Lopez Valderrama Adams Noe - Pozo Lezama Jerson Steve - Rodríguez Portal Luis Daniel - Saba Mondragón Miriam Yolanda

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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SANTA

FACULTAD DE EDUCACIÓN Y HUMANIDADES

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO Y CC. PP.

Texto Argumentativo

TÍTULO

La incorporación de la bicameralidad en el gobierno peruano del año 2019.

Autores/as:

- Lopez Valderrama Adams Noe

- Pozo Lezama Jerson Steve

- Rodríguez Portal Luis Daniel

- Saba Mondragón Miriam Yolanda

Asesor/a:

- Nayrud Suarez Sánchez

NUEVO CHIMBOTE – PERÚ

2019
Índice:

I. Introducción. ...................................................................................................................... 3

II. Argumentación. .................................................................................................................. 4

2.1. Sección I: Antecedentes jurídicos................................................................................... 4

2.2. Sección II: Aspectos doctrinales..................................................................................... 8

2.3. Sección III: Argumentación jurídica. ........................................................................... 14

III. Conclusiones. ............................................................................................................... 18

IV. Referencias bibliográficas ............................................................................................ 19


I. Introducción.

En la presente Investigación denominada “La incorporación de la bicameralidad en el


gobierno peruano del año 2019” abarcaremos los conceptos, características y facultades de la
institucionalización del poder legislativo en un sistema bicameral, la cual diversos juristas
han aportado estudios históricos-constitucionales sobre el mencionado sistema, junto con su
relevancia en el gobierno peruano. Sobre todo, analizaremos la dinámica de las dos cámaras
que conforman el sistema bicameral para poder dar un enfoque en el derecho comparado, y
responder si resulta pertinente o no la incorporación de una cámara de senadores al
parlamento.

Para el estudio del órgano legislativo de dos cámaras, es necesario hacer énfasis a su
importancia, características e historia en el gobierno peruano, siendo conexo el diseño del
parlamento unicameral y sus diferencias con el parlamento bicameral. Sobre todo, la
institucionalización del poder legislativo como resultado de una serie de cambios en la carta
magna que a partir de los resultados positivos o negativos que se consagran.

La dinámica y sistema de la institucionalización del poder legislativo abarca diversas aristas


que se mencionarán posteriormente, por ello la presente investigación tiene como finalidad
determinar cuáles serían las consecuencias políticas, económicas, y sociales que traería la
incorporación de la cámara de senadores. Para ello consideramos necesario analizar el retorno
de la bicameralidad en relación a sus funciones, basándonos en diversos campos de estudio
como el Derecho constitucional, Ciencia Política, Historia general del Derecho, entre otros.
Para así poder determinar ventajas y desventajas que traerían dichas consecuencias. Hemos
optado por este tema, puesto que consideramos que es un tema muy importante tanto en el
ámbito legislativo, como en nuestra vida cotidiana.

Para finalizar, la incorporación de la bicameralidad en el gobierno peruano del año 2019,


conlleva un estudio doctrinal y jurídico, la cual es necesaria en el estudio del órgano
legislativo, si deseamos conocer si un parlamento con dos cámaras es más eficiente para el
Estado de Derecho, o es un foro de debate sin solución alguna.
II. Argumentación.
2.1. Sección I: Antecedentes jurídicos.

En el Perú, desde 1822 observamos que ambos sistemas parlamentarios han sido
implementados en el Congreso nacional a lo largo de su historia constitucional, predominando
el sistema parlamentario bicameral y con una mayor vigencia. Sin embargo, su permanencia
se ha visto afectada cada cierto tiempo por las variaciones constitucionales hacia el
unicameralismo. Así tenemos, que en el trascurso de su historia republicana el Perú ha sido
regido por 12 constituciones, 8 han optado por el sistema bicameral, tres por el sistema
unicameral y sólo una por el sistema tricameral. (Scudin, 2018, pág. 5)

El Centro de Estudios Constitucionales del Tribunal Constitucional, realizó una investigación


sobre las constituciones de 1823-1993, empezando por la constitución de 1823 elaborado por
el Congreso Constituyente convocado por José de San Martín.

“La Constitución de 1823 colocaba al Parlamento como auténtico representante de la


voluntad popular y por encima del Ejecutivo. No habían llegado aún los tiempos del
presidencialismo. Conforme a la Carta de 1823, el poder legislativo se conformaba de tan
solo una Cámara, aun cuando en este punto la redacción es críptica.” (Nuñez, 2018)

Es decir, la constitución de 1823 tenía un corte liberal, señalando a Dios como fuente de
inspiración y, como objetivo de su acción en función de la felicidad de los pueblos.

