J.Jacob. Por Encanto Órfico PDF
J.Jacob. Por Encanto Órfico PDF
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lada English Almanacs 1500-1800, que es en realidad un estudio
consecuClon.
exhaustivo de la ~trolo.&!a en Inglaterra, rastreada desde su
Durante e! siglo XVII tuvo lugar un dramático cambio. La apogeo en e! siglo XVI hastasu decadencia a finales de! siglo XVII
I élite, habiendo favorecido una vez a la cultura popular, vino a y durante el XVIII. El libro de Capp, ilustra la conexión entre el
I mostrarse cada vez más recelosa y hostil hiCiá-e11a.La revolución
cambio científico y las relaciones de la cultura popular con la de
\ de los precios había producido una Dfecha cada v~~ mayor entre
la élite en los inicios de la Europa moderna. La astrología
los que sacaban partido de ella y aquéllos que, principalmente en
al~~_~_~.p~.~~$E...J2§,.~igl9.~2~.Y1S_ ~VI.~ c'?~9 re~rtado, según
las c.apas más bajas de la sociedad, eran sus víctimas, y éste fue
Capp, de vanos factores. El incremento de la alfabetizaci6n y la
precisamente el caso durante e! fuerte declive económico de la
imprenta crearon almanaques baratos que surtieron un amplio
primera mitad del siglo XVII. El protestantismo y la alfabetización
mercado, y este gusto popular animó a los practicantes de la
_~_~~_j!f.?~id~:... of~:deron al pueblo los medios par~ ." astrología a colgar sus letreros y a contribuir más a la literatura
I expresar su dlsenslOn y aescorrrel1nn:ó'iñ()'éi'O--I"--l'nj"'-~-~eCft-
o a lan ec o
f"-'\ { (:f:! Cl •••• ~_~,_~._'"~ .•x •••• _.~_.~ ••,~ •.•, ~ > . .
impresa. La venta de almanaques sobrepasó e! tercio de millón
antes y, así, poner de rel1evittnra:gIfldácf"actfaestrlíCtUfasóCíaI.
anual, 10 que supone que aproximadamente una de cada tres
c;'), ~
DesQé E:ifuillQ:3le'vista 'de"la"~enfe;T'er-pueblo'<y-~su-éüliúrase'-- familias compraba un almanaque al año 2. El negocio estaba
~ convert~~~_~n.· peI1grosos. 'Er-cl~ró'Y" l'6s••·tfi:itgisUados,
también activo en las consultas privadas de los astrólogos, y sus
armados con sus propilís~'versiones de la disciplina piadosa y con
clientes pertenecían a todos los niveles sociales incluyendo a
los poderes de coacci6n otorgados por el nuevo estado burocrático
veces a los más pobres que no podían pagar. La ciencia atraía a
trataban ahora de imponer sobre el pueblo una u otra forma d~
__.2..-1a cat6Tic¡i"'s~úéglda
c2.ntr~~f.QLIll~._Y.L.f.1!~~~.J,LFurit~jlJl -a;r·~ los ricos y a aquéllos de medios modestos, al grande y al humilde,
al gusto académico tanto como al popular l. John Dee, el mate-
ConCIlio g~~nto. En_.!.oda la Europa occldéniár,-¡¡te11te~1eJos
¡
de querer fomentar por más tiempo la cUltura popular, intenta mático de la corte isabelina y neoplatónico, le dio su sello de
ahora controlada y dade una nueva direcci6n. El pueblo debía
ser apartado de sus errores y fanatismos y debía enseñársele a 2 B. S. Capp, English Almanacs 1500-1800 (Ithaca, Nueva York, 1979). pp. 19-
aceptar el régimen del trabajo, el culto, y los tributos impuestos 20, 283, 286.
desde arriba. l 1bid., pp. 21, 52-52, 392. Véase también Michael MacDonald, Mystical Bedlam
(Cambridge, 1982).
del s~lo X.Y~I.-l'-ya.
en el siguiente siglo la élite había abandonado
aprobación y los problemas matemáticos prácticos que surgían de
fO-;e '~tes había sido una ciencia siempre populac'En-'el-slglo
la navegación promovieron además el estudio serio de las estre-
XVIII, sobrevivió -;; -1~oscu'n(Eid- eilt're-las' claS"e- bajas y «se
llas 4. Finalmente, la reforma doctrinal, en Inglaterra tanto como
e? cualquier otro lugar, creó un vacio psicológico que la astrología separó de la corriente intelectual hegem?nica» 8. La c~estión e~tá
V100 a llenar, aspecto señalado tanto por Keith Thomas y Alan
bien planteada: tenemos aquí una relaCión del ascenso y declive
MacFarl~ne como por Capp. La Reforma despojó al sacerdote de de una ciencia distinta, explicada en términos acordes con los
su poder espiritual mágico, por ello privando al pueblo de su patrones utilizados por los primeros historiadores modernos para
, 1 principal vía de acceso al alivio y protección de lo natural en un entender las cambiantes relaciones entre la cultura popular y la
I mundo lleno de peligros y misterio. Así, «para muchos hombres cultura de la élite en los primeros tiempos modernos.
Pero la astrología es un caso especial; fue, como hemos visto,
:), '1\era natural buscar sustitutos» a la magia sacerdotal, y el principal
entre éstos era la astrología ~. una de las ciencias que salieron perdiendo en el concurso por lo
En este sentido, sin embargo, la astrología tuvo demasiado que sería finalmente considerado la ciencia propiamen.te dicha.
éxito desde el punto de vista de las élites. Su atractivo alejaba a La victoria en esta carrera por establecer un monopolto de las
las masas de las enseñanzas de la iglesia que ponían de relieve pretensiones de verdad, la victoria en Inglaterra, pasó a la historia
las sobrias y moderadoras disciplinas del trabajo y la oración 6. unida a la filosofl~exp'~ri~~..r:ltal, corpusc,ular, a la vis~ó~?ewto- _
Este conflicto llegó a ser particularmente agudo a mitad de siglo niana del mundo y no a la de los astrologos; en realtdad, sus
cuando, durante y después de la Revolución, la astrología vino a concepciones fueron relegadas a la categoría de pseudocien~ia.
estar firmemente asociada a las posturas religiosas y políticas Por ello, la cuestión debe inevitablemente plantearse en el sentido
radicales que florecieron en esa época. El pueblo consideraba la de si el desarrollo de la ciencia de los victoriosos puede ser
~s~rología co~o._~.t.?-~.A~~mr~ .lª~_ID.l!_ch-ª-~lo~Üleconoclmieñto también asimilado al mismo sistema conceptual.
, que les permitía un acceso directo a lo natural yle;-exiiñI;-d7T~ E lo gue sigue argumentaré, s,iauiendo y ampliando los , :/)
~.J 1,:.•
{> . obediencia para con 'lbs-m¡l1ts-tr:g~'I'los-'ma-gistrados:-Aúñ'~mIs tr~QªjQL!P.is recien~~e el desar~~ de la filosofía ~atural
extrema era la 'opin16n""segÓ~ la ~;rh;;troiogfa- ofrecía una désde Francis Bacon hasta la fundaClon de la Roya! Soclety se
explicación total del mundo, de los hombres y la naturaleza, en tl aJúSi:aa 10Síñismos patrones que la astrología. En realidad, sería
la que no había lugar para Dios en absoluto. Todos los fenómenos impoSTble,creo~-qüenüD1eSesi(fc)'Qe otra forma, ya qüe'e1 mismo
terrestres, afirmaba,]. H. (probablemente John Heydon), podían proceso social que significó la muerte de la astrología favoreció
ser explicados por medio del «movimiento de los corpúsculos ... el éxito de su principal adversario, la filosofía de Bacon, Boyle y
Estos no tienen primeros motores salvo las estrellas» 7. Por la primera etapa de la Royal Society. La historia de este proceso
tanto, por razones religiosas e ideológicas, como Capp, Thomas y se encuentra entre las mejor tratadas en l~ historia de la ciencia.
