Ensayos
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Guillermo D. Rodríguez
Orden (composición) de un ensayo
• Conclusión parcial a
• Conclusión parcial b
Conclusión
• Conclusión parcial n
• Conclusión general
Hernán Flom (St. Andrew’s Scots School)
Introducción
Este trabajo propone analizar la relación del viejo Salamano, un vecino de
Mersault, el protagonista de la novela El Extranjero, y su perro, un animal desgastado por
los años, la sarna y los golpes de su amo, y el papel que dicha unión cumple en esta obra
de Camus. Pese a no ocupar una sección extensa de la obra, este vínculo es, sin duda, de
suma importancia por todas las conexiones que existen entre sus características y las
ideas principales del autor.
Principalmente, esta relación hace referencia a dos de los elementos que Camus
considera como manifestaciones claves de la absurdidad del mundo, algo que él detalla
claramente, tanto en la novela mencionada, El Extranjero, como en su otra obra
primordial del período previo a la Segunda Guerra Mundial, El Mito de Sísifo; esos dos
conceptos son el tedio y la vejez.
El tedio y la fuerza de la costumbre
Para empezar, el tedio se hace presente en las descripciones iniciales de esta
relación por parte de Mersault, quien relata como Salamano y su perro:
Parecen de la misma raza y sin embargo se detestan. Dos veces por día, a las once y a las
seis, el viejo lleva al perro a pasear. Desde hace ocho años no han cambiado el itinerario. 1[1]
No está de más aclarar que esta presentación se lleva a cabo durante la narración,
por parte de Mersault, de una escena típicamente barrial del domingo, en la cual la
monotonía se derrocha, y el tono seco y rengo del tedio impera sobre el vocabulario
utilizado.
La frase anterior deja en claro que Salamano y su perro se han dejado absorber a
tal punto por la fuerza de la costumbre-que ha logrado incluso que tomen un parecido
espeluznante el uno con el otro, cada uno apoderándose de los defectos del
compañero(Salamano, asimilando el aspecto sarnoso de su mascota y ésta, el andar
encorvado de su amo)- que transitan por el mundo como autómatas y, por lo tanto, sus
1[1]
Camus, A. El Extranjero, Emecé: Buenos Aires(1999) Traducción Bonifacio del Carril. Pp.43-4
vidas carecen casi totalmente de sentido 2[2]. Casi se podría uno arriesgar a decir que la
vida ya no tiene demasiada importancia para ellos pues, probablemente, al haber ya
cumplido con gran parte de su ciclo biológico, sienten que ya nada les espera, que no
existe el futuro y, por lo tanto, lo único restante es merodear por los mismos senderos
diariamente, llevando a cabo siempre a las mismas horas sus infaltables paseos cargados
de golpizas por parte del amo y de desafíos por parte del oxidado animal. En otras
ocasiones, Mersault frecuentemente repite frases de similar índole que apuntan a resaltar
con mayor ímpetu el tedio que gobierna las vidas de esta extraña pareja. Dicho sea de
paso, la situación en la que viven ellos no está demasiado lejos de ser un reflejo de la
existencia del mismo Mersault:
“Así todos los días...Hace ocho años que ocurre lo mismo.” 3[3]
La presencia de la fuerza de la costumbre es tan importante que ésta se puede
vislumbrar inclusive en el momento en que la rutina se ha interrumpido bruscamente,
pues Salamano ha perdido al perro, que se ha marchado repentinamente. Este concepto
es claramente visible ya que, cuando Mersault le dice que podría tener otro perro, la
respuesta del viejo es, obviamente, negativa, pero no por el hecho de que amase al que se
había extraviado, sino porque “estaba acostumbrado a él.” 4[4] Esto se tratara con mayor
profundidad en la sección de este trabajo titulada “La relación amor-odio.”(Véase Pp.3-4)
La vejez y la soledad
El otro elemento del absurdo, según Camus, que expone la relación entre
Salamano y su perro, es la vejez. Esta se manifiesta con mayor claridad en el momento
del relato en el cual se produce un quiebre fundamental en la vida de Salamano pues el
perro se ha escapado y Salamano, más allá de todos sus esfuerzos, no puede encontrarlo.
En este caso la vejez puede relacionarse, teniendo en cuenta las ideas de Camus, con que,
ahora que ha perdido al perro, Salamano se siente mucho más solo, y por lo tanto, más
viejo. Consecuentemente, se da cuenta de que tan poco tiempo le resta sobre esta tierra,
se percata de cómo ha dejado pasar los años casi sin darse cuenta y que nostalgia le
produce la idea de pensar que puede llegar a morirse sin tener a nadie a lado 5[5].
