Julieta D. Zamora, “los pueblos primitivos han
sabido descubrir los recursos naturales intrínsecos de la danza, para traducir con ella
siempre sus estados emocionales o anímicos y celebrar del mismo modo todos aquellos
acontecimientos propios de su vida y que pudiesen producirles alegría, dolor o ira”
(citado en Frisancho P. s/f: 23). Sin embargo, a pesar de situarse en la esfera de danzas,
parece que La Diablada no es una tradición heredada de los ancestros. Según Onofre
Mamani, “La Diablada es más contemporánea y estilizada” (2008: 50).
Cabe reconocer que “posteriormente la danza evoluciona como todo motivo del arte”
(Frisancho P. s/f: 23). De modo que en la época contemporánea se toman las máscaras y
los trajes como artes y se llama a las personas que los confeccionan como “artesanos”.
Frente al aspecto carnavalesco de la danza, en el pasacalle de la Fiesta de la Virgen de la
Candelaria, también se puede hallar una explicación lógica, que es otorgada por el Dr.
Mariano H. Cornejo en su obra “Sociología” (s/f), aunque con una visión evolucionista,
describiendo que “la danza que en una elevada cultura pierde su importancia y solo
representa motivos de alegría o los movimientos vertiginosos de la pasión… El salvaje y
el bárbaro bailan por alegría, por duelo, para ir a la caza, a la guerra, en los cambios de
estación, en el periodo de la cosecha, de la siembra… pero especialmente como
ceremonia religiosa, forma que persiste hasta la cultura media” (Citado en Frisancho P.
s/f: 24). Además, la danza puede aparecer en escenas de ceremonias para celebrar la
transición o renovación.
33
carácter mágico-religioso, se realizaban para la celebración de las grandes ceremonias
de la iglesia y este carácter posiblemente se atenuó hasta convertirse por lo menos
algunas de ellas en bailes de diversión9 ” (citado en Frisancho P. s/f: 26); todo eso
ayudará a comprender mejor el fenómeno de que los danzantes de La Diablada puneña
se sueltan a tomar cervezas en el pasacalle de la Fiesta de la Virgen de la Candelaria.
En primer lugar, de acuerdo con Appadurai, dentro de la vida social de las cosas
hay que distinguir la historia social de las cosas y su biografía cultural. En cuanto al
primer concepto, la Historia Social de las cosas, el autor resaltó su largo transcurso
histórico, así como los agentes abordados en este curso. Y con el transcurso del tiempo,
el valor social de las cosas no es estático, como indica el autor, estas experimentan
“cambios a largo plazo (con frecuencia de la demanda) y dinámicas a gran escala, que
trasciendan las biografías de los miembros particulares de esas clases o tipos” (1991:
52).
34
9
Aquí se destaca la característica de diversión de algunas danzas actuales, así que cuando pierden sus
caracteres religiosos, casi se han convertido en bailes simples.
35
Según Appadurai, “la mercancía es un producto destinado principalmente al
intercambio” (1991: 21). Luego frente a este intercambio y al valor de la mercancía, no
es posible hacer caso omiso de la intervención de la política, porque “la política es lo
que une valor e intercambio en la vida social de las mercancías” (Appadurai 1991: 77).
Por su parte, el folklore materializado en fiestas, danzas, entre otros, ya se ha convertido
en un instrumento político para fortalecer la identidad de una zona, “en el Perú, así como
en América Latina y Europa, el uso del concepto folclor (o folklore) ha tenido una alta
carga política… ha sido utilizado por élites regionales y nacionales para sostener la idea
de una nación o región unitaria” (Mendoza 2001: 150). A través del pasaje citado abajo
se puede entender el efecto mutuo entre la política y la mercancía:
37
Conforme a este mismo autor, “durante la producción, la mercancía en cuestión
haya tenido menos oportunidades de acumular una biografía idiosincrásica o de disfrutar
de una carrera peculiar. Así, el sitio de la producción mercantil quizá esté dominado por
recetas de fabricación estandarizadas culturalmente” (1991: 61). Esta situación aparece
más en una sociedad industrializada cuando hay mucha demanda.
Debido a que los objetos han acompañado a las personas a experimentar actividades
sociales, comparten juntos algunas memorias especiales; por ejemplo, pueden recordarle
a la gente qué ha sucedido en alguna ocasión determinada del pasado, y estas memorias
continúan mediante los objetos, como las historias familiares contadas de boca en boca.
Tal vez las generaciones posteriores no han presenciado la escena en la que aparecía el
objeto, pero este le recuerda a la persona que se lo regaló, es decir, el objeto se convierte
en la articulación de relaciones interpersonales.
38
categorías culturalmente constituidas” (1991: 94). Ahora cabe preguntarse ¿cuál es la
función de la cultura? Ante este interrogante una explicación se puede encontrar en que
“la cultura asegura que algunas cosas permanezcan inequívocamente singulares; evita la
mercantilización de otras y en ocasiones, resingulariza lo que ha sido mercantilizado”
(Kopytoff 1991: 99-100). Esto quiere decir que la cultura puede garantizar la
singularidad de las cosas, y si estas son mercantilizadas, la cultura puede otorgarles
nuevos significados singulares.
40
monetario bien desarrollado. Esto posibilitó la categorización cultural del
valor de cambio de las cosas, sobre todo en la forma de esferas cerradas
de intercambio, y satisfizo las necesidades cognoscitivas individuales de
clasificación. Así, la clasificación cultural colectiva restringió la
exuberancia innata de las clasificaciones privadas y puramente
idiosincrásicas (1991: 117). La biografía memorable de la cosa está
integrada, en su mayor parte, por acontecimientos que ocurren dentro de
una esfera determinada (1991: 119).
En las sociedades a gran escala, comercializadas y monetizadas, la
existencia de una sofisticada tecnología de intercambio permite que la
economía sea inundada por la mercantilización (1991: 117). En el mundo
homogeneizado de las mercancías, la biografía memorable de una cosa se
convierte en la historia de las diversas singularizaciones experimentadas
por ella, de las clasificaciones y reclasificaciones a las cuales ha estado
sujeta en un mundo incierto de categorías cuya importancia varía con
cada modificación menor del contexto (1991: 119-120).
Estos dos pasajes citados en líneas anteriores ponen de manifiesto que en las
sociedades a pequeña escala, a consecuencia de que suele faltar una desarrollada
tecnología del intercambio y del sistema monetario, se eleva el valor cultural de las
cosas y también la capacidad cognoscitiva individual. Bajo esta situación, las cosas
suelen ser más diversas y poseen las categorías más claras, asimismo, su significado va
a ser influenciado más por el contexto de la sociedad a la que pertenecen. Mientras
tanto, en las sociedades a gran escala, que son comercializadas y monetizadas, domina
más la mercantilización. Las mercancías se vuelven más homogeneizadas, las categorías
de las cosas son menos claras y menos influenciadas por el contexto de la sociedad a la
que pertenecen.
En esa dirección, según Kopytoff, “las biografías de las cosas no pueden ser sino
parciales” (1991: 93), por ejemplo, las máscaras y los trajes están constituidos por un
proceso de diseño, de colección de materiales, de elaboración, de transacción, de
exhibición; y algunos transformándose en recuerdos o piezas del museo. Pero como el
objeto de este estudio es la máscara y el traje de La Diablada que se ubican en distintos
talleres, en vez de algún ejemplar específico, así que no abordaré a los procesos arriba
mencionados de una sola máscara o traje, sino a piezas particulares de estas cosas.
41
1.2.2 Concepto de Invención de Tradición
10
Foto sacada por la autora de esta tesis.
42
Como se muestra en la Figura 3, a pesar de que el metro en Pekín es un medio de
transporte moderno y no había sido utilizado sino hasta la segunda mitad del siglo
pasado, en algunas partes de su arquitectura han seguido el estilo oriental clásico, lo cual
también implica la continuidad con el pasado. A través de la muestra de esta
continuidad, las autoridades de esta ciudad ya han presentado a los visitantes nacionales
e internacionales el honor de esta ciudad en el pasado. No obstante, la continuidad
histórica no siempre es verdadera en las tradiciones inventadas. Como lo referido por
Hobsbawm, “en la medida en que existe referencia a un pasado histórico, la peculiaridad
de las ‘tradiciones inventadas’ es que su continuidad con este es en gran parte ficticia”
(2002: 8).
43
este concepto “apenas se convirtió en un proyecto serio antes del fin de la Primera
Guerra
44
Mundial (entre 1918 y 1919)” (Hobsbawm, 2002: 20). De manera que en torno a la
invención de la “nación”, han sido creados también nuevos símbolos, “como el himno
nacional (…), la bandera nacional (…), o la personificación de la ‘nación’ en un símbolo
o una imagen” (Hobsbawm 2002: 13).
Sin embargo, pese a que las tradiciones son inventadas, incluso la continuidad
histórica es ficticia, las ideas y prácticas han formado partes de la vida humana, es
decir, se han convertido en realidades. Así que su existencia debe ser reconocida. Cabe
traer a colación la siguiente descripción de Ranger sobre las tradiciones africanas
coloniales inventadas:
Como eran tan pocas las asociaciones que podían hacerse entre los
sistemas políticos, sociales y jurídicos británicos y africanos, los
administradores británicos se pusieron a inventar tradiciones africanas
para los africanos. Su propio respeto a la “tradición” les predisponía a
contemplar favorablemente lo que consideraban tradicional en África.
Emprendieron la tarea de codificar y promulgar estas tradiciones,
transformando con ello la costumbre flexible en rígida prescripción… Las
tradiciones inventadas de las sociedades africanas -ya fueran sus
inventores los europeos o los propios africanos, a modo de respuesta-
tergiversaron el pasado pero se convirtieron en sí mismos en realidades…
(2002: 220).
Aunque se está hablando de la “tradición inventada”, el adjetivo “inventada” parece
innecesario, ya que todas las actividades sociales son invenciones de consciencia
humana y la “tradición” pertenece a la vida social, de modo que no es necesario
subrayar su atributo inventado. En realidad, la consciencia humana es tan complicada
que para un tema varían las opiniones entre diferentes personas. Algunos piensan que es
verdadero, mientras otros piensan que es falso; algunos creen que sus tradiciones son
37
auténticas, pero otros creen que no lo son. Por lo tanto, cuando un observador hace
preguntas sobre un
38
fenómeno, si presta demasiada atención a las respuestas, es muy posible que se
confunda. La cuestión es que cuando se habla de las tradiciones inventadas por la
consciencia humana, lo que se debe tener claro es que no existe la autenticidad en las
tradiciones. Entonces, aunque es importante conocer las tradiciones, será más
significativo discutir “su proceso de la invención”. En otras palabras, ¿por qué y cómo
se han inventado estas tradiciones?
En segundo lugar, como las relaciones internacionales se hacen cada vez más tensas,
un nuevo incentivo a la invención de la tradición consiste en expresar y sublimar la
rivalidad nacional en la competición ceremonial (Cannadine, 2002: 139). Por último, de
acuerdo con la descripción de Ranger sobre las tradiciones inventadas en África
colonial, la “invención de tradiciones” puede crear los intereses y estos van a manipular
a las autoridades a afirmar o incrementar el control codificando o inventando más
tradiciones. Este es el caso de África de la época colonial:
39
asegurarse de que los migrantes que se establecían entre ellas no
adquiriesen derechos políticos o económicos (2002: 264).
En primer lugar, según García Canclini en “Culturas híbridas. Estrategias para entrar
y salir de la modernidad” (1989), “los países latinoamericanos son actualmente resultado
de la sedimentación, yuxtaposición y entrecruzamiento de tradiciones indígenas (sobre
todo en las áreas mesoamericana y andina), del hispanismo colonial católico y de las
acciones políticas, educativas y comunicacionales modernas” (1989: 71).
Como se ha mencionado arriba, la cultura local puede ser influenciada por factores
internos y externos, de modo que existe el riesgo de que se transforme la “cultura
esencial”. Entonces, según García Canclini en “Consumidores y ciudadanos”, “para
evitar los conflictos por la coexistencia… siguen siendo útiles las categorías de
hegemonía y resistencia” (1995: 116). Así que se sostiene el folklore con el fin de
40
conservar las
41
tradiciones locales; hay que decir que “esos referentes identitarios, históricamente
cambiantes, fueron embalsamados por el folclor en un estadio ‘tradicional’ de su
desarrollo y se les declaró esencias de la cultura nacional” (1995: 93). Así, la
divulgación de las actividades folclóricas se realiza a través de medidas masivas, tales
como “las industrias del disco, los festivales de danza, las ferias que incluyen
artesanías” (1989:
202). Por lo tanto, hasta ahora, en la Festividad Virgen de la Candelaria, aún pueden
escuchar constantemente estos “discursos esencialistas o de autenticidad”.
En consecuencia, existe una trama compleja tejida por estos diversos actores en las
actividades folclóricas y dentro de esta red siempre surgen enfrentamientos entre
distintas opiniones, entre las cuales se encuentran los actores relativos al tema objeto de
este estudio, esto es, los tradicionalistas y los modernizadores. Mientras los primeros
intentaron preservar “las culturas nacionales y populares ‘auténticas’ de la
industrialización, la masificación urbana y las influencias extranjeras” (1989: 17), los
segundos “confiaron a la innovación autónoma sus fantasías de progreso” (1989: 17).
No obstante, hay que tomar en consideración que por una parte, la modernización no
anula las culturas tradicionales (Canclini 1989: 200), ya que estas siguen vigentes en “la
producción cultural de los sectores populares” (Canclini 1989: 200), pero lo que se debe
agregar es que estas también se están transformando. Según Canclini, “la pretensión de
conformar universos autosuficientes y de que las obras producidas en cada campo sean
únicamente ‘expresión’ de sus creadores” (1989: 18) está debilitándose porque estos
productores culturales ya se dan cuenta de que “el orden simbólico específico en el que
42
se nutría es redefinido por la lógica del mercado” (García Canclini 1989: 18). Del
mismo
43
modo, los artesanos están añadiendo más elementos tecnológicos en sus obras, puesto
que “la adopción en la producción artística de nuevos materiales (acrílico, plástico,
poliéster) y procedimientos constructivos (técnicas lumínicas y electrónicas,
multiplicación seriada de las obras) estaban siendo incorporados a la vida y el gusto
cotidiano en los países latinoamericanos” (García Canclini 1989: 87).
Ahora bien, aparte de la modernización, están también por todos lados los impactos
de la globalización. De acuerdo con García Canclini, “la sede de un sistema industrial,
tecnológico, financiero y cultural no está en una sola nación sino en una densa red de
estructuras económicas e ideológicas” (García Canclini 1989: 289). En la actualidad,
gracias a la generalización de Internet, se vuelve más “libre y frecuente la circulación de
personas, capitales y mensajes” (García Canclini 1995: 109). Entonces, a medida que se
difunde la globalización, ¿cómo va a ser la identidad de una nación o una región? Según
García Canclini, “la identidad no es como una esencia intemporal sino como una
construcción imaginaria” (1995: 95); esta va a disminuir “la importancia de los
acontecimientos fundadores y los territorios que sostenían la ilusión de identidades
ahistóricas y ensimismadas” (1995: 95). De tal modo, nuestra identidad debe ser
constituida por “la diversidad de repertorios artísticos y medios comunicacionales”
(1995:
114).
En ese orden de ideas, se debe señalar que dentro de los objetos culturales que
circulan en el mundo de la globalización, las obras audiovisuales han ocupado una parte
del campo de visión del público, de allí que “el cine y la televisión, para alcanzar
amplias audiencias y recuperar las inversiones, promueven narraciones espectaculares
inteligibles para públicos de todas las culturas” (García Canclini 1995: 86), de tal forma
que “se promueve un ‘cine-mundo’ que busca usar la tecnología visual más sofisticada
y las estrategias de marketing para lograr insertarse en un mercado de escala mundial”
(Canclini 1995: 111). Bajo esta situación, se crean cada vez los límites culturales entre
distintas naciones o regiones, y se asimila más también el estilo de las obras
audiovisuales, por eso aparecen las escenas de que “se parecen más en Sao Paulo y
Tokio, Nueva York y México, París y Buenos Aires” (Canclini 1995: 86). Así que el
gusto popular también se extiende desde las tradiciones locales, hasta “un sistema
deslocalizado e internacional” (Canclini 1995:
88).
41
Frente a la cuestión de ¿cómo sobrevive y se difunde la producción cultural y
científica bajo el contexto de la modernización y la globalización?, el autor describió
cómo una
42
empresa privada, esto es, el Centro de Arte y Comunicación de Buenos Aires, cuyo
director ha ejecutado la distribución eficaz de las funciones relativas a base de dicho
contexto, “combina a estos especialistas con comunicadores, semiólogos, sociólogos,
tecnólogos y políticos, lo cual le da gran versatilidad para insertarse en distintos campos
de la producción cultural y científica argentina, así como para vincularse con institutos
de avanzada internacional (sus catálogos suelen publicarse en español e inglés)” (1989:
90).