Dentro de la constitución de 1826, los poderes: electoral, legislativo, ejecutivo. Funcionaba el


Poder Legislativo por cámara de tribunos, senadores y censores. Siendo compuesta por 24
miembros en cada cámara y de acuerdo al artículo 30, inciso 1, “Nombrar al presidente la
República por la primera vez y confirmar a los sucesores”.

Para Dominga Pérez Liendo, descrito en el libro de “La letra de la ley”, la reconocida mujer
peruana, maestra, jurista y abogada, expresa que:

“La composición de tres cámaras es la nota original de la Constitución bolivariana y quizá


la institución que la meditaron sinceramente creyéndola de bien positivo para el país. No se
oculta que un sistema llamado a introducir la armonía y el acierto en las funciones
legislativas; desgraciadamente se le ensayó en un momento inoportuno y dentro de una
constitución odiosa para el pueblo”

La Constitución de 1828, de breve duración y considerada como la que proyecto el


constitucionalismo peruano asentando las bases para los siguientes modelos constitucionales,
la que Manuel Villarán consideraría como “La madre de todas las constituciones”, siendo los
aspectos de equilibrio de poderes y la forma del gobierno los principios que rigen al actual
sistema democrático.

El título IV, de la mencionada Constitución, sobre el poder legislativo sería bicameral,


considerada por el expresidente Valentín Paniagua Corazao, (2015) “con la madurez y
sabiduría que no es de tan esperar de una sola cámara, la razón y la experiencia positiva de su
aplicación en otras naciones aseguraba el buen resultado del sistemas”. Además de establecer
que los diputados representarían a las provincias y los senadores a los departamentos,
abordando el principio de descentralización.
Acto seguido, la constitución de 1834 cuya vigencia fue menor a un año y a diferencia de la
carta magna de 1828, solo modificó algunos artículos por el contexto de las guerras civiles en
que se encontraba sumergido el Perú. Las disposiciones que se someten a cambios son las
referidas al número de senadores, que serían cinco por departamento y las cámaras
legislativas se renovarían por mitades cada dos años.
La constitución de 1839, o también llamada Constitución de Huancayo, cuestionada por
anteponer los principios de las anteriores constituciones, era de corte centralista y se refuerzan
las atribuciones del Poder Ejecutivo como solución a los conflictos que suscitaba en el Perú.
Reorganizar y fortalecer el Estado fueron los principales pilares en torno a la elaboración de la
Constitución. Las disposiciones en cuanto al Poder Legislativo, el Congreso estaría
conformado por dos cámaras, la de diputados y la de senadores. Su estructura se encuentra
divida por: Título VI: Del poder legislativo, Título VII: Cámara de Diputados, Título VIII:
Cámara de Senadores y Título IX: Funciones comunes de ambas cámaras.
En 1856 se aprueba la Constitución inspirada en gran medida en el Estatuto Provisorio de
1855 de filiación libérrima, durante el gobierno de Ramón Castilla. De carácter descentralista
y antimilarista, por los cambios y conflictos (Batalla de las Palmas) que se desarrollaron a
inicios de 1860. La Convención Nacional cuyo fin fue cambiar la constitución de 1839 de
carácter centralista, dispuso los siguientes cambios entorno al congreso: Se le concedieron las
siguientes atribuciones: dar, interpelar, modificar y derogar leyes; crear y suprimir empleos y
asignarles la correspondiente dotación; examinar las infracciones de la Constitución e
intervenir en los ascensos militares.
José Paz Soldán señala los principales puntos de la constitución de 1856:
“Redujo la autoridad del Presidente de la República al recortar su período de gobierno a
cuatro años; al prohibir que el que ejercía la jefatura del Estado pudiera ser candidato para la
elección presidencial; al reconocer el derecho de la Cámara de Diputados de poder acusar al
Presidente por impedir la reunión del Congreso o intentar disolverlo o suspender sus
sesiones” (Soldán, 1944, pág. 121)

La Constitución de 1860, de Ramón Castilla, duró 70 años en la República y es considerada


de carácter moderado por el acuerdo tomado entre liberales y conservadores, dejando de lado
las tendencias político/doctrinarias.
Entre las principales disposiciones en torno al Parlamento, tenemos: La renovación de las
cámaras (Senadores y diputados) debían hacerse por terceras partes y por bienios (cada dos
años), la Comisión Permanente del Cuerpo Legislativo, compuesta por siete senadores y ocho
diputados, cuya misión era vigilar al Ejecutivo.