2[2]
Apuntes sobre Camus *, P.2
3[3]
Camus, A. Op.cit. P.44
4[4]
Ibíd. P. 69
5[5]
Apuntes sobre Camus, P.2
Haciendo referencia a esto último, el perro se había transformado en el mejor compañero
para el viejo tras la muerte de su esposa(“Cuando murió se había sentido muy solo” 6[6]) ,
y, pese a que Salamano lo tuvo desde que él era solamente un cachorro, “como un perro
vive menos que un hombre habían concluido por ser viejos al mismo tiempo 7[7]”,
compartiendo todas las miserias que acarrea la edad.
Quizás, el peor aspecto de la vejez que quiere señalar Camus, que probablemente
contribuya a convertirla en un elemento absurdo de la existencia humana y del mundo, es
que representa un mal al cual todos estamos destinados y nadie puede vencer, algo que
queda llanamente demostrado en la reflexión de Mersault que sucede al relato de
Salamano sobre cómo le aplicaba una pomada a la piel de su perro desde que adquirió
una enfermedad sarnosa:
“Pero según él su verdadera enfermedad era la vejez, y la vejez no se cura.” 8[8]
La otra consecuencia terrible que plantea el autor de la vejez es que, una vez que
uno se ve alejado de la rutina tranquila en la cual estaba sumergido, siente un derrumbe
inconmensurable en su interior y una incertidumbre que se aproxima al pánico, derivada
del saber con certeza que lo único que le quede ahora, quizás, es esperar a morir, encima
para empeorar el miedo, en soledad:
“¿No me lo habrán de agarrar, diga, señor Mersault? ¡Tienen que devolvérmelo! Si no,
¿qué va a ser de mí?” 9[9]
“Su vida había cambiado ahora y no sabía exactamente qué iba a hacer.” 10[10]
Esta segunda secuela desgraciada es muchísimo más trágica que la primera, ya
que uno no puede elegir morir o no, pues es un destino que está reservado a todos, pero sí
puede elegir la forma en que le gustaría llegar a ese momento y, a veces, hasta llegar a
cumplirla, contando así con una última satisfacción. El hecho de ser privado de ello es lo
que más hiere a Salamano, y lo hace consciente de que tan cerca se haya su triste y
solitario final, un temor que era capaz de vencer con la compañía de su perro.
6[6]
Camus, A. Op.cit. P. 69
7[7]
Ibid. P.70
8[8]
Ibid. P.70
9[9]
Ibid. P.60
10[10]
Ibid. P.71
La relación amor-odio
Este es otro de los conceptos claves del vínculo entre Salamano y su perro, ya
que, pese a que, cuando lo pierde, el viejo añora por la compañía de su sarnoso socio de
envejecimiento, contrariamente, cuando está con él, lo castiga con los más severos golpes
e insultos. Curiosamente, el viejo tiene una rutina hasta para aplicar las brutalidades
correspondientes a las fechorías del perro, ya que, cuando este tira demasiado fuerte de la
cadena o quiere orinar, el dueño le propina unos varios golpes certeros y al mismo
tiempo, vocifera violentamente las mismas palabras menospreciantes: “¡Cochino!
¡Carroña!” 11[11]
Otra frase que puede entenderse como una declaración de odio hacia el perro por
parte del viejo Salamano se manifiesta cuando, tras haberlo perdido, Mersault le dice que
si va a la perrera y paga algunos derechos, le devolverán a su perro, si es que se encuentra
allí, claro, a lo que el viejo responde, en tono colérico:
“¡Dar dinero por esa carroña! ¡Ah, que reviente!” 12[12]
Sin embargo, es innegablemente notorio, mediante las citas que son mencionadas
en la sección de este trabajo que trata con el concepto de la vejez(véase Pp.2-3), que
Salamano necesita desesperadamente a su perro y que, indudablemente, lamenta su
desaparición. Lo que se puede interpretar, por consiguiente, es que sus actitudes
peyorativas hacia el animal representan una faceta lamentablemente inherente del ser
humano: es incapaz de apreciar algo hasta que lo ha perdido ni de expresar sus
sentimientos auténticos hacia esa otra persona o, en este caso, mascota, en los momentos
en que está con ella. (Asimismo, también hacen referencia al contraste permanente que
gobierna la vida de los hombres.) Seguramente, Camus quiere enfatizar con esta idea uno
de los puntos clave de su pensamiento, que se desvía de las bases que asentaba el
existencialismo, la corriente filosófica a la cual él pertenecía, y que llevó a que él fuera
considerado un rebelde dentro de esta ideología. En fin, Camus alegaba que lo
primordial para soportar el sin-sentido de la vida, aún cuando el hombre estuviese
consciente de él, era gozarla hasta su mayor plenitud posible, lo que, a su vez, la
dignificaba 13[13]. Entre los medios para lograr dicho propósito se encontrarían,
11[11]
Ibid. Pp.44, 45, 55, 59
12[12]
Ibid. P.60
13[13]
Apuntes sobre Camus, Pp.2-3
obviamente, saber expresar los afectos hacia otros seres y disfrutar los momentos con
ellos, ya que son demasiado efímeros, como bien demuestra la inesperada pérdida del
perro. Esto no quiere decir que Salamano jamás haya sentido rencor hacia su compañero,
pero el hecho de que se haya habituado a insultarlo diariamente lo alejó cada vez más de
la idea de ser generoso con él, mostrándole el verdadero aprecio que le tenía por haberlo
salvado de la soledad que lo carcomía como la sarna que devoraba lentamente la piel del
animal. Extendiendo este razonamiento más allá del enfoque sobre únicamente la
relación entre Salamano y su perro, se puede observar que esta indiferencia con respecto
a los afectos también le trajo grandes problemas a Mersault, ya que, en el juicio, el factor
principal que conduce a su sentencia es el hecho de que no haya demostrado el más
mínimo sentimiento de pesar, congoja o lamento en el entierro de su madre. Esto se
podría interpretar como un mensaje del autor de que tarde o temprano las oportunidades
que desperdiciamos para desnudar nuestros afecto con nuestros seres queridos terminan
siendo perjudiciales para nosotros, tanto por no contar con la ocasión para hacerlo, de
modo que ya es demasiado tarde cuando queremos decir lo que realmente sentimos, o
porque contribuye a empeorar el juicio que tienen los demás sobre nosotros,
eventualmente condenándonos.