Así pues, solo de esta manera los seres humanos podrán mejorar, y producirán más
recursos y seguirán sobreviviendo. Es de resaltar que la construcción y la defensa de la
identidad es un método eficaz, sobre todo bajo el contexto de la globalización.
Concretamente, en la actualidad se acercan cada vez más entre distintas naciones gracias
a los avances de la ciencia y la tecnología. Gradualmente, las personas conocen la
existencia de los seres humanos con diferentes costumbres y tienen mucha curiosidad
durante el proceso de cognición. Se acercan a las comunidades desconocidas,
probablemente para una simple aventura, pero en la sociedad contemporánea la gente lo
hace posiblemente con el fin de obtener más novedades cuando conversa con los
amigos, o conseguir más “me gusta” y seguidores en las redes sociales. Por ejemplo, en
Ethnicity, Inc., los autores mencionaron el caso de los Shipibo de la Amazonía del Perú.
Los objetos seleccionados de la identidad de Shipibo son:
43
exótica, de la recuperación espiritual, y de la aventura en la selva. (Comaroff y
Comaroff 2009: 3) [traducción propia].
De tal modo, actualmente, cuando las personas llegan a una nueva tierra, sus
actividades llevan el capital a la comunidad local por medio del consumo; además, la
premisa del intercambio del capital es la autoconstrucción peculiar de la comunidad, por
ello, resulta mejor si tienen objetos emblemáticos. Frente a la globalización, se
construye la identidad regional, luego atraen el capital foráneo y consiguen más
visibilidad, y así se fortalece aún más la identidad comunal. Mientras tanto, después de
adquirir y publicar más novedades de nuevas identidades, los consumidores suelen ganar
seguidores en las redes sociales, lo cual les estimula explorar más tierras desconocidas y
presentar más identidades nuevas. Todo eso presenta la situación del porvenir de la
identidad frente a la globalización.
44
1.2.4 Definición de máscara e indumentaria
“La vía de las máscaras”, cuyo autor es Claude Lévi-Strauss, habla principalmente de
algunas máscaras de tribus indias de la costa norte del Pacífico, comparando la plástica,
los mitos de origen y las funciones respectivas de distintas máscaras procedentes de las
mismas o distintas tribus y discutiendo relaciones de contrariedad, similitud o
complementariedad entre estas máscaras. Como lo manifestó el autor, “cuando, de un
grupo a otro, la forma plástica se mantiene, la función semántica se invierte. En
desquite, cuando la función semántica se mantiene, es la forma plástica la que se
invierte” (1987:
78-79), o “una comparación de los dos tipos permitirá definir un campo semántico en
cuyo seno las funciones respectivas de cada tipo se completarán mutuamente” (1987:
53). En este libro, el autor desarrolló su estudio acerca de dos tipos de máscaras. Uno es
la Swaihwé de los Salish (ver Figura 4), y otro es la Dzonokwa de los Kwakiutl (ver
Figura
5). A través de sus mitos de origen, se han destacado las relaciones entre estas máscaras
con el matrimonio y las riquezas de las tribus. Verbigracia, la Swaihwé simboliza a
sanador de las convulsiones, como sismo, remolino marino y tormenta; operador del
matrimonio a buena distancia; dispensador de riqueza; y la Dzonokwa es una ladrona de
niños y simboliza la detentadora y donadora de los medios del potlatch. A continuación,
se va a conocer los rasgos característicos de estos dos tipos de máscaras.
45
Figura 4. Máscara swaihwé (Salish)11
11
Imagen sacada de La Vía de las Máscaras, siglo veintiuno editores, tercera edición en español,
46
1987. Swaihwé: propia de los Salish de la costa continental y de la isla Vancouver en Colombia británica.
47
Los esquimales del norte de Alaska, y los de más al este llamados “del
cobre”, unos y otros vecinos de los Dené, asocian los ojos protuberantes
con una vista penetrante, o hacen de ellos la consecuencia de esfuerzos
realizados para ver en la oscuridad. Según los Shuswap, que son Salish
del interior, el espíritu del viento (que es, como decimos, “penetrante”)
tiene una gran cabeza y ojos salientes. Los chamanes de las tribus de
lengua algonquina, en el Canadá oriental, poseen largavistas mágicos
hechos de madera de enebro vaciada y envuelto en una piel de caribú
blanca. La “tienda temblona”, blanca también, donde se encierran para
sus trances, es concebida a imagen de un cilindro: columna de vacío que
permite ver infinitamente lejos hacia lo alto y hacia lo bajo. Se encuentra
en América del Sur una creencia análoga entre los Tukano del Vaupés.
Extensamente difundidas por el Nuevo Mundo, estas representaciones
adquieren una forma aún más precisa entre los Menomini de los Grandes
Lagos. Dicen que el sol suspende su carrera a mediodía, para contemplar
la tierra a través de un largo cilindro de cobre. Los tubos huecos de las
pipas rituales kiowa constituyen una especie de modelo reducido de este
cilindro. Los sitios arqueológicos de América del Norte han rendido en
abundancia hojitas de cobre enroscadas en cilindro, que tienen que ver sin
duda con esta imaginería simbólica (Lévi-Strauss 1987: 114-115).
48
doble afinidad de las máscaras swaihwé con los peces: metafórica, puesto
que la gran lengua colgante, que es uno de sus atributos característicos,
parece un pez con el cual se la puede confundir; y metonímica en vista de
que se las pesca y de que es por la lengua por donde se atrapa a los
peces… (Lévi-Strauss 1987: 35).
Por lo demás, la máscara swaihwé constituye también un lugar del casamiento de los
contrarios, porque aparte de la lengua de la forma de pez, que representa el mundo
acuático, tiene además la nariz y los cuernos de la forma de pájaro que representa el
cielo. Como los Salish están distribuidos en diversas zonas, los de la isla creen que la
máscara swaihwé desciende del cielo, mientras los del continente opinan que esta
máscara es pescada del fondo de un lago, aquí la swaihwé desempeña el papel de
mediador entre el aire y el agua, como la serpiente emplumada de los aztecas que
combina igualmente el agua con el cielo. Generalmente estos mediadores, formados por
animales o plantas de la Naturaleza, son emblemas mágicos o sobrenaturales creados
por las personas, lo cual refleja su entendimiento hacia el origen de la vida o de las
tribus. Vease la descripción de Lévi-Strauss sobre la estructura de la máscara swaihwé:
49
A continuación se va a dar a conocer la máscara Dzonokwa de los Kwakiutl.
Según Lévi-Strauss, las Dzonokwa son una clase de seres sobrenaturales, las hembras
la mayoría de las veces “viven en lo más profundo de los bosques; son gigantas rabiosas,
también ogresas, que se llevan a los niños de los indios para comérselos” (1987: 55). El
primer rasgo característico de la máscara Dzonokwa consiste también en la parte de sus
ojos. Sin embargo, en lugar de los ojos salientes de la máscara swaihwé, según Lévi-
Strauss, “las representaciones tradicionales de Dzonokwa tienen las órbitas huecas o los
ojos entrecerrados” (1987: 69), porque esta figura “es ciega o afligida de vista
deficiente” (Lévi-Strauss 1987: 56). En los mitos de origen de esta máscara, aparte de
ser una ogresa ciega, este monstruo intenta también cegar a los niños robados
pegándoles los párpados con resina. El segundo rasgo característico de Dzonokwa es su
boca. Contraria a la forma afilada de la boca y la lengua sacada parecida al pez de la
swaihwé, esta parte de Dzonokwa es fruncida por la mueca, y “esta posición de los
labios imposibilita a la lengua salir o a un ser visible” (Lévi-Strauss 1987: 55), porque
según el autor, este tipo de monstruo siempre emite un grito característico como “¡Uh!
¡uh!”.
En este libro, Lévi-Strauss juntó la plástica, los mitos de origen, así como las
funciones sociales de las máscaras. Como lo referido por el autor, “[…] datos míticos,
funciones sociales y religiosas y expresiones plásticas… estos tres órdenes de
fenómenos, por
heterogéneos que parezcan, están funcionalmente vinculados” (1987: 54), e incluso
50
12
Imagen sacada de La Vía de las Máscaras, siglo veintiuno editores, tercera edición en español,
1987. Los Kwakiutl están al norte de los Salish en la isla Vancouver.
51
apoyados mutuamente. De tal suerte que cuando se estudian las máscaras, no se pueden
negar los factores históricos, religiosos y sociales detrás de estas, porque con la
transformación de una sola condición, se pueden invertir la plástica, el grafismo y el
colorido de las máscaras mismas, y no se puede olvidar que de hecho, todas las
transformaciones de esta zona, también son tradiciones inventadas por las personas, con
el fin de inculcar creencias, sistemas de valores o convenciones relacionadas con el
comportamiento establecidos por las tribus.
52
repletas de diversas representaciones. Incluso, dentro de una danza estarán
varias comparsas de distintos personajes. De manera que cuando un
danzante pone máscara, esta no solo puede “ocultar las identidades
individuales en favor de la delimitación de identidades colectivas” (1998:
306-307), sino también “crear identidades grupales distintas al interior del
pueblo” (1998: 307), porque existe el “hecho de que las máscaras de cada
danza se diferencien entre sí” (1998: 63).
Igualmente, Cánepa también se refirió a la fuerte acción del ritual como “ceremonias
mágicas o imprecaciones religiosas” (1998: 55) sobre la voluntad individual. En los
rituales, los participantes tienen que obedecer la dirigencia de los directores rituales.
Asimismo, respetan la jerarquía del mundo ritual al que se están enfrentando. Según la
autora, utilizando las palabras de Leach, “el poder del ritual es tan real como el poder de
la autoridad” (1998: 55).
En esa línea, la autora interpretó la función del ritual citando las palabras de Turner,
para quien “la representación ritual es capaz de transformar la realidad para resolver los
conflictos sociales adaptando y readaptando ‘periódicamente a los individuos
biopsíquicos a las condiciones básicas y a los valores axiomáticos de la vida humana’”
(1998:54). En la fiesta de la Virgen del Carmen Paucartambo también existe el
fenómeno de llorar por parte de los mismos danzantes, y la autora explicó que este acto
“al igual que los sueños con la virgen, son hechos que se asumen como experiencias
individuales y privadas” (1998: 310). Entonces es inevitable que ocurra “una tensión
entre lo individual, ligado a lo privado y al ‘yo’ del danzante, y lo colectivo, vinculado a
lo público
53
y al personaje” (Cánepa 1998: 310), y la máscara justamente juega el papel de mediador
para atenuar esta tensión encubriendo la parte de sentimientos privados de los danzantes.
Según Miller, varían también las relaciones entre la indumentaria y las personas, así
como las funciones sociales de esta en distintas zonas. Por ejemplo, en la India, el Sari
(el traje tradicional de las mujeres indias) siempre acompaña al comportamiento de las
mujeres indias en diferentes ocasiones. “En Madrid la ropa ayudó a retener el ideal
cosmológico de Madrid como el centro de la civilización” (Miller 2010: 40) [traducción
propia], lo cual muestra el carácter público de la ropa.
Mientras que en Londres se encontró que la ropa era una fuente de ansiedad,
precisamente debido a la creciente presión sobre los individuos para expresarse a
sí mismos, combinado con la creciente dificultad en la determinación de su
propio gusto individual. (Miller 2010: 40) [traducción propia]
13
the free and usually more decorated end of the sari, falls over the left shoulder down to the waist
(Miller 2010: 23).
55
sobre cómo el niño aprende a interactuar con su madre y sentir el mundo externo a
través del pallu:
When we sleep next to each other, I cover my face and pretend to be asleep. So he
moves the pallu away to see if I am Smiling or laughing. If I don’t register any
emotion he starts crying and keeps calling Ma! Ma! Then I have to give in and he is
happy. And he starts doing the same by covering his face and playing the same game
himself. He learnt to walk holding not my finger, but my pallu. (Miller 2010: 25)
El capítulo “El sincretismo andino” del libro “Estudios sobre religión campesina”,
cuyo autor es Manuel María Marzal, es muy instructivo para esta investigación debido a
que aborda el significado y la transformación de máscaras y trajes de La Diablada de
Puno. En este capítulo, el autor presentó un cuadro sobre la evolución del panteón
andino (ver Figura 6), a través del cual se pueden conocer “tres categorías espaciales
andinas” que son “Hanaq-pacha”, “Kay-pacha” y “Ukhu-pacha” que significan el
mundo de arriba, este mundo y el mundo de abajo, respectivamente.
14
Origen del cuadro: Estudios sobre Religión Campesina, por Manuel M. Marzal, p.109
56
Por otra parte, a pesar de que Wiracocha es el Dios creador andino de la región
cuzqueña, no ha perdido su relación con la zona puneña. Como testimonio, Marzal citó
la afirmación de Pease cuando dijo que “esta primera presencia del dios (Wiracocha)
está ya relacionada con el lago Titicaca, del cual emergió” (1977: 110), como Manco
Inca con Mama Ocllo. Con la colonización de los españoles, los misioneros cristianos
también llegaron a los Andes a efectuar la catequización, y “trataron de imponer su
propia imagen del Dios creador” (Marzal 1977: 112). En cuanto al concepto del Dios
creador cristiano, Marzal explicó que en realidad este es “una trinidad divina”. Sin
embargo, “como el culto se dirigía ordinariamente al Dios único o más en concreto al
Padre, la primera persona de la Trinidad y a quien la misma teología católica ‘atribuye’
la creación del mundo” (Marzal
1977: 112), el Padre llegó a ser el Dios creador del cristianismo. De manera que “los
indios no tuvieron mayor dificultad en hacer una síntesis entre el
Dios creador andino y el Dios creador cristiano” (Marzal 1977: 112).
Según las palabras de Cobo citadas por Marzal, “los indios llegaron a ‘conocer que el
verdadero Dios y primera causa era uno solo, al cual, aunque confusamente, adoraban
como a creador de todo’” (1977: 112). Así, en la parte “Dioses del cielo andino”, el
autor manifestó que entre estos se ubican también las estrellas, que aparecen en una
máscara del diablo caporal presentada por el antropólogo Óscar Bueno Ramírez.
Además, en la categoría “Dioses del cielo” en el panteón andino también se sitúa el
Trueno (Ilyapa) que puede “proporcionar el agua necesaria para la vida y la agricultura”
(1977: 115). Según la descripción de Cobo sobre este dios imaginaban lo siguiente:
[Que] era un hombre, que estaba en el cielo formado de estrellas, con una
maza en la mano izquierda y una honda en la derecha, vestido de lúcidas
ropas, las cuales daban aquel resplandor del relámpago cuando se
revolvía para tirar la honda; y que el estallido de ella causaba los truenos,
los cuales daba cuando quería que cayese el agua (citado en Marzal 1977:
115).
Antes de la lluvia, aparte del trueno, también se puede ver el rayo. En cuanto a este
fenómeno, Marzal contó que “actualmente parece que solo se le ofrecen a veces
‘despachos’ para aplacarlo, pero no se les considera padre de la lluvia ni se le rinde culto
estricto y periódico” (1977: 116). En las respuestas que se obtuvieron en el trabajo de
campo, el atributo de rayo siempre es negativo, peligroso y dañino, porque este puede
57
traer el fuego.
58
Sobre la “extirpación de las idolatrías andinas”, primero se necesita conocer a qué se
refieren estas idolatrías. Marzal dio una explicación clara en “Otras realidades sagradas”
perteneciente al libro referenciado. Según Marzal, “todas las demás realidades sagradas
veneradas por los inkas tenían importancia local solamente y se conocían con el nombre
genérico de ‘wakas’ e incluían lugares sagrados y objetos sagrados. Entre los primeros
estaban los cerros, los manantiales, los ríos, etc.” (1977: 117). Además, el autor ha
explicado también que “entre los objetos sagrados había una infinidad de imágenes que
tenían distintas formas (animales, vegetales, seres humanos, etc.) y que se caracterizaban
por su poder sagrado” (1977: 117). Estas idolatrías son como el animismo referido por
Arnold Van Gennep. En un catálogo puneño sobre La Diablada “Historia de La
Diablada Azoguini”, sus autores, José Morales Serruto y Ana Isabel Morales Aguirre,
hablaron de los animales diciendo que “los sapos, las serpientes o las arañas son vistos
desde la concepción bíblica como propios del mal, sin embargo, para el mundo andino
los reptiles, sapos son seres reguladores y benefactores que anuncian suerte, buen
augurio y pregonan el principio y el final de las actividades agrícolas” (2009: 24).
Especialmente en torno a la serpiente, en un artículo titulado “La serpiente: dimensiones
de una divinidad subterránea en los Andes”, escrito por Francisco Gil García, el autor
señaló que la serpiente era “waka fundamental de los indios tal y como registraron
varios cronistas españoles al tiempo de la conquista espiritual de los Andes” (2017: 14).