Christopher Hill ponen de manifiesto, la o inión de la élite se Más que resumir la literatura'que se ocupa de relatar esta historia,
•... ---_
volvió gradualmente en contra de la astro ogla en el transcurs~
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..•._. --~._,--.. ..
, ...-.......--~.~~;~"""~_ .•..•.....•'.~.~-
lo que deseo hacer aquí es tratar este proceso desde una nueva
perspectiva. En particular deseo mostrar cómo los fundamentos
4 Capp, English Almanacs 1500-1800, pp. 19-20.
sociales de la ciencia moderna se ajustan a un patrón más
elemental de cambio en los inicios de la Europa moderna que ha
~ [bid., p. 20; Keith Thomas, Religion and the Decline 01 Magic (Nueva York,
1971); y Alan MacFarlane, Witchcralt in Tudor and Stuarl E,¡gland (Londres,
sido descrito por autores que no son historiadores de la ciencia y
1970).
6 Capp., English Almanacs 1500-1800, pp. 32, 71, 279. 8 [hid., pp. 69, 71-78, 186-187, 281, 283; Y Christopher Hill, The Wor/d
Turned Upside Down (Nueva York, 1972) (trad. casto Madrid, Siglo XXI, 1983).
7 [bid., p. 184.
que parecen no haber sido conscientes de las implicaciones que un fin en sí mismo sino un medio para alcanzar el fin mayor de
su trabajo tiene para la historia de la ciencia. la paz civil. Los rimeros ar umentos en favor de ca italismo
1.0cial~s_que 0
1
Uno de los textos clave para entender cómo las relaciones mantiene Hirschman, señalaban más sus b~cios ()
sociales de la ciencia son congruentes con un modelo histórico Iosestríc'tamente económicos 9•. Ó
más general es el libro de Albert Hirschman, The Passions and ""Al l~is~o tiempo-qü~ lo;filósofos políticos a quienes Hirsch-
the Interests: The Argument lar Capitalism be/ore its Triumph. man cita estaban creando las bases de una causa social a favor \
Aquí tenemos una obra que ilustra el punto sobre el que llamaré del capitalismo, los filósofos naturales (a quienes no cita) estaban
la atención. Escrito por un economista político cuya área de creando una causa similar en favor de la ciencia: la tarea de la
competencia es la de los probremas del subdesarrollo en e! siglo filosofía natural debía ser alentada y estimulada P~~.s.E2..9.ue
ap.E'<:~~
xx, ha tratado profundamente la cuestión de los fundamentos lá imaginación, discíj?Tírla~ rñente-;tñSe~3~~K>!L!1~J~L ¡ .
Il\ t, '\C¡
sociales de la ciencia moderna, a pesar del hecho de que ni el •.2, ~'_,la,
marav,'~1!~,~ c"re, ...p.E?~p'eridad; I
a.S,iQ.I}..f!ea,¿r,~~!F,_,f:,l~~~,e.,m."_~!}~~,Ja.
autor ni los historiadores de la ciencia han reconocido su rele- aproVééha la.~,. P~~~i?I?:~~>~9~,gm~lV~2A~syj~p.9:QJ'!-§..h.a~.i~.~n~~ 'c~~a- U \
vancia. lesq:?~,j~f.Q.~r~l:U¡lo"to.,r.iqJ.!,~?~~.comoor~~?:,Se consideraba valiosa V
¿Qué tiene Hirschman que decir que es tan importante? a-fa" ciencia porque, entre otras cosas, contribuía a la estabilidad I
Considera que, durante los siglos XVI y XVII, desta a social en un mundo en que ésta era muy codiciada. Así, el
se usieron a traba'ar I crítico ro 1 OlmIent argumento en favor de la ciencia se ajusta bastante a la descrip-
~~
'dé! or. ~n social. Hirschman da testimonio de la fragilidad de los
•.•• 1.."'''-a. .•••_.".¡.~" ••. ción de la relación de la élite con la cultura, P,op,u,lar,traz,ada por I
primeros gobiernos modernos enfrentados a constantes amenazas los his toriadores: 1~.n,iíJ,..se..mmd~tt~~I:L91t;.9,.JJl~q.i.9 .~. j1!!.1J.Q_.S.9E_
desde abajo o de la sensibilidad mostrada por los pensadores de la di~ci.e!.~~.~.~~_!E~.!i2.J:' Ja ~ei2E~~~jn:- ..~~_.~~~!!!~.~J...E2L~L
la época respecto a esta fragilidad. Ha detectado un importante que as ~i~<:i~~!~~blencrose~is~nciado del pueblo, in~entan ¡I
hilo que recorre los argumentos a favor de la paz civil: todo rrtn>Dstante controlarIo y someteno a"su-iütorídi([--:EThJósofo H
pensador construía S9.rª"mil.!I!i.entQ¿l~c:~~dor_<kJ.Lig~.day.e..Q~ •. 2 ~iHítüfár"se"a1íá-có-éi eTsáCeraüte;-eriñíñis"fioyermagistrado en la 1/
:~ ~ qüe~~~I2~~_r.?!~.~ ~:.~e.~~~fr~as _PJJ'i~~PJlp.ulares.. = tarea de refrenar las potenciaimente incontrolables pasiones po- \\
¡ c>-. '~aesfructoras de la sociedad CIVlfCOnSIStlatanto en suministrar pulares.
¡ ,-11'" ~ná",v..~1'@i]~:!·~~~E~·'~i~~güe-·.é·Stai::se~'expi~~~~ Es hora de considerar los argumentos de estos filósofos natu-
l~ "ap~lar.a '?~'~~~A~i2E!.L.g~..!:.~..con~Ut1!.!b..la búsgueda_Ee rales. Los datos están extraídos principalmente de fuentes inglesas
i ..!~.~
la~_q~~.~~~é:j.~~~9 ..9.~~I~.!!Stj::.~~~ cualquier caso, los pensado- de siglo XVII, aunque habrá ocasiones en las que se considerarán
,j res recurrían a la búsqueda del beneficio privado, e! propio' las conexiones entre las formas de argumentación inglesa e ita-
"! interés, como proveedor de la solución al problema de la conser- liana.
vación del orden y de! mantenimiento de la autoridad. Los hom- La historia comienza con Bacon, que representa la manera en
~ bres llegarían a estar tan absorbidos por su trabajo y por las que las élites europeas del siglo XVII, inspiradas por el humanismo
oportunidades de obtener un benefICIOpersonal, así tuncionaba e! é) renacentista tardío, intentaron tender un puente entre la gran
v\cl
.
·razónamiento~~..s.llCE
t fomeñ~ebelión.
