Teorias Filosoficas

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MAESTRIA EN ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS

FILOSOFIA DE LA EDUCACION

Actividad 3 Unidad 3.
Problemas metodológicos y epistemológicos de las ciencias de la educación

TUTORA: SILVIA I. TAPIA ALFARO


ALUMNO: NEFTALI TAPIA OROZCO

Morelia, Mich. a 23 de Octubre del 2019.


INTRODUCCION
La pedagogía y las Ciencias de la Educación están en una disputa epistemológica ¿A quién le
pertenece el campo de acción educativo? Desde hace muchos años la pedagogía no ha sido validada
como la episteme que subyace los fundamentos educativos al no considerársele una ciencia, al tener
un campo de acción más bien “práctico” dando cabida a la cientificidad de “las ciencias de la
Educación”. En el presente ensayo se lleva a cabo un análisis reflexivo sobre las diversas aristas que
involucran esta discusión epistémica evidenciando y revalidando a la pedagogía como la ciencia de la
educación.
Por otra parte la educación es una relación social presente en todas las actividades de la vida
colectiva de las personas. Su importancia ha sido privilegiada por las sociedades a lo largo de la
historia de la humanidad y hoy adquiere significación sin precedentes, al caracterizarse a la sociedad
como la del conocimiento y la información, rasgo que destaca la importancia contemporánea de la
educación en el devenir cotidiano de personas, organizaciones y sociedades (Batista, 2006). En este
sentido surge la pregunta ¿Cómo se educa? Hoy en día, la práctica educacional sigue dos caminos:
El primer camino, es de tipo normativo (se impone), el segundo la contempla como un fenómeno
cultural cuyo funcionamiento analiza y cuyos efectos evalúa. Sin embargo, ¿Qué se entiende por
Pedagogía? Probablemente, sean pocos quienes respondan con seguridad esta respuesta; ¿Qué
significa Ciencias de la Educación? ¿Es lo mismo hablar de Ciencia de la educación que de Ciencias
de la Educación? ¿Existe alguna visión que sea más valida que la otra? ¿Pedagogía o Ciencias de la
Educación? En el presente ensayo pretendo analizar el concepto de Pedagogía, y su desplazamiento,
por el concepto de ciencias de la educación; sin antes ser capaz de definir qué se entiende por
educacion, pedagogía, ciencia y ciencias de la educación.

EXPOSICION
En las sociedades antiguas la discusión sobre la pedagogía o la educación no era concebida como en
la época moderna; por ejemplo, vemos que la India antigua, en China, en Egipto o en Judea la
enseñanza solía ser impartida por un sacerdote. El profesor gozaba de un elevado prestigio, así como
de privilegios. A los niños judíos se les enseñaba a honrar a sus profesores aún más que a sus
padres, dado que el profesor era considerado el guía para la salvación. En la antigüedad la educación
estaba más enfocada a la formación general del hombre y del ciudadano que a la transmisión y al
contenido de los conocimientos en el sentido estricto de la palabra. En este contexto, la dialéctica y la
mayéutica, practicada por Sócrates en sus famosos diálogos, eran consideradas técnicas capaces de
hacer progresar el razonamiento y el conocimiento.

Igualmente, Platón y Aristóteles consideraban que la pedagogía debía ponerse al servicio de fines
éticos y políticos. Los antiguos griegos, cuyo amor por aprender es evidente en sus manifestaciones
artísticas, literarias, políticas o filosóficas, dieron un gran valor a la educación de los niños. Algunos
siglos después, cuando Roma estaba en toda la plenitud del imperio, sus ciudadanos continuaron con
esta práctica de acoger a profesores entre sus esclavos, normalmente griegos, integrados en el
personal de sus casas. En la edad media la Iglesia asumió la responsabilidad de la educación, que se
realizaba en los monasterios o en centros de aprendizaje que gradualmente evolucionaron hasta
convertirse en grandes universidades como la de París y Bolonia .

En los siglos XVII y XVIII hubo un renovado interés por la educación infantil y el conocimiento sobre
los métodos de enseñanza se incrementó. Fue a partir de la segunda mitad del siglo XIX cuando se
organizaron los primeros sistemas nacionales de educación, principalmente en Europa y Estados
Unidos.

