Apuntes Sobre Otros Escritos de LAcan
Apuntes Sobre Otros Escritos de LAcan
Apuntes Sobre Otros Escritos de LAcan
Sin dudas es una oportunidad muy valiosa trabajar en la Sección los Otros Escritos de Jacques Lacan porque sabemos
que los escritos no son lo mismo que los seminarios. En El Ser y el Uno Miller diferencia el trabajo que hace Lacan
en cada uno de ellos, allí, en la primera clase, Miller plantea que los Seminarios son un work in progress mientras que
los Escritos son “cristalizaciones” de éstos: “Mediante la escritura Lacan establece su doctrina, el uso propio de sus términos.
Es ahí, donde separa lo bueno de malo, que escoge de su Seminario lo que a su juicio merece ser aislado, preservado”.
Justamente, cuando uno lee el índice de los Otros Escritosencuentra ese tesoro, una especie de “dosis concentrada” de
las principales ideas y conceptos de la enseñanza de Lacan.
El modo en el cual los textos están ordenados adentro del libro Miller lo explica en el prólogo, y si bien hay algunos
textos de la década del 40, uno del 30, y cuatro de los años 50, el resto, la mayoría de los escritos que encontramos
han sido producido por Lacan entre 1964 y 1975. Por lo tanto podríamos afirmar que en Otros Escritos encontramos
un poderoso edificio conceptual que reúne las conclusiones que van orientando a Lacan hacia su última enseñanza.
Claro que también considero que Otros Escritos nos invita a releer los primeros textos de Lacan, los que están reunidos
enEscritos 1 y 2, decía releerlos, ni a descartarlos, ni a superarlos, ni a pasarlos por arriba, invita a releerlos desde
una nueva perspectiva, esta nueva perspectiva es la que cuenta con lo Real en el centro de la investigación de Lacan.
Hasta tal punto se trata de esa relectura que leyendo el texto nos encontramos con manifestaciones concretas de
Lacan que dan cuenta de ello, por ejemplo en el modo en que Lacan nombra “Función y campo de la palabra y el
lenguaje” en la página 485 de Otros Escritoslo menciona y lo llama “Ficción y canto de la palabra y el lenguaje”, vemos
claramente entonces cómo ya estamos en un terreno donde la verdad no sólo tiene estructura de ficción sino que en
su la-la-la (canto) es hermana del goce, esa verdad depende de lo real -explica Lacan en la página 477- en tanto su “…
decir viene de donde él la ordena”[2].
En una carta que Lacan le escribe a Althusser, Lacan dice que en sus seminarios trata de trazar las vías de un dialéctica
cuya invención fue para él una tarea maravillosa, Miller afirma que lo que orienta la tarea de esa invención es la
pregunta “¿Qué es lo real?” y que para el psicoanalista no hay nada mas natural que esa pregunta: “Qué es lo real al
final? (...) en la dimensión de las palabras, en todo lo que se acarrea en un análisis: relatos, anécdotas, deploraciones, reproches,
aproximaciones, votos, mentiras, arrepentimientos, suspiros, palabras… Qué hay en todo eso, al final, qué es real?”[3]
Sigo entonces la idea de invitarnos a trabajar esta noche los Otros Escritos en el camino del Congreso, porque la
mayoría de los textos aquí reunidos se enmarcan en el tiempo en el cual Lacan esta ajustando esa pregunta: “al final,
qué es real?”. Podríamos darle una vuelta más: “al final, qué hacemos con ese real?”. Por ahí pasa el eje principal que
articula esos 10 años de producción que concentran los Otros Escritos en esos textos que van de 1964 a 1975.
