Marco Teorico

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 21

ESQUEMA

 INTRODUCCIÓN
 MARCO TEÓRICO

CAPÍTULO I. “LA INFORMALIDAD”


1.1. DEFINICIÓN
1.2. CÓMO MEDIR LA INFORMALIDAD.
1.3. ¿POR QUÉ LA INFORMALIDAD DEBE SER MOTIVO DE
PREOCUPACIÓN?
1.4. CONSECUENCIAS DE LA INFORMALIDAD

CAPÍTULO II: “INFORMALIDAD EN EL PERÚ”


2.1. INFORMALIDAD EN EL PERÚ.
2.2. INFORMALIDAD LABORAL CRECE AL MENOS 4% DESDE HACE 10
MESES.
A) RADIOGRAFÍA
B) RUMBO DIVERGENTE
2.3. INEI: INFORMALIDAD LABORAL EN EL PERÚ CRECIÓ A MAYOR
RITMO QUE EL EMPLEO FORMAL.
 SORPRESA EN DICIEMBRE
2.4. INFORMALIDAD SIGUE DOMINANDO LA CREACIÓN DE EMPLEO EN
EL PERÚ.
 CAMINOS DISTINTOS

 CONCLUSIONES
 BIBLIOGRAFÍA.
INTRODUCCION

Partiendo de una definición legal de informalidad, el presente trabajo estudia las causas
de este fenómeno en general, concentrándose en particular en el análisis de la
informalidad en el caso peruano. Primero ofrece una discusión de la definición de
informalidad y de las mediciones de ésta, señalando además las razones por las cuales
la informalidad generalizada debiera ser motivo de gran preocupación. Luego analiza
los determinantes principales de la informalidad y plantea que ésta no tiene una causa
única, sino que es producto de la combinación de servicios públicos deficientes, de un
régimen normativo opresivo y de la débil capacidad de supervisión y ejecución del
estado. Dicha combinación resulta especialmente explosiva cuando el país se
caracteriza por tener bajos niveles educativos, fuertes presiones demográficas y
estructuras productivas primarias. Finalmente, utilizando un análisis de regresión
transversal entre países, se evalúa la relevancia empírica de cada uno de los
determinantes de la informalidad, aplicando luego las relaciones estimadas al caso
peruano para evaluar la relevancia que tendría cada uno de los mecanismos propuestos
en cada país específico.
CAPITULO I.

“LA
INFORMALIDAD”
2.1. DEFINICIÓN

El sector informal está constituido por el conjunto de empresas, trabajadores y


actividades que operan fuera de los marcos legales y normativos que rigen la
actividad económica. Por lo tanto, pertenecer al sector informal supone estar al
margen de las cargas tributarias y normas legales, pero también implica no contar
con la protección y los servicios que el estado puede ofrecer. Esta definición,
introducida por De Soto (1989) en su clásico estudio sobre la informalidad, ha
alcanzado gran popularidad ya que su fortaleza conceptual permite concentrar el
análisis en las causas de la informalidad antes que meramente en los síntomas de
ésta.

2.2. CÓMO MEDIR LA INFORMALIDAD.

Aun cuando la definición de informalidad pueda ser simple y precisa, estimar su


tamaño no resulta sencillo. Puesto que se identifica este fenómeno con la actividad
económica que permanece ajena a los marcos legales y normativos del estado, se
le describe mejor como una variable latente no observada, es decir, como una
variable para la que no existe una medida exacta y completa, pero a la que es
posible aproximarse a través de indicadores que reflejan sus diversos aspectos. En
el presente trabajo se analizan cuatro de estos indicadores, para los cuales existe
información disponible tanto en el caso peruano como en el de un número
relativamente importante de países. Dos de estos indicadores se refieren a la
actividad informal en general en algunos países, mientras que los otros dos se
refieren al empleo informal en particular. Cada indicador tiene sus propias
limitaciones conceptuales y estadísticas como variable representativa de la
informalidad, pero en conjunto permiten una aproximación sólida al tema.

Los indicadores referidos a la actividad informal en general son el índice de


Schneider sobre la economía subterránea y el índice de libertad económica
elaborado por The Heritage Foundation. El anexo 1 ofrece información detallada
sobre las definiciones y fuentes, así como muestras de estas y otras variables que
se utilizan en este trabajo.
El índice de Schneider combina la versión dinámica del modelo de múltiples
indicadores y múltiples causas (o método DYMIMIC, por sus siglas en inglés), el
método del insumo físico (electricidad) y el exceso de demanda de dinero para
estimar el porcentaje de la producción no declarada ante las autoridades tributarias
y reguladoras. El índice de libertad económica de The Heritage Foundation se basa
en percepciones subjetivas de cuál es el nivel general de cumplimiento de la ley en
cada país y destaca en particular el papel que desempeña la corrupción a nivel
oficial. Los indicadores que se centran en el aspecto laboral de la informalidad son
la prevalencia del autoempleo y la falta de cobertura del sistema de pensiones.

