Teologia
Teologia
Teologia
Conocer y profundizar la revelación Divina en su fuente escrita en los otros textos joánicos. Adentrarse en el
marco histórico de cada una de dichas obras. Identificar los géneros literarios y la correcta hermenéutica de
cada obra. Saber aplicar a cada obra los criterios de análisis literario y teológico.
Criterios de desempeño.
1) Fundamentos objetivos sobre los autores, su relación con la comunidad joánica y
con el apóstol Juan.
2) Extraer los planes y estructuras de cada obra joánica diversa al evangelio.
3) Argumentar la revelación Divina según la teología que nos presenta cada libro.
4) Conocer muy bien el contexto histórico y cultural para poder interpretar mejor
en nuestra época los mensajes.
5) Objetividad en el género apocalíptico, manejar las diversas herramientas para
poder llegar al misterio oculto en el apocalipsis y comunicarlo con eficacia a nuestros
contemporáneos, sin caer en extremismos fatalistas o negativos de la acción salvífica de
Dios.
Desarrollo temático:
TEMA 1. LAS CARTAS JOÁNICAS:
Las Cartas Joánicas: son tres las cartas que se clasifican dentro del estilo y teología joánica.
Existe una afinidad entre el cuarto evangelio y las tres cartas, por lo cual se designas cartas joánicas.
1. Dimensión Histórica:
2. Características esenciales: han logrado un desarrollo teológico que proporciona a la comunidad las
siguientes características:
a. Una continua mirada retrospectiva a lo que se anunció desde el principio (Cf 1Jn, 1-4). Es por
ello que dicha comunidad ya no está en contacto directo con el evento transmitido, y más bien
apoya su fe en lo que oyó (Cf. 1Jn 3, 11).
b. La apostasía, por ello se debe apartar a los anticristos que buscan conquistar seguidores entre
los fieles cristianos, “salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros” (1Jn, 2, 19). Se
presentan divisiones dentro de la misma comunidad (el caso de Diotrefes, Cf. 3Jn, 9-10).
c. Claro esfuerzo de las comunidades por conservar la propia identidad apostólica, rechazando las
herejías (1 Jn, 4,4), especialmente las que proceden del gnosticismo.
d. Una estructura jerárquica, deducida de la autoridad del que escribe (expresiones como “hijos
míos”, título de “presbítero” para designar un miembro con autoridad), predicadores
ambulantes.
e. Surge en las comunidades diferentes interpretaciones de los hechos y enseñanzas del apóstol.
1) Problema cristológico: niegan que Jesús sea Mesías, el Hijo de Dios. Separan el
Jesús histórico del Cristo de la fe y del Hijo de Dios (cf. 1Jn 2,22-23; 4,3.5-6). Es por esto
que se enseña “Éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesús el
Cristo” (1Jn 3,23).
2) Problema soteriológico: proviene de una cristología errónea, docetista: el Hijo de
Dios no murió realmente en la cruz. Ante esto se afirma la verdadera soteriología: “El
Hijo de Dios es el que vino por el agua y por la sangre: Jesucristo” (1Jn 5,6).
3) Problema eclesiológico: división eclesial, causada por los anticristos, ellos
“salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros” (1Jn 2,19). Desunen con su
palabra y su comportamiento. Desobedientes. El caso de Diotrefes (cf 3Jn 9-10). Ellos
olvidan la tradición histórica sobre Jesús (cf 1Jn 4,1-6) y desprecian la vida ética para
lograr la salvación, puesto que se consideran iluminados, sin pecado (Cf. 1Jn, 5-20-21), y
descuidan el mandamiento del amor (1 Jn 3,11-18; 5, 2-4).
g. El comportamiento ético: dogma y moral son inseparables. La ética surge del dogma cristiano.
