Marco Teorico
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INTRODUCCIÓN
MARCO TEÓRICO
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA.
INTRODUCCION
Partiendo de una definición legal de informalidad, el presente trabajo estudia las causas
de este fenómeno en general, concentrándose en particular en el análisis de la
informalidad en el caso peruano. Primero ofrece una discusión de la definición de
informalidad y de las mediciones de ésta, señalando además las razones por las cuales
la informalidad generalizada debiera ser motivo de gran preocupación. Luego analiza
los determinantes principales de la informalidad y plantea que ésta no tiene una causa
única, sino que es producto de la combinación de servicios públicos deficientes, de un
régimen normativo opresivo y de la débil capacidad de supervisión y ejecución del
estado. Dicha combinación resulta especialmente explosiva cuando el país se
caracteriza por tener bajos niveles educativos, fuertes presiones demográficas y
estructuras productivas primarias. Finalmente, utilizando un análisis de regresión
transversal entre países, se evalúa la relevancia empírica de cada uno de los
determinantes de la informalidad, aplicando luego las relaciones estimadas al caso
peruano para evaluar la relevancia que tendría cada uno de los mecanismos propuestos
en cada país específico.
CAPITULO I.
“LA
INFORMALIDAD”
2.1. DEFINICIÓN
Por otra parte, la informalidad induce a las empresas formales a usar en forma más
intensiva los recursos menos afectados por el régimen normativo. En los países en
desarrollo en particular, esto significa que las empresas formales tienen un uso
menos intensivo de mano de obra de la que les correspondería tener de acuerdo a
la dotación de recursos del país. Además, el sector informal genera un factor
externo negativo que se agrega a su efecto adverso sobre la eficiencia: las
actividades informales utilizan y congestionan la infraestructura pública sin
contribuir con los ingresos tributarios necesarios para abastecerla. Puesto que la
infraestructura pública complementa el aporte del capital privado en el proceso de
producción, la existencia de un sector informal de gran tamaño implica un menor
crecimiento de la productividad.
“INFORMALIDAD
EN EL PERU”
3.1. INFORMALIDAD EN EL PERÚ.
¿Sabía usted que, en el Perú, el 67% del empleo es informal? Ser informal significa
recibir ingresos por debajo del mínimo legal, no tener beneficios sociales ni
seguridad en el trabajo. Entre marzo de 2017 y marzo de 2018, los empleos
informales crecieron 418,000. Otro dato es que el 72% del empleo se genera en
pequeñas empresas que tienen como máximo 10 trabajadores. Como resultado, el
subempleo, definido como aquellos con un ingreso menor a un mínimo referencial,
subió en el último año y totalizó casi 8 millones de personas.
La realidad descrita pone sobre el tapete la necesidad de hacer algo para elevar el
empleo adecuado, pues es la principal y a veces única fuente de ingresos de la
mayoría de ciudadanos. Tal vez bajar los costos de contratación a las empresas
pueda ser un punto de partida. Sin embargo, parece que la reforma laboral no está
en la agenda del Gobierno.
Se ha escrito mucho sobre la informalidad y sus causas. Cuando una persona toma
cualquier decisión, evalúa lo que pierde y gana o, como dicen los economistas, los
beneficios y costos. Imagine que le pregunta a un empresario informal por qué
mantiene su condición. Dirá algo así: “¿Para qué me voy a formalizar si pasaría a
pagar impuestos? Como no veo resultados del pago de los mismos, entonces,
¿cuál sería la razón para hacerlo?”.
El grueso de la fuerza laboral informal se concentra en las zonas urbanas. Unos 8,6
millones de personas laboran bajo estas condiciones, lo que muestra una
trayectoria preocupante: en el acumulado de los últimos cuatro años ha crecido a
doble dígito.
C) RADIOGRAFÍA
El INEI distingue el empleo formal del informal al definir al primero como aquel
vínculo laboral sujeto a la legislación laboral, fiscal y de la seguridad social o a la
población ocupada que se desempeña en el denominado sector formal de la
economía. En tanto, define en el empleo informal a los empleados sin beneficios
sociales o que trabajan en unidades de producción no registradas.
Según el INEI, el crecimiento del empleo informal provino sobre todo de las
empresas con menos de 10 trabajadores. En estas compañías, el empleo
informal creció 4,2% y el formal disminuyó en 3,7%. En cuanto a sectores de la
economía, el empleo informal creció en las ramas de agricultura, pesca y minería
(5,2%), construcción (4,1%), comercio (3,1%) y servicios (2,3%).
“La pregunta es: ¿por qué la formalidad se ha estancado? Eso todavía no tiene
respuesta. Pero básicamente lo que se está viendo es que crecer a 4% es bajo. [La
economía] tiene que ir más rápido que 4% para romper ese equilibrio [disminuir la
informalidad laboral]”, manifestó Cuba.
A junio del 2018, la informalidad creció 5,1% y alcanza al 73% de la fuerza laboral.
En tanto, se destruye empleo formal.
Esto implica que en el país ahora hay 12,2 millones de personas que trabajan en
esa condición, es decir, un 73% de la fuerza laboral. Esta es la participación más
alta desde mediados del 2015; tras haberse reducido ligeramente entre el 2016 y
el 2017.
Entre junio del año pasado y junio del 2018, se han creado 413.000 puestos de
trabajo informales, lo que implica que la informalidad domina la dinámica del
mercado laboral. En el mismo lapso, se han destruido 21.100 empleos formales
(0,5% del total).
Todo esto –a diferencia de los últimos dos años– sucede en un período en que la
economía está en fase de aceleración. En el primer semestre, el crecimiento fue
4,29%, la mejor lectura desde finales del 2013. El ‘divorcio’ entre la actividad y
el mercado laboral se explica, por un lado, por los inusuales resultados de
abril y mayo. También cabe recordar que desde abril de este año entró en vigor
un salario mínimo 9,4% más alto, que elevó los costos de contratar formalmente.
Es importante resaltar, además, que estos datos contrastan con los de la planilla
electrónica, que apuntan a que el empleo formal está creciendo. Sin embargo, esa
foto está incompleta: solo considera los puestos de trabajo formales creados por
empresas formales que tengan implementada la planilla electrónica, lo que deja
totalmente fuera a la mayor parte de la fuerza laboral.
CAMINOS DISTINTOS
Las cifras del INEI, basadas en la Enaho –encuesta que alimenta gran parte de la
investigación microeconómica en el país–, revelan que la informalidad laboral
asciende a 73% de la fuerza laboral. Resalta que en las zonas rurales la tasa es de
95,7%. En las áreas urbanas esta ratio llega a 66,3%.
Según el MTPE, solo se debe considerar a los asalariados informales en el cálculo,
contrariamente a lo que dice la metodología consensuada internacionalmente. Bajo
la métrica del MTPE, habría 54,6% de informalidad y sus políticas se dirigen solo a
ese sector.
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