El primero de estos indicadores está dado por el porcentaje de autoempleo en


relación al empleo total, tal como es medido por la Organización Internacional del
Trabajo, mientras que el último está dado por el porcentaje de la fuerza laboral que
no aporta al sistema de pensiones de jubilación, tal como lo define el informe de
Indicadores Mundiales de Desarrollo.
Se puede evaluar la prevalencia de la informalidad en el Perú y compararla con la
de otros países a partir de estos cuatro indicadores. El gráfico 1 ha sido elaborado
en base a información sobre los cuatro indicadores de informalidad referida al Perú,
a Colombia y México (países ambos con similares niveles de ingresos), a Chile (el
país con la más alta tasa de crecimiento sostenido de América Latina) y a los
Estados Unidos (el país desarrollado de mayor peso en la región debido a las
estrechas relaciones que mantiene tanto con el Perú como con los distintos países
latinoamericanos). En general, el grado de informalidad en el Perú es
alarmantemente elevado y mucho mayor al de Chile y Estados Unidos según todos
los indicadores. Además, de acuerdo con el porcentaje existente de producción
informal (Schneider) y de auto empleo, es también muy superior al de México y
Colombia. Considerando el valor nominal de estos indicadores, en el Perú el 60%
de la producción se realiza informalmente; el 40% de la fuerza laboral está
autoempleada en microempresas informales; y sólo el 20% de la fuerza laboral está
afiliado a algún plan de pensiones formal, incluso si se incluye a aquellos
trabajadores que laboran para empresas grandes.

2.3. ¿POR QUÉ LA INFORMALIDAD DEBE SER MOTIVO DE PREOCUPACIÓN?

La informalidad es la forma distorsionada con la que una economía excesivamente


reglamentada responde tanto a los choques que enfrenta como a su potencial de
crecimiento. Se trata de una respuesta distorsionada porque la informalidad supone
una asignación de recursos deficiente que conlleva la pérdida, por lo menos parcial,
de las ventajas que ofrece la legalidad: la protección policial y judicial, el acceso al
crédito formal, y la capacidad de participar en los mercados internacionales. Por
tratar de eludir el control del estado, muchas empresas informales siguen siendo
empresas pequeñas con un tamaño inferior al óptimo, utilizan canales irregulares
para adquirir y distribuir bienes y servicios, y tienen que utilizar recursos
constantemente para encubrir sus actividades o sobornar a funcionarios públicos.

Por otra parte, la informalidad induce a las empresas formales a usar en forma más
intensiva los recursos menos afectados por el régimen normativo. En los países en
desarrollo en particular, esto significa que las empresas formales tienen un uso
menos intensivo de mano de obra de la que les correspondería tener de acuerdo a
la dotación de recursos del país. Además, el sector informal genera un factor
externo negativo que se agrega a su efecto adverso sobre la eficiencia: las
actividades informales utilizan y congestionan la infraestructura pública sin
contribuir con los ingresos tributarios necesarios para abastecerla. Puesto que la
infraestructura pública complementa el aporte del capital privado en el proceso de
producción, la existencia de un sector informal de gran tamaño implica un menor
crecimiento de la productividad.

En comparación a lo que sería la respuesta económica óptima, la expansión del


sector informal a menudo representa un crecimiento económico distorsionado e
insuficiente.5 Esta afirmación requiere ser aclarada: la informalidad está por debajo
del nivel óptimo de respuesta que puede encontrarse en el mejor escenario de una
economía sin una excesiva reglamentación y una adecuada provisión de servicios
públicos. No obstante, es preferible la informalidad en lugar de una economía
plenamente formal pero esclerótica e incapaz de evitar las rigideces que genera la
normatividad.

2.4. CONSECUENCIAS DE LA INFORMALIDAD

 Potencia actividades de subsistencia de bajo valor agregado


 Arrastra hacia abajo la productividad global de la economía
 Frena el progreso económico y social del país
 Ofrece condiciones laborales de mala calidad
 Favorece la trasmisión intergeneracional de pobreza
 Alimenta un espiral de baja productividad y pobreza
 Genera deberes y derechos diferenciados
 Reduce la capacidad de inversión del Estado en desarrollo
 Se dan altos niveles de competencia desleal
 Incide negativamente en el desarrollo humano
CAPITULO II

“INFORMALIDAD
EN EL PERU”
3.1. INFORMALIDAD EN EL PERÚ.