Bibliografía
Fuentes primarias
Camus, A. El Extranjero, Emecé: Buenos Aires(1999). Traducción
Bonifacio del Carril
Fuentes secundarias
*Los apuntes sobre Camus, mencionados en las notas al pie de página 2, 5 y 13,
están extraídos de los siguientes textos:
O’Brien, C.C. Camus, Grijalbo: Barcelona(1972). Traducción Albert
Roies
Thody, Ph. Albert Camus: A Study of his Work, Grove Press: New
York (1957)
Hourdin, G. Camus el Justo, Estela: Barcelona(1960). Traducción M.
Serra Cantarell
Clara O’Farrell (St. Andrew’s Scots School)
En su novela El extranjero, Albert Camus expresa sus ideas acerca de la absurdidad del
mundo y de la relación absurda del hombre con el mundo que lo rodea a través de la
forma en que utiliza los colores, que se vuelven símbolos de la relación de Meursault,
protagonista de la novela, con el mundo que lo rodea. En la novela, Camus utiliza
colores como el negro, el blanco, el rojo y, en menor medida, el amarillo, el azul y el
verde para expresar lo absurdo de la relación de Meursault, y de todos los hombres en
general, con el mundo.
El color negro aparece en El extranjero asociado con la muerte. El negro, utilizado
estrictamente como color, aparece, en el primer capítulo de la novela, asociado con la
muerte de la madre de Meursault, protagonista de la narración, y con el luto que éste
lleva como consecuencia de su muerte. En este capítulo aparecen ejemplos de la
utilización del color negro, como: “corbata negra”, “café negro”, “Vi que estaba vestido
de negro”, “cuatro hombres negros”, “género negro”, “nariz mechada de puntos
negros”, “fango negro”y “negro viscoso del alquitrán abierto, negro opaco de las ropas,
negro lustroso del coche”, que actúan como símbolo de la muerte de la madre del
protagonista. Es importante el hecho de que la novela comience con una muerte y que el
negro se repita constantemente como símbolo del fin de la vida, ya que para Camus la
absurdidad del mundo se manifiesta en el hecho de que la muerte se halla siempre
cercana.
El color negro aparece nuevamente relacionado a la muerte hacia el final de la novela,
durante el juicio, cuando aparece asociado con la muerte del propio Meursault. A partir
del comienzo del juicio, el color negro aparece como indicio de la inevitable muerte del
protagonista. El ejemplo más importante del uso del color negro como indicio de la
muerte de Meursault es el hecho de que dos de los jueces encargados del juicio del
protagonista estén vestidos de negro, lo cual es evidente cuando el narrador dice “Tres
jueces, dos de negro...”,y es un claro indicio que simboliza la inevitable y cercana
muerte del acusado. Esto refleja el hecho de que, para Camus, el mundo es absurdo, en
parte, porque la muerte es inevitable y el fin se encuentra siempre cercano a todos los
hombres.
El negro también aparece en la novela, no sólo estrictamente como color, sino también
relacionado a la oscuridad, a las sombras y a la falta de luz. En El extranjero, la
oscuridad y la sombra aparecen constantemente cuando se describe la rutina en la vida
de Meursault, ya que el protagonista se siente cómodo y vive constantemente en la
oscuridad y la sombra, que representan la monotonía, la indiferencia y el tedio. El hecho
de que se utilicen colores, como el negro, que se relacionan a la oscuridad refleja el
hecho de que Meursault, quien vive rodeado de oscuridad, es un personaje indiferente,
quien vive atrapado en la monotonía y el tedio, y por lo tanto no le encuentra sentido a
su vida. El uso de frases como “el cielo se oscureció”, “había dejado en la calle una
promesa de lluvia que la volvía más sombría”, “la noche ya oscura”, “trataba de perforar
la oscuridad del pasillo”y “Hay palomas y patios oscuros”refleja el hecho de que, para
Camus la absurdidad del mundo se debe, en parte, al hecho de que el tedio se apodera
del hombre y la vida pierde todo sentido.
