Altares
Altares
Altares
montado por sus seres queridos. Adornados con flores, velas encendidas y
de los altares varía de un lugar a otro. Estos son los lugares en donde
1.- Oaxaca:
Cada año, de acuerdo con el calendario católico, los días con los que
comienza el mes de noviembre se convierten en un ritual de antecedentes
prehispánicos en el que se levantan altares para honrar a los santos
difuntos. Se pone la mesa para recibir la presencia inasible de quienes
ocuparon un lugar en el mundo de los vivos y que ahora toman forma en
esencias, alimentos, bálsamos y elementos que los traen de vuelta.
Desde otro punto, la ofrenda es la fusión del viejo y el nuevo mundo que
permitió la integración cultural de las costumbres europeas (flores,
veladoras) y las tradiciones indígenas (copal, flor de cempasúchil y
elementos naturales).
Entre los elementos imprescindibles que debe contener una ofrenda están:
El agua. Fuente de vida. Después del recorrido que han transitado las
ánimas, se ofrece el líquido para mitigar su sed y fortalecer su regreso.
Velas/veladoras. Las velas simbolizan la luz que guía a las ánimas en su visita
y de vuelta a su morada. La flama simboliza la luz, la fe y la esperanza; en el
México antiguo se utilizaban rajas de ocote, las que se intercambiaron por
veladoras o cirios. En la tradición indígena cada vela representa a un
difunto, y su color dependerá de la condición de la familia: los cirios
morados son señal de duelo.
Copal e incienso. El copal es para los indígenas lo que el incienso para los
españoles. Con la fragancia que despiden, se cree, se limpia el lugar de la
ofrenda de los malos espíritus para que el alma pueda entrar sin ningún
riesgo.
El petate. Se coloca ya sea para que las ánimas descansen o sobre la mesa
para colocar los elementos de la ofrenda.
Un retrato. Se cree que la imagen debe permanecer escondida para que sólo
pueda verse con un espejo, una manera de explicar que el difunto está pero
ya no existe.
El mole, las calaveras de azúcar, el licor, una cruz de ceniza y papel picado
se colocan para que con sus aromas, colores y recuerdos se complete la
mesa y escenografía en cada hogar.
Ofrenda de Yalálag, Oaxaca. Pueblo indígena Zapoteco de la Sierra Norte
2.- Michoacán:
Papel picado
Retrato familiar
El retrato del familiar recordado sugiere el ánima que nos visitará, éste se
coloca en el nivel más elevado del altar.
Flores de cempasúchil
Palabra que deriva del náhuatl que significa flor de 20 pétalos, adornan y
aromatizan el lugar durante la estancia del ánima. En muchos lugares del
país se acostumbra poner caminos de pétalos que sirven para guiar al
difunto del campo santo a la ofrenda y viceversa.
Sal
Velas y veladoras
Con su flama titilante sirven de guía para que las ánimas puedan llegar a sus
antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada. Si se ponen cuatro velas
en cruz, representan los cuatro puntos cardinales, de manera que el ánima
pueda orientarse hasta encontrar su camino y su casa.
Copal o incienso
El copal era ofrecido por los indígenas a sus dioses ya que el incienso aún no
se conocía, éste llegó con los españoles. Se utiliza para alejar a los malos
espíritus y para purificar el ambiente.
El agua
El agua o bebida preferida del difunto, se ofrece a las ánimas para que
mitiguen su sed después de su largo recorrido y para que fortalezcan su
regreso.
Comida
La comida que le gustaba al difunto para deleitar al ánima del que nos visita.
Uno de los platillos favoritos que se aparece en el altar en muchos de los
lugares indígenas del País es el mole con pollo, además la calabaza en dulce
de tacha.
El pan de muerto
Otros elementos
Otros de los elementos muy característicos en los altares de muertos son
las calaveritas de azúcar, que representan alusiones a la muerte. El posible
origen de las calaveritas puede relacionarse con el tzompantli, una hilera de
cráneos de guerreros sacrificados colocados en un palo.
3.- Veracruz:
1. Agua
Reflejo de la pureza. Ayuda a mitigar la sed del alma que viene de un largo
camino y también fortalece su regreso.
2. Veladoras y cirios
3. Copal e incienso
Fragancia de reverencia que limpia y purifica el ambiente, además ahuyenta
los malos espíritus.
4. Cempasúchil
5. Alhelí y nube
6. Arco
7. Cruz
8. Pan
9. Petate
Sirve para el descanso de las ánimas. En algunos hogares se usa como mantel
para poner los alimentos.