Por una parte, este animal se vincula con la fertilidad, porque según Luis Valcárcel, la
serpiente “habita en el mundo subterráneo, ‘en ríos o añosos árboles’” (citado en Gil
García 2017: 14). Por eso, según Rogger Ravines, este animal también es el “señor de
las aguas” (citado en Gil García 2017: 14) que puede traer la vida. Por otra, el pueblo
andino también relaciona la serpiente con los fenómenos de la naturaleza, como la
lluvia. No obstante, de acuerdo con Gil García, este animal, en la cultura andina,
también es “un ser que encarna fuerzas destructoras de la naturaleza que los hombres no
son capaces de controlar: los movimientos sísmicos, el granizo, los fuegos meteóricos”
(2017: 14). Es decir, la serpiente “implica fecundidad, pero al mismo tiempo puede
suponer destrucción” (2017:
15). Además, Gil García también relacionó la serpiente con el rayo, pero estos dos no
son una misma cosa. Según el autor, el cuerpo de la serpiente “se halla ‘tachonado de
granizo por fuera y por dentro’ y que enfurecido, se retuerce en el aire ‘como un gran
torbellino’” (2017: 19). Al mismo tiempo, el “remolino y granizo, envuelven a la bestia
y la ocultan entre las nubes para protegerla del rayo que quiere partirla en dos” (2017:
59
19). En su nota
6, el autor señaló que “en el escenario andino la divinidad de Yllapa (el Rayo) se
convirtió
60
en Santiago Apóstol15” durante la conquista espiritual de las Indias. No obstante, pese a
que la serpiente y el rayo no son la misma cosa, siempre que aparezca la primera, estará
presente el segundo, por lo tanto, a veces se tomaba a estos dos como una misma cosa.
De manera que cuando los jesuitas llegaron a la zona andina con la colonización, por
un lado, intentaron eliminar la ideología idólatra andina, y por otro imponer divinos
cristianos, así:
Sucedieron dos cosas importantes; por una parte, los misioneros trajeron sus
“santos” y otros muchos objetos sagrados, que son en el sistema religioso
cristiano la alternativa estructural de las wakas andinas; por otra parte,
emprendieron una sistemática campaña para erradicar el culto de las wakas
(Marzal 1977: 117).
Retomando, el antropólogo Óscar Bueno Ramírez se planteó el interrogante de por
qué si los curas conocían la creencia en las deidades andinas cobijadas en las máscaras
del diablo, no las prohibían, ya que esto no respondía a la doctrina cristiana. A través de
las palabras de Marzal se encontró la respuesta, que reside en diferenciar la idolatría de
la superstición. En la idolatría no solo atribuyen el atributo sagrado al ídolo, sino
también se tienen que respetar las reglas establecidas y cumplir las actividades
convencionales, como la misa. Mientras tanto, en la superstición solo se guardan unas
interpretaciones confusas sobre algunos fenómenos incomprensibles, en la cual no hay
una doctrina estricta y no se hacen rituales o liturgias. Tal vez la gente va a tomar
algunas medidas, pero ya se les insinúa en el interior que estas son ineficaces:
15
Santiago de Zebedeo o Jacobo de Zebedeo, uno de los doce apóstoles. En la Biblia el Libro de Mark
3, 17 es considerado como el hijo del trueno. “James son of Zebedee and his brother John (to them he
gave the name Boanerges, which means Sons of Thunder);” citado en
http://www.chinesebibleonline.com/book/Mark/3 con la traducción del chino al inglés NIV de la misma
página.
61
De manera que “aunque los campesinos indígenas han conservado el culto de ciertas
‘wakas’, como los cerros, a los que conocen con el nombre de ‘apus’, ‘wamani’,
‘achachilla’, etc., solo creen en los ‘santos’ cristianos” a quienes volcán más rezos
(Marzal 1977: 118-119). Así que aunque los reptiles y los sapos de las máscaras del
diablo todavía son vistos como las deidades andinas, ya no son idólatras para los
indígenas, por eso los jesuitas podían aguantar la aparición constante de este tipo de
adornos. En el libro “Estudios sobre religión campesina” Marzal, citando un pasaje de
Pierre Duviols alrededor de “los espíritus dañinos entre los indios”, o sea, el “Supay”,
manifestó lo que sigue:
Ello quiere decir que después del proceso de interpretación y elección por los
misioneros cristianos, el término “Zupay” ha sido definido como demonio y esta
definición se sigue utilizando hasta hoy en día. “Lo consideran el espíritu malo por
antonomasia, que vive en el ukhpacha y que es el tentador de los hombres en esta vida,
para poder atormentarlos en el más allá” (Marzal 1977: 120). Sobre esta transformación
desde “los demonios andinos” hasta “los demonios cristianos”, Juan Carlos La Serna
también hizo referencia a ello en la introducción del libro “Sicuris, máscaras y diablos
danzantes. Historia de La Diablada y la identidad cultural en Puno”, señalando que “los
demonios danzantes fueron entendidos como válidos para expresar la sensibilidad
religiosa indígena y lograron escapar a la censura misionera” (2018: 13). Igual que
Marzal, La Serna creyó también que los evangelizadores delimitaban la identidad de los
demonios andinos en la concepción de los diablos malignos, por ello manifestó lo que
sigue:
62
culturales, lo que significó una simplificación semántica que redujo a
estos
63
personajes y sus diversos atributos al sentido unidimensional y maniqueo
del demonio cristiano. La palabra castellana “diablo” no pudo contener la
complejidad de sentidos que el imaginario andino otorgó a un conjunto de
personajes con cualidades complejas y ambiguas, entre traviesos,
maléficos y propiciatorio (2018: 13).
Al final, Marzal analizó el resultado del encuentro de dos sistemas religiosos que son
la creencia andina con el cristianismo. Primero, hay que tener claro tres conceptos, a
saber, síntesis, yuxtaposición y sincretismo. Síntesis se refiere a que “ambos
sistemas se confunden en uno nuevo” (1977: 120); yuxtaposición significa que “ambos
sistemas se superponen, pero manteniendo su propia identidad” (1977: 120); sincretismo
indica que “ambos sistemas se fusionan en uno solo, pero siendo posible identificar la
procedencia de cada parte” (1977: 120). Para el caso del choque entre los panteones
andinos y los cristianos, van a surgir respectivamente estos tres tipos de resultados.
Por ejemplo, en torno a síntesis, se incluyen los espíritus dañinos, como el término
“Zupay”, que fue reinterpretado como demonio desde el punto de vista cristiano
perdiendo su aspecto bueno (1977: 121); con lo que se refiere a yuxtaposición, se
incluyen Pachamama16 que es “la diosa de la fertilidad de la tierra” (1977: 121), las
“ciertas wakas andinas (sobre todo los cerros)”, yuxtapuestas con el Dios y los santos
cristianos. Como indicado por Marzal, “a ningún campesino se le ocurrirá ofrecer una
misa católica a la Pachamama o
a los ‘apus’, ni un ‘pago’ en honor de ningún de los santos” (1977: 121). Sin embargo, el
resultado más influyente consiste en sincretismo. Como se ha mencionado arriba, las
deidades andinas ya no son idolatría para los indígenas (menos la Pachamama, a quien
los campesinos aún celebran el pago, porque los jesuitas no han encontrado alternativas
que sustituyen a esta diosa de la tierra17). A pesar de que siguen guardando el culto a la
Pachamama, debe “iniciarse pidiendo permiso a Dios” (1977: 121). Es decir, “el
campesino andino tiene hoy un solo panteón religioso, presidido por el Dios cristiano”
16
A pesar de que Edwin Losa, un mascarero puneño de La Diablada de Puno explicó que este término
debería significar “con dos fuerzas”, lo cual simboliza la filosofía de la dualidad andina, como hembra y
macho, día y noche, positivo y negativo, ya que en aymara “pa” significa dos, “chama” significa fuerzas.
Sin embargo, cuando los yatiris (brujo en aymara) hacían la ofrenda, los sacerdotes malentendían este
término como la Madre Tierra, porque si solo se habla de “tierra” o “terreno”, en aymara se dice “oraje”.
Por lo tanto, el término “Pachamama” también ha experimentado un proceso de síntesis.
17
Según Marzal en su libro “Estudios sobre religión campesina”, “parece ser que el culto de la
Pachamama es uno de los más antiguos en el área andina y con él que se quería asegurar la buena marcha
de la agricultura” (1977: 116), por eso este culto siempre es muy necesario e importante para los
64
campesinos
indígenas.
65
(1977: 121), y pone debajo de Dios la categoría de la Pachamama, como entidades
sobrenaturales no cristianas.
66
Figura 7. Ofrendas para la Pachamama18
Entonces los minerales también son productos de las minas, o sea, de la naturaleza,
igualmente tienen que ofrendar a un ser divino en dichos lugares. Pero quizá por la
oscuridad y el riesgo, quizá por los oros y platas, según algunos pobladores puneños,
“donde está el oro, donde está el demonio”, a este ser le ha sido otorgado un carácter
horroroso y los mineros le tienen miedo. Pero tanto Pachamama como el ser misterioso
dentro de las minas son poderes espirituales para los pobladores del altiplano. Con la
colonización trajeron el cristianismo, los substituyeron por divinos cristianos, sobre todo
la Virgen de la Candelaria en Puno. Para los mineros, cuando la virgen entró en los
socavones, trajo la luz y alejó al ser misterioso, y su carácter es protector, así que la
18
Figura 7 y 8 son fotos sacadas por la autora de esta tesis en el mercado de Laykakota de Puno.
67
eligieron voluntariamente como patrona, siguiendo la idea de reciprocidad, pero la del
deseo sustancial humano y creencia devota hacia divinos cristianos.
En este punto debe verse el auto sacramental con el contenido de la lucha entre el
bien y el mal, representados respectivamente por San Miguel y Lucifer. Sobre esta
lucha, en un artículo titulado “El legado de la Antigüedad en la iconografía cristiana: la
escena de Apolo venciendo a la Pitón y su repercusión en las representaciones de San
Miguel. Los ejemplos de Roque López”, el autor Alejandro Jaquero Esparcia citó el
siguiente pasaje pertinente del Libro del Apocalipsis:
Con respecto a los siete pecados capitales, los autores del catálogo “Historia de
La Diablada Azoguini” afirmaron que hay “Soberbia”, “Avaricia”, “Lujuria”, “Envidia”,
“Gula”, “Ira”, “Pereza”. Y Lucifer 20 , palabra reiterada en las respuestas de los
entrevistados, en realidad no ha aparecido en la batalla del cielo del libro de Apocalipsis
de la Biblia, sino en varias obras literarias como la “Divina comedia” (1307-1321) de
Dante Alighieri, o el “El paraíso perdido” (1667) de John Milton.
19
Una consulta sobre el libro de Apocalipsis 12, 7-10 en la página web:
http://www.chinesebibleonline.com/book/Re velation/12 con la traducción en inglés NIV en la misma
página: “7. And there was war in heaven. Michael and his angels fought against the dragon, and the
dragon and his angels fought back. 8. But he was not strong enough, and they lost their place in heaven.
9. The great dragon was hurled down--that ancient serpent called the devil, or Satan, who leads the whole
world astray. He was hurled to the earth, and his angels with him. 10. Then I heard a loud voice in
heaven say: "Now have come the salvation and the power and the kingdom of our God, and the authority
of his Christ. For the accuser of our brothers, who accuses them before our God day and night, has been
hurled down.”
20
Según los autores del catálogo “Historia de La Diablada Azoguini”, antes se llamaba Luzbel (Luz
bella), uno de los ángeles más hermosos que creó Dios, sintió de repente envidia del poder de su creador e
incitó a otros ángeles a que se revelaran contra el poder divino. Cuando esto sucedió Dios castigó al ángel
rebelde y lo condenó a las tinieblas cambiándole el nombre por el de Lucifer (llevado de luz) (2009: 29).
El nombre de Lucifer ha aparecido en el libro de Isaías 14, 12-15 y alude al Rey de Babylon. Después
de la traducción del latín llegó a ser Lucifer (su origen deriva del dios de las estrellas en la mitología
romana). Como han descrito en la Biblia que Lucifer ha caído del cielo, la gente considera a este como
Diablo o Satán. El libro de Isaías 14, 12: How art thou fallen from heaven, O Lucifer, son of the morning!
how art thou cut down to the ground, which didst weaken the nations! Fuente:
68
http://www.chinesebibleonline.com/book/Isaiah/14 la traducción en inglés KJV.
69
En el artículo “La serpiente: dimensiones de una divinidad subterránea en los Andes”,
se han leído también unos pasajes sobre las imágenes de “la entidad titular -Amaru”,
registradas en las crónicas durante la colonia:
70
El dragón en el Occidente es representado como un ser poderoso,
peligroso y maligno, la imagen más difundida es el del dragón vencido
por San Jorge, de un libro conocido como La Leyenda Dorada, aparecido
a fines de la Edad Media, leyenda contada por el dominico Jacopo della
Voragine donde presenta la ‘figura San Jorge como un caballero medieval
de Capadocia (región del Asia Menor) que libera a una dama prisionera en
un castillo, custodiado por un dragón en Silene, Libia’ (2010: 42). (Ver
Figura
9).
71
21
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Jorge_de_Capadocia
72
la mayoría responde también que es el ‘dragón chino’? ¿Cómo es la imagen del dragón
chino? (ver Figura 10)
22
Fuente: https://baike.baidu.com/item/龙/13027234?fr=aladdin
73
23
Fuente de información: https://baike.baidu.com/item/龙/13027234?fr=aladdin La traducción es mía.
74
CAPÍTULO 2. LA DIABLADA PUNEÑA
La danza de los diablos es una de las primeras danzas que se introdujeron luego de la
conquista española, y sirvió como medio de adoctrinamiento religioso a la población
indígena pues en ella se representaba la lucha entre el bien y el mal, de la cual, dicho sea
de paso vencía siempre el bien. Esta danza aún puede verse en diversas versiones en
numerosas fiestas del Perú. En Puno, según Onofre Mamani, “‘la danza de los diablos’
se origina durante la Colonia en Juli, cuyos pobladores trabajaban en las minas de
Azoguini y Layccaqota; ellos dramatizaban los autos sacramentales dirigidos por los
jesuitas” (2018: 51); y en Juli “hace 60 años aproximadamente se danzaba todavía
parecido al
‘baile de los diablos’, es decir, al estilo colonial” (Onofre Mamani 2018: 56).
No podemos hablar de la cultura por una frontera. Bolivia y Perú han sido una sola
región, unida por el lago Titicaca. Ha habido una división territorial que ha divido
familias. Entonces no se puede hablar de la propiedad de la cultura. Pero como en
Bolivia son más alegres y hacen más constantes fiestas, así que han desarrollado un
poco más. Pero en Oruro nunca han tenido eso (La Diablada) y se dice que los diablos
Mañazo (Puno) en aquel tiempo fueron contratados a Oruro para bailar, por eso los
primeros trajes en Oruro en su museo con el escudo peruano, porque eran jóvenes que
hacían servicios militares
75
en la Paz (entrevista a Javier Quisbert Vilca, artesano puneño que confecciona los trajes
de La Diablada de Puno).
2.2.1 Catequización
76
En el disco “Los Orígenes de las Danzas Puno”, se ha presentado el “Auto
sacramental de La Diablada”, hablando de la lucha entre el bien (Miguel) y el mal
(Lucifer). Bajo la justicia de la Virgen de la Candelaria fueron vencidos por el bien la
tropa de los demonios con la cabeza de Lucifer, entonces ellos tenían que someterse a
bailar para ella. En vista de que esta versión tiene muchas relaciones con la religión
cristiana, o sea, con la catequización de los jesuitas hacia los indígenas, se deduce que
La Diablada nació en Juli, que hasta ahora es llamada la “Roma de América”:
Desde aquí nace La Diablada del Altiplano, ya que representa la lucha del bien
contra el mal. El Auto sacramental, se inicia con el diálogo de dos ángeles: uno
representa la armonía, Miguel; y el otro, el descontento, la amargura, Lucifer.
En la primera batalla, los demonios son vencedores e invaden la tierra para
terminar el cristianismo, pero quien decide la victoria final de los ángeles, es la
Virgen María de la Candelaria. Y los diablos han sido derrotados y tenían que
sufrir para confesar sus pecados y sometidos terminan bailando La Diablada,
acto que pudo haber sucedido en la Ciudad de Juli, por ser el principal centro de
catequización en esos tiempos (narrado por Juan Astorga Pino24).
24
Presentador de un canal de televisión de Puno
25
Foto brindada por Asociación Cultural Brisas del Titicaca.
77
Figura 12. La lucha entre San Miguel y el Diablo y la serpiente, escena tallada en la
Catedral de Puno26
26
Foto sacada por la autora de esta tesis.
La Catedral de Puno, se erige en el llamado Supay Kancha o “cerco del diablo”. Según los
documentos, se inició la construcción en 1709 y se terminó en 1794, y su fachada se acabó en 1757. En
1930 un incendio destruyó parcialmente la Catedral, principalmente refiriéndose a su altar mayor.
Información sacada de: http://www.losandes.com.pe/oweb/Cultural/20150106/85071.html
https://www.titicaca-peru.com/?c=pagina&m=ver&p=puno/city-tour2&idioma=es
27
Escultura de ángel en un campanario de la Catedral de Puno. Foto sacada por la autora de esta tesis.