Concepción de ciencia.
Las diversas concepciones de ciencia han evolucionado radicalmente a través de la
historia, destacando en la actualidad tres modelos, metodología o sistemas científicos entre los
cuales debemos mencionar el Positivista, el Hermenéutico y el Crítico. Mario Bunge en su clásico
texto sobre la ciencia, cataloga lo que distingue al conocimiento científico, el cual en lo esencial, se
destacaría por ser fáctico, racional, verificable, objetivo, sistemático y explicativo
Para John Dewey, ciencia significa la existencia de métodos sistemáticos de investigación
que, cuando se dirigen a estudiar una serie de hechos, nos ponen en condiciones de comprenderlos
menos azarosamente y con menos rutina. Como hemos podido apreciar en esta presentación de las
distintas acepciones de ciencia si bien todas apuntan a definirla desde la particularidad del autor
vemos que plantean enfoques distintos. Para los efectos de este trabajo vamos a manejar
fundamentalmente la de Bunge.

Educación
El concepto y sentido de la educación ha tenido distintas connotaciones según la época o momento
histórico en el cual se sitúe. Ahora, etimológicamente el término educación proviene del latín
educare, que quiere decir criar, alimentar, nutrir y exducere que significa ‘llevar a’, ‘sacar afuera’. El
segundo sentido es el de la educación como resultado de una acción que prepara a los jóvenes
adaptándolos a la vida, más que a la preparación intelectual que reciben en las instituciones
escolares formales. El tercer sentido al que hace referencia el autor se refiere a la retroalimentación
que se da entre al menos dos individuos inmersos en el proceso educativo. Jacques Delors el cual
afirma que la educación debería llevar a cada persona a descubrir, despertar e incrementar sus
posibilidades creativas, por lo cual la educación se sustenta en cuatro pilares que son: Aprender a
conocer, Aprender a hacer, Aprender a vivir juntos y Aprender a ser.
Las Ciencias de la Educación son más bien una tecnología, ya que su fin es la producción de nuevos
avances tecnológicos en materia educativa, no hay una Ciencia autónoma e independiente que se
pueda llamar Ciencia de la Educación, sino que ésta se basaría en tomar el corpus teórico de la
Sociología, de la Psicología, de la Economía o de la Política.
Si vemos el caso de Dewey, plantea la posibilidad de una Ciencia de la Educación, que debe ser un
conocimiento pragmático, positivista y científico, para ello se deben tomar aportes de la
Sociología, de la Psicología y de la Economía. Dewey no habla de una Ciencia de la Educación
aparte de estas disciplinas, sino que la Ciencia de la Educación se va a constituir con el aporte de las
mismas.

De esta manera el término «pedagogía» se origina en la antigua Grecia, al igual que todas las
ciencias primero se realizó la acción educativa y después nació la pedagogía para tratar de recopilar
datos sobre el hecho educativo, clasificarlos, estudiarlos, sistematizarlos y concluir una serie de
principios normativos. Dada la multiplicidad de factores que contiene el objeto pedagógico, su
disciplina tiene que apelar a las demás ciencias ampliando así sus horizontes y proporcionando a
esas ciencias un material preciso para sus investigaciones precisas. En la obra analizada se afirma
que la pedagogía sólo puede ser ciencia en un sentido amplio, ya que al tener por objeto a la
educación, es una tarea humana, individual y social, por lo cual es una ciencia reciente. Esto en
definitiva lleva a afirmar las posibilidades de conocer positivamente un hecho educativo en su génesis
y evolución y en su estado presente como realidad y como proceso.

Durkheim parte de la concepción de la Pedagogía como teoría - práctica, para el análisis y orientación
de las actividades educativas. La Pedagogía es una forma de reflexionar sobre educación, estas
reflexiones toman forma de teorías, que son combinaciones de ideas, cuyo objeto es dirigir la
acción. Por lo tanto, la Pedagogía para Durkheim no es una ciencia sino que es un arte, en el sentido
de que es un artificio o una tecnología que está referida a un cierto conjunto de conocimientos, que
permiten mejorar los procesos y las prácticas educativas. Durkheim considera necesaria la
Pedagogía porque orienta, pero no se puede confundir con la ciencia.