Para que los espíritus se alimenten con los aromas de los platillos que fueron
sus preferidos.
13. Izcuintle
14. Sal
4.- Chiapas:
Los días señalados por la iglesia católica para honrar a los muertos son el 31
de octubre, 1º y 2 de noviembre (día de Todos los Santos y Fieles Difuntos
respectivamente). Sin embargo, existen zonas indígenas y rurales en las que
dicha celebración inicia en la última semana de octubre (25 al 30) y
primeros días de noviembre (1 al 3) o bien, llegan a extenderse a lo largo de
todo el mes de noviembre, como en el caso de los chontales de Tabasco.
En Chiapas, la tradición del día de muertos aún más antigua
Los indios llevaban ofrendas a sus difuntos alumbrados con teas encendidas,
alzando los brazos les ofrecían alimentos y bebidas, e inciensos. Con la
llegada de la Conquista Española (1524-1528) y posterior Colonización
(1528-1560), más la evangelización de los indios en la fe católica, surgieron
los festejos a los muertos y los altares de las ofrendas modernas.
Es una mesa de madera adornada con ofrendas dedicadas a los muertos. Los
altares son, pues, mesas adornadas con ofrendas para los muertos que
contienen lo que más le gustaba al muerto en vida: Comidas, bebidas,
postres, cigarros, “trago”, etcétera, ornamentada con manteles, cortinas,
juncia, velas, veladoras, papel de China picado o papel crepé en diversos
colores (blanco y morado, de preferencia), sahumerio y estoraque,
fotografías de familiares o artistas fallecidos, imágenes de santos,
etcétera. Por sus características se habla del altar zoque, del altar
chiapaneca o del altar maya.
5.- Puebla:
Las ofrendas deben contener una serie de elementos y símbolos que inviten
al espíritu a viajar desde el mundo de los muertos para que conviva ese día
con sus deudos.
Entre los elementos más representativos del altar se hallan los siguientes:
Imagen del difunto. Dicha imagen honra la parte más alta del altar. Se
coloca de espaldas, y frente a ella se pone un espejo para que el difunto solo
pueda ver el reflejo de sus deudos, y estos vean a su vez únicamente el del
difunto.
Imagen de las ánimas del purgatorio. Esta se coloca para que, en caso de que
el espíritu del muerto se encuentre en el purgatorio, se facilite su salida.
Según la religión católica, los que mueren habiendo cometido pecados
veniales sin confesarse deben de expiar sus culpas en el purgatorio.
Velas, veladoras y cirios. Todos estos elementos se consideran como una luz
que guía en este mundo. Son, por tradición, de color morado y blanco, ya que
significan duelo y pureza, respectivamente. Los cirios pueden ser colocados
según los puntos cardinales, y las veladoras se extienden a modo de sendero
para llegar al altar.
Bebidas alcohólicas. Son bebidas del gusto del difunto denominados “trago”.
Generalmente son “caballitos” de tequila, pulque o mezcal.
El altar representa una ofrenda hacia los difuntos, fungiendo como vínculo
entre el plano terrenal y el espiritual; dentro de esta costumbre se tiene la
creencia de que durante esos días los muertos llegan a visitar a sus
familiaras, y comer lo que se encuentra en el altar.
¿Qué se coloca en un altar? Y ¿Por qué?
Las velas: Esta representa la luz del mundo, también se considera un guía
con la cual los muertos encuentran el camino.
Los altares no tienen una forma única o un reglamento especial que se deba
seguir, el verdadero significado es honrar y recordar a sus difuntos. Pero
aun así existe una forma especial para los altares y esta se conforma por
siete 'pisos' o 'escalones', según datos publicados por la Universidad
Veracruzana.
El segundo se destina a las ánimas del purgatorio; es útil porque por medio
de él el alma del difunto obtiene el permiso para salir de ese lugar en caso
de encontrarse ahí.
En el tercer escalón se coloca la sal, que simboliza la purificación del
espíritu para los niños del purgatorio.
Por último, en el séptimo escalón se coloca una cruz formada por semillas o
frutas, como el tejocote y la lima.
7.- Sonora:
Cruces y flores son elementos fundamentales para ambas etnias, que no sólo
están ligados a la muerte sino también a su vida cotidiana.
Durante toda su vida tienen frente a sus casas una cruz de madera en
forma permanente, mientras que las flores son parte del el ‘huya ania’ o
emblema de ese mundo terrenal que hay después de la muerte.