78
Según José Mestas Delgado, la imagen de los ángeles en los campanarios de la
Catedral de Puno, al ser vista de lejos, se parece a máscaras de diablo. La parte de las
alas simula los ojos del diablo y su boca está en la parte de la plataforma (ver Figura
13).
2.2.2 Minas
Appadurai también se refirió al espíritu malo de las minas, el Tío, una imagen
creada sobre todo en la época de la explotación de los indígenas en estos lugares,
especialmente en Oruro, Bolivia con el fin de ofrecer el oro y la plata para los
colonizadores. Entonces, este Tío también fue considerado como el explotador foráneo
que eran los colonizadores españoles. Así que a través de esta explicación, La Diablada,
compuesta principalmente por los diablos, se baila con el fin de satirizar a los españoles,
así:
Aparte de esta visión del origen de La Diablada, algunos autores han indicado que
la veneración hacia la Virgen de la Candelaria también se originó en el sector de la
minería durante la época de la colonia. Según un artesano al que se entrevistó, los
esclavos que trajeron los colonizadores no solo eran indígenas, sino también africanos y
chinos. En consecuencia, se pueden encontrar caretas de mineros en algunas máscaras
(ver Figura
14):
79
En la época de colonia, trajeron muchos esclavos africanos, chinos e indios
para trabajar en las minas y quedaron al final abandonadas y hambrientas estas
personas. Fue la Virgen que empezó a alumbrar a los socavones, y fue la Virgen
que los sacó al espacio, y desde esos momentos se dice que todos aquellos que
bailan por la Virgen de Candelaria le bailan con tanta devoción, así estilo de
diablo, de demonios, y cuando sale ante la Virgen se tiene que sacar la careta
para arrodillarse y para pedirle disculpas, para pedir perdón por todos los pecados
que se va cometiendo (entrevista a José Chura Apaza, artesano puneño que hace
las máscaras de La Diablada de Puno, consideración propia).
80
28
Máscara del taller MASKARETAS, foto sacada por la autora de esta tesis en la Casa de Cultura de
Puno.
81
La Diablada como danza, se habría originado en el altiplano en diferentes
lugares. En unos, con más empuje y florecimiento, el caso de Oruro. En otros,
lento pero paulatino, como en Puno. De forma oral, se conoce como los
indígenas que trabajaban en los socavones de las minas. Se les aparecía la Virgen
de la Candela o Candelaria. U otros, comentan que veían al Tío o al Hanchancho,
naciendo de ellos en vocaciones a la Virgen, y luego, como agradecimiento,
danzaron la Diablada (narrado por Juan Astorga Pino, presentador de canal de
televisión de Puno)
En principio se debe reconocer que esta versión no debería ser considera como el
origen de La Diablada actual, ya que este más bien se remonta al ritual ancestral que
ocurría antes de la llegada de los colonizadores españoles; que además estaba
relacionado con la ofrenda de los brujos locales para los seres sobrenaturales del
panteón andino. Según Frisancho Pineda, se cree que La Diablada “tiene su origen
primitivo en los ritos de culto para mantener mediante determinadas acciones una
relación del hombre con los poderes superiores” (s/f: 36). Por ejemplo, en el caso de la
minería en la zona aimara, según Edwin Loza (artesano puneño que hace las máscaras
82
de La Diablada de Puno),
83
cuando los yatiris29 van a las minas a hacer ofrenda, tienen que llevar una máscara hecha
de la piel de taruka30. La razón por la que se ponían la máscara en estas ocasiones se
explica en que cuando los brujos y los hechiceros llevaban las máscaras, creían que a
ellos les atribuirían cualidades sobrenaturales, y la apariencia horrorosa muestra que
ellos respetaban y adoraban los poderes sobrenaturales que eran también terroríficos
(Frisancho Pineda s/f: 36).
Lo antes dicho también puede ser explicado en el caso de la danza en la que las
personas de Mañazo llevaban máscaras que representaban a toros (aunque Palao
Berastain explicó también que la gente bailaba para toros porque son enviados por
Achachila o Apu 31 ). Asimismo, para los antepasados los socavones eran oscuros y
desconocidos, por eso consideraban que estos eran dominados por un ser maligno.
Entonces llevaban máscaras del mismo carácter para que no les hicieran daño. ¿Tal vez
creían que con estas máscaras horrorosas serían más familiares para los demonios?
Desde este punto de vista, la “hermosura horrible” de las máscaras del Diablo se puede
considerar como la continuación de este rito de culto.
29
Significa brujo.
30
Significa venado.
31
En el artículo “De Danza de Mañazos a la Diablada”, de Juan Palao Berastain (2018: 62).
32
Según la investigadora, el Siku se refiere al estilo de la música y la danza, mientras el sikuri es su
adjetivo que aborda más a sus miembros, y los sicuris constituyen un conjunto de Siku. En Siku
normalmente hay grupos de hombres que tocan zampoña o bombo, y de mujeres que bailan, pero cada
grupo de personas llevan trajes del mismo estilo. En Siku Moreno a veces solo hay un bombo, pero
también hay hombres que tocan tambor y platillo, y además, los danzantes suelen llevar varios tipos de
84
trajes. El Siku Moreno del Mañazo indica este tipo de música y danza del barrio del mismo nombre, que
antiguamente
eran carniceros migrantes del distrito de Mañazo.
85
bailar. Justamente eran ellos que fueron a la zona de las minas para el comercio, así
llevaron esta danza a Oruro, Bolivia. Entonces de ahí se crearon otros personajes como
caporal, diablo, china diabla. “Ellos bailaban al ritmo de un bombo, y Siku es bien
alegre, entonces es rápido” (entrevista a José Lino Godoy Farias, danzante puneño
de La Diablada de Puno, consideración propia). (Ver Figura 15).
33
Foto sacada por la autora de esta tesis, en un pasacalle de un instituto, en la Plaza de Armas de Puno.
34
Foto brindada por la Asociación Cultural Brisas del Titicaca.
86
Figura 17. El viaje de la Diablada puneña35
Entonces, según referencias escritas, así como las entrevistas con los artesanos,
danzantes y pobladores puneños, se elaboró un marco general acerca de la evolución de
La Diablada en Puno (ver Figura 17).
35
Resumido por la autora de esta tesis; además, algunos datos sobre “Juli”, “Tío”, “Declarada de la
independencia de Bolivia”, “Siku Moreno”, “Gran Tradicional Auténtica ‘Diablada Oruro’”, “Diablada
del Porteño” son recopilados de las siguientes páginas:
https://en.wikipedia.org/wiki/Juli_District
https://es.wikipedia.org/wiki/El_Tío_(demonio)
https://es.wikipedia.org/wiki/Bolivia
https://es.wikipedia.org/wiki/Sicuri
87
https://es.wikipedia.org/wiki/Diablada_de_Oruro
https://es.wikipedia.org/wiki/Diablada_puneña#cite_note -Reynoso-13
88
En la ciudad de Juli hay un cerro que se llama San Cristóbal, allí está la cruz que
representa a los católicos y ahí mismo están justamente los chamanes o los
curanderos que leen la coca. Hay dos mundos allí, tanto lo católico como la
creencia campesina que es la Pachamama. Una persona cree en lo católico, sube,
reza, y al mismo tiempo se hace su suerte con las hojas de coca (entrevista a José
Lino Godoy Farias, danzante puneño de La Diablada de Puno, consideración
propia).
89
primero la
90
estrategia de superponer a las ancestrales costumbres religiosas del Altiplano la
presencia de los santos y festividades del calendario católico” (2009: 26). Por lo tanto, la
festividad de la Virgen de la Candelaria cae en el mismo tiempo de “la recepción de los
primeros frutos de la papa que nos regala la Pachamama, en el tiempo de la anata de los
aimaras y la kaswha de los quechuas conocidos ahora como carnavales” (2009:28).
Según Edwin Loza (artesano puneño que hace las máscaras de La Diablada de Puno), en
febrero todo está floreciendo de todos los colores, como el morado, el granade, el rojo,
el amarillo de las flores de papa. Eso es la cosecha que está manifestando la tierra. De
manera que para responder el hombre se viste también con estos colores, bailando y
alegrándose para agradecer a la Madre Tierra por el beneficio que ha dado a la gente.
[…] desde que toma la versión de la eterna lucha del bien encabezado por
el arcángel San Miguel y las siete virtudes contra Lucifer príncipe del mal
36
acompañado de los siete pecados capitales , que nos acechan
constantemente, y que finalmente son derrotados por el enviado de Dios,
que, sumisos y derrotados, terminan bailando bajo las órdenes del
arcángel San Miguel triunfador nato y brillante luego de duros combates
donde se impone la presencia de las siete virtudes en oposición de los
siete pecados capitales (2009: 28).
Entonces, en la Biblia se resalta más la imagen de San Miguel como “el defensor
del pueblo de Dios y el ser capacitado por este para hacer frente a Lucifer, quien desafía
la autoridad del Dios por la soberbia” (Esparcia 2014: 332), sin referirse a las historias
36
Pero en la introducción posterior de los personajes del Auto Sacramental de La Diablada en este
catálogo, los autores toman a Lucifer como un miembro de los siete pecados capitales, de manera que
aquí sería más preciso decir “acompañado de los seis pecados capitales”.
91
futuras de los diablos derrotados. Mientras a través de las narrativas de los pobladores
puneños, el árbitro que juzga la lucha entre el bien y el mal es la Virgen María de la
Candelaria, y el fin de la batalla destaca la danza que tienden a realizar los diablos, bajo
el dominio del danzante principal San Miguel, en veneración a la virgen para confesar
sus pecados. De este modo, se puede afirmar que La Diablada puneña no solo está
inspirada en la Biblia, sino que también abarca la reinterpretación del público, y tal vez
es influencia latente de obras literarias inspiradas de la Biblia, que combina la
costumbre local heredada de las danzas ancestrales; al final muestra la escena de San
Miguel, quien dirige a las comparsas de diablos y otras figuras al danzar para la Virgen
de la Candelaria. Además, en las entrevistas realizadas durante el trabajo de campo, se
destacan unas palabras clave como la “fe” y la “devoción” para la Festividad de la
Virgen de la Candelaria:
Como ya distinguen esta fiesta a otras fiestas porque el amor propio a tu tierra, el
amor a una virgen a la que bailamos, la fe, la devoción, la religión, la pasión, la
emoción, conjugan todos esos elementos para que nosotros dancemos con mucha
devoción (Entrevista a Sr. José Chura Apaza, artesano puneño que hace las
máscaras de La Diablada de Puno, consideración propia).
Así que en algunas ocasiones los danzantes lloran ante la Virgen, tal vez por haber
soltado los dolores que tenían antes, o por el milagro que hizo la Virgen para ellos:
Antes era lo que los pobladores sentían, los pobladores a veces se tomaba una
cerveza, entraban un poquito mareado a la veneración, bailaban, pasaban,
lógicamente siempre en la parte donde está la Virgen, siempre hacían su
referencia. Se acercaba a la Virgen, le rendía una oración, y muchos danzarines
incluso hasta cuando pasaba al lado de la imagen de la Virgen se le salían las
lágrimas, los llantos, de repente la Virgen les ha hecho un milagro. Todo eso
92
depende de la fe
93
que uno tenga (Entrevista a José Lino Godoy Farias, danzante puneño de La
Diablada de Puno, consideración propia).
37
“El ente encargado de organizar cada año los concursos de danzas autóctonas, danzas con trajes de
luces, de la gran parada y veneración, todo en Honor a la Santísima Virgen de la Candelaria, patrona de
Puno” (información recogida en su catálogo del año 2017).
38
“La iglesia católica también colaboró con la conquista de este nuevo mundo y es así como la
compañía de Jesús (Jesuitas) se encargó de la evangelización y de la labor misionera; es así que tales
misioneros
buscaron reemplazar a los dioses de los naturales de este lado del mundo por los señalados en la Biblia
(Jesús); con ello también se traen las advocaciones a María la Madre de Dios, los Santos Ángeles, por
estas razones, la primera aparición de la imagen de la Virgen es en 1450 en una nueva de las Islas
Canarias, zona insular que luego del viaje de Colón, fue paso obligado de los navegantes hacia América.
Hoy en la Villa
de la Candelaria de las Islas Canarias se erige una Basílica en honor a la Virgen María con el Niño en el
Brazo derecho y una vela en el brazo izquierdo (distinta a la que hoy se observa en el Santuario de Puno),
es así como se difunde en las colonias hispanas” (información recogida en su catálogo del año 2017).
94
39
“Breve reseña de un milagro – En 1781, las fuerzas rebeldes de Pedro Vilca Apaza, por orden de
Tupac Amaru II, habían sitiado la villa de Puno. Los vecinos carecían de armamentos. Las tropas rebeldes
que rodearon la villa causaron pánico en el vecindario puneño. Ante la gravedad de la situación y el temor
de ser presa fácil, de los sitiadores, autoridades y vecinos acordaron sacar en procesión a la sagrada
imagen
95
Otro soporte político fue el reconocimiento cultural internacional que dio la
declaración de UNESCO el 27 de noviembre de 2014 a la “Festividad Virgen de la
40
Candelaria” como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad . A raíz de
esta declaración, aumentaron los participantes como danzantes y visitantes
nacionales e internaciones y se ha beneficiado mucha gente, incluso aumentaron
demandas y producciones de artesanos. A través de estos fenómenos, se ha podido
comprender que “la demanda es un impulso socialmente regulado y generado, y no un
artefacto de los caprichos o las necesidades individuales” (Appadurai 1991: 50), por eso
las máscaras y los trajes de La Diablada puneña deben ser también un producto social
después de la negociación entre varios actores sociales.
Hay que saber que en Puno aún no hay empresas privadas que promueven la
presentación de las máscaras y los trajes de La Diablada puneña a los turistas, y las
informaciones pertinentes se pueden encontrar en la Casa de la Cultura, auspiciada por
la Municipalidad Provincial de Puno, donde a veces exhiben máscaras de los Diablos de
esta danza, o se pueden hallar en folletos turísticos ofrecidos por la Comisión de
Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (PROMPERÚ). De todas formas,
en la ciudad de Puno aún no hay empresas turísticas que se dediquen a “viajes a los
talleres de los artesanos”. Por consiguiente, la festividad de la Virgen de la Candelaria es
la única gran ocasión en la que los visitantes turísticos pueden contemplar las magníficas
máscaras y los trajes de La Diablada.
97
Con respecto a su sentido religioso, esta danza “se va a lo que es la Pachamama y lo que
es el cristianismo, basado en hechos de la Biblia en la cual se representa la lucha entre el
bien (el ángel Miguel) y el mal (el Lucifer)” (entrevista a José Lino Godoy Farias,
danzante puneño de La Diablada de Puno, consideración propia).
98
En cuanto a la pregunta: ¿Por qué se ve tan alegre La Diablada? Para Aramayo
Cordero, esta danza fue teñida del espíritu rebelde del pueblo altiplánico contra la
opresión de los colonizadores. De manera que “el terror se convierte en alegría, en
euforia” (2017: 93). Entre las entrevistas, algunos explicaron que tanto ángeles como
diablos se derivan de los colonizadores españoles, así que el pueblo andino la baila para
satirizar a los explotadores. En torno al sentido contemporáneo, unos entrevistados
explican que esta danza mayormente es para los jóvenes:
81
41
Foto brindada por Asociación Cultural Brisas del Titicaca.
82
2.4 Asociaciones de La Diablada puneña
De acuerdo con José Lino Godoy Farias (danzante puneño de La Diablada de Puno),
“durante el año, venden pollada para sacar fondos económicos para la vestimenta y la
banda”, y “los jóvenes trabajan, llegan a ahorrarse durante todo el año, justamente para
gastar acá, incluso muy aparte de las cervezas”. Esto muestra la dinámica de la vida
social de esta fiesta, ya que durante el festival, la vida cotidiana de los pobladores
puneños es interrumpida. La gente trabaja todo el año para poder en esos días alquilar la
ropa, pagar la banda, invitarse a comer, y sobre todo, compartir juntos dicha festividad.
A partir de esta manera de vivir la celebración, queda evidenciada la importancia de la
colectividad para los puneños.
83
Figura 19. Introducción de la Asociación Folklórica Espectacular Diablada
Bellavista42
42
Imagen brindada por la Federación Regional de Folklore y Cultura de
Puno.
83
Figura 20. Introducción de la Asociación Folklórica Espectacular Diablada
Bellavista43
43
Imagen brindada por la Federación Regional de Folklore y Cultura de
Puno.
84
Figura 21. Introducción de Asociación Folklórica Tradicional “Diablada Porteño”44
44
Imagen brindada por la Federación Regional de Folklore y Cultura de
Puno.
85
Figura 22. Introducción de La Diablada Azoguini45
A través del siguiente pasaje se pueden conocer los personajes principales que
aparecen en La Diablada puneña contemporánea que son Ángel, Lucifer, Siete Pecados
Capitales, Supay, Diablesa, Diablo Especial. Pero en la presentación posterior también
se encuentran la China Diabla, la China y el Gorila:
45
Imagen brindada por la Federación Regional de Folklore y Cultura de
Puno.
