La Novela (1905)
La Novela (1905)
La Novela (1905)
LA N O V E L A
i
EN GENERAL.
II
EN ESPAÑA.
III
EN MÉJICO.
III
Su concepto y alcance.
¿Qué papel corresponde desempeñar á la novela en
las sociedades modernas? ¿Tiene por único objeto di-
vertir á los lectores, como lo los cuentos de los niños,
ó puede y debe realizar otro fin más trascendental?
La novela ante todo, es poesía, y tiende á satisfacer
por medios más amplios que la lírica, el ansia de idea-
lismo y de ensueño que palpita en todo corazón. Los
que no tienen habilidad para componer rimas, pero po-
seen intuición estética, fantasía, ternura y bella forma
literaria, hallan en el cultivo de la literatura novelesca,
ancho campo donde espaciar su impaciente inspiración.
¿Qué significado tiene, pues, la novela? El déla tenden-
cia inconsciente y espontánea del espíritu al delirio men-
tal en pos de mundos soñados y mejores. Cuando no es
producto degenerado de una imaginación malsana, no
es piedra de escándalo para los lectores ni un simple
kaleidoscopio de formas y colores vivos, destinado á de-
leitar, los ojos de los candidos; sino el verbo de las mil
voces intimas y desconocidas que resuenan en todas las
almas, y que claman: ¡amor!, ¡poder!, ¡felicidad! Es la
expresión de los sueños humanos en forma menos mu-
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Me he ds comer un durazno
Desde la raiz hasta el hueso,
No le hace que sea trigueño
Será mi gusto y por eso.
que pone en exigir á Ion alumnos de los cursos do Castellano, una pronun-
ciación en lo posible correcta. Esto lo he podido observar siendo colega suyo
en jurado* de exámenes.
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cia 3' las jotas y ees y zetas casi se pierden. Si esto por
una parte, resulta contrario á la comodidad, contrario al
buen efecto resultará asimismo y á la vez monótono y
sin matices, multiplicar tanto el sonido sordo de nues-
tras eses cuanto es lo que lo prodigamos. Ello será muy
idiosincrático, como ha solido decirse, lo reconozco; pero
á la par es harto menos estético. Y ciertamente que lo
uno no vale lo otro, á lo menos en el caso en que esta-
mos. En resolución, si hablar bien es una de las más .no-
bles facultades del ser humano, pronunciar bien será dar
como el último toque á ese sello distintivo de la hominal
realeza.
MANUEL G. REVILLA
Méjico, Enero de 1910.