¿Sabía usted que, en el Perú, el 67% del empleo es informal? Ser informal significa
recibir ingresos por debajo del mínimo legal, no tener beneficios sociales ni
seguridad en el trabajo. Entre marzo de 2017 y marzo de 2018, los empleos
informales crecieron 418,000. Otro dato es que el 72% del empleo se genera en
pequeñas empresas que tienen como máximo 10 trabajadores. Como resultado, el
subempleo, definido como aquellos con un ingreso menor a un mínimo referencial,
subió en el último año y totalizó casi 8 millones de personas.

La realidad descrita pone sobre el tapete la necesidad de hacer algo para elevar el
empleo adecuado, pues es la principal y a veces única fuente de ingresos de la
mayoría de ciudadanos. Tal vez bajar los costos de contratación a las empresas
pueda ser un punto de partida. Sin embargo, parece que la reforma laboral no está
en la agenda del Gobierno.

Se ha escrito mucho sobre la informalidad y sus causas. Cuando una persona toma
cualquier decisión, evalúa lo que pierde y gana o, como dicen los economistas, los
beneficios y costos. Imagine que le pregunta a un empresario informal por qué
mantiene su condición. Dirá algo así: “¿Para qué me voy a formalizar si pasaría a
pagar impuestos? Como no veo resultados del pago de los mismos, entonces,
¿cuál sería la razón para hacerlo?”.

Cuando las personas veamos que nuestros impuestos se orientan a mejorar la


seguridad, el tráfico, los servicios básicos, como agua potable, educación y salud,
entonces muchos que son informales optarán por formalizarse. El problema es que
nadie ve resultados de los impuestos. Los ciudadanos respondemos a incentivos,
pues tomamos decisiones porque pensamos que con el resultado de las mismas
estaremos mejor que antes.
2.5. INFORMALIDAD LABORAL CRECE AL MENOS 4% DESDE HACE 10 MESES.

A setiembre hay más de 12 millones de trabajadores informales en el país.


El empleo formal suma dos años de estancamiento, según INEI.

El flagelo de la informalidad en el Perú no solo está lejos de desaparecer, sino que


se está haciendo cada vez más dominante en el mercado laboral, de acuerdo con
las últimas cifras del INEI.
Los datos anualizados a setiembre de este año revelan que el 73% de la fuerza
laboral sigue siendo informal, un dato que persiste prácticamente inalterado desde
hace más de seis años. La alarma, sin embargo, es que hace unos 15 meses se ha
acelerado el crecimiento del empleo informal.

En particular, resalta que la informalidad ya suma 10 meses consecutivos creciendo


a ritmos de al menos 4% y, con esta dinámica, a setiembre alcanzó a 12,2 millones
de trabajadores.

El grueso de la fuerza laboral informal se concentra en las zonas urbanas. Unos 8,6
millones de personas laboran bajo estas condiciones, lo que muestra una
trayectoria preocupante: en el acumulado de los últimos cuatro años ha crecido a
doble dígito.

C) RADIOGRAFÍA

Los puestos de trabajo informales tienen una característica común: la baja


productividad. Por ejemplo, de la informalidad en áreas urbanas, el 73% de
los empleos son de personas cuyo máximo nivel de educación alcanzado es el
escolar.

En tanto, según el tamaño de las empresas, el 86% de la informalidad se


concentra en las microempresas, es decir, firmas que tienen entre 1 y 10
trabajadores. Además, el número ha crecido 6% en los últimos 12 meses. Por
su parte, el 7,2% de informales labora en las empresas medianas y grandes –
de 51 a más trabajadores–, y el resto en la pequeña empresa.

En tanto, a nivel sectorial resalta que 68% de la informalidad está en los


sectores de comercio y servicios. Más aun, en la rama de la construcción se
registra el mayor incremento de la informalidad: 4,6% a setiembre.
D) RUMBO DIVERGENTE

El empleo formal está siguiendo una trayectoria opuesta al informal, pues a


setiembre sumó 10 meses consecutivos de contracción y ahora hay 4,5
millones de empleados formales. Si bien las caídas mensuales en ningún caso
superan el 1%, es importante notar la tendencia al estancamiento del empleo
formal. Esto debido a que oscila alrededor de su nivel actual desde hace dos
años. Es importante notar que el 61% del empleo formal es de trabajadores
hombres y el 39% restante de las mujeres. Además, un detalle resaltante es
que el empleo formal se ha incrementado para las personas de 45 a más años,
pero se reduce en los rangos etéreos más jóvenes.