El color blanco aparece también en la novela y tiene el efecto de incomodar al
protagonista. Meursault, protagonista de El extranjero, muestra, especialmente en el
primer capítulo de la narración, después de la muerte de su madre, una obsesión por la
blancura y por todos los objetos blancos que lo rodean, ya que estos parecen herirle y
causarle daño. Meursault, quien vive en la oscuridad, nota que el color blanco, el cual
aparece generalmente después y antes de una muerte, en los momentos de tensión de la
novela, lo daña y lo incomoda y él huye del blanco y se refugia en la oscuridad. En la
novela se crea, por lo tanto un contraste entre el blanco brillante y dañino y el negro y la
oscuridad. El contraste entre el blanco y el brillo dañino y la oscuridad aparece asociado
con la muerte en la novela, ya que el blanco aparece frecuentemente durante el velorio
de la madre de Meursault, creando un contraste con el negro del luto, y aparece
nuevamente el brillo en los momentos previos al asesinato, creando un contraste con el
anhelo del protagonista de refugiarse en la sombra, y aparece una tercera vez el blanco,
esta vez relacionado a la claridad y a la luz, cuando Meursault espera el alba del dia de
su ejecución durante las oscuras noches en su celda. En la novela aparecen frases como
“deslumbrante de blancura”, “El resplandor de la luz contra las paredes blancas me
fatigaba”y “pureza que hería los ojos” que contrastan con oraciones como “alcanzar la
sombra y su reposo”.
En la novela el blanco aparece también relacionado a la luz, la claridad y el brillo. La
luz y los objetos brillantes, como los objetos blancos, tienen el efecto de incomodar y
herir a Meursault, y, en los momentos de extrema tensión, cuando el protagonista sale
de su indiferencia, gran cantidad de luz y de objetos brillantes actúan como estímulos
que lo sacan de juicio y lo inducen a la violencia. En los momentos previos al asesinato,
aparecen gran cantidad de objetos relacionados a la luz y a la claridad que tienen el
efecto de herir a Meursault, como “halo deslumbrante”, “la claridad del día, lleno de sol,
me golpeó como una bofetada”, “el sol caía casi a plomo sobre la arena y el resplandor
en el mar era insoportable”, “enceguecedora lluvia que caía del cielo” y “espada de luz”,
ya que todos estos actúan como estímulos que lo inducen a matar al árabe en la playa.
Esto refleja el hecho de que, para Camus, la absurdidad de la vida radica también en el
hecho de que el mundo en sí es absurdo y la naturaleza se vuelve, por momentos, hostil.
El color rojo aparece a lo largo de la novela generalmente asociado a la muerte. El color
rojo aparece en la novela asociado, en muchos casos, con la sangre y actúa como indicio
de la muerte y de la violencia. El color rojo actúa como indicio del asesinato del árabe y
del crimen cometido por Meursault a raíz del ataque sufrido por Raimundo, ya que, a lo
largo de la primera parte de la novela y especialmente en los momentos previos al
crimen, aparecen frases como “rostro ensangrentado”, “la arena recalentada me parecía
roja”, “resplandor rojo” y “color rojo sangre” que actúan a modo de indicio de la sangre
árabe que Meursault verterá en la playa. El color rojo también actúa a modo de indicio
de la muerte del propio Meursault, ya que, este color adquiere importancia en los
capítulos que narran el juicio. El más claro indicio de la muerte del protagonista está
dado por el hecho de que el procurador y uno de los jueces encargados de su juicio estén
vestidos de color rojo, lo cual refleja el color de la sangre de Meursault que se
derramaría inevitablemente sobre el cadalso en el momento de cumplirse la sentencia.
El hecho de que halla constantemente indicios de la muerte de Meursault refleja el
hecho de que, según el autor, el mundo es absurdo, en parte, porque la muerte es
inevitable y se encuentra siempre cercana.
