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1.

SERIE SOBRE LOS “AMOS DE LA TIERRA”


INTRODUCCIÓN.

Apreciados amigos, compañeros y condiscípulos en esta “Aula” llamada la Tierra.

Decidí hace algún tiempo darles una información lo más amplia posible sobre los antecedentes,
personajes involucrados, desarrollo y estado actual, de la más vasta conspiración de silencio que se
haya hecho jamás.

Grandes poderes no todos humanos, se han ingeniado para que los verdaderos orígenes de la
humanidad sean desconocidos, borrados, históricamente cambiados por otros más “políticamente
correctos”, como lo han hecho las religiones Judeo cristianas en la Biblia y otros libros “sagrados”. En
los cuales nos han MENTIDO por milenios.

Veremos en esta nueva serie, la historia oculta de hombres y ángeles. También quiénes eran los
antiguos dioses1. De dónde vinieron, cuáles son sus motivaciones actuales, como y bajo qué
organizaciones de poder se escudan y sus métodos para dominar la Tierra.

Inicialmente es necesario hacer una recopilación histórica de los descubrimientos arqueológicos, ligados
con las mitologías de los pueblos de que vamos a hablar, por ello muchas entregas serán largas aunque
no monótonas pues los amigos de la historia las encontrarán de sumo interés.

Empecemos entonces con la historia de hombres y ángeles.

DOCUMENTOS MUY ANTIGUOS.


Los mitos de los Nephilim y los gigantes en la historia de la humanidad

Representación babilónica del dios nacional Marduk, concebido como miembro destacado de los Anunnaki

Resulta esencial en la Teoría de los antiguos astronautas y la narrativa del autor


Zecharia Sitchin2 un grupo de seres míticos conocidos como los Anunnaki, quienes
según Sitchin cruzaron su propio ADN con el del Homo erectus para crear a la

1
Con minúscula para designar seres de origen no divino, cuya tecnología muy superior hacía creer a los
humanos antiguos que se trataba de dioses. NdeL
2
Zecharia Sitchin (Bakú, RSS de Azerbaiyán, 11 de julio de 1920-Nueva York, Estados Unidos, 9 de
octubre de 2010)1 fue un escritor y pseudocientífico,2 autor de una serie de libros, que promueven la teoría
de los antiguos astronautas, el supuesto origen extraterrestre de la humanidad, la cual atribuye la creación
1
humanidad —con la intención de utilizar a los seres humanos como esclavos a para extraer oro y otros
minerales de las minas. Hoy en día, estos Anunnaki son considerados a menudo el equivalente del Dios
creador del Antiguo Testamento.
Pero, ¿qué dicen realmente los textos cuneiformes sobre los Anunnaki y otros seres míticos? ¿Cómo
encaja la versión de estos seres y sus actividades presentada en los medios partidarios de la
«Teoría de los antiguos astronautas» con su representación real en el mundo antiguo?

El monte Hermón se encuentra en el extremo sur de la cordillera montañosa del Anti Líbano, a caballo
sobre la frontera entre Siria y el Líbano. El pico más alto del Hermón alcanza los 9.232 pies (2.814
metros). Gilgamesh fue famoso en el mundo antiguo por haber obtenido su conocimiento del mundo
antediluviano, según la Epopeya de Gilgamesh de Ugarit (líneas 5-9):

«En todas partes exploró los centros del poder, conocía la totalidad de la sabiduría sobre todas las
cosas. Él, que recorrió el camino distante hasta Utter-napisti, que cruzó el océano, el ancho mar, hasta
alcanzar el amanecer: recuperó el conocimiento de la era antediluviana.»
Estos pasajes cierran el círculo con la interpretación de Pipinski de la versión
en antiguo babilonio de la Epopeya de Gilgamesh, donde el antiguo rey viajó
al monte Hermón —morada de los Anunnaki.

