III Viacrucis

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PRIMERA ESTACIÓN

Jesús es condenado a muerte

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,


que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.

Del Evangelio según san Lucas

«Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes... Esta copa es la nueva alianza,
sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes». Palabra del Señor.

Meditemos

Tantos jóvenes condenados a muerte, tantos que viven dramáticamente la vida


metidos en la droga, en el hospital con enfermedades incurables. Condenados
a muerte, envueltos en tremendas depresiones y a veces convencidos de que
nadie apuesta por ellos. Son jóvenes a los que ama Cristo y su Iglesia.

Por tus Sangrientos pasos Señor seguirte quiero, y si contigo muero


dichoso moriré, Piedad, Perdón te pido pequé, mi Dios Pequé.

Por tu dolorosa pasión… ten misericordia de nosotros y del mundo entero

Jesús por todas tus penas, Misericordia Señor. (3Veces)


SEGUNDA ESTACIÓN
Jesús con la cruz a cuestas camino al Calvario

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,


que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.

Del Evangelio según San Marcos

«Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacaron


para crucificarlo». Palabra del Señor.

Meditemos

Esta cruz es la cruz de todos y cada uno de nosotros ¿Quién no ha sufrido


alguna vez la cruz de la humillación, de la incomprensión, del dolor físico o
moral? ¿Quién no ha tenido en su corazón las dificultades en el camino de la
vida? Jesús carga con su cruz, también nosotros debemos cargar con nuestra
cruz pesada de cada día y luchar con todas las fuerzas por hacer un mundo
más justo, más fraternal.

- Por tus Sangrientos pasos Señor seguirte quiero, y si contigo muero


dichoso moriré, Piedad, Perdón te pido pequé, mi Dios Pequé.

Por tu dolorosa pasión… ten misericordia de nosotros y del mundo entero

-Jesús por todas tus penas, Misericordia Señor. (3Veces)


TERCERA ESTACIÓN
Jesús cae bajo el peso de la cruz

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,


que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.

Del Libro del profeta Isaías

«Él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes.
Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron». Palabra
de Dios.

Meditemos:

No dejes nunca que tus caídas se conviertan en heridas incurables. Sólo si te


levantas mirando a Cristo que también cayó podrás vivir con gozo y alegría
acogiendo la infinita Misericordia del Señor. Santo no fue el que nunca cayó,
sino el que siempre se levantó. Esta primera caída de Jesús nos recuerda las
caídas de tantos jóvenes en la droga, el alcohol, en el vicio, en la violencia, en
toda forma que impide que el joven sea feliz.

- Por tus Sangrientos pasos Señor seguirte quiero, y si contigo muero


dichoso moriré, Piedad, Perdón te pido pequé, mi Dios Pequé.

Por tu dolorosa pasión… ten misericordia de nosotros y del mundo entero

-Jesús por todas tus penas, Misericordia Señor. (3Veces)


CUARTA ESTACIÓN
Jesús se encuentra con su Madre

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,


que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.

Del Evangelio según san Lucas

«Simeón los bendijo diciendo a María, su madre: “Mira, este está puesto para
que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida;
así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te
traspasará el alma”… Su madre conservaba todo esto en su corazón». Palabra
del Señor.

Meditemos:

Muchos jóvenes, incluso en edades muy tempranas experimentan la decepción


de tantos amores. Muchas veces sólo el amor de la madre permanece en pié.
Quizás, como nos recuerda esta estación, porque ellas son capaces esperar y
de estar cerca en “las duras y en las maduras”. María acompaña a su Hijo a la
cruz. Está allí sosteniendo y ayudando cuando a veces la única manera que
tenemos de ayudar es la presencia en la calle de la amargura.

- Por tus Sangrientos pasos Señor seguirte quiero, y si contigo muero


dichoso moriré, Piedad, Perdón te pido pequé, mi Dios Pequé.