Otra forma de mirar el mercado laboral es a través del empleo


adecuado versus subempleo. La segunda categoría, que incluye a personas
que no trabajan suficientes horas o ganan menos de S/975 al mes, está en su
nivel más alto de los últimos cuatro años, y alcanza a 4,9 millones de personas
en zonas urbanas. En tanto, el empleo adecuado a nivel nacional urbano está
estancado hace 10 meses en alrededor de 8,1 millones de personas.
2.6. INEI: INFORMALIDAD LABORAL EN EL PERÚ CRECIÓ A MAYOR RITMO QUE
EL EMPLEO FORMAL.

La formalidad se estancó en el 2018. La tasa de empleo formal terminó en 34,3%,


igual que el 2017. Rigidez laboral y crecimiento de la economía insuficiente entre
las causas.

El crecimiento alcanzado por la economía de alrededor del 4% en el 2018,


basado en el dinamismo de los sectores no primarios como la construcción y los
servicios, fue clave para impulsar el empleo en el 2018. Justamente, el empleo el
año pasado fue impulsado por esos sectores. No obstante, el crecimiento
del PBI ha sido insuficiente para reducir la informalidad que, en el 2018, se ha
quedado a los mismos niveles del 2017, cuando la economía crecía al ritmo de
2,5%.

“La formalización laboral se ha estancado. En el 2004, la informalidad alcanzaba


al 80% de la fuerza laboral y estuvo cayendo, en promedio, en un punto por año.
La mala noticia es que en el 2018 ha dejado de caer”, aseveró Elmer Cuba,
economista socio de la consultora Macroconsult.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la tasa de


empleo informal en el ámbito nacional, en la zona urbana, llegó a 65,7% en el 2018
e igualó a la registrada en el 2017. Esto implicó que la población ocupada urbana
con empleo informal creciera en alrededor de 192.800 personas o en 2,3%, frente
al 2017.

En contraparte, la tasa de empleo formal, en la zona urbana, terminó el año con el


mismo nivel del 2017, es decir, en 34,4%. Esto implicó que la población con empleo
informal creciera en 94 mil personas o en 2,2%.

El INEI distingue el empleo formal del informal al definir al primero como aquel
vínculo laboral sujeto a la legislación laboral, fiscal y de la seguridad social o a la
población ocupada que se desempeña en el denominado sector formal de la
economía. En tanto, define en el empleo informal a los empleados sin beneficios
sociales o que trabajan en unidades de producción no registradas.

El crecimiento de la economía ha sido clave para reducir la informalidad. Por


ejemplo, en el 2016 la economía creció 0,64 puntos porcentuales más que en el
2015, al cerrar en 3,9% y la tasa de empleo formal avanzó en 1,1 puntos
porcentuales, a 35,2%. No obstante, la tasa de empleo formal cayó en 0,9 puntos
porcentuales en el 2017, cuando el PBI creció apenas 2,5%.

Según el INEI, el crecimiento del empleo informal provino sobre todo de las
empresas con menos de 10 trabajadores. En estas compañías, el empleo
informal creció 4,2% y el formal disminuyó en 3,7%. En cuanto a sectores de la
economía, el empleo informal creció en las ramas de agricultura, pesca y minería
(5,2%), construcción (4,1%), comercio (3,1%) y servicios (2,3%).

“La pregunta es: ¿por qué la formalidad se ha estancado? Eso todavía no tiene
respuesta. Pero básicamente lo que se está viendo es que crecer a 4% es bajo. [La
economía] tiene que ir más rápido que 4% para romper ese equilibrio [disminuir la
informalidad laboral]”, manifestó Cuba.

Para el economista, el incremento de la rigidez de las normas laborales cada año


también es otro de los principales factores que estarían detrás del estancamiento
de la formalización laboral.
 SORPRESA EN DICIEMBRE De otra parte, sorprendió el aumento en la tasa
anualizada de empleo formal registrada en diciembre. Según el INEI, esta
aumentó en 0,5 puntos porcentuales frente a la tasa anualizada de noviembre,
a 34,3%, lo que implicó la variación más alta desde que se tiene registro.

De otro lado, el empleo en el país subió 1,6%, en el 2018, es decir en alrededor de


265.500 trabajadores, explicado sobre todo por el aumento de la ocupación en la
zona urbana. Esta última aumentó a un ritmo de 2,3% el año pasado. No obstante,
el empleo en la zona rural disminuyó en 0,6% o en alrededor de 21.700
trabajadores.