En los momentos de la narración que preceden al asesinato del árabe por parte de
Meursault, aparecen gran cantidad de colores asociados con la naturaleza y con los
factores naturales que rodean a Meursault que actúan como estímulos que causan
reacciones violentas por parte del protagonista. En capítulo en que se relata el crimen
cometido por Meursault, aparecen colores como el amarillo, el azul y el rojo que, a raíz
del calor y de la luz incomodan y estimulan a Meursault, causando que éste llegue a
cometer un asesinato. En este capítulo aparece el amarillo, relacionado al sol cuya luz
intensa incomoda y agobia a Meursault y cuyos reflejos hacen que todo lo demás a su
alrededor también lo incomode y lo hiera, y relacionado también a la arena, la cual lo
agobia por retener el calor y la luz del sol. Algunos ejemplos del uso del color amarillo
en este capítulo son: “la claridad del día, lleno de sol, me golpeó la cara como una
bofetada”, “El sol caía casi a plomo sobre la arena”, “medio amodorrado con tanto sol
sobre la cabeza desnuda”y “arena recalentada”. El azul aparece también en los
momentos previos al episodio en que el protagonista mata a un árabe, relacionado con el
mar, que actúa como un espejo para la insoportable luz del sol y lo agobia con sus
molestos reflejos que le dañan los ojos. Esto es evidente cuando Meursault dice:
“océano de metal hirviente”. El color rojo también aparece como estímulo para el
asesinato del árabe cuando el protagonista se encuentra en la playa, ya que, bajo la
influencia del sofocante calor argelino, todo lo que rodea a Meursault adquiere un tono
rojizo. Esto es evidente cuando el protagonista dice: “La arena recalentada me parecía
roja”y “la playa roja”. El hecho de que algunos de los colores relacionados con la
naturaleza y con el paisaje argelino refleja el hecho de que, para el autor de la novela, la
absurdidad del mundo radica, en parte, en el hecho de que el mundo es absurdo y la
naturaleza se vuelve, en ciertos casos, hostil y agobiante.
El color azul, en cambio, aparece asociado al bienestar y a los pocos momentos de
felicidad que experimenta Meursault. El color azul aparece relacionado al mar y al agua
y, por consecuencia, aparece relacionado a los momentos en que nada con María y
siente el bienestar que la produce la frescura del agua y la satisfacción que le causa el
hecho de estar con María. Esto es evidente cuando Meursault dice: “El agua estaba fría
y me gustaba nadar. Nos alejamos con María y nos sentimos unidos en nuestros
movimientos y en nuestra satisfacción”. El azul también aparece relacionado con el
color del cielo argelino, del que Meursault dice: “Fui asaltado por los recuerdos de una
vida que no me pertenecía más, pero en la que había encontrado las más pobres y las
más firmes de mis alegrías:[...] un cierto cielo de la tarde..” El azul también aparece en
la novela asociado al nombre del gran amigo del protagonista, Celeste, a quien
Meursault aprecia y quien constituye una de sus pocas amistades.
El color verde aparece también en los momentos de felicidad y bienestar del
protagonista de la novela. El color verde aparece, por ejemplo, cuando Meursault vuelve
a su casa después de una tarde de trabajo y dice “El cielo estaba verde. Me sentía
contento”, y cuando él, Raimundo y María se dirigen hacia la casa de Masson,
caminando cerca de la costa de Argel y el protagonista dice: “Caminamos entre filas de
pequeñas casitas de cercos verdes o blancos”. El color verde aparece por última vez en
la obra cuando Meursault se encuentra tendido en su celda, mirando el cielo mientras
espera el día de su ejecución, cuando dice: “Se volvía verde: era la noche”. En este
momento el verde se vuelve un símbolo de la esperanza para Meursault, quien ha
descubierto que ha logrado sobrevivir un día más y espera que el día siguiente no sea el
de su ejecución, para poder prolongar su vida siquiera un día más.
En la novela El extranjero, Albert Camus explora lo absurdo de la relación del hombre
con el mundo a través de los colores, utilizando colores como el negro y el rojo para
expresar lo absurdo de la relación del hombre con la muerte, el blanco, el azul, el
amarillo y el rojo para describir lo absurdo de la relación del hombre con el mundo en sí
y con la naturaleza y el negro para caracterizar la importancia del tedio en la creación de
la absurda relación que existe entre el hombre y el mundo que lo rodea.
Francisco Oteiza (St. Andrew’s Scots School)
Francisco Oteiza
Francisco Oteiza (St. Andrew’s Scots School)
Francisco Oteiza
Francisco Oteiza (St. Andrew’s Scots School)
Ahora bien, continuando con el punto sobre la religión como opio de las masas,
vemos claramente como, en la situación límite en la que encontraba Meursault, hubiese
sido más fácil decidirse por aceptar la religión como causa y justificación de los eventos
para así evitar confrontarse con la realidad. Si hubiese optado por creer en Dios y en la
vida después de su muerte, no sentiría que se lo iba a privar por completo de su vida,
únicamente de su vida terrenal. Si hubiese decidido que lo que le iba a ocurrir era una
decisión divina no se hubiese molestado en mirar atrás y darse cuenta que efectivamente
era feliz. Por consiguiente, resulta de vital importancia la caracterización de la religión
como método evasivo de la realidad y de los conflictos.
En la novela, podríamos concluir que el conflicto central es la absurdidad de la
realidad y la falta de sentido de la vida. Por lo tanto, la religión aparece como una
aparente solución a la cuestión pero que es únicamente un método evasivo y
manipulador. La vida digna se alcanza al no dejarse convencer por las seguridades
ofrecidas por la religión y al aceptar la vida absurda por antonomasia. Es también un
carácter importante en la sociedad que crea esa distancia con Meursault, quien, al no
tener esa hambre de certezas se siente un extraño en un contexto de adversidad y de
hombres descarriados. Obra clave del existencialismo del siglo veinte, El extranjero
combina la cuestión básica de la absurdidad del hombre y la respuesta a esta por parte de
Camus, la aceptación como único camino hacia la dignidad y rebeldía.
