El Empoderamiento de Principios y Etica Profesional Por DMHC
El Empoderamiento de Principios y Etica Profesional Por DMHC
El Empoderamiento de Principios y Etica Profesional Por DMHC
La ética profesional, que debe estar implícita en todos los actos y trabajos que lleve a cabo el
profesional de la contaduría en el desarrollo de sus funciones y de la toma de decisiones, es el tema
que considero más importante en la actualidad, debido a los múltiples hechos de corrupción que
se realizan en el país y donde en la mayoría de veces, se ve involucrado el contador público.
El cuento La conquista de la voluntad (Ruiz, M. 2012), nos ubica en una situación, que aunque
imaginaria de la manera como la personifica, es una realidad que se presenta a diario si la
contextualizamos en el campo profesional. Si analizamos, ciudad Libertad, es el diario vivir de
todos nosotros. Estar en ciudad Libertad para los profesionales de la contaduría, se podría
relacionar con realizar y desarrollar la profesión a diario, donde cada quien vive sus afanes y
tratando de cumplir con las responsabilidades propias para llegar a un acertado cumplimiento de
la profesión, y es allí donde se debe actuar de la manera más profesional posible. Para efecto de lo
anterior, y gracias a la globalización de la profesión contable, los retos para las personas de la
profesión contable van desde estar capacitados para ser contadores internacionales, que
evolucionen de la misma forma que lo hace el mundo, que su posición frente a dilemas éticos sea
de acuerdo al modelo ético más acorde para ello, que sea capaz de tomar decisiones acertadas
frente a las situaciones que se le presenten, de tal manera que se pueda identificar un grado de
madurez y compromiso con su profesión.
Si bien es cierto que los contadores nos debemos regir por el código de ética profesional para la
contaduría pública, y por las demás normas que dirigen la profesión, es la ética profesional que
debe primar sobre todas las cosas. El contador a diario se enfrenta a decisiones y dilemas tanto
laborales como éticos, donde tiene puede elegir cual debe ser su actuar frente al caso, pero la
verdadera tarea es tener discernimiento ético de acuerdo a lo que se le presente.
De acuerdo con la ley 43 de 1.990 que establece el código de ética profesional del contador público
donde se consagra los principios fundamentales para la profesión, la IES 4 que prescribe los
valores, ética y actitud profesionales que los contadores deberán adquirir antes de finalizar su
formación profesional, el código de ética de IFAC para contadores desarrollado por el IESBA; hay
un sin número de actuaciones que, aunque están siendo condenadas de acuerdo a los actuares
profesionales, son las que más se evidencian en los casos de corrupción donde se ven involucrados
contadores y revisores fiscales.
Si el contador no tiene sus bases profesionales sólidas implantadas por códigos de ética que “son
una importante expresión de los valores sociales compartidos por los individuos que pertenecen a
la misma sociedad…” (Espinosa, P. & Barrainkua, A. 2014), se vería enfrentado y expuesto a
“sistemas delincuenciales organizados, a un tejido social que invita a desarrollar prácticas
corruptas, a organizaciones con diseños estructurales para generar prácticas corruptas, a sistemas
de poderes y micro poderes que permean las estructuras organizacionales” (Ruiz, M. 2012), donde
la manipulación y el fraude reinan sobre todas las cosas, siendo escudo esto para la búsqueda de
intereses particulares y beneficios inequitativos, sin siquiera poner en tela de juicio las normas o
principios éticos que se deberían tener en cuenta. Y es así como podría llegar a ciudad Cautivo,
donde, de acuerdo con Ruiz (2.012), llegan las personas que no han sabido convivir de acuerdo
con normas y valores que se pregonan, enseñan y trasmiten de generación en generación, que si lo
contextualizamos en el diario vivir, serian aquellas profesionales que no llevan a cabo su profesión
de acuerdo a normas y códigos establecidos para ello. Y es así como llega la decadencia para sus
profesiones, donde se ven sancionados, suspendidos, y hasta privados de su libertad.
Para no llegar a ciudad Cautivo, como le sucedió a Pedro Buenahora, y de acuerdo con la IES 4,
los profesionales de la contaduría deben “aceptar y observar los principios éticos que regulan todas
sus relaciones. Los valores, ética y actitud profesionales identifican a los contadores profesionales
como miembros de una profesión y deberían ser las bases de todo lo que ellos hacen como
profesionales. Es responsabilidad de los organismos miembros asegurarse de que sus asociados
tengan una comprensión adecuada de los principios de ética profesional y de las razones
subyacentes que la ética profesional impone a los contadores profesionales.” (2.008), ya que la
sociedad espera mucho de la profesión contable, pues es miembro de la profesión que promulga la
fe pública de la información, por tanto es de quien se espera transparencia, compromiso,
responsabilidad, honestidad y confiabilidad para las organizaciones donde ejerce su tarea
profesional.
Para no ser ciudadanos de ciudad Cautivo, debemos reconocer nuestra profesión como una
consecuencia de esfuerzo y sacrificio que se realizó en la etapa de formación, de valorar y cuidar
la fe pública que descansa en los contadores, con acciones de transparencia y responsabilidad, al
certificar información que se tenga en nuestras manos.
