Guia Practica ECP
Guia Practica ECP
Guia Practica ECP
net/publication/281120365
CITATIONS READS
5 4,159
1 author:
SEE PROFILE
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
Identidad profesional y preferencias profesionales en estudiantes de la escuela profesional de administración de negocios de una universidad privada de Arequipa
View project
All content following this page was uploaded by Walter Lizandro Arias Gallegos on 21 August 2015.
Conducta prosocial y
psicología positiva
Prosocial behavior and positive psychology
Resumen
En el presente artículo hacemos una revisión del constructo de conducta prosocial, su origen en
la psicología social, sus fundamentos conceptuales y sus explicaciones teóricas en relación con
la psicología positiva.Se analiza de manera resumida la producción sobre psicología positiva
en Lima y Arequipa, así como los modelos de intervención basados en la conducta prosocial y
las emociones positivas.
Palabras clave: Conducta prosocial, psicología positiva, empatía, bienestar psicológico.
Abstract
The article makes a review about the concept of prosocial behavior, its origin from social
psychology, its foundations and theoretical explanations related to positive psychology. The
production over positive psychology in Lima and Arequipa, as well as the models of intervention
based on prosocial behavior and positive emotions are analyzed in a brief way.
Key words: Prosocial behavior, positive psychology, empathy, psychological wellbeing.
A mediados de la década de los 80’ reaparece Los factores que facilitan la conducta prosocial,
un fuerte interés por la conducta prosocial, pero esta son la empatía, el juicio moral y las emociones positivas
vezdesde el campo de la psicología evolutiva. Uno de (Espinosa, Ferrándiz y Rottenbacher, 2011). En ese
los autores más productivos es N. Eisenberg, quien sentido, se ha propuesto que la conducta prosocial es
ha investigado la conducta prosocial y la crianza, la posible porque depende del grado de empatía que tiene
relación entre la simpatía y la ayuda, la empatía y la persona,aunque para algunos, la simpatía podría
conducta prosocial, el razonamiento moral prosocial, estar más asociada a la prosocialidad que la empatía
la personalidad altruista y las reacciones ante la ayuda, (Sánchez-Queija, Oliva y Parra, 2006). De hecho,
etc. (Molero, Candela y Cortés, 1999). Este autor ha una de las emociones con las que se le ha vinculado
propuesto un proceso del desarrollo moral prosocial frecuentemente es la empatía, entendiendo por ésta,
en cinco etapas y ha descubierto como uno de los una reacción emocional elicitada y congruente con
hallazgos más contundentes en este tema, que los el estado emocional del otro y que es idéntica o muy
sujetos empáticos son más sensibles a las demandas de similar a lo que la otra persona está sintiendo o podría
ayuda (Moñivas, 1996). tener expectativas a sentir (Sánchez-Queija, Oliva y
Parra, 2006). Una definición más simple es la de Mestre,
De esta cantera de investigaciones en psicología Frías y Samper (2004), que señalan que la respuesta
social, nos queda que la conducta prosocial debe empática incluye la capacidad de comprender al otro y
estudiarse en contextos interpersonales. Pero además, ponerse en su lugar.
hoy en día se sabe mucho más de la conducta prosocial
y diversos estudios han corroborado los hallazgos
Se debe tener en cuenta, que la empatía incluye cognición y los factores ambientales (Friedman,
tanto respuestas afectivas como experiencias vicarias, 2005). Uno de los primeros estudios que vinculó la
vale decir, capacidad para diferenciar entre los prosocialidad con la resiliencia, es uno que tuvo lugar
estados afectivos de los demás y habilidad para tomar en Hawái en la década del 60’, con niños de hogares
perspectiva cognitiva y afectiva respecto de lo que vulnerables, donde si bien los padres llevaban una
sienten (Garaigordobil y García, 2006). El tema de la vida licenciosa, los abuelos sirvieron de modelos para
empatía es vital dentro de la conducta prosocial, porque formar vínculos afectivos con estos niños, de modo que
existen relaciones positivas muy fuertes entre ésta y en lugar de asimilar los patrones de conducta negativos
la empatía en niños y adolescentes. Se sabe que altos de las figuras parentales, los valores de los abuelos
niveles de empatía generan una conducta cooperativa primaron gracias al apego establecido y los niños
y que los adolescentes antisociales presentan niveles expuestos a estos riesgos psicosociales, crecieron y se
de empatía más bajos (Arias, 2013b). Por otro lado, desarrollaron con éxito (Craig, 1999). Por todo ello es
los niños con altos niveles de aceptación por parte de que la conducta prosocial, la empatíay la resilienciason
sus compañeros son más empáticos, tienen un buen necesarios para el buen funcionamiento social.
