Economia Ambiental
Economia Ambiental
Economia Ambiental
VU
El valor de uso implica la derivación de la utilidad o beneficio por uso o disfrute directo o
indirecto del bien. Ejemplos: caza, recolección de productos maderables y no maderables,
turismo y actividades científicas. Para su estimación se suelen emplear técnicas de
valoración directos o mediante mercados sustitutivos.
VNU
Se refiere al valor derivado de la existencia misma de los ecosistemas y recursos que
albergan. Suelen llamarse valores de uso pasivo porque implican beneficios futuros y
colectivos más qué beneficios presentes e individuales. Estos asumen la posibilidad de
postergar el uso de un recurso, ya sea por su valor inherente o por la ausencia de
información al respecto. Entre los VNU se incluyen: el valor o posibilidad de dejar abierta la
elección del consumo de un bien o recurso o servicio; el valor de existencia que consiste en
apreciar la existencia per se de un bien o recurso natural. Los valores de no uso requieren
de mercados hipotéticos o contingentes para su estimación.
A través de los métodos de valoración económica se puede obtener una cuantificación del
excedente del consumidor derivado de variaciones en la calidad de los bienes ambientales,
cuyo valor se puede contraponer al coste marginal, para determinar el nivel socialmente
óptimo de la calidad ambiental.
Estos costes incluyen: coste de transporte y coste de tiempo empleado en el viaje. De este
modo se traza una demanda en función del número de viajes x coste de desplazamiento.
Errores del método:
En el caso de este método, se suelen incorporar los costes de transporte modal, incluyendo
el combustible y la amortización del vehículo, o bien, los costes de transporte público. Sin
embargo, la decisión de qué costes incluir en el desplazamiento tiene carácter arbitrario,
pues se pueden también incorporar otro tipo de consumos durante el viaje. Se puede
demostrar que una sobreestimación del coste de desplazamiento en un determinado
porcentaje conducirá a un efecto similar en el excedente del consumidor estimado y
viceversa.
Por ejemplo, pensemos en el caso típico de una vivienda. El precio de ésta dependerá de
sus características estructurales (superficie, número de habitaciones, si tiene garaje o no),
de su edad, de dónde esté localizada (distancia al centro de la ciudad, distancia a al colegio
más cercano, etc.) y de las características ambientales del entorno (distancia a un parque,
vistas a un parque o al mar, niveles de ruido, etc.)
"Cada hombre está encerrado en un sistema que le incita a aumentar su rebaño sin límite,
en un mundo que es limitado", escribió el biólogo y ecologista Garrett Hardin en un
influyente ensayo publicado hace 50 años en la revista Science.
Y agregó: "La ruina es el destino hacia el cual todos los hombres se apresuran, cada uno
persiguiendo su propio interés en una sociedad que cree en la libertad de los bienes
comunes. La libertad en un bien de uso común trae ruina a todos".
Este rendimiento supone usar la tasa más alta de un recurso potencialmente renovable sin
reducir su reserva disponible, en el mundo o en una región en particular. Cuando se excede
este reemplazo natural que efectúan los recursos potencialmente renovables, el abasto
disponible empieza a disminuir y ello acarrea un proceso denominado degradación
ambiental.
Desde un punto de vista económico, el turno óptimo es la vida de la masa forestal que
maximiza el valor actual neto (VAN) de la inversión subyacente. El procedimiento aceptado
hoy en día para determinar turnos económicamente óptimos, se conoce como el paradigma
de Faustmann, Pressler & Ohlin, FPO.
La regla de Hotelling aborda principalmente una cuestión básica del propietario o agente
involucrado en la explotación de los recursos no renovables: ¿Qué parte del activo debería
consumir ahora y cuánto debo guardar para el futuro? En otras palabras, el agente tiene
que elegir entre el valor actual del activo si se extrae y se vende y el futuro aumento de
valor del bien si se dejan sin explotar.
El interés por elaborar cuentas ambientales en los países de América Latina y el Caribe
surge a comienzo de los años noventa ante la necesidad de describir y cuantificar en forma
explícita y coherente las interrelaciones entre el medio ambiente y la economía. Para ello es
fundamental crear un sistema de datos estadísticos basados en conceptos comparables
que permitan analizar de manera eficiente esas relaciones e instrumentar métodos para
valorar los aspectos ambientales en la perspectiva del desarrollo sostenible.
Ejemplo:
Colombia
Colombia es uno de los países, junto a México, que más han avanzado en el desarrollo de
sus cuentas ambientales. El Sistema de Contabilidad Económico-Ambiental Integrado de
Colombia -COLSCEA, responde a la modalidad de Cuentas Satélites integradas al Sistema
de Cuentas Nacionales de 1993 – SCN93. Como se conoce, las cuentas satélites permiten
ampliar la descripción de un tema específico como salud, educación, turismo y medio
ambiente a través de los cuadros e indicadores correspondientes a cada caso.