El problema de poder para la profesión contable, se puede asumir desde dos perspectivas. El poder
que tiene el contador, en cuanto a sus responsabilidades de asumir o no un cargo, de tomar o no
una decisión, de optar por lo bueno o por lo malo. Este poder a que hacemos referencia es personal
y debe ser orientado por prácticas que se limiten dentro de la conducta ética, para que sea un poder
positivo, y que no sea permisible frente a actos de ilegalidad. La otra perspectiva de poder es aquel
que se identifica fuera del control del contador. Este poder es el que usan las organizaciones y los
actores delincuenciales, que se sirven de contadores y revisores fiscales para llevar a cabo actos
ilícitos donde los más perjudicados son los profesionales, ya que como lo contempla la ley 43 “Los
contadores públicos, cuando otorguen fe pública, en materia contable, se asimilaran a funcionarios
públicos para efectos de las sanciones penales por los delitos que cometieren en el ejercicio de las
actividades propias de su profesión, sin perjuicio de las responsabilidades de orden civil a que
hubiere lugar conforme a las leyes” (1.990). Si valoramos esta confianza que se nos brinda,
estaremos generando confianza y concordando con lo dicho por Villegas, M. (2017) “Los
contadores públicos no somos proveedores de servicios al mejor postor, sino productores de
confianza pública”.
Este tipo de poder puede ser enfrentado, con una cultura de ética que se debe tener de acuerdo a
los principios éticos básicos como personas, y de acuerdo a las normas de afuera, a las que
proponen las diferentes instituciones para el buen desarrollo de la actividad contable. De igual
manera, se enfrenta siendo responsables y coherentes en la manera como actuamos, desde la
cátedra impartida en las universidades hasta el final de nuestras responsabilidades, ya que la
responsabilidad es personal pues bien lo dice Ruiz M., “… a los futuros profesionales se les debe
educar en el sentido de responsabilidad y libertad que le permita reforzar su capacidad de elección
para que determine lo que es correcto o incorrecto y no se deje influenciar por otras personas que
al final de cuentas no se sabe qué tipo de intención tengan y que pueden invitar al profesional a
caer en un tejido social de prácticas corruptas y en organizaciones con redes delincuenciales”.
La conquista de la voluntad (Ruiz, M. 2012), nos muestra de manera didáctica lo que puede, de
una manera más cruel, enfrentar un contador público o revisor fiscal. Y no solo de manera
conceptual, sino situaciones más adversas. El profesional de la contaduría pública que no
reconozca las situaciones con las que se puede encontrar en su entorno, es susceptible de hacer
parte de escándalos como caso DIAN, Odebretch, desfalcos como el de Estraval, entre otros. Es
necesario, reconocer las obligaciones y las responsabilidades que se nos delegan, y las
consecuencias que debemos afrontar si llegamos a hacer parte de tales casos. No en vano, The
Transparency International, organización promueve medidas contra crímenes corporativos y
corrupción política en el ámbito internacional y genera el índice de percepción de la corrupción en
el sector público, para el 2.010 posiciono a Colombia en el puesto 78 con un puntaje de 3.5, entre
los países con mayor corrupción en el mundo, para 2017 el país, se ubica en el puesto 19 de
América Latina, según esta organización. Lo anterior nos da una idea de que verdaderamente, en
el mundo real, en el ámbito laboral como profesionales contables nos toparemos con dilemas que
probaran nuestra ética, y solo nosotros seremos responsables de las decisiones que tomemos.
Y es que, de acuerdo con García, F., (conferencia 2017), son más los contadores y revisores fiscales
que se ven implicados en casos de estos, y enfrentan multas, sanciones, suspensiones de la tarjeta
profesional. Pero más delicado es la situación que deben afrontar a quienes se le imputan cargos
por delitos que tienen que ver con la profesión, y son judicializados con privación de la libertad,
hasta 8 o doce años de cárcel.
Con respecto a lo anterior la ley es clara, y nos podemos remitir a la ley 222 (1.995) que en su
artículo 43 nos refiere la responsabilidad penal e indica que “serán sancionados con prisión de uno
a seis años, quienes a sabiendas
La clave del éxito profesional, personalmente, es reconocer las situaciones que nos presenta el
mundo actual y sus implicaciones, y poder enfrentarlas con un marco de valores y actitudes propias
de la profesión que permitan crear criterio propio y ético, para poder hacer las cosas bien y para
nuestro bien. Esto forjara un mayor profesionalismo y una mejor sociedad.
BIBLIOGRAFIA
Ruiz, Mario A. (2012). El rol del contador público: una primera mirada desde la teoría
organizacional de la responsabilidad y la ética social”. Revista académica Uniagustiniana Nro. 6.
Gómez V., Mauricio (2017) “Hay personas que creen que cambiando las normas contables se
solucionan los problemas de la profesión”. Actualícese, actualidad contaduría pública. Recuperado
de:
https://actualicese.com/actualidad/2017/02/23/hay-personas-que-creen-que-cambiando-las-
normas-contables-se-solucionan-los-problemas-de-la-
profesion/?utm_content=buffer399b9&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_c
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Congreso de la república, (1995), "Por la cual se modifica el Libro II del Código de Comercio, se
expide un nuevo régimen de procesos concursales y se dictan otras disposiciones. Ley (222),
Recuperado de:
http://virtual.uniagustiniana.edu.co/AVAP/pluginfile.php/74876/mod_resource/content/1/Ley_22
2_1995.pdf