autoconcepto y mejor autoestima. Los adolescentes
empáticos presentan también mayor estabilidad Ahora bien, diversas teorías explican el desarrollo
emocional y menos problemas psicológicos. Por de la prosocialidad, pero son tres los enfoques que
ejemplo, en el estudio de Garaigordobil y García abarcan los modelos teóricos más representativos.
(2006) las mujeres con alto grado de empatía mostraban La teoría evolucionista se basa en los mecanismos
conductas prosociales, liderazgo, autocontrol y pocas de parentesco, altruismo recíproco y la selección
conductas de retraimiento. Los varones que también grupal para explicar la prosocialidad. El enfoque
tenían conductas empáticas, presentaron conducta cognitivo señala que existe relación entre el juicio
prosocial, autocontrol, conductas asertivas, y más bien, moral y la conducta prosocial, de modo que a mayor
pocas conductas agresivas y antisociales. Vale decir madurez psicobiológica, mayor será la conducta
que la impulsividad, la hostilidad y la inestabilidad prosocial (Arias, 2014b). Las teorías del aprendizaje
emocional se relacionan con la conducta delictiva y social, por otro lado, consideran que es através de la
antisocial, y entre ésta y la empatía existe una relación experiencia directa y el modelamiento que se produce
inversa (Garaigordobil, 2005). el aprendizaje de conductas de ayuda hacia los demás
(Espinosa, Ferrándiz y Rottenbacher, 2011).
Hay consenso entonces con respecto a que la
empatía con el sufrimiento de los demás favorece los Aunque tienen un peso importante y se relacionan
actos altruistas y limita la agresión personal. Pero si con las teorías evolucionistas y de corte cognitivo,
bien se admite que la sensibilidad empática favorece las explicaciones genéticas se ubican después de
el altruismo y reprime la agresividad, el que una los modelos teóricos sociales, en cuanto a su poder
persona empática realice o no acciones altruistas explicativo de la conducta prosocial. Sin embargo,
depende de otros determinantes como los inductores no debe menospreciarse su relevancia. Hur y Rushton
sociales, las limitaciones que impone la situación, los (2007) por ejemplo, determinaron que el 55% de la
costos potenciales del acto, las habilidades sociales, conducta prosocial de niños entre 2 y 9 años está
las características de la víctima, etc. Los estudios determinada por factores genéticos.
concluyen que las mujeres alcanzan puntuaciones
más altas en empatía, en comparación con los varones Del lado de los determinantes sociales, son tres
(Mestre, Samper y Frías, 2002). los factores que condicionan la prosocialidad: la
socialización familiar, la educación y la interacción
Aunque no con tanta fuerza, otra variable que entre iguales (Redondo & Inglés, 2010). En el
se ha relacionado con la conducta prosocial, es la escenario familiar, la importancia del desarrollo de
resiliencia. La resiliencia, es la capacidad para superar la conducta prosocial recae sobre la crianza que dan
la adversidad a través de la adaptación exitosa (Ospina, los padres a sus hijos, pero a su vez, los factores que
2007), y está compuesta por el temperamento, la tienen injerencia en la forma como los padres crían
a los hijos son la infancia de los padres, las normas la motivación intrínseca y las metas de aprendizaje
educativas impuestas por la sociedad y las expectativas de los alumnos, así como con el logro o rendimiento.