Por tu dolorosa pasión… ten misericordia de nosotros y del mundo entero

-Jesús por todas tus penas, Misericordia Señor. (3Veces)


QUINTA ESTACIÓN
El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,


que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.

Del Evangelio según San Lucas

«Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que


volvía del campo, y le cargaron la cruz, para que la llevase detrás de Jesús».
Palabra del Señor.

Meditemos:

Todos necesitamos cirineos que nos ayuden a llevar la cruz. Los jóvenes
necesitan personas que estén a su lado, que compartan sus dudas y fracasos y
sobre todo que les ayuden a llevar con paciencia la cruz de la vida. Los
jóvenes necesitan hoy más que nunca ser acompañados por catequistas,
animadores de pastoral juvenil, familia, acompañamiento personal, cirineos
que estando a su lado les ayuden a cargar con la pesada cruz de cada día.

- Por tus Sangrientos pasos Señor seguirte quiero, y si contigo muero


dichoso moriré, Piedad, Perdón te pido pequé, mi Dios Pequé.

Por tu dolorosa pasión… ten misericordia de nosotros y del mundo entero

-Jesús por todas tus penas, Misericordia Señor. (3Veces)


SEXTA ESTACIÓN
La Verónica enjuga el rostro de Jesús

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,


que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.

Del Salmo 27

Oigo en mi corazón: «Busquen mi rostro». Tu rostro buscaré, Señor. No me


escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no
me deseches, no me abandones, Dios de mi salvación.

Meditemos

Aquella mujer, como muchos jóvenes, estaba allí. Miró a Cristo y se


conmovió el corazón. No se quedó en el lamento, sino que pasó a la acción, a
la vida entregada. El Señor quiso que su rostro quedase plasmado en el lienzo.
El Señor nos ha dado a nosotros, jóvenes, mucho más que a la Verónica, nos
ha dado la Eucaristía, su Cuerpo y su Sangre, y cuántas veces no le hacemos
caso, no acudimos a la Misa, no se queda su Presencia en nuestro corazón.

- Por tus Sangrientos pasos Señor seguirte quiero, y si contigo muero


dichoso moriré, Piedad, Perdón te pido pequé, mi Dios Pequé.

Por tu dolorosa pasión… ten misericordia de nosotros y del mundo entero

-Jesús por todas tus penas, Misericordia Señor. (3Veces)


SÉPTIMA ESTACIÓN
Jesús cae por segunda vez

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,


que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.

Del Evangelio según san Lucas

«Se le apareció un ángel del cielo, que lo animaba. En medio de su angustia,


oraba con más insistencia. Y le bajaba hasta el suelo un sudor como de gotas
de sangre». Palabra del Señor.

Meditemos

Descubrid en el rostro de Cristo caído y en todos los caídos y crucificados de


la historia una llamada a servir de rodillas, a vivir sembrando los caminos de
la vida de esperanza. Señor Jesús, danos fuerzas para ayudar a todas las
personas a descubrir y a vivir en la dignidad de los hijos de Dios; y a
compartir, en la mesa común de la humanidad, los bienes que nos pertenecen a
todos por igual.

- Por tus Sangrientos pasos Señor seguirte quiero, y si contigo muero


dichoso moriré, Piedad, Perdón te pido pequé, mi Dios Pequé.

Por tu dolorosa pasión… ten misericordia de nosotros y del mundo entero

-Jesús por todas tus penas, Misericordia Señor. (3Veces)


OCTAVA ESTACIÓN
Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,


que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.

Del Evangelio según san Lucas

«Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se daban golpes y
lanzaban lamentos por él. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: “Hijas de
Jerusalén, no lloren por mí, lloren por ustedes y por sus hijos”». Palabra del
Señor.

