Influencia de La Ilustracion en El Estado Moderno
Influencia de La Ilustracion en El Estado Moderno
Influencia de La Ilustracion en El Estado Moderno
El Estado Moderno surgió entre los siglos XV y XVI, cuando los reyes aprovecharon la crisis
del feudalismo para retomar su poder, y su proceso de surgimiento se aceleró en
el Renacimiento, con profundas transformaciones en los mecanismos del gobierno y en el
ejercicio del poder. Este proceso estuvo respaldado por la burguesía, clase social que se fue
fortaleciendo con este tipo de Estado. El Estado moderno poseía identidad, estaba
organizado, estructurado y era formal; era reconocido políticamente por esto y el poder estaba
centralizado. Su formación tuvo varias consecuencias a nivel político, económico y social.
Índice
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Formación y evolución.[editar]
La mayoría de los Estados modernos se desarrollaron según el proceso enunciado, pero
algunos se vieron afectados por las élites locales, que dificultaron su formación al ver su
constante pérdida de poder. En estos casos el Estado resultante se vio mal o poco
estructurado, tornándose débil en relación a los que lograron constituirse más
satisfactoriamente. En aquellos donde el proceso se desarrolló con menos problemas, el rey
se convirtió en la máxima autoridad y se crearon instituciones políticas, económicas y
militares.
Los reyes renacentistas y barrocos trataron de legitimar su poder monárquico mediante
fundamentos legales. Es así que se fue estableciendo que el poder absoluto de los monarcas
descansaba en su carácter sagrado como representantes de Dios en el mundo terrenal. De
esta manera se consideraba que reyes y príncipes poseían un derecho divino de gobernar
debido a que su autoridad provenía directamente de Dios.24 Por lo tanto, las monarquías
absolutas lograron entonces consolidar su poder gracias al apoyo que recibieron de la
aristocracia y del reconocimiento por parte de las masas populares, pues el sistema
monárquico se erigió como el garante de la paz y de la justicia.
En Los Seis Libros de la RepúblicaJean Bodin hizo planteamientos políticos teóricos importantes sobre
el absolutismo en el Estado moderno.
Por otra parte Carlos V, al heredar la Corona de España y los derechos que la casa de
Habsburgo tenía en grandes territorios de Europa, intentó consolidar su ideal de unificar a
Europa bajo su dominio imperial. Sin embargo Carlos V ni su sucesor Felipe II pudieron crear
un imperio europeo debido a la fuerte oposición de los Países Bajos y Francia principalmente.
Este fracaso del proyecto imperial español fue el contexto en el que los Estados modernos
europeos se fortalecieron, ya que marcó el inicio de un orden político compuesto por estados
nacionales soberanos.5
Además, se considera que la Reforma protestante influyó de manera importante en el
desarrollo de los Estados modernos debido a que "fragmentó a Europa al quebrarse en varios
pedazos la unidad de la Iglesia Católica, pero a la vez ayudó para que en ese territorio vaya
tomando forma el Estado moderno".6
Cabe destacar que el Estado moderno fue entendido de diferentes formas. Por un lado
los iusnaturalistas y filósofos cristianos consideraban que el Estado era una organización
social determinada por leyes inherentes a la naturaleza humana. Y, por otro lado, los
pensadores renacentistas y los ilustrados del siglo XVIII sostenían que el Estado era una
creación racional del hombre. Dentro de estos últimos resalta la figura de Nicolás Maquiavelo,
cuyas propuestas teóricas fueron muy importantes para la evolución del Estado moderno,
puesto que influyeron en autores como Jean Bodin y Thomas Hobbes, quienes desarrollaron
concepciones teóricas y prácticas sobre el Estado y la labor política de los gobernantes.2
Instituciones[editar]
Los estados modernos se apoyaban en sus instituciones para lograr que la maquinaria estatal
pudiera funcionar. Dichas instituciones partieron del Consejo Real de la Edad Media
conectando con la curia regis, compuesta por miembros elegidos por el soberano al cual le
ofrecían su consejo. El rey fue eligiendo personas cada vez más capacitadas y preparadas,
realizando a poder ser un cursus honorum para que las personas más notables y preparadas
ocuparan los puestos institucionales.