de los padres para con sus propios vástagos (Córdova (Inglés, Martínez-González, Valle, García-Fernández
y Shiroma, 2005). y Ruiz-Esteban, 2011). Distintas manifestaciones
de la conducta prosocial se relacionan con el logro
En un contexto familiar, son cruciales tanto las académico. Entre estas se tiene a la empatía, la
relaciones con la madre como con el padre, así como cooperación, las habilidades sociales, la disciplina,
la implicación de ambos en la crianza, el control y el optimismo y el autocontrol (Redondo & Inglés,
el afecto, ya que son los pilares fundamentales en la 2010). Por el contrario, la ansiedad en la escuela y la
educación de los hijos y son las variables que predicen competitividad entre los compañeros de clase inhiben
un buen estilo educativo. Así, en la emocionalidad la conducta prosocial (Córdova &Shiroma, 2005).
de los hijos media la calidad de la expresividad
positiva que los padres les ofrecen, de manera que En ese sentido, dado que la escuela es un espacio de
las relaciones positivas entre los padres y los hijos socialización, las relaciones con pares son otro aspecto
se asocian con niveles más altos de internalización y vital para la formación de la conducta prosocial. Se ha
conciencia empática (Mestre, Tur, Samper, Nácher y visto que los adolescentes más populares suelen tener
Cortés, 2007). relaciones más satisfactorias con sus compañeros y
experimentan menos ansiedad social (Redondo &
Los modelos parentales y los estilos de crianza son Inglés, 2010). La amistad es un recurso invaluable para
muy importantes. Se sabe por ejemplo, que las mujeres la consolidación de la conducta prosocial. En un estudio
que presentan historia de malos tratos en sus familias de de Argumedo y Albornoz (2006) se pensó que el hecho
origen exhiben mayor grado de síntomas somáticos y de compartir experiencias traumáticas podría hacer
depresión y que las personas que han presenciado mayor que los niños institucionalizados construyan fuertes
conflicto interparental ven con mayor naturalidad la vínculos entre ellos, sin embargo, en su muestra con
agresión en las relaciones de pareja. Para el caso de los niños institucionalizados (que viven en un albergue)
varones, quienes han presenciado violencia entre sus y no institucionalizados, se encontró que el 7.89% de
padres son más machistas y agresivos (Rey, 2008). los niños institucionalizados no tienen un mejor amigo
y que en este grupo hay baja reciprocidad lo cual
Por otro lado, un elemento que está presente en podría ser un indicador de la existencia de relaciones
los hogares es la televisión, que desde una óptica superficiales en este grupo de niños. Esto da cuenta
educacional, tiene el poder de formar o degenerar claramente, de la importancia del establecimiento de
la conducta humana, y no puede pasarse por alto su vínculos afectivos en la familia, porque tendrán efectos
injerencia en él desarrollo de la prosocialidad, dadas en las relaciones con los niños que comparten espacios
las facilidades de acceso a este medio de comunicación recreativos o de estudio.
en la actualidad. En un estudio hecho por Ostrov,
Gantile & Crick (2006), se determinó que el 70% de En resumen, el ejemplo que reciben los niños
los programas de televisión muestran agresión física, de sus padres, la enseñanza de los profesores y
con 14 actos violentos por hora y se relacionó el tiempo la amistad con los compañeros son útiles para el
que los niños ven televisión con la conducta agresiva desarrollo de tareas de colaboración que permiten
reportada por los profesores. Pero también hubo aprender conductas prosociales (Pérez, Vergel y
asociación entre la televisión y la conducta prosocial, Rodríguez, 2007). Es decir que la educación moral de
ya que los niños que eran más prosociales tendían a la personalidad se da en el proceso de socialización y
ver más televisión sin contenidos violentos. decanta en las manifestaciones de prosocialidad como
componente conductual del desarrollo moral (Arias,
Sin embargo, así como en la familia, la escuela 2014b).Al respecto, Eisenberg señala que para estudiar
es otro entorno privilegiado para el aprendizaje de la la conducta moral es necesario incluir tanto la empatía
prosocialidad. Los estudios en contextos educativos como la regulación emocional (Mestre, Samper y
señalan que la conducta prosocial se relaciona con Frías, 2002).
más fuerte con las emociones positivas. Se trata de un el método psicométrico, el método descriptivo y el
patrón conductual representado por un conjunto de experimental para establecer inferencias, relaciones
valores y creencias adscritos a un estilo de vida que y causalidades entre las variables (Alarcón, 2009a).