No se puede conocer a Dios y al mismo tiempo no cumplir sus mandamientos: “Todo el que
permanece en él, no peca. Todo el que peca, ni le ha visto ni conocido” (1Jn3,6) y “En esto
consiste el amor de Dios, en que guardemos sus mandamientos” (1Jn 5,3).
h. Por lo tanto en las tres cartas hay una finalidad común: sostener y afianzar la confesión de la
fe en Jesucristo, enfrentando posturas adversas como el docetismo, la gnosis. Ejemplos de esa
finalidad de preservar la fe: “Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia
para que conozcamos al Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo”
(1Jn 5,20). En la segunda carta, “todo el que se excede y no permanece en la doctrina de Cristo,
no posee a Dios” (2Jn 9). Y en la tercera carta el presbítero escribe: “No experimento mayor
alegría que oír que mis hijos viven según la verdad” (3Jn 4).
3. El Autor:
4. El comma joánico (“comma” significa parte de una frase): se refiere al texto de 1Jn 5,7-8: “Pues tres
son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y estos tres son uno; y tres
son los que dan testimonio enla tierra: el Espíritu, el agua y la sangre y estos tres son uno”. Las
palabras en cursiva no constan ni en los manuscritos griegos, ni en las versiones orientales antiguas
(siríaca, copta, etiópica, armenia),ni en los manuscritos más antiguos de la Vulgata. Tampoco lo citan
los Padres de la Iglesia de Oriente, ni los escritores eclesiásticos latinos anteriores al siglo IV.
El texto no lo hallamos en las controversias trinitarias de los primeros siglos, y si fuera auténtico, sería
muy extraño que no lo hubieran usado.
TEMA 2. CARTAS JOÁNICAS. Dimensión literaria.
1. El género literario de la primera carta de Juan: contamos con tres documentos joánicos bajo el nombre
de cartas. Pero ¿Realmente lo son los tres? Hay diferencia de género entre la 2Jn y 3Jn y la 1Jn.
a. Clasificamos la 2Jn y 3Jn como cartas. Ellas cumplen con las características propias del “género
carta”: el praescriptum y el postscriptum, el cuerpo de la carta, el uso de la primera persona,
brevedad y espontaneidad, carácter privado.
b. Lo que no es la primera Carta: no es una misiva circular, no es una epístola (se mezclan
elementos circunstanciales característicos de la carta) con desarrollos universales.
c. La primera Carta podría ser más bien una homilía bautismal, por su carácter parenético y
exhortatorio.
2. Lengua y estilo: las tres poseen un mismo estilo, y emplean recursos literarios semejantes.
a. Uso del griego propio de la koiné, con pobreza en las preposiciones, por ejemplo en el capítulo
1 se usan 17 veces cinco preposiciones y además en los mismos casos. Las construcciones
gramaticales son simples.
b. Recursos literarios: se emplea mucho el paralelismo antitético. Primero se expresa una idea de
modo positivo para después pasar a su modo negativo, o viceversa, por ejemplo: “Dios es luz y
ninguna tiniebla hay en él” (1Jn 1,5), “caminar en la tiniebla...caminar en la luz” (1Jn 1,6-7).
Otro recurso es la repetición bajo la forma de recapitulación: “Queridos, no os escribo acerca
de un mandamiento nuevo, sino acerca de un mandamiento antiguo, que tenéis desde el
principio: el mandamiento antiguo es el Verbo que habéis oído. Con todo, os escribo acerca de
un mandamiento nuevo...”(1Jn 2,7-8).
c. Propio del estilo joánico es el ritmo, donde la repetición y el paralelismo desempeñan un papel
importante. Textos con cadencias binarias o ternarias (Cfr. 1Jn 2,12-14).