La Constitución de 1920, se estableció durante el gobierno de Augusto B. Leguia, cuyo


mandato al principio se ejercía de manera dictatorial, lo que dio origen a una nueva
constitución fue la aprobación de reformas que debían ingresar al cuerpo normativo jurídico
del Estado. Dentro de las reformas, se pretendió renovar el Poder Ejecutivo y Poder
Legislativo de manera simultánea, además se impusieron congresos regionales en el norte,
centro y sur, por último, se instauró la responsabilidad política del gabinete ante cada una de
las Cámaras y la obligatoriedad de la renuncia ministerial a consecuencia del voto de falta de
confianza que se aprobara en el Senado o en la Cámara Baja.
Según (Nuñez, 2018) “se dijo que la renovación integral del Congreso era altamente
democrática. Gracias a ella ni los parlamentarios ni el presidente cesante podrán influir
decisivamente en la elección de los futuros representantes.” el artículo 60 y 70 de la
Constitución Política de 1920, se infiere que la elección del Presidente de la República, de los
senadores y diputados se establecía por voto popular directo.

La incorporación de la constitución de 1933, en el gobierno de Sánchez Cerro, tiene un corte


moderado, sin embargo, recorta las facultades del Poder Ejecutivo e introduce diversos
cambios en torno al poder legislativo y sus funciones.
Entre las disposiciones tenemos: el Parlamento podía acusar al Presidente y privarlo de su
cargo conforme a la Constitución y el Presidente no podía disolver el congreso, además las
Cámaras (Senadores y diputados) tenían el derecho de censurar a los Ministros o al Consejo
de Ministros en pleno, por último, en respuesta al gobierno de Leguía, se prohibió la
reelección presidencial.

Las constituciones de 1979 y 1993, si bien diversos juristas sostienen diversas diferencias en
torno al fondo y formas de las constituciones mencionadas, en materia legislativa tienen
aristas que conllevaron al cambio de un sistema bicameral (Constitución 1979) por un sistema
unicameral (Constitución 1993).
Primero, el contexto que se desarrolla la Constitución de 1979, ya que luego de una dictadura
militar, tiene el fin de volver a un Estado democrático con fundamento en una sociedad justa
que se respeten y valoren los derechos de la sociedad peruana y la Constitución de 1993, con
el fin de valorar y respetar las comunidades campesinas e indígenas, además de incorporar un
nuevo modelo económico al Estado.

Entre las principales facultades en el sistema bicameral, tenemos que con la Constitución de
1979 la Cámara de Diputados podía interpelar, censurar o negar confianza a los Ministros,
además toda moción de censura contra el Consejo de Ministros o contra cualquiera de los
Ministros debía ser presentada por no menos del 25 % del número legal de diputados y el
Presidente de la República estaba facultado de disolver el la Cámara de Diputados si esta
censura o niega la confianza a tres consejo de ministros.
Por otro lado, tenemos que el Congreso unicameral tiene las siguientes facultades: se
establece una sola cámara de 130 congresistas (originalmente eran 120), quienes ejercen un
rol de emitir y aprobar leyes, y con un periodo ordinario de cinco años, se permite una sola
reelección presidencial inmediata o consecutiva.
2.2. Sección II: Aspectos doctrinales

En el transcurrir de la historia, el sistema parlamentario ha adoptado distintas formas de


gobierno de organización al número de cámaras que lo integran. Como el sistema
parlamentario unicameral y el sistema parlamentario bicameral.

La unicameralidad consiste en una sola cámara o único órgano legislativo Scudin (2018), que
se subdivide en dos:

i) Unicameralismo perfecto, referido a aquel sistema parlamentario que plantea la


existencia de una sola Cámara, basado en la organización interna del Órgano
Parlamentario, es decir, el Parlamento desarrolla sus funciones de manera integral,
a través de comisiones especializadas.
ii) Unicameralismo imperfecto, sistema parlamentario que consta también de una sola
Cámara, sin embargo, a diferencia del anterior sistema en este caso el Parlamento
no desarrolla funciones de manera integral, es decir, se produce una fragmentación
en su organización interna existiendo un órgano que funge como una pequeña
Cámara (pág. 2)

La Bicameralidad, que está compuesto por dos cámaras en el congreso, denominada la


Cámara Alta o Cámara de Senadores, son los representantes selectos o de primer orden
“Junta, asamblea o reunión de las personas más distinguidas de una República o Estado” y
Cámara Baja o Cámara de Diputados, son los representantes comunes o de segundo orden.
Elegida por sufragio para representar a los ciudadanos o electores ante un organismo
administrativo provincial o de distrito, con la doble finalidad de defender los intereses del
territorio que lo elige y de las fuerzas políticas que lo apoyan” (CABANELLAS DE
TORRES, 2002, pág., 142)

Se subdividen:

Bicameralidad perfecta, ambas cámaras tienen las mismas facultades.