Justicia[editar]
El Derecho romano resurgió ante la necesidad de regular con fundamentos legales a la
aristocracia y a la burguesía, clases sociales que constituían las estructuras estatales
modernas. Es así que se recuperó el derecho civil clásico que reglamentaba sobre lo
concerniente a la propiedad privada. Esta recuperación y adaptación de la jurisprudencia
romana fue un indicador del fortalecimiento de los burgueses de las ciudades y por lo tanto del
tránsito que se estaba dando de la economía feudal hacia una economía cada vez
más capitalista.374
La administración de justicia es considerada el objeto de la organización política e irá
adquiriendo superioridad la Justicia Real, buscando que sea única, universal y uniforme en su
aplicación (parlamentos en Francia, audiencias y cancillerías en España, jueces de paz en
Inglaterra).
Burocracia[editar]
Entre los siglos XVI y XVIII debido a las múltiples competencias que los gobernantes se
atribuyeron en ámbitos políticos, militares, económicos, sociales y religiosos,2 el Estado
moderno tuvo, para consolidar su poder, la necesidad de ejercer sus funciones indirectamente
a través de un gran número de intermediarios y burócratas. La creación de una estructura de
gobernación más compleja se debió a que a la existente se le sumaron instituciones
representativas del pueblo (como la Cámara de los Comunes en Inglaterra) y en algunos
casos también de las élites (como en Prusia, Holanda e Inglaterra con la Cámara de los
Lores). También se formaron los Parlamentos. Es así que, por una parte, el aparato estatal se
conformó por magistrados que eran miembros de la alta nobleza y que desempeñaban cargos
de validos, ministros, gobernadores, embajadores o mandos militares.
Por otra parte, cada vez se fue buscando más una burocracia especializada y jerarquizada,
por lo que el Estado requirió de funcionarios que tuvieran una preparación especial para poder
desempeñarse como servidores estatales. Estos funcionarios estaban formados en su
mayoría por la nobleza media y baja y por la burguesía letrada, pues contaban con una
formación universitaria y eran provenientes de facultades de Derecho, ya que requerían de
una formación jurídica para poder desempeñar adecuadamente sus funciones.2 Este personal
funcionó bajo el control y la supervisión del monarca, de tal manera que la burocracia
organizaba y extendía la acción de gobierno del rey. La burocracia tuvo tal importancia que
todos los Estados fundaron universidades u otro tipo de centros educativos para formar a sus
jóvenes e incluso se expidieron leyes para evitar que estos estudiaran fuera de la jurisdicción
del reino.
La venta de cargos públicos era una práctica que llegó a presentarse durante la Edad Media,
pero con la burocratización del Estado dicha práctica aumentó de manera importante entre los
siglos XVI y XVII, aunque dejó de llevarse a cabo en el contexto de la Ilustración. A través de
esta práctica las monarquías buscaban obtener ingresos adicionales que contribuyeran a
mejorar los problemas financieros estatales. Además, la venta de cargos no se desarrolló de
igual manera en todos los reinos. En el caso de Inglaterra la monarquía vendió títulos
nobiliarios en vez de cargos. Por otro lado, en España, desde el reinado de Carlos V y hasta el
de Felipe IV, los cargos que se vendieron eran poco importantes. En contraste, en Francia se
vendieron cargos administrativos y militares muy importantes que llegaron a volverse
hereditarios.23
Finanzas[editar]
Con la centralización del poder que se presentó con la formación de los Estados modernos se
desarrolló una concepción económica mercantilista, donde la capacidad de acumulación de
metales preciosos por parte de los Estados era un factor determinante de la fortaleza militar y
por lo tanto de la capacidad de imponerse a otros Estados.753
Además, entre los siglos XVI y XVIII, en el contexto de los procesos de consolidación de los
Estados Modernos y del sistema mercantilista, las teorizaciones económicas se comenzaron a
configurar como una disciplina de estudio bien definida. Es por esto que se considera que los
estudios de Adam Smith son muy importantes, pues respondieron a la necesidad que surgió
de constituir un nuevo orden económico y dieron lugar al nacimiento de la Economía Política.7
Los monarcas irán buscando cada vez más su independencia económica, es decir, buscando
la autofinanciación. Esto era posible gracias a los diferentes derechos exclusivos de las
monarquías, como eran las propiedades de patrimonio real (propiedad de minas e impuestos
como el que gravaba la acuñación de moneda) y a la creación de nuevos sistemas de
recaudación impositiva, como impuestos aduaneros. También se redactaron normas para el
control de la entrada y la salida de los bienes. Todo el sistema de recaudación era dirigido por
la burocracia. Esto provocó que poco a poco la presión fiscal tendiera a aumentar en todos los
países, creciendo a la vez que avanzaba la Edad Moderna, lo que dio origen a tensiones
permanentes con los súbditos. También los monarcas intentaron sortear las exenciones
fiscales de los grupos privilegiados.