3. Unidad de las cartas: la segunda y tercera carta no presentan problema de unidad. Ambas son
circunstanciales y desarrollan el esquema literario propio del género. La dificultad se centra en la
primera carta, dado que ofrece aspectos literarios y doctrinales que despiertan la duda de su carácter
unitario.
a. La teología liberal del siglo XIX distinguió en la primera carta dos redacciones. Bultmann
argumenta que en la carta hay una primera redacción de carácter doctrinal, y que después se le
añadió una glosa homilética y parenética. Por su parte Schnackenburg presenta dos
redacciones así: una como resultado de la obra de un responsable de la comunidad, que
buscaba suscitar en dicha comunidad la fe; ante esto la mayoría de la comunidad reaccionó
bien, pero los falsos con sus seguidores se excluyeron; así superada la crisis, el autor regresa
sobre los mismos acontecimientos con una visión más amplia, destacando la fe y el agape.
b. Para R. Fabris, no obstante las tensiones y problemas que surgen del análisis literario, el texto
es una obra unitario, pero redactado con tradiciones y diversas aportaciones.
4. ESTRUCTURA:
a. 2Jn y 3Jn: conservan la estructura típica de una carta: Praescriptum (2Jn 1-3; 3Jn 1-2); cuerpo de
la carta (2Jn 4-11; 3Jn 3-12) y postsriptum (2Jn 12-13; 3Jn 13-15).
Completar el estudio de estos temas con el siguiente resumen presentado en diapositivas: la escuela joánica,
las cartas.
También puede servir el resumen del P. Antonio Rivero, las Cartas de S. Juan.
1. DIFERENCIAS:
Existe un movimiento apocalíptico, éste deriva de grupos de sabios judíos que analizan e interpretan con
una mirada de futuro el desfase entre las promesas de Dios y las realidades históricas.
En el antiguo testamento la figura más representativa de este movimiento es Henoc, sabio que observa la
totalidad de la historia con una óptica que se extiende hasta el fin, el eschaton (cf 1 Henoc 72-82).
El eschaton en dichos autores no se refiere a un fin cronológico, la fecha del fin del mundo y de la llegada
de un mundo nuevo; más bien como algo oculto en el designio divino, concerniente al juicio o a la salvación, y
que se presenta con inminencia.
Al movimiento apocalíptico pertenecieron a lo largo de la historia judía grupos provenientes de los círculos
sapienciales o proféticos, que permanecieron después del exilio, y se valieron de las visiones como medio para
comprender la voluntad de Dios. Los secretos divinos estaban ocultos en la creación y en el
orden del universo.
Ellos ponen como base de sus revelaciones una experiencia personal de lo divino, por medio de
prácticas espirituales como el ayuno, la meditación de las Escrituras, antiguas tradiciones secretas. Reflexionan
sobre los avatares históricos en los cuales se ubica su existencia.
Estos sabios emplean la pseudonimia, es por ellos que los libros apocalípticos pertenecen a grandes
héroes de la antigüedad, con ello enfatizan que lo que el autor apocalíptico revela proviene de un hombre de
Dios (Moisés, Enoc, Daniel, Esdras, etc,) en cuyo nombre dicho autor trasmite y escribe.
Su mentalidad suele ser milenarista. Antes de la instauración de ese reino de Dios, tiene que darse un
reinado de mil años del mesías en un mundo renovado.
Para ellos todo determinado en el plan de Dios. Así se asegura la soberanía de Dios sobre el mundo y
todos los eventos históricos. Usan en sus revelaciones la división de la historia en diversos esquemas: cuatro
reinos, setenta semanas de años, doce períodos.
3. El género “Apocalipsis”:
a. Elementos generales:
b. Relato de una visión concedida a un ser humano por medio de la intervención de un ser celeste.
El visionario puede ser guiado por un ángel hacia el lugar de la visión, o recorrer una larga
distancia hasta llegar al ámbito celeste.
1) Al ser humano, visionario, se le revelan cosas secretas: transformaciones
cósmicas, conclusión del mundo presente y advenimiento de un mundo nuevo.
2) La visión del mundo por venir, ofrece los criterios para interpretar las
circunstancias y eventos del tiempo y mundo presente, las cuales por lo general son
trágicas, llenas de calamidades y desastres cósmicos.
3) Las visiones del mundo venidero están acompañadas por una gran simbología,
números misteriosos.