.safecerían de fuerza y perderían interés por
i;;-ovedoso del razonamiento era lareva-
tradición y la pequeña, es decir, entre la cultura cortesana, acadé-
mica y literaria y la cultura oral, las tradiciones populares de la
lm;:'cTÓ;;:-ae-hcodicia que éste entrañaba. :§! des,fZ..Q._sodi<joso no. gente. Es ahora bien conocido, en parte gracias a la biografía de
será ya considerado ne ativamente como lo~bí.a sido e,n ,.la
~E a e~ Esta revaluación de la codicia fue, sin embargo, sólo O 9 Albert O. Hirschman, The Passion$ and the Jntere$t$; The Argument for
parcial, puesto que el interés propio material no se consideraba Capitalüm Before #$ Triumph (Princeton, Nueva Jersey, 1977), pp. 3·66.
(,¡~....
(.,t \,í:' I 48
D. P á be" ( (t 1'· Ó(2,·· l;, ((2 \ (;1 U' d., ...
Paolo Rossi, que ~aco~resentó un~cto de la .~.!!!.Eresa_... creciente desafío popular al orden público que muchos notables
cie~~~~_.~o~~_. a_gr:..anEa:rt~ d~.Ji.u~fuerE~~~J~s __~~cJ:!ica~d~. como él sintieron y señalaron en la época. Creía firmemente en
íoS mecáni5:.?sy l?s. in-8.~.~_eros .Y_d~)o~ o.!?j~ti.y.os
..d~_h...qlq~imia_ la capacidad del pueblo para la rebelión o al menos para producir
práctica. Bacon des'eaba el establecimiento de una ciencia centrada 11 trastornos, estando dirigido o no desde arriba. Mientras proponía
¡,
en la co~te, auspiéiada, dirigida' ~~inculcada por el estado monár- reformas radicales en la esfera científica y de! saber, continuaba
quico, purgada del entusiasmo de la élite por la metafísica griega oponiéndose firmemente a las transformaciones radicales en las
e inspirada por una inclinación hacia la utilidad y la experimen- ;-.i :j) instituciones establecidas, debido al menos en parte a que tales
tación tomadas de las tradiciones de las artes populares y las empeños podrían incitar la revuelta popular y dejar las cosas
prácticas artes anales 10. El ideal consistía en la colaboración entre peor que antes IJ. «Nada es más popular», decía que «suplantar u
el pueblo y sus superióres- tradicionales, no buscando uñ pod~ oponerse a la autoridad establecida ...» 14.
1\
!¡ 'coinpartido'o una sociedad con una 'nueva_o'iganizacióñ: siñó éori: E;xi~!:.euna paradoja e? el cen~r2....mismo del pensamientO,
¡,
r ,l' el fin de incrementar "el éonocimiento, la riqueza y' ia éficacia, O ~_~~.9.:._Yor u?~ parte, teme la. res uesta Eog,ufar an,te la
I
que la corriente baconiana de los virtuosi en la Inglaterra del hacer ciencia tal y como él la concebía, ayudaría a preservar el
siglo XVII nunca, me parece, logró conseguir totalmente, a pesar orden social. Por supuesto, en su programa de reforma del saber,
de insistir, siguiendo a Bacon, en que esto es lo que se debía el artesano se convertía en tutor del caballero y ésto podía
hacer 12. unicamente elevar su autoestima, pero no su status real. En el
Pero ¿qué ocurre con sus profesores, ellos mismos humildes y
modestos? ¿qué precio esperarían pagar? En este punto Bacon se 1J Theodore K Rabb, «Francis Bacon and the Reform oí Society», en Theodor
revela como un perspicaz y sutil pensador, enfrentándose al Rabb y E. Siegel (eds.), Action and Con1Jiction in Ear/y Modero Europe (Princeton,
Nueva Jersey, 1969), pp. 179-187: Hery E. L Philips, «An Early Sruart Judaizing
Sect», Transactions 01 the Jewish Histo"¡cal Society 01 Eng/and, XV (1946), p.
10 Paolo Rossi, PranciJ Bacon: Prom Magic to Science (Chicago, 1968), pp. 7- 65: David Cressy, Literary and the Social Order (Cambridge, 1980); J. c Da~is,
11. (Trad. casto Madrid, Alianza, 1990). Utopía and the ideal Society (Cambridge, 1981), (trad. casto México, F. e B.,
11 [bid., pp. 25'32, 56-59. 1986), p. 187; Francis Bacon, EISays, en Selected W"¡tings, p. 48, (trad. case.
Buenos Aires, Aguilar, 1980).
12 Francis Bacon, N01Jum Organum, en Hugh G. Dick (ed.) Selected W"¡tings
01 PranciJ Bacon (Nueva York, 1955), pp. 501, 531 (trad. casto Madrid, Alianza, 14 Bacon, EISays, en Selected W"¡tings, p. 146.
1985). 13 Bacon, N01Jum Organum, en Selected Writings, p. 538.
I
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1
_
frágil mundo social de Baco.n, existía un peligro implícito en este \ mismo de la ~!~ia. Por tanto, de acuerdo con Bacon, el pueblo,
que enseñaba humildad intelectual a los grandes, sería a su vez
~_-
ascenso de las miras populares. ¿Cómo se enseñaría entonces a
·humillado, y soportaría la humillación al servicio del estado cien-
estos humildes tutores? ¿Qué serviría.J?ara
~-.,.,-.- .....••• •..,,--
mantener a los cultos
artesanos en la obedienciar ~----- •- tífico La retórica baconiana sería tanto social como intelectual-
I~.
'\: Gracias al mibajo de Rossi, James Stephens y J. N. B. Bush ~~nte benefi~iosa. ha .refo..~,!!ad.•el C?npcÍll1i.ento,l~ios de des~si~.:
entre otros, sabemos que era crucial para el programa de reforma b~!lz!~..':.a.,,~~S~~~:.!~!E.?"~~.2d~~,.2S~~~. tieo~.p~eforma,
baconiano la invenció na nueva retórica 16. En este punto tendna ef electo contrano. ~l pensamiento de los notabreSse
deberíamos quizás recordar que, para los umanistas renacentistas, eñhquecería:'·Tas~p·asíones del pueblo se corregirían, la ciencia
la: retórica era una disciplina clave, ya que era considerada como progresaría, la prosperidad se incrementaría; y la delicada estruc-
tura social se mantendría intacta en tOda medida.
proveedora de los medios por 16s cuales el conocimiento podía
Aún así, no existía infalibilidad en el proceso por el que la
ser comunicado con el fin de alcanzar sus objetivos sociales 17.
ciencia podría contribuir a la estabilidad social, que en cualquier
~ara Bacon, heredero en algunos aspectos de 1~tr~~~..hI,!Jna;,,~
caso no podía ser asegurada atomáticamente. «La innata deprava-
~:s~a.:..,!~
.re~?-.~~de_~!et2ti~~..1~'!_L~~~L<L9-~_c)_~J?~glQ..w,n.. ción y perversa disposición del pueblo» siempre se debía tener
esen'Clafes para. el éxito de la empresa científica. Los hombres"
en cuenta, y la concepción cíclica de la historia mantenida por
~1[e:c1~!pIr1i¿¡~o·mIDi:.tom~_cifi?~-ªiJ~.c't!l Bacon no era un buen presagio en un tiempo en el que la
anar.9.uía Y...la confusión» porque la imaginación sin (ormación o
revuelta popular podía llevar todo el desorden, a pesar de los
~!;2Uem~9.llereñd~~.12~1É~~j~" s~7ii~t.~~~~· beneficios de la ciencia y la retórica ¡o. Bacon, después de todo,
~z9.g~. La nueva retonca reparana el daño enseñando a la trasladó la realización de su ideal social a un paraíso utópico, lA
imaginación como apelar a la razón sobre los sentidos. Los Nueva Atlántida, presumiblemente fuera del alcance corruptor
hombres educados podían entonces comunicar sus mensajes y del tiempo. .