Bicameralidad imperfecta, se diferencia por que las dos cámaras cumplen diferentes
funciones, la primera realiza funciones política y gran parte de la legislativa y la segunda
cámara es más deliberada, reflexiva y técnica. Los poderes del parlamento son limitados.

En el Perú, observamos que ambos sistemas parlamentarios han sido implementados en


el Congreso nacional a lo largo de su historia constitucional, predominando el sistema
parlamentario bicameral y con una mayor vigencia. Sin embargo, su permanencia se ha
visto afectada cada cierto tiempo por las variaciones constitucionales hacia el
unicameralismo. Así tenemos, que en el trascurso de su historia republicana el Perú ha
sido regido por 12 constituciones, 8 han optado por el sistema bicameral, tres por el
sistema unicameral y sólo una por el sistema tricameral. (Scudin, 2018, pág. 5)

EL CAMBIO DE UN SISTEMA BICAMERAL A UNICAMERAL


Según “La Constitución de 1979” en su artículo 164º dice: “El Congreso se compone de
dos Cámaras: El Senado y la Cámara de Diputados. Durante el receso funciona la
Comisión Permanente. Estas cámaras trabajaban cada una por separado y tenían ciertas
funciones diferenciadas. Así tenemos que el Senado ratifica o nombraba a varios
funcionarios importantes del Estado, en tanto que la Cámara de Diputados podía interpelar
y censurar a los ministros.
En cambio la “Constitución de 1993” señala en su artículo 90° que: “El Poder legislativo
reside en el Congreso, el cual consta de Cámara Única.
Ahora tengamos en cuenta que con la Constitución de 1993, se modificó el sistema
bicameral, teníamos un Senado y una Cámara de Diputado, lo cual se cambió por un
sistema unicameral, con un número reducido de ciento veinte congresistas. Esto tuvo
un fin, el cual era buscar que el Congreso fuera más dinámico y que se redujera el
número de sus miembros. Sin embargo, el tiempo demostraría que este cambió sólo
favoreció al gobierno porque se estableció un Poder Legislativo que no investigaba
los diversos casos de corrupción que en su momento fueron denunciados por
congresistas de la oposición y por medios de comunicación independiente,
principalmente casos relacionados a la violación de los derechos humanos según lo
señala (Robert Alexis), en la Tesis de La Pucp.

Nosotros como ciudadanos sabemos bien que, la imagen del poder Legislativo está
desacreditada, la pregunta que siempre nos hemos planteado es ¿Mejorará esta situación al
tener dos cámaras? Aquí podemos ver diversas teorías de diferentes autores.

Para el ex senador, Raúl Ferrero en su obra Teoría del estado de Derecho nos afirma:

Así será ya que se emitirán mejores leyes. “Los proyectos serían revisados por la cámara
de diputados, vistos, discutidos y una vez aprobados tendrían que ir para revisión final a la
cámara de senadores” (Ferrero, 2018)
Además, según Ferrero Costa, cada cámara tendría atribuciones diferentes. La cámara de
diputados tendría un carácter político.

Es la cámara política, es ahí donde se hacen las investigaciones, se convocan los


ministros”, agregó. La cámara de senadores, en tanto, se encargaría del nombramiento de
altos funcionarios del Estado. (Ferrero, 2018)

Para el analista político, Percy Medina, los candidatos a senadores deben cumplir los
mismos requisitos que los actuales congresistas. Es decir, ser peruano de nacimiento y
tener derecho a voto. La única diferencia sería la edad. Un senador debería ser mayor de 35
años.

Esta no es la primera vez que se propone la bicameralidad, desde que llegó a su fin con el
autogolpe de Alberto Fujimori en 1992.

Según (Torres, 2018) congresista de la República, en su obra comisión de constitución y


economía nos dice que: “Se puede considerar que la unicameralidad tiene virtud en las
funciones legislativas, porque se puede realizar con mayor rapidez al expedir una ley, sin
embargo no es así, porque esa misma rapidez puede afectar puede afectar la calidad de la
norma. Por otro lado la Bicameralidad realiza un mayor análisis y reflexión para expedir
una ley, porque pasa por dos cámaras, permitiendo que las leyes sean de mejor calidad,
cuyo fin es el bienestar común.”

