Directores - El Director Como Líder Pedagógico PDF
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PEDAGÓGICO
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Contacto
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Introducción
El liderazgo escolar es una variable indirecta pero muy importante para mejorar
la calidad de los aprendizajes de los estudiantes. Motivo por el cual se ha convertido
en una prioridad política de los gobiernos y de interés para los investigadores de
la dirección escolar (Ruiz-Coronado, 2015).
El director es el segundo factor clave, después de los docentes, para la mejora de los
aprendizajes de los estudiantes. Su éxito en la conducción de una institución educativa
eficaz pasa por su capacidad de liderazgo. Capacidad necesaria para orientar la
calidad educativa y movilizar personas hacia un objetivo común.
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¿Qué significa construir capacidades?
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el propósito colectivo de incrementar los aprendizajes de los alumnos. Louise Stoll
(2009) la ha definido como: La capacidad para comprometer en (y sostener) el
aprendizaje continuo de los docentes y la propia escuela con el propósito de mejorar
el aprendizaje de los estudiantes, influenciada por los profesores individuales dentro
de una escuela; el contexto social y estructural; y el contexto externo. Una escuela
con capacidad interna sería capaz de hacerse cargo del cambio porque es adaptativo.
Capacidad se ha concretado en tres categorías interdependientes, con influencia
mutua: personal, interpersonal y organizacional (p. 116-117).
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puesto de manifiesto por la literatura sobre las “organizaciones que aprenden”, las
organizaciones se transforman por un proceso de autodesarrollo.
EL concepto de liderazgo transformacional fue introducido por Bass (1985, 1988), sin
relacionarse expresamente con el ámbito escolar en un principio. Así lo definió a partir
de las siguientes dimensiones (Pascual, Villa y Auzmendi, 1993; Bass y Avolio, 1994):
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problemas de la escuela, para desarrollar en los profesores compromisos con la
puesta en marcha de esas soluciones y para fomentar el desarrollo del personal. Las
actuaciones que permiten lograr esos objetivos y caracterizan el liderazgo
transformacional se sintetizan en la tabla 1.
Dimensiones Actuaciones
Este tipo de liderazgo, por tanto, parte de la contribución de los directivos escolares al
logro de objetivos vinculados al cambio cultural y a la resolución de problemas
organizativos. Se caracteriza por ser un proceso dinámico, variante en función de las
situaciones y generador de cambios (Coronel, 1995; Leithwood, Tomlinson y Genge,
1996).
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el liderazgo persuasivo y el liderazgo sostenible. Analicemos brevemente estos
conceptos.
La idea central que define el liderazgo facilitador (Lashway, 1995) es que se ejerce el
poder a través de los demás y no sobre ellos. De esta manera, es posible definirlo
como los comportamientos que favorecen la capacidad colectiva de una escuela para
adaptarse, resolver problemas y mejorar sus resultados (Conley y Goldman, 1994).
Las estrategias utilizadas para ello son: prever limitaciones de recursos, construir
equipos, proporcionar feedback, coordinar y gestionar conflictos, crear redes de
comunicación, practicar políticas de colaboración y definir la visión de la escuela. A
pesar del énfasis que se pone en la colegialidad, la facilitación del poder no recae en
votaciones o en otros mecanismos formales, sino en la existencia de una estructura,
de tal forma que quien hasta ahora tuviera normalmente la autoridad legal de ratificar
las decisiones continúe haciéndolo. Pero, frente a la delegación unilateral de tareas
por parte del directivo hacia el resto de los miembros de la comunidad educativa, en
un ambiente facilitador cualquiera puede iniciar una tarea e implicar a quien sea para
participar; el proceso funciona a través de la negociación y la comunicación (Dunlap y
Goldman, 1990).
Por otra parte, los profesores Louise Stoll y Dean Fink, en su popular obra “Changing
our schools” (Stoll y Fink, 1999), proponen el concepto de liderazgo persuasivo
(invitational leadership) a partir de su trabajo con más un centenar de líderes escolares
en las escuelas Halton (Canadá). Este tipo de liderazgo se sustenta en cuatro
premisas básicas:
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Con estas premisas, el liderazgo persuasivo se desarrolla en cuatro dimensiones: la
auto-invitación, tanto personal como profesional, y la invitación a los otros, también
personal y profesional. En la tabla 2 se reflejan los componentes de cada una de estas
dimensiones:
Esta idea de liderazgo persuasivo no parece haber calado entre los estudiosos,
incluso los propios autores trabajan en otros conceptos. De esta forma, simplemente
ha quedado para la historia como un interesante planteamiento.