tiene como prioridad la salud y la búsqueda de un La psicología positiva también tiene una visión más
sentido de equilibrio mental y físico. En este caso, la positiva del hombre. En ese sentido, comparte una
programación de metas y objetivos es vital, pues cuanto aproximación optimista de la humanidad con la
más detallados y mejor organizados son los planes,la psicología humanista y se distancia radicalmente del
visión positiva y saludable del futuro es más clara psicoanálisis. La psicología positiva plantea que las
(Moscoso, 1996). De ahí que la conducta prosocial emociones positivas llevan a la autorrealización de
tenga influencia en la calidad de vida de las personas, la persona, relacionando el bienestar con la salud, y
pues entre ellas median las emociones positivas. generando espirales de optimismo que perpetúan el
ciclo de vivencias positivas (Fredrickson y Losada,
2005).
Relaciones con la psicología positiva
y experiencias de intervención La psicología positiva aparece como corriente
Hemos dicho que la conducta prosocial es una de psicológica, el año 2000, debido a la publicación de
las formas de conducta moral, que puede ser definida Martin Seligman y Mihaly Csikszentmihalyi,que
también como una conducta positiva que se realiza para aparece en American Psychologist (Seligman, 2006).
beneficiar a otros, y donde la empatía y las emociones Aunque ha habido estudios previos sobre la felicidad
positivas son su base motivacional (Moñivas, 1996). como los de Ed Diener y el Cardenal Paul Poupard,
Los vínculos entre la conducta prosocial y la psicología es Seligman quien ha institucionalizado la psicología
positiva vienen dados por su orientación hacia el positiva y le ha dado un enfoque unificador que ha
establecimiento de relaciones positivas, empáticas, renovado diversos campos de la psicología pura y
cooperativas y responsables con el fin de beneficiar aplicada, como son la psicología clínica, la psicología
a otros (Inglés, Martínez-González, Valle, García- educativa y la psicología organizacional, por mencionar
Fernández y Ruiz-Esteban, 2011).Además, dado que la solo algunos. Con respecto a estos estudios previos
conducta prosocial cubre un amplio rango de acciones sobre felicidad, Diener concluye que las personas
positivas como ayudar, confortar, compartir, cooperar, más felices son aquellas que tienen la oportunidad de
dar o restituir (Espinosa, Ferrándiz y Rottenbacher, poner sus fortalezas en práctica de manera frecuente
2011); son evidentes sus relaciones con la psicología (Seligman, 2006), mientras que los estudios de
positiva. Por ejemplo, entre los factores generadores de Poupard señalan que las personas más felices son los
resiliencia se reconoce el buen humor, el afrontamiento goodfinders o los que hacen el bien (Poupard, 1992).
activo, el optimismo, las redes sociales, la autoestima En la actualidad se considera que ambos factores, las
y darle significado en la vida (Friedman, 2005). destrezas y habilidades bien desarrolladas, así como la
conducta prosocial, son las rutas que nos conducen a
Pero ¿qué es la psicología positiva? De acuerdo la felicidad.
con Alarcón (2009a) la psicología positiva es una
nueva corriente del pensamiento psicológico que se En ese sentido se deben distinguir dos enfoques
distingue por su objeto de estudio, sus métodos y su que se aproximan a la felicidad: el primero o enfoque
visión del hombre. En cuanto a su objeto de estudio, hedónico, está representado por la noción de bienestar
se centra en las emociones humanas, y de preferencia subjetivo, es decir que la felicidad se entiende como
las emociones positivas como la felicidad, la gratitud, algo relativo, en la medida que depende de cada
el optimismo, la esperanza, el perdón, el altruismo, el persona. El segundo es el enfoque eudaimónico que se
amor, etc. (Fredrickson, 1998, 2003, 2008). Además, centra en la autorrealización y la trascendencia. En este
aborda las emociones con una metodología científica, a enfoque el bienestar psicológico se define en términos
diferencia del psicoanálisis o la psicología humanista, de desarrollo del potencial humano y funcionamiento
que se basan en el método subjetivo, hermenéutico e psicológico pleno (Barra, 2011), por lo que se integran
interpretativo. La psicología positiva en cambio utiliza las dos líneas de investigación antes señaladas: la
que se centra en el desarrollo de las capacidades Masías y Hurtado, 2013). También hemos visto que las
y destrezas de las personas, y la que se avoca a la familias mejor integradas son las más felices (Arias,
conducta prosocial. En ambos casos se confluye en el Masías, Salas, Yepez y Justo, 2014), dato que también
desarrollo de fortalezas y virtudes, que son el núcleo ha sido también corroborado por Alarcón (2014) al
de una personalidad saludable y positiva. aplicar el FACES III y la Escala de Felicidad de Lima
a un grupo de 294 estudiantes universitarios, donde se
En general, una persona tiene alto bienestar concluyó que la cohesión familiar y la felicidad están
psicológico si experimenta satisfacción con su vida, de fuertemente relacionadas.