Por otra parte, una consecuencia de los constantes enfrentamientos europeos fue el
surgimiento de las deudas nacionales, ya que por medio del endeudamiento público era
posible financiar las guerras emprendidas por los Estados para aumentar su poder.5
Ejército permanente[editar]
El ejército pasó de ser señorial a ser estatal, mantenido con fondos estatales y buscándose
que fueran nacionales, permanentes y profesionales.Comenzaron a ser cuerpos armados
cada vez más estables al servicio exclusivo del monarca.Se puede ubicar que en las primeras
décadas del siglo XVII al inicio del proceso de profesionalización de los ejércitos europeos,
siendo el ejército de la República Holandesa uno de los primeros que comenzaron a
profesionalizarse eficazmente.8
Sin embargo la profesionalización militar se dio paulatinamente y de maneras particulares en
cada Estado. Todavía dominaban en el ejército moderno los mercenarios, que solo luchaban
por dinero. Este predominio mercenario en los ejércitos comenzará a decaer tras la Paz de
Westfalia. En cuanto al generalato, oficiales y la soldadesca, se buscó mejorar su instrucción y
disciplina, aunque las academias militares no se crearían hasta el siglo XVIII. Otro rasgo
fundamental de modernidad fue que poco a poco los ascensos dentro del ejército se fueron
asociando más a los méritos profesionales que al origen social de los individuos.
Tecnológicamente, la evolución más importante del ejército fue el espectacular desarrollo de
la artillería.
La función del ejército era buscar la estabilidad interior del estado y la hegemonía en el
exterior. Es así que el ejército era considerado principalmente como una manera de solucionar
el problema social que representaban los delincuentes, vagabundos y desempleados, quienes
solían conformar las tropas de los ejércitos. Y, a pesar de las dificultades que los Estados
europeos tuvieron para poder centralizar el poder militar y consolidar ejércitos profesionales,
es indudable que éstos fueron muy importantes en el fortalecimiento de las monarquías, como
en los casos de Brandeburgo-Prusia y de Rusia.8
Diplomacia[editar]
La diplomacia tuvo a dos figuras representativas: los cónsules (representantes de los intereses
de un grupo de determinada nacionalidad residente en el extranjero) y
los embajadores (representantes enviados con una misión precisa, que representaban a su
país y a su rey). Se tendió mucho al establecimiento de una diplomacia permanente que se
organizó en cancillerías que contaban con sedes fijas al lado de los monarcas. Entre las
principales misiones de los diplomáticos estaban el informar sobre el estado de las demás
naciones, la negociación y el espionaje.
Véase también[editar]
Estado
Estado nación
Estado absolutista
Referencias[editar]
1. Volver arriba↑ Anderson, Perry (1979). «El Estado absolutista
en Occidente». El Estado Absolutista. México: Siglo XXI
Editores. p. 12. ISBN 978-968-23-0946-5.
