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Elaboración de Proyecto de Investigación

Alexandra Ferreira, 4-232.843-4

Corbetta, P. Metodología y Técnicas de Investigación Social. Mcgraw-Hill Madrid 2007.

El texto en esta primera y segunda parte trata de analizar conceptos importantes como el
de paradigma y específicamente analiza la significación que le dio Kuhn al mismo. Luego
analiza dos grandes enfoques, el enfoque positivista y el interpretativismo y desglosa dos
corrientes dentro del positivismo que surgieron de la revisión durante periodos importantes
que cuestionaron este método y su eficacia. En la segunda parte se hace una comparación
entre los dos métodos de investigación por excelencia, el enfoque cuantitativo, que es
implementado desde un paradigma neopositivista y el enfoque cualitativo, que es
comprendido desde el paradigma interpretativista.

PRIMERA PARTE

LA LÓGICA DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL

En principio, el texto hace mención a la noción de “paradigma”, este es un concepto que se


viene utilizando en la historia del pensamiento filosófico, tal como Platón, el cual lo entendía
como “modelo”, en cambio Aristóteles, le daba una significación de “ejemplo”. El autor
considera que en las Ciencias Sociales el concepto ha sido “abusado” por la diversidad de
significados que le son atribuidos como: “sinónimo de teoría, articulación interna de una teoría,
sistema de ideas de orden precientífico, corriente de pensamiento o escuela, procedimiento de
investigación modélico o sinónimo de método.” (p.4)

Incluye en esta primera parte el concepto de paradigma de Kuhn, el cual indaga en el


desarrollo histórico de la ciencia y contradice el concepto tradicional de ciencia que se asume
como acumulación progresiva y lineal de nuevos resultados. Según la concepción acumulativa
tradicional, cada descubrimiento es incorporado al colectivo de conocimientos ya establecidos,
y para explicarlo el autor lo ejemplifica como “igual que los ladrillos se superponen en la
construcción de un edificio de varias plantas”(p.4). No obstante para Kuhn, aun cuando dicho
proceso determina el desarrollo de la ciencia en fases “normales”, también se pueden presentar
periodos “revolucionarios” donde se corta la relación con el pasado y así comienza una nueva
premisa o construcción. Aquí es donde Kuhn habla de “revolución científica” debido a que al
pasar de un enfoque teórico a otro se generan consecuencias radicales para la disciplina
científica. “¿Qué cambia, en una determinada disciplina, con una de estas revoluciones?
«Cambian los problemas que se proponen a la investigación científica, y también los criterios
para determinar lo que se debía considerar un problema admisible o una solución válida para el
mismo» [ibídem, 6]. Y se realiza una reorientación de la disciplina que consiste en <<transformar
la estructura conceptual con la cual los científicos estudian el mundo» [ibídem, 102]”(p.4,5). Es
esta estructura conceptual que mencionamos a lo que Kuhn denomina paradigma.

Sin la existencia de un paradigma una ciencia carecería de directriz o un método de elección


apropiadamente determinado. El paradigma es una guía para la ciencia; condiciona así un
modelo y una estructura elemental para la construcción del mismo. Por lo tanto, cuando un
paradigma es entendido proporciona al científico teorías, métodos y criterios que se presentan
de manera combinada e intrincada. “En efecto, un paradigma es más amplio y también más
general que una teoría: es una visión del mundo, una ventana mental, una pauta de lectura que
precede a la elaboración de la teoría.” (p.5)
Para Kuhn ciencia normal es comprendida como las etapas de una disciplina científica en
donde se destaca un paradigma designado, siendo aceptado por la totalidad de la comunidad
científica. En esta fase, esencialmente, hasta que el paradigma predominante cambia por otro
con una “revolución”, la ciencia puede avanzar efectivamente debido al proceso lineal y
acumulativo que se le atribuye al desarrollo científico.

Para Kuhn el paradigma es una propiedad determinante de las ciencias “maduras”. Tomando
en cuenta esta perspectiva las Ciencias Sociales y sus distintas disciplinas al carecer de un único
y determinado paradigma que sea considerado por la comunidad científica, se enfrentaría a una
situación preparadigmática, sin considerar a la economía y aplicando a esta perspectiva también
a la sociología.