Meditemos:

Necesitamos encontrar en la Cruz el rostro de Cristo crucificado que nos


enseña a descubrir el sufrimiento de tantos hermanos nuestros que caminan a
nuestro lado. El mundo de los jóvenes de hoy busca el consuelo fácil. Señor
Jesús, queremos que Tú con tu Amor, nos consueles en el camino de la vida y
ayúdanos a mostrarnos disponibles ante tantos jóvenes que han perdido, el
rumbo de sus vidas.

- Por tus Sangrientos pasos Señor seguirte quiero, y si contigo muero


dichoso moriré, Piedad, Perdón te pido pequé, mi Dios Pequé.

Por tu dolorosa pasión… ten misericordia de nosotros y del mundo entero

-Jesús por todas tus penas, Misericordia Señor. (3Veces)


NOVENA ESTACIÓN
Jesús cae por tercera vez

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,


que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.

Del Evangelio según san Juan

«Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al
Padre». Palabra del Señor.

Meditemos:

La fragilidad de los jóvenes a veces también es fuente de humildad y


esperanza. San Pablo decía que todo lo podía en Aquél que nos conforta, y
decía algo más luminoso, aunque misterioso: “porque cuando soy débil
entonces soy fuerte”. ¿Qué quería decir? con Cristo todo lo podemos, quiere
decir que nuestra fragilidad viviendo con fe se puede convertir en fuente de
esperanza. Sólo hay que levantarse y confiar en Aquél que nunca nos
abandona. Señor Jesús, te pedimos que nos ilumines y nos ayudes a
levantarnos cuando no podemos más, pues Tú eres el vencedor del pecado, del
dolor y de la muerte.

- Por tus Sangrientos pasos Señor seguirte quiero, y si contigo muero


dichoso moriré, Piedad, Perdón te pido pequé, mi Dios Pequé.

Por tu dolorosa pasión… ten misericordia de nosotros y del mundo entero

-Jesús por todas tus penas, Misericordia Señor. (3Veces)


DÉCIMA ESTACIÓN
Jesús es despojado de sus vestiduras

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,


que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.

Lectura del Evangelio según San Juan.

Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, tomaron su ropa, haciendo cuatro


partes, una para cada soldado. Y apartaron la túnica. Era una túnica sin
costura, tejida toda de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron: «No la
rasguemos, sino echemos a suertes a ver a quien le toca». Así se cumplió la
escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a suertes mi túnica». Palabra
del Señor.

Meditemos:

¡Cuántos jóvenes despojados de trabajo, de la dignidad más elemental, de ver


sus derechos pisoteados, de tanta instrumentalización ideológica! Jesús se
despoja de las vestiduras y lo presentan sin nada, sólo con su Amor al Padre y
a todos, y con su Verdad proclamada a los cuatro vientos. Nos lo ha dado todo.
Se ha despojado hasta de su Madre, que nos la entregará como Madre nuestra.
En su Corazón sólo hay un deseo de “amar hasta el extremo”.

- Por tus Sangrientos pasos Señor seguirte quiero, y si contigo muero


dichoso moriré, Piedad, Perdón te pido pequé, mi Dios Pequé.

Por tu dolorosa pasión… ten misericordia de nosotros y del mundo entero

-Jesús por todas tus penas, Misericordia Señor. (3Veces)


UNDÉCIMA ESTACIÓN
Jesús es clavado en la cruz

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,


que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.

Del Evangelio según san Juan

«Entonces se lo entregó para que lo crucificaran… Y Pilato escribió un letrero


y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: Jesús el Nazareno, el rey de
los judíos». Palabra del Señor.

Meditemos:

Jesús es crucificado es la mejor declaración de Amor del Padre a cada corazón


humano. Cuando creas que nadie te quiere, ni te recibe, ni te ha declarado su
amor, la contemplación en tu oración del Crucificado siempre te devolverá la
esperanza.

- Por tus Sangrientos pasos Señor seguirte quiero, y si contigo muero


dichoso moriré, Piedad, Perdón te pido pequé, mi Dios Pequé.