86
El primero viene a ser el ángel, el segundo viene a ser Lucifer o Satanás, de
ahí los personajes vienen a ser los siete pecados capitales que son siete diablos,
de ahí viene la China Supay, luego viene la Diablesa, después tenemos el Diablo
Especial o el Diablón, quien es el Diablo más alto. Son jóvenes altos, con caretas
más grandes, más adornadas, más bonitas, más sofisticadas, llevan unos trinches
grandes, son más sofisticadas también sus vestimentas (entrevista a José Lino
Godoy Farias, danzante puneño de La Diablada de Puno, consideración propia).
2.5.1 Ángel
Generalmente, el Ángel lleva un casco plateado, adornado encima con una pluma
blanca, una capa con pechera del color blanco, camisa, palcas, pantalones y botas del
mismo color; en las manos lleva guantes blancos, una espada y un escudo en cada mano.
A veces tiene alas de cartón o de armazón de plumas blancas en la espalda; el color
principal de este personaje es blanco, lo cual muestra su carácter sagrado. Además, sus
armas expresan la característica guerrera que simboliza la imagen de defensor del Dios.
Mientras baila siempre da vueltas, salta levantando sus muslos y agita la espada y el
escudo. Según un danzante de La Diablada, el personaje de ángel es la figura principal
de la danza. En cada conjunto solo hay uno o dos ángeles. Últimamente puede
aumentar la cantidad a medida que se eleva el número de los danzantes en los conjuntos.
Según el concepto planteado por Bueno, el danzarín principal “suele ser un personaje
importante en torno al cual se mueven los otros” (2014: 29).
En cuanto al sentido religioso de este personaje, según una revista local de Puno “El
Alferado” (2017), “se trata del líder de la danza, representa al Arcángel Miguel, figura
del bien, reprime a los diablos con su espada, que simboliza la justicia. El ángel
comanda y dirige a los grupos de diablos (danzantes) y a los grupos de caporales
(diablos viejos) con sus movimientos interpreta la lucha contra el mal”. Según algunos
entrevistados, el ángel no tiene sexo, pero mayormente siempre lo ha asumido el varón.
Además, para ellos hay que contar con un carisma especial para ser este personaje,
porque “el ángel no solamente es el que dirige a los diablos, sino también es el que
coordina, hace la coreografía y también tanto coordina la música con la banda de
músicos que acompaña la agrupación para que todo salga bien” (entrevista a José Lino
Godoy Farias, danzante puneño de La Diablada de Puno). De tal manera que “por lo
menos debe danzar 5 o 6
87
años para tener bastante precisión y carácter a poder dominar a todos” (entrevista a José
Lino Godoy Farias, danzante puneño de La Diablada de Puno). (Ver Figura 23).
El Diablo siempre lleva una máscara grande y encima de esta se coloca el adorno de
un animal reptil y los cuernos. Dicha máscara suele tener dos ojos saltones, la nariz de
vaca y los dientes de los felinos; lleva capa, pechera, camisa, palca, pantalones y botas.
Vale aclarar que los colores del traje son variados. En las manos llevan guantes y
pañolones. El Diablo Caporal lleva además una sobrecapa que representa su autoridad, y
la capa, la pechera y la palca siempre están bien adornadas. Al bailar, levanta los brazos
y sacude los pañolones, salta fuertemente levantando las piernas y girando de izquierda a
derecha; es de señalar que el Diablo Caporal no salta tan fuerte como el Diablo, sino que
da simples vueltas, debido al capellón pesado que lleva. Son personajes principales de La
Diablada puneña. En coherencia con Bueno, “en la categoría danzarín principal: la
mayoría de ellos le dan nombre a la danza […] su vestuario es sobresaliente como su rol
protagónico” (2014: 29). Según los entrevistados, “el Diablo es la persona joven del
grupo, que son los jóvenes de 14 o 15 años, y el caporal ya es mayor, tiene hijos e
incluso nietos. Según el estatus ya no pueden saltar y ya no tienen el mismo ritmo”
(Entrevista a José
Lino Godoy Farias, danzante de la Diablada).
88
46
Foto brindada por la Asociación Cultural Brisas del Titicaca.
89
Véase una descripción de los diablos y sus máscaras en El Alferado del año 2017, en
la que estos vistos como “personajes que representan las fuerzas del mal, bailan en
enormes tropas al mando de Lucifer, quienes salen a las calles para desencadenar miedo,
estos son aplacados y dominados por el Arcángel Miguel. Los ojos saltones, narices
exageradamente deformadas, pestañas gigantescas y enormes cuernos deformados son
elementos comunes en la máscara de este personaje” (2017: 9).
Para los artesanos, danzantes y pobladores puneños, el Diablo Caporal cuenta con
más historias, igual que las personas mayores, y estas historias se representan a través
de sus máscaras y trajes. De hecho, dicen que “son personajes con capa finamente
bordada y una careta donde se visualizan los siete pecados capitales y deidades andinas,
representarían a los ancianos diablos por su paso casi cansino al bailar, llevan botas
especiales, antiguamente con espuelas, en sus manos llevan serpientes ahora pañolones,
que son bailados por gente adulta”. Aquí se debe recordar la introducción de Miller
sobre las funciones de ropa, quien aseguró que “la ropa podría representar diferencias de
género, pero también clase, niveles de educación, culturas de origen, confianza o
desconfianza, nuestros roles ocupacionales […]” (Miller 2010: 12) [traducción propia].
En el disfraz de Diablo, también se puede distinguir entre jóvenes y mayores; por
ejemplo, el Diablo mayor utiliza capellón y sobrecapa, y es más sofisticado en cuanto a
sus bordados. Por otro lado, también se destaca la importancia de la “mayor” en la
cultura andina, pues la gente mayor representa una autoridad, debido a su basta
experiencia. Mientras algunos también remontan al origen de este personaje. “Caporal,
el rey, existía en el tiempo de la colonia y fue el hombre que dirigía a los peones y
obligaba con sus bravos a la gente a trabajar, fue el ‘capataz’ que hacían a trabajar a los
negros, esclavos e indios en la chacra, zafra, carreras, las minas, etc.” (Entrevista a
Walter Soto Vargas, poblador puneño, consideración propia).
90
Para Héctor Aguilar Valencia (artesano puneño que confecciona los trajes de La
Diablada de Puno), la imagen del Diablo Caporal es fuera de serie, porque baila a su
forma, y tiene su rebeldía, por lo tanto, ha añadido muchos elementos nuevos como
Heavy Metal en sus trajes. Aparte del Diablo y el Diablo Caporal, existe otro Diablo
con rango más alto. “Dentro de los caporales, o sea, diablos mayores, existe también
otro personaje que es igual caporal, pero ya más sofisticado, o sea, tiene más bordado,
más elegancia, entonces a ellos ya lo decían caporales especiales” (entrevista a José
Lino Godoy Farias, danzante puneño de La Diablada de Puno).
47
Foto sacada por la autora de esta tesis.
91
Figura 25. Miniatura de Diablo Caporal48
Tanto Diablo como Diablo Caporal bailan en batallón en el que hay varios
danzantes del Diablo o del Caporal, quienes tienen que vestirse de los mismos trajes
para mostrar la uniformidad de la asociación. Aparte de estos dos tipos de Diablo, existe
otro más especial que son Diablos de Siete Pecados Capitales. En total hay siete
Diablos y llevan trajes de siete colores distintos. Entre estos siete Diablos está el Lucifer
rojo, que representa el pecado de soberbia. Estos siete diablos bailan fuera del batallón
y a veces tienen sus propias coreografías. Por ejemplo, bailan en círculo, como un
molino diabólico.
La China Diabla se caracteriza por llevar una máscara, el mantón mal colocado, y
dos calcetines y zapatos de diferentes colores y estilos. De igual forma, no tiene
coreografía fija, sino que siempre levanta exageradamente su pollera. Estos son
considerados como danzarines secundarios en La Diablada puneña. De acuerdo con los
artesanos, danzantes y pobladores puneños, China Diabla es un personaje de varón
vestido de mujer que hace figuras femeninas. A veces lleva una máscara de una mitad
hombre y otra mitad mujer que presenta una estructura de bella/fea y se trata de un
personaje bastante travieso en La Diablada (Walter Soto Vargas, poblador puneño). Pero
a veces tiene máscaras bonitas y perfectas porque es un personaje que casi representa el
pecado real del diablo coqueteando a los varones (José Chura Apaza, artesano puneño
91
48
Foto sacada por la autora de esta tesis, en la Federación Regional de Folklore y Cultura de Puno.
92
que hace las máscaras de La Diablada de Puno). Mírese la descripción de la revista El
Alferado del año 2017 sobre este personaje: “Representa a la compañera del diablo más
antiguo, en la danza incita al Arcángel Miguel con gestos y movimientos osados,
representaba a uno de los siete pecados capitales, en la década de los 70 era un personaje
central y era bailado por hombres, quienes se disfrazaban con polleras y levantan
mostrando sus peludas piernas” (2017: 9). Acerca de sus máscaras, Cuentas Ormachea
dio una descripción sobre la apariencia diabólica de este personaje:
“La China Diabla baila libre”. En La Diablada puneña se ve primero que el Ángel
baila libre, cuya función, por una parte, consiste en el guía religioso en esta danza, por
otra en el guía coreográfico. Mientras la China Diabla, según el antropólogo Óscar, es un
personaje que pertenece a la fila de “figuras”, es decir, de personajes secundarios,
especialmente en la actualidad, pero no baila en tropas, sino que dispone del mismo
poder de bailar libre en la representación de La Diablada, entonces, claramente su
función no es igual que la del ángel, pues esta es bromear y divertir al público. También
se puede decir que La Diablada es una danza tanto de ritual como de diversión (ver
Figura 26 y
27).
93
Figura 26. China Diabla en la presentación de La Diablada en la Festividad Virgen
de la Candelaria de 201849
China y Supay son personajes que a veces confunden al público y tampoco son
frecuentes unas explicaciones claras que permitan distinguir estos dos personajes,
porque ambas son representadas por mujeres jóvenes. Según Cuentas Ormachea, “este
personaje (debería ser China) se introdujo en la danza a partir de 1960 […] Su atuendo
consiste en blusa blanca de seda, con un largo faldón… Cubren la cara con un antifaz de
vivo color, que a veces no utilizan (cuando se utiliza debería ser Supay y cuando
se quita se transforman en China). Sobre la cabeza llevan una pequeña corona dorada.
Por lo general,
‘las chinas’ son bellas jóvenes que bailan moviendo graciosamente las caderas” (1995:
262-263).
94
49
Foto sacada por la autora de esta tesis.
50
Foto sacada por la autora de esta tesis en la tienda de miniaturas de la Sra. Jesusa.
95
No obstante, como producto de la observación participante se piensa que sí existe
una diferencia entre China y Supay en la parte de sus rostros. Para China, normalmente
no lleva máscara, sino simplemente muestra sus auténticos rostros, porque China en
quechua significa mujer, así que este personaje destaca su carácter femenino. Mientras
Supay a veces lleva máscara con cuernos o animales reptiles encima, porque como se ha
mencionado, Supay es el término diablo en aimara, así que este personaje tiene que
traducir su carácter demoníaco que se presenta solamente a través de la máscara. Esto
también representa la síntesis de creencias andinas y el cristianismo.
En cuanto a sus atuendos, según los entrevistados, el personaje de China o
Supay lleva blusa, pollerita y pañolón. China a veces lleva aparte alitas de colores vivos
y coronitas que se parecen a las de un ángel femenino. Supay a veces lleva un bastón
con el adorno de la cabeza del dragón, que se adapta a la máscara diabólica con cuernos.
Para los artesanos, danzantes y pobladores puneños, ambas son la mujer del diablo y
representan la “tentación de la carne por los placeres”.
51
Foto brindada por Asociación Cultural Brisas del Titicaca.
96
Figura 29. Miniatura de China52
52
Foto sacada por la autora de esta tesis en Federación Regional de Folklore y Cultura de Puno.
53
Foto sacada por la autora de esta tesis en tienda de miniaturas de Sra. Jesusa.
97
Figura 31. Supay en la presentación de La Diablada en la Festividad de la Virgen de
la Candelaria de 201854
54
Foto sacada por la autora de esta tesis.
55
Foto sacada por la autora de esta tesis en la Federación Regional de Folklore y Cultura de Puno.
56
Foto sacada por la autora de esta tesis en la Asociación Cultural Brisas del Titicaca.
98
Figura 34. Máscara de Supay al estilo Ichu57
58
Foto sacada por la autora de esta tesis.
97
57
Foto sacada por la autora de esta tesis en la Casa de Cultura de Puno.
59
Foto sacada por la autora de esta tesis.
97
Figura 36. Diablesa en la presentación de La Diablada en la Festividad Virgen de la
Candelaria de 201859
Este personaje resulta ser muy parecido al gorila real, la diferencia es que su
expresión facial es más feroz. Tiene una boca muy abierta (también es la ventanilla de la
mirada del danzante), el pelo negro en casi todo el cuerpo, los músculos del pecho y
abdomen son muy marcados. Se ornamenta el cuerpo con pequeños objetos como anillo
de nariz, o pendiente y falda para presentar una imagen femenina; además, el cuerpo se
mantiene erguido cuando baila y mueve los pañolones. Según Bueno, este tipo de
danzarín “es suelto: es aquel que deambula por el escenario separadamente de los grupos
organizados” (2014: 29). Actualmente la imagen del gorila aparece en muchas
asociaciones de La Diablada, pero en cuanto a este personaje existen diferentes
opiniones, según José Lino Godoy Farias (danzante puneño de La Diablada de Puno), el
gorila es una tergiversación de La Diablada puneña, porque no pertenece a la fauna
regional de Puno. Abajo se expone la nota de la entrevista:
59
Foto sacada por la autora de esta tesis.
98
Puno trataron de imitar acá, pero no tienen relaciones con La Diablada ni otras
danzas del altiplano.
En una foto antigua brindada por un artesano (ver Figura 38), se puede contemplar
a los personajes antiguos de la danza Diablada puneña, entre ellos algunos comentan que
el segundo de la izquierda es un oso. De acuerdo con la presentación de la revista El
Alferado del año 2017, “el oso es una figura decorativa en La Diablada, según
investigadores este personaje habría surgido de la transformación del jukumari (oso
andino)” que aparece en una serie de cuentos sobre el raptor de la doncella. Entonces
este personaje muestra la característica propia andina. Pero otros creen que puede ser un
cordero, ya que esta danza es religiosa, entonces este personaje debe ser el “animal de
Dios” que fue sacrificado.
60
Foto sacada por la autora de esta tesis.
99
Figura 38. Foto de personajes antiguos de La Diablada puneña61
61
Imagen brindada por un artesano puneño que hace las máscaras de La Diablada Edwin Loza (sin
fecha).
100
3 CAPÍTULO 3. EL SIGNIFICADO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LAS
MÁSCARAS Y TRAJES DE LA DIABLADA PUNEÑA
101
necesario conversar con la gente que las crea, las usa y las aprecia. A pesar de que
tienen diferentes discursos acerca de una misma cosa e incluso cada uno sostiene que
sus palabras son más auténticas, de hecho, no existe la autenticidad. La misma
“autenticidad” es la invención de las personas. Así que ¿cómo vamos a hacer con sus
discursos? Según Hobsbawm, existe la semificción o la falsificación en la invención de
tradiciones, y desde mi punto de vista, no es la clave en la cuestión de la autenticidad, ya
que todos los discursos forman parte de la realidad y tienen el sentido de existencia. Son
más importantes el motivo y la forma de la invención. Además, una meta principal de
esta investigación consiste en conseguir las opiniones de danzantes, artesanos y
pobladores puneños sobre la historia, la religión, los cambios sociales, las creencias
ancestrales, entre otras, que están detrás de las máscaras y los trajes de La Diablada,
porque justamente estas opiniones constituyen el motivo y la manera de construir la
identidad regional puneña.
Los datos expuestos en este capítulo proceden de las notas del campo, y no debemos
olvidar que todos los discursos sobre el significado y la transformación de las máscaras
y los trajes de La Diablada de Puno son tradiciones inventadas por los pobladores
locales, cuyos motivos pueden responder a la pertenencia al grupo; legitimar el estatus
de la autoridad, o sublimar las rivalidades sociales en la competencia ceremonial. La
manera de inventar estos discursos puede ser echar una mirada retrospectiva al pasado
exclusivo de Puno o de Perú. Concretamente, se va a explicar el significado de piezas
particulares en las máscaras y en los trajes de esta danza y sus transformaciones de
materiales o de diseño. Estas piezas particulares incluyen, en las máscaras, animales
(p.ej. reptiles), colores, cuernos, formas (p.ej. ojos salientes, dientes largos), o
personajes (p.ej. calavera y numerosas caretas); sobre los trajes, los colores, mezclas de
tela (p. ej. la China Diabla), accesorios (p. ej. perlerías o monedas), la palca (parecida a
una falda), o figuras distintivas (p. ej. el dragón chino), entre otros. Tampoco no
olvidemos de que las expresiones plásticas están funcionalmente vinculadas con los
datos míticos o las funciones sociales. Entonces, detrás de las piezas particulares
mencionadas, también es posible conocer su contexto mítico y su función social.