4) Algunos consideran la literatura apocalíptica como la continuación de la profecía
y otros más bien como el desarrollo de la literatura sapiencial.
5) El género apocalíptico es el género profético evolucionado, donde algunos
elementos proféticos se han quedado rezagados y otros se han desarrollado en nuevas
expresiones. Tanto la profecía como el apocalipsis habla de los misterios del futuro, los
cuales desvelan. Ahora bien, esa función de desvelar que es secundaria en la profecía,
ocupa el primer lugar en la apocalíptica, y en cambio las inquietudes morales, que era
prioritario en la profecía, en la apocalíptica ocupa un segundo lugar.
6) Por ende el género apocalíptico es una síntesis nueva de profecía y sabiduría. Se
aplica a la historia concreta la visión religiosa veterotestamentaria por medio del
discernimiento sapiencial. El sabio comprende el plan de Dios sobre la historia y lo sabe
explicar.
7) Contraposición dualista entre presente y futuro, entre el mundo actual y el
mundo venidero, entre lo viejo y lo nuevo, entre el cielo y la tierra.
8) Este género precisa de un ambiente de persecución. Y la superación de dicha
desgracia no se logra por medio de las estructuras presentes, se debe sustituir este
mundo por otro mejor, gracias exclusivamente a la intervención divina.
9) El claroscuro en su lenguaje es también una parte esencial del género. Por medio
de la compleja simbología, lo enigmático y misterioso de su contenido: la historia de la
humanidad y su término final desde la perspectiva divina.
10) El simbolismo permite el paso de lo abstracto a lo concreto, por ejemplo: “la
dignidad sacerdotal del hijo del Hombre” se concreta en las imágenes de su larga
vestidura, “su poder real” por medio de la imagen el cinturón de oro, “la eternidad” con
sus cabellos blancos, “el conocimiento” con el ardor de sus ojos.
11) Lo importante es traducir intelectualmente los símbolos y no dejarse abrumar
por la incoherencia en muchos de ellos. Difícil por ejemplo de visualizar un cordero de
siete cuernos y de siete ojos (5,6) o la bestia de siete cabezas y diez cuernos (13,1), y
tratar de ubicar gráficamente diez cuernos en siete cabezas. El objetivo de los símbolos
es traducir las ideas que el vidente ha recibido de Dios y no el describir tanto una visión
como si las imágenes –símbolos sean tal cual en la realidad.
Complementar con la lectura sobre la APOCALÍPTICA, un texto de Pierre Grelot.
El mismo libro nos presenta al autor con el nombre de Juan (1,1.4.9; 22,8). Él tuvo su primera visión en la isla
de Patmos (1,9), allí fue desterrado y recibió la misión de profetizar.
Se deduce que este Juan, no es el apóstol, porque él se coloca entre los profetas (22,9) y no reclama para sí el
título de apóstol. Se trata de un profeta Juan, judeocristiano que vivió un tiempo en Asia.
Papías, Justino, Clemente de Alejandría, Tertuliano, Hipólito de Roma, sí identificaron a este Juan con el
apóstol. El motivo principal de dicha identificación: salvaguardar el origen apostólico del Apocalipsis y su
canonicidad.
Hoy en día no se le atribuye ni a Juan el apóstol ni a Juan el Presbítero. Se trata por tanto de otro Juan, un
profeta.
Se le ofrece la película del Apocalipsis de Juan, realizada por la RAI (televisión italiana), recordando que es una
película nos puede ayudar a ambientar, pero sin tomarla como una película con todo el rigor propio de la
exégesis.
2. Comunidades de destino:
Las comunidades cristianas de la provincia romana de Asia, perseguida sobre todo por Roma, bajo el imperio
de Domiciano quien ostentó su autoridad denominándose “Señor y Dios”. De la persecución de Nerón hay
frágiles indicios (Cf. el número 666 en 13,18; o la referencia a cinco reyes que ya han fallecido en 17,9-10). En
el Apocalipsis se da a entender
que el templo de Jerusalén ya fue destruido (cf. 11,2) y la referencia a Nerón en 13,18 es correcta, pero se
presenta como ya muerto.