descubrimientos al eueblo, y S~!~~'!!!'<jp2.$.~.l~_.!:!!ll'1~ La estrategia baconiana por la cooptación del pueblo se ajusta
c}smili~"y'~~~~e se lo~ e,nj!,q.<~[.!¡t~.LenulJ~PJ5!g~~~E.., al análisis de Hirschman y refleja el modelo de las relaciones
inmediatad~ sus incoñtroladas pasiones enfavor de los benefici()s entr~ la élite y el pueblo en los inicios de la Europa moderna que
¡;;;tériaIés--ae
4
tac1enci'ay"'ae1a
irivestIg;ci6~o~iid;'ySi;t;: ha Sido trazado por otros historiadores. El análisis de Hirschman
mática requerida para obtener tales beneficios. La retórica baco- ha sido confirmado también por otros indicios que ligan la
niana enseñaría a la gente a renunciar a la satisfacción presente historia, que hasta ahora se restringía a Inglaterra, con otra parte
en la esperanza de una recompensa futura mayor y a reerimir la de Europa durante el mismo período, a saber, con la Italia de
~sión sensual en favor..i<; la~ ~i§n i?t;~~al, :erpróp{;it?..-:' principios del siglo XVII. Esta conexión hará pensar, espero, en
( .
las posibilidades de descubrir un modelo más general para toda
16 Rossi, Prancis Bacon, pp. 162-163, 180-185; James Stephens, Prancis Bacon Europa occidental. Retrocedamos, pues, a Galileo.
and the Style 01 Science (Chicago, 1975), pp. 17-18, 37-39, 57-58,61-71; Katherine Las concepciones de Galileo por 10 que al hombre de la calle
Park, «Bacon's "Enchanted Glass"» Isis, 75 (1984), pp. 290-302; Y Davis, Utopía,
se refiere son representativas ¡. de la actitud más general de las
pp. 131-132. También, Robert P. Adams, «The Social Responsibilities of Science
in Utopía, New Atlantis, and Aften>, ]ournal 01 the History 01 Ideas, 10 (1949), r:'.> \1
, '.',
0
\ '>.<f
r. I ,- /'1
t '''''
I .,•••.
pp. 387-392. 19 Véanse las referencias dadas en la nota 16; Davis, Utopía, p. 128; Y Francis
17 Eugene Rice, The Poundatíons 01 Ear/y Modero Europe, 1460-1559 (Nueva Bacon, The Advancement 01 Learoíng, en Selected Writings, p. 309-311. (trad.
York, 1970), pp. 87-88. casto Madrid, Alianza, 1988).
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élites del siglo XVII. En 1615, Galileo, mientras defendía las ideas !xegética. «Por tanto, incluso si la estabilidad de los cielos y el
copernicanas y las suyas propias acerca del universo, insistía en movImIento de la tierra debe ser tenida por cierto en las mentes
que «el movimiento de la tierra» ra ~una.~propQsic.ióoSllJ.L~~.tª a de los sabios, sería todavía necesario afirmar lo contrario para
fI1~~_~I.bt_.~_~L~omresi?~ ,i7L
pue~J?~~-=~~_A.d.~~.~~,.s~ncion.~ba a preservar las creencias entre la gran mayoría del vulgo» 26. Era
1 aquellos clérigos «que preCflCaban la condenabllldad y hereJla de
la nueva teoría desde sus púlpitos con insólita confianza, haciendo
una argumentación inteligente, tal vez demasiado inteligente:
«Las mentes poco profundas del pueblo llano» deben ser protegi-
por ello un agravio despiadado y desconsiderado no sólo a esta das de la verdad respecto al universo para que no «se confundan,
doctrina y a sus seguidores, sino a todas las matemáticas y a los se vuelvan obstinadas y contumaces en la aceptación de los
matemáticos en general 22. Uno de los amigos de Galileo, Giovanni principales artículos que son absolutamente materias de fe» 27.
Ciampoli, explicaba en una carta dirigida a aquél las bases de su Inteligente o no, la ar!)umentación de Galileo a la larga, como
antagonismo con respectO a tales clérigos: «Todavía no he hablado sabemos, no funcionó. Este fue, sin embargo, sólo el principio de
con alguno que no juzgase una gran impertinencia por parte de una larga historia.
los predicadores querer entrar en sus púlpitos y discutir tales Cinco años más tarde, en 1620, el dominico Tommaso Cam-
materias elevadas y profesionales entre mujeres y gente ordinaria, panella, habiendo sido encarcelado en 1599 por la revuelta fra-
donde existe un reducido número de individuos educados» n. guada contra España en Calabria, cambió de partido y se convier-
Galileo fue aún más lejos. Demostró su actitud hacia «las tió en apologista del rey español 28. En su Monarchia di Spagna
mujeres y la gente ordinaria» en la defensa que propuso en favor desarrolló otra concepción de la conexión entre la filosofía natural,
de la nueva astronomía contra las críticas de la Iglesia. Construyó la autoridad política y religiosa y el pueblo, concepción muy
diferente de la de Galileo y considerablemente maquiaveliana.
I;ln ~~3gpa!pien..!0el}, «;1 q~e s~".ponía_ de .p~r,te de la.. ~r~qk!ºQ_
~w:pal}~Va. es ta~a ~~.!9:~~!LS0ll_ GalileQ.S..P_q~..L.b.2!!!pr~.
clerical contra el. pu~blo. PI~nteU~~~tión, ..e!1__?t~~ pa!~:~_
6 ordinarios y las mujeres podían ser «contumace» eSp.ecto-ª...lft
como .si- se.. tratara de. un __a~un!o_ d~ d.~~_élit~~s.pr<?f.eslOnd~~,~.~_.
autoridad. tomo~revé>lüCioñáiio'-retor~rñ-;ao~a saber de lo que
matemáticos. y teólogos, dirigiendo a las masas;.,¿~ómo funcionaba
estaba' hablando. Pero aquí se separó de Galileo. Éste último
suárgumentacíón? Los'
teologos: 'aecÚi"<;'iíil;o, habían mantenido
había dicho que la filosofía natural debía mantenerse apartada
durante mucho tiempo que la Biblia estaba llena de pasajes
del «vulgo» ya que podía hacerlo más «contumaz». Campanella
«puestos por escrito ... por escribas sagrados con el fin de acomo-
por el contrario, afirmaba que el estudio de la naturáTeza debla
darlos a las capacidades del pueblo llano que es tosco y sin fOñleOtai'Se en re e -pue61Ocon e fm de promover a oEiedlencia
educación» 24. Estos pasajes podían contener un significado más a-·Iaa-mórlcfád: ..·Campañel1ae5i:a a convencido de que la filosofía
profundo, que había sido siempre tarea de los teólogos descubrir 25. natural, en lugar de provocar el cuestionamiento de la autoridad
En este punto, Galileo alió la nueva astronomía a la tradiCión
____________________ ..-............ S''''1 por parte del pueblo, absorbería sus intereses y por tanto desviaría
su atención de la disidencia política y religiosa. La ciencia canali-
21 Galileo Galilei, Letter to the Grami Dllchess Ch";Itina, en DÍIcOfJe";eI and zaría además las energías hacia una empresa próductiva, energía~
OpinionI 01 Ga/i/eo (Garden Ciry, Nueva York, 1957), p. 169. (trad. cast., que de otra forma podían ali~entar los disturbios 0E.ulares. Por
Madrid, Alianza, 1987)
22 [bid, p. 177.
