Hua Tuco
Hua Tuco
Hua Tuco
1. Introducción
2. Consideraciones sobre las condiciones y presupuestos para la emisión de precedentes vinculantes
3. Recurso de agravio o amparo contra amparo: Las herramientas de las que puede servirse el TC para
controlar el cumplimiento de sus precedentes
4. Limitaciones a la labor del juez constitucional
5. Conclusiones
6. Bibliografía
Introducción
Por medio del presente trabajo, analizaremos la sentencia emitida por el Tribunal Constitucional, en calidad de
precedente vinculante, en el EXP. N.º 03908-2007-PA/TC. Mediante esta sentencia se revocó el precedente
contenido en el EXP. N.° 4853-2004-PA/Tc, (caso Dirección Regional de Pesquería), por considerar que no se había
cumplido con los presupuestos establecidos para la emisión de un precedente en el EXP. N.° 0024-2003-AI/TC (caso
Municipalidad de Lurín); el referido precedente fue revocado en el extremo que el Tc había establecido la figura del
recurso de agravio constitucional (Rac), a favor del precedente.. Es decir que, a partir de la expedición del precedente
revocado, si en el marco de un proceso constitucional (amparo, habeas corpus, habeas data, acción de
cumplimiento), se declaraba fundada la demanda (circunstancia que, en principio, cierra la posibilidad de presentar
recurso de agravio), si la sentencia estimatoria incumplía un precedente vinculante del Tribunal Constitucional, el
demandado podía interponer recurso de agravio constitucional, con lo cual el Tribunal revisaría la sentencia
estimatoria. Pues bien, con la revocación de este precedente, las sentencias estimatorias de demandas interpuestas
en el marco de un proceso constitucional, no serían revisables mediante recurso de agravio, sino sólo por medio de
un proceso de amparo contra dicha sentencia (amparo contra amparo). A continuación abordaremos los principales
aspectos de la sentencia bajo comentario, guiados por las consideraciones generadas por las diversas controversias
que se sostuvieron a partir de su publicación, dando cuenta de nuestra posición respecto de estos temas;
controversias atizadas por la división en el propio Tribunal, por cuanto a favor de la sentencia se pronunciaron cinco
magistrados, mientras que dos de ellos (magistrados Landa y Beaumont), se mostraron totalmente contrarios a la
posición adoptada por la mayoría. Entre las cuestiones relevantes de la sentencia, abordaremos, en primer lugar,
las condiciones y presupuestos necesarios para la emisión de un precedente vinculante; en segundo lugar, las
herramientas de que puede disponer el TC para controlar el cumplimiento de sus precedentes; en tercer lugar,
abordaremos la difícil cuestión de los límites que debe observar un juez constitucional en el ejercicio de la función
jurisdiccional que se le ha encomendado. Finalmente, extraeremos algunas conclusiones de los puntos tratados.
Si el caso se trataba entonces de un "amparo contra amparo", ¿tenía legitimidad el Tribunal para ingresar al análisis
del recurso de agravio a favor del precedente? En otras palabras, si la premisa mayor necesaria para resolver el
caso, en cuanto lo subsumía, estaba contenida en el fundamento 39 de la STC Exp. N° 4853-2004-PA/TC, ¿resultaba
de necesidad al caso el referirse al fundamento 40 del citado precedente? ¿Se trata entonces de un supuesto de
derogación de oficio de un precedente?
Mutatis mutandi, podemos notar la misma falencia en el caso Municipalidad distrital de Lurín, donde se evidencia la
falta de relación entre el caso concreto (proceso competencial), y las consideraciones sobre la estructura de una
sentencia judicial, la configuración del precedente, e incluso la posibilidad de regular sus efectos. Como señala
Espinoza Saldaña:
Si en líneas generales tuviéramos que comentar lo reseñado en "Municipalidad Distrital de Lurín", diríamos que lo allí
consignado, a veces más parecido a un manual que a una sentencia judicial, es esencialmente correcto. Sin
embargo, y con solamente una rápida mirada al caso en el cual fuese planteado, nos sentimos en la obligación de
explicitar alguna preocupación por la, al menos aparente, falta de coherencia que encontramos entre las especiales
características del caso en cuestión y las propuestas planteadas en los considerandos de su sentencia. (Espinoza
Saldaña 2006: 74).
En el trabajo citado, el profesor Grández exige dos condiciones necesarias para el establecimiento de un
precedente: La vinculación con el caso concreto; y la necesidad de consenso o de unanimidad en el pleno, lo que no
ha ocurrido en el presente caso pues sólo se emitió con 5 votos y no con los 7 votos deseables. Sobre esta cuestión,
consideramos que, si bien la unanimidad es deseable, no resulta absolutamente necesaria dicha circunstancia (el
propio autor reconoce que la normativa exige mayoría simple), si bien es recomendable considerando el consenso
que debe reflejar el TC, a fin de que sus precedentes tengan acogida en la sociedad. Pasemos ahora a examinar si
los presupuestos contenidos en el caso Municipalidad de Lurín para la emisión de un precedente vinculan al Tribunal
para la emisión de futuros precedentes (como lo sostiene el voto en mayoría), o, al estar contenidos en el obiter
dicta, son meros argumentos pedagógicos, no vinculantes para futuras controversias. Estos presupuestos
CONCURRENTES, son los siguientes:
a)Cuando se evidencia que los operadores jurisdiccionales o administrativos vienen resolviendo con distintas
concepciones o interpretaciones sobre una determinada figura jurídica o frente a una modalidad o tipo de casos; es
decir, cuando se acredita la existencia de precedentes conflictivos o contradictorios.
b)Cuando se evidencia que los operadores jurisdiccionales o administrativos vienen resolviendo en base a una
interpretación errónea de una norma del bloque de constitucionalidad; lo cual, a su vez, genera una indebida
aplicación de la misma.
c)Cuando se evidencia la existencia de un vacío normativo.
d)Cuando se evidencia la existencia de una norma carente de interpretación jurisdiccional en sentido lato aplicable a
un caso concreto, y en donde caben varias posibilidades interpretativas.
e)Cuando se evidencia la necesidad de cambiar de precedente vinculante.(Tribunal Constitucional 2003:
CONSIDERACIONES PREVIAS). Al respecto, Castillo Córdoba nos señala lo siguiente:
En efecto, y este es el cuarto elemento, la mencionada triple modalidad que adquieren las interpretaciones del TC
supone una triple modalidad de vinculación. La vinculación menos intensa proviene del obiter dicta. Debido a su
carácter persuasivo o admonitorio , el juez puede verse no persuadido por la interpretación contenida en el obiter
dicta. De ocurrir esto tendrá que mostrar las razones por las que no le persuade la interpretación del TC antes de
aplicar la suya propia.(…) Un punto intermedio en la vinculación se encuentra en la interpretación contenida en la
ratio decidendi. La interpretación contenida en una ratio decidendi obliga y ha de cumplirse, al margen de que el juez
concuerde o no con ella. Este no puede interpretar distinto a la interpretación contenida en ella. Por el contrario, sí
puede decidir razonadamente, se entiende cuáles fundamentos de la sentencia constitucional son ratio decidendi y
cuáles son obiter dicta; (…) Y la máxima vinculación se halla en la ratio decidendi que es formulada como precedente
vinculante. La interpretación ahí contenida obliga al juez como toda ratio decidendi, por lo que no podrá formular una
interpretación distinta a la formulada por el TC. (Castillo Córdoba 2009: 6).
En opinión discrepante, Pedro Grández afirma lo siguiente:
Sin abarcar un análisis exhaustivo de la STC Exp. N° 03908-2007-AA/TC que deja sin efecto el precedente
vinculante, se observa que no ha utilizado ninguna técnica para apartarse de este, sea el overruling (modificándolo
con otro criterio vinculante) o distinguiendo los elementos fácticos para apartarse del pre-cedente. Por tanto, se
observa que el tribunal ha establecido como regla innovadora de declarar sin efecto un precedente vinculante, el que
este no se encuentre dentro de las reglas establecidas en otros precedentes que desarrolle dicha técnica, es decir y
lo señalamos a manera de conclusión: el Tribunal Constitucional ha establecido, como otra forma de apartarse del
precedente que si un determinado precedente vinculante establecido en una resolución no cumple con las reglas
establecidas en otro precedente vinculante que ha sido desarrollado por el propio órgano, entonces, es pasible de ser
dejado sin efecto. Dejamos a criterio del lector la coherencia de tal afirmación. (Martínez 2009: 58).
