Centrales de Biomasa
Centrales de Biomasa
Centrales de Biomasa
¿Qué es biomasa?
(1). La biomasa es creada mientras las plantas absorben CO2 durante su fase de
crecimiento
(2). El hombre cultiva y usa la biomasa; por ejemplo, en forma de madera para fabricar
muebles, construir viviendas, etc.
(3). Eventualmente, la biomasa termina en basurales donde se descompone y libera su
CO2.
(4). Las centrales de biomasa son una variación humana de este ciclo. En vez de dejar
que se descomponga, la biomasa es quemada para generar energía para uso doméstico
e industrial.
La ventaja es que esta combustión libera el mismo volumen de CO2 que la
descomposición natural, sin alterar el equilibrio ambiental.
Cambio climático.
TIPOS DE BIOMASA:
La biomasa para energía se obtiene de los restos de aprovechamientos forestales, de
las industrias de la primera y segunda transformación de la madera, de los productos
agrícolas y forestales, de los residuos de explotaciones ganaderas, de la fracción
orgánica de los residuos sólidos urbanos, de cultivos implantados y explotados con el
único objeto de la obtención de biomasa, los denominados cultivos energéticos, y, en
general, de cualquier producto de origen orgánico susceptible de aprovechamiento
energético.
Biomasa natural:
La biomasa natural es la que se produce en ecosistemas naturales. La explotación
intensiva de este recurso no es compatible con la protección del medio ambiente,
aunque sea una de las principales fuentes energéticas en los países subdesarrollados.
La biomasa natural se produce sin la intervención del hombre para potenciarla o para
modificarla. Se trata fundamentalmente de residuos forestales:
Biomasa residual:
La biomasa residual es la que generada en las actividades humanas que utilizan materia
orgánica. Su eliminación en muchos casos supone un problema. Este tipo de biomasa
tiene asociadas unas ventajas en su utilización:
Reduce la contaminación y riesgos de incendios.
Reduce el espacio en vertederos.
Los costes de producción pueden ser bajos.
Los costes de transporte pueden ser bajos.
Evita emisiones de CO2.
Genera puestos de trabajo.
Contribuye al desarrollo rural.
Excedentes agrícolas:
Los excedentes agrícolas que no sean empleados en la alimentación humana pueden
ser considerados utilizados biomasa con fines energéticos. Este uso de productos
agrícolas utilizados en la cadena de alimentación humana ha provocado una mala fama
injustificada del uso de la biomasa con fines energéticos, al haberse acusado a este uso
de una subida del coste de determinados productos agrícolas que son la base de la
alimentación en muchos países del tercer mundo y en vías de desarrollo.
Estos excedentes agrícolas pueden ser utilizados tanto como combustible en plantas de
generación eléctrica como transformados en biocombustibles.
Cultivos energéticos:
Los cultivos energéticos son cultivos específicos dedicados exclusivamente a la
producción de energía. A diferencia de los agrícolas tradicionales, tienen como
características principales su gran productividad de biomasa y su elevada rusticidad,
expresada en características tales como resistencia a la sequía, a las enfermedades,
vigor, precocidad de crecimiento, capacidad de rebrote y adaptación a terrenos
marginales.
Entre los cultivos energéticos se pueden incluir cultivos tradicionales (cereales, caña de
azúcar, semillas oleaginosas) y otros no convencionales (cynara, pataca, sorgo dulce)
que están siendo objeto de numerosos estudios para determinar sus necesidades de
cultivo.