26 [bid. p. 200.
23 Ibid. p. 161.
27 Ibid. p. 200.
24 [bid. p. 181.
28 Frances Yates, Giordano Bruno ami the Hermetic Tradition (Londres; 1964),
[bid. p. 181-182. pp. 360-367, 385-389. (trad. casto Barcelona, Ariel, 1983).
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medio de la ducación científica, ecía Campanella, «la mentes de ser impuesto, iomlcado eo..l!1,garqe)gfringi.~?' El argumento de
e creaL.. cualquier problema, y serán Bacon, como hemos visto, estaba también políticamente calculado,
inCitadas a dirigir sus estudios en una dirección que pueda ser pero él esperaba, además, una empresa científica colectiva en la
útil al rey» 29. La ciencia popular, en otras palabras, serviría a dos que el pueblo y la élite participasen y en la que se enseñasen
tipos de propósitos, los técnicos y los políticos. mutuamente. Esta argumentación baconiana sale a la superficie
Campanella puede haber sido uno de los primeros en plantear de nuevo en Inglaterra justo antes de las guerras civiles y con un
este sorprendente argumento, pero no fue en modo alguno el nuevo empuje milenarista.
último. Como ha mostrado recientemente CarIo Ginzburg, a La estrategia de Bacon para la consecución del «progreso del
finales de siglo, después del proceso de Galileo, los pensadores conocimiento» desempeña un importante papel en la historia de
italianos Sforza Pallavicino y Virgilio Malvezzi hicieron una la ciencia en la Inglaterra del siglo XVII. Charles Webster ha
defensa muy similar de la utilidad social de la ciencia. Era demostrado que Samuel Hartlib, John Dury y Gabriel Plattes,
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correcto, decían, que el pueblo, los artesanos y los campesinos, entre otros, siguieron el programa de reforma baconiana en las ..i
debían mantenerse fuera de la política, que estaba más allá de tres décadas anteriores a 1660 y lo conviertieron en un elemento i .'~("
./ sus limitadas capacidades de comprensión. L¿:política, continuaban, central de sus propios proyectos 'Jd1rigi<Iü's"'¡"la- éüñsecúcíó"ñdela \
.•••. jRresupone una sabiduría secreta C0.!2~Ci9~s~lo P.<2rlos Ed~~ Reforma Prot'esfanre -éñTnglate-;~~~\1viébster-'fiasosteñidopersua-
,--¡. 1.: (~1eroTaCleñCiapueae- pof1efs'é a disposición cu~J.~k.~qy~e,. O siVamente que "lOsproyéctóS baconianos del círculo de Hartlib
C~ .\.lll- ~ª-$I~~i}::!2:?~~:~r.§~Ja.:~l~Ii!a..:JY.~ ..i~-
..2É~!:a.,~Ü?n..~?~.~~ poseían además una inspiración milenarista, esto es, «el progreso
't.-~s. rencia de las de la P?}.í~.i.~~.!.~2.n~f~gyl~!,es.Y_~,ª~.fi!?l~s.
Por tanto, del conocimiento» sUfonía contribuir a ~~~~j2!¡UF...áL.&.~9q~1
~ la" mvesrigacioo'Clé'ñtífica podía con toda seguridad ser alentada temporal y espiritua que equivaldría a la consecución de un
\,~ entre el vulgo y en la medida en que el pueblo se comprometiese ~.iIeriió·.piO~~~Úlnf~,:.Y!J.~~éRÓ<a: paz' ü·nI~ers.il;"piedad
<t1!f.~9.~fa'de·
,. \\,~ con el estudio de la naturaleza, la política podría convertirse en y -piospeddad en la que Inglaterra se' pondrÍ¡i"'i hi cabeza>r: La
",''-.l) . lo que debía ser, un monopolio de la élite, con la consecuente visión de'l(;s"bacoiílanos~aeñÍ1ta <feslgloera Clertañieñteiñile-
.~\,\.{¡\f reducción del desorden producido por la agitación popular lO. narista. Querían edificar una sagrada república que eliminase los
", ~\.1 Aquí tenemos otro argumento para dirigir la ciencia que abusos del pasado, sus motivos eran religiosos, en especial pu!,i-
'\ deriva de su utilidad putativa en el mantenimiento de la autoridad tanos, y, en un esfuerzo por conseguir sus objetivos, se asociaron
tradicional. El argumento es enunciado por la Contrarreforma 'a1'a' causa puritana y al bando parlamentario durante las guerras
italiana en parte como respuesta a la reación de la Iglesia a la civiles y el Interregno.
nueva astronomía y particularmente a las defensas de Galileo y Lo interesante es la forma peculiar de esta concepción. Cuando
sus manifestaciones. a ciencia le'os de ser peli rosa es olítica- miramos debajo de la superficie, vemos que su imagen del futuro
mente valiosa. El ell iano es el maquia- milenario era considerablemente rígida, estática y JerarqUlca. Cler-
U\ ( 'velismo, la eXp'licita~i{>nde su cálculo ~?lítico .. La ciencia se' Tamen'í:e.o.o-deposltaoan- ya-~Sücon uiñíá-eii"'el rey y en la
:~L/ c~~v~.e:!:~·~~ih.IQg,mm~P..!?~ollt1~~r.ii~~~ él ~ás. efec~ivo
de todos porque np_~.12!!QltlVO.Pl}ede ser fomentaao en Iug'aFde
aristocracia hereditaria, pero sí en los parlamentarios y hombres
píos con riquezas y talento l2, Sin embargo, su pensamiento
{'.l,~-r ti':; ~('I.~ ( c"-' Vv'
;"1'"-(" ~ ·I·"(~··~·· ~ -
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w '29 Citado en H~nry Stubbe, Campane/la Revived (Londres, 1670), p. 3. II Charles Webster, The Great Imtauration: Science, Medicine and Relorm,
1626-1660 (Londres, 1975). pp. 1-31.
lO Carlo Ginzburg, «High and Low, the Theme of Forbidden Knowl dge in
the Sixteenth and Seventeenth Centuries», Past and Present, nQ 7 1976), l2 Charles Webster (ed.), Samuel Hartlib and the Advancement 01 Learning
pp. 28-41. \¡\d~ ~UlC1j[,.C~ (Cambridge, 1970) p. 112.
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James R:')acob
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:1 presu~~e que si bien la rique~a si .':l~ habi~~)~pj~i~9~v"' El argumento en favor de la utilidad social de la ciencia
tampoco desaparece en la Restauración (ni mucho menos). El
¡ y..~l p~I~_n,~~t!!...E!:O~st1"'E.~~!@!2~2.t.?_d,ªj&ualmente.