A nuestro entender, los fundamentos invocados por el precedente bajo comentario, resultan vinculantes para la
emisión de nuevos precedentes por parte del TC. En una institución de reciente andadura en el caso peruano, como
es la del precedente constitucional, resulta adecuado que el Alto Tribunal establezca criterios, a fin de que los
precedentes que se emitan por parte del colegiado respondan a las necesidades reales de la sociedad y no a la
imposición de opciones ideológicas o valorativas; ciertamente, el hecho que dichos criterios estén contenidos en el
dictum, les imprime una fuerza vinculante menos intensa que si estuvieran contenidos en la ratio decidendi, sin
embargo, como señala Castillo Córdoba, no reconocerle carácter o fuerza vinculante a estos extremos de las
sentencias constitucionales implicaría restarle valor jurídico a las consideraciones vertidas en sentencias instructivas,
en temas como los tipos de habeas corpus, el modelo de Estado consagrado por nuestra Carta, su función en una
economía social del mercado, la naturaleza de los derecho sociales, entre otras cuestiones sobre las que el Tribunal
ha venido pronunciándose. Adicionalmente, debemos considerar que los criterios contenidos en el dictum le sirven al
Tribunal para desarrollar la ratio decidendi, es decir, los fundamentos por los que se pronuncia sobre el caso que se
le encomienda, guardan estrecha relación con las consideraciones valorativas, instructivas o pedagógicas, contenidas
en la parte accidental o accesoria de la sentencia.
Recurso de agravio o amparo contra amparo: Las herramientas de las que puede
servirse el TC para controlar el cumplimiento de sus precedentes
La sentencia bajo comentario ha puesto de relieve otra cuestión por demás interesante. Se trata de si el Tribunal
Constitucional, en procura del cumplimiento de sus precedentes, debe disponer de un mecanismo célere y expeditivo
dentro de los propios mecanismos de tutela de urgencia, para asegurar su cabal cumplimiento, o si, por el contrario,
dicho objetivo puede ser cumplido empleando otro mecanismo de tutela de urgencia, con un menor grado de
celeridad ya que es revisado por dos instancias judiciales antes de llegar a consideración del Tc, en caso se declare
infundado el recurso en segunda instancia; es decir, el amparo contra amparo. Esta importante cuestión ha merecido
el juicio de diversos autores. Radicalmente en contra de la existencia del recurso de agravio a favor del precedente se
ha mostrado Fernando Velezmoro, en su comentario al precedente establecido en el caso Dirección Regional de
Pesquería, mediante el cual, como hemos visto, se establece el recurso de agravio a favor del precedente: “La
creación jurisprudencial de un mecanismo para revisar las resoluciones estimatorias de segunda instancia que emita
el Poder judicial en los procesos constitucionales viola el modelo peruano de jurisdicción constitucional. Modelo que,
llámesele dual o mixto, contempla a dos intérpretes supremos: el Tribunal Constitucional y el Poder Judicial sin que
exista posibilidad de control entre ellos, salvo por lo establecido en la Constitución”. (…) (Velezmoro 2009: 53).
En esta línea también se manifiesta Espinoza Saldaña:
Estamos pues ante una construcción interesante, pero a todas luces forzada, que en realidad trata de justificar algo
explícitamente contrario a una interpretación literal de lo prescrito en el texto constitucional vigente, y donde además
En el texto al que hacemos referencia, el autor nos planteará una preocupación que compartimos plenamente, pues,
si bien consideramos forzada la interpretación realizada en diversos fundamentos del precedente, caso Dirección
Regional de pesquería, de la regla contenida en el art. 202. 2 de la Constitución, reiterada en el art. 18 del código
procesal constitucional (supuesto sentido objetivo de la expresión “resoluciones denegatorias”, ausencia de criterios
que permitan arribar a interpretaciones distintas (pluralidad de sentidos normativos, interpretación sistemática,
existencia de tratados internacionales vinculantes en nuestro ordenamiento), también es cierto que,
excepcionalmente y en procura de garantizar el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, deben buscarse alternativas
que eviten la indefensión en ciertos casos especiales:
La reciente decisión bajo comentario es lo que debió haberse hecho y lo que siempre debió respetarse, aun cuando
no se hizo. Pero no por eso podemos dejar de ver el problema que hay detrás de todo esto. Y es lo siguiente: que en
el caso de que un proceso constitucional quede finalizado en segunda instancia con sentencia estimatoria, podría
haberse violado algún principio constitucional básico, algún precedente acreditado o quizá crear una total indefensión
en un caso concreto, violando así la tutela procesal efectiva. (…) ¿Qué hacer en estos casos..? En realidad muy
poco. ..Y esto es algo que debería pensarse, pues ello pasa, inevitablemente, por una reforma constitucional, sobre
todo por la envergadura del problema. Quizá la solución sea introducir en muy contados casos, la procedencia del
recurso de agravio constitucional. O en su defecto, crear un “certiorari” como existe en los Estados Unidos desde la
década del veinte (y que por cierto, fue creado por expresa ley del Congreso, y no por manipulación jurisprudencial.
(2009: 506).
Concordamos con dichas posturas ya que, como nos recuerda Yuliano Quispe Andrade, las características del Rac
de acuerdo con la Constitución y el código procesal constitucional son las siguientes:
Siendo esto así, resulta de aplicación al presente caso la regla procesal establecida en calidad de precedente
vinculante en la STC 3771-2004-HC/TC, conforme a la cual las normas procesales tienen aplicación inmediata
De otro lado, se advierten dos problemas en el empleo por parte del TC del precedente Municipalidad distrital de
Lurín como parámetro de control del precedente revocado: En primer lugar, se cambia la concurrencia de requisitos
establecida en dicho precedente (con lo cual nuestra Alta Corte estaría obligada a cumplir mayores exigencias para
emitir un precedente), a un esquema alternativo (con lo que resulta bastante más fácil cumplir los requisitos y, por
tanto, se aminoran en demasía las exigencias). En segundo lugar, si bien en el punto anterior consideramos correcto
el empleo de este precedente como parámetro de controo, bastaba con acudir a la técnica del overruling para revocar
el extremo cuestionable del precedente dejado sin efecto, ya que el art. Séptimo del código procesal constitucional le
confiere dicha facultad, exigiendo que el Tribunal exprese las razones de hecho y de derecho por las que se aparta
del precedente. Es decir, postulamos que, debido a la presencia de diversos precedentes en que no se tomó en
cuenta los requisitos establecidos, sería aconsejable que éstos se utilicen para la emisión de nuevos precedentes,
siendo inconveniente su uso para revocar precedentes que, como el caso de Dirección Regional de Pesquería,
podían ser revocados mediante overruling, por sus diversas deficiencias.
Para responder a dicha interrogante, tomamos las palabras del jurista italiano Gustavo Zagrevelsky, respecto de la
tarea del juez constitucional en un mundo que avanza hacia la unificación del derecho y la adopción del
cosmopolitismo:
Si la decisión que se ha señalado es por un derecho constitucional abierto al constitucionalismo cosmopolita, la tarea
de los jueces constitucionales representa el de ser, al mismo tiempo, órganos de su constitución y del "federalismo de
las constituciones", estando obligados a una doble fidelidad, hacia una y otra. Su responsabilidad está en promover
un desarrollo, que sin traicionar su naturaleza de jueces, no de legisladores, concilien las diferencias de los
elementos en la convergencia del movimiento. Esta es, en síntesis, la difícil vocación que los jueces constitucionales
dignamente pueden asumir como suya en nuestro tiempo. (Zagrevelsky 2008: 268).
Y, propiamente sobre los límites del juez constitucional, el profesor Espinoza Saldaña considera que, como toda
autoridad, el juez constitucional se encuentra obligado a tomar decisiones que se caractericen por: Ser racionales, es
decir, observar las reglas de la lógica (no contradicción, coherencia, entre otras); observar la razonabilidad
(interdicción de la arbitrariedad), aplicación de la proporcionalidad; deben también contar con una motivación
suficiente, además de ceñirse a las atribuciones establecidas en la normativa nacional e internacional (corrección
funcional). Además, como autoridades jurisdiccinales, no pueden resolver con criterios de calidad y oportunidad, sino
en base a las obligaciones, derechos y competencias relacionadas con las cuestiones sometidas a su decisión; y, por
último, no deben apartarse del caso cuya resolución se les formula. (Espinoza Saldaña 2013: 234).