102
identidad de los personajes de la danza, haciéndolos creer que ya se han convertido
en las figuras. Un danzante del diablo especial dijo: “Cuando empieza la música, nos
convertimos en diablos” (Rody Velásquez Salier, danzante puneño de La Diablada
de Puno). Asimismo, la danza se ha convertido en un elemento de identidad
regional, pues actualmente algunas empresas privadas utilizan la imagen de La
Diablada, sobre todo la máscara de diablo como sus logos, considerando factores
estéticos y culturales (ver Figura 39 y 40). Aquí, los comerciantes aprovechan la
tradición inventada para atraer a más clientes, construyendo un ambiente
perteneciente a la identidad puneña que se expresa en locales comerciales,
publicidad y objetos personales.
103
62
Figura 4 y 5 son fotos sacadas por la autora de esta tesis en un bar restaurante en Miraflores, Lima.
104
Figura 41. Cartel de Cusqueña con máscara del diablo63
Según un artesano de máscara, fue hasta los años 1940-1950 que las máscaras de
La Diablada puneña evolucionaron. Ya no eran simplemente con los cachos o
cuernos del toro65 que se los ponían, sino que empezaron a fabricar cachos.
Entonces poco a
poco, sobre todo desde los años 80, venían perdiendo el criterio tradicional de las
63
Imagen sacada de la página web: http://www.laformula.pe/proyectos/cusquena-oktoberfest/
64
Imagen sacada de la página web: http://www.brisasdeltiticaca.com/index.php/?imagen-la-
diablada- se-lucira-120-millones-celulares-mundo/
65
En cuanto a los cachos de toro, se pueden encontrar informaciones pertinentes al Barrio Mañazo en
el artículo “De Danza de Mañazos a La Diablada” de Juan Palao Berastain. “Allí (Barrio de Mañazos), los
arrieros, matarifes y carniceros, desarrollaron su actividad musical y dancística con los sicus,
conformando conjuntos de sicuris en los que los danzantes con máscaras y cachos, representan a los toros
que sacrifican. Dicha manifestación fue llamada como Baile de Mañazos, y posteriormente como
105
Diablos de Mañazos, tanto en Puno como en las diversas localidades, en el trayecto a Potosí, donde
ejecutaban su danza ceremonial, ritual y propiciatoria” (2018: 62). (Ver Anexo 5).
106
máscaras. “Hasta los años 2000, hubo casi un desvíe, entonces cuando la gente
misma se puso a pensar -tenemos que recuperar la forma esencial de las caretas-”
(entrevista a José Chura Apaza, artesano puneño que hace las máscaras de La
Diablada de Puno, consideración propia). Hay otros artesanos que opinan que las
máscaras puneñas han recibido influencia de las máscaras de Paucartambo (Cusco),
como de Oruro (Bolivia), sin olvidar la influencia de Internet en las últimas décadas.
Figura 43. Máscara del Diablo Caporal66 Figura 44. Máscara del Diablo
Caporal67
66
Foto sacada por la autora de esta tesis. Máscara del artesano puneño José Chura Apaza, en el
Ministerio de Cultura en Lima.
67
Foto sacada por la autora de esta tesis. Máscara del artesano puneño José Chura Apaza, en el
107
Ministerio de Cultura en Lima.
108
Figura 45. Máscara del Diablo Caporal68
Las caretas, aparte que sean monocromáticas, cromáticas, las caretas tienen una
propia esencia, y cada objeto que se encuentra en una careta te dice algo…cada
elemento que va dentro de la careta, encima de la careta, cada elemento va
significando algo (entrevista a José Chura Apaza, artesano puneño que hace las
máscaras de La Diablada de Puno, consideración propia). Para la mayoría de los
artesanos, danzantes y pobladores puneños, la máscara de los Diablos representa tres
mundos de la filosofía andina que son el mundo de abajo, este mundo y el mundo de
arriba69. Para el antropólogo Óscar Bueno Ramírez (poblador puneño y conocedor
de La Diablada de Puno), debería haber otro mundo más arriba70, ya que el mundo
andino suele ser dual (como 2, 4, 6, etc.), así que tal vez la concepción de tres
mundos ha sido influenciada por el cristianismo.
Por otra parte, a través de una entrevista con un mascarero, también se pudieron
percibir otros sentidos latentes en la estructura de la máscara del Diablo, que son el
moralizador, el social, el ecológico y el mitológico, con el objetivo de “inculcar
creencias, sistemas de valores o convenciones relacionadas con el comportamiento”
68
Foto sacada por la autora de esta tesis. Máscara del artesano puneño José Chura Apaza, en su taller.
69
En el diccionario bilingüe de quechua-castellano de Teofilo Laime Ajacopa, “pacha” significa:
mundo; tiempo; universo; espacio; ámbito. “Ukhu pacha” significa infierno; lugar de castigo eterno;
abismo. “kay” significa este, esta, esto. “janaq” significa alto; elevado; superior; arriba. Entonces Kay
pacha y Janaq pacha significan este mundo y el mundo de arriba. Esta investigación utiliza en vez de
Janaq pacha, Hanaq pacha, siguiendo la forma de escribir de Manuel M. Marzal.
70
Según Bueno, es Hakay pacha.
109
de la invención de la tradición. A continuación se expone la explicación detallada
proveniente del mascarero José Chura Apaza (artesano puneño que hace las
máscaras de La Diablada de Puno) al respecto.
La parte inferior muestra el sentido moralizador de la máscara de Diablos,
porque advierte a la gente no entrar en el infierno, o sea, ser buena y no cometer
pecados.
La parte de la boca más la nariz es ukhu pacha, significa el mundo de abajo, el
infierno, donde existen los diablos y los demonios; los dientes agudos con oro y
plata que van simbolizando que nosotros entramos en la profundidad de los
socavones de las minas a buscar los tesoros. Para la gente común, es como decirnos
esta interpretación de la boca ‘no entrar allí, es peligroso’, ‘no vaya por estos
huaycos’, de allí salen los sapos, los lagartos, y las culebras.
En la parte mediana se percibe el sentido social y ecológico, porque a través de la
máscara se muestran las relaciones sociales entre los puneños, así como su ideología
sobre los animales de la naturaleza.
Más arriba se llega a este territorio, el kay-pacha, que significa la tierra donde
nosotros vivimos. Las caretas son en honor a un danzante que alguna vez ha danzado
de calavera u otros personajes; este kay-pacha también es representado por los
animales que viven en este mundo como el sapo o el lagarto.
Al finalizar, en la parte superior, se demuestra el sentido mitológico de las
máscaras de los Diablos, porque este mundo es desconocido por las personas, así que
se valen de mitos para expresar su comprensión acerca del cosmos. Hanaq-pacha, es
el mundo de arriba, la comunicación con el cosmos. Siempre van a estar los animales
con sus alas, como el dragón de tres cabezas con alas, además los animales tutelares
como el cóndor, el águila, animales que remiten a otro espacio con los seres que nos
protegen desde arriba.
En cuanto a este sentido, se puede traer a colación la tradición del entierro
celestial de la etnia Zang de China. Cuando una persona muere, llevan su cuerpo a
un lugar indicado para que los buitres coman. Por su parte, la ideología tibetana cree
en la inmortalidad y la transmigración del espíritu. Se trata de un proceso de
separación entre el espíritu y el cuerpo, así como la transición entre mundos de
diferentes dimensiones.
110
3.1.3 Los colores en las máscaras de personajes diabólicos
Según un poblador puneño, los colores del arcoíris que hay en las máscaras
también son colores aimaras y quechuas, que “siempre aparecen en la cultura andina,
como la bandera de Tawantinsuyu” (Walter Soto Vargas, poblador puneño).
También se han referido al elemento mineral de los colores, sobre todo el verde,
porque este color “para los mineros es una insignia de oro y plata” (José Chura
Apaza, artesano puneño que hace las máscaras de La Diablada de Puno). En la
actualidad algunos mascareros han innovado en cuanto a los significados de los
colores, como la
combinación del rojo y el blanco que representa la bandera del Perú. Algunos colores
111
71
Imagen del catálogo de 2017 de la Festividad de la Virgen de la Candelaria de la Federación
Regional de Folklore y Cultura de Puno.
112
son matizados por los mascareros según su propia estética, e incluso utilizan
programas de computador para diseñarlos. Aquí, aunque hay diversas respuestas,
todos estos discursos sobre los colores de la máscara forman parte de la realidad.
113
Figura 47. Imagen de Vikingos según Héctor Aguilar Valencia72
Sobre los puntos que están en los cuernos, Walter Soto Vargas (poblador
puneño) explicó que estos “representan el granizo, que es las épocas de la vida: el
agua, el mar, el cielo, la tierra, la reproducción”. Pero en este caso, va a causar daños
a las plantas, y “los puntitos más pequeñitos son la lluvia”. Mientras tanto, para
Edwin Loza (artesano puneño que hace las máscaras de La Diablada de Puno), estos
puntos simbolizan la escama del lagarto para que brille la máscara.
Otro aspecto importante es la presencia de serpientes y sapos en las máscaras de
los danzantes. A través de las crónicas, es posible observar que las imágenes de la
serpiente o de “los dragones”, como son llamados por los entrevistados, encima de
las máscaras de La Diablada (ver Figuras 48-50) coinciden con el Amaru, por
ejemplo, ambos tienen “las fauces feroces dotadas de colmillo”, “garras poderosas”,
“orejas”, y son “alados”.
72
Imagen del Internet.
73
Foto sacada por la autora de la tesis en Jr. Lima de Puno.
114
Figura 49. Máscara del Diablo74
Según José Lino Godoy Farías (danzante puneño de La Diablada de Puno), “los
animales reptiles son representativos en el altiplano donde están las pequeñas
serpientes, esas lagartijas, entonces tanto los bordadores como los mascareros los
han captado y los han puesto en los trajes y las máscaras”. En cuanto a sus
características, por un lado teñidas de la visión andina, por otro, del cristianismo, tal
y como es señalado por Bueno Ramírez, se puede decir que “la culebra (amaru o
asiru) es un símbolo ambivalente y mestizo, representa al agua y al ukhu pacha o
mundo subterráneo en la religión andina; y en la religión cristiana representa al
diablo y al mal”.
Por otra parte, para José Chura Apaza (artesano puneño que hace las máscaras de
La Diablada de Puno), la serpiente y el sapo son animales sagrados para ellos.
74
Foto sacada por la autora de esta tesis en el taller Saraza.
75
Foto sacada por la autora de esta tesis en la Casa de Cultura de Puno.
111
Igualmente, de acuerdo con “Mircea Eliade, “son emblemas del agua los dragones,
serpientes, moluscos, delfines, peces etc.; ocultos en las profundidades del océano,
están imbuidos por el poder del abismo; acostados silenciosamente en los lagos o
nadando por los ríos, traen la lluvia, la humedad, y las inundaciones, de esta manera
gobiernan la fertilidad del mundo” (Flores Villasante 2016). En esa misma línea,
Walter Soto Vargas (poblador puneño) describió que “el sapo ha tenido la
concepción de ayudar la agricultura, porque cuando hay sapos aparece la lluvia”.
Pero estos animales también poseen poderes castigadores por la forma parecida al
rayo, así que la gente los teme. Por ejemplo, “cuando el rayo cae, tiene la forma de
culebra, la respetaban, sabían que la culebra subía en forma del reptil y regresaba en
forma de rayo, tenían que tener mucho cuidado ya que era un fenómeno bastante
peligroso para ellos; estaba fuego, porque también podía matarlos” (Walter Soto
Vargas, poblador puneño).
Pero desde el punto de vista cristiano, que también tienen algunos artesanos,
danzantes o pobladores puneños, estos animales representan el mal, imponiendo la
religión cristiana en la visión andina. “En realidad las serpientes, culebras van
significando el Ukhupacha, los animales que están por debajo, como el sapo, el
lagarto, son elementos de allí, el infierno, el pecado” (entrevista a José Chura Apaza,
artesano puneño que hace las máscaras de La Diablada de Puno). En fin, los animales
reptiles tienen significados diferentes e incluso contradictorios. Si siempre pensamos
en descubrir la respuesta más auténtica será un trabajo en vano, porque no existe la
autenticidad, y en realidad todos estos discursos tienen su sentido y forman parte de
la realidad. Su objetivo consiste en inculcar sus propios sistemas de valores.
Respecto a la forma de presentar los ojos salientes, los colmillos y la cara de
felino de las máscaras de La Diablada, la mayoría de los entrevistados contaron que
estos tienen relación con la Cultura Chavín porque apelan a la imagen del lanzón
monolítico con colmillos (Edwin Loza, artesano puneño que hace las máscaras de La
Diablada de Puno) (ver Figura 51).
112
Figura 51. Dibujo del lanzón monolítico de Chavín76
En ese sentido, para Flores Villasante, “existió una continuidad del pensamiento,
que expresa esta fuerza subterránea desde la época de la cultura Chavín, que data
3,000 años atrás y su persistencia en las culturas como Pucara, Paracas, Nazca,
Moche, Tiahuanaco e Inca. Quienes también representaron en sus esculturas e
imágenes, a deidades antropomorfas Hombre - Felino” (2016). En este caso, dicha
cultura ha persistido en la sociedad moderna. Según el mismo autor, “[…] en los
Andes desde Chavín, caracterizan al felino como deidad suprema asociada al agua, la
agricultura y el inframundo”, que no representa el demonio, sino como dijo José
Chura Apaza
(artesano puneño que hace las máscaras de La Diablada de Puno), “los personajes
con
113
76
Fuente de la imagen: https://historiaperuana.pe/periodo-autoctono/el-lanzon-monolitico/
77
Imagen proveniente del artículo Resumen de ¿Cómo recordar? La construcción de las memorias
andinas coloniales (siglos XVI y XVII), del autor José Luis Martínez Cereceda.
114
dientes grandes, felinos eran representados a los animales más temidos, como
Jaguar, lagarto, cocodrilo”. Incluso en la cultura Inca, vinculaban este animal con la
lluvia, porque “existen keros incas con representaciones de felinos de cuya boca
salen los arcoíris” (ver Figura 52). Según este artesano puneño, los ojos grandes
también pueden representar las bolas grandes del rayo. Es decir, los cuernos y los
ojos de las máscaras del Diablo, en realidad significan el rayo y su bola, lo cual
muestra la observación e importancia que dan los puneños hacia la naturaleza.
Sin embargo, también existe otra versión del mismo mascarero alrededor del ojo
saliente y el colmillo de las máscaras del diablo, según la cual estas figuras
provienen de la cruel explotación de las minas durante la época de la colonia.
Como se dijo líneas arriba, tampoco se pueden confirmar los vínculos verdaderos
entre la calavera de la máscara del diablo con el Sillustani, pero sí puede verse que
116
para construir las tradiciones regionales, la gente va a recurrir al pasado, en este
caso,
117
las vetustas ruinas cercanas, y esta acción también constituye la construcción de la
identidad regional, que conecta la tradición con el patrimonio histórico. En este
sentido, un aspecto interesante es que los artesanos también colocan numerosas
caretas en las máscaras de La Diablada, sobre todo del Diablo Caporal, que
representa el sentido social de las máscaras, según Edwin Loza (artesano puneño
que hace las máscaras de La Diablada de Puno), constituyen un Currículum Vitae
del danzante. Cabe consignar la siguiente descripción de un mascarero:
Hay caretas que tiene siete pecados, hay caretas que tiene veintiuno, por
ejemplo, si yo he danzado diez años, no todos los años he danzado lo
mismo. El primero año si yo bailé como calavera, ahora como diablo
quiero que en mi careta haya una calavera. Algún año bailé como moreno,
quiero un moreno allí en la careta. Bailé como diablo quiero un diablo
pequeño encima de la careta. Y así jugando toda la historia. E incluso
quiero el modelo de la careta de mi papá así que quiero que haya una careta
pequeña así en mi careta. Por eso funciona las caretas completas con varias
cabezas (José Chura Apaza, artesano puneño que hace las máscaras de La
Diablada de Puno).
118
Figura 53. Máscara del Diablo Caporal, su CV como danzante78
119
78
Foto sacada por la autora de esta tesis, en el taller del artesano puneño que hace las máscaras de La
Diablada de Puno Edwin Loza.
120
Figura 54. Máscara del Diablo de Ichu, del rostro de la forma de pez79
La cara con muchos granos es por la enfermedad que trajeron los colonizadores
españoles, como la varicela. Así que el mascarero ha tomado en consideración el
contexto histórico de una zona.
Figura 55. Máscara del estilo Ichu, con los granos en el rostro80
79
Foto sacada por la autora de esta tesis, en el taller del mascarero Don Ricardo Neyra Percca.