Gilgamesh el gigante
El concepto del antiguo conocimiento del mundo antediluviano es de hecho
inherente a muchas tradiciones orientales. Por ejemplo, hay un relato similar
en el apócrifo Libro de los Jubileos sobre Kainam, hijo del Arfaxad bíblico:
«El niño creció, su padre le enseñó la escritura, y fue a buscarse lugar donde
hacerse una ciudad. Halló antiguas escrituras grabadas en la roca, cuyo
contenido leyó y tradujo, y con ellas se extravió, porque allí estaban las
enseñanzas de los Vigilantes, en las que explicaban la adivinación por el sol,
la luna y las estrellas de todas las constelaciones del cielo. Y lo escribió, pero
no habló de ello, pues temía mencionarlo a Noé, no se enojara con él por
este motivo.»
Curiosamente, hay varias fuentes antiguas
que sugieren que el propio Gilgamesh era un semidiós, un ser semi-
divino de estatura gigantesca. Según la Lista de los reyes sumerios,
Gilgamesh fue el 5 º rey de Uruk, reinando en algún período
comprendido entre los años 2800 a. C. y 2600 a. C. Si bien hay
tradiciones que consideran que el padre de Gilgamesh era el rey
Lugalbanda, la Lista de los reyes sumerios afirma que su verdadero
padre fue un «espíritu-lillu, un sumo sacerdote de Kulaba», y el héroe
es descrito en la saga como «dos tercios divino».

Se cree que Gilgamesh habría alcanzado la victoria sobre los reyes de


Kish, centralizando el poder de Uruk, y cuenta la tradición que expandió
la ciudad de Uruk, incluidos el recinto y los muros de su templo. En
varios fragmentos de una copia del siglo XX a. C. de la Epopeya de

de la cultura sumeria a los Anunnaki (o Nefilim) que procederían del planeta llamado Nibiru que
supuestamente existiría en el sistema solar.
2
Gilgamesh descubierta en la antigua Ugarit, Gilgamesh es descrito como sigue: «Superior a todos los
(demás) reyes (!), famoso por su estatura corporal» (línea 16) y también como «Gilgamesh, famoso
por su estatura corporal, héroe nacido en Uruk, toro salvaje que arrasa» (líneas 18-19).

Las líneas 34-36 del Gilgamesh de Ugarit ofrecen detalles específicos sobre la talla de Gilgamesh: «once
codos era su altura, cuatro codos la anchura de su pecho. Un triple codo eran sus pies, y sus piernas
de la longitud de una vara». Según estas medidas, Gilgamesh habría alcanzado entre 16 y 18 pies (4,8
a 5,4 metros) de altura. En cuanto al hecho de que Gilgamesh fuese un gigante, el fragmentario Libro
de los Gigantes de los manuscritos del Mar Muerto menciona los nombres de varios gigantes Nephilim,
entre ellos Ohya, Mahway, Hahya, y Gilgamesh.

Los gigantes reinan en el monte Hermón3

Volviendo al tema del monte Hermón, Gilgamesh no es el único antiguo gigante directamente asociado
con este lugar sagrado. Varios libros del Antiguo Testamento (Números, Deuteronomio y Libro de
Josué) dan testimonio de la batalla de Moisés y los israelitas contra Og, rey amorreo de Basán. En
Deuteronomio 3,11, Og es descrito como «último superviviente de los refaítas (gigantes)», y su cama
(o sarcófago) habría medido unos nueve codos de largo por cuatro de ancho, lo que significa que Og
alcanzaría los 12 ó 13 pies (aproximadamente cuatro metros) de altura.

En Josué 12,5 se revela que Og «dominaba en la montaña de Hermón y Salká, y todo el Basán […]»,
una región que incluye las laderas del monte Hermón y los altos del Golán.

Entidades del inframundo

Otro factor que conecta a los Anunnaki con la historia de los Vigilantes
y su descendencia es su condición de seres del inframundo. En los
ciclos mesopotámicos, los Anunnaki son descritos con frecuencia como
«hados» o jueces de los muertos, habitando el reino subterráneo y
desempeñando su función como «espíritus de la tierra». En tablillas
descubiertas en Nippur datadas en torno al 2000 a. C., los Anunnaki
son «los siete jueces», entidades del inframundo que acompañan a
Ereshkigal, diosa del reino subterráneo. Cuando Ishtar desciende y es
presentada ante la asamblea, ellos fijan sus «ojos de muerte» sobre
ella, haciendo que perezca.