Bibliografía
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109.
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Constitución, Anuario 15, 225-234
García Velaúnde, D. (2009). Comentario al caso “Proyecto especial de infraestructura de transporte nacional
(Provías Nacional). En: Tupayachi, J. El precedente constitucional vinculante en el Perú. Arequipa, Editorial
Adrus. Pp. 697-607
Grández, P. (2009). E precedente a la deriva.. Diálogo con un crítico del Tribunal Constitucional. GACETA
CONSTITUCIONAL, 19, 99-114
Martínez, A. (2009). “ Las técnicas de distinción del precedente y su desarrollo en la jurisprudencia del
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Tribunal Constitucional del Perú. (2007). Sentencia recaída en el EXP. N° 4853-2004-PA/TC. Lima, 19 de abril
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(2009). Sentencia recaída en el EXP. N.º 03908-2007-PA/TC. Lima, 12 de febrero de 2009
Velezmoro, F. (2009). Precedente constitucional vinculante y Tribunal Constitucional. Reflexiones
alternativas a partir de la sentencia que revoca el “recurso de agravio constitucional a favor del precedente.
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Zagrevelsky, G. (2008). El juez constitucional en el siglo XXI. Revista iberoamericana de derecho
constitucional, 10, 249-268
Autor:
Ponte Triveño, Diego
[email protected]
DERECHO ADMINISTRATIVO
TEMA: CASO HUATUCO
CAJAMARCA-PERU
2015
Primeramente doy gracias a dios por haberme permitido llegar hasta este punto y haberme dado
salud, ser el manantial de vida y darme lo necesario para seguir adelante día a día, para lograr mis
objetivos, además de su infinita bondad y amor.
A mi madre por haberme apoyado en todo momento, por sus consejos, sus valores, por la
motivación constante que me ha permitido ser una persona de bien, pero más que nada, por su
amor. A mi padre por los ejemplos de perseverancia y constancia que lo caracterizan y que me ha
infundado siempre, por el valor mostrado para salir adelante y por su amor, motivación e inspiración
para seguir adelante.
Nos llevó investigar este documento para expresarnos sobre otro aspecto cardinal; lo relativo a los
regímenes laborales vigentes en el Perú.
Cabe decir que resulta entonces que en nuestro país sólo existen dos regímenes laborales, siendo que los
demás a los que erróneamente se les atribuye esta categoría que entre ellas encontramos al CAS que son
las que constituyen estatutos, fueros y si se quiere sub regímenes de alguno de los referidos por la
Constitución; a saber: el púbico y el privado.
Esta sentencia primero adquiere la calidad de cosa juzgada con procedente vinculante, que nos refiere a
que ya la sentencia ha sido resuelta específicamente y se ha pronunciado sobre el caso, específicamente
se habla de un sentencia con procedente vinculante cuando la misma sentencia lo especifica.
En este caso “Huatuco” , la sentencia adquiere este carácter por lo indicado en sus fundamentos en los
numerales 18, 20, 21, 22, 23 allí especifica los fundamentos por los cuales esta sentencia adquiere la
calidad de sentencia con precedente vinculante de cosa juzgada.
En este caso la sentencia lo emite el tribunal constitucional que es el órgano supremo que se encarga de
resolver dichos conflictos surgidos mediante la constitución.
Pero en este caso no solo observamos, lo antes mencionado, sino que también nos referimos así mismo a
los regímenes laborales establecidos que se encuentran vigentes en nuestros, país hasta el día de hoy.
CAPITULO I LA JUSTIFICACIÓN
Se basan en que las sentencias de los Expedientes N.° 00024-2003-AUTC y 03741-2004, el Tribunal
Constitucional estableció determinados supuestos que deben verificarse para la emisión de un precedente
vinculante.
En el presente caso, más allá de los argumentos de defensa de los emplazados son quienes alegan que el
ingreso a la Administración Pública exige necesariamente un concurso público, es decir que aprecia que
tanto en la comunidad jurídica como en órganos jurisdiccionales del Poder Judicial.
Teniendo en cuenta la relevancia de dicha interpretación en los derechos de los trabajadores, así como en
la optimización de aquellos principios constitucionales que rigen la función pública y la "carrera
administrativa" , Expresión constitucional general cuyo análisis en esta sentencia no se circunscribe al
desarrollo legislativo del Decreto Legislativo N.° 276, de bases de la carrera administrativa, que refleja sólo
una de las actuales formas de contratación del Estado.
Con fecha 6 de diciembre de 2011, la recurrente interpone demanda de amparo contra el Poder Judicial a
fin de que se deje sin efecto su despido incausado; y que, en consecuencia, se disponga su
reincorporación laboral en el puesto que venía desempeñando como secretaria judicial, más el pago de los
costos del proceso. Manifiesta que prestó servicios desde el 1 de julio de 2010 hasta el 15 de noviembre
de 2011, en virtud de contratos de trabajo sujetos a modalidad por servicio específico; que, sin embargo, al
haber realizado labores de naturaleza permanente, sus contratos modales se han desnaturalizado y, por
ende, deben ser considerados como uno de plazo indeterminado, por lo que solo podía ser despedida por
una causa justa prevista en la ley, previo procedimiento establecido en el artículo 31 del Decreto Supremo
N.° 003-97-TR. Alega la vulneración de su derecho al trabajo, a la protección adecuada contra el despido
arbitrario y al debido proceso.
El procurador público adjunto a cargo de los asuntos judiciales del Poder Judicial, contesta la demanda y
argumenta que el proceso de amparo no es la vía idónea para dilucidar la pretensión planteada por su
naturaleza restitutiva y no declarativa de derechos. Agrega que, la demandante pretende que se declare el
derecho, esto es de ser trabajadora a plazo indeterminado regulado por el Decreto Legislativo 728, sin
haber ingresado a laborar mediante concurso público de méritos, sino a plazo fijo para lo cual se estableció
fecha de inicio y término de la contratación, conforme se aprecia del copia del contrato que inició el
01.07.2010, así también del contrato que inició el 01.04.2011 y que concluyó indefectiblemente el día de la
publicación de los resultados del proceso de selección de la Plaza 019503 del cargo de Secretaria Judicial,
conforme a lo descrito y precisado en la cláusula primera del referido contrato, que en cuya virtud la
referida contratación no constituye afectación constitucional al derecho al trabajo, en razón a que se ha
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dado en el marco del Decreto Legislativo 728. Asimismo, manifiesta que de acuerdo a la Ley del
Presupuesto Anual para el Sector Público en materia de contratación de personal, el ingreso de éste se
efectúa necesariamente por concurso público de méritos y sujetos a los documentos de gestión
respectivos.
El presidente de la Corte Superior de Justicia de Junín deduce la excepción de incompetencia por razón de
territorio, y contesta la demanda alegando, entre otros argumentos que "la demandante solicita su
reposición y restitución al puesto laboral que , venía ocupando cuando se produjo la culminación de su
contrato de trabajo, por vencimiento del plazo de vigencia del mismo, tal pedido no es sino, en buena
cuenta, un requerimiento de nombramiento en este Poder del Estado por cuanto ambos tienen los mismos
derechos y se tiene un vínculo laboral permanente con esta Corte Superior de Justicia de Junín. Dicho
pedido no puede ser atendido por cuanto sólo se ingresa a una relación laboral de carácter permanente a
esta Corte Superior, vía concurso público de méritos, algo que no ha ocurrido en el presente caso y por lo
que no puede accederse a lo peticionado. Y es que la ley N.° 28175 es concluyente al determinar que 'el
acceso al empleo público se realiza mediante concurso público y abierto, por grupo ocupacional, en base a
los méritos y capacidad de las personas, en un régimen de igualdad de oportunidades, el vínculo laboral
indeterminado solo se consigue ganando una plaza en concurso interno o externo". Finalmente, arguye
que no se desnaturaliza el vínculo laboral cuando los contratos laborales indican la causa objetiva de la
contratación, y que en el caso de la accionante el término de su contrato, el 16 de noviembre de 2011,
obedeció a la extinción de la causa objetiva de la contratación.