Plinio el Joven, que escribió alrededor del año 110, desde Asia Menor, cuenta que algunos eran acusados de
confesar a Cristo. Por otra parte, el hecho de que los cristianos rechazarán el culto imperial, sin honrar a
Domiciano como una divinidad, les hacía comparecer ante los tribunales y terminar siendo mártires de su fe.
3. Fecha de composición:
Ireneo, Eusebio de Cesarea, Jerónimo: afirman que fue escrito hacia finales del reinado de Domiciano, entre el
92 y 96. Epifanio lo data en tiempos de
Claudio. El canon muratoriano y Tertuliano lo datan en tiempos de Nerón.
En definitiva la datación está en relación con el problema literario. Si se argumenta sobre la unidad de la
redacción, entonces se data en los últimos
años del primer siglo, una prueba de ello estaría en que las cartas a las siete iglesias corresponden a las
condiciones religiosas de Asia Menor en
esas fechas. Pero si se sostiene que hay diversas redacciones de un mismo autor, se podría datar las primeras
redacciones en tiempos de Nerón.
Además se debe tener siempre presente en todos los temas relacionados con el Apocalipsis que este libro se
escribió para consolar y afianzar en época de persecución a los cristianos de las comunidades de Asia Menor.
De este modo, históricamente, es durante la persecución de Domiciano donde mejor encaja la obra.
Complementar con la lectura del artículo sobre EL APOCALIPSIS Y EL IMPERIO ROMANO, de este modo
entenderemos mucho mejor el marco histórico de la obra y su influencia.
4. Composición:
a. Hay opiniones comunes de los especialistas de que se compuso en tres secciones, como plan
general de la obra: el prólogo (1,1-3), las cartas a las 7 iglesias (1,4-3,22) y el epílogo (22,6-21).
b. Pero también hay dificultades para comprender esta composición y plan general de la obra:
i. En la estructura de 4,1 - 22, 5 (las visiones de Juan): una repetición entre la primera (4,1
- 11,19) y la segunda parte (12,1 - 22,5).
ii. Duplicados: la descripción del juicio sobre los pueblos gentiles (14,14-20) es un
duplicado de 20,1ss; las visiones de las siete copas (c. 15) en su contenido se distinguen
poco de las visiones de las trompetas (8-11); sobre la caída de Babilonia se habla en dos
capítulos, 14,8 y 18; en el capítulo 21 se describe por dos veces la ciudad de Jerusalén
(vv. 1-8; vv. 9ss).
iii. Algunos fragmentos fuera de lugar: los muertos (20, 1-20) se encuentran ya ante el
trono de Dios, antes de que el mar, la muerte y el hades hayan devuelto sus muertos
(20,13);
iv. 22,3-5 es la continuación natural de 21,1-4.
5. ESTRUCTURA: La mayoría de los planes para estructurar la obra se basan en los números (siete), en
indicios literarios o en motivos teológicos.
a. Según el número siete (P. Loenertz):
i. Primer septenario: Las cartas a las Iglesias (1, 9 - 3,22)
1. Sección preparatoria (1, 9-20)
ii. Segundo septenario: Los sellos (4, 1 - 7, 17)
1. Sección preparatoria (4,1 - 5,14)
iii. Tercer septenario: Las trompetas (8, 1 - 11, 14)
1. Sección preparatoria (8, 1-6)
iv. Cuarto septenario: Los signos en el cielo (11, 15 - 14, 20)
1. Sección preparatoria (11, 15-19)
v. Quinto septenario: Las copas de la ira divina (15,1 - 16,16)
1. Sección preparatoria (15,1 - 16,1)
vi. Sexto septenario: Las voces del cielo (16, 17 - 19, 5)
1. Sección preparatoria (16, 17-21)
vii. Séptimo septenario: Las visiones del fin (19, 6 - 22, 5)
1. Sección preparatoria (19, 6-10).
b. Según indicios literarios ( U. Vanni).