Estatuilla de Hécate de principios del siglo XIX, diosa con quien se sincretizó Ereshkigal

Arrojados al infierno

3
El monte Hermón (Es una montaña que se encuentra situada en la Cordillera del Antilíbano. Esta cumbre
sirve como frontera entre Israel, el Líbano y Siria. La montaña se yergue hasta los 2814m sobre el nivel del
mar. La ladera noroeste de la montaña pertenece al Líbano, la oriental a Siria y las laderas sudoeste y
meridional, unos 100 km², se encuentran bajo control de Israel como resultado de su victoria durante
la guerra de los Seis Días en 1967.
3
La morada de la montaña del dios cananeo “El” también
es con frecuencia asociada con manantiales naturales y
ríos subterráneos secretos u ocultos. Pipinski asocia
estas connotaciones con las fuentes del río Jordán, una
de las cuales es el manantial de Banias, que nace a los
pies del monte Hermón. Explica además que se creía
antiguamente que la montaña cubría «uno de los canales
de las profundidades o del océano desde los cuales
llegaron las aguas del Diluvio… una erupción del océano
subterráneo sobre el que se creía que descansaba la
tierra.»

En el Libro de Enoc, Dios ordena al arcángel Miguel: «ve y anuncia a Shemihaza4 y a todos sus
cómplices que se unieron con mujeres y se contaminaron con ellas en su impureza, […] Encadénalos
durante setenta generaciones en los valles de la tierra […]» (Libro de Enoc, 10,11-12), mientras que a
Rafael le manda: «Encadena a ‘Asa’el de pies y manos, arrójalo en las tinieblas, abre el desierto que
está en Dudael5 y arrójalo en él.» (Libro de Enoc 10,4)

Hay también referencias al destino de los Vigilantes en los libros del Nuevo Testamento, entre ellos la
Segunda epístola de Pedro, en la que podemos leer: «[…] Dios no perdonó a los Ángeles que pecaron,
sino que, precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó para ser custodiados hasta
el Juicio;» (II Pedro, 2,4). La palabra de origen griego Tártaro, que aparece en este versículo, hace
referencia al infierno más profundo de la mitología griega —la prisión de los Titanes.

No sólo eran gigantes los Titanes, sino que además, al igual que los Anunnaki, eran la descendencia
de una diosa de la Tierra (Gaia) y una deidad del cielo (Urano). Algunos estudiosos consideran probable
que el mito griego estuviera basado ampliamente en las antiguas mitologías orientales. El mismo
concepto se repite de nuevo en la Epístola de Judas, versículo 6, que menciona: «[…] los ángeles, que
no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con
ligaduras eternas bajo tinieblas […].”

4 Shemihaza, Shemhazai) es un ángel caído, jefe de los doscientos ángeles caídos según el
epigráfico Libro de Enoc 6:3 y pertenecientes a los Grigori, los ángeles "Vigilantes". Se dice que está colgado
entre la Tierra y el Cielo, y forma la constelación de Orión. En el Libro de Enoc o "1 Enoc" (s. III-I a.D.C.)
se le presenta como el líder de un grupo de ángeles llamados "Grigori" (en griego: egrḗgoroi, los que "abren
los ojos", "despiertan", "observan", "vigilan"1) que por su deseo y pasión por mujeres se convirtieron en los
ángeles caídos. Hablaremos de ellos más adelante cuando estudiemos El Libro De Enoc. NdeL
5
Dudael (lit. "caldero de Dios ") es el lugar de encarcelamiento de Azazel (uno de los ángeles "caídos"),
cohorte de Samyaza . Se describe en el Libro de Enoc capítulo 10 versículos 4-7:
Y otra vez el Señor le dijo a Raphael: "Ata a Azazel de pies y manos, y échalo en la oscuridad; y haz una
abertura en el desierto, que está en Dudael, y échalo allí". Y pon en él rocas ásperas y dentadas, y cúbrelo
de oscuridad, y que permanezca allí para siempre, y cubra su rostro para que no vea la luz. Y en el día del
gran juicio será echado en el fuego.
Dudael también implica la prisión de todos los ángeles caídos, especialmente los malvados Vigilantes , cuya
entrada se encuentra al este de Jerusalén . La forma en que se describe este lugar, Dudael a veces se
considera como una región del inframundo , comparable a Tartarus

4
Uno de los gigantescos Titanes, Atlas, quien fue castigado a sostener los cielos sobre sus hombros por toda la eternidad

La verdadera identidad de los Anunnaki


Es sobradamente conocido que los ciclos mitológicos
arquetípicos de las tradiciones mesopotámica y del Próximo
Oriente tienen un origen común, y que los temas de estos ciclos
también aparecen en textos bíblicos, extra-bíblicos e incluso
coránicos. El propósito de este artículo es identificar el concepto
mítico específico presente en los Anunnaki en el mundo antiguo.