Francisco Oteiza
Marcelo Schnock (St. Andrew’s Scots School)
Albert Camus es quizás uno de los más prestigiosos escritores del siglo XX, y “El
Extranjero”, una de sus obras maestras. Es a través del personaje principal, Meursault, que
Camus logra transmitir sus ideas vanguardistas en un siglo de cambios y divergencias. La
absurdidad del mundo se manifiesta a partir del tedio, la vejez, la sociedad y el mundo;
todos relacionados de una u otra forma con nuestro personaje principal. Meursault es
entonces un personaje increíblemente bien logrado; totalmente antónimo a los personajes
centrales a los que estamos acostumbrados a contemplar. Por medio de su indiferencia,
desamor y sinceridad atrae al lector, haciéndolo sorpresivamente entrar en una gran duda:
¿Es Meursault tan extraño como parece? ¿Logramos realmente ser rebeldes en un mundo
sin sentido?
El principal rasgo a detectar en Meursault es su indiferencia incondicional.
Meursault es indiferente ante su madre, su novia, la amistad; en fin, Meursault es
indiferente ante la vida; parece como si nada lo afectase. Apenas comenzado el relato, se
anuncia la muerte de su madre, y su reacción es la siguiente: 1 “Hoy ha muerto mamá. O
quizás ayer. No lo sé.” No sólo no le importa su muerte si no que la culpa por arruinarle su
diversión: 2 “Hacía mucho que no iba al campo y sentía el placer que habría tenido en
pasearme de no haber sido por mamá”. Inclusive, Meursault desconoce la edad de su
propia madre; sabemos esto ya que cuando se le pregunta si era vieja él responde lo
siguiente: 3 “ “Más o menos”, pues no sabía la cifra exacta.” Para finalizar con el tema de
la madre, Meursault expresa lo que siente antes de volver a su vida cotidiana: 4 ” Pensé que.
después de todo. era un domingo de menos. que mamá estaba ahora enterrada, que iba a
reanudar el trabajo y que, en resumen, nada había cambiado.” Al leer esto, el lector
permanece boquiabierto. ¿Cómo es posible que alguien reaccione así ante la muerte de una
madre? Instantáneamente, uno piensa en la gran dimensión de crueldad que existe en
Meursault. Pero luego de la culminación de la novela y una profunda reflexión, nos
detenemos a pensar que Meursault no es tan cruel como parece. En el juicio se lo juzga por
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no llorar en el entierro de su madre. Esto nos muestra como la sociedad impone reglas en
sus integrantes; está ya acordado que uno debe llorar y penar ante la muerte de un ser
querido, sino será castigado. De aquí entonces parte la gran pregunta: ¿ Cuántos de
nosotros siente algo parecido a Meursault, pero llora y pena por compromiso, por miedo al
castigo social?
Prosiguiendo con el tema de la indiferencia, Meursault toma la misma perspectiva
ante María, su amante. A lo largo de la historia, Meursault deja en claro que no la ama a
María, sino que sus deseos físicos y sexuales son los únicos que lo atraen a ella: 5 “Cuando
rió, tuve nuevamente deseos de ella. Un momento después me preguntó si la amaba. Le
contesté que no tenía importancia, pero que me parecía que no.” Nuevamente, aquí se
presente la total indiferencia ante el prójimo a un nivel tan alto que podríase juzgar de
inhumano. Pero curiosamente notamos nuevamente la aparición de una nueva pregunta:
¿Nunca nadie sintió solo deseos sexuales por alguien y utilizó el falso amor para
obtenerlos? Meursault en cambio no miente. Él expresa lo que le sucede y no necesita
mentir para obtener lo que quiere.
Meursault es indiferente ante la amistad inclusive. Raimundo necesita un amigo
urgente; posiblemente no soporte la soledad o quizá la sociedad se lo imponga. Meursault,
en cambio, se encuentra bien como está: 6 “Me era indiferente ser su camarada y él
realmente parecía desearlo.” Meursault no buscará un amigo por necesidad o por presión si
siente que la soledad es una buena compañía. Nos preguntamos entonces: “¿ Alguna vez
hemos buscado una amistad por conveniencia o para aparentar algo ante la sociedad?
Cada dato que aporta Meursault es verdadero y sincero. Lo que dice parte de lo más
profundo de su ser. Aunque esto sea cruel, él no esconde nada y lo da a conocer. El más
7
claro ejemplo de su autenticidad es su opinión acerca de su madre: “Sin duda quería
mucho a mamá, pero eso no quería decir nada. Todos los seres normales habían deseado
más o menos la muerte de aquellos a quienes amaban.”