1. ARGUMENTOS DE LA DEMANDANTE
Afirma que ha sido víctima de un despido sin expresión de causa, violatorio de su derechos
constitucionales al trabajo, a la protección adecuada contra el despido arbitrario y al debido
proceso, por cuanto los contratos de trabajo para servicio específico suscritos con la entidad
demandada se han desnaturalizado y, por tanto, y se han convertido en un contrato de trabajo a
plazo indeterminado, motivo por el cual debe ser reincorporada en el cargo que ocupaba.
Se habla que los servidores prestados a la actividad pública y privada no son acumulables, respecto a que
existen regímenes diferentes de trabajo, respecto a la actividad privada y pública, es decir no pueden
acumularse los servicios prestados bajo ambos regímenes
Bajo este concepto en el Perú encontramos dos regímenes el público y el privado que por tanto erróneo
que se considere al CAS, como un régimen, pues este es un estatuto de régimen laboral público.
Al referirnos en este caso el precedente ”Huatuco” solo tiene incidencia únicamente para los trabajadores
del estado sujetos al régimen laboral, de la actividad privada, por ejemplo obreros municipales entre otros.
Es así entonces como la sentencia de nuestros presente caso se refiere a un solo régimen laboral, es decir
a las personas que se encuentran bajo este tipo de régimen, cabe decir el régimen privado que no
funciona para todos, sino solo para este ámbito, respecto al personal que se contrata para el estado
Según el precedente del caso “Huatuco” la reposición de los trabajadores bajo el régimen público está
sujeto a los contratos de locación de servicios, es decir que tiene estas personas contratadas para el
estado.
La reposición de un trabajador que no puedo volver a reanudar su trabajo porque no pudo ganar un
concurso, allí es donde se pide dicha reposición del trabajador a su centro laboral como anteriormente
venía realizando sus actividades en dicho lugar.
Cuando una persona es contratada bajo este régimen laboral privado esta persona tiene un contrato a
plazo.
No existe mejor manera de probar que esta capacidad que entrar a un concurso y de acuerdo al mérito
obtenido, tiene una plaza que encuentra de acuerdo al trabajo realizado.
Si una persona entra en el concurso público para ganarse plaza presupuestada, esto se respecto a la
contratación para personal del estado.
Sin embargo con esto no puede controlar las personas que trabajan para las empresas privas, puesto que
las empresas privadas corresponden al régimen laboral privado, por lo que no existe concurso alguno que
cabe en dicho régimen.
CONCLUSIONES:
La sentencia del Tribunal Constitucional es una de mérito, pues se pronuncia sobre el fondo de la
controversia al declarar infundada la demanda.
En el caso de autos, la demandante afirma haber sido objeto de un despido incausado en noviembre de
2011; por tanto, a fin de verificar si éste se produjo o no, se procederá a analizar el periodo contractual en
el que habría ocurrido el supuesto despido. Para ello, es necesario determinar si los contratos modales
suscritos entre la trabajadora y la parte demandada se desnaturalizaron, debiendo ser considerado este
como un contrato de plazo indeterminado, en cuyo caso la parte demandante sólo podía ser despedida por
causa relacionada con su conducta o capacidad laboral que lo justifique”.
En la cláusula primera del contrato de trabajo para servicio específico, que obra a fojas 10 y en las
cláusulas segunda y tercera del mismo, se ha cumplido con justificar la causa objetiva determinante de la
contratación modal.
BIBLIOGRAFIA
http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2015/05057-2013-AA.pdf
rosalía beatriz . (2015). sentencia del cas huatuco . abril , de tribunal constitucional sitio web:
http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2015/05057-2013-aa.pdf
INDICE
1. PREMISA.........................................................................................................2
2. GENERALIDADES..........................................................................................2
6. RESPONSABILIDAD.......................................................................................8
7. APLICABILIDAD..............................................................................................8
a. CONSIDERACIONES PREVIAS:.................................................................9
9. CONCLUSIONES:.........................................................................................12
1. PREMISA
El Artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, dispone que:
"Artículo VII.- Las sentencias del Tribunal Constitucional que adquieren la autoridad de cosa
juzgada constituyen precedente vinculante cuando así lo exprese la sentencia, precisando el
extremo de su efecto normativo (...)".
Por mandato expreso del precedente Huatuco, los fundamentos (propiamente apartados
numerales) 18, 20, 21, 22 y 23 constituyen el precedente vinculante, siendo que no
necesariamente son los más trascendentales de la resolución que a continuación analizamos.
2. GENERALIDADES
En esta parte del documento, expresamos pareceres sobre otro aspecto cardinal; lo relativo a los
regímenes laborales vigentes en el Perú.
Diremos así que por mandato expreso de la Tercera Disposición Final y Transitoria de la Carta de
1993, se ha sancionado expresamente lo siguiente:
Resulta entonces que en nuestro país sólo existen dos regímenes laborales, siendo que los
demás a los que erróneamente se les atribuye esta categoría (como el CAS), constituyen
estatutos, fueros (o si se quiere sub regímenes de alguno de los referidos por la Constitución; a
saber: el púbico y el privado).
Valga la aclaración pues el CAS, es un estatuto propio del régimen laboral público, a pesar que el
propio Tribunal Constitucional -en otra sentencia-, y sin que la ley así lo indique, haya razonado
que se trata de un régimen laboral.
El precedente Huatuco tiene incidencia únicamente para los trabajadores del Estado, sujetos al
denominado régimen laboral de la actividad privada, como los obreros municipales, los
empleados de proyectos especiales regionales y los de instituciones deliberadamente acogidas a
este régimen como la SUNAT, la SUNARP o INDECOPI.
Fuera del ámbito descriptivo que en su parte expositiva (toda sentencia contiene), el precedente
Huatuco, aborda lo relativo al régimen laboral privado en la contratación de personal del Estado,
aspecto que resulta ilustrativo y valioso.
Aunque el argumento del Tribunal sobre el silogismo del literal “d” del Artículo 77º de la norma y
su conclusión es interesante; no podemos decir lo mismo del juicio de valor que califica a ello
como un simple ejercicio literal, pues la casuística laboral respecto de esta materia, demuestra
que el juzgador en muchas ocasiones ha acudido a la interpretación teleológica y exegética, para
respaldar en derecho, las decisiones de sus sentencias, cuando la frondosa situación probatoria o
la complejidad misma del caso, así lo han impuesto.
Los criterios que sobre función pública esboza la sentencia del Tribunal, son prudentes y
adecuados, además de ilustrativos, desde un punto de vista estrictamente doctrinario.
Dice el Tribunal, que el aspecto relevante para identificar a un funcionario o servidor público es el
desempeño de funciones en las entidades públicas del Estado, para después citar el texto íntegro
del Artículo 5º de la Ley Marco del Empleo Público y sin que la norma lo disponga
específicamente, concluir que existen suficientes y justificadas razones para asumir que el ingreso
a la administración pública, mediante un contrato a plazo indeterminado, exige necesariamente un
previo concurso público de méritos para una plaza presupuestada y vacante de duración
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indeterminada. Nótese que es el Tribunal quien ha integrado a la noción original del concurso
público, la organicidad de la plaza (vacancia y presupuesto).
Sucede entonces que el Tribunal reconoce el privilegio de la meritocracia, por encima de cualquier
otro factor, desde la vinculación laboral hasta las instancias ulteriores del empleo, mas no
coincidimos en que le fundamento para ello sea el paralelo efectuado con la Ley del Servicio Civil,
Nro. 30057, disposición que a pesar de ocuparse de empleo público, no es compatible con el
tema analizado, pues su vigencia corresponde a un régimen laboral distinto (el público).
Así el apartado numeral “15” del precedente Huatuco destaca nítidamente por presentar un
razonamiento determinante en el fallo, para ello lo citamos textualmente:
Acto seguido se reitera que la reposición, en ningún caso, es un derecho que corresponda al
trabajador que se desempeñó en calidad de personal de confianza.