Por nivel de educación, el empleo creció sobre todo en la población de trabajadores


calificados. Así, el empleo para trabajadores con educación superior aumentó en
4,7%, en tanto, los empleados con educación secundaria aumentaron en apenas
0,8% y el empleo para los que tienen solo educación primaria disminuyó en 0,7%.

2.7. INFORMALIDAD SIGUE DOMINANDO LA CREACIÓN DE EMPLEO EN EL


PERÚ.

A junio del 2018, la informalidad creció 5,1% y alcanza al 73% de la fuerza laboral.
En tanto, se destruye empleo formal.

Uno de los grandes problemas estructurales de la economía peruana se ha


acentuado durante el 2018. La informalidad laboral está acelerando su ritmo de
crecimiento en lo que va del año y, en términos anualizados a junio, se ha
incrementado 5,1%; un ritmo similar al registrado a marzo de este año y, además,
superior a la tasa a la que crecía en años anteriores.

Esto implica que en el país ahora hay 12,2 millones de personas que trabajan en
esa condición, es decir, un 73% de la fuerza laboral. Esta es la participación más
alta desde mediados del 2015; tras haberse reducido ligeramente entre el 2016 y
el 2017.

Entre junio del año pasado y junio del 2018, se han creado 413.000 puestos de
trabajo informales, lo que implica que la informalidad domina la dinámica del
mercado laboral. En el mismo lapso, se han destruido 21.100 empleos formales
(0,5% del total).

Todo esto –a diferencia de los últimos dos años– sucede en un período en que la
economía está en fase de aceleración. En el primer semestre, el crecimiento fue
4,29%, la mejor lectura desde finales del 2013. El ‘divorcio’ entre la actividad y
el mercado laboral se explica, por un lado, por los inusuales resultados de
abril y mayo. También cabe recordar que desde abril de este año entró en vigor
un salario mínimo 9,4% más alto, que elevó los costos de contratar formalmente.
Es importante resaltar, además, que estos datos contrastan con los de la planilla
electrónica, que apuntan a que el empleo formal está creciendo. Sin embargo, esa
foto está incompleta: solo considera los puestos de trabajo formales creados por
empresas formales que tengan implementada la planilla electrónica, lo que deja
totalmente fuera a la mayor parte de la fuerza laboral.

 CAMINOS DISTINTOS

El problema del mercado laboral no es la falta de empleo, sino la calidad de


este. Por ejemplo, en las microempresas y pequeñas empresas se han
creado 411.600 empleos, pero en condiciones informales.

En las empresas medianas se ve una contratación casi estable; mientras que


en las grandes aumentó la desocupación.

A nivel de sectores productivos, resalta que todos aumentaron la contratación


informal en detrimento de la formalidad. El mismo fenómeno se repite para todos
los niveles educativos. Se debe enfatizar que empleo formal no necesariamente
implica empleo adecuado. Por ejemplo, en zonas urbanas hay 4,3 millones de
personas formalmente empleadas y 8,5 millones de informales. Al mismo tiempo,
8,1 millones tienen empleos adecuados (por ingresos y jornadas laborales
completas), mientras 4,8 millones están en subempleo.
CONCLUSIONES

 Las cifras del INEI, basadas en la Enaho –encuesta que alimenta gran parte de la
investigación microeconómica en el país–, revelan que la informalidad laboral
asciende a 73% de la fuerza laboral. Resalta que en las zonas rurales la tasa es de
95,7%. En las áreas urbanas esta ratio llega a 66,3%.
 Según el MTPE, solo se debe considerar a los asalariados informales en el cálculo,
contrariamente a lo que dice la metodología consensuada internacionalmente. Bajo
la métrica del MTPE, habría 54,6% de informalidad y sus políticas se dirigen solo a
ese sector.

 La mayoría de los empresarios informales limeños…


 Están en la informalidad por necesidad
 Consideran que la informalidad es perjudicial para el país
 Asegura que su estado como informal es temporal

 Y lo que más los retiene en la informalidad es…


 La dificultad que presenta el entorno para crecer
 La falta de información para formalizarse
 La insuficiencia de programas de apoyo al emprendimiento
 La falta de capital propio y no ser sujetos de crédito
 Los elevados impuestos y obligaciones laborales
BIBLIOGRAFÍA.

 www.wikipedia.org.pe
 www.elcomercio.com.pe
 www.eltiempo.com.pe
 www.google.com.pe

También podría gustarte