Si nos centramos en la función de representación, la Bicameralidad tiene la virtud de


representar mejor a la población, en la medida que existan mecanismos diferenciados de
elección. Habría senadores que representen a todo el territorio nacional y diputados que
representen a circunscripciones electorales regionales o provinciales. La Unicameralidad
dificulta representar a la población de esta manera diferenciada. Si queremos mejorar la
forma de representación, quizá sería razonable optar por la Bicameralidad. (Torres, 2018)

También debemos considerar el gasto que implicaría implementar una segunda Cámara.
Un Parlamento bicameral supondría un incremento importante de los recursos públicos que
se deberían asignar para su funcionamiento, lo que podría ser políticamente inadecuado en
una época de retroceso económico y crecimiento de la pobreza.
El abogado constitucionalista Alberto Bórea en su libro “Manual de la constitución”
señaló que el retorno de la bicameralidad es fundamental para la democracia porque
permitirá tener un Senado que garantice una discusión política seria. Sostiene que una
Cámara de Senadores congregaría a los grandes gestores del sistema político de largo
alcance, para evitar que ese poder del Estado actúe solo bajo los "reflejos o circunstancias
del momento" y que siga una verdadera dirección política con visión de futuro. (Borea,
2013)

Importancia de retomar la bicameralidad


(Salinas, 2009), Actual Ministro de Justicia, menciona:

“Como ayer, tenemos un Parlamento deslegitimado por su ineficacia, improductividad y,


especialmente, por las actitudes particulares asumidas por algunos representantes y grupos
parlamentarios. Es decir, los mismos argumentos que permitieron en su oportunidad la
extinción de la Cámara de Senadores, hoy sirven para proponer su retorno” (p. 149)
Podemos encontrar varios motivos para estar a favor de nuestro regreso a la
Bicameralidad:
Tendríamos leyes mejor evaluadas, factibles y estructuradas en favor de la
sociedad (Salinas, 2009)
“Como sabemos, la eliminación de la Bicameralidad se dio en 1992, cuando el ex
presidente Alberto Fujimori cerró el Congreso cuando dio su tan conocido Golpe de
Estado. Se dice que una de las causas principales para terminar con el sistema
bicameral fue que esta organización llegó a un punto de no tener unas buenas
decisiones con respecto a los proyectos de ley y finalmente las leyes aprobadas y
promulgadas; sin embargo, actualmente vemos la misma situación diariamente, ya
que muchos proyectos de ley son aprobadas rápidamente y sin tomarse el tiempo de
analizarla, estudiarla, ver si es factible o no y es por eso que muchas de estas tienen
“nombre y apellido” como se podría decir porque estas son promulgadas
favoreciendo a una persona o a alguna empresa con mucha influencia, esto se vuelve
uno de los motivos principales por el que se vuelve a plantear este sistema bicameral
en nuestro Poder Legislativo”.
Para mejorar la representación legislativa
Actualmente se escucha contra este sistema bicameral el siguiente argumento “¿Qué
ganamos metiendo más personas al Congreso?”
La propuesta del Presidente Martín Vizcarra sobre este tema es que vuelva el sistema
bicameral a nuestro Poder Legislativo con una cantidad de 100 diputados y 30 senadores,
es decir, la misma cantidad de parlamentarios que los que tenemos actualmente. El hecho
de volver a la Bicameralidad, mejoraría nuestra representación Legislativa ya que toda la
población estaría mucho mejor personificada y se pondría más atención a las zonas más
vulnerables en nuestro país y ya no pasaría lo que sucede actualmente que se deja de lado a
un sector de la población.

Porque promueve el equilibrio de poderes


(Puente, 2018 ) en su teoría: del retorno de la bicameralidad promueve el equilibrio de
poderes, indica lo siguiente “La bicameralidad, por teoría y práctica, es la mejor receta
para un adecuado equilibrio de poderes y en el caso peruano, la mejor forma de consolidar
su presidencialismo histórico.”

Si nos ponemos a pensar, tiene razón, ya que los poderes del Estado existen para
frenarse entre sí, es decir, que todos estos tengan el mismo rango, que ninguno
“pisotee” al otro. La Bicameralidad sería una solución a las constantes rivalidades
entre el Legislativo y el Ejecutivo. Además, agrega que “un Congreso unicameral y
sin reelección será menos responsable con el sistema político y su primera víctima
será el presidente.

Fundamentos doctrinarios para retornar a la bicameralidad en el perú

La historia ratifica una vez más la necesidad de retornar a este sistema parlamentario, pues
se logrará el fortalecimiento de la participación democrática; la revisión de los actos y
decisiones legislativas, evitando conflictos sociales o pérdida de la legitimidad estatal y la
necesidad del control político de las normas jurídicas.