Por su parte el apartado numeral “17” de la sentencia, contiene otro mandato jurisprudencial
capital, que muy pocas autoridades judiciales observan y que menos entidades públicas acatan, a
saber:
“17. En esa perspectiva, este Tribunal, en su jurisprudencia, ha establecido que en los procesos
de amparo en los cuales se demanda al Estado para que un ex trabajador sea reincorporado,
Siendo esto así, la opción de la indemnización con tope de 12 sueldos (prevista por el Artículo 38º
del Decreto Supremo 03-97-TR, cobra vigencia automática como única reparación laboral frente a
los efectos del despido operado en contra del trabajador demandante. Esto último se aprecia del
apartado numeral “22” de la sentencia que es enfático en precisar lo siguiente:
6. RESPONSABILIDAD
Con acierto, la sentencia recuerda la plena vigencia del Artículo 243º de la Ley 27444 Ley del
Procedimiento Administrativo General, que determina sanciones administrativas (entiéndase
laborales si correspondiera), civiles y/o penales, para servidores y funcionarios públicos, que al
ser responsables de la contratación de personal en las respectivas entidades del Estado, no
observan adecuadamente los derechos de los trabajadores en relación a la materia, en especial lo
que signifique la inobservancia de instrumentos de gestión.
A pesar que un sector de la doctrina y el propio voto discordante de Blumen Fortini, califica de
impertinente y excesiva esta medida, nosotros consideramos que es acertada, a fin de evitar
ligerezas por parte de aquellos llamados a cuidar los intereses patronales del Estado.
7. APLICABILIDAD
a. CONSIDERACIONES PREVIAS:
La demanda que ha dado lugar al precedente Huatuco, versó sobre un despido incausado,
violación de derechos constitucionales al trabajo, protección contra el despido arbitrario y al
debido proceso, de acuerdo con la postulación de Beatriz Huatuco Huatuco contra el Poder
Judicial (Corte Superior de Justicia de Junín) y no contra una municipalidad o un gobierno
regional.
La contestación afirmó que el vinculo de trabajo fue siempre temporal, supeditado a que la plaza
ocupada fuese cubierta en el futuro, por el ganador de un concurso público, de lo cual la
demandante era consciente.
La sentencia del Tribunal Constitucional es una de mérito, pues se pronuncia sobre el fondo de la
controversia al declarar infundada la demanda. La razón de su decisión se constriñe a lo previsto
en los apartados numerales “31”, “32” y “33” de la sentencia, que literalmente prevén:
“31. En el caso de autos, la demandante afirma haber sido objeto de un despido incausado en
noviembre de 2011; por tanto, a fin de verificar si éste se produjo o no, se procederá a analizar el
periodo contractual en el que habría ocurrido el supuesto despido. Para ello, es necesario
determinar si los contratos modales suscritos entre la trabajadora y la parte demandada se
desnaturalizaron, debiendo ser considerado este como un contrato de plazo indeterminado, en
cuyo caso la parte demandante sólo podía ser despedida por causa relacionada con su conducta
o capacidad laboral que lo justifique”.
“33. Conforme al artículo 16, inciso c) del TUO del Decreto Legislativo 728, son causas de
extinción de la relación laboral: la terminación de la obra o servicio, el cumplimiento de la
condición resolutoria y el vencimiento del plazo en los contratos legalmente celebrados bajo
modalidad. En este caso se puede afirmar que la conclusión del vínculo laboral obedece al
libre albedrío de ambas partes, previamente pactado en un contrato de trabajo sujeto a
plazo determinado. Siendo así, no tienen asidero las expresiones de la parte demandante en el
sentido que habría sido despedida sin causa alguna. Por tanto, no habiéndose acreditado la
vulneración de los derechos constitucionales relativos al trabajo, la demanda deber ser
desestimada”.
El resaltado (en negrita) del apartado numeral “33” de la sentencia, conduce a la ineludible
conclusión que el Tribunal Constitucional, se equivoca una vez más al considerar que el encuadre
teórico del Derecho del Trabajo responde a los mismos parámetros del Derecho Civil, en el cual
es la voluntad de las partes la que constituye fuente primera de obligaciones, cuando lo coherente
para la rama social es acudir primero a la legislación y ya con carácter subsidiario a la voluntad de
los interesados.
Víctor Lizárraga
Guerra* Universidad
Continental
Resumen
Abstract
I. INTRODUCCI
ÓN
El 2 de junio de 2015 el Tribunal Constitucional (en adelante el Tri-
bunal) publicó en su portal electrónico la sentencia recaída en el
expediente 05057-2013-PA/TC calificándola como precedente vinculante,
a través de la cual establece determinados criterios que deberán tener
en consideración los jueces, al momento de resolver demandas
interpuestas por trabajadores públicos despedidos, cuando estos
soliciten ser repuestos en su empleo por corresponderles un contrato de
trabajo a plazo indeter- minado correspondiente al régimen laboral
privado.
3 La calidad de principio ha sido atribuida por el numeral d del artículo III de la Ley del Servicio
Civil, Ley N.° 30057, en la que se consigna que «[e]l régimen del Servicio Civil, incluyendo
el acceso, la permanencia, progresión, mejora en las compensaciones y movilidad, se basa
en la aptitud, actitud, desempeño, capacidad y evaluación permanente para el puesto de los
12 Lizárraga, Víctor. El derecho disciplinario en la administración pública. Lima: Grijley, 2013; p. 19.
13 El Contralor General de la República, Fuad Khoury Zarzar, presentó el 8 de agosto de 2013
al Congreso de la República un paquete de propuestas legislativas con el propósito de
forta- lecer el sistema legal anticorrupción en el país, sugiriendo la incorporación a las
altas auto- ridades de los gobiernos regionales y locales en la potestad sancionadora de la
Contraloría General y fortalecer el procedimiento sancionador por responsabilidad
administrativa fun- cional. En ese sentido, la propuesta tiene por finalidad incorporar a los
Alcaldes, Regidores, Gobernadores Regionales, y Consejeros Regionales, dentro de la
potestad sancionadora, en razón que no son pasibles de control político externo por parte
del Congreso de la República, teniendo en la actualidad un control político interno
debilitado, que crea una sensación de impunidad en la población. El proyecto a la fecha se
encuentra en Comisión de Fiscalización y Contraloría del Congreso de la República.
14 RUÍZ, Juan. Documento de Trabajo N.° 43 IDL-Justicia Viva. El autor refiere lo siguiente
«[n] o debemos olvidar que la potestad del Congreso es una potestad libre, no vinculada ni
limi- tada por nada salvo por la Constitución como en cambio lo está el Gobierno a la
hora de dictar un decreto legislativo».
15 «[E]l artículo 40 de la Constitución Política del Perú establece que “la ley regula el ingreso
a la carrera administrativa, y los derechos, deberes y responsabilidades de los servidores
públicos”». Dicha disposición no hace sino reiterar que toda limitación de un derecho funda-
mental debe provenir de una ley.
III. LA
POTESTAD SANCIONADORA DE LA
ADMINISTRA- CIÓN EN EL PRECEDENTE
En esta parte nos concentraremos en analizar los efectos que establecen
las contrataciones laborales, por parte de funcionarios y servidores que
apliquen modalidades distintas a las que correspondan, generando res-
ponsabilidad funcional e incluso responsabilidad civil y analizaremos el
fundamento 20 de la sentencia, el cual constituye precedente vinculante:
3.1. La finalidad de la
sanción
Cabe mencionar, que la Ley establece que las autoridades del procedimiento
contarán con el apoyo de un Secretario Técnico20, que debe ser de
preferencia un abogado, quien realizará labores correspondientes al órgano
de instrucción, es decir, se encargará de impulsar la fase de instrucción y
elaborar la propuesta de resolución sobre las actuaciones administrativas
más importante, proponiendo la imposición de sanción, ejecutando la
actividad probatoria y tipificando las infracciones disciplinarias.
19 Las autoridades del procedimiento administrativo disciplinario regulados en el artículo
92 de la Ley del Servicio Civil son a) el Jefe inmediato del presunto infractor, b) el Jefe de
recursos humanos o quien haga sus veces, c) el Titular de la entidad, y d) el Tribunal del
Servicio Civil.
20 Cabe mencionar que la Ley del Servicio Civil menoscaba la actuación de los secretarios
téc- nicos al establecer que no tienen capacidad de decisión y sus informes no son
vinculantes, hecho que podría poner en peligro la independencia de la etapa de
instrucción.