modo que el componente cognitivo de la satisfacción
es el bienestar, que es resultado de la integración Es importante que la psicología positiva esté
cognitiva que hacen las personas de cómo les fue en empezando a insertarse en la práctica terapéutica y la
el curso de su vida. Mientras que la satisfacción es intervención en contextos escolares y organizacionales.
un juicio cognitivo, la felicidad es una experiencia de Al respecto, se está desarrollando un enfoque más
afecto positivo (Casullo & Castro, 2000). Por ejemplo, positivo para tratar a las personas, es decir centrándose
el modelo de bienestar psicológico de Carol Ryff abarca en la salud más que en la enfermedad, en la solución
seis dimensiones: la autoaceptación, el crecimiento más que en el problema, en las fortalezas más que en
personal, el propósito de vida, las relaciones positivas las debilidades (Arias, 2013a). Esto es vital, ya que
con otros, el dominio ambiental y la autonomía. considerar la satisfacción personal y las emociones
positivas como contingentes resulta ser muy motivador,
En nuestro medio, el Dr. Reynaldo Alarcón, es para cambiar conductas y estilos de vida indeseables
quien ha llevado a cabo diversas investigaciones sobre (Moscoso, 1996). Igualmente útil, son los trabajos
la felicidad: él ha construido una escala factorial para en grupo, ya que los juegos cooperativos estimulan
medir la felicidad (Alarcón, 2006) y ha difundido a la conducta prosocial, fomentan la cohesión social,
través de ensayos y artículos de investigación sus disminuyen las conductas antisociales, aumentan
principales hallazgos (Alarcón, 2009a, 2009b, 2011, las habilidades sociales y la capacidad para resolver
2014). Entre estos se tiene que no hay diferencias en problemas (Garaigordobil, 2004).
las puntuaciones de felicidad con respecto a la edad o
el género de las personas, pero sí existen diferencias En ese sentido, potenciar las emociones positivas
significativas en cuanto al estado civil, siendo los y promover estados de alegría es muy benéfico
casados los más felices. También se ha visto que los para la persona, ya que las personas más felices y
motivos de felicidad de los peruanos son la familia, la satisfechas sufren menos malestar, tienen mejores
salud y la religión (Alarcón, 2000, 2001 y 2002). Cabe apreciaciones personales, un mejor dominio del
resaltar que estos resultados son congruentes con los entorno, y poseen mejores habilidades sociales
datos recogidos en otras realidades. para vincularse con las personas (Casullo & Castro,
2000). En consecuencia, diversas intervenciones
Por otro lado, en Arequipa hemos empezado a hacer apuntan precisamente, a favorecer la vivencia de
investigación rigurosa sobre estos temas. Algunos de emociones positivas en contextos cooperativos y
nuestros estudios indican que la felicidad se relaciona con una orientación prosocial. De ahí que se han
positivamente con la espiritualidad en el trabajo creado diversos instrumentos que miden la conducta
(Arias, Masías, Muñoz, Arpasi, 2013) e inversamente prosocial como el Prosocial Behavior Scale, Prosocial
con el síndrome de burnout (Arias, Masías y Justo, Reasoning Objective Measure, Prosocial Orientation
2014), lo que da cuenta de que los trabajadores felices Questionnaire, Interpersonal Reactivity Index, etc.
son más espirituales y presentan menor sintomatología (Martorell, Gonzalez, Ordoñez y Gómez, 2011), ya
de estrés laboral. Además, encontramos en una que con ellos se puede valorar de manera objetiva,
muestra de adultos mayores institucionalizados y no todas estas variables y sus relaciones, así como los
institucionalizados, que aquellos que viven con sus efectos pre y post test de la aplicación de programas
familias son más felices que los que se encuentran de entrenamiento en conducta prosocial.
en un asilo (Arias, Yepez, Núñez, Oblitas, Pinedo,
(2004). Prosocial behavior and behavior problems Fredrickson, B. L. (2003). The value of positive
independently predict maternal stress. Journal of emotions. American Scientist, 91(8), 330-335.