1)La primera pregunta: “…al final, qué es real?”. Encuentro una respuestas en un texto de 1967, “La equivocación del
sujeto supuesto saber” Lacan inicia este texto preguntándose “Qué es el inconsciente?”. Y cinco páginas más adelante
responde que”Todo lo que concierne al inconsciente sólo se juega sobre efectos de lenguaje. Es algo que se dice, sin que el sujeto
se represente o se diga allí, y sin que sepa lo que dice”[4]. Entonces luego Lacan explica que hasta aquí no hay ninguna
novedad, sabemos desde hace mucho que “El orden de indeterminación que constituye la relación del sujeto con un saber
que lo sobrepasa resulta (…) de nuestra práctica, que lo implica en tanto ella es interpretativa”.
“Pero que pueda existir allí un decir que se diga sin que uno [on] sepa quien lo dice, he aquí a lo que el pensamiento se sustrae”[5].
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A mi entender, en este recorte de 1967 se puede vislumbrar una referencia al inconsciente Real, aquel que ya no
quiere decir nada.
Intento pensar cómo la cuestión de lo Real se va desplazando junto con la idea de inconsciente.
Hasta el Seminario 6 lo Real era lo simbólico: “Es lo simbólico porque lo que Lacan llama lo real en ésa época estaba excluido
del análisis, y, por tanto, lo que él aislaba como lo real en la cura, en el sujeto, es el núcleo simbólico”[6]. Es a partir del
Seminario 7 que lo Real comienza a tomar forma lejos de lo Simbólico y lo Imaginario.
Llegado 1967, aquí se sitúa el escrito que acabo de citar, Lacan esta elaborando ya otra noción de real y también se
vislumbra otra dimensión para el inconsciente.
También en El ser y el Uno Miller plantea y desarrolla cómo, gracias a Hegel, Lacan puede arribar a un Real estructurado,
el de la primera enseñanza, el del inconsciente estructurado como un lenguaje, PERO -dice Miller- …eso no adquiere
sentido, LACANIANO, a no ser con la condición de que se comprenda que el inconsciente es real. Entonces el Inconsciente
Real –continúa Miller- Lacan lo guardó para sí, y sólo lo dejó escrito en su último texto (…) su “Prefacio a la edición inglesa del
Seminario XI” que es el último de los Otros Escritos”
Antes de pasar a la segunda pregunta quiero situar algo más, porque podríamos dividir la cita que mencioné en dos
partes, la primera dice:
“Todo lo que concierne al inconsciente solo se juega sobre efectos de lenguaje. Es algo que se dice, sin que el sujeto se represente o
se diga allí, y sin que sepa lo que dice”[7], luego Lacan explica que hasta aquí no hay ninguna novedad, sabemos desde
hace mucho que “El orden de indeterminación que constituye la relación del sujeto con un saber que lo sobrepasa resulta (…)
de nuestra práctica, que lo implica en tanto ella es interpretativa”.
La segunda parte dice: “Pero que pueda existir allí un decir que se diga sin que uno [on] sepa quien lo dice, he aquí a lo que el
pensamiento se sustrae”[8].
Entiendo que Lacan en la primera parte alude al inconsciente transferencial, el del lenguaje, el que se construye NO
SIN nuestra práctica “interpretativa”, claramente allí esta el Otro, el que estructura el lenguaje, el de la ley, el de la
referencia, etc. Ese es el Otro garante de lo que se dice, finalmente allí remite lo que se dice. PERO formular un decir
que EXISTE sin que se sepa quien lo dice, esto está en la segunda parte de la cita, y allí estamos en otro orden.