Consideraban
l~tencia, espedalmente la ciencia aplicaJi',-cámoIacIave de la. programa de la Royal Society, fundada en 1662, proporciona la
~ispefl~ad y por ta~to se debía asegurar_<:!..porv~!ÚU<?!''''pe~9
t.
evidencia más rica y completa que poseemos para sostener que la
un programa ae eoucactón ClentífiCil. La estructura de este cienci~, moderna s~_-ª~Em.UQ._e.'l-p.JlJ..te•...'Qroo"",.J~~Rl!.~,s.!.~......a
'lo~
rograma és' reveraaora":rIa1:mh:l:~~<4~cuelas () des'órdene~ j:>o~l~~.~..J:2,.~,.._s.~~~~D?.iUS!e~=.~~!.e.i!~
res ~f.tOa.Jª-
, ~~cnic~R~JeL!!1aSasi:.g~.~~~!.~-f.Q!M_tri;l~ amenaZa __ Qe~~~E:~jo. Los principales portavoces de la Royal
_~)a élite, ~enseñarán
t~c.:n~~.§J--y~~!a.~.C-.s.Ql~?~.!!obl~s» E. Society elaboraron en detalle una fórmula social en la que se
.,J _S~P~Dº~r. No se explica que muy pocos, si
q<:_n~}3-_}eoflca afirmaba que la empresa científica desempeñaría un papel clave
alguno, del «pueblo» tendrán la oportunidad de asistir a las en la resolución de los urgentes problemas sociales y religiosos y,
escuelas nobles_ Se presupone que los hijos de los pobres .irán a así, preservaría la jerarquía social en la iglesia y el estado. Tal
las escuelas técnicas y que la élite pagará para enviar a sus hijos vez sea apropiado afirmar que el argumento social en favor de la
a las escuelas nobles. El milenio verá la inauguración de un ciencia debe haber alcanzado su máximo desarrollo en Inglaterra
sistema de educación prácticamente universal, y esto es cierta- durante la segunda mitad del siglo XVII. Existía la obra y "el
mente nuevo y radical. Pero el sistema mismo no es igualitario ejemplo de Bacon a seguir, y se ha convertido en un lugar común f
ni siguiera aparejado a la promoción de la movilidad hacia decir que la Royal Socie.ry era baconiana en inspiración. Se cree • i
arriba H. habitualmente que ésto se refiere a la dedicación_~_la_S,.Qhi...~fL f
Los presupuestos que están detrás de esta imagen se ponen ¡¡método experirrieñtaI y" aGi"bÓsqueda& un <;onocimieni9 ú!il. t
de manifiesto por lo que Hartlib y Dury dicen en otro lugar. Ahor-¡'vemosque -hay--illJ.tereer·áSP~ que se la puede
Describen una sociedad en la que un gran número de personas caracterizar como seguidora de los pasos de Bacon: la cienc,ia
son pobres, parados y refractarios. Estos representan infinidad de ofrecía una fórmula ara preservar la estructura 'erárquá:a vtgente
obstáculos en el camino de la consecución del milenio. Hartlib y de la sociedad contra la su verSlOn en manos del pueblo. Y, por
sus asociados condideran, al igual que Bacon, esta población, los supuesto: éste era un proyecto que el clero y los magistrados
pobres y el vulgo, como una amenaza al orden social. Como ingleses consideraban sobre todo urgente después de 1640:y (
Bacon, también, piensan en la ciencia como una ayuda que pro- especialmente después de 1650. En ningún otro estado en los ljílQ
porciona la cura. Del conocimiento de la naturaleza vendrá la inicios de la Europa moderna el orden social estuvo tan cerca de J
industria y la tecnología que crearán empleos para aquéllos que ser trastornado y la ciencia baconiana fue invocada por los líderes
de 10 contrario serían pobres y desempleados. La ciencia fomentará de la Royal Socie.rypara mantener las cosas en su lugar. Veamos
tanto la prosperidad como un orden social estable y los dos el argumento social desarrollado y expuesto por los principales
objetivos son igualmente importantes. En una sociedad tal, los portavoces de la RoyalSocie.ry (Roben Boyle, John Wilkins,
pobres no sólo conocen su sitio, sino también obtienen un empleo Thomas Sprat y Sir Chiristopher Wren).
y una educación en las «escuelas técnicas» para mantenerlos en Se ' n estos a logistas anglicanos la moderación religiosa, la
su lugar 34. comprensión eclesia, a o e tencia civil, la em resa piwa a y el
{j~G 15ene1CtOstrven a a causa. e a re arma. La receta para conse~ ()
l
33 [bid., pp. 165-192.
esrosobjetivos ~utame¡{te beneliClososesIn~ilciaexper,¡"iñéntal.
1 Su dtSClphna templa las paSlOnes religiosas y ayuda a los fiom6&s
34 [bid., pp. 112-113, 127-128. Valerie Pearl, «Puritans and Poor Reli~f: the
London Workhouse, 1649-1660», en D. Pennington y K. Thomas (eds.) Puritans 1 a evitar los dos enemigos de la religión verdadera: el fanatismo
and Revo/utionaries (Oxford, 1978). pp. 217-222. ~ de las sectas y la sumisión en masa de los católicos a la autoridad
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59
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papal y a la tradición eclesiástica. Si esto no es incentivo suficiente, ,La ciencia de aCl1erdo con Wren, ofrece los !J1~iQS por Ips
están las ventajas materiales de la ciencia. Los hombres enterr.a¡jJJ,........ 3~!..
..~~.p_ue....de
obtener la «Qbedienci~» y la preservac,i9~ 4.e10E~en
sus diferencias religiosas ~nl<!.yor de las oPüRünll1~e.Qe¡ socia0l-.üWJ!LswLMirmaba
....•..•..•........... ~:'O--7---...l-#
Bacon. En realidad, la conexión
er-··IJareftcto-qcreIáCí~~ cr~-conla~l'n~ersl'Z;~ comercial entre Bacon y Wren es aún mas estrecha, puesto que el pasaje
-rreg¡-Ceré~iñpleo"p~a'élqüélios que en caso contrario podían causar
..
citado representa una glosa de la leyenda de Orfeo que llama la
problemas a la iglesia y al estado. La nueva economía política atención sobre el mismo punto en que lo hace Bacon en un
que la ciencia puede fomentar en casa y en el extranjero es pasaje clave de su ensayo sobre Orfeo en De sapientia veterum
¡
equivalente a la realización de la Reforma. Para confirmar ésto, (1609). ~.t¿este p~,~je s~aLt~e 9!!.~J:.D.~~~UJ..~...Q.~¡;ia.)