i. Primera parte: Mensaje a las siete iglesias (1, 4 - 3, 22)
1. Diálogo litúrgico inicial (1, 4-8)
2. Encuentro con Cristo resucitado “en el día del Señor” (1, 9-20)
3. El mensaje a siete iglesias de Asia Menor (2,1 - 3,22)
ii. Segunda parte (4,1 - 22,5)
1. Primera sección introductoria (4,1 - 5,11)
2. Segunda sección de los sellos (6,1 - 7, 17)
iii. Tercera sección de las trompetas (8,1 - 11,14)
iv. Cuarta sección de los tres signos (11,15 - 16,16)
v. Quinta sección conclusiva (16,17 - 22,5)
c. Según motivos teológicos (Mollat)
i. Primera parte: Una visita pastoral de Cristo resucitado (cc. 1-3)
1. Visión del Hijo del hombre: Cristo fuente y centro de la Iglesia (1,4-20)
2. Cartas a las iglesias (2,1 - 3,22)
ii. Segunda parte: La Iglesia comprometida en las luchas del mundo (cc. 4 - 18)
1. La Iglesia comprometida en las luchas del mundo (cc. 4-6)
2. A través de las tribulaciones la Iglesia es reunida, y enviada (cc. 7-11)
3. La Iglesia frente a las dos bestias: la política y la espiritual (cc. 12-13)
4. La Iglesia rescatada y fiel sigue a Cristo (cc. 14-18)
iii. Tercera parte: La Iglesia transfigurada (cc. 19-22)
1. La humanidad recreada.
8. EL SIMBOLISMO: En la base de todo símbolo hay una expresión realística. Por ejemplo: Al decir que
Cristo tiene potencia y energía (5,12), afirmamos una expresión realística; pero al llamarlo “León de
Judá” usamos una expresión simbólica con el mismo significado de potencia y energía. En el Apocalipsis
se acumula símbolo tras símbolo, como una edificación vertical con diversos niveles simbólicos. Para
interpretarlos bien hay que identificarlos, asimilarlo y descifrarlos, para traducirlos a su expresión
realística.
Un Ejemplo: Ap 5,6: “Entonces vi, de pie, en medio del trono y de los cuatro Vivientes y de los Ancianos, un
Cordero, como degollado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios, enviados a toda
la tierra”. Al descifrarlo descubrimos que el Cordero es Cristo, degollado representa su muerte cruenta,
mientras que de pie a su resurrección; el número siete indica totalidad y la palabra cuernos se refiere a poder,
con lo que el Cordero es descrito con la totalidad del poder. Lo ojos significan el Espíritu o el conocimiento de
las cosas; por lo tanto el Cordero posee la plenitud del conocimiento o de los dones del Espíritu.
Complementar con la lectura sobre los símbolos del APOCALIPSIS, claves para su interpretación.
Para profundizar el tema de la dimensión teológica en el Apocalipsis, leer los siguientes textos:
- Apocalipsis de Juan y visión trinitaria.
- La teología en la Apocaliptica.
- Del artículo, el Apocalipsis de Juan, el tema III, sobre su teología.
-
Para un comentario detalla a cada uno de los CAPITULOS DEL APOCALIPSIS, leer el Comentario al Apocalipsis -
EDUARD SCHICK
Stedman.Iglesias
Apocalipsis.rtf
Teniendo presente todo lo analizado, podemos ahora observar algunos de los documentales que se han
elaborado con relación al libro de Apocalipsis. Los diferentes elementos que hemos estudiado nos ayudarán a
hacer una crítica objetiva de los que nos presentan algunos documentales apocalípticos y poder discernir su
contenido.
Bibliografía:
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del texto griego (Cristiandad; Madrid 2003).
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_______, Lectura del Apocalipsis. Hermenéutica, exégesis, teología (Verbo Divino, Estella 2005).