1.-Fortalecimiento de la Participación Democrática:

Según la Teoría constitucional de Naranjo Mesa publicada en la revista de investigación


jurídica “Nous” sostiene que:

La población peruana siente que el Congreso es una institución desvinculada de sus


requerimientos a pesar de la periódica renovación de sus integrantes, el Parlamento,
como institución, tiene una valoración claramente negativa. Uno de sus factores, es
que posee escasa legitimidad, pues la mayoría de los peruanos viven en una situación
de pobreza que dificulta el ejercicio pleno de sus derechos ciudadanos, por las
exigencias cotidianas a las que se ven sometidos. A esto se suma que los partidos
políticos, nacionales organizaciones llamadas a ser el canal propicio para
institucionalizar y ordenar el juego democrático parlamentario, atraviesan una
situación de extraordinaria debilidad. (Naranjo Mesa, 2000)

2.-Permite la revisión de las decisiones legislativas (Control Político del Estado)

El control parlamentario, es de naturaleza política e implica tres elementos; la oposición


parlamentaria democrática discrepante, la responsabilidad política difusa del gobierno, la
opinión pública.

Respecto al primero de ellos Bidart Campos en su teoría constitucional e instituciones


públicas, en la revista de investigación jurídica “Nous” sostiene que:

“la oposición democrática discrepante tiene una justificación que trasciende el


funcionamiento óptimo de dicho control. El reconocimiento de las minorías
opositoras como titulares del control parlamentario, la presencia de la oposición
democrática legitima el poder mismo. La responsabilidad política difusa del
Gobierno, Esta denominación parte de la teoría italiana y se da cuando no es posible
en los sistemas presidencialistas controlar al gobierno cuando no depende de la
confianza del Parlamento, cosa que sí se da en los gobiernos parlamentaristas (retiro
de confianza en el parlamentarismo” (Campos, 1968)

3.-Necesidad de Control Político de las Normas Jurídicas Para el Derecho


Constitucional

Según García Belaunde en su libro La constitución traicionada nos dice que:

“La existencia de una Bicameralidad legislativa sería lo correcto en el Perú a fin de


combinar la representación regional con la de carácter nacional, creando al mismo
tiempo las posibilidades de un trabajo más especializado en el seno de las labores
parlamentarias En el sentido, que cada cámara, debe tener funciones debidamente
establecidas; donde la Cámara de Diputados deberá tener una labor de fiscalización,
interpelación y censura, mientras que la de Senadores debe constituirse en el filtro de
revisión, modificación y perfeccionamiento de las leyes. (García Belaunde, 1980)
2.3. Sección III: Interpretación Jurídica y propuesta

A lo largo de nuestra historia constitucional, se ha desarrollado un sistema bicameral para la


elaboración y aprobación de las leyes en el Perú. Desde los inicios de la República, se ha
establecido un sistema que esboza la compleja función de representación y control
parlamentario.

Según la propuesta de reforma constitucional (Proyecto de ley Nº 3185/2018-PE), la cámara


de senadores debería estar compuesta por treinta senadores y la cámara de diputados por cien
representantes. Además, el territorio de la República, para la votación de sus representantes al
Parlamento, se dividiría en un macrodistrito para la elección de senadores y microdistritos
para la elección de los diputados.

De acuerdo al proyecto de reforma, la encargada de dirigir e iniciar investigaciones sería la


cámara de diputados, tomando en cuenta que cada cámara elabora y aprueba su reglamento,
asimismo la cámara de senadores, por votación se da lugar o no a la acusación planteada por
la cámara de diputados:

“Los proyectos de ley aprobados por la Cámara de Diputados son revisados por la Cámara de
Senadores. Cuando la Cámara de Senadores desapruebe o modifique un proyecto de ley
aprobado en la Cámara de Diputados, esta podrá insistir en su propuesta inicial; para ello,
necesita que la insistencia cuente con los dos tercios de votos del total de sus miembros”
(Proyecto de ley Nº3185/2018-PE).

Los filtros y revisión de los proyectos de ley es una constante para la aprobación de la misma,
abordar el debate para atribuir ventajas y desventajas en torno a materia legislativa se debe
tomar en cuenta que la existencia de un poder político dentro del Congreso es nula por la
dinámica de las bancadas parlamentarias y las sucesivas modificaciones (añadidos,
supresiones, cambios radicales) de los proyectos legislativos discutidos, sin embargo, un
ambiente burocrático caracteriza el sistema en torno a sus funciones y estructura.