sólo hay que leer la Biblia. La religión verdadera se basa en la
Escritura, y la Escritura revela una religión cuyos objetivos son p_e~a",~;,a.'~~,',a,_,g~~_9.!'~".ig,)J,~,!, ,!lO, .t.l~.~d<:~Q,W,'~,,'
..,9~~''''~',.e,_!,:,r~,~~Qf, ~_,~_ W ren,
enseñando «a las gentes a reunIrse y UOlrse y a ,!sumi!:-.cl_}WBo
exactamente los de la Royal Society. La Royal Society misma es de la~ieyes -y"som~ters~-i;--·¡~ton(fáa;IK9.FQaüg~ d~~:e.n(cenada-s
un modelo para toda la nación: invita a los miembros de confe-
siones, aptitudes y estratos sociales diferentes (lores, caballeros,
·,'~~íO~?~~;,~~Séücfiañao-"r_~~~gr~9i¿,J2LP~!:~~I.?!2~~.Y-k
-
a...» \7. Durante"el 'ltenacimiento italiano Orfeo, el músico, se
comerciantes, tenderos y artesanos) y diluye sus diferencias, mien-
. había convertido en el símbolo de la elocuencia que llevaba a los
tras extrae sus conocimientos diversos, en pos de la ciencia
experimental por el bien común como la Sociedad lo define 3j. hombres de la barbarie a la vida virutosa y civilizada 38. Para
Bacon, por supuesto, ésta era la funC1ó,;"a'é"'á'"'élfficia"TSiguiendo
Condensando la ideología que acabamos de describir y, en
particular, la idea de que la ciencia de la Royal Society es la base esta tradición renacentista de interpretación, tomó la figura de
del orden social y la prosperidad, Christopher Wren justifica la Orfeo con su lira como símbolo del poder civilizador de la
incorporación real de la Sociedad en estos términos: «esa obe- filosofía natural 39. ¿Estaba diciendo Bacon que la ciencia repre-
diencia puede suponer evidentemente no sólo la felicidad pública, sentaba una elocuencia nueva y superior, una retórica con los
sino también la felicidad privada de muchos súbditos ... El camino medios necesarios para dominar a la ingobernable multitud?
hacia un gobierno tan feliz sólo puede ser facilitado por la Creo que 10 estaba haciendo, y pienso que Wren estaba posible-
promoción de las artes y las ciencias útiles, que, en un largo mente siguiendo el ensayo de Bacon en este punto. Tanto para
estudio, se ha descubierto pueden ser la base de las comunidades Bacon como para los fundadores baconianos de la Royal Society
Civiles y los gqbiernos libres, y qu~ congrega multitudes en las la ciencia no suponía retirarse totalmente de los desórdenes
ciudades por un encanto de Orfe0l..Y los '!.~_~Il-fQm..eañí~si..2s:. religiosos y políticos, como se ha dicho en repetidas ocasiones.
~' manera que, 15foveyenaose comótií"era de diversas artes y. m~to_<!9s
r
1,
Para ellos la ciencia constituía más bien una fórmula para com-
!de-hrirrdtisTflacadáliñOpoCIrT;-á15asteéérsepor--ffiecIiZ> <fe' un
prometerse con el mundo de la forma más adecuada, una fórmula
\ f cOlñercio-mutUO~cre las facultades peculiares de los otros, y, por
t consiguiente, las distintas miserias y los esfuerzos de esta vida
,'ó ) ~i
! ',\ (, ~
,delicada, podrían ser, por todos los recursos que se tengan al 37 Bacon, De Sapientia Vetemm, en Se/ected Writings, p. 412. Una lectura
. f ¡alcance, remediados o aliviados, y la riqueza y la prosperidad similar de la leyenda de Orfeo en Francia en el reinado de Enrique III puede
encontrarse en D. P. Walker, «The Ancient Theology in Sixteenth-Century
f ¡repartida en justa proporción al trabajo de cada uno, esto es, a France», en D. P. Walker, Ancient The%gy (Londres, 1972), p. 95.
'los resultados de cada uno» 36.
38 John Warden; «Orpheus and Ficino», en O,.pheus: The Metamophoses 01 a
-{ ~N'(l~~~\.;~ Myth, John Warden (ed.) (Toconto, 1982), pp. 89-90.
3j J. R. Jacob, «Resroracion, Reformation, and the Origins of che Royal Society»,
39 RespectO a la deuda de Bacon con esta tradición renacentista de interpretación
History 01 Science, 13 (1975), pp. 169-171.
1
de los mitos clásicos, incluyendo la leyenda de Orfeo: Charles W. Lemmi, The
36 Christopher Wren, Pa,.entalia (Londres, 1750). p. 196. C/assica/ Deities in Bacon (Baltimore, 1933), especialmente pp. 1 Y 129.
J
para amortiguar la agitació~.J~o ular en Il;lg~._c!.e_.':l.~al.oL~a. _d.e....•.•. El argumento de la Royal Society difiere del de Bacon' en
apartarse de e a. otros aspectos importantes. Para Bacon, como hemos visto, la
Sin ernoargo', W ren y la Royal Society van más allá de Bacon preservación del orden social, incluso con la ayuda de la ciencia,
al especificar un nuevo sentido en el que la ciencia operaba para dependía de la fortuna y del curso cíclico de la historia. Todo
producir sus beneficios sociales. El «encanto de Orfeo» en la podía echarse a perder a causa de «las pertubaciones y las sedi-
ciencia de Wren opera como una «mano invisible» (tomando la ciones y las guerras ...; y entonces se iniciaría una era de barba-
significativa expresión de Adam Smlt~ik""van<k>_~ ~~L rie ...» 41, En la concepción de Bacon, un gobierno totalmente
; '; Lr ide~.ti.ficación entre el bien R!Jbli@ y el egoísmo humanj); La estable en el que la ciencia floreciera ad infinitum es francamente
..' CIencia produce la paz civil y la ganancia privada a un mismo utópico, plasmado por él en su descripción de la Nueva Atlántida.
'1 tiempo; en realidad la búsqueda del beneficio conduce al orden El argumento de la Royal Society en favor de la utilidad social de
público ...y éste, de una form'a particularmente afo~tunada a «la la ciencia no está ya limitado por tales condiciones. El utopismo
( riqueza y la prosperidad», como dice Wren, «repartida en justa O ha terminado también. O tal vez ahora la utopía se ha convertido
proporción al trabajo de cada uno, esto es, a los resultados de en algo alcanzable. El «encanto de Orfeo» de Wren opera aquí y
¡: C~r 1"( 1" cada uno». i},-quí tepe mas el ,s!Jeño del ,capjtalista. ~ndustrial más ahora a través de una institución concreta, la Royal Society,
''C de un siglo antes de Adam Smith! Podemos ver pues que los novata por supuesto, pero no obstante real, y no en el reinp de
I!, .~\
¡
'1(}üñaado'¡:es~d-e-raRoyai Society enlaz~ban la defensa que Bacon la fábula como el Orfeo de Bacon,
;! ,( :! \'~' ". . hacía de la ciencia como un instrumento de control social con Existe aún una diferencia más profunda que ha de señalarse
It
1:
,
una visión de la sociedad esencialmente capitalista u orientada
hacia el comercio. En este sentido, el pensamiento de los filósofos
naturales de la Royal Society constituye una nueva e importante
entre las dos concepciones, Para Bacon, el orden social es una..