Intellectual and developmental disability, 29(4),
Fredrickson, B. L. (2009). Vida positiva. Cómo superar
339-349.
las emociones negativas y prosperar. Bogotá:
Casullo, M. M. & Castro, A. (2000). Evaluación de Norma.
bienestar psicológico en estudiantes adolescentes
Fredrickson, B. L. & Losada, M. F. (2005). Positive
argentinos. Revista de Psicología de la PUCP,
affect and the complex dynamics of human
18(1), 35-68.
flourishing. American Psychologist, 60(8), 678-
Córdova, M. J. y Shiroma, R. (2005). Cuestionario de 686.
ansiedad infantil: Características psicométricas
Friedman, M. (2005). La resiliencia en la niñez.
y análisis descriptivo comparativo. Avances en
Avances en Psicología, 13(1), 9-19.
Psicología, 13(1), 97-124.
Fagné, M. (2003).The role of autonomy support
Craig, G. (1999). Desarrollo psicológico. México:
and autonomy orientation in prosocial behavior
Prentice Hall.
engagement. Motivation and Emotion, 27(3),
Delgado, B.; Torregrosa, M.; Inglés, C. y Martínez, 199-223.
M. C. (2006). Comportamiento prosocial
Garaigordobil, M. (2004). Intervención psicológica
en estudiantes españoles y extranjeros: un
en la conducta agresiva y antisocial en niños.
estudio comparativo. Ponencia del V Congreso
Psicothema, 16(3), 429-435.
Internacional “Educación y Sociedad”, del 30 de
noviembre al 2 de diciembre, Granada, España. Garaigordobil, M. (2005). Conducta antisocial durante
la adolescencia: Correlatos socio-emocionales,
Durán, M.; Alzate, M.; López, W.; y Sabucedo,
predictores y diferencias de género. Psicología
J. M. (2007). Emociones y comportamiento
Conductual, 13(2), 197-215.
pro-ambiental. Revista Latinoamericana de
Psicología, 39(2), 287-296. Garaigordobil, M. y García, P. (2006). Empatía en
niños de 10 a 12 años. Psicothema, 18(2), 180-
Epps, S. R.; Park, S. E.; Huston, A. C. y Ripke, M.
186.
(2003). Psychometric analyses of the positive
behavior scale in the new hope project and the Gutiérrez, M.; Escartí, S. y Pascual, C. (2011).
panel study of income dynamics. Ponencia Relaciones entre empatía conducta prosocial,
preparada para Child Trends Conference on agresividad, autoeficacia y responsabilidad
Positive Outcomes, marzo, Washington D.C., personal y social entre escolares. Psicothema,
USA. 23(1), 13-19.
Espinosa, A.; Ferrándiz, J. y Rottenbacher, J. M. (2011). Hardy, S. A. &Kisling, J. W. (2006).Identity statuses
Valores, comportamiento pro-social y crecimiento and prosocial behaviors in young adulthood.A
personal en estudiantes universitarios después del brief report. Identity, 6(4), 363-369.
terremoto del 15 de agosto del 2007. Liberabit, Hur, Y, M, y Rushton, J. P. (2007). Genetic and
17(1), 49-58. environmental contributions to prosocial
Espinosa, P. & Clemente, M. (2008). Entrenamiento behaviour in 2 to 9 year old South Korean twins.
en perspectiva social y mejoras cognitivo- Biology Letters, 3, 664-666.
conductuales en menores con problemas de Inglés, C. J.; Martínez-González, A. E.; Valle, A.;
conducta. Ponencia en el XIII Congreso Nacional García-Fernández, J. M. y Ruiz-Esteban, C. (2011).
de Sociología, Castilla-La Mancha, España. Conducta prosocial y motivación académica en
Fredrickson, B. L. (1998). What good are positive estudiantes españoles de educación Secundaria
emotions? Reviewof General Psychology, 2(3), Obligatoria. Universitas Psychologica, 10(2),
300-319. 451-465.