IV. LA
RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA
FUNCIONAL A CARGO DE LA CONTRALORÍA
En la sentencia se señala que el titular de la entidad procederá a propor-
cionar información sobre la responsabilidad de los funcionarios encarga-
dos de los procesos de contratación de personal, a la Oficina de Control
Interno (OCI) de la institución con la finalidad de investigar y llevar a
cabo el procedimiento administrativo disciplinario y se establezcan las
sanciones pertinentes conforme a lo dispuesto en los artículos 46 y 47
de la Ley N.° 27785, Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y de
la Contraloría General de la República, incorporados por la Ley N.°
29622, que modifica y amplía las facultades en el proceso para
sancionar en materia de respon- sabilidad administrativa funcional.
22 VIGNOLO, Orlando. «La reducción a la mínima expresión del non bis in idem en el régimen
disciplinario peruano». En DANÓS, Jorge, HUAPAYA; Ramón, ROJAS, Verónica, TIRADO,
José y Orlando VIGNOLO (coordinadores). Derecho Administrativo: Innovación, cambio y
eficacia. Lima: Caballero Bustamante, 2014; p. 407. El autor refiere que «[e]ntonces, el
pecialmente en la inaplicación del principio del non bis in ídem, que será
motivo de análisis en otro trabajo.
Fuente: Elaboración propia conforme al fundamento 2.16 del Acuerdo Plenario 001-2013-CG/TSRA
Acuerdo Plenario n.° 01-2013-CG/TSRA confunde la naturaleza de su propio régimen san-
cionador (su esencia disciplinaria), al hacerlo pivotar en torno a la jerarquía y
subordinación laboral del empleado público respecto a la extraña noción del Estado
empleador, construc- ción que no da cobertura a la potestad explicada, y, por lo demás,
frente a la cantidad de sistemas de empleo público que actualmente tenemos…».
V. CONCLUSION
ES
La sentencia emitida por el Tribunal y recaída en el expediente 05057-
2013-PA/TC ratifica los principios de meritocracia y reconoce a la carrera
administrativa como bien jurídico constitucional, sobre los cuales el
mismo Tribunal, los órganos jurisdiccionales y el SERVIR venían
aplicando como parte de su fundamentación en sus resoluciones
respecto a los referidos principios.
L PRECEDENTE HUATUCO,
¿ENCUENTRA AMPARO EN EL
DERECHO A LA IGUALDAD?
By CEDAL in Nuestra Opinión on junio 27, 2015.
En buena cuenta elimina el derecho a la reposición de los trabajadores del Estado, cuya
relación laboral se hubiera desnaturalizado para convertirse en uno de régimen 728,
disponiendo sólo el pago de una indemnización y retrocede en los criterios sobre
reposición que había desarrollado el TC desde el año 2002. A continuación un breve
análisis sobre si es verdad que encuentra fundamento en el derecho a la igualdad.
PRECEDENTE HUATUCO
Partiendo de estos significados señala que la Ley N° 28175, Marco del Empleo Público,
en su artículo 5° establece que el acceso al empleo público se realiza mediante concurso
público y abierto, en base a los méritos y capacidad de las personas, concluyendo que
existen suficientes y justificadas razones para asumir que el ingreso a la administración
pública mediante un contrato a plazo indeterminado exige necesariamente “un previo
concurso público de méritos para una plaza presupuestada y vacante de duración
indeterminada” (Noveno Fundamento).
Los requisitos a los que alude en cambio están claramente establecidos en el artículo 5°
de la Ley Marco del Empleo Público, Ley 28175, en los siguientes términos: “El acceso al
empleo público se realiza mediante concurso público y abierto, por grupo ocupacional, en
base a los méritos y capacidad de las personas, en un régimen de igualdad de
oportunidades”. Esta norma al expresar que el acceso al empleo público es mediante
concurso público abierto por grupo ocupacional, indudablemente se refiere al ingreso a la
carrera administrativa. Ello por cuanto el concepto grupo ocupacional, es utilizado en las
leyes que regulan ascensos desde niveles bajos hasta más altos de las categorías de
personal, conforme lo demuestra el artículo 8° del Decreto Legislativo 276, que señala “la
Carrera Administrativa se estructura por grupos ocupacionales” agregando en su artículo
9° que estos están conformados por los grupos Profesional, Técnico y Auxiliar. En la
misma lógica el artículo 2° de la Ley 30057 señala que los servidores civiles se clasifican
en Funcionario, Directivo, Servidor Civil de Carrera y Servidor de Actividades
Complementarias. Es decir se refiere a trabajadores que inician y siguen carrera dentro
del Estado, distintos del régimen 728 o Contrato Administrativo de Servicios en donde no
existe progresión.
De una lectura del artículo 40 de la Constitución se advierte que existe una clara vocación
por diferenciar el régimen laboral aplicable a funcionarios y servidores públicos del
régimen jurídico aplicable a la relación laboral en la actividad privada. Si la relación laboral
en el Estado se regulara por normas de la relación laboral común ¿qué sentido tiene crear
un capítulo específico para los servidores y funcionarios públicos?
Si esta premisa es cierta no tiene ningún sustento aplicar los preceptos contenidos en los
artículos 39 al 42 de la Constitución, a la interpretación de los artículos 4 y 77 del TUO del
Decreto Legislativo 728. Este marco constitucional es aplicable a los regímenes de
carrera como son el Decreto Legislativo N° 276, Ley de Bases de la Carrera
Administrativa o la Ley N° 30057, Ley de Servicio Civil.
“Artículo 25
“1. Todos los ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades:
Pero no sólo ello, estos despidos, se encuentran proscritos por el artículo 7 inciso d del
Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos[9], en Materia
de Derechos Económicos Sociales y Culturales que en su artículo 7, inciso d, establece
que los Estados garantizaran “la estabilidad de los trabajadores en sus empleos, de
acuerdo con las características de las industrias y profesiones y con las causas de justa
separación. En casos de despido injustificado, el trabajador tendrá derecho a una
indemnización o a la readmisión en el empleo o a cualesquiera otra prestación prevista
por la legislación nacional”.
Es verdad que el Perú viene atravesando por un proceso de reforma del servicio civil
dirigido por SERVIR, organismo que teniendo como base la Ley Marco del Empleo
Público, ha emprendido el proceso de implementación de la Ley de Servicio Civil. El
objetivo de dicha norma es instaurar un solo régimen de servicio para los trabajadores del
Estado, siendo evidente para que ello suceda, los trabajadores de los regímenes 276, 728
y 1057 ingresen al mismo. Estas normas señalan la regla general de que el acceso al
empleo público se realiza mediante concurso público. Por ende si por la vía de un proceso
constitucional u ordinario se ordena que un trabajador, que no ingresó por concurso de
méritos, ingrese a una plaza permanente, es evidente que se atenta contra la reforma. Tal
es el argumento esbozado por el Tribunal en su décimo primer fundamento.
Aunque el presente documento tiene por finalidad comentar los fundamentos y alcances
del precedente, no podemos soslayar que esta se inscribe dentro del proceso de reforma
del servicio civil que se viene llevando como parte de la reforma del Estado. Proceso que
ha tenido una serie de cuestionamientos no tanto por su necesidad sino por que se ha
venido realizando tomando como eje las necesidades de implementación del programa
económico, sin tomar en cuenta a los actores sociales en especial a los trabajadores y
sobre todo sin definir si su objetivo es hacer del Estado un regulador o prestador de
servicios, o es un promotor del desarrollo e igualador de oportunidades sociales.
La lógica de la reforma del empleo público es la misma que opera en las relaciones
labores del sector privado: sólo es posible mejorar la productividad bajo la formula de la
reducción de costos laborales. La Ley de Servicio Civil tiene esa misma perspectiva pues
sus artículos 42, 43 y 44 limitan la negociación a condiciones de trabajo eliminando la
materia de remuneraciones además de trasgredir el derecho a la igualdad pues su
Segunda Disposición Complementaria Transitoria prohíbe cualquier forma de ascenso e
incremento salarial para los servidores sujetos a los Decretos Legislativos 276 y 728.