1)La segunda pregunta: “al final… ¿Qué hacemos con ese real?”. Aquí quisiera continuar con el párrafo que acabo
de mencionar, ya que Lacan alude a nuestra práctica calificándola de interpretativa pero a partir de allí dirige una
interrogación crítica justamente sobre la interpretación:
“…la interpretación da una entera satisfacción (…) Ante todo al psicoanalista que despliega en ella el moralismo bendecidor (…)
Es decir que se cubre por no actuar en todos los casos sino por el bien: conformismo, herencia, fervor reconciliador –y concluye–
Así las piedras con las que tropieza su paciente no son más que los adoquines de sus propias buenas intenciones…”
Ahora bien, hagamos un salto de cinco años más adelante, en un texto de 1972, “El Atolondradicho”, en ese texto
Lacan dice:
“La desgracia es que el psicólogo, por no fundar su sector más que en la teología, quiere que lo psíquico sea normal, y por ello
elabora lo que lo suprimiría (…)sería mejor que se ocupara del hombre-vuelta (homme-valte) que hace el laberinto de donde
el hombre no sale – dice entonces – …a su pesar, el psicólogo regresa al hombre-vuelta de la repetición, esa que sabemos se
reproduce desde el inconsciente”[9].
Bien, ¿de cuál inconsciente nos habla esta vez?, entiendo que aquí ya estamos en la puerta de el Inconsciente Real
aunque aún no puede nombrarlo ni conceptualizarlo como tal, lo bordea.
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A partir de 1964 (con el Seminario 11) la noción de lo real aparece en Lacan como “lo que vuelve al mismo lugar”.
Cuando diferencia Automaton de Tyche, el automaton queda del lado de la red de los significantes, es allí donde se
encarna el orden simbólico y donde se ven los significantes volver, insistir. Mientras que la Tyche es una brecha, no
obedece a una ley: se efectúa, tiene lugar, existe. Miller sostiene que es ése el anuncio de lo que en la última enseñanza
de Lacan se pondrá en valor como “lo real sin ley”. Y digamos que allí, con relación a lo real orden, tenemos lo real
trauma, es decir, lo real como inasimilable.
Bien, de aquí deducimos de qué lado queda la repetición. A la repetición Lacan la había situado al principio de su
enseñanza del lado del orden simbólico como algo automaton por excelencia, pero a continuación, a pesar de que la
repetición pueda parecer muy regular, está profundamente en el lado de lo real trauma.
Justamente la repetición freudiana es la repetición de lo real trauma como inasimilable, y es precisamente el hecho de
que sea inasimilable que hace de este real el resorte de la repetición.
Como explica Miller: “Estamos perdidos si no distinguimos ambas interpretaciones de la repetición según Lacan. Primero la
interpretación como manifestación del orden simbólico y después como repetición de lo real del trauma, y es una repetición que
viene a abrir una brecha, que viene a perturbar (…) la tranquilidad del orden simbólico, su homeostásis[10].
Por lo tanto, entiendo en esa frase de “ El Atolondradicho”, que aquellas vueltas de la repetición que se reproducen
desde el inconsciente de las que habla Lacan con el neologismo “hombre-vuelta”, es también “el anuncio” del real
de la última enseñanza.
Pero lo que me resulta más interesante es que allí Lacan localiza la “desgracia del psicólogo” en tanto esas vueltas
resiste a la “normalización”, y por lo tanto es también allí a donde Lacan advierte al psicoanalista “cuidado con el
moralismo bendecidor, el conformismo, el fervor reconciliador y las buenas intenciones” que nos vemos tentados a
desplegar en la práctica.
Al respecto, tanto en Donc, como en Sutilezas Analíticas Miller habla de un primer tiempo del análisis llamándolo
“Luna de miel”, aquel en el cual el sujeto descubre lo que Lacan llama en el párrafo que mencioné “un saber que
lo sobrepasa”, a través del trabajo analítico (interpretativo) el sujeto aprende a extraer ese saber de sus dichos, a
reconocer su decir, a enamorarse de los pasadizos de su historia. La dialéctica con el analista encarnando en el Sujeto
Supuesto Saber es fecunda en revelaciones y alivios sintomáticos durante la “luna de miel” del análisis, ¡ahhh cómo
disfrutamos todos de ese momento!
Pero, una vez producido el desenganche entre el real y la verdad[11], cuando lo que resta es la inercia de la repetición,
ese goce que insiste, retorna y resiste a cualquier intento de significación, estamos frente a otro momento del análisis,
allí ya no hay “luna de miel”.