Lizano, C. y Muñoz, V. (2005). Programa de desarrollo behavior during early childhood: a longitudinal
de conducta asertiva en niños y niñas de estrato study. Social Development. 15(4), 612-627.
socioeconómico bajo de Lima metropolitana.
Panagopoulos, C. (2008). Emotions, motivation and
Avances en Psicología, 13(1), 35-58.
prosocial behavior: field experimental tests of
Martorell, C. González, R. Ordoñez, A. & Gómez, O. the effects of alternatives civic duty appeals on
(2011). Estudio confirmatorio del Cuestionario voter turnout. Ponencia presentada en la 40th
de Conducta Prosocial (CEP) y su relación con Anniversary Conferemce of Yale University,
variables de personalidad y socialización. Revista noviembre, Yale, USA.
Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación
Pérez, D.; Vergel, A. E. y Rodríguez, C. E. (2007).
Psicológica, 32(2), 35-52.
La influencia de la amistad en la formación de
McKeachie, W. J. & Doyle, Ch. L. (1973). Psicología. cualidades morales en escolares cubanos de 9 a
USA: Fondo Educativo Interamericano S.A. 10 años. Revista Iberoamericana de Educación,
42(1), 1-13
Mestre, V.; Samper, P. y Frías, M. D. (2002). Procesos
cognitivos y emocionales predictores de la Poupard, P. (1992). Felicidad y fe cristiana. Estudio
conducta prosocial y agresiva: la empatía como del Consejo Pontificio para el diálogo con los no
factor modulador. Psicothema, 14(2), 227-232. creyentes. Barcelona: Herder.
Mestre, V.; Frías, M. D. y Samper, P. (2004). La Redondo, J. & Inglés, C. (2010). Diferencias de género
medida de la empatía: análisis del Interpersonal y curso académico en la conducta prosocial en
ReactivityIndex. Psicothema, 16(2), 255-260. estudiantes de educación secundaria. Revista
Investigium: Ciencias Sociales y Humanas, 1(1),
Mestre, V.; Tur, A. M.; Samper, P.;Nácher, M. J. y
10-23.
Cortés, M. T. (2007). Estilos de crianza en la
adolescencia y su relación con el comportamiento Rey, C. A. (2008). Habilidades prosociales, rasgos
prosocial. Revista Latinoamericana de Psicología, de personalidad de género y aceptación de la
39(2), 211-225. violencia hacia la mujer en adolescentes que
han presenciado violencia entre sus padres. Acta
Molero, C.; Candela, C. y Cortés, M. T. (1999). La
Colombiana de Psicología, 11(1), 107-118.
conducta prosocial: Una visión de conjunto.
Revista Latinoamericana de Psicología, 31(2), Rivera, A. N. (1980). Factores que determinan la
325-353. atribución de altruismo. Revista Latinoamericana
de Psicología, 12(1), 63-77.
Moñivas, A. (1996). La conducta prosocial. Cuadernos
de Trabajo Social, 9, 125-142. Sánchez-Queija, I.; Oliva, A. y Parra, A. (2006).
Empatía y conducta prosocial durante la
Moscoso, M. S. (1996). Hacia un análisis cognitivo
adolescencia. Revista de Psicología Social, 21(3),
del cambio conductual: El comportamiento social
259-271.
proactivo. Revista de Psicología de la PUCP,
14(1), 47-72. Seligman, M. (2006). La auténtica felicidad. Buenos
Aires: Vergara.
Ospina, D. E. (2007). Medición de la resiliencia.
Investigación y Educación en Enfermería, 25(1), Street, H.; Hoppe, D.; Kingsbury, D. y Ma, T.
58-65. (2004). The game factory: Using cooperative
games to promote pro-social behavior among
Ostrov, J. M.; Gentile, D. A. & Crick, N. R. (2006).
children. Australian Journal of educational &
Media exposure, aggression and prosocial
Developmental Psychology, 4, 97-109.