El precedente recientemente dictado se inscribe en esa dinámica pues considera que por
la vía de recortar de derechos se hará viable la tan ansiada reforma del empleo en el
Estado. Olvida que sin definir el rol del Estado, sin participación de la sociedad civil
organizada, y sin reformas en la gestión, será difícil arribar al objetivo deseado.
En el plano nacional será importante tener en cuenta que el fundamento N° 21 señala que
el precedente será “de aplicación inmediata a partir del día siguiente de su publicación en
el diario oficial El Peruano, incluso a los procesos de amparo que se encuentren en
trámite ante el Poder Judicial o el Tribunal Constitucional”. En tal sentido el dilema para
los justiciables será plantear a los jueces, que entre la opción de aplicar mecánicamente
los enunciados normativos derivados de la precedente o en uso de la independencia
judicial desvincularse del mismo con la finalidad de otorgar una mayor protección al
derecho fundamental vulnerado, deberá optar por la segunda amparado en las siguientes
razones:
– El precedente vinculante de acuerdo al artículo VII del Título Preliminar del Código
Procesal Constitucional tiene efecto erga omnes, cuyo verdadero alcance, es igual al de
una Ley que emite el Congreso. Por ende le son aplicables las reglas sobre aplicación de
las normas establecidas en la Constitución, entre ellas que los efectos de una norma no
pueden ser retroactivos, pues la Constitución no lo permite respeto de las leyes. En
consecuencia aun cuando el mandato sostenga que “debe ser de aplicación inmediata”,
se deberá interpretar en el marco del artículo 103 de la Constitución, que prohíbe la
irretroactividad de las leyes.
– El Juez debe tener en cuenta que cuando un precedente es dejado sin efecto o variado
en sus alcances, lo adecuado es que por seguridad jurídica, no se aplique a los procesos
que se hayan iniciado en base del precedente que se deja sin efecto o se varía.
5. CONCLUSIONES.
Los jueces ante el dilema de aplicar mecánicamente los enunciados normativos derivados
del precedente o en uso de la independencia judicial desvincularse del mismo con la
finalidad de otorgar una mayor protección al derecho fundamental vulnerado.
[1] Originalmente regulada por el Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo N° 728,
Ley de Productividad y Competitividad Laboral, Decreto Supremo N° 003-97 TR del 27 de
marzo de 1997.
[5] Entendida como el derecho a que “la norma debe ser aplicable de la misma manera a
todos los (as) que se encuentren en la situación descrita en el supuesto de la norma”,
contenido en el fundamento sesenta de la STC EXP. Nº 0048-20014-AI/TC.
[6] Entre ellas el documento “El Servicio Civil Peruano: Antecedentes, Marco Normativo
Actual y Desafíos para la Reforma.” Gerencia de Políticas de Gestión de Recursos
Humanos. pag.13 en nst.servir.gob.pe/…/cieza%20-%20el%20servicio%20civil
%20peruano.
[8] Contenidos en la Ley Marco del Empleo Público y en la Ley de Servicio Civil.
[9] El mismo que debe interpretarse en conjunto con la Constitución por haber sido
aprobado por Resolución Legislativa N° 26448.
[10] Que a decir del propio TC, en el exp. Nº 0015-2008-PA/TC es “un elemento implícito
en el ordenamiento jurídico laboral peruano, impuesto por la propia naturaleza tuitiva de la
Constitución.”
[11] Ello al otorgar un trato desigual y discriminatorio a los trabajadores públicos respecto
a los trabajadores del sector privado en cuanto a sus derechos al trabajo y a la protección
contra el despido arbitrario.
[13] Pues a decir del séptimo fundamento del voto en discordia del magistrado Ernesto
Blume Fortini, “No es consecuencia de una praxis jurisdiccional continuada ni de un
camino ya recorrido por el Tribunal Constitucional a través de sus fallos, en el que haya
ido perfilando una regla que considere necesario establecer como de obligatorio y general
cumplimiento en casos similares”
A continuación resumimos los argumentos esgrimidos por el TC, que en principio causo tanta
polémica: El TC indico: Que los jueces no podrán disponer la reposición laboral de un trabajador
del sector público si no se comprueba, además de la arbitrariedad del despido, que previamente
ha ganado un concurso público para una plaza presupuestada y vacante de duración
indeterminada.
De igual modo se desprende: Que no podrá ordenarse la reposición a plazo indeterminado de los
trabajadores del sector público que, pese a acreditar la desnaturalización de sus contratos
temporales o civiles, no hayan obtenido una plaza en virtud de un concurso público de méritos.
Por lo que el trabajador despedido únicamente podrá solicitar una indemnización en el proceso
laboral.
Asimismo menciona que: “el derecho de acceso a la función pública tiene como principio
consustancial el principio de mérito”. Para ello, en los concursos públicos deberá evaluarse la
capacidad, méritos y habilidades de los participantes, además de la idoneidad para el cargo al que
postula y su comportamiento ético.
Felizmente el Poder Judicial en muchos casos viene inaplicando y apartandose por las razones
que hemos expuesto. Conscientes de ello nos recuerda una frase que dice que dice: Que después
de una tempestad vuelve la calma y eso pareciera estar sucediendo con el criterio que está
optando últimamente el TC, si bien es cierto está tratando de aclarar aunque disimuladamente el
tan mencionado y cuestionado precedente Huatuco, y en buena hora es bueno en el sentido que
ayuda a comprender los criterios y argumentos que a continuación vamos a explicar sobre todo
considerando los últimos ajustes en aras de proteger los derechos de los trabajadores y hacer
valer nuestra constitución en cuanto al derecho al trabajo.
SI, en efecto, se logra establecer que existen diferencias entre el caso que originó dicho
precedente vinculante y el caso que corresponde resolver, esto es, APLICANDO LA TÉCNICA
DEL DISTINGUISHING. Para ello, debe tenerse en cuenta los fundamentos fácticos que
originaron el precedente y los fundamentos jurídicos que puede extraerse de la ratio decidendi.
Como vemos el Precedente Huatuco sigue dando que hablar pero en forma negativa, pues
continúan sumándose los fallos judiciales que se apartan de tan polémica sentencia constitucional.
A continuación abordaremos los siguientes casos.
El Juez del Juzgado Mixto Permanente de la Corte Superior de Justicia de La Libertad , antes de
emitir pronunciamiento sobre el fondo del asunto explicó que el Tribunal Constitucional ha acogido una
teoría de autoritarismo inflexible del precedente vinculante, pero que no debe olvidarse que en algunos
supuestos excepcionales es posible apartarse de la regla establecida en este, siempre que se delimite cómo
utilizar la técnica jurídica del precedente en la mecánica judicial.
El Juez llegó a la conclusión de que la situación del demandante no era equivalente a la que
originó el precedente Huatuco, en primer lugar, porque este se vinculó con la entidad pública
demandada en dos momentos marcados: bajo contratos de servicios (entre los años 2004 y 2008)
y, luego, bajo contratos administrativos de servicios (desde el año 2008); y, en segundo, porque
existía una sentencia judicial firme que ordenó la incorporación del demandante al régimen laboral
privado luego de declararse la desnaturalización de los contratos de servicios suscritos en forma
previa a los contratos administrativos de servicios.
Juez en el presente caso ordenó reposición de trabajador CAS y se apartó del precedente
Huatuco.
Siguiente caso laboral: Una ex trabajadora peticionaba el reconocimiento de una relación laboral
de naturaleza indeterminada (por desnaturalización del contrato bajo régimen CAS), así como la
nulidad del despido incausado, y se ordene la reposición en sus labores en una procuraduría
pública y el reintegro de sus remuneraciones.
El distinguido magistrado Toledo, con el cual compartimos dicho criterio sostiene, que el
precedente Huatuco vulnera el principio-derecho a la igualdad, pues resulta evidente la
desprotección de los derechos de los trabajadores del sector público. Asimismo sostuvo que la
inobservancia de los principios del Derecho Laboral y la afectación de los derechos de los
trabajadores ciertamente constituye una afrenta a la dignidad del trabajador, principio-derecho
garantizado constitucionalmente.