El texto describe otra interpretación del pensamiento de Kuhn, que se sugirió para aplicar sus
categorías a la sociología. Consta de una redefinición de la noción de paradigma, en la que
permanecen los principios de la definición original, “es decir, visión teórica que define la
relevancia de los hechos sociales, proporciona hipótesis interpretativas y orienta las técnicas de
la investigación empírica, excepto uno, el consenso de la comunidad científica, al menos en
periodos de «ciencia normal”. (p.6) Se presenta la posibilidad, dentro de una disciplina precisa,
muchos paradigmas, por tanto la sociología deja de ser preparadigmática, y llega a ser una
disciplina multiparadigmática.

Existen dos importantes marcos de referencia que orientan la investigación social. La cuestión
empirista y la humanista. Entre ellas se destacan, el objetivismo y el subjetivismo. El autor
también usa el termino positivismo y el que considera menos consolidado, el interpretativismo.
“Se trata de dos divisiones orgánicas y claramente opuestas de la realidad social y los modos de
conocerla, que han generado dos conjuntos de técnicas de investigación coherentes y muy
diferenciados entre sí.” (p.8). Estos paradigmas no son teorías sociológicas, sino juicios
generales respecto la naturaleza de la realidad social, la naturaleza del hombre, y la forma en
que éste es capaz de conocer dicha realidad. Para comprobar de modo adecuado los dos
paradigmas que se han mencionado, tendríamos que referirnos a cómo responden a las
preguntas básicas que encaramos en la investigación social, y, por consiguiente, en la
investigación científica. Estas preguntas se pueden expresar de la siguiente manera: si existe la
realidad (social) , si esta es conocible, y cómo podemos conocerla. Dicho en otras palabras:
“esencia, conocimiento y método”.

Para responder estas preguntas tendremos en cuenta tres cuestiones: La cuestión ontológica
que concierne a la naturaleza de la realidad social y su forma. Cuestiona si el mundo de los
hechos sociales es un universo real y objetivo con existencia apartada de la mente humana y
exenta de la interpretación que realiza del mismo el sujeto. Es decir, examina si los fenómenos
sociales se tratan de “cosas en sí mismas” o “representaciones de cosas”. Por otra parte, la
cuestión epistemológica trata sobre la relación entre el “quién” y el “qué”, y lo resultante de
esta relación. Lo que realmente importa es conocer la realidad social y hace énfasis en la relación
entre el estudioso y la realidad que este estudia. La respuesta a esta cuestión reconoce también
la cuestión ontológica. Finalmente la cuestión metodológica es la cuestión del «cómo», cómo se
puede conocer la realidad social. Se relaciona con la instrumentación técnica del cual se dispone
en el proceso cognitivo. Las respuestas a esta cuestión están relacionadas con las respuestas a
las cuestiones anteriores.

El paradigma positivista se puede explicar como el estudio de la realidad social con el manejo
del marco conceptual, las técnicas de observación y medición, los instrumentos de análisis
matemático y los procedimientos de inferencia de las ciencias naturales. El marco conceptual
consta de las categorías de «ley natural», de causa-efecto, de comprobación empírica, de
explicación, etc. Las técnicas de observación y medición tratan del uso de variables cuantitativas
aun para hechos de índole cualitativas. Por último, los procedimientos de deducción refieren al
proceso que permite exponer hipótesis sobre lo que es desconocido tomando en cuenta lo
conocido, dicho de otra forma, dando paso de la observación particular a la ley general.

Durkheim fue considerado el primer “científico social”, el primer sociólogo positivista real.
Enfocado en aclarar los principios del pensamiento positivo en acción empírica; su praxis
empírica se fundamenta por la teoría del “hecho social”, supone los hechos sociales como
cosas.

Estos hechos sociales, aunque no son realidades materiales, poseen propiedades semejantes
que las cosas del mundo natural, resultando dos consecuencias, por una parte, los hechos
sociales no se encuentran sujetos a la voluntad del hombre, sino que se resisten a su
intervención, lo restringen y lo limitan. Por otro lado, así como los fenómenos del mundo
natural, los hechos también operan de acuerdo a sus propias reglas. Logran una estructura ya
determinada que el hombre, mediante la investigación científica, es capaz de descifrar. El
mundo social tanto como el mundo natural se regula por leyes.

La forma en que procede el conocimiento en el positivismo es elementalmente inductivo,


entendemos por inducción como el pasaje de lo particular a lo universal, es el proceso por el
cual partiendo de la observación empírica, la identificación de repeticiones o regularidad en las
fragmentos de realidad que se estudian se logra alcanzar generalizaciones o leyes universales.