80
Foto sacada por la autora de esta tesis, en el taller del artesano puneño José Chura Apaza.
121
Figura 56. Máscara del Diablo del estilo Ichu81
Como se puede apreciar, las máscaras de Ichu siempre cuentan con los cuernos
puntiagudos y simples, porque según el mascarero, son del estilo antiguo de las
máscaras, que tienen la influencia de la imagen del diablo cristiano.
81
Foto sacada por la autora de esta tesis, en la Casa de Cultura de Puno.
82
Foto sacada por la autora de esta tesis, en la Casa de Cultura de Puno.
83
Foto sacada por la autora de esta tesis, en la Casa de Cultura de Puno.
122
manifiestan que “no es un dragón, sino un lagarto, una culebra, una serpiente, un
sapo, pero a través del tiempo los artesanos como nosotros han ido sofisticando la
creatividad; ahora ha llegado el internet, entonces tristemente los jóvenes que están
trabajando usan cosas de allí cuando no deben ser así” (José Chura Apaza, artesano
puneño que hace las máscaras de La Diablada de Puno). Entonces, el origen del
animal que está encima de la máscara debe ser un lagarto alado. Para un danzante,
este animal debe parecerse al dragón occidental, dicho como “los castillos donde hay
dragones con sus alas grandes importando fuego” (José Lino Godoy Farias, danzante
puneño de La Diablada de Puno).
Sin embargo, algunos pobladores y artesanos creen que el animal encima de las
máscaras viene de la influencia asiática. Dicen que “la nueva figura es el ‘dragón’, la
han utilizado, mejorado, satanizado; pero la cara ha adaptado, porque antes era
culebra encima” (Walter Soto Vargas, poblador puneño); “el dragón para mí un
símbolo del mal, pero más se encuentra en la cultura oriental, que es bien querido y
sagrado. Yo lo veo como artístico y capto esas imágenes” (Héctor Aguilar Valencia,
artesano puneño que confecciona los trajes de La Diablada de Puno). Serpiente,
lagarto, dragón occidental, dragón asiático, varían muchos los discursos construidos.
84
Foto brindada por José Lino Godoy Farias, danzante puneño de La Diablada de Puno.
123
ponemos pestañas, transforman la careta para que trabajen más rápido, y también la
careta resulta más liviana cuando se baila, o por el costo” (José Chura Apaza,
artesano puneño que hace las máscaras de La Diablada de Puno). Por lo demás, las
máscaras también se pueden hacer de tipo humano, como el nuevo modelo de un
mascarero arequipeño (ver Figura 59).
Esta careta, probablemente sea de latón, sea de yeso. Si es de latón para que no le
raye la cara; si es de yeso para que el sudor se quede en el pañolón nada más y
no se derrita el yeso (entrevista a José Lino Godoy Farias, danzante puneño de
La Diablada de Puno, consideración propia).
Los que bailan hacían penitencias; algunos bailaban sin permiso de sus papás
porque esta danza es de cholos, de indios (entrevista a Edwin Loza, artesano
puneño que hace las máscaras de La Diablada de Puno).
85
Foto sacada por la autora de esta tesis en la Festividad Virgen de la Candelaria de 2018.
121
3.1.7 La transformación de los materiales de la máscara
122
obstante,
123
en el aspecto artístico, fusionan también la antigüedad con la modernidad. Por
ejemplo, producen las máscaras con figuras antiguas de fibra de vidrio. En este caso,
tal vez los artesanos piensen más en la eficiencia laboral, así como en el nivel
estético.
Frente a estos cambios, algunos se mantienen positivos, ya que “antiguamente la
careta era de yeso, no solo pesaba, incluso cuando uno sudaba, dentro de la careta se
derretía” (entrevista a José Lino Godoy Farías, danzante puneño de La Diablada de
Puno), así que estos cambios pueden resolver este problema. Mientras otros
mantienen la actitud contraria, creyendo que estos cambios han roto la tradición.
A continuación, en la introducción general del proceso de transformación,
contada por el mascarero José Chura Apaza:
Los primeros materiales con los que hacían las caretas eran yeso (“pesaba
una barbaridad”, como descrito por otro entrevistado), aunque mucho antes
se han encontrado caretas de cuero, incluso de venado, de toro, de carnero,
de alpaca…luego se fueron transformando con yeso, eso ya ha sido un
elemento manipulable que también llegaron junto con los españoles,
mezclando con la gasa, el algodón, con harina de papa o trigo, no tan
resistente. Hasta ahora se sigue haciendo la careta de yeso, lo que pasa que
pesa demasiado. La gente quiere las careras fabulosas, majestuosas, pero por
el peso ya no aceptan. Y luego empezaron hacer con lata, lata de alcohol.
Entraron cantidades desde Bolivia, así las latas son demasiado baratas, pero
también dejaron de hacer las máscaras de lata porque quedan oxidadas como
hay mucha lluvia en Puno. Y ahora elaboramos con yeso, con lata, con
también la fibra de vidrio que es más ligera, si se quiebra se puede parchar
rápido.
124
Figura 61. Molde de arcilla de la forma de la serpiente86
86
Foto sacada por la autora de esta tesis en el taller de Sr. José Chura Apaza, artesano puneño que
hace las máscaras de La Diablada de Puno.
125
87
Foto sacada por la autora de esta tesis en el taller del artesano puneño Don. José Chura Apaza.
126
3.2 Trajes de La Diablada puneña
Asimismo, sobre los adornos religiosos, el danzante añadió que “algunos ángeles
también hacen la imagen de cáliz (la copa que se utiliza cuando el Padre toma vino) en
su pechera o la hostia que viene a ser el cuerpo de Cristo como adorno; o algunos lo
hacen el Espíritu Santo que viene a ser la paloma, una paloma con las alas extendidas en
el pecho”.
127
Figura 63. Miniatura del ángel88
Además de estos símbolos, el ángel lleva dos alas confeccionadas con plumas de
ganso; dichas alas simbolizan a San Miguel Arcángel que viene del cielo. También
lleva una espada y un escudo que le permite enfrentarse a los diablos y vencerlos. Por
último, sus altas botas denotan su figura guerrera.
88
Foto sacada por la autora de esta tesis en la Federación Regional de Folklore y Cultura de Puno.
128
Figura 64. Rojo y negro89
Mientras tanto, también hay bordadores jóvenes que tienen otra visión moderna del
color negro, aduciendo que “el negro es más conmigo porque yo también escucho
música pesada, como que combina pues” (entrevista a Héctor Aguilar Valencia, artesano
puneño que confecciona los trajes de La Diablada de Puno, consideración propia).
89
Foto sacada por la autora de esta tesis, en la Festividad Virgen de la Candelaria de 2018.
90
Por ejemplo, según un danzante, un batallón de La Diablada Bellavista se conforma de 40 jóvenes,
20 diablos y 20 chinas.
129
91
Una película estadounidense épica de acción del año 2006.
130
Figura 65. Nuevos colores de las capas de Diablo, con el fin de diferenciarse92
92
Foto sacada por la autora de esta tesis en taller Bordados El Cóndor.
93
Información sacada de Revista Cultural Candelaria 2017 de Espectacular Diablada Bellavista
131
Igualmente, en una asociación de La Diablada también hay diablos de siete pecados
capitales que llevan siete colores distintos (Ver Figura 67). En la siguiente figura se ven
colores como blanco, morado, rojo, azul, naranja, verde y negro. Según los artesanos,
danzantes y pobladores puneños, también hay posibilidad de usar otros colores94; por lo
tanto, las definiciones de los colores de diablos de siete pecados no son fijas, sino que
dependen de distintos entrevistados.
Figura 67. Siete pecados capitales, representados por siete diablos de distintos
colores95
94
Otra versión: rojo, negro, verde, lila, turquesa, azul y naranja.
129
95
Foto sacada por la autora de esta tesis en la Festividad Virgen de la Candelaria de 2018.
130
en consideración el holismo y la variedad de estos colores, en vez del significado de la
unidad.
Al igual que las máscaras, hay trajes de colores de rojo y blanco que simbolizan los
colores del escudo o la bandera peruana. El uso de estos colores no solo consiste en
construir la identidad regional de La Diablada, sino también una identidad nacional en
oposición a Bolivia, que también presenta La Diablada.
96
Foto viene del catálogo de 2017 de Festividad Virgen de la Candelaria por Federación Regional de
Folklore y Cultura de Puno.
131
personaje se vuelve un poco más malcriado, como en la actualidad, ya se va a
otras cosas ya, a molestar a los varones y espectadores. Antiguamente ellos
hacían otro tipo de danza, más alegre, de repente pasaba por la gente y hacía
un chiste. Ellos eran creativos. (Entrevista a José Lino Godoy Farías,
danzante puneño de La Diablada de Puno, consideración propia)
En el caso de los trajes de los diablos y diablesas de esta danza, los bordadores
explican que usan el hilo de oro (o de plata), pedrería, perlería, lentejuelas, por una
parte, para reflejar el sentido de la riqueza de las minas; y por otra, simplemente para
que el traje brille y tenga vida.
Sin duda, las lentejuelas (nombre que alude a la forma y al tamaño), las aplicaciones
metálicas, las perlas y otros adornos brillantes, tienen la función de suplir a las joyas
originales. En el imaginario colectivo un rey o una reina están sobre adornados de joyas,
signo de su poder y riqueza. La reina de Saba “llegó a Jerusalén con una gran fuerza de
camellos que portaban perfumes, oro en gran cantidad y piedras preciosas”. (Castrillón
Vizcarra, 2004).
97
Foto sacada por la autora de esta tesis, en la Federación Regional de Folklore y Cultura de Puno.
132
Figura 70. Pechera de Diablo, bordada de hilos de oro, pedrería y lentejuelas98
En cuanto a la faja de monedas, según Zapata, son iguales que “los elementos
móviles adheridos, pequeñas placas, cascabeles; eran posiblemente el complemento
sonoro que anunciaba la llegada o retirada de un personaje importante” (2011: 48). Con
respecto al personaje importante en La Diablada, se presenta el “Hanchancho”, contado
por un mascarero:
En la minería también existe una deidad que se llama Hanchancho que es una
palabra onomatopéyica. Cuando la deidad de la mina sale para danzar, esa
deidad está rodeado de placas de metal, y éstas cuando suenan con otras,
suenan como chan-chan-chan, de allí viene la palabra. Otros dicen que
suenan chin-chin-chin, así se llama chinchiriko. (Edwin Loza, artesano
puneño que
hace las máscaras de La Diablada de Puno)
133
98
Foto sacada por la autora de esta tesis, en el taller de Rey Escorpión del bordador puneño Don.
Héctor
Aguilar Valencia.
134
Figura 71. Faja de monedas, bordada de hilo de plata y lentejuelas99
Otro aspecto importante del vestuario de los diablos es su palca, que de acuerdo con
la descripción de Cuentas Ormachea (1995: 159), esta pieza es como “un faldón dividido
en cinco partes, semejando hojas lobuladas”. De acuerdo con Bueno Ramírez, las palcas
también se pueden encontrar en el atuendo del señor de los báculos que se ubica en la
Puerta del Sol de Bolivia. Además, se vincula La Diablada con la cultura Tiahuanaco.
Esto quiere decir que implican la continuidad con el pasado en La Diablada, a pesar de
que no se puede confirmar la verdad de esta continuidad. Sin embargo, lo que evidencia
es que la gente está intentando buscar relaciones de esta danza con el pasado lejano,
cuyo objetivo es “establecer la pertenencia al grupo”, y en este caso, a la cultura
Tiahuanaco.
135
99
Foto sacada por la autora de esta tesis, en la Federación Regional de Folklore y Cultura de Puno
100
Foto sacada por la autora en Asociación Cultural Brisas del Titicaca.
136
Figura 73. Bajorrelieve central de la puerta que representa al señor de los
báculos, según dibujo en el libro de Charles Wiener Perou et Bolivie, de 1880101
101
Fuente de la imagen: https://es.wikipedia.org/wiki/Puerta_del_Sol_(Tiwanaku) .
137
gente lo cortaban y le colocaban; podían ser los pedazos de cristal de botellas
que antes venían bonitas, artísticamente lo colocaban como adornos; para un
lugareño, tener un pañolón de seda española estampado o algo de seda pues
era maravillosa, era una joya, un lujo. (Entrevista a Javier Quisbert Vilca,
artesano puneño que confecciona los trajes de La Diablada de Puno)
A través de la anterior descripción, es posible imaginar que antiguamente los trajes de
La Diablada estaban más bordados, porque la gente los veía como un lujo; de forma que
utilizaban hilo de metal y vidrio, y lógicamente este tipo de traje pesa mucho. Gracias a
una visita a la Asociación Cultural Brisas del Titicaca, se ha podido ver también un
auténtico traje antiguo, elaborado de hilo de metal y vidrios, por lo que resulta ser muy
pesado (Figura 74-77).
Figura 75. Pechera del traje antiguo 103 Figura 76. Lagartija en el traje antiguo104
102
Foto sacada por la autora de esta tesis en la Asociación Cultural Brisas de Titicaca.
103
Foto sacada por la autora de esta tesis en la Asociación Cultural Brisas de Titicaca.
104
Foto sacada por la autora de esta tesis en la Asociación Cultural Brisas de Titicaca.
138
Figura 77. Palca del traje antiguo105
Cabe señalar que el traje antiguo del Diablo también tenía el estilo militar. Cuando
hablamos de La Diablada vieja, la gente colocaba los mejores argumentos posibles para
sus trajes, cosas que tenían en casa o habían logrado a juntarlas durante el tiempo; las
botas inclusive que venían de la gente que habían hecho el servicio militar, porque eran
tipo de caballería; o las polainas que utilizaban los tenientes para manejar el caballo
(entrevista a Javier Quisbert Vilca, artesano puneño que confecciona los trajes de La
Diablada de Puno, consideración propia). (Ver Figura 79)
105
Foto sacada por la autora de esta tesis en la Asociación Cultural Brisas de Titicaca.
106
Foto brindada por Federación Regional de Folklore y Cultura de Puno.
139
Figura 79.Traje antiguo del Diablo al estilo militar107
De esa forma, se puede decir que ya pasó la identidad de esa época y se está
construyendo la nueva con base en tela sintética y adornos plásticos. Frente a esta
situación, se plantea la idea de la transformación de la identidad de los trajes, así como
de la misma danza. Por ejemplo, como puede verse, el color principal de los trajes
antiguos de La Diablada es simplemente plateado, debido al hilo de metal usado (¿cómo
se presentaban los siete pecados capitales en esa época?). Actualmente, los materiales de
107
Foto de Martín Chambi, brindada por Piedro Ticona Salas.
140
los trajes son productos multicolores procedentes de otras zonas para poner tanto en
personajes antiguos (Diablo, China Diabla) como en nuevos (China, Diablesa).
Ahora bien, con respecto a la cuestión de identidad, ¿se trata de una autodefinición o
un resultado causado por factores externos? En realidad, se influyen mutuamente el
individuo y la sociedad, pues por un lado, el individuo vive dentro de la sociedad
humana y es inevitable influenciada por el entorno exterior; por otro lado, la sociedad
está constituida por el individuo, así que cada unidad contribuye a los cambios de la
sociedad. Regresando al caso de los trajes de La Diablada; primero, en cuanto a la
intervención de materiales foráneos, después de consultar en el campo, según los
bordadores, la mayoría de los materiales como tela sintética o piedras y perlas plásticas
han sido importadas desde Asia (se trata de la esfera del marketing, la psicología de los
compradores y el comercio internacional respecto al proceso de producción y
transacción), a diferencia de lo que ha aparecido en el artículo “Materials in Making”
escrito por Stephanie Bunn: los artistas utilizan directamente la materia prima como
madera, hoja, piedra, etc.; o distinta del pasado cuando los bordadores usaban lana para
confeccionar el traje.
138
108
Don. Javier Quisbert Vilca, artesano puneño del taller Casa Luminar.
139
parte de la identidad general de los trajes de esta danza. Además, hay que considerar
también la intervención de los clientes, quienes expresan sus sugerencias sobre el
diseño,
¿y de dónde vienen estas? Tal vez también se han inspirado en su interior, o son
influenciados por el criterio común o informaciones traídas por la globalización. De
modo que todo eso también forma parte de La identidad de la Diablada puneña
contemporánea.
140
109
Foto sacada por la autora de esta tesis, en el taller El Rey Escorpión del bordador puneño Héctor
Aguilar Valencia.
141
Figura 81. Ícono de la banda Iron Maiden110
Figura 82. Una capa del Diablo, con la imagen parecida al icono de la banda Iron
Maiden111
110
Fuente de la imagen: https://www.nuclearblast.de/en/products/bandmerch/patches -pins-
buttons/patch/iron-maiden-fear-of-the-dark.html
111
Foto sacada por la autora de esta tesis, en el taller El Rey Escorpión del bordador puneño Héctor
142
Aguilar Valencia.
