Ensayo. Aportes Del Enfoque Comunicativo en La Enseñanza Del Lenguaje y La Lectura

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APORTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO Y SIGNIFICATIVO EN LA

ENSEÑANZA DEL LENGUAJE Y LA LECTURA

“El problema más difícil de resolver en la práctica es el lenguaje. Los escritores de lengua

castellana, los de aquí y los de allá, no conocemos ya ni siquiera los nombres verdaderos

de las cosas. El nuestro es un idioma fabulosamente eficaz, pero también fabulosamente

olvidado. “Gabriel García Márquez”. Ínsula, junio de 1968.

Indiscutiblemente el lenguaje se convierte en un aspecto indispensable en la interacción que

se lleva a cabo entre las personas que componen un grupo en un contexto particular, éste

concentra elementos pertinentes que facilitan adecuadamente la expresión de los

pensamientos que los individuos desean dar a conocer de acuerdo a la necesidad

comunicativa que poseen (Arbe y Echeverría, 1982). Así pues, el lenguaje es comprendido

como una facultad humana, lo que significa que las personas tenemos la disposición cognitiva

para aprenderlo y que surge de la necesidad de generar relaciones con el otro y con el mundo.

Considérese ahora que según Lucci (2006) estudios como el de los pedagogos Vygotsky,

Chomsky, entre otros; han corroborado que el desarrollo lingüístico está ligado a los

contextos sociales donde se desenvuelve el individuo, esto significa que el lenguaje no se

desarrolla fuera de la sociedad, sino que se adquiere producto de las relaciones entre los seres

humanos en el proceso de comunicación en un contexto determinado, y es en ellos que se

definen ciertos rasgos que marcan la vida del mismo. Con esto quiero decir, que un ambiente

donde se estimule el uso del lenguaje será pertinente para la adquisición adecuada del mismo
y afectara de manera positiva el proceder del individuo en este aspecto. Ahora bien, si por el

contrario el lenguaje se desarrolla en un ambiente poco comunicativo o donde el vocabulario

es pobre, incidirá en el estudiante de manera negativa quien tendrá dificultades en la fluidez

para comunicarse.

De manera semejante ocurre con las primeras interacciones en el lenguaje y la lectura, pues

estas se adquieren en el núcleo familiar de manera natural y solo basta con estar en contacto

con sus miembros; he ahí la importancia de utilizar un buen vocabulario y aplicar ciertas

normas tanto de comportamiento como de expresión las que de alguna manera guiara al

individuo. Al respecto dice Halliday (1982): “el impulso para la lectura y la escritura es

funcional, como lo fue en primer lugar el impulso para aprender a hablar y a escuchar.

Aprendemos a hablar porque queremos hacer cosas que no podemos hacer de otro modo, y

aprendemos a leer y a escribir por la misma razón” (p. 268).

Por otro lado en lo que se refiere a la competencia comunicativa en la enseñanza del lenguaje

y la lectura, Bérard (1995) explica que el enfoque comunicativo se desarrolla a partir de una

crítica de las metodologías audioorales y audiovisuales para la enseñanza del lenguaje. Así,

los alumnos serán los protagonistas de su aprendizaje y tendrán la capacidad de aprender a

aprender, mediante estrategias de comunicación y de aprendizaje con el objetivo de organizar

las actividades de clases que faciliten la socialización y el trabajo en equipo, creando un clima

de enseñanza y aprendizaje que posibilita la motivación y la comunicación entre estudiantes

y entre profesor y estudiantes. A su vez, el lenguaje se convierte en el medio por el cual se

piensa y se aprende, por lo que la escuela debe dar oportunidades a los estudiantes para
exponer y expresar lo que saben y sienten, compartirlo con otros por medio del lenguaje,

conocer distintos puntos de vista y Aprender valores y normas.

Otro rasgo importante es que desde una perspectiva significativa, se ha enfatizado que es

cierto también que los niños, antes de iniciar la práctica formal de aprendizaje y enseñanza

de la lectura, pueden desarrollar ideas propias acerca del lenguaje escrito. De hecho, existen

juicios que demuestran la importancia de actividades orientadas hacia el significado en el

aprendizaje de la lectura. Por ejemplo, Stahl, McKenna y Pagnucco (1994) encontraron que

algunas actividades desarrolladas en las aulas, tales como el diálogo sobre los propósitos de

la lectura y escritura, pueden mejorar las actitudes y orientación hacia la lectura. Además,

“una cantidad creciente de estudios ha demostrado que, incluso antes de aprender a leer, los

niños tienen cierto conocimiento de los objetivos de la lectura y escritura”. Se debe agregar

también que los elementos del lenguaje: pragmática, semántica, sintaxis y fonología que

hacen parte de la competencia significativa, son fundamentales para el desarrollo del niño;

se constituyen la base de la futura enseñanza de la lectura.

Teniendo en cuenta las afirmaciones anteriores se puede precisar que el desarrollo del

lenguaje depende en su gran mayoría de la interacción del individuo con el contexto

sociocultural, porque es allí donde se estimula y fortalece la adquisición del mismo, el cual

incurrirá en cada uno de los aspectos del ser de acuerdo a la orientación y el cumplimiento

de las reglas establecidas. Dicho esto, es importante establecer la relación propia de los

diversos grupos que componen el contexto sociocultural, el comportamiento de los

integrantes y la incidencia que estos tienen en el desarrollo integral de los individuos que se
encuentran inmersos. Sin embargo, en ocasiones ha sido el individuo quien adecua a los

integrantes de un grupo social en la medida que concibe lo adquirido como algo no adecuado

y trata de hacer cambios que directamente tienen una influencia en el grupo social y está en

ellos adaptarse o no a los mismos. Por consiguientes los cambios o transformaciones van en

doble vía y cobran fuerza a partir de la mayor influencia que se tenga. Se hace necesario, por

tanto, crear en la escuela las situaciones potenciadoras del desarrollo que tengan como eje

fundamental la realización de actividades funcionales del pensamiento y el lenguaje.

Referencias

AGUADED, G. (2000) XXI. Revista de educación, ISSN-e 1575-0345, Nº 2, 2000, págs.

313-318

Arbe, F. y Echeberria, F. (1982). Contexto sociocultural y adquisición del lenguaje. Serie

antropología cultural, 3, pp. 63-72. Recuperado de:

http://www.bizkaia.eus/fitxategiak/04/ondarea/Kobie/PDF/5/Kobie_3_Antrpologia_cultural

_CONTEXTO%20SOCIOCULTURAL%20Y%20ADQUISICION%20DEL%20LENGUA

JE%20.pdf?hash=68992b3442129ab8860ba5aa05c24395

BRUNET, J. (1986): El habla del niño. Barcelona, Paidós.

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