Todas estas preguntas que nos hemos formulado están presentes en el mundo
absurdo en el que vivimos. La sociedad impone reglas a las que debemos responder,
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aunque cumplirlas signifique acudir a la mentira y deshonestidad; por lo contrario seremos
juzgados y castigados. Esto nos lleva a pensar que Camus nos quiere transmitir la idea de
que muchas veces la indiferencia es sincera y verdadera. Meursault es indiferente pero al
mismo tiempo es honesto y fiel a sus sentimientos. Él no quiere esconderse hipócritamente
detrás de una máscara y pretender ser alguien que no es para ser aceptado, lo que concluye
costándole su propia vida.
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La razón por la cual Meursault hace referencia al cansancio y al sol es porque él se
siente atraído por las curiosidades que le interesan a él: 11 “No presté más atención a ese tic
porque estaba ocupado en gozar del bienestar que me producía el sol.” Meursault es
entonces muy observador y atento a cosas que uno no está acostumbrado a detectar y pasan
desapercibidas: 12 “ Los veía como no he visto a nadie jamás. y ni un detalle de los rostros
o de los trajes se me escapaba.” 13 “Noté que el que tocaba la flauta tenía los dedos de los
pies muy separados.” Meursault también valora detalles de la vida cotidiana que uno no
acostumbra a valorar: 14 “Antes de abandonar la oficina para ir a almorzar me lavé las
manos. Me gusta mucho ese momento a mediodía. Por la tarde encuentro menos placer
porque la toalla sin fin que utilizamos está completamente húmeda...”
Camus presenta al tedio como una de las manifestaciones del absurdo. En “El
Extranjero” lo hace a través de Meursault. El personaje se encuentra constantemente en el
aburrimiento: 15 “Luego estuve fumando cigarrillos hasta mediodía, siempre acostado(...)
Después del almuerzo me aburrí un poco y erré por el departamento. (...) También me lavé
las manos y, para concluir, me asomé al balcón.” Meursault sólo espera el paso del tiempo,
sin nada que hacer. Su vida es monótona y rutinaria, por eso decide tomar lugar en la pelea
contra los árabes, y hasta quizás se ofrece a llevar el revólver porque inconscientemente
quiere y necesita que algo diferente y excitante suceda en su vida.
Resulta interesante resaltar la objetividad que posee Meursault. 16 En su propio
juicio dice que le interesa ver un proceso, ya que nunca había tenido la oportunidad de
hacerlo en su vida. 17 “Aun en el banquillo de los acusados es siempre interesante oír hablar
de uno mismo.” Está característica que posee Meursault es admirable, el hecho de
abstraerse a una situación tan personal y subjetiva y mirarla desde afuera, resulta casi
imposible a simple vista.
Quizás alguien se atreva a decir que Meursault carece de sentimientos, lo que es
incorrecto. Meursault siente y se emociona, y más aún cuando reflexiona y medita en
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cárcel: 18 “...por primera vez desde hacía muchos años tuve un estúpido deseo de llorar
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porque sentí cuánto me detestaba toda esa gente.” ; “...encontré uno por uno, surgidos de
lo hondo de mi fatiga, todos los ruidos familiares de una ciudad que amaba y de cierta hora
en la que ocurríame sentirme feliz.” Podemos ver entonces que Meursault sí posee
sentimientos como todos, únicamente que no los manifiesta habitualmente.
Concluyendo, Meursault es uno de los personajes mejores logrados de la literatura
del siglo XX. Lo increíble del personaje es que a primera vista su indiferencia sorprende e
inmediatamente se lo juzga de cruel e insensible (como lo hace toda la sociedad); pero
luego de una profunda reflexión nos damos cuenta de que no se lo debe juzgar a Meursault
por ser honesto y auténtico. ¿Cuántos de nosotros somos Meursault por momentos pero lo
escondemos detrás de una máscara hipócrita? Camus quizás exagera tal indiferencia y
honestidad en Meursault para que el mensaje se comprenda por completo. La indiferencia
no es una característica únicamente en Meursault, sino que es una característica primordial
en el ser humano, sólo que solemos esconderla para complacer a los individuos en nuestra
sociedad. Creo yo que cabe destacar lo hábil que es Meursault al poder ignorar las normas
de la sociedad y mostrarse tal cual es. No se debe juzgar a Meursault por su indiferencia,
sino admirarlo por su honestidad. Deberíamos como sociedad moderna y civilizada que
somos, como Meursault, ser fieles a nuestros pensamientos y no discrepar entre los
sentimientos y los actos. Meursault muere feliz y orgulloso de haber vivido una vida
auténtica y verdadera, ¿podremos nosotros hacer lo mismo?