delicada lanta rodeada de enemi os de los cu ' peJ.i-
g!..o~o_~.~..J~aII;l~kLn,. es~cia mente entre .los ~umildes. El interés
prueba a favor de la idea, expresada recientemente por C. B, privado y el bien público formulan demandás contradictorias «y
Macpherson, ]oan Thirsk, ]oyce Appleby y otros, según la cual por ello, ciertamente los hombres, que se aman demasiado a sí
fue.~~n_Ic!g!!t~~~9,~ a.me el g lo IJ,••. ~~p~s.~~nte des ué~ O" m.i~_9.vr~inan lo púBlico» 42. En opmli5n de Wren, por el
e 1650, donde la noción de una ~ocied¡l <;:omeróªl se. af za y_ '-;ontrario, la ciencia trabaja para mantener el esfuerzo individual
do'noese esta§FcenJ~~J?~;J~ !~~apit:aI1s7a 40, El alegato
y el orden social no sólo en equilibrio, sino alimentándose real-
propuesto por los apologistas de la Royal Society se adapta
mente el uno al otro en una armonía simbólica. Una vez puesto
también claramente al análisis de Hirschman. La ciencia desvía
en movimiento, el proceso se realiza por sí mismo y queda libre,
las destructivas pasiones del pueblo hacia canales socialmente
parecería, de los peligros (que Bacon subrayaba) del tiempo y la
inofesivos y estimula la prosecución del interés propio. Aquí, por
fortuna. Bacon ofrecía a sus lectores una forma de hacer 10 mejor
, I
to Loeke (Oxford, 1962) (trad. cast., Barcelona, Fonranella, 1970); Joyce Appleby,
EeOtlOmie Thought and Ideology in Seventeenth·Century England (Princeron, 41 Bacon, De Sapientia Veterum, en Seleeted Writings, pp. 412-413.
I '
Nueva Jersey, 1978); Joan Thirsk, Econom;e Poliey and Projeets: the Development
¡:, "
, '1""
01 Consume,. Society ;n Ea,./y Modero England (Oxford, 1978); y G. N. Clark
Scienee and Social Wella,.e in the Age 01 Newton, 2." ed. (Oxford, 1970).
42
43
Bacon, Essays, en Selected Writ;ngs, p. 63.
Ibid., p. 63.
"
L
sentido. Y mientras Bacon aconsejaba a los hombres «dividir con
la razón», para Wren existe un tipo mágico de racionalidad que '
I de recompensa y castigo a recibir ~n la otra vida. Esta alianza
éÜtté la Royal Soélety y ciertos segmentos de opinión de la igle-
contribuye a la identificación que existe entre lo público y lo sia restaurada situaba la ciencia y el saber de parte de la autoridad
privado: la razón no viene de los hombres; se cO,nstruye dentro \ episcopal y clerical, del rito, el dogma y la persecución de los
de todo un orden de cosas. El vicio privado no se ha CQIJ.,Y~ disidentes, todo lo que Stubbe, el cripto-deista, detestaba y asociara
aún en virtud pública pero- estamos e'n el camino. La utopía con el papismo 45. '
-----A--------J
LONDA SCHIEBIN ER
¡
Pennsylvania State Un ''versity
• Publicado originariamente en 'Critical Inquiry, vol. XIV, nll 4 (1988) pp. 661-
692. ,
i
I R. P. du Bosc, L'Honneste;femme (Par/s, 1658), p. 121. Jacquette Guillaume
sugería de modo similar que en comparación con el solitario Apolo, existían
nueve musas, cada una de e1Jas reputada por el cultivo de una parte del conoci-
miento en general (Des D,ámes IIIustres, Par/s, 1665, p. 209). Es interesante
señalar que las portadas de ~Iossucesivos volúmenes de la Encyclopédie alternaban
las ilustraciones de Miner1a y Apolo (Sara Malueg, «Women and the Encyclopé-
die», Spencer (ed.), Prerlch Women, p. 264). Agradezco a Robert Proctor y a
Mary Poovey sus comentarios sobre este ensayo.
2 Véase la explicació~ de la portada esbozada por su diseñador, Charles Nicolas
Cochin, (<<Explication,Frontispice de I'Encyclopédie», Encyclopédie, ou Dictionnaire
raisonné des sciences, des artes et des métiers (París, 1751). El título es sugerido
por Diderot en Recueil de planches (París, 1763), p. 9. Aquí sigo la descripción
de 1. B. Cohen del equipamiento científico que portaban las diversas Ciencias.
(Véase Cohen, Album of Science: Prom Leonardo to 1Avoisier, Nueva York,
1980, nll 362). Aunque la portada se atribuye frecuentemente a la primera edición
(1751), no fue diseñada hasta 1764 y grabada en 1776 (por B. L. Prevost). La
portada aquí reproducida es una variante de la original publicada en la edición de
Ginebra. Agradezco a Richard N. Schwab su amable información sobre la historia
de la publicación de la portada de la Encyclopédie. .
que Dios podía ser adorado ~ ..•U:eY~§.JkLe~tudio de sus obras, descontentos» 54, Dyrante el siglo XVII los filósofos naturales y
yaJ
éóíñüJO era para I'á'1Io ·So~i~t}'.~~da de ésto s~gieré q~e la morales consider~~on la ciencia como la' soIucibó'-a «los 'tüinultos
ciencia"y'los-argITi'ñeótos de'utilidad social causaran gran impacto y~~~;m92.2E~S~2.9.P'~~g€~:como-·üñ¡C'fO'fíñií'de-a .orecI1a . sanar
áb'ierta entre las dos cultura5.""·----· .. -<.-- ...••" _ ..._._.". __ ._.~.---~~.-
\ \ en la mentalidad popular. En realidad, se ha supuesto con fre-
cuencia que la ciencia aumentó la separación entre las dos culturas
~ en vez de tender un puente entre ellas, y éste bien pudo ser el
I
caso. Sin embargo, como hemos visto, determinados filósofos
, naturales querían que la ciencia tuviera el efectO contrario, y
\ respecto a estO los resultados no deben considerarse como repre-
\ sentativos de los objetivos y las intenciones. ~ ,
~ .!ampoco pretendían estos filósofos sustit~ir la cie~cia por la _ \ 1/( C"
rehglon en las Yldas de la gente comun. Por el COí'i"ttrfIo;-Boyle-y' \ í\J
John Locke, por ejemplo, exhortaban a los' hoñibres al estudio de---
'a natüraléza=y~~ae~·lasESc·flturas. oy e IOslsfta en queam15as' \) I~' -,
CI(,r(tI '
hieñtes~;vei;biñ1as~ñi1siña'-s' ~e'~dádes ñioral"es"conaucenres""a'-ra- f
paz social y a la salvación espiritual al mismo tiempo 52. Locke,
quien como Boyle era miembro de la Royal Society, creía que la
sociedad debía disponerse de forma tal que permitiese a todo el
mundo, incluso a los más humildes, dedicar al menos tres, y
quizás seis, horas al día al estudio de la filosofía natural y la
filo~ofía moral. La última proporcionaría la pOsi'b"iIicl"a-d"""lte
exami-
nar la~doctrina criStiana, en partiCü1ar la doctnniCle la retri6üCión
divina que castigará' á. ios ~pe~dores-'~n la otra' viél'i:··Creo""·qi'J.e
LocKé llal5fíit"vlsto' ~oñ' aprobilcí¿ñ-las~- revIsrasre11giosas que
in~ndaban el mercado del libro barato en su época. La filosofía
natural por su' parte proporcionaba el beneficio material. Y
ambas disciplinas fomentaban una mayor estabilidad 53, Refirién-
dose a la recompensa puramente política de tal empeño intelec-
tual, Locke escribía: «El vulgo bien instruido y apartado de la fe
implícita en otros a la que ignorancia 10 somete no sería tan
fácilmente empujado a provocar tumultos y conmociones popula-
res por el aliento y el engaño del intrigante o de los nobles