Es por ello que postula que se debe ir elaborando una Ciencia de la Educación, que la define como
un conocimiento básico, cuyo fin es incrementar el conocimiento científico sobre los hechos
educativos, los cuales deben ser estudiados por una ciencia, así la Ciencia de la Educación trataría
de describir, analizar, interpretar y explicar hechos del pasado o presente, en la cual investiga sus
causas o efectos y no prescribe.
El Método positivista
Es en general, aquella actitud teórica que sostiene que el único auténtico conocimiento o saber es el
saber científico. La principal aportación de Comte al positivismo es la idea de que la realidad humana
es social y también ella debe poder ser conocida científicamente. Ahora en el ámbito de la
investigación en la educación muchas de éstas tienen un gran tinte positivo, en el sentido de que
tratan, dentro de lo posible, de manejar al máximo las «variables objetivas» que se
están, eventualmente, estudiando, lo cual se lograría a partir de instrumentos de recopilación de
información lo más válidos y confiables posible, alejados de la subjetividad del investigador.
El Método Crítico
Adorno, H. Marcuse y J. Habermas, principalmente, será conocido como el núcleo filosófico de la
escuela de Francfort, y que se expresa básicamente a través de críticas a autores y corrientes
filosóficas. Frente a ella, la teoría crítica plantea la racionalidad como una crítica a todas las formas
de ideología y dominio que aparecen en la sociedad actual, históricamente derivadas de un concepto
de razón que, persiguiendo el dominio de la naturaleza, ha terminado por dominar al mismo
hombre. En el campo de la educación se encuentra en estudios de los investigadores que se insertan
y viven el sujeto de estudio desde adentro, en forma participante ya que la razón es una cuestión de
praxis, práctica, que está al servicio de la investigación, como el sentido común que nos permite
conocer lo que vamos a estudiar, ya que de acuerdo a los seguidores de este método, la razón
estaría al servicio de ideologías y modelos de dominación, y, de esta manera se estaría
transformando la sociedad.
El método Hermenéutico La hermenéutica en sentido general se refiere a la interpretación. Los
datos históricos y filológicos son sólo el punto de partida de la comprensión y de la interpretación, con
ello se acerca al enfoque trascendental kantiano y opera un giro copernicano en la hermenéutica, que
entenderá fundamentalmente como una reconstrucción de la génesis del texto, en la cual el intérprete
o sujeto que interroga debe idenficarse con el autor. Para Dilthey, también los datos textuales, lo
histórico y lo biográfico son previos al proceso de acercamiento a una realidad que se quiere
comprender, y para comprender es necesario articular los datos en una unidad de sentido. Esta
identificación entre hermenéutica y ontología se hace patente en cuanto que se aborda la cuestión del
sentido del ser a partir de la comprensión del ser del Dasein.
El hombre, en cuanto abierto al ser, es el intérprete privilegiado del ser. El gran aporte del Método
Hermenéutico a las Ciencias de la Educación es su capacidad de mostrarnos otra forma de ver el
mundo en el cual se desenvuelve el hombre como ser social.

Estado actual y desafíos al futuro


Pareciera relativamente claro que las llamadas Ciencias de la Educación han alcanzado un
significativo desarrollo en los últimos años, lo cual significa que su corpus de conocimientos se ha
cimentado a través de la investigación y la producción en este ámbito, desarrollando las bases cada
vez más sólidas de un área de las llamadas «Ciencias del Espíritu». A partir de nuestra experiencia
cotidiana en el mundo del aula universitaria podemos apreciar cómo cada vez se acrecientan los
distintos tipos de investigaciones que se realizan en el campo de la educación y la
pedagogía. Destacan particularmente en el campo de la educación el Paradigma o Método
Hermenéutico, a través de la interpretación. Cabe mencionar en éste, el Estudio de Casos, las
Técnicas Antropológicas, como son la Observación Etnográfica.

También se han realizado trabajos en el campo del Método Crítico, y más escasamente, pareciera, en
el campo del Método Positivista. La consolidación de un cuerpo sólido como ciencia requiere un
trabajo de largo aliento en el que la práctica, la experiencia y el aprendizaje se conjuguen para
fundamentar en forma coherente, congruente y lógica la validez de nuestra disciplina en el ámbito de
la larga tradición que tienen las ciencias tradicionales en el campo científico. Como lo señalamos al
comenzar este trabajo, y tomando como base a Mario Bunge en su clásico texto sobre la
ciencia, catalogaría el conocimiento científico por ser fáctico, racional, verificable, objetivo, sistemático
y explicativo. Si lo analizamos a partir de nuestra actual reforma educacional, se plantea que los
profesores que estamos contribuyendo a formar deben, dentro de otras razones, ser especialistas en
investigación.

Sin duda que lo señalado anteriormente y particularmente los métodos, no son exclusivos ni
excluyentes, ya que por la complejidad de las «Ciencias del Espíritu» podemos barajar muchas
posibilidades para el logro de los objetivos en la investigación de las Ciencias de la Educación.