Otra reciente propuesta defendida por Andy Hargreaves y Dean Fink es el concepto
de Liderazgo sostenible (Sustained leadership). Muy brevemente, este planteamiento
se basa en siete principios: 1) El liderazgo sostenible genera y mantiene un
aprendizaje sostenible; 2) Asegura el éxito en el tiempo; 3) Apoya el liderazgo de otros;
4) Dirige su atención a la justicia social; 5) Desarrolla, más que utiliza, los recursos
humanos y materiales; 6) Desarrolla la diversidad y la capacidad del entorno; y 7)
Tiene un compromiso activo con el entorno (Hargreaves y Fink, 2003; 2004; 2005).
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al concepto de “Liderazgo distribuido” (Distributed leadership) (p.e. Gronn, 2002;
Timperley, 2005; Spillane, 2006).
Efectivamente, desde los primeros años del siglo XXI se están multiplicando las
aportaciones que buscan generar un nuevo marco teórico-práctico que contribuya al
desarrollo de un modelo de dirección para el cambio y la mejora escolar radicalmente
diferente, basado en un planteamiento de liderazgo compartido por la comunidad
escolar en su conjunto (Spillane, Halverson y Diamond, 2001; 2004; Macbeath, 2005).
Este planteamiento supone una profunda redefinición del papel del director quien, en
lugar de ser un mero gestor burocrático, pasa a ser un agente de cambio que
aprovecha las competencias de los miembros de la comunidad educativa en torno a
una misión común. Este ejercicio de dirección como liderazgo se ve como una práctica
distribuida, más democrática, “dispersada” en el conjunto de la organización, en lugar
de ser algo exclusivo de los líderes formales (equipo directivo) (Bennet, Wise, Woods,
y Harvey, 2003; Woods, Bennett, Harvey y Wise, 2004).
Implica, igualmente un fuerte impulso al liderazgo múltiple del profesorado que parte
de una formación basada en el centro, estrategia que permite aprender de los
compañeros y de los proyectos puestos en práctica. Los directivos facilitan e impulsan
el desarrollo profesional, creando una visión compartida de la escuela. Lo que supone
romper con el aislamiento y el individualismo de las prácticas docentes, apoyando que
la comunidad se mueva en torno a dicha visión (Crawford, 2005). El liderazgo
distribuido facilita a todos realizar el trabajo de forma más eficiente y destacada; con
él se fortalece a individuos ya destacados.
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Con el liderazgo distribuido se genera un incremento de la capacidad de la escuela
para resolver sus problemas. Un centro se desarrolla cuando incrementa los
aprendizajes de sus alumnos, reuniendo de manera conjunta tanto la labor del aula
como la del centro. La mejora del centro depende de la acción coordinada de los
propios implicados. El directivo identifica, establece acuerdos y metas deseables,
estimulando y desarrollando un clima de colaboración, apertura y confianza, lejos de
la competitividad entre las partes.
Exige la asunción de un papel más profesional por parte del profesorado, quien asume
funciones de liderazgo en sus respectivas áreas y ámbitos (Elmore, 2000)). El
liderazgo comienza a verse menos como de un individuo y más como de una
comunidad, asumido por distintas personas según sus competencias y momentos. En
esta nueva visión la principal tarea del director es desarrollar la capacidad de liderazgo
de los demás, estimulando el talento y la motivación.
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"LIDERAZGO POR REFLEJO CEREBRAL"
Algunas veces habrás experimentado sentir lo que le pasa a otro. Sonreír si alguien
sonríe, llorar al ver una película, etc. Los científicos han identificado la existencia en
nuestro cerebro de un tipo de neurona especial llamada espejo. Esta neurona se activa
por la acción o emociones de otros, haciéndonos sentir dicha acción o emoción como
si nosotros la hubiéramos efectuado. Keysers ha demostrado en sus investigaciones
que la culpa, la vergüenza, el orgullo e incluso la humillación se reflejan, a partir de
nuestras neuronas espejo hacia las neuronas espejo de la persona con quien se
interactúa en esos momentos y -por lo tanto- ésta siente lo que sentimos.
En el campo del liderazgo se ha demostrado que las neuronas espejo son las
responsables de la eficacia del líder. Un jefe que sonríe y es exigente logra mejores
resultados en sus colaboradores que aquel que exige y nunca sonríe ante sus
colaboradores. Goleman expresa que otros estudios han demostrado que el buen
humor del jefe reflejado por sus neuronas espejo hacia sus colaboradores ayuda a
estos a absorber información en forma eficaz y a responder ágil y creativamente. La
capacidad para activar neuronas espejo positivamente en otros se le ha llamado
inteligencia social.
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En conclusión, al tratar de explicar el liderazgo debemos tener en consideración, no
sólo los rasgos o conducta del líder; si no también, la influencia de su cerebro en la
activación de las neuronas de sus seguidores. En palabras de Roger Martin:
Buscamos lecciones en los actos de los grandes líderes. En cambio, deberíamos
examinar qué ocurre en su mente…
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REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
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