La proposición de que los sucesos de la vida social en la idea positivista de la sociedad


concuerda que las leyes naturales son inmutables, “el científico social, según Durkheim, es como
un explorador que «penetra en lo desconocido; debe sentir que está rodeado de hechos que
obedecen a leyes insospechadas, como podían ser las leyes de la vida cuando la biología aún no
existía; debe estar preparado para descubrir leyes que lo sorprenderán y lo desconcertarán”
(p.13)

En esta perspectiva positivista a lo largo del siglo xx se manifestó un incesante proceso de


revisión y adaptación, que se vio estimulado por el conocimiento de sus propias limitaciones y
la tentativa de superarlas. Mencionaremos el “neopositivismo”, cuyo planteamiento se da
imperantemente entre los años treinta y los años sesenta, y el “postpositivismo”, cuya evolución
suele identificarse a partir de finales de los años sesenta.

Esta nueva visión asigna un papel crucial a la crítica de la ciencia, redelineando el lugar que se
le concede a la filosofía, debiendo ceder el terreno teórico para otorgarle espacio al análisis
crítico de lo que se confecciona en las teorías de cada disciplina. “Por todo lo dicho parece
evidente que esta corriente de pensamiento concede una gran importancia a las cuestiones
epistemológicas, y resulta, por tanto, comprensible la influencia que tuvo sobre la metodología
de las ciencias, incluidas las ciencias sociales. Conviene recordar que uno de los postulados del
neopositivismo es la difundida convicción de que el sentido de una afirmación se deriva de la
posibilidad de formular una definición operativa a partir de ella para comprobar su validez.”
(p.15)

Cada objeto social, iniciando por el individuo, se delimita de un modo analítico partiendo de
una sucesión de atributos y propiedades, que se reducen a variables, y los fenómenos sociales
se asimilaban en técnicas de relaciones entre variables. La variable, con sus características
objetivas y neutrales, además de su operatividad matemática, se convertía en la protagonista
de la observación social.

Los fenómenos sociales se lograban registrar, medir, relacionar, elaborar y formalizar, y así las
teorías se podían corroborar o invalidar objetivamente y sin ambigüedades, debido a que la
investigación social se “despersonaliza” con la expresión de las variables, la medición de los
conceptos, la diferenciación entre variables dependientes e independientes, la consideración
de sus relaciones mutuas, la enunciación de modelos causales, ofrecía un instrumento formal
que admitía explicar la realidad social científicamente.

Por otra parte, el postpositivismo, se ha convencido de que la observación empírica y la propia


percepción de la realidad, depende de la teoría y por consiguiente, no se considera como dice
el autor una “fotografía objetiva”. Es decir que, hasta la búsqueda de la realidad depende de la
abertura mental del investigador, de su contexto social y cultural. “Es decir, partiendo de que la
realidad existe con independencia de la actividad cognitiva y la capacidad perceptiva humana,
el acto de conocer está condicionado por las circunstancias sociales y el marco teórico en que
se sitúa.” (p.17)

Esta nueva reinterpretación del positivismo rediseña las suposiciones originales y los objetivos
de la investigación social, pero las operaciones empíricas, mas allá de ser reinterpretadas, tienen
bases en la operacionalización, la cuantificación y la generalización.

“Los procedimientos operativos, las modalidades de obtención de datos, las operaciones de


medición, las elaboraciones estadísticas, no sufren variaciones de fondo. Se adoptan técnicas
cualitativas, pero sin restar importancia a las cuantitativas. Se adopta una mayor cautela
respecto a las conclusiones, pero las técnicas utilizadas son siempre las mismas.” (p.17)

Existe otro marco de referencia que hemos mencionado anteriormente, el interpretativismo,


el cual, entiende que las perspectivas teóricas en la investigación de la realidad social no puede
ser solamente observada, sino que debe ser interpretada. Este nuevo planteamiento se
comenzó a desarrollar a partir de los sesenta, sobre todo en la sociología estadounidense, dando
lugar a la diversidad de corrientes como el interaccionismo simbólico, la sociología
fenomenológica y la etnometodología, distintas una de la otra, pero con un elemento común
que los caracteriza, siendo este la interacción individual.

Según Weber, las ciencias sociales y las ciencias naturales se distancian, no particularmente por
su objeto o porque su fin sea estudiar los fenómenos sociales separadamente, estos también
buscan formas de generalización, sino que se diferencian por su «orientación hacia el individuo».

