Ficha para Corbetta
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Ficha para Corbetta
El texto en esta primera y segunda parte trata de analizar conceptos importantes como el
de paradigma y específicamente analiza la significación que le dio Kuhn al mismo. Luego
analiza dos grandes enfoques, el enfoque positivista y el interpretativismo y desglosa dos
corrientes dentro del positivismo que surgieron de la revisión durante periodos importantes
que cuestionaron este método y su eficacia. En la segunda parte se hace una comparación
entre los dos métodos de investigación por excelencia, el enfoque cuantitativo, que es
implementado desde un paradigma neopositivista y el enfoque cualitativo, que es
comprendido desde el paradigma interpretativista.
PRIMERA PARTE
Para Kuhn el paradigma es una propiedad determinante de las ciencias “maduras”. Tomando
en cuenta esta perspectiva las Ciencias Sociales y sus distintas disciplinas al carecer de un único
y determinado paradigma que sea considerado por la comunidad científica, se enfrentaría a una
situación preparadigmática, sin considerar a la economía y aplicando a esta perspectiva también
a la sociología.
El texto describe otra interpretación del pensamiento de Kuhn, que se sugirió para aplicar sus
categorías a la sociología. Consta de una redefinición de la noción de paradigma, en la que
permanecen los principios de la definición original, “es decir, visión teórica que define la
relevancia de los hechos sociales, proporciona hipótesis interpretativas y orienta las técnicas de
la investigación empírica, excepto uno, el consenso de la comunidad científica, al menos en
periodos de «ciencia normal”. (p.6) Se presenta la posibilidad, dentro de una disciplina precisa,
muchos paradigmas, por tanto la sociología deja de ser preparadigmática, y llega a ser una
disciplina multiparadigmática.
Existen dos importantes marcos de referencia que orientan la investigación social. La cuestión
empirista y la humanista. Entre ellas se destacan, el objetivismo y el subjetivismo. El autor
también usa el termino positivismo y el que considera menos consolidado, el interpretativismo.
“Se trata de dos divisiones orgánicas y claramente opuestas de la realidad social y los modos de
conocerla, que han generado dos conjuntos de técnicas de investigación coherentes y muy
diferenciados entre sí.” (p.8). Estos paradigmas no son teorías sociológicas, sino juicios
generales respecto la naturaleza de la realidad social, la naturaleza del hombre, y la forma en
que éste es capaz de conocer dicha realidad. Para comprobar de modo adecuado los dos
paradigmas que se han mencionado, tendríamos que referirnos a cómo responden a las
preguntas básicas que encaramos en la investigación social, y, por consiguiente, en la
investigación científica. Estas preguntas se pueden expresar de la siguiente manera: si existe la
realidad (social) , si esta es conocible, y cómo podemos conocerla. Dicho en otras palabras:
“esencia, conocimiento y método”.
Para responder estas preguntas tendremos en cuenta tres cuestiones: La cuestión ontológica
que concierne a la naturaleza de la realidad social y su forma. Cuestiona si el mundo de los
hechos sociales es un universo real y objetivo con existencia apartada de la mente humana y
exenta de la interpretación que realiza del mismo el sujeto. Es decir, examina si los fenómenos
sociales se tratan de “cosas en sí mismas” o “representaciones de cosas”. Por otra parte, la
cuestión epistemológica trata sobre la relación entre el “quién” y el “qué”, y lo resultante de
esta relación. Lo que realmente importa es conocer la realidad social y hace énfasis en la relación
entre el estudioso y la realidad que este estudia. La respuesta a esta cuestión reconoce también
la cuestión ontológica. Finalmente la cuestión metodológica es la cuestión del «cómo», cómo se
puede conocer la realidad social. Se relaciona con la instrumentación técnica del cual se dispone
en el proceso cognitivo. Las respuestas a esta cuestión están relacionadas con las respuestas a
las cuestiones anteriores.
El paradigma positivista se puede explicar como el estudio de la realidad social con el manejo
del marco conceptual, las técnicas de observación y medición, los instrumentos de análisis
matemático y los procedimientos de inferencia de las ciencias naturales. El marco conceptual
consta de las categorías de «ley natural», de causa-efecto, de comprobación empírica, de
explicación, etc. Las técnicas de observación y medición tratan del uso de variables cuantitativas
aun para hechos de índole cualitativas. Por último, los procedimientos de deducción refieren al
proceso que permite exponer hipótesis sobre lo que es desconocido tomando en cuenta lo
conocido, dicho de otra forma, dando paso de la observación particular a la ley general.
Durkheim fue considerado el primer “científico social”, el primer sociólogo positivista real.
Enfocado en aclarar los principios del pensamiento positivo en acción empírica; su praxis
empírica se fundamenta por la teoría del “hecho social”, supone los hechos sociales como
cosas.
Estos hechos sociales, aunque no son realidades materiales, poseen propiedades semejantes
que las cosas del mundo natural, resultando dos consecuencias, por una parte, los hechos
sociales no se encuentran sujetos a la voluntad del hombre, sino que se resisten a su
intervención, lo restringen y lo limitan. Por otro lado, así como los fenómenos del mundo
natural, los hechos también operan de acuerdo a sus propias reglas. Logran una estructura ya
determinada que el hombre, mediante la investigación científica, es capaz de descifrar. El
mundo social tanto como el mundo natural se regula por leyes.