Por tu dolorosa pasión… ten misericordia de nosotros y del mundo entero

-Jesús por todas tus penas, Misericordia Señor. (3Veces)


DUODÉCIMA ESTACIÓN
Jesús muere en la cruz

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,


que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.

Lectura del Evangelio según San Juan

Sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la
Escritura dijo: “Tengo sed”. Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando
una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la
boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: “Está cumplido”. E, inclinando la
cabeza, entregó el espíritu. Palabra del Señor.

Meditemos:

Ha muerto con los ojos cerrados para no ver nuestra realidad; sus ojos son
demasiado limpios para quedarse sólo en nuestras miserias. Ha muerto con los
brazos abiertos como el Padre de la parábola del Hijo Pródigo (Lc 15) para
abrazar a todos los que vuelven destrozados de la vida. Ha muerto con la
cabeza hacia delante porque escucha una por una todas nuestras dificultades.
Ha muerto con los pies clavados entregando su Amor, a través de la Iglesia,
que como el amor de una madre, siempre espera de noche y de día a que
volvamos al Hogar. Ha muerto con el corazón abierto y para decirnos que las
puertas de su costado están siempre abiertas y que no tiene secretos con
nosotros.

- Por tus Sangrientos pasos Señor seguirte quiero, y si contigo muero


dichoso moriré, Piedad, Perdón te pido pequé, mi Dios Pequé.

Por tu dolorosa pasión… ten misericordia de nosotros y del mundo entero

-Jesús por todas tus penas, Misericordia Señor. (3Veces)


DECIMOTERCERA ESTACIÓN
Jesús es bajado de la cruz

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,


que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.

Del Evangelio según san Mateo

«El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús… dijeron aterrorizados:


“Verdaderamente este era Hijo de Dios”. Había allí muchas mujeres… Entre
ellas, María Magdalena y María, la madre de Santiago y de José, y la madre de
los hijos de Zebedeo». Palabra del Señor.

Meditemos:

Allí estaban los brazos de su Madre, los brazos de la Iglesia acogiendo y


entregando desde su pobreza a Jesús a la humanidad. Pensamos en tantas
madres con sus hijos en sus brazos muertos por el odio, la guerra, el
terrorismo, la droga. María y la Iglesia acogen en su seno a la humanidad más
sufriente. En silencio llora con los que lloran. Les ofrece la esperanza cierta de
que “si morimos con Él, viviremos con Él”.

- Por tus Sangrientos pasos Señor seguirte quiero, y si contigo muero


dichoso moriré, Piedad, Perdón te pido pequé, mi Dios Pequé.

Por tu dolorosa pasión… ten misericordia de nosotros y del mundo entero

-Jesús por todas tus penas, Misericordia Señor. (3Veces)


DECIMOCUARTA ESTACIÓN
Jesús es puesto en el sepulcro

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,


que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.

Del Evangelio según san Juan

«Después de esto, José de Arimatea… pidió a Pilato que le dejara llevarse el


cuerpo de Jesús. Y Pilato le autorizó. El fue entonces y se llevó el cuerpo.
Llegó también Nicodemo… y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y
áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en los lienzos con los
aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos». Palabra del Señor.

Meditemos:

Lo había dicho Jesús; “si el grano de trigo no cae en tierra y muere, no da


fruto”. Tenemos que “saber esperar”. Es preciso saber que todas nuestras
cruces están heridas de resurrección. Es necesario que los cristianos seamos
portadores de una esperanza cierta que se fundamenta, desde luego, en el
camino de la cruz, pero el destino es la Vida que no se acaba, la vida eterna.

- Por tus Sangrientos pasos Señor seguirte quiero, y si contigo muero


dichoso moriré, Piedad, Perdón te pido pequé, mi Dios Pequé.

Por tu dolorosa pasión… ten misericordia de nosotros y del mundo entero

-Jesús por todas tus penas, Misericordia Señor. (3Veces)

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