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Introducción
Hanna que le quedan a Michael. Es preciso aclarar que las llamo imágenes no por el
significado técnico literario sino porque así están nombradas en la obra, es el nombre
“Es una de las imágenes que me han quedado de Hanna. Las tengo
guardadas, puedo proyectarlas en una pantalla y contemplarlas, siempre
invariables, sin señal de desgaste. A veces paso mucho tiempo sin traerlas a
la mente. Pero siempre vuelven en algún momento, y entonces hay veces en
que me veo forzado a proyectarlas y mirarlas repetidamente, una tras
otra.”(Schlink: 61)
El hecho que a Michael le queden tan grabadas estas imágenes tiene relación a
la importancia que de su relación con Hanna en su vida. Podría decirse que estas
principales.
Imagen 1
“Se puso en equilibrio sobre una pierna, apoyó sobre la rodilla la punta del
pie de la otra, se echó hacia delante, metió la punta del pie en la media
enrollada, la apoyó sobre la silla, se subió la media por la pantorrilla, la
rodilla y el muslo, se inclinó a un lado y sujetó la media con el liguero. Se
incorporó, quitó el pie de la silla y cogió la otra media.
Yo no podía apartar la vista de ella. De su nuca y de sus hombros, de sus
pechos, que la combinación realzaba más que ocultaba, de sus nalgas, que se
apretaron contra la combinación cuando ella apoyó el pie sobre la rodilla y
lo puso sobre la silla, de su pierna, primero desnuda y pálida y luego en el
brillo sedoso de la media.”(Schlink: 18)
obnubilado. Plantea el deseo que siente Michael hacia ella y el juego de seducción que
Hanna plantea. Ella es consciente que él puede verla pero aún así ella se desviste.
y ella seduce a Michael. No hay contacto físico pero la imagen está colmada de
sensualidad y erotismo.
Imagen 2
concreto de su relación. Ella siempre está por encima de él, envolviéndolo, es la que
lleva la iniciativa. Esto se mantiene por gran parte de la relación hasta que Michael
papel en la relación. Michael, sorprendido por lo que está sucediendo, no tiene reacción
la casa de Hanna, están solos y es ella quien se impone sobre Michael. Representa la
primera etapa. Michael no está muy seguro de lo que está pasando, aunque lo disfruta.
Imagen 3
“Ella tenía una bicicleta con los radios, los pedales y los platos protegidos, y
llevaba un vestido azul con falda ancha que aleteaba al viento. Al principio
yo temía que la falda se enganchara entre los radios o los piñones y Hanna
se cayera, pero luego se me pasó el miedo y empecé a disfrutar viéndola
pedalear delante de mí.”(Schlink: 54)
Aquí la pareja sale al mundo, Michael asume la relación y siente un afecto muy grande
hacia Hanna más allá de la atracción sexual. A diferencia de las imágenes anteriores
Hanna está con ropa, lo que demuestra que la relación dejó de ser simplemente algo
sexual sino que ya hay un vínculo afectivo ente ellos dos. El más claro ejemplo es la
preponderancia de uno sobre otro, Michael busca su papel dentro de la relación. En las
imagen también habla sobre una etapa en la relación. Michael está profundamente
Imagen 4
afuera otra vez como en la primera escena pero esta vez ella no está siendo sensual ni
erótico, ella está en un momento de debilidad, en este ámbito él es más que ella, en este
ámbito es él quien tiene experiencia. Hanna está lamentado todo lo que se pierde y
vive Hanna por no poder leer ni escribir, se ve inunda por un conocimiento al que nunca
El camisón de seda
“Le regalé el camisón de seda. Era de color morado, tenía unos tirantes muy
finos que dejaban a la vista los hombros y los brazo, y le llegaba hasta los
tobillos. Era una tela tornasolada y brillante. Hanna estaba contenta, reía,
estaba radiante. Se miró de arriba abajo, se dio la vuelta, dio unos pasos de
baile, se miró en el espejo, contempló brevemente su reflejo y siguió
bailando.”(Schlink: 63)
lo que demuestra que es una relación que tiene a Hanna como personaje principal ya
que en lo que más se fija él es en cómo se siente ella, si ella está feliz él está feliz. Esta
se vuelve a ver refleja esta vez en un espejo pero en vez de estar triste y rodeada por
oscuridad está feliz y radiante, ya que su aspecto físico es el aspecto que más aprecia de
La escena no deja de ser sensual pero más que erotismo transmite la felicidad
del momento. Hanna entró al mundo de Michael y está feliz de estar con él.
Imagen 6
Fin de la relación
Esta imagen, que ocurre mientras Michael está en la pileta con sus amigos, es
sino para el jurado que juzga su caso. Es la imagen menos sensual y la más incómoda
para Michael que siente a Hanna entrometiéndose en la vida que tiene con sus amigos y
compañeros del colegio. La falta de intimidad hace que la imagen dure poco tiempo y
Conclusión
Las imágenes que le quedan a Michael representan las distintas etapas que
ser una amante para luego generar un vínculo que lo marca de por vida. Michael le abre
las puertas de su vida a Hanna, pero la incomprensión que genera el secreto que tiene
Bibliografía
Fuentes primarias