ARGUMENTACION

Las Ciencias de la Educación son todas las Ciencias que aportan en teoría y
práctica al proceso formativo desde su objeto de estudio, son un conjunto de
disciplinas que estudian, describen, analizan y explican los fenómenos
educativos en sus múltiples aspectos.

El campo disciplinar de las Ciencias de la Educación se ha constituido a partir


de la intersección de un conjunto de diversas disciplinas: la filosofía, la
psicología, la sociología, la historia, entre otras; que abordan desde su
especificidad el objeto “educación”.

Los diferentes aspectos de la educación en sociedades y culturas


determinadas, son estudiados por las Ciencias de la Educación, efectuando
análisis interdisciplinarios o transdisciplinarios para alcanzar una
comprensión y explicación de los procesos educativos.

El concepto de Ciencias de la Educación Analizadas las nociones de pedagogía, educación y


ciencia, decidí ahondar en el concepto de ciencias de la educación. Sin embargo, dado que Ciencias
de la educación implica comprender que es educación y que es ciencia, me fue menester definir que
entendemos por ciencia. Dada la lógica “predominante”, entiéndase como aquella objetivista,
empirista, fáctica y eurocéntrica, entenderemos por ciencia a aquel método “empírico”, “racional”,
“verificable”, “sistemático” y “explicativo” que, al estudiar los hechos, los pone en condiciones capaces
de comprenderlos de forma menos azarosa dejando de lado la relación del ser con el pensar, con el
saber, y con el conocer, convirtiendo a cualquier otro tipo de método o saber en un mito (Walsh,
2007). No obstante, el concepto más importante para la definición de ciencia fue acuñado por Karl
Popper quien indica: “ciencia es todo aquel conocimiento que puede ser falseable” (Principio de
falsabilidad o falsacionismo). Sin embargo, a pesar de que varios de estos pensadores (Kant, Popper,
Bunge, Follari) se sesgan a la objetividad, neutralidad e infalibilidad de su conocimiento ¿Cómo
hablar de neutralidad cuando los hechos a los que apela el científico no son unos datos
inconfundibles e inmediatamente reconocibles, sino que dependen de las teorías que hay detrás?
Bajo esta lógica, el conocimiento científico rompe con el sentido común. Es este tipo de causa formal
la que permite analizar e intervenir en lo real que, en última instancia, permite a la ciencia moderna
responder a la pregunta sobre los fundamentos de su rigor y su verdad como el conjunto de sus
éxitos en la manipulación y en la transformación de lo real (De Sousa Santos, 2009). Atendido el
concepto de ciencia, es preciso ahondar en que es lo que se entiende por ciencias de la educación.
Hablar de las Ciencias de la Educación no supone referirse a comportamientos estancos e
independientes; tampoco se trata de establecer conexiones fidedignas y formalizadas, aunque, la
verdad, al incidir todas ellas en un aspecto común (La educación) muestran puntos y núcleos de
conexión y ocurrencia. Entenderemos, por lo tanto, como Ciencias de la Educación a todas las
disciplinas interesadas en el estudio científico de los distintos aspectos de la educación en
sociedades y culturas determinadas. Según Beltrán (2000): “La pedagogía fue siempre considerada
como un saber sometido”, es decir como un saber descalificado, no competente e insuficientemente
elaborado, ingenuo, jerárquicamente inferior, por debajo del nivel de conocimiento o cientificidad
requerido (A pesar de tener un campo teórico y un objetivo de estudio muy claro)”. Por lo tanto, bajo
este escenario, era comprensible y necesario realizar el paso de la ciencia de la educación
(Pedagogía) a Ciencias de la educación. Las Ciencias de la educación (“a diferencia de la
pedagogía”) abarcan el problema educativo desde múltiples objetos y metodologías, debido en parte
al afán especializador y también al interés que otras disciplinas mostraban por las cuestiones
educativas (sociología de la educación, psicología de la educación, economía de la educación,
antropología de la educación, política educacional, administración educacional, pedagogía, e inclusive
la didáctica como ciencia a parte y a la altura de la pedagogía), surgiendo, en consecuencia, múltiples
enfoques, que pronto exigieron un espacio propio aunque no una fundamentación epistemológica
diferenciada. De alguna forma u otras, las diversas ciencias humanas consideraron a la educación
como espacio propio de sus respectivos estudios. Es más, ya a finales del siglo XIX, la línea de la
Biología consideraba a la Pedagogía como un capítulo más dentro de sus líneas de estudio, la cual
se ocuparía de la crianza y adecuado desarrollo del animal humano (Cañellas, 1996). Con el avance
de las ciencias auxiliares se produce un proceso de autonomización de estas y, por ende, la
respectiva desvalorización de la pedagogía, la cual se desprestigia, se le vacía el contenido y/o se la
reduce al hacer. Esto derivó, en la fragmentación del saber pedagógico, tal como recién lo consigne,
ganando en cientificidad, pero perdiendo en especificidad. Así, autores como Durkheim son capaces
de distinguir entre Ciencia de la educación como saber teórico y Pedagogía como saber práctico
(hacer), y si bien habla en singular, subordina esta ciencia de la educación a la Sociología. Ahora
bien, si nuestro objetivo es esclarecer el sentido epistemológico de las Ciencias de la Educación, no
hay duda de que debemos buscar y encontrar un nivel de pensamiento que sea capaz de dar razón a
las diferencias y congruencias que existen entre todas las ciencias que se manifiestan dentro de esta,
dado la pluralidad de estas. Entonces ¿Cómo surgió el problema? A la pedagogía se le asoció el
saber-hacer. Es decir, se consideró como una ciencia sobre todo de la práctica, alejada de los
cánones positivistas que gobernaban la época. Por lo tanto, diversos autores consideraron que no era
una ciencia del todo. Poco a poco la pedagogía se fue desprestigiando y los arrebatos eurocéntricos y
hoy en día, la tradición estadounidense, cierran filas para considerarla como una ciencia no
experimental.