Esta nueva visión asigna un papel crucial a la crítica de la ciencia, redelineando el lugar que se
le concede a la filosofía, debiendo ceder el terreno teórico para otorgarle espacio al análisis
crítico de lo que se confecciona en las teorías de cada disciplina. “Por todo lo dicho parece
evidente que esta corriente de pensamiento concede una gran importancia a las cuestiones
epistemológicas, y resulta, por tanto, comprensible la influencia que tuvo sobre la metodología
de las ciencias, incluidas las ciencias sociales. Conviene recordar que uno de los postulados del
neopositivismo es la difundida convicción de que el sentido de una afirmación se deriva de la
posibilidad de formular una definición operativa a partir de ella para comprobar su validez.”
(p.15)
Cada objeto social, iniciando por el individuo, se delimita de un modo analítico partiendo de
una sucesión de atributos y propiedades, que se reducen a variables, y los fenómenos sociales
se asimilaban en técnicas de relaciones entre variables. La variable, con sus características
objetivas y neutrales, además de su operatividad matemática, se convertía en la protagonista
de la observación social.
Los fenómenos sociales se lograban registrar, medir, relacionar, elaborar y formalizar, y así las
teorías se podían corroborar o invalidar objetivamente y sin ambigüedades, debido a que la
investigación social se “despersonaliza” con la expresión de las variables, la medición de los
conceptos, la diferenciación entre variables dependientes e independientes, la consideración
de sus relaciones mutuas, la enunciación de modelos causales, ofrecía un instrumento formal
que admitía explicar la realidad social científicamente.
Esta nueva reinterpretación del positivismo rediseña las suposiciones originales y los objetivos
de la investigación social, pero las operaciones empíricas, mas allá de ser reinterpretadas, tienen
bases en la operacionalización, la cuantificación y la generalización.
Según Weber, las ciencias sociales y las ciencias naturales se distancian, no particularmente por
su objeto o porque su fin sea estudiar los fenómenos sociales separadamente, estos también
buscan formas de generalización, sino que se diferencian por su «orientación hacia el individuo».
El autor cuestiona de que forma se puede lograr objetividad mediante este enfoque
individualista. Y este cuestionamiento tiene mucho sentido, ya que, se parte desde la
individualidad del objeto de estudio, que es el individuo y el sentido que este le da a sus actos.
Para Weber el tipo ideal es una plausible solución para este problema, los tipos ideales son
maneras de actuación social que pueden ser halladas en la conducta de los individuos. El tipo
ideal weberiano se amplifica a la totalidad de los campos de lo social y puede posicionarse a
numerosos niveles de generalidad desde la particularidad del individuo hasta el conjunto de la
sociedad. Tratan de construcciones mentales del hombre que orientan su conocimiento. El tipo
ideal es una edificación racional coherente, absuelta de tergiversación. En cambio la realidad
puede ser mayormente compleja, contraria y desordenada.
En esta segunda parte del texto el autor hace una comparación entre la investigación
cuantitativa y la investigación cualitativa.
Resulta bastante difícil cumplir el ideal imperioso de ciencia objetiva libre de juicio de valor,
pero este problema se puede evidenciar concretamente en las investigaciones cualitativas pues
el investigador se relaciona en forma personal con el sujeto estudiado y se interesa por su visión
de la realidad social y su interacción con la misma.
En la investigación cuantitativa los datos son precisos y rigurosos. Se expresan con los términos
“objetivo” y “estandarizado”. “Objetivo quiere decir que los datos no deben estar influidos por
la subjetividad interpretativa del investigador, es decir, si cambiara el investigador, el resultado
de la observación debería ser el mismo, ni por la subjetividad expositiva del sujeto estudiado, es
decir, la misma situación aplicada a sujetos diferentes debería producir el mismo dato resultante
de la observación. Estandarizado quiere decir que los datos recopilados sobre los distintos
sujetos, y tal vez por investigadores distintos, deben ser comparables entre sí, para poder
compararlos.” (p.49). En la investigación cuantitativa lo que interesa es la profundidad y la
riqueza de los datos. Estos datos se consideran flexibles, referentes y subjetivos.
En el análisis de los datos es donde el autor considera que se observa la mayor diferencia entre
los estudios cuantitativos y cualitativos. “El efecto de la instrumentación matemática y
estadística utilizada en el enfoque cuantitativo, con sus tablas, gráficos, test estadísticos, etc.,
así como el complejo instrumental de ordenadores, bases de datos, programas de análisis
estadístico, etc., contrastan con la sobriedad de un análisis cualitativo, que no utiliza
herramientas estadísticas o matemáticas, y se limita a organizar el material empírico con la
eventual ayuda de instrumentos informáticos” (p.49). Las matemáticas para un enfoque
exclusivamente cuantitativo significa, como bien lo dice el autor, “el lenguaje de la ciencia”, por
lo que, es importante que todo concepto que se quiera analizar debe ser “medible” y para esto
las técnicas estadísticas son utilizadas exhaustivamente y a partir de la muestra poblacional que
se estudie lograr generalizaciones. Para un método cualitativo estas representaciones
matemáticas resultan inútiles de cierta forma y restrictivas y por ello se llegan a ignorar por
completo.
Finalmente para terminar con esta distinción entre lo cualitativo y lo cuantitativo diremos que
en el enfoque cualitativo se abarca pocos casos. El autor nos explica que se presentan
comúnmente lo que se denomina “estudio de casos”, es decir una investigación sobre una
circunstancia en concreto. Al ser mayor el número de casos o sujetos comprendidos en la
muestra, mayor posibilidad de ser representativa de la situación concreta y de esta forma, los
resultados serán aplicables y legitimados a la totalidad de la población. Y se concluye de esto
que la investigación cuantitativa tiene eventualmente mayor oportunidad de generalización que
los resultados de un enfoque puramente cualitativo.