2. ↑ Saltar a:a b c d e f g Domínguez Ortíz, Antonio (1989). «Capítulo
XIV. El Estado europeo del renacimiento y del barroco.». Edad
Moderna. Volumen III. Barcelona: Editorial Vicens-Vives.
3. ↑ Saltar a:a b c d Anderson, Perry (1979). «El Estado absolutista
en Occidente». El Estado Absolutista. México: Siglo XXI
Editores.
4. ↑ Saltar a:a b Crossman, R. H. S. (1986). «Los comienzos del
Estado moderno». Biografía del Estado Moderno. México:
Fondo de Cultura Económica.
5. ↑ Saltar a:a b c Marks, Robert B. (2007). «Imperios, Estados y el
Nuevo Mundo, 1500-1775». Los orígenes del mundo moderno.
Barcelona: Crítica.
6. Volver arriba↑ Arlotti, Raúl (2007). «La formación del Estado
moderno». Revista Electrónica del Instituto de Investigaciones
"Ambrosio L. Gioja": 218.
7. ↑ Saltar a:a b c Míguez, Pablo (2009). «El nacimiento del Estado
Moderno y los orígenes de la Economía Política». Nómadas.
Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas.
8. ↑ Saltar a:a b Anderson, M. S. (1990). «Guerra y ejército a
principios del siglo XVII». Guerra y Sociedad en la Europa del
Antiguo Régimen. 1618-1789. Ministerio de Defensa.
Bibliografía[editar]
Anderson, M. S. (1990). Guerra y Sociedad en la Europa del
Antiguo Régimen. 1618-1789. Madrid: Ministerio de
Defensa. ISBN 84-7823-106-4.
Anderson, Perry (1979). El Estado Absolutista. México: Siglo
XXI Editores. ISBN 978-968-23-0946-5.
Arlotti, Raúl (2007). «La formación del Estado moderno.
Acotaciones desde la transdisciplinareidad». Revista
Electrónica del Instituto de Investigaciones "Ambrosio L.
Gioja": 216 - 223.
Bolaños, Stefany; Ravier, Adrián (2013). «Fundamentos de la
Expansión del Estado Moderno». Criterio Libre.
Crossman, R. H. S. (1986). Biografía del Estado Moderno.
Colección Popular 63. México: Fondo de Cultura
Económica. ISBN 968-16-2402-5.
Domínguez Ortíz, Antonio (1989). Edad Moderna. Historia
Universal Vicens Universidad. Volumen III. Barcelona:
Editorial Vicens-Vives. ISBN 84-316-2167-2.
Krebs W., Ricardo (1979). La monarquía absoluta en Europa.
El desarrollo del Estado moderno en los siglos XVI, XVII y
XVIII. Fascículos para la comprensión de la ciencia, las
humanidades, y la tecnología 16. Santiago: Editorial
Universitaria.
Marks, Robert B. (2007). Los orígenes del mundo moderno.
Una nueva visión. Barcelona: Crítica. ISBN 978-84-8432-930-5.
Míguez, Pablo (2009). «El nacimiento del Estado Moderno y
los Orígenes de la Economía Política». Nómadas. Revista
Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. Publicación
Electrónica de la Universidad Complutense.
VV. AA. (2002). Historia Moderna Universal. Ariel. ISBN 978-84-
344-6666-1.
La filosofía ilustrada
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La filosofía ilustrada llegó a Chile de la mano de la política, ayudando a sostener parte de
las bases sobre las cuales se intentarían forjar las nuevas organizaciones políticas
americanas.