A propósito nosotros compartimos lo expuesto por el Magistrado Omar Toribio Toledo que sostiene que NO
debería aplicarse el precedente Huatuco en los siguientes casos:
1) Cuando la demanda no contiene la solicitud de reposición sino que existiendo prestación de servicios vigente
se está peticionando la declaración de existencia de una relación laboral a tiempo indeterminado por
primacía de la realidad (contratos de locación de servicios) y/o la desnaturalización de contratos modales
y/o contratos CAS.
2) Cuando no existe vínculo contractual vigente y la demanda contiene la solicitud de declaración de existencia
de una relación laboral a tiempo indeterminado por primacía de la realidad (contratos de locación de
servicios) y/o la desnaturalización de contratos modales y/o contratos CAS, además del pago de beneficios
sociales y, de ser el caso, indemnización por despido arbitrario. (Expediente N° 24951-2013-0-1801-JR-LA-
09 (S) sentencia Del 15/7/2015- 4ta.Sala Laboral de Lima).
3) Cuando la demandada sea una de las instituciones públicas excluidas de la Ley SERVIR.
4) No es de aplicación para el caso de los obreros municipales que expresamente han sido excluidos de la Ley
SERVIR. (EXP. N° 23565-2013-0-1801-JR-LA-04 sentencia Del 14/7/2015, 4ta.Sala Laboral de Lima).
5) No es de aplicación para los trabajadores de las empresas del Estado que no están comprendidos en la
función pública por expresa mención del artículo 40 de la Constitución Política del Estado y por tanto
expresamente los mismos han sido excluidos de la Ley SERVIR. (Expediente N° 24951-2013-0-1801-JR-
LA-09 (S) sentencia Del 15/7/2015. 4ta. Sala Laboral de Lima)”.
6) En los casos de intermediación fraudulenta y Tercerización fraudulenta tampoco no debería ser aplicado el
precedente Huatuco. Esto, porque en la Ley de Intermediación y Tercerización Laboral se establece que, de
existir estos supuestos, se reconoce la relación laboral con la empresa usuaria y el trabajador pasa a formar
parte de la planilla de la institución”.
7) Tampoco sería aplicable el precedente Huatuco cuando se dé el caso de un despido lesivo de derechos
fundamentales: “Por ejemplo, cuando un trabajador portador del virus del VIH es despedido, en un acto de
discriminación, no se debería invocar que no procede su reposición porque no ha ingresado por concurso
público.Esto, porque el trabajador no solo perdería su empleo, sino toda protección de seguridad social.
8) Que no sería tampoco de aplicación en casos de trabajadores que han ingresado antes de la puesta en
vigencia de la Ley Marco del Empleo Público, pues para entonces no se tenía el criterio del ingreso al sector
público mediante un proceso meritocrático por concurso público.
La Corte Suprema concluye que el llamado Precedente Huatuco NO puede ser aplicado en los
siguientes casos:
1. Cuando se busque la nulidad del despido alegando que los motivos fueron de discriminación,
situación de embarazo, afiliación sindical y los otros supuestos contenidos en el artículo 29 de la
Ley de Productividad y Competitividad Laboral y leyes especiales.
2. Cuando el trabajador afectado sea servidor público acogido al régimen laboral público (Decreto
Legislativo N° 276) o incluidos en la Ley Nº 24041 (servidores públicos contratados para labores
de naturaleza permanente, que tengan más de un año ininterrumpido de servicios).
3. Cuando el trabajador demandante sea obrero municipal sujeto al régimen laboral de la actividad
privada.
6. Cuando el trabajador afectado sea servidor público conforme a la Ley del Servicio Civil. ES DECIR
CASOS DE LOS TRABAJADORES ESTATALES EXCLUIDOS del ámbito de la Ley del Servicio
Civil, señalados en la Primera Disposición Complementaria Final de la Ley 30057). Es decir, NO
aplica el Precedente Huatuco y también CONSERVAN EL DERECHO A LA REPOSICIÓN los
siguientes grupos de trabajadores estatales:
Congreso de la República.
Jueces y fiscales.
En nuestra opinión consideramos que debería haber mas ajustes en cuanto a los criterios sobre la
Ley Servir y el precedente Huatuco”.
A continuación compartimos con Uds. Otra pregunta que nos vienen consultando frecuentemente:
7.- ¿SERÁ APLICABLE EL “PRECEDENTE HUATUCO” A LOS TRABAJADORES CON
VÍNCULO LABORAL VIGENTE?
No, el precedente Huatuco tampoco resultaba aplicable a los casos de trabajadores con vínculo
laboral vigente que demanden la desnaturalización de sus respectivos contratos, precisando que
AL NO EXISTIR TERMINACIÓN O RUPTURA DEL VÍNCULO LABORAL, en puridad NO SE
PRETENDÍA UNA REPOSICIÓN AL PUESTO DE TRABAJO, por obvias razones que continua
vigente su vínculo laboral del trabajador.
Sin embargo como sabemos no todos los que trabajan para el estado realizan FUNCIÓN
ADMINISTRATIVA o forman parte de la CARRERA ADMINISTRATIVA, es el caso de un trabajador
obrero municipal que demando su reincorporación por haber sufrido un despido arbitrario por parte
de la entidad edil, en este caso el criterio del TC, opto por reincorporarlo pese a estar bajo el
régimen 728. Es decir cuando se tiene un trabajador que laboral para el estado que no es parte de
la carrera administrativa o no está comprendido bajo el régimen 276, no será necesario evaluar si
previamente entro o no por concurso sino que se optara por otros criterios.
Con este criterio el TC está optando por flexibilizar sus anteriores decisiones por tal motivo
surge la siguiente pregunta:
Como ya lo dijimos en líneas anteriores el TC, opta por relativizar y lo que busca es proteger a los
276 es decir a los que están comprendidos en la carrera administrativa PERO además de eso
puede optar por otro criterios que a continuación detallamos.
Entonces que pasara con los 728? Y otro régimen laboral como el caso del trabajador obrero
municipal, pues según el TC puede puede ampararse su pretensión de reincorporación no habría
ningún problema, lo que trata el TC.
El TC ha señalado que solo será aplicable dicho precedente cuando se presenten los siguientes
elementos:
b) Debe pedirse la reposición en una plaza vacante, presupuestada y que forme parte de la carrera
administrativa, al cual corresponde acceder por concurso público de méritos.
Ahora bien, de la revisión de los medios probatorios, el TC verificó que el demandante prestó
servicios para la municipalidad demandada en la condición de obrero municipal, realizando
labores de mantenimiento y gasfitería por poco más de un año y medio, con lo que se verifica que
no estuvo contratado para realizar una actividad temporal. Por consiguiente, en relación a las
labores y el control de asistencia al que habría estado sujeto el demandante, se acredita que el
contrato civil firmado entre las partes se había desnaturalizado.
Por dichas consideraciones, el TC declaró fundada la demanda y nulo el despido arbitrario del
demandante, ordenando por ello su reposición a su puesto de trabajo u otro similar.
En suma, la situación abrió el escenario para que la Corte Suprema concluyera que el llamado
Precedente Huatuco no puede ser aplicado en los siguientes casos:
a) Cuando se busque la nulidad del despido alegando que los motivos fueron de discriminación,
situación de embarazo, afiliación sindical y los otros supuestos contenidos en el artículo 29 de la Ley
de Productividad y Competitividad Laboral y leyes especiales.
b) Cuando el trabajador afectado sea servidor público acogido al régimen laboral público (Decreto
Legislativo N° 276) o incluidos en la Ley Nº 24041 (servidores públicos contratados para labores de
naturaleza permanente, que tengan más de un año ininterrumpido de servicios).
c) Cuando el trabajador demandante sea obrero municipal sujeto al régimen laboral de la actividad
privada.
e) Cuando el trabajador afectado sea servidor público conforme a la Ley del Servicio Civil.
En su resolución, la Suprema detalla que actualmente se presentan numerosos casos a nivel nacional
en los que se discute la correcta aplicación y/o la inaplicación del precedente Huatuco. Por ello, la
Corte consideró necesario expedir estos criterios jurisdiccionales de obligatorio cumplimiento por las
instancias inferiores respecto a la aplicación del referido precedente constitucional vinculante del
Tribunal Constitucional, en virtud de la facultad de unificación de la jurisprudencia prevista en el artículo
384 del Código Procesal Civil, de aplicación supletoria por remisión de la Primera Disposición
Complementaria de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, Ley N° 29497.