Carlos Torres y Torres Lara, Presidente del Consejo de Ministros durante el gobierno de
Alberto Fujimori, expresaba de forma constante que la reforma del poder legislativo se debe a
la velocidad de acción retardada en relación al funcionamiento del poder Ejecutivo y la
posibilidad de que una cámara pueda promulgar leyes sin control alguno. Sin embargo, la
existencia de un organismo dentro del Parlamento que revise las propuestas de ley para su
posterior promulgación es esencial para un ordenamiento jurídico que no vulnere los derechos
fundamentales contenidos en la Constitución.

Un Congreso unicameral aumenta la participación de la Cámara baja, sin embargo, no tiene


sentido porque la misma promulgación y revisión de proyectos son llevados a cabo por la
misma Cámara.

El Congreso unicameral, formulado por el fujimorismo representado mayoritariamente en el


Congreso Constituyente Democrático, en medio de la crisis constitucional originada a partir
del golpe de Estado del 05 de abril de 1992, en la que se disolvió al Congreso de la República,
sigue siendo el modelo parlamentario vigente, cuyas atribuciones presentadas en el artículo
102 de la Constitución de 1993 son básicamente de legislar, fiscalizar y representar; funciones
propias de la función legislativa.

La Comisión Permanente realiza sus labores cuando el pleno del congreso se encuentra en
receso, la conforman 20 congresistas, donde se escoge en la primera legislatura; la mesa
directiva se encuentra integrada solo por congresistas de la bancada de fuerza popular quienes
actualmente tienen la facultad de “presidir y dirigir los debates del Pleno, de la Comisión
Permanente y del Consejo Directivo. Asimismo supervisa la política administrativa –
financiera del Congreso, así como el nombramiento de los altos funcionarios del Parlamento”
(Manco, 1994)

En torno a la unicameralidad, diversos juristas plantean su postura de acuerdo al contexto en


que desarrollaba el Perú. Al respecto, César Delgado Guembes describe que “una cámara
donde no representen directamente a los individuos de una comunidad, no es un parlamento,
sino un foro en el que se ventilan los intereses territoriales, segmentarios o corporativos del
Estado, sus sectores o regiones socio-económicas”. (Guembes, 1992) Particularmente, los
conflictos de interés y pugnas políticas que se desarrollan en bancadas se generan por la
mayoría de integrantes de un partido político dentro del Parlamento. El Congreso durante el
periodo 2016-2021, son 73 miembros de Fuerza Popular, ocupando la mayoría parlamentaria;
el periodo parlamentario 2011-2016 con 71 congresistas de Gana Perú y por último, el
periodo parlamentario, 2006-2011, con 45 congresistas de Unión por el Perú. (RPP , 2016).
Es decir, el mayor número de parlamentarios de un mismo partido político está dentro del
actual periodo parlamentario.

Una de las diferencias principales es la calidad de los proyecto de ley aprobados, se debe tener
en cuenta que un estudio indica que “en promedio, el 25 % de iniciativas presentadas por los
legisladores son declarativas para crear distritos y carreteras, pese a no tener iniciativa de
gasto. De una muestra de 890 proyectos revisados, en 750 de ellos se asegura que no generan
costos” (Bustamante, 2018).

El senado, cuya cámara en la constitución de 1993 no se establece en el parlamento, es


primordial en materia de fiscalizar los proyectos de ley presentados en el congreso;
actualmente, los cambios o modificaciones que sufren se forman a través de comisiones
ordinarias que se forman de acuerdo a la especialidad (Comisión ordinaria Agraria;
Educación, Juventud y Deporte; Energía y minas; etc.), a lo cual, el ejercicio de fiscalización
en la constitución de 1979 señala: “Cuando una de las cámaras desapruebe o modifique un
proyecto de ley aprobado en la otra, la cámara de origen para insistir en su primitiva
resolución, necesita que la insistencia cuente con los dos tercios de votos del total de
miembros.(…)”(Constitución Política del Perú,1979,Art.192).
Por lo que, la conformación de leyes en dos cámaras en un proceso riguroso que se respete y
llegue a resultar cambios postivos en el proyecto de ley, tiene mayores probabilidades. A lo
acotado por (Villarán, 2016) indica:
“La formación de las leyes exige un procedimiento complejo, sujeto a reglas uniformes y
adecuadas, que garanticen su bondad intrínseca y sus requisitos externos. La reglamentación
del procedimiento parlamentario es tan necesaria para la expedición de las leyes, como la del
procedimiento judicial lo es para la de los fallos de los tribunales.”
En ese sentido, la formación de leyes está intrínseco a los requisitos, en cuanto estén expresos
en su reglamento para su aprobación, por lo que, es necesario un debido proceso sin
omisiones y censuras en el transcurso.