Conclusiones
Al contrario que otras ciencias la Pedagogía ha tenido que recorrer un largo camino de altibajos en lo
que respecta a su pasaje como campo científico. El mismo Flores-Ochoa (1994) plantea que la
Pedagogía es aún una disciplina científica dispersa. No obstante, esta misma idea les da validez a
reflexiones como las recién planteadas, en relación con su objeto de estudio, su estructura, su
capacidad explicativa, e indefiniciones fundamentales como ciencia. Francine Best indica que: “La
pedagogía es la ciencia y el arte de la educación. Pero como es necesario elegir, ya que nuestra
lengua prohíbe la utilización de una misma palabra para designar simultáneamente, un arte y ciencia,
no vacilaré en definir la pedagogía sencillamente como: La ciencia de la educación. Esto porque la
sustancia de la pedagogía no reside en los métodos que emplea sino más bien en las razones
teóricas mediante las cuales encuentra esos métodos, los juzga y los coordina”. Bajo esta lógica,
creo, es necesario romper con los dos mundos que se han creado en el campo educativo; Es decir,
los teóricos y los prácticos, en donde los primeros pertenecen al nivel de los que piensan y forman o
construyen conocimiento; y los segundos, al nivel de los operarios que solo están llamados a seguir
reglas. Por consiguiente, se debe comprender que la epistemología que se encuentra detrás de este
tipo de discusiones no solo se sucede a nivel teórico ya que también presenta repercusiones en la
práctica, y que, por ende, ambos mundos no deben porque separarse entregándole a la pedagogía, el
campo de la ciencia de la educación que se merece. En el caso del pedagogo, la cara cercana es su
faceta profesional e investigadora, que podrían conocerse mejor. En la cara alejada hay prejuicios,
creencias, generalizaciones y otros conocimientos sesgados casi sólo sostenidos por quienes, por
alguna razón reconocible (intereses, deficiente formación, obsesiones, etc.), han enquistado su razón
(Gascón, 2018). Bajo esta lógica con una pedagogía fuerte, la sociedad entera gana, ya que el
sentido de la sociedad es el de su educación. Sería lógico entregar a la pedagogía (y por ende a los
pedagogos y pedagogas) la confianza que no se les entrego, por el motivo que haya sido quitado.

REFERENCIAS BIBILIOGRAFICAS
Zambrano Leal, Armando Las ciencias de la educación y didáctica: hermenéutica de una relación culturalmente
específica Educere, vol. 10, núm. 35, octubre-diciembre, 2006, pp. 593-599 Universidad de los Andes Mérida,
Venezuela Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35603504 Consultado el 23 de octubre del 2019.

Beltrán, R. (2000(. Las ciencias de la educación. Entre universalismo y particularismo social. Revista
Iberoamericana de Educación. 1(2), 1-14.

¿PEDAGOGÍA O CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN? UNA LUCHA EPISTEMOLÓGICA Emmanuel Abraham Vega


Román1 o https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6557289.pdf. Consultado el 23 de octubre del 2019.

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