112
https://es.wikipedia.org/wiki/Saint_Seiya
143
Figura 83. Los caballeros del Zodiaco-Armaduras113
Por otra parte, una iconografía interesante que se ha visto en los trajes de los
diablos es la presencia del dragón chino. Es posible sostener que esta imagen
apareció hace 30 años en los trajes gracias a la Revolución y Apertura de China, a
nivel internacional, desde los años 80 del siglo pasado. Entonces, al inicio cuando
los bordadores compraron telas exportadas de China con la figura del dragón
estampada, empezaron a copiar esta imagen en sus bordados. Observando el “dragón
chino” comentado por los entrevistados se puede descubrir que hay matices entre el
animal que aparece hoy en día en las máscaras de La Diablada y el dragón chino
para los chinos. Por ejemplo, este generalmente no tiene los cuernos en forma de
venado
encima de su cabeza ni los bigotes. Esta transformación es propia de los artesanos
144
113
Foto proveniente del Internet
145
puneños, probablemente porque en su imaginario más influido por el dragón europeo
no se usan estos elementos (ver Figuras 84 y 85).
114
Foto sacada por la autora de esta tesis en el taller Bordados San Antonio.
115
Foto sacada por la autora de esta tesis en el taller Bordados San Simón.
146
Figura 86. Fusión entre el dragón chino con el animal de la crónica arriba
mencionada o con el dragón occidental116
Con relación a la imagen de dragón chino, un artesano explicó que “esta tiene menos
de 50 años, porque los pañolones de seda china venían estampados de figura de dragón”
(Edwin Loza, artesano puneño que hace las máscaras de La Diablada de Puno). Además,
sobre esta imagen, algunos bordadores han hecho más innovaciones, como “un dragón
de
3D” (Héctor Aguilar Valencia, artesano puneño que confecciona los trajes de La
Diablada de Puno). Como se ha mencionado, para los artesanos, danzantes y pobladores
puneños, el dragón tiene el poder sagrado en China, pero le otorgan el sentido del mal
cuando lo
integran en el traje de La Diablada porque esta imagen se ve feroz. Esta imagen, con la
143
116
Foto sacada por la autora de esta tesis en el taller El Rey Escorpión.
117
Foto sacada por la autora de esta tesis, en Asociación Cultural Brisas del Titicaca.
144
influencia asiática, es una nueva tradición puneña inventada y se ha integrado en el
sistema de valores de la región.
De igual manera, Héctor Aguilar Valencia (artesano puneño que confecciona los
trajes de La Diablada de Puno) indicó que compran los materiales como lentejuelas de
China. Proporcionan todo eso y lo llevan a Lima, luego a Juliaca, pues allí hay un
mercado internacional que se llama San José y en ese lugar los venden. Vale aclarar
que antes también compraban de la Paz, Bolivia, porque allá había más materiales, solo
que necesitaban pagar a la Aduana.
Figura 89. “Hilo de oro” Material para confeccionar los trajes de La Diablada119
118
Foto sacada por la autora de esta tesis.
119
Foto sacada por la autora de esta tesis en el taller de “Bordados El Cóndor” de Sr. Eloy Condori
Flores.
145
Figura 90. Pedrería fabricada en China120
Actualmente, a veces es posible darse cuenta de que las máscaras y los trajes de La
Diablada puneña se vuelven más unificados, como describió un danzante sobre el
proceso de la producción de trajes, “primero se hace un preproyecto: se hace un traje, si
está bonito, algunas cosas se corrigen y se hace en serie”. De hecho, con el fin de
danzar en determinadas ocasiones, los danzantes y presidentes de los conjuntos suelen ir
a talleres de artesanos a alquilar máscaras y trajes para rentarlos; así, estos objetos van a
experimentar el proceso de mercantilización y se convierten en mercancías. En este
proceso, dichos objetos van a perder inevitablemente su singularidad. Aunque hoy en día
sí ha subido bastante la demanda, por otra parte, en realidad hay limitados artesanos; así
que tal vez se hayan establecido unas recetas para las máscaras y los trajes. De otro lado,
tal vez los conjuntos necesiten una imagen uniforme para dar mejores presentaciones en
el concurso.
En el caso del Puno del siglo pasado, cuando la mercantilización contemporánea aún
no había invadido al mercado de las máscaras y los trajes, tal vez las clasificaciones
privadas e idiosincrásicas de sus significados eran relativamente fijas y unitarias;
además, algunas piezas particulares fueron inspiradas en algunos acontecimientos en esa
época121. No obstante, en la actualidad, si bien en Puno todavía está conservada la forma
económica tradicional como rituales agrícolas o ganaderos, esta ciudad también es
moderna, influida por la globalización, el comercio y el turismo. Sin embargo, en el
área de máscaras y
trajes, debido al gran aumento de la demanda, aparte de artesanos tradicionales, quienes
120
Foto sacada por la autora de esta tesis en el taller “Bordados San Simón” del Sr. Simón M.
Nahuincha
146
Parisaca.
121
Por ejemplo, me contaron que en las primeras décadas en Oruro llevaban botas de militar para bailar
La Diablada, porque en esa época los jóvenes tenían que cumplir los servicios militares en dicho lugar.
147
heredan esta tradición por medio del aprendizaje familiar, han participado también
productores nuevos de esta industria, quienes aprenden la confección de algún artesano
veterano o de acuerdo con criterios de algún antropólogo.
Debido a que cada productor cuenta con distintas experiencias sociales, varían sus
perspectivas culturas en materia del tema que se está estudiando. Entonces, por una
parte, las máscaras y los trajes de La Diablada puneña se vuelven más homogeneizados
por la mercantilización, pero por otra parte, también hay artesanos que intentan
recuperar la tradición; así que en este panorama son diversas valoraciones sobre este
122
tema. Por ejemplo, el aspecto “horriblemente hermoso” de las máscaras y los
trajes de La Diablada puneña, estos cuentan también con una ramificación de
desmercantilización, en la cual ya no se dedican al intercambio económico, sino a la
exhibición como artes, y “son transformadas cultural, económica y socialmente por los
gustos, los mercados y las ideologías de economías más grandes (Graburn 1976)”
(citado en Appadurai 1991: 44),
utilizando adornos más refinados y complejos.
148
122
Según una presentación del Rey Caporal en el Museo de Coca y Costumbre de Puno.
149
4 CAPÍTULO 4. LOS ARTESANOS DE LA DIABLADA PUNEÑA
4.1 Mascareros
Según José Chura Apaza (artesano puneño que hace las máscaras de La Diablada de
Puno), en total solo hay cuatro o cinco personas en Puno que se dedican a la elaboración
de las máscaras. Durante todo el trabajo de campo no se halló ninguna mascarera
femenina. Cabe resaltar que en Puno, los mascareros que elaboran las máscaras de La
Diablada, las toman como artes tradicionales y se dedican a la reserva de esta cultura.
150
batallón de Diablos, según la mayoría de los mascareros, la opinión del cliente siempre
pesa más en el proceso del diseño.
Cuando un mascarero produce una máscara en función del arte, a veces tiene que
evadir la irrupción de asuntos cotidianos y concentrarse en su mundo artístico. Como se
ha visto en el pasaje de arriba contado por el mascarero, se tiene que poner el alma, el
tiempo y la dedicación en la producción de una máscara maravillosa; por lo que en este
aspecto sobresale el trabajo individual. Mientras que para las máscaras utilizadas por
bloques en la festividad de Candelaria, debido a la demanda en gran cantidad, uno solo
no puede terminar tantos trabajos dentro del tiempo limitado, así que necesita ayuda
externa. De acuerdo con José Chura Apaza (artesano puneño que hace las máscaras de
La Diablada de Puno), la elaboración de estas máscaras se convierte en un proyecto
familiar, pero en los últimos años también comienzan a contactar con más gente ajena
para que avancen con más velocidad en las grandes cantidades.
4.2 Bordadores
149
De acuerdo con lo anterior, se puede decir que sí había buenos bordadores, pero
alejados de la situación en la que los maestros mascareros conocidos divulgan
150
activamente la cultura de las máscaras, los involucrados en ello no han transportado su
conocimiento relativo al bordado de esta danza ni cuentan con apoyo institucional.
Entonces, surge la siguiente pregunta: ¿Por qué existen diferentes actitudes hacia las
máscaras y los trajes de La Diablada puneña? En realidad, en el proceso de la
producción de los trajes, según los bordadores puneños, han volcado bastantes esfuerzos
en sus artes, e incluso han resaltado otro término que es el “sacrificio”.
151
5 CONCLUSIÓN
En primer lugar, es bien sabido que los personajes principales que conforman esta
danza son el Arcángel San Miguel, Lucifer y otros seis diablos de pecados capitales,
China Diabla, Supay, China, Diablesa, Diablo Caporal, y la Gorila, que son estudiados
con más profundidad en esta investigación. El Ángel es el personaje principal de La
Diablada, y su sentido religioso consiste en ser el luchador contra los diablos, y
representa el bien. Además, para bailar como este personaje, el danzante debe tener
mucho carisma para controlar la coreografía del conjunto, así como coordinarse con las
bandas de música.
Por otro lado, el Diablo y el Diablo Caporal también son personajes principales de
esta danza, que religiosamente son vencidos por San Miguel y representan el mal. La
diferencia entre el Diablo y el Diablo Caporal consiste en que el segundo dispone de
más adornos en sus máscaras y trajes, porque son danzantes con más experiencias;
entonces su autoridad relativa tiene que ser mostrada, justamente mediante máscaras y
trajes más sofisticados. Sobre ello, se suele decir que este personaje viene también de la
imagen de capataz que antiguamente dirigía y maltrataba a los peones. La imagen
clásica de ambos personajes tiene ojos saltones y cuernos enormes.
Tanto China como Supay son personificadas por mujeres jóvenes, y ambas llevan
blusa, pollerita, pañolón, y la diferencia entre ellas reside en el poner o no una máscara
diabólica. La China no lleva máscara, pero tiene alas multicolores y la corona encima de
la cabeza, mientras la Supay tiene una máscara demoníaca, y además lleva un bastón
con el adorno de la cabeza de un dragón. La figura de Diablesa es recién creada y tiene
la misma parte arriba que el Diablo. Según los artesanos, bordadores y pobladores
puneños, China, Supay y Diablesa son mujeres del Diablo.
153
transformación de los personajes, se halló una figura de oso o cordero que hoy en día ya
no es notorio en las asociaciones de La Diablada. El oso es una figura andina aparecida
en cuentos del Raptor de la Doncella, mientras el cordero abarca el sentido religioso,
puesto que ha sido sacrificado por Dios. Para añadir esta parte, se debe mencionar la
imagen de Supay, que antiguamente en la tradición andina representaba un ser travieso o
maligno, pero con la irrupción del cristianismo, esta imagen fue convertida solamente en
demonio, se trata de un proceso de síntesis de creencias.
Con más detalles, respecto al significado de las máscaras de La Diablada, para los
artesanos, danzantes y pobladores puneños, los colores pueden significar el arco iris de
la naturaleza, el fuego de la Candela de la Virgen, la insignia de las minas, la cultura
andina o los colores representativos de la nación; los puntos encima de los cuernos
significan los granizos, la lluvia de la naturaleza o las escamas del lagarto que también
vienen del mundo natural; la forma de los cuernos significa el rayo o la serpiente; los
ojos saltones pueden simbolizar el lago o la bola del rayo, tienen que ver con la cultura
Chavín, o están relacionados con la desesperación de los esclavos mineros por la
explotación de las minas durante la colonia; la calavera significa la veneración a los
ancestros del Altiplano; los colmillos también se vinculan con la Cultura Chavín; la gran
cantidad de caretas representan el Currículum Vitae de los danzantes; las máscaras de
Ichu demuestran el contexto geográfico, laboral e histórico de esa zona.
Ahora bien, con relación a los animales de la fauna regional como la serpiente, la
154
araña, el sapo, el lagarto o la lagartija; es bien sabido que estos animales en el
cristianismo
155
representan el mal, mientras en la visión andina tienen dos caracteres. Uno es benefactor
porque se relaciona con el agua y la fertilidad, otro es destructor porque simboliza el
rayo, el granizo que va a hacer daño al pueblo. Frente a ello, puede decirse que el animal
encima de las máscaras es parecido al Amaru, un ser divino andino, descrito en las
crónicas coloniales durante la colonia, porque ambos cuentan con “fauces feroces
dotadas de colmillo, garras poderosas, orejas y alas”; pero algunos artesanos, danzantes
y pobladores puneños creen que se trata de un dragón occidental como el que se ve
encima de los castillos, y otros opinan que es un dragón oriental.
Después de esta observación, la idea del dragón oriental no es elocuente, sino más
que se puede sostener la idea de “Amaru” o “dragón occidental”, aunque todos los
entrevistados creen que este animal representa el mal. Igualmente, en cuanto a la
estructura de las máscaras del diablo, se muestran tres mundos andinos: el Ukhupacha, el
mundo abajo; Kaypacha, este mundo; y Hanaqpacha, el mundo de arriba, que se puede
afirmar, tiene valor moralizador, social, ecológico y mitológico. Las partes del foso de la
nariz y la boca del Diablo significan el Ukhupacha o el infierno. Los dientes hechos de
vidrio en forma del triángulo, junto con los labios, constituyen una forma de zigzag con
una raya arriba la otra abajo, signo de prohibición en la zona andina, y en el caso de la
máscara de La Diablada significan no entrar en el infierno.
Luego, sobre el significado de los trajes de La Diablada, los recamados adornos como
hilo de plata y lentejuelas, pedrería y perlería, por una parte, es pertinente mencionar
153
que
154
para los artesanos, danzantes y pobladores puneños significan la riqueza de las minas, o
tienen que ver con la Iglesia. Por otra parte, funciona para brillar; los colores blanco y
dorado del ángel son elementos religiosos, así como sus adornos como el cáliz, la hostia
y la paloma que representa el espíritu santo, pero a veces también tienen que matizar los
colores para que un solo blanco no quede triste.
Respecto a los colores de los siete pecados capitales, solo se destaca el rojo que
representa Lucifer, aunque otros colores no significan exactamente qué pecado, sino que
funcionan como un conjunto para presentar este término religioso, a pesar de que la
mayoría de los entrevistados confirma que cada color sí tienen significados, mas no
explican con más detalles; los multicolores de los trajes de diablos del batallón de cada
bloque funcionan para diferenciarse entre diferentes bloques; el rojo y el negro de los
Diablos significan respectivamente el fuego y la oscuridad que simbolizan el mal; a
veces aparecen los colores como rojo y blanco que son símbolos de la nación; el traje de
China Diabla siempre es ridículo por la característica de este personaje; en las capas el
animal es el dragón oriental; la faja de monedas tiene relación con el ser maligno de los
socavones de las minas; y la palca se parece al atuendo del señor de báculos de la cultura
Tiahuanaco.
Entonces, para conseguir más intereses del turismo, la gente modifica e innova sus
máscaras y trajes. Anteriormente, en el siglo pasado, La Diablada puneña fue
influenciada mucho por La Diablada de Oruro, tanto en estética como en banda de
154
música; no obstante, últimamente, los pobladores puneños también están creando las
nuevas tradiciones de
155
esta danza, principalmente aprovechando las culturas exclusivas peruanas como el
escudo peruano en un traje antiguo exhibido en el museo de la Paz, la cultura Chavín,
las chullpas de Sillustani y las máscaras de Ichu.
Según los artesanos, danzantes y pobladores puneños, los materiales utilizados en las
máscaras antiguamente eran la piel de animal, y luego en los años 50 y 60 del siglo
pasado eran de yeso; hasta ahora pasan a ser de lata, fibra de vidrio o resina, por la
cuestión del peso, la eficiencia laboral y la comodidad; incluso colocan luces. En
cuanto a los materiales de los trajes, antiguamente se utilizaban el hilo de metal y el
vidrio que presentaban el lujo. Mientras que actualmente han reemplazado la tela
sintética, las piedras plásticas por la industria global, y los trajes son más livianos.
156
6 RECOMENDACIONES
157
7 BIBLIOGRAFÍA
AUILAR PAUCAR, Benigno Poblador puneño y artista del estilo de cubismo lírico
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Puno: G&S Impresores, pp. 82-86.
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2002 “From a Death to a View: la caza del pasado galés en el período
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ORMACHEA, Enrique A.
1995 “La Diablada”. Presencia de Puno en la Cultura Popular. Puno: Empresa
Editora Nueva Facultad, pp.235-277.
RANGER, Terence
TREVOR-ROPER, Hugh
161
8 ANEXOS
162
⑴ Máscara de Diablo Caporal en Asociación Cultural Brisas del Titicaca
163
⑵ Sobre capa en restauración en Asociación Cultural Brisas del Titicaca
164
AGUILAR PAUCAR, Benigno
Poblador puneño y artista de Chucuito – Juli (Puno) en pintura del estilo de cubismo
lírico
LOZA, Edwin
Mascarero puneño
165
Danzante puneño de diablo especial de la Asociación Folklórica Espectacular
Diablada
Bellavista
5. Foto de Máscara en forma de toro (sacada del artículo “De Danza de Mañazo a La
Diablada” de Juan Palao Berastain p.62)
166