También entiendo que como conversamos la primera noche, no es que el inconsciente transferencial se desarrolla
primero en un análisis, y cuando se agota aparece el inconsciente real, sino que esta como un tejido en filigrana, pero
lo que se va agotando son las vueltas del sentido-gozado, cada vez los agujeros del tejido se hacen mas grandes y las
fibras del bordado mas finas, mas escasas.
Pienso que ese es un momento clave del proceso analítico, y si bien veo necesario aclarar que la advertencia sobre
las buenas intensiones del analista, son validas para cualquier momento del análisis, ya que allí radica gran parte
de la “desgracia del psicólogo”, pienso que es en ese momento particularmente en el cual hay que poner la máxima
atención contra la tentación del “moralismo bendecidor”, ya que de lo contrario como lo explica Lacan en la pagina
356: “lo que el psicoanalista encubre, porque con ello se cubre él mismo, es que algo pueda decirse sin que ningún sujeto lo sepa”.
Me pregunto entonces:
• ¿Se podría pensar que éstas “buenas intenciones” de las que advierte Lacan funcionan como un intento de
compensar “la desgracia del psicólogo”?
• ¿Serían tal vez un modo de defenderse contra el encuentro con lo real en la clínica misma, encuentro que llevó
a Lacan en 1977 a definir justamente a la clínica psicoanalítica como “lo real en tanto lo imposible de soportar”[12]?
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Probablemente, nos veamos tentados a responder rápidamente estas preguntas, oponiendo a las “buenas intenciones”
el Deseo del Analista, pero avanzar sobre la ultimísima enseñanza de Lacan también interroga el estatuto del deseo
del analista. A propósito y en el marco del tema del Congreso de la AMP Guy Briole planteó en la introducción
de Scilicet “Un real para el Siglo 21”: “El deseo del analista es lo que conviene a la falta en ser, pero más allá, el analista tiene
que vérselas con un analizante que está confrontado al agujero – entonces sostiene – en el ultrapase, la posición del analista,
confrontado al Haiuno (Yad’lun) remite a otra cosa que al deseo del analista”.[13]. Bien, hacia allá nos llevarán las futuras
investigaciones.
NOTAS
1. Trabajo presentado en la Noche de la Escuela de la EOL Sección Córdoba, marzo de 2014.
2. Lacan, J.: “El Atolondradicho”, Otros Escritos, p.477. Paidós, Buenos Aires, 2013.
3. Miller, J-A: El Ser y el Uno, clase del 19/01/11. Inédito.
4. Lacan, J.: Otros Escritos, p.354. Paidós, Buenos Aires, 2013.
5. Lacan, J.: Otros Escritos, p.354-355. Paidós, Buenos Aires, 2013.
6. Miller, J-A: El Ser y el Uno, clase del 19/01/11. Inédito.
7. Lacan, J.: Otros Escritos, p.354. Paidós, Buenos Aires, 2013.
8. Lacan, J.: Otros Escritos, p.354-355. Paidós, Buenos Aires, 2013.
9. Lacan, J.: Otros Escritos, p.479. Paidós, Buenos Aires, 2013.
10. Miller, J-A: El Ser y el Uno, clase del 02/02/11. Inédito (p18 de mi apunte)
11. “Lo real, sin ley y sin sentido- es un trozo asistemático separado del saber ficcional- que imanta toda elucubración de saber” (Miller,
presentación congreso Un real para el siglo XXI).
12. Citado por G. Brodsky en los pappers para el Congreso de la AMP 2014: http://www.congresamp2014.com/es/template.php?file=Textos/
La-clinica-y-lo-real_Graciela-Brodsky.html
13. Briole, G.: Scilicet “Un real para el Siglo 21”, p.14. Grama. Bs. As. 2014.
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