El origen de la formación de la cámara de senadores, tiene una data histórica a lo largo de los
países democráticos incipientes como la institución democrática donde se ejercita el debate y
toma de decisiones en interés del Estado. A ello, podemos acotar a Jose Silva Santivestan, que
señala:

La formación de esta Cámara, en la mayor parte de los Estados monárquicos europeos, es


sobre poco más o menos análoga; los senadores, pares, o señores, son hereditarios, vitalicios,
o de larga duración; nombrados por el monarca, o por electores especiales; y representan la
nobleza, la Iglesia, o la propiedad territorial; pero, en una república, y especialmente unitaria,
no puede tener otra fuente, sino la elección, directa o indirecta, porque este es el medio de
constituir los altos poderes. (Santisteban, 2015)
Claro está, que la figura del senado romano ha enriquecido en la doctrina, en especial de su
rol democrático, debido a que encargaban y debatían decisiones en torno a lo político,
religioso y económico. Además, “El Senado sería una imagen institucional del que continúa
en la sociedad y en la política(…) La continuidad tiene importancia no sólo como
acumulación de la experiencia política que tengan los senadores, sino también como el
mantenimiento en la estructura política de la República de un grupo que exprese las diferentes
tendencias políticas y concepciones de la sociedad. El voto democrático es oscilante entre
posiciones alternativas” (Correa, 2017)

Así, la cámara alta es una institución de la cual sus aportaciones históricas se han nutrido en el
principio básico de respeto, tomando en cuenta que los representantes escogidos por el pueblo
llevan consigo una relevancia muy importante, tanto para la revisión de proyectos, como en su
amplia facultad de fiscalización.

Otro de los puntos que comparto respecto a la dualidad de cámaras es con Manuel Atanazio
Fuentes, quien de manera certera toma en cuenta los lineamientos que son requeridos para ser
representante en ambas cámaras y compara las elecciones para el parlamento con otros países
del hemisferio.

(…) mientras en el Perú la elección es indirecta para ambas clases de representantes son
elegidos en un mismo acto y para un mismo período, en Chile, la elección es directa para los
diputados e indirecta para los senadores, verificándose ésta por electores especiales , y
determinándose para los primeros la duración de tres años y para los segundos de nueve. El
senado de los Estados Unidos se compone de dos senadores por cada Estado de la
confederación, elegidos por la legislatura. En resumen, el principio de la dualidad de las
cámaras tiene en su apoyo, además de la opinión de acreditados publicistas, el hecho de
subsistir en todos los pueblos de gobierno representativo. (Fuentes, 2018)

La propuesta que se genera a partir de lo descrito en el proyecto de ley presentado el 2018, es


incluir un enfoque histórico constitucional al estudio de la reforma constitucional para
consignar los cambios respecto a las atribuciones y facultades del poder legislativo en la carta
magna, agregando al plano material, normas y principios que se desarrollan en la
institucionalización del poder legislativo, siendo así una fuente de información trascendente
para la investigación y perfección del sistema en cuanto a elaboración y aprobación de leyes.
III. Conclusiones.

-La implementación del sistema bicameral en el Perú potencializará el ejercicio de la función


legislativa promoviendo la calidad de las leyes y a la vez optimizando el rol Constitucional
del Congreso de la Republica.

La unicameralidad favoreció la corrupción y el Congreso no tuvo la independencia que debió


tener como un Poder del Estado, por el contrario, siempre estuvo al servicio del Poder
Ejecutivo, que lo manejó de acuerdo a sus intereses. Cuando se iniciaron las investigaciones
de hechos controvertidos que provocaron escándalos, éstos siempre terminaban archivados
por miembros del oficialismo y minimizados por los principales medios de comunicación que
estaban totalmente sometidos. Tuvo que terminar ese periodo para que muchos personajes del
gobierno que se beneficiaron con los diversos negociados que hicieron, estén hoy día en las
cárceles, siendo procesados por diversos delitos.

-El Congreso unicameral promete eficiencia y rapidez en el trámite legislativo, pero no


promete lo único que en realidad debería interesarnos, esto es, cómo hacer para que la voz de
todos se escuche fuerte y claro y sea puesta al servicio del interés público. Un Congreso
bicameral puede ayudarnos un poco más en arribar a esa meta. Esto a propósito de un mito
muy extendido, según el cual la solución a nuestras dificultades se encuentra en una única
respuesta, sin advertir que ese es el problema original. La bicameralidad no va a convertir al
Perú en el dorado de la deliberación pública, pero quizá sí contribuya a avanzar otras medidas
que nos orienten en esa dirección.
IV. Referencias bibliográficas
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