Dicha orientación afecta al método ya que para Weber el método es el de comprender. Se


trata de comprensión de forma racional que motiva los actos; se trata de interpretación:
“entender el objetivo de los actos, la magnitud del propósito y la intención de la acción
humana”(p.21)

El autor cuestiona de que forma se puede lograr objetividad mediante este enfoque
individualista. Y este cuestionamiento tiene mucho sentido, ya que, se parte desde la
individualidad del objeto de estudio, que es el individuo y el sentido que este le da a sus actos.
Para Weber el tipo ideal es una plausible solución para este problema, los tipos ideales son
maneras de actuación social que pueden ser halladas en la conducta de los individuos. El tipo
ideal weberiano se amplifica a la totalidad de los campos de lo social y puede posicionarse a
numerosos niveles de generalidad desde la particularidad del individuo hasta el conjunto de la
sociedad. Tratan de construcciones mentales del hombre que orientan su conocimiento. El tipo
ideal es una edificación racional coherente, absuelta de tergiversación. En cambio la realidad
puede ser mayormente compleja, contraria y desordenada.

“Si la sociedad se construye a partir de las interpretaciones de los individuos, y su interacción


es la que crea las estructuras sociales, para entender la sociedad debemos observar dicha
interacción. De aquí procede el descubrimiento y la valoración de un campo de investigación
completamente nuevo para la sociología, el mundo de la vida cotidiana, cuyo estudio se había
ignorado y considerado no científico hasta aquel momento.” (p.23)

El enfoque “subjetivista” es una reacción al planteamiento “objetivista” positivista, que al


asumir la realidad social y el accionar humano a algo meramente objetivo, ocultaba la dimensión
individualista y el aspecto «humano», lo que dista el entorno de los humanos y el mundo de las
cosas. “Precisamente lo que según el enfoque positivista alteraba la investigación «científica» y
debía excluirse de ésta, los componentes individuales, la motivación, la intención, los valores, el
libre albedrío, es resumen, la dimensión subjetiva no perceptible con los instrumentos
cuantitativos, se convierte aquí en el principal objeto de investigación.” (p.23)

El enfoque subjetivista obtendrá procedimientos y métodos ajustadas a la observación y el


análisis de la realidad empírica, dando lugar a la llamada «investigación cualitativa».

2.3. INVESTIGACIÓN CUANTITATIVA E INVESTIGACIÓN CUALITATIVA: COMPARACIÓN

En esta segunda parte del texto el autor hace una comparación entre la investigación
cuantitativa y la investigación cualitativa.

En principio diremos que en la investigación cuantitativa, inspirada en un paradigma


neopositivista, se basa en una estructura de fases lógicamente secuenciadas, la teoría precede
a la observación. En tanto que la investigación cualitativa se inspira en un paradigma
interpretativo, la relación y la teoría es abierta y participativa. La formulación de teoría para el
investigador cualitativo no se considera antes de la observación o el trabajo de campo, ya que
podría privar la capacidad de “compresión”.

En el enfoque positivista la operacionalización en forma de variables y depuración del


concepto se da antes de iniciada la investigación. En contra parte, en un enfoque interpretativo
el investigador no traslada el concepto en forma de variable al comienzo de una investigación.

El investigador neopositivistas no supone que la reactividad del objeto represente un


impedimento importante para la investigación y considera una cierto margen de “manipulación
controlada”. En la investigación cualitativa, “el enfoque naturalista como una intervención sobre
la realidad en la que el investigador se abstiene de toda manipulación, estimulación,
interferencia o perturbación de esa realidad, que estudia en su curso natural” (p.45), es
fundamental para en una investigación empírica.

En cuanto al sujeto estudiado el investigador cuantitativo se sitúa en un foco de observación


externo, neutral y distante. En cambio el investigador cualitativo se encuentra lo mas cerca del
sujeto que es analizado, debido a que se espera ver la realidad social desde la perspectiva de los
sujetos estudiados.

Resulta bastante difícil cumplir el ideal imperioso de ciencia objetiva libre de juicio de valor,
pero este problema se puede evidenciar concretamente en las investigaciones cualitativas pues
el investigador se relaciona en forma personal con el sujeto estudiado y se interesa por su visión
de la realidad social y su interacción con la misma.

En el caso de una investigación cualitativa la proximidad física con el estudiado y la interacción


con el mismo es primordial y una condición previa para la investigación. En el enfoque
cuantitativo el individuo estudiado se considera pasivo, la interacción con el sujeto se reduce
superlativamente.