Entre los extranjeros mencionados cabe señalar la presencia del notable Simón
Rodríguez (1771-1854), maestro del Libertador, gran lector de las obras de Diderot,
Montesquieu, Hobbes, Rousseau y Spinoza y formidable educador, quien ejerció una
importante influencia en el pensamiento político de don Francisco Bilbao y de don José
Victorino Lastarria. La presencia de Andrés Bello, decisivamente determinante para el
desarrollo no sólo jurídico sino, además, educacional y cultural del país. En él, la
influencia de la filosofía ilustrada no sólo quedó demarcada en parte del peculiar, y hasta
el momento poco reconocido, pensamiento filosófico ecléctico que sustentaba, sino sobre
todo en la estructura normativa del código civil, heredero del código napoleónico y en
consecuencia heredero de parte de los ideales de la ilustración. A ello, se sumaron los
empeños por fundar una nueva Universidad en la que se diera curso a la importancia
soberana de la educación y a través de la cual el estado chileno pudiera asegurarse el
derecho de preservar la estrecha relación que debía existir entre moralidad y política para
la formación de los ciudadanos de la república de Chile.
Otro de los extranjeros que ejerció notable influencia filosófica en la estructura jurídica e
institucional de la entonces naciente república de Chile fue don Juan Egaña (1768-1836).
Inclinado más bien hacia la revalorización de la filosofía platónica, de carácter político,
educativo y moralizante dejó en parte plasmado sus ideales utópicos en las constituciones
políticas que redactó en los años 1811, 1812 y 1823. Al respecto, deben realizarse cuatro
pertinentes alcances. El primero dice referencia a la mentada revalorización del
pensamiento platónico que ideológicamente implicaba una suerte de crítica a los
fundamentos de carácter aristotélico y tomista sobre los cuales se había asentado, en
primera instancia, la lógica y el ideario de la colonización española. El segundo apunta a
una cuestión mucho más radical porque apela a la valorización suprema del papel del
estado, que está absolutamente presente en el pensamiento político y filosófico de Platón,
pero que ha estado, además, relacionado con la aparente afición chilena por constituir un
estado autoritario, paternalista y presidencialista. El tercero, refiere a la íntima relación
que sustenta entre virtud y educación. Y, el cuarto, al establecimiento de una visión de la
realidad más bien utópica que pragmatista. Cuestión que en América Latina y en Chile ha
adquirido particular relevancia sobre todo en los últimos cincuenta años de vida
republicana.
Sin embargo, a poco andar, surgió la figura y la obra de uno de los más originales
filósofos chilenos, Jenaro Abásolo, que a la par que comentó agudamente las obras de
algunos de los más importantes pesadores alemanes como Leibnitz, Kant y Hegel,
presentó una también aguda crítica en lo que concernía al modo en que América se
relacionaba con el pensamiento europeo, estableciendo la necesidad fundamental de que
el mencionado continente constituyera, desde si y para si, particulares maneras de
comprender la propia realidad.
LA ILUSTRACION Y LA REVOLUCION
FRANCESA RESUMEN HISTORIA
Inicio » Edad Contemporánea » La Ilustracion y La Revolucion Francesa Resumen Historia
La Revolución francesa asume poco a poco las ideas ilustradas con el fin
de obtener un nuevo orden político que se base en el principio
fundamental de la razón.
En Francia, como en toda Europa, se había
mantenido durante muchos siglos el feudalismo, lo
que producía una profunda desigualdad económica,
social y cultural. La monarquía francesa, (en la imagen
Luis XVI) como antes la española, se había
convertido en una fuerza extraordinariamente
poderosa que había arruinado al país en
continuas guerras por dominar Europa. París era una
ciudad inmensa en la que la corte reunía todo el lujo
imaginable, en perfecto contraste con la miseria de
las capas más humildes de la población. Las desigualdades sociales
impedían que germinase el espíritu de fraternidad que toda religión
pretende y que segùn la fe católica, debía alcanzar a todos, y no a una
pequeña secta, como había sucedido con las comunidades americanas.
Francia sufría una vida social caótica. Mientras que las élites americanas querían, ante todo. mantener
una ciudadanía homogénea, las élites francesas exigían una política racional que eliminara el caos social
y organizara la vida de la sociedad entera. Mientras que en América el Estado se limitaba a poner de
acuerdo a los diferentes parlamentos, en Francia el Estado, las manos del rey, era muy poderoso y
ahogaba a la sociedad con impuestos, intervenía un territorio muy unificado, y se esperaba de él que
regulara la vida de todos los hombres.