Contrariamente a lo que se dice en gran parte de la literatura


popular y otros medios de comunicación de hoy en día, la
evidencia hallada por la investigación académica de expertos y
un estudio comparativo de la escritura cuneiforme real y otros
antiguos textos indica que la verdadera identidad de los
Anunnaki se encuentra en la tradición oriental de un grupo de
semi-dioses, nacido del mestizaje entre seres divinos y mujeres
mortales que se produjo en el monte Hermón, situado en la cordillera del Anti Líbano.

Estos seres se asocian a menudo con el conocimiento del mundo anterior a un gran diluvio, y más
tarde se les atribuyen funciones diversas en el inframundo. Este hecho sugiere que, en lugar de hacer
de los Anunnaki el equivalente de los «Elohim» que crean al hombre en el libro del Génesis, más bien
deben ser comparados con los Nephilim y los ángeles caídos descritos en el capítulo 6 del Génesis, el
Libro de Enoc y otros textos extra-bíblicos.

Los Anunnaki: Protagonistas de la historia humana


Los Anunnaki, también llamado Anunna (hijos de An), fueron los dioses confinados del mundo
subterráneo. Se dice también que vivían en Dulkug o Dulku, «montículo santo». Existe un texto sumerio
llamado «El descenso de Innana al Mundo Bajo», donde se identifica a los Anunnakis como los 7 jueces
del Mundo Bajo.

La leyenda cuenta que existe otro planeta


en nuestro sistema solar, llamado Nibiru,
con una órbita elíptica, similar a la de un
cometa, y que tarda 3.600 años en dar
una vuelta completa alrededor del sol.

Según autores, es en Nibiru donde vivían


los Anunnakis, y que ellos fueron los
creadores de la vida sobre la Tierra y la
causa de la evolución genética del hombre en la Tierra.

Existen dos historiadores que sostienen esta teoría, éstos se llaman Sitchin y Martin.
5
Sobre la razón del porqué bajaron los Anunnakis a nuestro planeta no es del todo clara, Sitchin y Martin
tienen diferentes teorías que son las siguientes:

Martin indica que hubo un choque entre Nibiru y una


de sus lunas, por lo que unas delegaciones de 12
parejas vinieron a colonizar La Tierra en una nave
espacial.

En cambio, Sitchin tiene otra teoría, según la cual, los


Anunnaki vinieron en busca de metales que estaban
agotándose en su planeta.

Eso sí, ambos opinan lo mismo, que los Anunnakis


crearon a los hombres para que les sirvieran, digamos que de alguna forma utilizaron a los hombres
como esclavos.

La historia de cómo nos crearon los Anunnakis


es bastante similar a la creación del hombre por
Dios según la Biblia. Dice la historia que Enki
tomó arcilla y le dio forma, por invitación de
Nammu, aunque las primeras formas no tuvieron
éxito.

Los humanos veían a estos seres como dioses,


pues estos eran para ellos inteligentes,
poseedores de tecnologías, y conocimientos.
Con gran longevidad, pero a la vez mortales.
Estos seres fueron llamados por los sumerios
como Anunnakis. La biblia los menciona como
«Nephilim», aunque algunas otras traducciones los llaman «gigantes».

Según los sumerios, sus dioses (anunnaki) bajaron a La Tierra desde el cielo, mucho antes de que
existiera la humanidad. Estos dioses eran de «carne y hueso», vinieron a colonizar La Tierra, crearon
ciudades y cada pareja gobernaba una ciudad sumeria.

El hecho de la creación del hombre, según Frisell, es la unión entre dos razas, una raza de Nibiru y otra
la de Sirio.

Por otra parte Sitchin sostiene que el paraíso era un jardín de los Nibiru, ya que el árbol de la ciencia
era el árbol que nos permitió procrear, ya que al ser hibridos de Anunnaki y Hommo Erectus, eramos
incapaces de hacerlo. Según esto los Anunnakis no querían que los hombres se reprodujeran y cuando
lo hicieron los echaron del paraíso.

6
Debemos recordar que los mitos sumerios hablan de un paraíso llamado Dilmun, un lugar que es una
tierra pura, brillante, y santa, regada por 4 ríos de agua dulce, llena de lagos, árboles y palmeras. En
Dilmun los dioses parían sin dolor.

Hoy en día sigue siendo un misterio para la ciencia establecer el origen de la civilización sumeria,
aparecida de la noche a la mañana, con una estructura social compleja. ¿Estarán detrás de ella los
Anunnaki?

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