En un enfoque cuantitativo el diseño de investigación se establece antes de la recopilación de


datos, es estructurado y cerrado y suele ser fijo. En cambio, en el enfoque cualitativo este diseño
no se considera fijo ni cerrado, sino que corresponde a un diseño flexible, esta abierto a cambios
durante el curso de la investigación.

En los estudios cuantitativos el investigador se preocupa por la generalización de los resultados


y la utilización de una muestra estadísticamente representativa. El investigador cualitativo,
prefiere la comprensión de los sujetos, por lo tanto para este no es importante la
representatividad estadística.

En investigación cuantitativa la totalidad de los sujetos reciben el mismo tratamiento. Por


consiguiente, el instrumento de investigación es el mismo para todos los casos. El objetivo final
de la recopilación de información es la “matriz de datos” y por ese motivo es importante la
uniformidad de este instrumento. La investigación cualitativa no busca la estandarización,
contrariamente, la falta de analogía en la información recabada es el objetivo del investigador
ya que busca distintos niveles de profundización según lo que sea pertinente.

En la investigación cuantitativa los datos son precisos y rigurosos. Se expresan con los términos
“objetivo” y “estandarizado”. “Objetivo quiere decir que los datos no deben estar influidos por
la subjetividad interpretativa del investigador, es decir, si cambiara el investigador, el resultado
de la observación debería ser el mismo, ni por la subjetividad expositiva del sujeto estudiado, es
decir, la misma situación aplicada a sujetos diferentes debería producir el mismo dato resultante
de la observación. Estandarizado quiere decir que los datos recopilados sobre los distintos
sujetos, y tal vez por investigadores distintos, deben ser comparables entre sí, para poder
compararlos.” (p.49). En la investigación cuantitativa lo que interesa es la profundidad y la
riqueza de los datos. Estos datos se consideran flexibles, referentes y subjetivos.

En el análisis de los datos es donde el autor considera que se observa la mayor diferencia entre
los estudios cuantitativos y cualitativos. “El efecto de la instrumentación matemática y
estadística utilizada en el enfoque cuantitativo, con sus tablas, gráficos, test estadísticos, etc.,
así como el complejo instrumental de ordenadores, bases de datos, programas de análisis
estadístico, etc., contrastan con la sobriedad de un análisis cualitativo, que no utiliza
herramientas estadísticas o matemáticas, y se limita a organizar el material empírico con la
eventual ayuda de instrumentos informáticos” (p.49). Las matemáticas para un enfoque
exclusivamente cuantitativo significa, como bien lo dice el autor, “el lenguaje de la ciencia”, por
lo que, es importante que todo concepto que se quiera analizar debe ser “medible” y para esto
las técnicas estadísticas son utilizadas exhaustivamente y a partir de la muestra poblacional que
se estudie lograr generalizaciones. Para un método cualitativo estas representaciones
matemáticas resultan inútiles de cierta forma y restrictivas y por ello se llegan a ignorar por
completo.

En la investigación cualitativa el objeto de análisis no se encuentra representado por la


variable, como se da en el enfoque cuantitativo, sino mas bien por el individuo en su conjunto.
Por otro lado, el objetivo de análisis que corresponde al paradigma interpretativo es
comprender a los sujetos o las personas que son estudiadas y dilucidar el punto de vista del
actor, mientras que, en el enfoque cuantitativo se espera explicar como varían las variables.

En cuanto a los resultados de la investigación también encontramos diferencias claras. Para un


enfoque cuantitativo se pregunta por los porqués, mientras, que la investigación cualitativa trata
de responder el como. Claramente se logra comprender que para una metodología cuantitativa
lo que se trata de lograr es una identificación causal, enlazando las variables entre si. En un
enfoque cualitativo, a menudo se realizan tipologías que representan el esquema teórico que
relaciona a los sujetos, lo que podríamos llamar lógica de la clasificación.

Finalmente para terminar con esta distinción entre lo cualitativo y lo cuantitativo diremos que
en el enfoque cualitativo se abarca pocos casos. El autor nos explica que se presentan
comúnmente lo que se denomina “estudio de casos”, es decir una investigación sobre una
circunstancia en concreto. Al ser mayor el número de casos o sujetos comprendidos en la
muestra, mayor posibilidad de ser representativa de la situación concreta y de esta forma, los
resultados serán aplicables y legitimados a la totalidad de la población. Y se concluye de esto
que la investigación cuantitativa tiene eventualmente mayor oportunidad de generalización que
los resultados de un enfoque puramente cualitativo.

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